La vecina (IX).
Matilde ya tenia programado visitar a su mama y su hermana,
los cuales viv�an en la provincia de San Juan, ella me pidi� que si pudiese
faltar dos d�as a mi trabajo, para quedarme con Rita, con total agrado le dije
que si y entre los dos se lo comunicamos a Rita.
Cu�ndo regresas mami?
Pasado ma�ana, ya estoy de vuelta, y si los convenzo quiz�s
vengan a pasarse unas semanas con nosotros, tu T�a y tu primo y posiblemente
venga tambi�n Betty
Despu�s Matilde me dijo que Betty, era una amiguita de Rita,
con la cual ella y toda la familia estaban muy encari�adas.
Me vas a extra�ar mi amor?
�S� mama?.
Pero Claudio te va a cuidar hasta que yo vuelva.
No Claudio?
S� mi amor.
As� tambi�n, se conocen un poco m�s, verdad?
Puedo dormir con Claudio?
Matilde, mir�ndome, con una sonrisa a flor de labios.
Si mi amor, si Claudio, deja.
Puedo?
Vamos a ver como te portas, si te portas bien durante el d�a
a la noche, vas a poder venir a la cama de mama.
Bueno Rita ahora, anda a tu cuarto, a descansar pues yo me
voy temprano, ma�ana a sacar los pasajes.
La ma�ana siguiente despert� y me di cuenta que Matilde ya
hab�a salido.
Me desperece, y lentamente fui a darme una ducha, nada me
hace sentir m�s feliz, que una lluvia de agua caliente por las ma�anas.
Con solo estar en esa casa, sent�a dentro de mi una
excitaci�n permanente. S� que mi cuerpo y me dispuse a afeitarme, a todo esto,
yo hab�a dejado la puerta del ba�o entreabierta, pues ya de temprana hora,
comenzaba a jugar, sutil juego, entablado por Rita.
Ella siempre me espiaba, y yo hacia que no la ve�a y cada vez
le mostraba algo mas, satisfaciendo su precoz curiosidad. Me encontraba
afeit�ndome, frente al espejo, totalmente desnudo, casi como esperando que Rita
se levantara y sigilosamente tratara de sorprenderme en mi intimidad.
De pronto siento la puerta de su habitaci�n que se abre, y
solo pensarlo, tuvo una consecuencia directa en mi miembro que se comenz�
paulatinamente a erguirse.
Mientras que yo hacia que no notaba su presencia, continu�
afeit�ndome, encontr�ndome ya a media asta.
Rita se encontraba apoyada en el marco de la puerta.
Hola!
Buen d�a, como dormiste
Bien y mama
Sali� temprano, por lo de los pasajes a San Juan.
A todo esto, ella no apartaba la vista de mi miembro a medio
erguir, entra y se sienta en el inodoro, Levantando su camis�n y dejando caer su
bombachita, que quedo enrollada en sus tobillos.
Te gusta verme afeitar.
S�. No te duele.
No estoy acostumbrado.
El sonido del pis cayendo, me excito en demas�a, ya no pod�a
disimular, la tenia parada frente a ella.
Mami te besa all�, no?
Dijo Rita se�al�ndome.
Y vos como sabes?
Eh! Bueno... una ves los vi.
Cuando, nos viste.
Una noche, que dejaron la puerta entreabierta. A mi mama le
gustaba mucho besarte.
Ella lo hace muy bien y a m� me gusta mucho cuando me lo
hace. Y que m�s viste?
Cuando, mama se tomaba toda tu leche. Me ense�as a hacerlo.
No s�, que pensara tu mama.
Ella me cont� una vez.
Que te cont�.
Una vez, cuando yo estaba por dormirme, mientras le chupaba
el pecho a mama, por que vos sabes, que aunque ya no tenga leche, a mi me gusta
dormirme, como cuando era chica.
Si lo se.
Bueno, tambi�n me cont�, que a los hombres, le sale, leche
como la de la teta de las mujeres.
Me pare frente a ella, su vista se hab�a fijado en la cabeza
de mi pija.
Bueno, te voy a ense�ar... Pone tu mano izquierda ac�, as�..
Como sosteni�ndome los huevos, ves sentilos entre tus dedos, despacito... as�
ves... as�.
Esta bien as�.
Bien ahora, con la otra mano, t�mame como lo viste hacer a tu
mama, pero as� ac� debajo de la cabeza, ves. As�.
Ahora, despacito, pero sin dejar de hacerlo move la manito,
para atr�s... as�. Y para delante.
As� esta bien.
Si mi amor, ahora, ves la cabecilla que esta seca, p�sale la
lengua y deja tu saliva, as� ponele mucha saliva para que pueda correr bien la
pielcita ves. Como la sent�s.
Esta dura, muy caliente.
Ahora metela toda en la boca y con la lengua acar�ciame la
cabecita, as� moviendo las dos manos.
Despu�s de eso no tuve que decirle nada mas, en realidad no
sabia si lo hab�a aprendido de verla a la madre, o es algo, que ciertas mujeres
lo llevan incorporado, en sus fibras m�s intimas.
Rita se prendi� a mi pija con una pasi�n y dedicaci�n
inusual, para su edad.
As� esta bien, te gusta. Lo hago como mama.
Si me encanta linda.
Quiero, aprender a hacerlo como mama.
Cada vez lo vas a hacer mejor, sabes?
La dedicaci�n era tal, que las gotas de saliva ca�an
estrell�ndose en el piso del ba�o. Trataba de prolongar el momento antes de
llegar al orgasmo, pero me era casi imposible.
Osvaldo, me ves a avisar?
Que...
Cuando te salga la leche.
S�. Pero no me llamas Osvaldo, sabes.
Cuando estemos en casa, ya te dijo mama que me podes llamar
papa.
Sobretodo cuando papi te este ense�ando a mamarla, como tu
madre.
Bueno, perd�name, no te enojes, papi, te la estoy mamando
bien.
As� si, ya pronto, me va a salir la leche, cuando yo te diga,
me va a salir...
Vos tenes que mover m�s r�pido la mano, as� sale m�s.
Me la puedo tomar papi.
Tu mama, se la toma todita y espero que vos hagas lo mismo.
As�, mi amor mas fuerte... me viene, ch�pala, Rita ch�pala
toda...
Desde su posici�n, sus ojos me miraban, como queriendo
adivinar mis reacciones, y sintiendo el resultado de lo que ella me estaba
haci�ndome.
A todo esto su otra mano hab�a dejado de acariciar mis huevos
y la tenia metida en la entrepierna.
La descarga llego, como era natural, se sorprendi� de la
cantidad, fue algo que por aquel entonces no sabia controlar, la leche fue mas
blanca sobresaliendo de su boquita, varias gotas hab�an ca�do en su camis�n y
sobre su cara.
No te asustes, a ver Rita, abr� la boca, mi amor.
Al abrirla, todavia tenia restos de leche que no se hab�a
tragado. Con una mano acarici� su cabeza, dej�ndola caer, en su nuca. Pose mis
labios sobre los suyos, mi lengua ingreso en su boca, fundi�ndose con la de
ella, entre saliva y leche.
Este es un beso de leche, sabes. Te gusto.
Mucho, lo hice como mama.
Ya te dije, con el tiempo, lo vas a hacer como mama o mejor
sabes. Pero no te apresures, despacito mi amor.
Despu�s de esa ma�ana, Rita paso a convertirse en una adicta
al semen, buscaba siempre tener un minuto a solas conmigo. Ya sea antes de irme
a trabajar, o en el auto cuando regresaba de la escuela, siempre esta presta y
se dedicaba a mam�rmela.
Hab�a creado en mi la obligaci�n, frente a su madre, que por
las noches la llevara a su cama. Y Matilde, ve�a con agrado, mi tarea, la de
dormir a su hija.
Haci�ndose cada d�a m�s experta en tomar el n�ctar, que hasta
entonces era solo patrimonio de su madre.
Era todo un ritual, yo la acompa�aba, a su cuarto, ella se
met�a en su cama. Yo le daba un beso.
Bueno hasta ma�ana, que descanse.
Todavia no tengo, sue�o.
Pero ahora tenes que dormir.
Qu�date, un poco m�s.
No me voy, tu mama me va extra�ar.
Vos sabes lo que quiero.
Yo me pon�a de pie, cerca de la cabecera de su cama, y ella
me bajaba el cierre, y se ocupaba de todo, ni tenia que limpiarme, por que
despu�s de la acabada, ella se encargaba de eliminar todo resto de leche.
Dici�ndome.
Ahora te la voy a limpiar, para que mama no se enoje.
Esa noche Matilde, quiz�s al saber que iba estar ausente,
quer�a tener relaciones, y no sabia como concretar sus intensiones, sin tener
que decirlo abiertamente y yo hab�a, tenido un d�a agitado educando a Rita, as�
que trataba de no darme por enterado.
Y aqu� voy, hasta donde llegaba su picard�a. Se dio vuelta,
entre enojada y furiosa.
Hasta ma�ana.
Hasta ma�ana mi amor.
Claudio?
Que?
Te puedo pedir algo?
S�? ( Pense que la hab�a doblegado, a tener que ped�rmelo.)
Ma�ana, cuando yo no este.
Que.
Bueno ma�ana cuando yo no este, vas a poder hacer todo lo que
quieras con Rita ella te adora sabes.
No te entiendo.
No me entiendes, bueno te lo voy a decir en el o�do.
Se dio, vuelta en la cama y tom�ndome el miembro comenz� a
masturbarlo con esa suavidad que la caracterizaba, mientras me dec�a.
Sabes, no me molestar�a, si una de esas noches que yo no este
no puedas contener sin m�, y la ba�es en leche, satisf�cete sin culpa mi amor.
Pero prom�teme que, por nada del mundo la vas a penetrar.
No te preocupes, nunca har�a nada que no quisieras, (Ya hab�a
vuelto a ganarme).
Estuvimos toda la noche uno encima del otro, seg�n ella fue
la mejor despedida que le hab�an dado en a�os.
Al otro d�a, nada especial, fuimos a la terminal de Bus y
despedimos a Matilde. Antes de regresar, Rita insisti� de ir al cine y tuvimos
momentos que me hicieron recordar a aquella primera vez, que en el living, de su
casa junto con su madre y en el mismo sill�n, amparados por la oscuridad acaba
sobre sus prendas por primera vez.
Continuara...
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