Ese d�a me llamo desde su oficina para decirme que alistara
maletas pues nos hiriamos de fin de semana a tierra caliente, empaque mis cosas
y las de el, me recogio en el auto y emprendimos camino, hicimos varias paradas
en el trayecto para morrearnos un poco, durante el trayecto me pase a la silla
trasera pues no soportaba mi Jean dado el intenso calor, decid� colocarme un
short corto y ajustado, Carlos detuvo el coche en un recodo del camino para
poderme cambiar, situaci�n que aproveche para masturbarme, a el le encanta verme
cuando me ensalivo y jalo la polla, mientras me doy dedo en mi ano, me encanta
verle a los ojos mientras lo hago, como estaba muy excitada bastaron unas
cuantas sacudidas para manchar el sill�n con mi esperma, nos demostr�bamos
nuestro amor, me sentia radiante y feliz, muy exitada.

El viaje termin� a las 12 y treinta de la tarde. El sitio
estaba totalmente vaci�, tan pronto llegamos nos acomodaron en un hermoso cuarto
con una enorme tina, bajamos al bar a tomarnos unas copas, hab�a ayudado a mi
esposo a colocar su traje de ba�o que le habia regalado hacia poco, un diminuto
bikini rojo que a duras penas cubria su portentoso y grueso falo, yo no habia
querido ponerme mi traje, nos acomodamos cerca de la piscina con nuestras copas,
me sent� en sus musculosas y velludas piernas y como dos chiquillos enamorados
nos empezamos a besar, nuestras lenguas se enroscaban mientras su manota sobaba
mis nalgas, el se meti� al agua indic�ndome que lo acompa�ara, asi que fui a mi
cuarto y me coloque mi vestidito de licra negro, super ajustado y que realzaba
muy bien mis paradas y ricas nalgas.

Tan pronto me meti a la piscina, mi marido me tomo en sus
musculosos brazos y me beso apasionadamente, baje mi mano y palpe su gloriosa
tranca por sobre el vestido, empezamos a jugar y a lanzarnos agua, me sentia la
mujer m�s feliz del mundo, me dec�a palabras obscenas al o�do calent�ndome
mucho, en un momento Carlos se quito su traje dentro de la piscina y lo lanzo
hacia el borde, a petici�n de el hice lo mismo y los dos quedamos desnudos en el
agua, me tomo de la mano y nos dirigimos hacia la parte mas profunda, como casi
no se nadar me cabalgue sobre el, su espalda aprisionaba mi tranca mientras yo
lo besaba en el cuello, mi marido me arrincono contra la pared de la piscina
restregando su adormilada y gruesa polla en mis nalgas mientras masajeaba la mia
y nos comiamos las lenguas, empinaba mi nalga un poco y mi hombre recostaba su
portentosa herramienta dentro de la raja de mis gl�teos, pase mi mano por atr�s
comprobando su excitaci�n, masajee suavemente su rica y gruesa verga mientras
abr�a mis piernas y colocaba su enorme cabeza en mi ano, la sensaci�n era
maravillosa, nuestras lenguas enroscadas y su verga en mi entrada, restregaba su
glande por mi orto una y otra vez, deseaba que me cogiera alli mismo, pero no
teniamos preservativos, le dije que deseaba que me poseyera, que lo necesitaba
dentro de mi, nos colocamos los trajes de ba�o y nos fuimos al cuarto, en el
peque�o trayecto admiraba su ancha espalda y su bien cuidado t�rax cubierto de
algun vello, todo un monumento. Acto seguido, nos bajamos los trajes de ba�o, al
bajar mi traje salt� la cabeza de mi verga, mi esposo me coment� que ten�a yo
una cabezota fenomenal y acto seguido, llev� su mano a mi verga, la toc� con un
tacto suave y cari�oso y lentamente retrajo el prepucio dejando brillar mi
glande que palpitaba de calentura.

Nos comenzamos a tocar y llegamos a un beso intenso y muy
profundo, mientras nuestras manos recorr�an nuestros cuerpos que temblaban de
deseo, Carlos me propuso que fueramos a darnos un reconfortante ba�o.

Lo ayude a desnudar y fue cuando apareci� la razon de mi
vida, la cosa mas hermosa y linda que hubiese visto, la due�a de mi vida, mi
raz�n de ser, mi marido se cargaba un colosal pene cabez�n y grueso, muy largo y
tentador que pend�a de dos bolas enormes y cubiertas de vellos.... desped�a un
olor a macho limpio y caliente, que a mi me volvia loca.

No fue si fue impresi�n mia, pero ese dia la veia mas grande
que nunca... la cabeza de aquella verga en estado de reposo alcanzaba casi sus
rodillas, una verga de todo un semental, .... grande, colorada y brillante, sin
circuncidar, como me gustan las vergas, se retrajo el prepucio y pude apreciar
en todo su esplendor aquel enorme caramelo que me acab� de excitar a tal grado
que casi me corro de desearlo dentro de mi boca o de mi culo.

Mi boca que para ese momento estaba hecha agua, y qu� decir
de mi culito que en ese preciso instante deseaba ser llenado por aquella maza de
carne palpitante. Mis manos estaban inquietas por acariciarlo y masturbarlo, mi
esposo me dijo que era una perrita muy linda, que mi pecho y piernas le
excitaban tremendamente y entonces me acarici� con exquisita suavidad, subiendo
y bajando mi prepucio y una vez bajo la ducha lo aloj� en su ardiente boca....
lo engull� totalmente con una capacidad incre�ble y yo mientras tanto, sintiendo
como sus labios tocaban mi pubis y sus manos presionaban mis nalgas mientras uno
de sus dedos trataba de penetrar mi culo impaciente.

Me dio una mamada tan rica mientras me penetraba con su dedo
que casi me hace llegar al cl�max, pero al tiempo yo buscaba con la vista su
deliciosa verga que estaba sumamente caliente. Cuando le ped� que parara la rica
mamada que me hac�a porque estaba a punto de explotar mi lechesita sac� mi verga
de su boca, me la bes� y me apret� muy fuertemente las nalgas invit�ndome a la
ducha que disfrutamos juntos por minutos tan largos que parec�an interminables
pero que yo no deseaba que concluyeran.... nos dimos una rica enjabonada,
momento que aprovech� para jugar a mis anchas con aquel inmenso y hermoso pene,
que a pesar de las caricias que le prodigaba no se levantaba en plenitud, estaba
m�s bien adormilado, semi erecto, pero muy pesado.... y delicioso.

�l abandon� primero el sitio de la ducha y mientras yo secaba
mi cuerpo, �l se fue a la cama y me llamo, me apoye en los codos y baje mi
cabeza, entonces le mostr� mi culito depilado, terso y rosado que a el tanto le
gusta, no lo dudo ni un instante.... llevo su ansiosa lengua a aquel riqu�simo
agujero que se le prodigaba entero pues era de el, solamente de mi marido, de mi
macho.... su lengua jug� mil malabares en mi hambriento hoyo.... lam�a mis bolas
y pasaba su lengua por mi orto mientras sus manos separaban mis gl�teos, deseaba
aquella tranca urgentemente, le ped� que ya, que por favor me penetrara, que
sent�a una total necesidad de tener su colosal verga dentro de mi, que me
hiciera suya, lo deseaba como nunca, el parec�a no escucharme, continuaba
metiendome la lengua de una manera sensacional, succionaba mis bolas y frotaba
mi miembro.

Fue justo en ese momento que decid� tocar y acariciar MI
verga, la de mi hombre, pues era mia, estir� mi brazo lo m�s posible y �Oh
sorpresa!, top� con una enorme verga, dura como un hierro...... poderoso
instrumento coronado con una gran cabeza..... fue lo m�s rico que me pod�a
suceder hasta ese momento.

Fue fabuloso verle volver su cuerpo, quedar de espaldas y
poder observar su pene que semejaba el enorme m�stil de un barco, era bell�simo,
totalmente descubierta la enorme cabeza, brillante, manando l�quido
preeyaculatorio, lo que lo hac�a lucir impresionante, hermoso y lo mejor era que
era totalmente mio, por lo que me lanc� a lam�rselo y chup�rselo con verdadera
gula, introduc�a en mi boca todo lo que pod�a de su grueso tallo, le chup�
tambi�n los enormes test�culos bronceados y velludos, los apretaba y met�a a la
boca como el mas rico caramelo, le lam�a golosamente ese rico y enorme falo, se
lo lam�a a todo lo largo, y alrededor de su cabezota y lo masturbaba sin
soltarlo de mi boca, su olor me embriagaba, jam�s hab�a deseado una pija con
tanto amor como la de Carlos, quer�a que todo el d�a se me fuera chupando su
enorme y grueso tolete, hasta que ya casi no resist�a mas y me dijo que deseaba
penetrarme de inmediato, que ya no se aguantaba mas.

Mi ansioso ano palpitaba del placer que estaba a punto de
recibir, pero tambi�n sent�a algo de temor por las tremendas dimensiones de
aquella verga tan descomunal, me la hab�a comido infinidad de veces pero ahora
la ve�a m�s grande que nunca, adem�s lo deseaba y me puse en cuatro patas en el
borde de la cama, se lo lubrique abundantemente con mi saliva, mientras �l me
lubricaba y penetraba el ano con sus dedos para prepararme un poco m�s, y de
repente sent� como me golpeaba las nalgas con su reata y luego su glande
presionaba contra mi ano, y me sobrevino un temblor y un sudor fr�o en el
cuerpo.

Aquello era incre�ble, una mezcla de temor y placer, que
comenz� a disiparse cuando sent� que su glande comenz� a horadar y a desgarrar
mi esf�nter y le ped� que me lo fuera metiendo muy lentamente, ya que me dol�a y
ard�a demasiado, pero lo deseaba tener todo adentro, estaba muy excitado, el me
masturbaba y me iba penetrando mil�metro a mil�metro, lo hacia con mucha
suavidad y tacto, era todo un veterano en ese arte de hacerle el amor a un macho
con su colosal tranca; me lo iba metiendo ricamente hasta sentir como sus
test�culos golpeaban contra la base de mi propia verga, y no pod�a creer que
tenia todo aquel enorme mazo dentro de mi culo.

Me sent�a repleto, lleno de �l, en el l�mite m�ximo del
placer, sollozaba, gem�a, hasta las lagrimas se me sal�an del placer-dolor
combinados y la felicidad que sent�a de ser penetrado por un hombre virilmente
delicioso que me llegaba hasta el alma y me hacia sentir y disfrutar algo que en
mi corto matrimonio jam�s hab�a sentido y disfrutado.

Despu�s de unos minutos quieto dentro de m�, comenz� a
moverse muy suavemente y yo trate de seguirlo, hasta que logramos acompasarnos y
a los pocos minutos su pene entraba y sal�a de mi ano con gran suavidad.

En cada embestida sent�a como me llegaba hasta el alma, sent�
mi ano dilatado al m�ximo, su barra ardiente perfor�ndome una y otra vez sin
compasi�n, estaba totalmente enculado por la mejor verga del mundo.

Sus movimientos se fueron haciendo cada vez m�s violentos y
me masturbaba tan ricamente que cuando comenz� a gemir diciendo que estaba a
punto de acabar, a m� me sobrevino tambi�n un orgasmo y acabamos juntos, le
llene su cama de semen, ya que eyacule abundantemente y �l me lleno los
intestinos ya que cuando me vine sent� su vergota explotar dentro de mi culo,
era como un grueso y caliente ca��n disparado internamente uno tras otro chorros
de calientes y deliciosos semen, apret� mis dientes y peque fuertemente mi ano
contra su polla, ca�mos sobre la cama mientras mi marido bombeaba salvajemente
mi anegado ano, llev�ndome al cielo como nunca.

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