Las sabanas se me hab�an pegado del calor a lo largo de mis
piernas y sent�a mi cuerpo entero ba�ado en sudor. Los rayos del sol se colaban
como posesos por todas las rendijas de la ventana y uno de ellos me daba
directamente en la cara. Levant� la mano para taparme los ojos y busque el
despertador en la mesilla atestada de la ropa del d�a anterior. Eran las diez y
media pasadas. Fuera se o�a el jaleo de la ciudad, coches pitando en medio de
los atascos que se produc�an siempre en el cruce cerca de nuestra casa y voces
de ni�os del colegio que estaba a un par de manzanas de all�. Agarr� la almohada
sintiendo el fresquito de la parte a la que todav�a no le hab�a dado el sol y
respir� hondo cogiendo fuerzas. La cabeza me dol�a un poco por la cantidad de
copas que el d�a anterior nos hab�amos tomado en la macro discoteca donde pincho
Tony durante un par horas seguidas.
Mientras buscaba con los pies una zona fresca entre las
sabanas, record� a Sonia en el ba�o de la disco disfrutando de su culo mientras
yo arremet�a con fuerza por detr�s y tuve la primera erecci�n t�pica matutina.
Me pregunt� si ellas ten�an tambi�n esos calentones ma�aneros porque si como
mujer los ten�a que perder seguro que los echar�a much�simo de menos. El simple
hecho de notar que ella hab�a estado pensado en m� en su casa mientras jugaba
con su agujerito me pon�a muy caliente. Me frot� la polla varias veces arriba y
abajo y cuando estaba lista abr� el caj�n de la mesilla sacando el vibrador
grande que mi hermana me hab�a regalado varios meses antes. Me unt� mi culo/co�o
con la vaselina y lentamente comenc� a hacerme el amor yo misma, mordiendo y
chupando mi dedo �ndice como si estuviese con la verga de Fer dentro de mi boca
a la vez que sent�a mi recto lleno de placer ma�anero.
El sudor se condensaba en mi frente con cada espasmo que mi
cuerpo recib�a al meter mas hondo el consolador, y Sonia desnuda se
entremezclaba con el cuerpo de Fer en la sierra agarrado al m�o. Estaba hecha un
li�, pero por primera vez yo era quien ten�a que elegir. Despu�s de tres
sacudidas fuertes mi culo se sent�a tan lleno de alegr�a que tuve un orgasmo
suave y tranquilo, como hac�a tiempo que no ten�a. Una canci�n techno,
repetitiva y machacona de las que pinch� Tony la noche anterior, cruz� el
pasillo a todo volumen en se�al de que mi hermana se hab�a levantado. Dej� el
consolador respirando fuerte todav�a en la parte de abajo de la mesilla y me
levant� estirando mucho los brazos. Mi culo transmit�a a trav�s de todo mi
cuerpo los peque�os temblores post orgasmo. Me coloqu� el sujetador con relleno
y me sub� las bragas para no resfriarme despu�s del calent�n que hab�a tenido.
Me pein� mi pelo rubio y rizado lo que pude y sal� contoneando mi cuerpo por el
pasillo hasta el de mi hermana. Tos� un par de veces. Tenia la boca como si me
hubiera bebido un bid�n de aguarr�s. Ella sali� del suyo con la cara hinchada de
sue�o y el pintalabios negro corrido por la comisura de sus labios.
- �A que hora acabaste ayer, t�a?
La pregunt� en la puerta. Ella se hab�a quedado con Tony en
la disco despu�s de que nosotras nos fu�ramos con Fer. Mi hermana me mir� medio
dormida e hizo aspavientos en el aire con la mano como diciendo que demasiado
tarde.
- �Tienes tabaco?
Pregunt� sosteniendo su puerta con mi brazo.
Ella asinti� como una zombi y sali� camino del ba�o
apoy�ndose en las paredes del pasillo. Su cuarto estaba como el m�o, con ropa
tirada por todos lados y papeles desorganizados en la mesa. Busqu� su bolso que
sobresal�a bajo su cazadora vaquera negra, tir� a la papelera un par de
envoltorios vac�os de condones y saqu� el paquete de tabaco. Me fui a la cocina
a prepararme un caf� bien cargado y con la taza caliente entre mis manos me deje
caer en el butac�n del sal�n sin fuerzas apoyando mis pies en la mesa del
centro. Despu�s de darle un trago largo al caf� me encend� un cigarro y dej� que
su sabor agrio recorriera mi cuerpo. A la una pasar�a Teresa a recogernos para
irnos a la playa, y supuestamente a las doce y media Sonia vendr�a a casa para
estar las tres juntas. Respir� hondo el humo con un amago de tos e hice tiempo
para que mi hermana saliera del ba�o como diez minutos despu�s. Todav�a ten�a la
imagen de Sonia en el aseo de la discoteca en mi mente, y sobre todo la cara de
viciosa que ella pon�a cuando est�bamos solas.
Despu�s de ducharme con el champ� especial para pelos
te�idos, ponerme crema por todo mi cuerpo, depilarme concienzudamente, tomarme
las pastillas de hormonas y lavarme bien mis partes intimas fui de nuevo al
cuarto de mi hermana, que apuraba un cigarro sentada en la silla llenando la
maleta de ropa de verano.
- Herma...
Comenc� a decirla jugando a hacerle una coleta en su pelo
negr�simo por detr�s, quitando los rizos que se formaban en sus puntas con
suavidad.
Ella me mir� con mejor cara, pues se hab�a maquillado lo
justo para no parecer muerta. Sus ojos negros me segu�an cautivando de tal forma
a veces me costaba despegar la mirada de ellos.
- Dime, cari�o.
dijo apagando la colilla en su cenicero expulsando la �ltima
bocanada de humo hacia el techo.
- pues... que no tengo bikini.
Me cruc� de brazos mirando sus ba�adores. Mi hermana solt�
una carcajada.
- Hostia, pues es verdad... a veces se me olvida que eres
chica desde hace poquito...
Ya estaba ella con sus bromas. Le tir� una falda de tubo
negra arrugada que estaba en el suelo. Ella se levant� con un bikini rojo de dos
piezas y me miro cerrando un ojo sosteniendo el top encima de mi cuerpo.
- A ver... no te pongas nerviosa... este te estar� bien... si
prometes no gastarte demasiado de noche en cuanto lleguemos nos vamos de
compras, �de acuerdo?... porque con el relleno este quiz�s no te quepa del todo
bien. De todas formas vete prob�ndotelo.
Me lo tir� a los brazos para seguir ella eligiendo la ropa
que nos llevar�amos. Me baj� las bragas y me puse el bikini escondiendo sin
demasiado trabajo mi polla fl�cida por el calent�n pasado. El relleno del
sujetador se sal�a solo un pel�n de la parte de arriba y seria f�cil
disimularlo. Me mir� en el espejo grande del armario de mi hermana. Esta
fenomenal. Con mi cuerpo bien desarrollado, las caderas un poco salidas y mi
culo resping�n estaba lista para broncearme. De hecho, de espaldas ten�a un
tipazo, con la melena rubia y rizada cay�ndome por los hombros. Mi hermana me
dio un azote suave.
- Venga, t�a, deja de asombrarte... �de verdad te sigue
poniendo vestirte de t�a despu�s de todo este tiempo?... Si quieres hago como
que te pillo con ello puesto y jugamos como en los primeros d�as...
Yo me puse rojo de verg�enza y me quit� el bikini dej�ndolo
en la maleta. Me puse mis bragas de nuevo y le quite el mechero de encima de la
mesa.
- Anda, vete a cambiarte que Sonia llegar� en breve... y
ponte guapa, que nos vamos a la playa...
Me dijo cuando cruzaba la puerta de su cuarto para ir al m�o.
El coraz�n se me iba acelerando con cada minuto que nos acerc�bamos a las doce.
El viaje en coche duraba 5 horas, as� que tampoco pod�a ponerme como yo sol�a
querer, ese aspecto de pechugona pij�sima que tanto me excitaba aparentar. Saqu�
un pantal�n negro el�stico que me hac�a un culo bastante redondo, un niky de
manga corta azul clarito como los que llevaban los jugadores de polo con un
numero siete grande escrito en la espalda, las zapatillas de deporte blancas y
las gafas de sol negras y alargadas en mi pelo de forma que me lo sujetaba hacia
atr�s. Me mir� al espejo maquill�ndome los p�rpados y perfilando mis labios de
rojo oscuro. La verdad es que incluso cuando no me lo propon�a tenia una punta
de zorra pija que no era normal. Mi hermana me hab�a pervertido de tal forma y
manera que a veces no pod�a controlar esos ataques de coqueter�a est�pida que me
entraban.
- ��Herma...!!... ��Vete metiendo todas tus cosas de ba�o en
la bolsa peque�a!!
Grit� mi hermana por el pasillo por encima de la m�sica
sac�ndome de mis reflexiones. Yo cog� todos mis potingues para la cara, el
maquillaje, del ba�o saqu� los champ�s y lo met� como pude en la maleta. Mi
falta de costumbre de viajar como chica me hizo reparar en la cantidad de cosas
que me eran indispensables para salir de casa. La verdad es que en ese momento
entend� porque mi hermana siempre sol�a tardar tanto cuando nos �bamos con mis
padres de viaje. Me excite mucho al mirar mi bolsa repleta de todas las cosas de
maquillaje y sonre�. Poco a poco me estaba convirtiendo en toda una mujer.
Sonia tard� diez minutos en llegar. Estaba fant�stica.
Llevaba un pantal�n beige muy fino y ajustado que enseguida me record� el
pantal�n de mi primer d�a como chica, una camiseta muy corta que apretaba sus
pechos como dos globos y unas gafas de sol id�nticas a las m�as de peineta.
Mientras mi hermana terminaba de organizar todo la hice un caf� en la cocina
fum�ndonos un cigarro.
- �Lista para tu primer s�per bronceado, t�a?
Me pregunt� dejando la taza en la encimera blanca, al lado
del exprimidor.
La sonre� y asent� abriendo la nevera para coger una lata de
cerveza, la mejor forma de acabar con el dolor de cabeza de la resaca. Di un
trago largo. Me quit� una pelusa de mi ojo derecho y me acerqu� a Sonia. Dej� el
cigarro en el cenicero. Ella me mir� seria.
- T�a... respecto a lo de ayer...
comenz� a decirme.
La toqu� la cara con mis u�as pintadas de negro. Era tan
preciosa y caliente... La bes� en la boca cerrando los ojos, como cuando sientes
amor verdadero por alguien. Sonia me respondi� agarrando mi culo con sus manos y
apret�ndome contra ella.
- Ya est�is... Joder... �pero tu no te hiciste mujer para
disfrutar de las pollas?
Mi hermana estaba detr�s nuestro sacando una bolsa de
pl�stico de un armario. Sonia se dio la vuelta y le sac� la lengua.
- Deja en paz a Yolanda...
- Anda que menudo viajecito me vais a dar...
se quej� mi hermana Bel�n saliendo de la cocina.
- �Ir bajando con las maletas si quer�is!
grit� desde el fondo del pasillo.
Sonia se acerc� de nuevo a mi cara.
- Te tengo una sorpresita... esta noche en la playa te la
doy...
Me susurr� mordi�ndome el labio inferior. Me quede quieto
viendo menear su culo redondito por el pasillo. Le di la �ltima calada al
cigarrillo y puse la taza de caf� de Sonia debajo del grifo. Me estaba volviendo
loca por ella, y lo mejor era que Sonia de mi tambi�n. Ya ver�a que hac�a con
Fer cuando volviera, porque Sonia era una belleza... pero yo necesitaba una
polla caliente y de verdad de vez en cuando.
Teresa lleg� puntual. Ten�a un Wolksvagen Golf verde oscuro
de los nuevos, redonditos, con el techo corredizo... el t�pico coche de una ni�a
pija, pero ya no me sorprend�a nada de Teresa. Ella se baj� para ayudarnos con
las maletas. Me dio un beso en la mejilla mir�ndome de arriba a abajo. Ten�a un
pantal�n negro con rayas blancas finas y un top blanco que dejaban ver la parte
superior de sus pechos muy juntos y hac�a arriba. Iba muy maquillada y su piel
bronceada la hac�a espectacular. Ten�a bastante estilo y me costaba verla con
esos ademanes de ni�a de pap�.
-Joder... se me va a hacer dif�cil acostumbrarme a verte de
chica... pero estas tan mona...
Me dijo sonriendo.
Despu�s le presentamos a Sonia y mi hermana se cruz� una
d�bil sonrisa con ella. Me sent� delante con Teresa y mi hermana y Sonia se
sentaron detr�s. Cerramos las puertas y pusimos la m�sica techno a tope. Hac�a
calor, pero el coche estaba fresquito.
- A las cinco como muy tarde estamos all�, t�as... pararemos
a comer en un restaurante de carretera cuando tengamos hambre y despu�s del
tir�n hasta la costa.. �Ten�is ganas de ir?
Las tres asentimos como idiotas. Era la guinda perfecta a un
verano perfecto. Teresa meti� primera en el cambio de marcha y salimos por la
autopista.
El paisaje hab�a cambiado a un verde oscuro y �rboles mas
frondosos. Tras dos horas de viaje mi hermana estaba dormida apoyada en Sonia
que tambi�n daba cabezadas. Teresa ten�a las gafas de sol puestas conduciendo
concentrada. La mir� por en�sima vez. Estaba genial... mucho mejor que con esa
pinta de hippie arrastrada.
- Cari�o...
me dijo sin apartar la vista de la carretera.
- �me enciendes un piti por favor?...
Me saqu� del bolso el paquete de tabaco y encend� dos a la
vez. Le pase uno y ella baj� un poco la radio sujet�ndolo entre los labios.
Llevaba las u�as cortadas de forma cuadrada y pintadas de blanco los extremos,
como sol�a pon�rmelas yo.
- Sabes, jam�s pens� que estuvi�ramos aqu� los dos yendo a la
playa... y menos que tuviera que llamarte t�a...
Me re�. Era una locura del destino, pero hab�a que dejarse
llevar.
- �Y c�mo...? a ver como me explico... �c�mo lo has estado
haciendo?
- �El qu�?
- Pues que si tus padres lo saben...
Yo negu� expulsando el humo y bajando un poco mi ventanilla
para ventilar el coche de tabaco. Mi pelo comenz� a volar hac�a atr�s y me lo
agarr� con la otra mano.
- No... todav�a no... deje la universidad hace mas o menos un
a�o, y adem�s ellos casi siempre est�n de viaje.
- Es verdad... no me acordaba que tus padres estaban siempre
de aqu� para all�, t�o, Joder, lo siento, quer�a decir t�a... pero se lo tendr�s
que decir, �no?
- Si... pero es algo que me pone muy nerviosa... cuando
volvamos del viaje se lo dir� a mi madre... adem�s, quiero irme a vivir fuera de
casa.
Teresa puso el intermitente al adelantar a un cami�n antes de
volver al carril izquierdo. El paisaje cambiaba muy deprisa, y los campos verdes
de la meseta parec�an un mar de hierba. Tir� la colilla por la ventana, me puse
las gafas de sol alargadas y respir� hondo. Un coche que nos adelantaba pit�
varias veces, y un chico sac� la cabeza por la ventanilla.
- ����Zorritas!!!
Teresa les mostr� el dedo anular y freno un poco para que
ellos pasaran de largo.
- Gilipollas... cuando lleguemos quiero presentarte a alguien
que tiene... un problema como el tuyo... bueno, como el que tuviste t�.
- �A si?
pregunt� interesada
- Si. Se llama Alberto. Es el hermano de un amigo de Paco, mi
novio... sospechamos que...
Le di un golpe peque�o en el brazo a Teresa.
- T�a, habla sin miedo, joder, que me ha costado un a�o
superarlo.
- Bueno, pues eso, que sospechamos que se pone mi ropa cuando
viene a casa. Es bastante femenino y nunca sale con chicos, pero claro, nunca lo
hemos hablado con el. A lo mejor si tu le cuentas...
Yo sonre� mir�ndome en el espejo. Me pas� la lengua por los
labios para darles un poco de brillo. Me recog� el pelo con la mano pas�ndolo a
un lado. Si hab�a algo que pusiera caliente era ayudar a la gente a decidirse.
Me acord� de Tania y su forma de explotar tan salvaje... hac�a por lo menos un
mes que no habl�bamos, pero estaba segura que ella estaba encantada... sobre
todo por su novio, que era el suelo de todas nosotras.
- Por supuesto. D�janoslo a mi y a mi hermanita y en dos d�as
ser� una mujer hecha y derecha. Un poco pija porque todas somos as�, pero una
mujer al fin y al cabo.
Las dos nos re�mos a carcajadas.
2�
El olor a mar se pegaba a mis pulmones como un trapo h�medo
condensando peque�as gotas de sudor en mi frente. Hacia un sol de mil demonios y
la gente paseaba con ba�ador por el paseo mar�timo de la ciudad. El mar azul se
perd�a como un tapete liso en la distancia solo roto por la espuma de alguna ola
que romp�a antes de tiempo y el sonido de alguna gaviota que hacia esfuerzos por
encontrar alguna corriente de aire caliente con la que subir varios metros por
encima del muelle.
Al final hab�amos llegado a su casa tard�simo porque pillamos
el t�pico atasco veraniego en la carretera, cuando todo el mundo sal�a en tropel
de la ciudad para aprovechar los �ltimos d�as de verano. Est�bamos cansadas y
aunque quer�amos quemar la marcha nocturna nos metimos en la cama pronto para
disfrutar del sol al d�a siguiente cuanto antes. Sonia, mi hermana y yo
dorm�amos en un cuarto lo suficiente me amplio como para no estar apretadas,
cada una en una cama y Teresa dorm�a en su cuarto al final de un pasillo
estrecho pero corto. Su novio Paco estaba en una mini gira de Dj en una
discoteca en el otro lado del pa�s llegar�a en dos d�as, as� que no le hab�amos
visto todav�a.
Al d�a siguiente pisamos la playa como locas y tras una hora
de hacer el tonto por la arena, nos tendimos cansadas en la arena. Sonia estaba
a mi lado tumbada con su mini bikini azul sobre una toalla roja. Mi hermana
estaba hablando por fin con Teresa, soltando risas de vez en cuando. Deseaba que
las dos se llevaran bien porque Teresa era encantadora, quiz�s se hab�a
convertido en una chica demasiado pija, pero era una maravilla de chica, adem�s,
siempre hab�an dicho que cuanto mas odiabas una cosa mas la quer�as... y Teresa
siempre hab�a odiado a mi hermana mucho. Yo estaba tumbada boca arriba, con el
bikini rojo de mi hermana y llena de crema resplandeciente por todo el cuerpo.
No paraba de mirarme el est�mago liso que reflejaba el sol rezando para que por
lo menos ese color p�lido de ciudad contaminada se me fuera un poco para salir
por la noche. Muchas chicas se paseaban andando por la playa con unos cuerpos
perfectamente negros del sol y los labios un poco quemados, mat�ndonos de
envidia a las tres. A las dos horas de sol continuo, Sonia me toc� el hombro.
- Ponme un poquito m�s de crema en la espalda, t�a, que me
estoy achicharrando...
Un olor a fritanga, pescadito frito, me vino por el lado
derecho record�ndome los viajes familiares de hacia algunos a�os. Sonre�. Muchas
noches metido en mi cama aquellas noches de playa con mis padres me hab�a
masturbado pensando en estar en esa misma playa pero de otra forma bien
distinta... exactamente como estaba en esos momentos, rodeado de mis amigas
poni�ndome morena para asaltar los bares nocturnos. Hacia un d�a perfecto.
Cog� el bote de crema y me puse un buen pegote en los dedos.
Sonia se quito el top del bikini mostr�ndome sus tetas al aire antes de tumbarse
boca abajo. Dej� caer otro chorro de crema blanca entre sus omoplatos, y ella
respondi� con un gritito ahogado por el cambio de temperatura de la crema contra
su piel blanca. Comenc� a extenderle toda la crema en c�rculos conc�ntricos por
la espalda apretando su carne con mis manos, y de vez en cuando d�ndola
pellizcos para que no se durmiera. Con tanto masaje y fricci�n, me puse un poco
excitada de ver la carne de Sonia al lado del mar. Segu� extendiendo la crema en
c�rculos cada vez mas grandes hasta que roc� la parte baja de su espalda. Vi que
ella cerraba los pu�os cogiendo arena entre sus dedos cuando mi mano se acercaba
al l�mite de su ba�ador. Mir� a mi alrededor para asegurarme de que ning�n
salido estaba mirando y que mi hermana y Teresa segu�an haci�ndose amigas y met�
mi mano por dentro de su ba�ador. Sonia cerr� los ojos y movi� su cuerpo
acomodando sus pechos en la arena. Se pas� la lengua varias veces por sus
labios. Mi dedo lleno de crema lleg� por entre sus nalgas a su agujero y para
hacerlo menos evidente me sent� mas cerca de ella para tapar mi mano con mi
cuerpo. Mi dedo �ndice toc� el borde de su agujerito y ella cerr� los pu�os mas
fuerte. Poco a poco mi dedo se introdujo en su culo con una facilidad
sorprendente, mezcla de la crema y de la dilataci�n a la que ella por su cuenta
lo hab�a estado acostumbrando. Gimi� varias veces hasta que me pidi� que parase.
Lo saqu� de un tir�n, lo que le produjo otro espasmo. Su respiraci�n se hab�a
hecho mucho mas fuerte y su espalda sub�a y bajaba llenando sus pulmones.
Me encend� un cigarro y se lo pase a ella, que se levant� con
la cara hinchada... como a mi me apasionaba.
- Eres una zorra...
Me dijo vocalizando despu�s de respirar el humo.
Yo asent� gui��ndola un ojo encendi�ndome otro cigarro
sentada sobre mis piernas. Sonia se levant� y vi que ten�a una mancha sospechosa
en la entrepierna. Se puso la toalla encima cubriendo su ba�ador y bebi� de la
botella de agua mineral que ten�amos al lado de las bolsas de playa. Mi hermana
se nos acerc� con Teresa al lado.
- ni�as...
Mir� con cara rara la cara de Sonia, que se puso roja. Abri�
la boca para decir algo pero se call�. Me mir� y neg� un poco con la cabeza.
- Que Teresa y yo nos vamos a dar una vuelta por el puerto,
�vale?. Estas son las llaves de casa...
Tir� las llaves de la casa de Teresa a los pies de mi toalla.
- Hay pasta en el microondas, �sab�is?, nosotras estaremos de
vuelta a eso de las seis para arreglarnos y salir de marcha...
Dijo Teresa alargando las "eses" de forma demasiado pija.
- Cuando vengamos te presento a ese chico que... bueno, el
que te dije en el viaje, �vale?... ser buenas...
Las dos cogieron sus bolsas y cruzaron toda la playa hasta
las escaleras de la calle. Sonia se acerc� en seguida expulsado de nuevo el humo
del cigarrillo.
- �Te apetece ir a casa ya?... no puedo mas de sol por hoy.
La verdad es que yo estaba roja como un tomate, y la cantidad
de sol que mi piel pod�a asimilar estaba ya ampliamente sobrepasada. Recogimos
todo y nos fuimos a casa de Teresa.
No hab�a nadie, y el fresquito de una casa con las persianas
bajadas nos reconfort�. Quer�a darme una ducha para quitarme toda la arena que
se me hab�a metido por todas partes, y adem�s ten�a un poco de hambre.
En el pasillo Sonia me mir� con los ojos muy abiertos.
- �Quieres que te ense�e el regalito que te he comprado?
Tenia una sonrisa extra�a en su cara alargada. Su pelo rubio
estaba despeinado y la manchita en su ba�ador no hab�a desaparecido. Yo dej�
todas las bolsas de playa en el suelo y me acerqu�.
- �Te gust� la cremita?
La pregunt� acariciando sus pechos con mi u�as.
- Siiii... y ahora te toca a ti...
Mi piel me quemaba un poco y el calor nos hac�a mas... mas
exuberantes, mas gorditas. Comenzamos a besarnos oyendo a la gente en la playa y
alg�n coche que pasaba deprisa. El mar se fund�a con el resto de sonidos de
aquella ciudad costera y peque�a. Cerr� los ojos y sent� como ella me lam�a la
espalda.
- Estas s�per salada, t�a...
Me dijo.
Su lengua continu� bajando por mis piernas hasta mis pies. Me
chup� los dedos del pie varias veces y al final me introdujo su mano delgada por
dentro del ba�ador donde mi polla iba a estallar. Me la sac� con cuidado y sus
labios me rozaron el fres�n. Entre lo caliente que tenia mi piel por el sol y el
sofoco que me estaba entrando con mi polla dentro de la boca h�meda de Sonia mi
coraz�n lat�a como nunca. Me agarr� a la silla para no caerme de la ansiedad.
Sonia mov�a su lengua como loca rozando con cada pasada la punta de mi verga.
- T�mbate en el sill�n... a cuatro patas y cierra los ojos...
Me dio un beso en la polla y sali� corriendo. Yo cerr� los
ojos obediente. No pod�a imaginar que tenia ella entre manos. O� sus pasos
trotando de vuelta por el pasillo.
- A ver si te gusta...
Note algo duro cerca de mi cara que intentaba entrar en mi
boca.
- No abras los ojos todav�a, por favor...
Me dijo en un susurro de lo mas excitante.
A cuatro patas abr� la boca todo lo que pude y comenc� a
chupar lo que parec�a un consolador grande, con venas y todo. Estaba fresquito y
el tacto era muy suave. Sonia estaba loca. Me lo paso por toda la boca
agarr�ndome de la cabeza, oblig�ndome a llevar un ritmo, como me hac�a Fer. La
�nica diferencia entre lo que ten�a en mi boca y la polla de Fer era la
temperatura. No pod�a aguantar mas, as� que sub� mi mano para agarrar aquel falo
de textura tan agradable y para mi sorpresa no pude moverlo.
- Abre los ojos... cari�o m�o...
Al abrir los ojos descubr� a Sonia de pie a mi lado, con
aquel pedazo de verga acoplado a un arn�s azul claro que se cerraba en su
cintura de avispa. Me quede parado un segundo. Su cuerpo desnudo con aquello
entre las piernas era tan extra�o como excitante. Yo ya no pod�a parar. La
agarr� su culo metiendo el consolador hasta mi garganta, chupando como loca. Era
como si Sonia tuviera polla... el m�ximo de lo m�ximo.
- Date la vuelta...
Jam�s, de verdad, jam�s pens� en Sonia como lo estaba
haciendo en ese momento. Era una pedazo de pervertida, y solo pod�a imaginarme
su cara de chica buena en la tienda donde lo hab�a comprado.
Sus cuerpo caliente se acerc� al m�o por detr�s y sent� como
un chorro de crema fr�a me ca�a por la raja de mi culo/co�o. Di un peque�o salto
hacia adelante por la temperatura, pero en seguida me acostumbre. Ella me agarr�
de los hombros y con lentitud me clavo su juguete en el centro de mi culo. Sus
dedos me agarraron de mis hombros para hacer presi�n y su cadera comenz� a
moverse r�pido. Me estaba enculando Sonia, no me lo pod�a creer.
- Si... si...
Dije sin poder evitarlo...
- Si...
Repet�a con cada sacudida que ella me daba. Sus u�as
largu�simas se me clavaban en los hombros hasta el punto de no importarme que me
hiciese da�o, y aquel aparato ya caliente se me incrustaba hasta mi es�fago.
Cuando ya no pude reprimirme mas solt� un grito tan grave que me dio hasta miedo
a mi. Con reflejos cog� una de las toallas que hab�a en el suelo y lo puse
debajo de mi polla, para que mi leche no cayera al butac�n al salir disparada.
- �Ya?
Yo asent� respirando con dificultad.
- Jo... joder...
Sonia me bes� tiernamente en los labios mientras sal�a de mi
culo.
- Era mi regalito... �te ha gustado?
Asent� de nuevo sin poder moverme. Mire a Sonia que se
contemplaba con el arn�s color azul claro puesto en el reflejo del televisor.
- Joder, parezco una putona de esas de peli porno sado...
Puso cara seria aunque graciosa mientras se hacia una paja en
esa polla de goma. Su imagen era como un sue�o sexual, con su pelo rubio largo
sobre sus pechos redondos.
- �Es as� como os la mene�is, verdad?
Yo no pod�a parar de re�rme.
Nos dimos una ducha juntas y despu�s de comer los espaguetis
con tomate nos tumbamos en el sof� del sal�n a ver la televisi�n una encima de
otra. Su olor a champ� mezclado en su piel era reconfortante...
Mi hermana y Teresa nos despertaron entrando en casa.
- �Est�is vestidas?. �Venimos acompa�adas!
Son� la voz de Teresa desde el recibidor. Sonia se levanto y
se puso nada mas que una camiseta que le llegaba hasta justo el final de su co�o
y yo me puse el una camisa un poco larga tambi�n con mi sujetador relleno
debajo. Est�bamos medio dormidas y la luz del sol oblicua y rojiza de la tarde
llenaba la casa. El mar se o�a a lo lejos.
- �Si!. �Pasar si quer�is!
grit� en respuesta.
La puerta se abri� y mi hermana y Teresa entraron en el
cuarto con un chico al lado. El chico era alto, pero la verdad es que tenia
rasgos muy femeninos. Al encender la l�mpara de la esquina vi que sus ojos eran
verdes y su pelo moreno lo tenia un poco largo para ser chico. Nos miro
sonriendo. Teresa nos present�.
- Este es Alberto, el hermano de un amigo...
Nos dimos los besos correspondientes y se sent� junto con
Sonia y conmigo.
- �Hab�is comido bien?
- Si... hemos dejado para ma�ana unos pocos
dijo Sonia.
Alberto no nos perd�a de vista. Su cara alargada tenia estilo
y sus maneras era femeninas, de eso no hab�a ninguna duda. Me record� cuando yo
sent�a a Yolanda dentro de mi.
- Nosotras nos vamos a cambiarnos para salir de marcha.
Alberto nos ha dicho que se apunta... �verdad?. �Vamos a reventar las discotecas
esta noche!
- Si...
Alberto no sab�a donde mirar.
Teresa y mi hermana se fueron por el pasillo hasta el ba�o,
pero justo antes de desaparecer, Teresa me hizo un gesto con la cabeza se�alando
a Alberto. Nos quedamos callados todos durante unos segundos viendo un programa
de motor hasta que romp� el hielo.
- �Y que tal por aqu�?
- Bien... bueno...
Dijo con su voz entrecortada. Sonia se levant� apoy�ndose en
mis piernas.
- Bueno, os dejo solos... yo me piro a arreglarme.
Alberto sigui� con la mirada a Sonia y despu�s sigui� mirando
la televisi�n, aunque notaba que de vez en cuando me miraba las piernas. Estaba
claro que Alberto saldr�a de marcha con nosotras, solo ten�a que decidir si lo
har�a como amiga o como amigo... Me acerqu� a �l lentamente sintiendo la
excitaci�n en mi cuerpo al verme en el otro lado, el lado de pervertir a un
chico t�mido y convertirle en una putita por una noche en la playa... o por el
resto de su vida, como mi hermana hab�a hecho conmigo. Quer�a salir de marcha,
follar como nunca con Sonia, mamar una polla caliente y hacer que Alberto
gritara de placer sinti�ndose una putona cuando estrenara su nuevo co�o. Apoy�
mi cara en un coj�n al lado de su hombro y le mir� abriendo la boca tiernamente.
Sab�a exactamente que decirle.
Doceava parte de las fantas�as que se cumplen... y esto cada
vez se l�a mas. Bueno, un saludo a todos en especial para aquellos que contactan
conmigo para transmitirme lo bueno y lo malo de mis relatos... como siempre,
estoy a vuestra disposici�n tanto en mail como en el messenger.