CARNE TIERNA
Mi vecino de piso, Alfio me hab�a invitado a un fin de semana
en su campo de la provincia de Buenos Aires, en el que criaba ganado bovino de
la raza Aberdeen Angus, una de las mas cotizadas del pa�s, y alli partimos una
madrugada de verano. Alfio me atra�a bastante pero no era mi tipo, a mi me
gustan los m�s j�venes, la carne fresca, la piel lisa, o como dice un amigo m�o,
el olorcito a talco de bebe.
Respetuoso de las leyes y ordenanzas siempre los elijo de 18
a�os para arriba, ya bien desarrollados y con barba , o sea no meto nunca con
menores. Siendo un hombre maduro, supero los 50, mi gusto por los hombres tan
j�venes me ha tra�do unos cuantos disgustos, tales como la fugacidad de las
relaciones, el abandono, la infidelidad, la mentira, el robo de efectos
personales, el abuso, la codicia temprana de algunos, otras acciones propias de
la inmadurez e incluso el insulto final cuando todo se termina: "viejo de
mierda...."
Cuando Alfio me propuso visitar su campo, hac�a pocos meses
que hab�a cortado con Mat�as , un artesano que se hab�a ido a vivir a Italia , y
a quien yo no hab�a querido acompa�ar. Ya no estaba para esos trotes. El eligi�
su futuro y ese futuro era sin m�. Me qued� triste porque yo amaba a Mat�as, un
chico de 22 a�os que parec�a tener cien por su sabidur�a y sentido com�n. Amaba
su cuerpo estilizado, su piel lampi�a , su culo redondo y levantado, su hermosa
pija de 20 cent�metros. Amaba su exquisita forma de hacerme el amor, su ternura.
Pero lo perd� por un pasaporte de la Uni�n Europea, que le permiti� radicarse
cerca de Venecia.
Salimos de Buenos Aires temprano con Alfio, y antes de
mediodia est�bamos en el campo. Alfio sufr�a de una fuerte lumbalgia y por eso
nos fuimos al pueblo a buscar una medicaci�n para caballos que el dec�a era lo
�nico que le calmaba el dolor. De paso por el pueblo fuimos a visitar a una
familia amiga de Alfio, los B�rtoli, que ten�an el mayor corral�n de materiales
de construcci�n de la zona.
Fuimos recibidos por los due�os de casa, Rodolfo y Alcira,
por el padre de este, Vitorio y por los hijos de Rodolfo y Alcira, Mariana y
Miguel Angel .
Mariana era la cl�sica se�orita de pueblo educada en un
colegio de monjas, seria estudiosa y esperando la llegada de un novio. Miguel
Angel. tendr�a 18 a�os, iba a ingresar a la Facultad de Veterinaria, y era tan
hermoso que cuando lo v� se me parti� el coraz�n.
Cuando uno ve a un individuo de 18 a�os, de casi un metro
noventa, esbelto y proporcionado, con unas espaldas como para sostener al mundo,
una cintura estrecha, tetillas para comer con helado de fresa, nada de grasa, un
bulto de anunciadas grandes proporciones, y un culito levantado y chiquito,
coronando dos piernas largas , sin pelos, bell�simas, se queda pasmado. Si a eso
se agrega una cara ani�ada y casi lampi�a, cabello rubio oscuro, ojos negros,
con largas pesta�as, una nariz perfecta, una boca de labios ideales para el beso
, pies grandes pero arm�nicos, movimientos felinos y �giles, y el
desconocimiento aut�ntico de su propia belleza, y su impacto en los dem�s, la
combinaci�n podr�a ser fatal.
De m�s est� decir, que Alfio no sab�a de mis inclinaciones y
menos los due�os de casa, pues cuando nos invitaron a quedarnos debido a la
condici�n de salud de Alfio, me cedieron una cama en el propio dormitorio del
objeto de mi lujuria, Miguel.
En esa primera noche, yo estaba muy cansado. Del viaje, de la
lumbalgia de Alfio, de las conversaciones intrascendentes, de la comida
abundante con que nos hab�an convidado, y de mi erecci�n permanente por el chico
de la casa.
Hab�a visto a Miguel nadar en la piscina del hermoso jard�n
de la quinta , y visto su agilidad, la belleza de sus l�neas f�sicas, su bulto
descomunal , y su culito paradito. Lo hab�a visto saltar del trampol�n infinidad
de veces , admirando su piel bronceada y suave y brillante. El chico d�ndose
cuenta de mi atenci�n hacia el pero ignorando las causas, hac�a toda clase de
piruetas desde el trampol�n y no dejaba de asombrarme la liberad que ten�a con
su cuerpo.
Ya acostados hablamos mucho, el me hab�a visto salir del ba�o
envuelto en un toall�n y luego desnudo mientras me pon�a el slip, y a su vez me
hab�a exhibido su desnudez perfecta cuando me dijo que el dorm�a desnudo. Cuando
en bolas, con esa la pija y esos huevos crei desmayarme. La pija era una obra de
arte, grande, recta. gorda, circuncisa, con una cabeza enorme, venas celestes
recorr�an su largo, y los huevos eran de esos bien colgantes que me encantan.
Cuando se dio vuelta , pude advertir en la semi-oscuridad su culo hermoso, un
culito de esos chicos como dos pomelos grandes, lampi�o, parado, invitador y que
en mi calenturienta imaginaci�n, parec�a estar listo para ser estrenado.
Cuando apag� la luz , el sigui� hablando de sus cosas, le
gustaba conversar y lo hac�a con el candor y la inocencia de un chico bien
varonil, muy joven y pueblerino, y yo le segu�a la corriente desde mi cama,
mientras mi pija segu�a dura y llorando, y el calor invad�a mi cara. Me
pregunt�, c�mo hac�a para mantener mi f�sico tan bien a mi edad y yo le dije que
no hac�a nada, que solo trataba de vivir bien , de no privarme de nada, y en
especial de no reprimirme. Palabras tan sugerentes motivaron este di�logo:
-. Reprimirte de que? , pregunt�.
- Si me gusta algo lo hago, si me gusta alguien, le hago el
amor, contest�.
La risa nerviosa del chico , me alert� de que estaba
prestando mucha atenci�n a mis palabras.
. - Y hac�s el amor seguido? , pregunt� interesado
Casi todos los d�as..respond�
Yo tambi�n , me dijo �l. Si, o cojo con mi novia o me
hago la paja, agreg�.
Y te haces mucho la paja? Pregunt�
Si , mucho , contest� el joven.
Y hoy te la hiciste ? pregunt� con intenci�n
Pensaba , pero llegaron ustedes y bueno.....
Por m� , hac�tela no me molesta , le dije
Me da verg�enza , dijo el chico
Yo tambien me la voy a hacer, le contest�
Y el pibe empez� a acariciarse esa poronga enorme que le
hab�a visto y en la oscuridad de la pieza, podia ver su mano derecha subiendo
y bajando subiendo y bajando y yo empec� a hacer lo mismo, sintiendo su
respiraci�n , sus gemidos y grititos.
_ Ay que rica es esta paja, Rub�n , por fin dijo el chico
_ Si? Pregunt�
_ Veni a ver como me palpita la garcha , invit� Miguel.
Este chico es mas zafado de lo que pens� , me dije.
No s�lo que la fui a ver: aprovechando la luna llena me
llegu� hasta su cama y me acerqu� a su pija a su mano, al vaiv�n , a su olorcito
a leche de pibe limpito , y comenc� a masturbarlo suavemente para que no se
asustara , y sus gemidos me dijeron que estaba gozando, y entonces no aguante
mas y le bes� la pija y me la met� en la boca y comenc� a chup�rsela
desesperadamente. Miguel me agarr� de los pelos y me la meti� como quien coje un
culo, con toda la fuerza, con vigor, como queri�ndome romper en dos. Al cabo de
unos minutos, me llen� la boca de su leche juvenil. Y me la tragu� despacito
como quien se deleita con un manjar. Su leche ten�a sabor a vainilla, a canela,
a nuez moscada, a cardamomo.
Cuando le solt� la pija, le bes� los huevos, los muslos, el
interior de sus piernas, y el extenuado se dej� hacer, y mi boca lleg� a su
culito perfecto y chup� con la lengua sus nalgas perfectas y suaves y cuando
intentaba penetrar su hoyito , el se estremeci� y cerr� las piernas. Ven� me
dijo
Apoy� mi cabeza en su almohada y me recost� boca arriba en su
cama, y cuando lo mir� me pareci� que estaba arrepentido de lo ocurrido y yo le
ped� perd�n , que lo olvidara, que nadie deber�a enterarse de esto. En ese
momento el acerc� su boca a mis labios, y yo quer�a desviar mi cara , pero no
pude, sus manos fuertes me sujetaron la cabeza y me dio un beso hermoso, pleno
de labios, lenguas, saliva devoci�n, pasi�n, ternura, inocencia. Obviamente no
estaba arrepentido , qu� alivio pens�.
No tientes al diablo pibe, le dije
Quer�a besarte eso es todo (Todo?)
Ya lo hiciste, contest� secamente, anda a dormr,,,,,
La situaci�n se me iba de las manos: un adolescente, en casa
de sus padres, con mi vecino en la habitaci�n de al lado, yo un tipo mayor.
Decidi conculuir la sesi�n alli aunque luego tuve cierto arrepentimiento.
Por la ma�ana, con Alfio algo repuesto y el padre de Miguel
nos fuimos a un remate de hacienda en una ciudad a cien kil�metros .Llegu� a la
hora de la cena y el chico me estaba esperando. Me hac�a unas miradas poco
disimuladas que me llenaban de terror y de ternura a la vez.
Despu�s de una larga y aburrida comida, tom� una ducha y me
fui a la cama. Miguel apareci� diez minutos despu�s. Se desnud� y se acerc� a mi
cama, y me pregunt� muy dulcemente, si estaba enojado. Le dije que no, Pidi� que
me corriera y se acost� a mi lado, se dio vuelta me mir� a los ojos y acerc� su
boca a la mia y ah� no aguant� mas. Ese muchacho hermoso, me buscaba y me
encontr�. Siguieron besos chupones caricias, besos abrazos, gemidos, toqueteos,
resoplidos, idas y vueltas hasta que lo puse en cuatro y luego de poner saliva
en su hoyo y en mi garcha, se la met� hasta el fondo, hasta las entra�as, y el
muy putito me apretaba la pija para que no me escapara y resoplaba como un potro
y mov�a su culo con placer exquisito y se deleitaba con mi pija adulta y
cari�osa que le iba taladrando las tripas. De pronto lo di vuelta y sus largas
piernas se apoyaron en mis hombros maduros y lo volv� a empalar con gusto y el a
gemir, pidi�ndome garcha garcha garcha pija pija pija. Coj�eme guacho coj�eme.
Le tuve que poner una mano en la boca para que sus gritos no
desvelaran a nadie , menos a sus padres y a Alfio que dorm�an cerca.
Me qued� dormido pero al rato el me despert� con sus besos
con sus abrazos y caricias, era insistente el mozo. Puso sus largos dedos en mi
orto y empez� a hacerme un masaje prost�tico de esos, que me calent� horrores y
me dilat� el culo , y cuanto menos lo pensaba, me puso crema en el orto y me
garch� con toda su fuerza y de una sola estocada. Que manera de coger, la de
este pibe. Bombeaba con tal potencia que mi culo parec�a un pavimento que es
roto por la trepanadora pero qu� placer. En la noche me cog�� un total de tres
veces (cu�nta leche adolescente). Yo lo cog� de nuevo antes de dormirme y al
amanecer me busc� otra vez pero le dije que estaba adolorido , y el me dijo yo
te sacar� el dolor papi, y a rengl�n seguido me puso en cuatro y me d�o la
cuarta cogida de esa noche.
Por la ma�ana le ped� a Alfio la crema para caballos.
Necesitaba calmar ese dolor del orto de tanta cogida , pero alegue que era mi
artrosis, y el me la dio con una sonrisa que no supe que significaba, hasta que
en el camino de regreso y despu�s de una emotiva despedida con el chico que dur�
una media hora de besos abrazos y promesas.
Le pregunt� por su lumbalgia y el lanz� la carcajada. Nunca
existi�. Fue la excusa para ir a la casa de los Bartoli y sacarme de encima a
Miguel que me quiere coger a toda costa el muy guacho. Yo permaneci
imperturbable hasta que el me dijo: pero se que contigo hizo buenas migas ......
Si le dije , y pens� buenas migas, buenos panes, buenas panader�as y media
docena de inolvidables cogidas.
galansoy
Me siento muy honrado por los comentarios recibidos de tantos
amables lectores. Si les gust� este relato h�ganmelo saber a mi mail
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO. y si pueden
val�renlo. Gracias........