Desde muy temprana edad , mis padres y yo supimos que yo
ser�a de baja estatura, que no se que factor u hormona disminu�a mis chances de
llegar a tener una estatura normal. Aclaro que no soy enano, sino peque�ito,
bajito, chico, menudo, cortito, petiso, chaparro, retaco, gurrumino, enclenque.
Pero no soy un disminuido mental ni un discapacitado, ni un deforme.. Solo que
como los mejores perfumes , vengo en frasco chico.

Soy un chico de 23 a�os, de baja estatura, pero tengo lindos
ojos celestes, suave pelo rubio, un cuerpo desarrollado en el gym, con
excelentes b�ceps, fuertes muslos y un culo redondito fuerte e inflado que
parece dos globos a punto de explotar. Y en cuando a verga, tengo una muy linda
de 18 cms por 5 que sabe hacer las delicias de mis ocasionales parejas.

Si soy un individuo perfectamente normal , eso no ha impedido
que en virtud de mi escasa estatura me hicieran crueles burlas, me
discriminaran, resultara dif�cil para mi practicar ciertos deportes, buscar
trabajo y hasta conseguir ropa adulta para mi, y que haya sido muy desafortunado
en el amor. Nunca me hab�a enamorado , mi vida sexual no era nada del otro mundo
, pues si bien ten�a bastante arrastre , los tipos que a mi me gustaban no me
daban ni la hora.

Con la intervenci�n de un t�o paterno, consegu� mi nuevo
empleo como cajero y adicionista de Delicadezas, un negocio de comidas en un
shopping center y al poco tiempo de ingresar, comenc� una relaci�n con el
cocinero , un tipo casado , que una noche ofreci� llevarme a casa y en realidad
me condujo hasta un albergue transitorio para parejas, donde cogimos un par de
turnos de dos horas.

Lorenzo no era nada del otro mundo pero me calentaba
tremendamente, era gordito algo panz�n, peludo, y ten�a un culo gordo y muy
tentador con el que me provocaba cada vez que lo miraba. El me hab�a hecho
bromas con aquello de qu� tendr� el petiso, una frase de una canci�n
popular , en la que con picard�a se daba a entender que el bajito aquel,
compensaba su falta de estatura con una tremenda verga desproporcionada con su
estatura.

Aquella noche hab�a vuelto a hacer la broma a la hora de
salida y en el cuarto de vestir yo me hab�a bajado mis pantalones y mostrado mi
pija grandota y cabezona, y el se desesper� al verla y en un instante se tir� al
suelo y empez� a mamarmela con tanta fuerza que me hac�a da�o., sin importarle
que pudiera llegar alguien.

Me separ� de el con miedo y cierta violencia y fue entonces
cuando me invit� a llevarme a mi casa pero, en realidad, como ya cont�, fuimos a
un hotel por horas donde me la termin� de chupar, y acab� como nunca en sus
labios, en su boca y en su cara y luego me lo cog� tres veces seguidas, un poco
para que recordara lo que yo tenia y no lo olvidara nunca .

Yo hab�a querido darle una lecci�n y sacarme un poco de la
leche acumulada pero Lorenzo fue tan cari�oso que me gust� mucho la secci�n de
besos y caricias que nos dimos despues y que cuando me pidi� que se la chupara
lo hice con gusto. Tenia una pija deliciosa, muy porosa y suave , muy esponjosa
y caliente y la verdad me gust� tanto que repet� con gusto. Que linda cabeza
para mamar y que rica la leche que me dio un par de veces siiii. Lorenzo qued�
extenuado y dolorido y por un tiempo no me propuso tener mas sexo. Lo hab�a
exprimido como a una naranja para jugo.

Quiz�s Lorenzo no se atrevi� a proponerme tener sexo de
nuevo, porque un tiempo despu�s inici� un romance con un empleado de la
disquer�a , Dar�o , un flaco de aritos en la nariz, que viv�a cerca del shopping
y con quien ten�amos lindos encuentros los s�bados por la noche. El pibe era
menor que yo y muy flaco y menudo, hab�a nacido sietemesino, y pesaba unos
cincuenta kilos . Nos revolc�bamos muy bien en la casa de su t�a, y el me hizo
tomarle el gusto al sexo anal , por lo que todos los d�as que nos ve�amos, le
ped�a que me cogiera con su pijita flaca y querendona que echaba una guasca
caliente y pegajosa que me estremec�a y volv�a loco.

Los viernes por la noche y domingos tambi�n sal�a y muchas
veces levantaba algo y cogia as� que a los veintitr�s a�os estaba bastante bien
atendido. Y cuando hab�a un d�ficit de acci�n recurr�a a la manuela sin
verguenza. Era peque�ito y petiso pero no me privaba de vivir una vida sexual
bastante variada.

Por esa �poca me empec� a salir sin ropa interior, y ello
generaba bastante reacci�n entre los tipos que concurr�an al shopping, y
especialmente de algunos comerciantes como el receptor de ropa para tintorer�a
que una tarde me propuso sexo y acept�.

Yo era como ven, un corchito er�tico, un peque�o monumento al
sexo casual y gay.

Por eso al principio no le prest� la atenci�n a un muchacho
alto y delgado que sol�a encontrar en el ba�o, o que ven�a a tomar algo al
negocio, o que atend�a un stand del shopping y que me miraba con unos lindos
ojos . Tendr�a mi edad, cabellos negros y ojos marrones, , piel blanca, mirada
muy linda. Med�a un metro noventa mas o menos pesando unos setenta y cinco
kilogramos. Al lado de mi metro y cincuenta y tres, era un gigante. La primera
vez que not� que me miraba con inter�s supuse que era el producto de sentirse
gigante a mi lado. De saberse alto al lado m�o que era un petiso esmirriado.

Una ma�ana, la camarera no hab�a llegado, era muy temprano,
el vino al negocio a desayunar, vistiendo un equipo de gimnasia nuevo y muy
llamativo. Aunque no me tocaba atenderlo, me acerqu� a su mesa, le tom� el
pedido y lo mir� de cerca por primera vez. Era lindo a mas no poder. Ten�a unas
pesta�as largas y rizadas, unos ojos marrones y brillantes y unas manos
peluditas que me calentaron enseguida.

Cuando le llev� el desayuno a su mesa , le alcanc� un diario
de esa ma�ana, y un vaso grande de agua mineral con gas. Me mir� con mucha
dulzura y me pregunt� si no queria desayunar con el. Le dije que aunque era
temprano no pod�a porque mi trabajo era el de adicionista y cajero , y que solo
por la demora de la chica que atendia las mesas lo hab�a atendido. Fue cuando me
desarm� con una frase que no esperaba.

De modo que era Federico como yo, pero a secas , yo soy
Federico Pablo, ten�a mi edad , casi 50 cent�metros de estatura mas, conduc�a un
auto peque�o para su tama�o, viv�a solo a cinco minutos del shopping ,era
soltero y gay casi reciente y era el due�o del stand de productos exclusivos de
bazar.

Mi tocayo me hab�a desestabilizado pero que pod�a hacer con
el: eramos incompatibles. Uno tanto y otro tan poco.

Me he imaginado caminando a su lado, o en algun boliche de
ambiente a la vista de todos, ser�amos todo un espect�culo rid�culo. A veces en
la cama fantaseaba coger con el, y llegaba un momento en que comenzaba a llorar
de tanta risa. Eramos como antes y despu�s, como el chico y el grande, tama�o
infantil y tama�o familiar, small y extra extra large.

Todos los d�as venia a buscarme a la hora de salida para que
fu�ramos juntos en el auto, y yo me negaba. El ten�a mucha paciencia o no
aceptaba un no como respuesta. El d�a que acept� , me regal� una flor y yo le
regal� una lupa.

Pero nuestra atracci�n crec�a y cuando me propuso hacer el
amor, lo acept� porque pudo mas la calentura que el prejuicio y el me puso
encima de el mir�ndonos a la cara y nos besamos despacito y suave como no
crey�ndolo .

Me alc� hasta sus hombros para besarlo , para abrazar su
cabeza hermosa, para besar sus ojos oscuros y brillantes. Y me apret� a sus
hombros para sostenerme cerca de su coraz�n mientras su boca buscaba la m�a y mi
lengua peleaba como un esgrimista cari�oso con su lengua deseada. Apretado a su
pecho peludito, comenc� a rozar mi pija con su vello, a acariciar su calor con
el mio . Y le dije te amo cuando el tap� mi boca con un beso tremendamente
apasionado.

Y yo me sub� hasta su pija para sentirla recorrer mi culo mis
huevos, amarse con la m�a y cuando me la puso grit� de gozo y de dolor , y de
alegr�a, y el me llev� al cielo y yo nunca habia experimentado un placer asi.
Empec� a gritar mas porque no soportaba ese calor enorme que envolvia mis
entra�as, y el bombeando me decia que me amaba, y yo no era m�s el mosquito , el
enano, el feto mal parido, el mosquita muerta. Era el hombre cogido por otro que
lo amaba, otro que lo llenaba de leche por todos los rincones y entonces acab� ,
acabe sobre su pecho sobre sus tetillas, sobre sus axilas y su cuello. Yo
tambien te amo, alcanc� a decir, antes de acabar sobre su cara, sus orejas y su
pelo. Como contest�ndole al mundo que lo que ten�a el peque�ito era un amor muy
bien guardado que al fin pod�a entregar.

galansoy.

Escr�banme como siempre a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO y valoren mis
relatos si les agradan. Gracias. g