SIN EL MARIDO DELANTE
Poco despu�s de cumplir los 26 a�os comenzar�a a vivir mi
sexualidad plena. Result� que conoc� a una mujer diez a�os mayor que yo, de 36
a�os, llamada Montse. La conoc� en el supermercado cuando bajaba a comprar el
pan. Era muy atractiva. Llevaba el pelo te�ido con mechas rubias. Su cuerpo era
formidable y ten�a unos pechos que no estaban nada mal.
Yo soy muy hablador y termin� hablando con ella, en la cola
de espera, sobre culebrones, que reconozco que por aquel entonces me gustaban
bastante y no me causa rubor decirlo.
Una tarde la vi por la calle andando con un chaval joven como
de mi edad. Me di cuenta de que intentaba eludir mi mirada. Los vi a los dos
entrar en un portal, en el de su casa. Montse estaba casada, conoc�a al marido.
�Vaya con la p�jara!.
Unos d�as despu�s, esperando en la cola del pan, me dieron
dos golpecitos en la espalda, como dos caricias. Me di la vuelta y era Montse.
Me gustaba su perfume.
- No es lo que t� piensas- me dijo.
No s� ni como pero terminamos sentados en un banco, con la s
bolsas de la compra.
- Sub� a ese chico a casa. S�. Lo reconozco. Pero mi marido
lo sab�a todo. Estaba delante.
- Quieres decir que Juan �os estaba viendo?.
- S�. Y disfrutaba como un loco.
- �Y eso?
- Fue a trav�s de internet. De una p�gina de contactos � me
dijo.
- �T� marido es impotente?- le pregunt� sin cortarme un pelo.
- S�- me dijo, y era mentira. Me lo confes� despu�s. Pero
ella tiene mucho apetito sexual y Juan es muy morboso y le gusta ver a su mujer
acostada con otro hombre.
Unos d�as despu�s me la volv� a encontrar. Va la t�a y me
dice al o�do:
- �Te apuntas?.
Tuve una erecci�n inmediata. All� delante de la gente.
- S�. Pero sin tu marido delante.
Ella se quedo unos minutos sin saber que decirme.
Cuando ya me iba y cre�a que Montse no estaba de acuerdo, de
pronto se me acerco por detr�s y me dijo al o�do:
- Vale.
Se me puso la carne de gallina.
Su piso no estaba mal. Pero a m� lo que me gustaba era ella.
El marido no estaba. Nos fuimos desnudando en silencio sin decirnos nada. �C�mo
me miraba! Me dio verg�enza y por un momento sent� deseos de marcharme. Mi polla
salto del calzoncillo. Ella se qued� impresionada al ver mis 20 cent�metros.
�Qu� cara puso Dios! �Jam�s lo olvidar�!.
Se meti� mi polla en la boca. Hasta el fondo. Incluso me dio
miedo. Me hizo un poco de da�o con los dientes. Estuve hurgando en su co�o hasta
que le met� un dedo. Le resbalaba l�quido por los muslos. Pas� mi polla por toda
su cara. �Qu� dulce!. Y luego me puse a picotear a besos su cuello. Parec�a un
canario. Ella cerraba los ojos y jadeaba. Le met� la polla entre las tetas. �Tan
seductoras!. Me met� los dedos de sus pies en la boca y se los chupaba. Apret�
mi polla en su cl�toris, excit�ndola todav�a m�s. Y luego se lo acarici� con dos
dedos muy r�pidamente. Se estremeci� y se corri�.
- Quiero que seas mi amante- le dije.
Ella no dec�a nada.
- La pr�xima vez vendr� cuando quiera pero no quiero ver a tu
marido ni en pintura.
Le met� toda la polla en la vagina y me pareci� que ella se
corri�. Le acarici� su cara con mucha dulzura.
- Me encantas- me dijo con voz ronca por la salidez.
Segu� apretando. Adelante y atr�s. Cada vez m�s fuerte.
- M�s despacio- me dijo.
Y as� lo hice.
Ella se puso a juguetear con los dedos de su pie en mi oreja.
Se march� al servicio. Se puso un enema y se la met� por el culo. La volv� loca.
Aunque a m� me doli� bastante. Se la saqu� de ese agujero y se la met� por el
co�o.
- Eres incansable � me dijo.
No dejaba de apretar y apretar en su co�o. Me entr� una
especie de frenes�, y fue cuando me empec� a dar cuenta de mi poder�o sexual.
Aguantaba el orgasmo y ella se corr�a.
- As�, as�, as�, eres mejor que el gilipollas del otro d�a y
mi marido juntos.
No pude m�s y me corr�. Pero no pod�a dejar de moverme detr�s
de ella. La sacaba y la met�a.
- S�...eso s� por favor- me dec�a.
- �C�mo es que le haces esto a tu marido?, �eres una zorra?.
- �Por qu� me tratas as� amor m�o?.
Era la primera vez que alguien me llamaba amor m�o.
Se puso a hacerme una paja con los pies.
- Quiero seguir jodi�ndote- le dije.
Me acarici� el capullo con el dedo gordo. Me acerc� su culo y
le met� dos dedos.
- Quiero que me la metas por el culo y que luego me des un
par de hostias.
- Eso no lo voy a hacer � le dije.
Ella se puso a comerme el cuello a lametazos. A cambio le
met� bien la lengua en su culo. Montse me chup� los dedos de los pies. Me di
cuenta de la lujuria que hab�a en su mirada. Me clav� un pez�n erecto en mi ano.
Yo le lam� el cl�toris hasta hacerla gritar, recuerdo. Se puso tan pesada
apret�ndome su culo que me la foll� por ah�. Esta vez me gusto m�s y a ella
horrores. Le pas� mi pie por su cuello. Y me lo met� en la boca. Me pas� la
lengua por mi capullo con mucha sensualidad y casi me corro. Su cabello le ca�a
por los hombros. Luego me chup� el pie a m�. Se la volv�a a meter por el culo y
ayudados por el aceite fue divino. Esta vez si que lo pasamos los dos bien. Le
puse el pie en la cara. Y ella se puso a pajearme. Y me pon�a los pies en la
cara y se los ol�a. Me puse a besarle en los hombros. Volv�a a foll�rmela. Hasta
vaciarme por completo. Estaba encima de ella. Fue bestial.
Cuando me marche ella no me quitaba el ojo. De Mi cuerpo, de
mi polla, de mi culo.
Sin embargo me llev� una gran desilusi�n. No me volvi� a
hablar. Y yo no pod�a dejar de pensar en ella. Me hab�a enamorado.