Relato: Doly y Alberto hermanos por siempre Doly y Alberto
Leyendo estos relatos, algunos ver�dicos, me anim� a
narrarles parte de la historia de mi vida, secreto que ahora gracias a esta web
puedo compartir.
Lo que describo mas adelante sucedi� hace ya muchos a�os y la
relaci�n, se mantiene aunque acotada por razones sociales y de distancia.
En ese entonces mi hermana era una ni�a encantadora, rubia,
de ojos claros, buen cuerpo, no muy alta, pero a pesar de su corta edad sus
piernas eran delineadas y muy lindas, a ella le llevaba dos a�os, los dos
est�bamos entrando en la pubertad y se estaban despertando nuestras hormonas.
Hasta esa �poca nuestra relaci�n era la l�gica y normal entre dos hermanos, ella
no se fijaba en hombres y yo no me fijaba en mujeres, hab�a ese distanciamiento
de los ni�os.
Esto fue en realidad un proceso, sol�amos jugar al cuarto
oscuro, con otra amiga de mi hermana, lo t�pico, dos se escond�an en un cuarto y
quien quedaba afuera buscaba a oscuras a los dem�s, con el tiempo me d� cuenta
que no heran juegos inocentes, era en realidad el despertar de los cuerpos pero
por nuestra corta edad no nos d�bamos cuenta. En una oportunidad me toc� a m�
estar fuera y buscarlas luego, entr� al cuarto oscuro, tanteando, descubr� un
cuerpo, ahora ten�a que descubrir de quien se trataba, lo hab�a hecho otras
veces, pero �sta ser�a distinta, comenc� a palpar, sent� las redondeces, pero a
medida que mis manos recorrian torpemente ese cuerpo imp�ber algo se despert�
dentro de m�, sent� calor, sent� a mi cuerpo reaccionar como nunca, sent� una
erecci�n, cuando toqu� el cabello largo y sedoso descubr� que era mi hermana y
me di� verguenza, el juego termin�.
Esa noche no pod�a dormir, daba vueltas en la cama, imaginaba
mis manos recorriendo el cuerpo de Dolly en la oscuridad y eso me traia culpa,
pero tamb�en me agradaba, de madrugada me levant�, fui al ba�o en busca del agua
fria para calmarme, al salir mir� al fondo del pasillo, la luz de noche del
cuarto de mi hermana brillaba tenuemente, mir� hacia el cuarto de mis padres, no
hab�a ning�n sonido, no puedo explicar que me pas�, me dirig� sin pensarlo hacia
aquella luz que me llamaba, me par� en el rellano de la puerta, la d�bil luz
iluminaba lo justo para alimentar mi imaginaci�n, vi a Doly dormida, boca abajo,
con su camisoncito corto apenas tapando sus nalgas, me acerqu� con mucho cuidado
empec� a palparla, cada mil�mietro era un suplicio, sab�a que no deb�a hacerlo y
si despertaba ser�a un esc�ndalo horroroso, pero no pude impedirlo, mis dedos se
acercaron a su bombachita verde, segu� avanzando, pude descorrer un poco y segu�
con mi investigaci�n, toque su conchita, su culito, sent�a como mi pija se
paraba, miraba absorto el rostro de mi hermana, nada, ninguna reacci�n, de
pronto se movi� me qued� inm�vil espere unos instantes y me fui a mi cuarto,
esta operaci�n la realic� varias noches, hasta que por el exceso de confianza
comet� un herror (por suerte).
Como dec�a esperaba la noche cuando todos se dorm�an salia
hacia el cuarto de Doly as� todos los d�as, de d�a la espiaba, esperaba que
fuera al cuarto de ba�o y espaiba su ba�o, realmente estaba obsesiionado. En
oportunidad de llegar de visita mi abuela, �sta ocup� el cuarto de mi hermana,
algo que se hacia habitualmente cuando ella ven�a y era algo que
indefectiblemente tra�a discuciones pues a m� me molestaba compartir mi cuarto
con mi hermana, pero esta vez era diferente, lleg� por fin la noche, esper� el
tiempo habitual y pude tener mi espect�culo privado, por la ma�ana me despert�
bien temprano y al ver a mi hermana durmiendo me deslice en silencio hasta su
cama, de rodillas estir� mi mano, corr� la bombachita y puse mis dedos en el
agujero de su culito, Doly se d�o vuelta con energ�a y me dijo que estaba
haciendo, se me vino el mundo encima, no supe que contestar, blabucee
estupideces y me dijo que se lo contar�a a nuestros padres, no sab�a que hacer,
lleg� el medio d�a, nos sentamos a almorzar toda la familia, mi hermana me mir�
comenz� diciendo esta ma�ana.....y creo que vio mi cara de desesperado, se
call�, no nada, dijo cuando le preguntaron que paso a la ma�ana, se cambi� el
tema y todo siguio su ritmo, pero ya nada era igual.
Por la tarde, salieron mi madre y mi abuela, quedamos los dos
solos, me acerque a Doly a quien trate de evitar todo el d�a, le ped� disculpas,
le explique que no sabia que me hab�a pasado y bla bla bla, todo quedo ahi.
Pero, debido a mi corta edad no media las consecuencias y esa noche otra vez
esper� la madrugada y otra vez fui hasta el objeto de mi deseo, la mir�, levant�
con cuidado el camisoncito y con sorpresa descubr� que no ten�a puesta la
bombachita, toque su cola, separ� con cuidado sus nalgas, palp� su agujerito,
tocaba sus pliegues, se empez� a mover, despaciosamente se di� la vuelta,
dejando al descubierto su pubis desprovisto de vello, recorr� su sexo, lo toqu�
lo palp�, luego husmee entre el escote, no habia casi nada que ver, apenas dos
carocitos, los toqu� y sent� como sus peque�os pezones se endurecian, satisfecho
me fui a dormir.
Esta operaci�n se repiti� durante una semana, como era
costumbre, mis padres aprovechaban la visita de mi abuela para salir y dejarnos
a su cuidado, llegado el s�bado por la ma�ana nuestros padres nos avisan que ese
fin de semana irian a una ciuidad cercana donde ten�amos algunas propiedades y
regresar�a recien el lunes, quedando a cargo de la casa mi abuela, como siempre
y ya solos los tres, luego de cenar y ver un poco de tele, nos fuimos a dormir,
como siempre inici� mi rito prohibido, cuando estaba por retirarme del lado de
la cama de mi hermana, �sta tom� mi mano y me dijo: -no te vayas, segu�- en la
oscuridad y en silencio qued� inm�vil, Doly tom� entonces mi mano y la gui�
hasta su sexo susurrandome que le hiciera caricias, no pude, nos pusimos a
hablar, me cont� que desde la ma�ana que me descubri� se di� cuenta que era algo
que yo hacia con frecuencia y por eso evit� dormirse esperando a ver que era lo
que yo hac�a y que cuando comenc� con mis toqueteos, estuvo tentada de armar un
esc�ndalo, pero que no sab�a por qu� se call� y me dej� hacer y descubri� que
esas caricias le gustaban, hablamos y nos dijimos que lo que yo hac�a y ella
permit�a estaba mal, decidmos que no me lo permitiria hacer m�s y que yo deb�a
entender que estaba pecando y que mi castigo de continuar seria tremendo.
Por la ma�ana, evit� todo cruce con mi hermana y ella tambi�n
era para no tentarme, a la siesta mi abuela se acost� a dormir y yo me fui a la
buhardilla a leer historietas, al rato se present� Dolly, faldita corta,
zapatilas, medias tres cuartos blancas, una remerita con dibujitos, con sus
anteojitos y sus trencitas, me saludo, se rescot� al lado mio, me pregunt� que
estaba leyendo, me dijo que habia estado pensando toda la ma�ana sobre lo
ocurrido la noche anterior, que si bien sab�a que estaba mal le hab�a gustado y
que el solo obst�culo era que nuestro parentezco, que no sab�a que le pasaba que
sent�a cosas en su cuerpo despertar, que se le hinchaba el sexo y se le pon�a
colorado y que cuando estaba cerca m�o sent�a calores, yo en silencio, se acerc�
m�s y en susurro me dijo
-Quiero que hagas caricias- sin decir palabras puse mi mano
sobre su muslo comenc� a subir, me dijo que esperara, bajo, vio que la abuela
dorm�a y volvi�, se quito la ropa, solo conservaba sus zapatillas y las medias,
la toque por todos lados, mir� todos sus lugares prohibidos, se dej� hacer aquel
juego sin remilgos, al rato me dijo que quer�a verme desnudo, obedec�, qued�
acostado boca arriba, miraba el techo fijo, sent� sus manitos acariciar mi
pecho, sigui� bajando hasta el vientre, recorri� mi pija de arriba abajo, toc�
mis bolas, me acaricio mi culo, volvi� a mi pija, yo estaba por reventar, se
puso de rodillas frente a mi, mientras me agarraba con su mano mi pija, la
miraba, todo en siliencio salvo algunos suspiros de los dos, -me gusta- dijo, se
recost� a mi lado, puso su cara sobre mii vientre y empez� a subir y bajar su
mano torp�mente por mi pija, le fui diciendo como me gustaba, hasta que sent�
que el ritmo y la presi�n eran las adecuadas, yo ve�a el espect�culo estasiado,
su rostro encendido muy cerca de mi miembro, su mano subiendo y bajando y no
aguant� m�s, un chorrito de leche salto ensuciando sus mejillas, se asust� y se
incorpor� pens� que me hab�a lastimado, la verdad que yo tamb�en me asust� hacia
poco que hab�a descubierto que pod�a darme placer solo y nunca habia tenido una
eyaculaci�n como esa, la tranquilic�, se qued� un rato m�s recostando su rostro
sobre mi pecho sin soltar mi pija, al rato y convencidos que mi abuela ya
estar�a por levantarse de su siesta, se visti�, sin ponerse su bombacha y bajo,
el resto de la tarde transcurri� normalmente.
Ya de noche en mi cuarto, mi hermana se meti� en mi cama solo
con su camisoncito, la tuve junto a mi le d� su raci�n de "caricitas" como ella
dec�a, luego se levant�, se arrodill� al costado de mi cama, y se dedic� a jugar
con mi pija como por la tarde, su rostro estaba enrojecido y miraba fijamente mi
pija, roja, caliente, me mir� y en voz muy baja me dijo -es dura pero suave,
parece de seda-, se acerc� a�n m�s, y me dijo -puedo besarla- y sin esperar mi
respuesta empez� a darle besos, -es como un helado dec�a- y le daba lenguetazos,
me bes� las bolas, pas� la lengua por la pija, por fin abri� la boca y se la fue
metiendo, yo muerto de miedo, no sabia que eso se pod�a hacer, solo esperaba que
no me mordiera y cada vez que sent�a sus dientes por la falta de experiencia
daba un respingo, por fin encontr� el ritmo, yo mas relajado la dejaba hacer,
sent� que me ven�a le dije que iba a pasarme lo mismo que a la tarde, sac� mi
pija de su boca, y sin soltarla me dijo -eso se puede probar- le dije que no
sabia que supon�a que s�, entonces me dijo -quiero probarlo- y se puso a
chuparme y a mamarme como poseida, ve�a sus mejillas hincharse con mi pija cada
vez que se la metia, veia sus labios haciendo presi�n, no pude m�s y le largue
todo lo que ten�a, abri� grande sus ojos, pero no solt� mi pija ni se la sac� de
la boca, chup� y chup� hasta que no quedo mas, la sac�, la mir�, le di� un beso,
la �comod� con delicadeza dentro de mi pijama y me dijo hasta ma�ana. As�
comenz� mi relaci�n incestuosa con mi herma, hoy tengo 47 a�os y ella 45, y esto
dura, con la misma frecuencia desde hace 32 a�os, seguir� contandoles algunas
experiencias en otros relatos
ugo
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Relato: Doly y Alberto hermanos por siempre
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