PUES, PUES SI�
Tuve que viajar de Guadalajara a Mazatl�n, ambas ciudades en
estados diferentes del baj�o y norte de M�xico, respectivamente, incluso la
segunda es una hermosa playa. Sal� en la �nica corrida disponible en martes y
que es a las 12:00 horas en un autob�s de segunda clase, en un viaje de 505
kil�metros y que dur� casi 8 horas.
Abord� el cami�n y adem�s del conductor s�lo �bamos 9
pasajeros m�s distribuidos en diferentes puntos del cami�n. Los primeros
asientos los ocuparon una se�ora con dos ni�os; los de un costado un par de
se�ores mayores y en el siguiente lugar hacia atr�s un joven. Yo me sent� casi
al final del autob�s y un par de lugares atr�s iba una pareja de novios.
Comenz� el trayecto y me prepar� a resistir el tedio del
trayecto y el calor que se avecinaba, ya que por ser el cami�n de segunda clase
no contaba con televisi�n, ba�o ni aire acondicionado, s�lo con unas cortinas
mal hechas. Para contrarrestar lo primero llev� mis aud�fonos y un par de cintas
de audio; para lo segundo, com� algo liguero, orin� en la Central de Autobuses y
decid� tomar la menor cantidad posible de agua durante el viaje y, para lo
tercero, me ba�� muy bien antes de salir de casa y resolv� ponerme un pantal�n
corto holgado de color gris oscuro que me llegaba a media pierna, una playera
gris claro, tenis del mismo color y al interior calcetas blancas y una trusa
tambi�n blanca. De equipaje s�lo llev� una mochila con un poco de ropa de playa.
Despu�s de la primera escala en la ciudad de Tepic, Nayarit,
la temperatura rondaba los 30 grados cent�grados y termin� de o�r una de las
cintas de audio. Estir� mi cuerpo a lo largo del asiento y el pantal�n corto se
me subi� un poco, me v� las piernas y me enorgullec� de correr 4.5 kil�metros
cada d�a desde hace m�s de cinco a�os. Me relaj� e inconscientemente llev� mi
mano derecha a mi pecho y abdomen, que si bien no los tengo tan marcados como
las extremidades inferiores, en conjunto forman un cuerpo arm�nico.
La mano izquierda la met� dentro del pantal�n corto y sobre
la trusa me toque el pene que reposaba fl�cido sobre los test�culos. Despu�s la
introduje debajo del calz�n y me rasqu� los vellos del pubis. Sin sacar la mano
de ese lugar jal� un poco y me observ� el pene y de golpe lleg� a mi mente la
noche de hace siete d�as en la que eyacul� cuantiosamente sobre el vientre y
senos de una compa�era de escuela; la misma chica que siempre me chulea,
pellizca y acaricia las nalgas cuando cogemos. Frunc� el ano y mi pene se movi�
ligeramente.
Volte� hacia atr�s y la pareja de novios dorm�a abrazada,
algunos pasajeros de adelante platicaban, otros dormitaban y uno m�s le�a una
revista. Pese al ambiente relajado y el intenso calor, evite dormir y segu�
oyendo m�sica. A la cuarta hora del viaje hicimos la siguiente escala en
Acaponeta, Nayarit y bajaron los se�ores mayores y el joven. Reanudamos el
trayecto y pasando Escuinapa, Sinaloa, nos detuvimos en un restaurante para
camioneros que est� sobre la carretera donde todos descendimos. Para la se�ora y
los ni�os ese fue su destino.
Al tiempo que el conductor y los novios com�an yo pas� al
ba�o. Mientras orinaba v� en las paredes dibujos medio borrosos de mujeres
desnudas con bustos grandes, penes erectos que se introduc�an en sus anos,
chicas recostadas con las piernas abiertas mostrando su vagina dilatada y otros
trazos por el estilo. Termin� de evacuar y me sacud�a el pene pero segu� viendo
las l�neas. Mi �rgano sexual empez� a reaccionar y comenc� a tener una ligera
excitaci�n. Puse mi pene sobre la palma de la mano izquierda y lo sopes�, los
test�culos quedaron fuera y ca�an hacia atr�s, con la otra mano acarici� el
glande y acumul� saliva en la boca con la intenci�n de dejarla caer sobre mi
pene y masturbarme tranquilamente. Empero, o� la voz del conductor que anunciaba
la reanudaci�n del viaje. En fin, sal� y este se�or me coment� que deb�amos
apresurarnos porque hab�a retenes de la Polic�a Federal que inspeccionaban al
azar cualquier automotor, ya que era com�n el tr�fico de drogas por esa ruta.
Todos reanudamos la marcha, m�s otro se�or que se sent� en la
parte delantera. Ya hab�an pasado casi 5 horas desde que iniciamos el viaje y
entonces decid� ahora si dormir un rato, por lo que recorr� las cortinas de los
asientos cercanos, evitando que entrara luz. A�n recuerdo que me qued� dormido
con las im�genes que v� en el ba�o y los senos de mi compa�era de escuela.
No s� exactamente cuanto tiempo pas�, pero medio abr� los
ojos y observ� un letrero que dec�a "Rosario, Sinaloa, les desea buen viaje".
A�n faltaban muchos kil�metros para llegar a mi destino, as� que jal� bien esa
cortina y me volv� a dormir.
De repente sent� que alguien me tocaba el hombro. Despert� y
un polic�a de la Polic�a Federal me indic� que me levantara, ya que estaba en un
reten y que revisar�an mi equipaje para verificar que no transportara droga.
Quise ver en donde est�bamos, pero las cortinas estaban cerradas, volte� hacia
atr�s y no estaba la pareja de novios y medio o� la voz del conductor del cami�n
abajo del mismo.
- Parece ya pues y baje del cami�n -dijo el polic�a.
- Si, est� bien -respond� mientras me estiraba un poco.
Me levante de mi lugar y busqu� mi mochila en la parte alta
del pasillo del cami�n. Al momento de alzar los brazos not� que ten�a el pene
erecto y el pantal�n corto "metido" entre las nalgas. Bruscamente llev� mis
manos hacia mi �rgano sexual para moverlo un poco y evitar que se notara. Casi
al mismo tiempo mi mano derecha trato de "sacar" el pantal�n corto que ten�a
entre las nalgas. Ante ello, el polic�a coment� con su caracter�stico acento
norte�o:
- Pero pus que ven�a so�ando mi compa. O m�s bien, qu� quiere
ocultar pues ?. No vaya ser que traiga algo prohibido de transportar pues.
- No c�mo cree, no traigo nada indebido. S�lo me acomodaba mi
pantal�n corto, ya que se me peg� a las piernas -respond� entre apenado y
nervioso.
Sent� como ese Polic�a moreno, de facciones detalladas,
bigote recortado, cuerpo macizo, un poco mayor que yo, me miraba con detalle y
mov�a la boca. Llev� su mano izquierda a su cacha, recorri� con precisi�n su
pistola y me dijo con un tono ya no tan amable:
- Mire compa, quiero que vac�e su mochila en este asiento
-se�alando el mismo donde yo estaba sentado- y no intente jugarle al h�roe por
que entonces va a tener problemas. Ta�bueno ?.
- Pero qu� hice se�or�
- Ya le dije compa que no se quiera pasar de pendejo y m�s le
vale que no haga esc�ndalo -me dijo con voz de mando y sin dejar de tocar su
arma.
No puede ser, no puede ser, en qu� l�o me he metido, no puede
ser, pero qu� hice ?, si no hice nada; pens�. Adem�s, estos tipos son conocidos
por culpar a cualquier inocente de traficante o quiz� me confundieron con
alguien y�; pens� tambi�n. Jal� la mochila, me inclin� un poco y la vaci�. Yo
estaba sumamente nervioso y medio asustado mientras el Polic�a revisaba mis
pertenencias.
- Ahora mi compa, p�ngase en medio del pasillo viendo hacia
atr�s del cami�n, con las manos sobre el portabultos y abra las piernas -me
indico con voz de enfado.
Me subi� la camiseta hacia arriba y sin quit�rmela la pas�
hacia mi pecho. Comenz� a pasar sus �speras manos por mi espalda. Hurg� entre
mis axilas y pes� a qu� sent� como cosquillas no hice ning�n movimiento ni
exclam� sonido alguno. Gir� mi cara hac�a el piso y not� que mi pene ya estaba
fl�cido, seguro que por el miedo y el nervio de que pudieran acusarme de algo.
De pronto sus manos pasaron a la altura del resorte de mi pantal�n corto.
- Qu�tese el short compa, pa� revisarle las bolsas. H�galo
con cuidado y sin movimiento bruscos -me pidi� en frases recortadas.
Me quit� el pantal�n corto y la playera, qued�ndome s�lo en
calz�n, calcetines y tenis. Inmediatamente me coloqu� como estaba. Sin esperar a
nada, el Polic�a volvi� a tocarme la espalda con sus grandes manos, apret� mi
cintura e inmediatamente despu�s las meti� debajo de mi calz�n, sent� que apret�
un poco mis nalgas y acerc� su cara a mi nuca, ya que su respiraci�n me caus� un
liguero estremecimiento. Yo cerr� los ojos, eche un poco la adelante la cadera y
contraje mis nalgas. Casi al instante me dijo el Polic�a:
- Pus qu� esconde mi compa, qu� trae por ah� que no me
permite catearlo como debe ser ?. Se est� comportando como cualquier burrero
artificial pues.
Despu�s me enter� que los "burreros artificiales" transportan
peque�as cantidades de droga sint�tica en cualquier parte del cuerpo. Pero en
ese momento y en completo silencio volv� a relajar la cadera y el trasero,
incluso me doble un poco hacia adelante, con la intenci�n de que se percatara
que estaba cooperando y comprobara que no tra�a nada.
Volvi� a recorrer mi trasero con sus morenas, grandes y
�speras manos, m�s bien parec�a que me las estaba masajeando. Entonces comenz� a
bajarme el calz�n poco a poco y a pasarme sus manos tambi�n por las piernas.
Cuando el calz�n estuvo a la altura de mis rodillas deje de sentir una mano,
pero entonces uno de sus dedos recorri� con firmeza mi espalda desde la nuca
hasta casi mi pierna derecha, pasando superficialmente por la raya de mi
trasero. Pese al estremecimiento no exclame nada y s�lo atin� a mover la cabeza.
- Qu�tese los calzones, r�pido - me orden� el Polic�a.
Me los quit� s�lo con los pies, sin bajar los brazos del
portabultos, quedando el calz�n en mi tenis izquierdo. Abr� las piernas como las
ten�a y de repente sus manos me abrieron las nalgas y me sopl� en el ano, mismo
que frunc� de inmediato.
- Rel�jese mi compa, rel�jese pues, ya casi acabo -me dijo en
cuclillas.
Una de sus manos lleg� a mi pubis y me empujo hacia atr�s. Me
doble a�n m�s, me volvi� a separar las nalgas y ya, descaradamente, me leng�ete�
el ano. Un par de minutos despu�s y ya que su lengua intentaba entrar en mi
culito, me relaje y mis m�sculos se destensaron. Otra de sus manos subi� mi
rodilla derecha a la codera de un asiento, quedando, ahora si en pleno, mi ano
expuesto. Baj� mis brazos a los respaldos de un par de asientos, me dobl� un
poquito m�s, agache la cabeza y pude ver entre mis piernas al Polic�a del cuello
a los pies y estaba en cuclillas. Su cara no la alcanzaba a ver pero sent� como
me soplaba en el ano. Volvi� a lamerme el culo y a tratar de meter su lengua,
pero ahora saliv� tanto que su baba resbalaba por la parte interior de mis
piernas, incluso la saliva lleg� hasta mis test�culos que colgaban y que me
imped�an ver como ahora me succionaba el hoyito.
V� como se levant� e intentaba meterme un dedo, lo logr� y
mientras lo met�a y sacaba con suavidad, con la otra mano tom� su radio, lo
encendi� y dijo:
- Pareja, pareja, aqu� 44-20, 44-20� si, afirmativo. Al
interior del automotor sospechoso en una acci�n 29-74 extra. Correcto, entonces
acato indicaciones. Fuera.
Yo segu�a doblado, viendo por entre mis piernas, pero no
alcanzaba a ver m�s que de la cintura para abajo y de cabeza. El Polic�a dej� su
radi� en otro asiento y ahora su dedo que me met�a y sacaba lo comenz� a mover
en c�rculo. Dobl� un poco las piernas y con la otra mano me separ� una nalga y
pudo entonces introducirme un dedo m�s y en cuanto entr� dej� de moverlos.
Comenz� a soltarse el cintur�n de la pistola, mismo que dejo sobre su radio y
sigui� ahora con su pantal�n. Lo desabrocho, bajo el cierre, movi� sus piernas y
el pantal�n cay� hasta sus tobillo. V� el tama�o de la verga parada que se le
marcaba en el calz�n tipo bikini y apret� el culo. El polic�a sinti� y con
suavidad me pellizc� una nalga, se puso en cuclillas otra vez y por entre mis
piernas me vio, me pellizc� otra vez, me sac� tranquilamente un dedo y sin dejar
de verme se acarici� la verga y se la sac�. Yo me afloj� una vez m�s, ya que su
pene no se ve�a tan grande como pens�.
Sin embargo, cuando se par� le v� la verga en su real
esplendor y era m�s grande que la m�a, seguro rebasaba los 20 cent�metros y ya
le colgaba un hilito de semen. Volvi� a mover el dedo que ten�a en mi culito en
forma circular y acerc� su palote hac�a la parte baja de mis nalgas, entre mis
piernas, y le descubri� la negra cabeza que ten�a. Esa cabezota la choc� con mis
test�culos y los hizo a un lado marc�ndolos con el hilo de semen que ten�a. Con
esa vergota me toco una parte de mi pene, mismo que comenzaba a reaccionar. En
verdad que no pude resistir y con una mano toqu� s�lo ese gran glande, de verdad
que no agarr� toda esa verga morena que ten�a dos venas que la cruzaban
caprichosamente, s�lo esa cabezota casi negra, que ya ten�a en la boquita otra
gota de "leche".
El Polic�a se peg� a�n m�s a mi trasero y yo llev� la
cabezota de su gran verga a mi glande, a mi falo y con ella golpe� mis
test�culos. En ese momento mi pene se erect� de inmediato, solt� la verga del
Polic�a y �sta permaneci� casi en el mismo lugar, denotando que la ten�a bien
parada.
El se retiro un poquito, tom� su palo, dejando la cabezota
libre y ya con un hilo de semen, se agacho un poco, escupi� saliva en la otra
mano y la esparci� entre mi culo, meti� y sac� un dedo y despu�s lo movi� en
c�rculo. Lo retiro por completo y entonces llev� la cabezota de su verga a la
l�nea de mis nalgas y la recorri�. Presion� un poco m�s y ahora su cabezota
qued� en la entrada de mi ano, movi� su glande en forma circular, tratando de
abrirse paso en mi hoyito. Yo segu� en silencio y sin moverme, cerr� los ojos y
llegaron a mi cabeza los dibujos del ba�o del restaurante donde un pene entraba
en el ano de unas mujeres. Me tom� la verga y me la empec� a sobar.
Sab�a lo que segu�a y entonces lo sent�, la gran cabeza de la
reata del Polic�a traspas� mi ano y yo s�lo apret� la quijada y no abr� los
ojos. El solt� su verga, me tomo de la cintura y me acarici� suavemente. Pasados
un par de segundos, me jal� un poco y entr� en mi hoyito otro pedazo de su
verga, despu�s �l empuj� y entonces creo que entr� toda. El Polic�a se detuvo,
frunci� su ano para que su verga palpitara dentro de mi culo, recorri� con sus
manos mi espalda hasta llegar a mi cintura, la cual tomo y entonces retrocedi� y
volvi� a embestirme, una vez y otra vez y otra vez y una m�s.
Nunca abr� los ojos y s�lo o�a sus ligueros jadeos. El me
segu�a dando verga por el culo tom�ndome de la cintura y yo flexionado hacia
delante. De pronto se paro un poco de puntitas, llev� sus manos a mi pecho, se
hecho sobre mi espalda y comenz� a lamerme la nuca, despu�s a morderme los
hombros. Se par�, volvi� a fruncir el culo y yo a sentir como su verga y sobre
todo su cabezota, crec�an un poco m�s dentro de mi culo. Respir� hondamente para
evitar eyacular. Yo en silencio y con los ojos cerrados me acariciaba la verga.
El retom� la embestida, sigui� meti�ndome y sac�ndome la
verga, mordi�ndome los hombros y lami�ndome la nuca. Repentinamente aceler� los
movimientos, se separ� de mi espalda, saco con velocidad y fuerza su verga de mi
culo y comenz� a eyacular en mi culito, en mis nalgas. Entonces abr� los ojos y
a�n v� un �ltimo trayazo de semen que fue a dar a mis test�culos. Tom� ese
l�quido con una mano, as� como la que resbalaba por mis piernas y con ella como
l�bricamente comenc� a jalarme la verga. Eso me �xito mucho.
El Polic�a se agarr� de nueva cuenta su verga a�n en erecci�n
y la llev� por mis nalgas y mi hoyito a�n abierto, con la otra mano me jal� de
la cintura hacia arriba, me peg� su pecho y me acarici� el m�o. Yo me recargue
en �l mientras segu�a jal�ndome el pene. El solt� su verga y me meti� ahora un
dedo en el culo y lo movi� en forma circular, lo saco y llev� esa mano a mi otro
pecho y apret� una tetilla. Se coloc� exactamente detr�s de m� y a�n sent� su
verga medio parada y su gran cabezota entre mis nalgas. Me mordi� la nuca y
entonces eyacul� en silencio y abundantemente, como hac�a mucho tiempo que no lo
hac�a. El Polic�a me apret� a su pecho y me bes� la parte trasera del cuello.
Sin decir palabra, s�lo a se�as, me indic� que me pusiera la
ropa. Yo tom� un par de pa�uelos desechables y medio me limpi� el trasero, me
vest� al tiempo que �l se sub�a el pantal�n y fajaba su camisa. Salimos del
autob�s juntos y debajo s�lo hab�a una patrulla con un Polic�a m�s. La pareja de
novios, el chofer y su acompa�ante me vieron un tanto extra�ados, pero no
dijeron nada.
El Polic�a 44-20 me llev� a un punto detr�s de una cerca
donde hab�a agua en tambos y me pudiera enjuagar y limpiar mejor. Ninguno
dijimos palabra alguna. Regresamos y me sub� al cami�n. De inmediato lo hicieron
el resto de los pasajeros y el conductor. Comenz� una vez m�s el trayecto y yo
estaba en verdad desconcertado, muy desconcertado. Lo disfrute si, pero no era
lo que hac�a ni era lo m�o.
Pasamos Concordia y por fin llegamos a Mazatl�n, ambas
ciudades en Sinaloa, a las 19:40 horas. La Central Camionera estaba siendo
remodelada, por lo que el cami�n nos dej� enfrente. Cuando baj� del autob�s el
conductor me dijo:
-Parece que sus situaci�n a�n no se aclara joven -se�alando
hacia una patrulla en la esquina de la calle.
Yo solo mov� la cabeza y camin� en sentido contrario. En la
otra esquina sali� la patrulla, baj� el Polic�a 44-20 y me dijo amablemente y
con una gran sonrisa:
- Seguro �t�s cansado, vamos pues a comer y perm�teme
llevarte al lugar donde te vas a quedar, s� ?. Por favor� por favor. Me llam�
Fernando Avilar Alponte y la verda� es que me gustar�a pues, pues platicar
contigo. Aceptas ?.
Fernando Avilar Alponte, el Polic�a 44-20, pr�cticamente me
arrebat� la mochila, la hecho a la patrulla. Entr� al veh�culo y pues, pues si.