Relato: Una nueva familia (2) Una nueva familia(2)
Como les cont�, el convivir con esa familia signific� en mi
imagen una transformaci�n. Si bien les dije que ese cambio fue por un estado de
sumisi�n, producto de quedarme solo en el mundo; deben comprender que la
sumisi�n no es una nulidad, mas bien es una forma distinta de poder. Eso sucedi�
con la nueva familia. Cada vez los juegos de Diana, Alejandra y Andrea eran
menos inocentes. Tanto Andrea como Alejandra, que no eran lesbianas, les alocaba
mi pene. A dem�s, el contraste con los senos implantados que ten�a, resultaba
excitante para cualquiera. En un primer momento solo me masturbaban y la lam�an
con pasi�n, tem�an que las penetrara. Les encantaban como emanaba de m� mi
fluido vital, que dicho sea de paso era en grandes cantidades. Esto era algo
casi ritual para ellas, pues lo hac�an desnudas mientras escuchaban las fugas de
Bach, le encantaba esparc�rselo por todo su cuerpo. Diana por otro lado, dado
que asum�a con sus novias un rol activo, la misma actitud adopto con migo. Le
encantaba vestirme muy femenina y poseerme por el culo con esos consoladores con
correa que usan las lesbianas. Le encantaba ver como por su penetraci�n y sus
caricias de lesbiana, se endurec�a mi pene hasta sus m�ximas dimensiones. Creo
que le excitaba la idea de que eso significase un control y dominio sobre mi
masculinidad afeminada. Como les dije, ante eso yo actuaba de manera sumisa,
pero el hecho de aprender a ser mujer sin haber perdido mi virilidad, resulto de
m� en un ser de maligna seducci�n. Malvado en sentido Nietzscheano, lean la
Genealog�a de la moral si quieren comprenderme.
Lo que nunca les cont� es la profesi�n de Diana, era
bailarina cl�sica. Desde que me instal� en su casa, me inicio en la danza. Luego
de dominar la t�cnica cl�sica, decid� profundizar en la danza moderna, con
cuatro a�os de estudio hab�a superado a ellas tres que ten�an en eso casi toda
una vida. A pesar de que nunca lo hab�a hecho fuera de casa, el intenso
entrenamiento, 4 horas diarias, hizo que tuviera un nivel profesional. Me
encantaba la danza, pero mi motivaci�n no era meramente art�stica, sino que
hacia que dominara al m�ximo mi cuerpo para aquel oculto, detr�s de la imagen de
sumisi�n que mostraba, poder de seducci�n, ya sea a hombres y mujeres. Las tres
dejaban todo por verme bailar, y a pesar de que intentaban mostrar tan solo una
satisfacci�n est�tica, ellas se tomaban muy en serio lo de la danza, era
inevitable que me ocultasen a m� la expresi�n de excitaci�n en sus rostros.
El moralismo hac�a imposible que un transexual se presentara
en los grandes teatros, pero mi capacidad era tal, que Diana comenz� a organizar
presentaciones privadas. El mismo rostro de excitaci�n ve�a en ellas lo ve�a en
el rostro de mi p�blico, ya sea hombres o mujeres, pues a pesar de que mis
vestimentas para las presentaciones eran muy femeninas nunca ocultaba la
excitaci�n de mi virilidad, pues contrastaba aquella delicada imagen de
jovencita, todo mi poder viril. Para mi bailar era tan intenso como una
experiencia sexual y eso quer�a mostrar a mi p�blico. Mis admiradores
aumentaban, propuestas de todo tipo ca�an de todos lados, pero nunca acepte,
solo explicitaba mi sexualidad con mi nueva familia. Esa era mi forma de
mostrarles mi cari�o. A dem�s no sent�a mucha atracci�n por los hombres.
Pero Diana, al ver como me miraban en esas privadas secciones
mi p�blico, cada vez m�s me insist�a en que acepte algunas proposiciones. A
dem�s me ser�an muy remuneradas...
Pero esa es otra historia.. si quieren saberla quiero
escucharlo, establecer una relaci�n l�dica con mis lectores, as� que escr�banme
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Para mis queridos lectores que me preguntaron de donde soy y
si la historia que les cuento es real, prefiero que eso quede en un misterio.
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Relato: Una nueva familia (2)
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