Relato: Camino de Santiago (II y final)





Relato: Camino de Santiago (II y final)

Regresamos a casa... no nos habíamos
enterado de la hora... los dos ligeritos de ropa... haciéndonos
arrumacos mutuamente, realmente parecía que estábamos solos
en el mudo, en eso escuchamos un grito y... era Laurita, por su coño
caliente había regresado antes de tiempo, sorprendiéndonos
a su madre y a mí, en principio los tres quedamos un poco alelados
pero Laurita reaccionó y empezó a reírse...



Vaya mamá parece que Carlitos
es la alegría de esta casa.



Cariño... Ayer fue tu alegría
y la cura de todos tus males... Hoy fue la mía ¿Qué
te parece?



Fenomenal mamá, sólo
quiero que ahora las dos podamos compartirlo, al menos mientras él
quiera o pueda resistirlo... ¿A ti que te parece Carlos?



A mí muy bien, pero no abusad
demasiado de mí.



Pasé en esa casa una semana
más y reinicié mi peregrinación, eso sí ...
Con la solemne promesa de parar allí al regreso. Cosa que desde
luego cumpliré de muy buena gana.



FIN DE LA 2ª ETAPA.



ETAPA 3ª de Sahagún
a León.



Este recorrido tiene 52 Km. Y pasa
por los siguientes pueblos: Barcianos del Real, Villarmarco, Reliegos,
Mansilla, Castro de los Judíos y por fin León. Salí
de Sahagún a las 6 de la mañana del día 17 de julio,
me puse a caminar de prisa pues mi objetivo era llegar a León sobre
las 19 horas del mismo día. A las 18 horas llegué al pueblo
de Castro de los Judíos, es un pueblecito pequeño sin mayor
importancia, pero entre el calor que hacía y lo cansado que estaba
me pareció de lo más acogedor, las casas estaban distribuidas
a ambos lados de la carretera y muchas de ellas de moderna construcción.



Pregunté a una señora
si alguien en el pueblo podría darme alojamiento, debido a que me
encontraba incapaz de proseguir el camino, ella muy amablemente me dirigió
a la panadería del pueblo que se encuentra en las afueras del mismo
y en la cual solían dar cobijo a algunos peregrinos, al llegar a
dicha casa llamé a la puerta (a esas horas la panadería estaba
cerrada) salió una chica de unos 20 o 22 años y en cuanto
le dije que era médico y peregrino me dijo que esperase, su marido
estaba durmiendo (como buen panadero trabajaba de noche) y que en cuanto
se despertase le preguntaría aunque creía que no habría
ningún problema. La chica me ofreció un gran vaso de refrescante
agua y que esperase en el patio trasero de la casa donde se estaba maravillosamente
bien debido a lo fresquito que era, ella desapareció en el interior
de la casa y al cabo de una hora volvió a aparecer con un señor
más bien gordo de edad indefinida (aproximadamente unos 33 años)
bastante tosco pero luego de hablar un rato con él resultó
ser una muy buena persona, un poquito simple pero bonachón y amable.
Quedó muy admirado cuando le dije que era médico y que solo
tenía 24 años, no me lo creía, tuve necesidad de enseñarle
mis papeles y en cuanto los vio llamó a su mujer y rápidamente
le dijo que preparara cena para los tres y una habitación, ella
sin decir palabra se dirigió al interior de la casa y Manuel que
así se llamaba el panadero me pidió la disculpara pues Graciela
(la panadera) era muy tímida y un poco desconfiada con la gente
extraña, que en cuanto me conociera un poquito ya vería lo
simpática y graciosa que ella era.



Graciela en efecto tiene 22 años
y lleva casada con Manuel tres, fue una boda de pueblo y conveniencia por
cuestión de unión de herencias (los dos eran hijos únicos)
y se convirtieron en los más ricos del pueblo, tiene una estatura
aproximada de 1,65 metros, las tetas parecía tenerlas más
bien pequeñas, sus piernas rollizas y fuertes seguidas de un culo
y unas caderas para quitar el hipo, tenía muy poca cintura, no obstante
se le apreciaba un poquitín de barriguita, su cara más bien
pecosa con una naricilla bastante graciosa y un pelo muy frondoso del color
de la paja seca, ni rubio ni negro.



Manuel y yo nos dimos un paseo por
el pueblo y rápidamente se corrió el rumor de que un médico
se encontraba por allí, enseguida un grupito de unas 8 o 10 personas
entre ellas el alcalde, se me acercaron y me rogaron si podía echar
un vistazo a las personas del pueblo que padecían algún problema,
ellos pagarían mi alojamiento a Manuel y los pacientes me pagarían
lo que pudiesen. La gente me cayó muy bien, parecían todos
muy buenas personas y no puse ningún obstáculo, al contrario
les dije que les atendería con mucho gusto por lo que quedamos para
el día siguiente en la Casa Consistorial en la cual montaría
mi consultorio. Manuel y yo regresamos a casa y ya vi a Graciela más
sonriente y dicharachera. Al terminar de cenar me acosté y quedé
dormido como una piedra, me despertó Graciela a las 8 de la mañana
y luego de desayunar me dirigí a mi clínica provisional,
atendí a no sé cuántas personas del pueblo todas ellas
maravillosas y amables y a las 13 horas me dirigí a casa de Manuel.
Me llamó la atención un poco el atuendo de Graciela, vestía
una especie de batita blanca bastante fina y cruzada sobre el pecho, sujeta
a la cintura con una cinta, al caminar deja ver un poco de sus rollizos
muslos y yo comencé a ponerme nervioso, ella pareció darse
cuenta de mi estado y la muy zorra se sonreía con malicia. Nos sentamos
a comer y Manuel se moría de sueño no daba más que
cabezadas. Graciela estaba sentada a mi lado y en un momento que vi hacia
abajo me fijé que tenía la bata totalmente abierta sobre
los muslos y se le veía el triangulito de sus braguitas, mi polla
se puso a mil, como Manuel estaba más dormido que despierto sin
pensar en consecuencias bajé mi mano y la puse sobre sus muslos,
ella dio un ligero respingo, no se lo esperaba pero no hizo absolutamente
nada, abrió ligeramente los muslos y me permitió poder acariciárselos
por su parte interna, fui subiendo con mi mano muy despacito hasta sus
braguitas, tenía el coño totalmente empapado pues sus bragas
estaban ligeramente húmedas, con un dedo separé un poco el
elástico de la pierna y se lo introduje en todo el coño,
ella estaba totalmente colorada y sofocada, bajó su mano y retiró
de golpe la mía, esto lo hizo mirando a Manuel y yo me quedé
totalmente desconcertado, entonces ella cogió a Manuel y le ayudó
a llegar a su dormitorio, acostándolo inmediatamente, en cuanto
regresó al comedor me llamó descarado y sinvergüenza
pero su riña parecía muy benigna puesto que se estaba sonriendo
y me dijo...



Manuel duerme como una piedra hasta
las 19 u 20 horas (en ese momento eran las 15,30) y yo, voy a tumbarme
un poco en el patio trasero que se está muy fresquito, tu puedes
hacer lo que quieras, te aconsejo vayas a tu habitación y te acuestes
también.



Yo no dije nada y un poco mosqueado
y bastante cabreado me metí en mi habitación, la ventana
estaba abierta y precisamente daba al patio. El patio tenia un muro de
cierre muy alto de unos 3 metros era bastante amplio y tenia 4 ó
5 árboles bastante frondosos una hierba bastante crecidita se conoce
que era regada bastante a menudo con el agua del pozo que en el centro
del patio había. Los árboles daban una sombra fenomenal y
al ratito llegó Graciela al patio, me di cuenta que me había
visto en la ventana pero hizo como que no me vio, extendió una especie
de manta sobre la hierba, soltó la cinta que sujetaba la batita
a su cintura y ante mis ojos se la quitó quedándose solamente
con las braguitas puestas, sin mirarme ni un solo momento se acostó
e inmediatamente se hizo la dormida. Cerré con llave la puerta de
mi habitación, de la ventana al patio sólo había un
metro de altura por lo que no tuve dificultad alguna en salir y además
era la única ventana de la casa que daba al patio, cerré
con llave la puerta del patio por lo cual Graciela y yo quedamos totalmente
aislados, me dirigí hacia ella y seguía haciéndose
la dormida, en un santiamén me puse en pelotas, me tumbé
a su lado y empecé a acariciar dulcemente sus tetitas, las tenía
pequeñitas pero duras y redonditas, sus pezones empezaron a reaccionar
y empezaron a crecer, tenían poquito diámetro pues no llegarían
a un centímetro pero en compensación tenían unos dos
centímetros de largo, me metí él más cercano
en la boca y ella seguía durmiendo, mi mano fue bajando suavemente
sobre su abombadita barriguita (que gusto acariciársela) hasta que
llegué a sus braguitas y empecé a acariciar su abultado chochito,
entonces ella pareció despertar y sin decir palabra se apoderó
de mi polla y ¡OH! Maravilla no se extrañó en absoluto
pues resulta que la de Manuel tiene el mismo tamaño y era la única
polla que ella conocía, empezó un sube y baja fenomenal ¡Qué
paja tan sabrosa me estaba haciendo! Entonces me giré le quité
la braguita y metí toda mi cara entre sus hermosos muslos, a ella
nunca nadie le había hecho eso y en principio quedó desconcertada
y me llamó cochino pero en cuanto empecé a pasar mi lengua
a todo lo largo de su rajita empezó a suspirar y a dar pequeños
grititos...



Más, cariñito, más,
lámeme más, ahí, sí, ahí, méteme
más la lengua ¡ay qué rico! ¡queee... rico! Me
estoy volviendo loca.



Entonces toqué su clítoris
ahí fue la hecatombe empezó a retorcerse me aprisionó
la cabeza con sus muslos y empezó a correrse, su coño era
un verdadero manantial de flujos, estaba ardiendo y a mí por poco
me arranca las orejas con sus muslos. La pobrecita en cuanto se espabiló
un poco me cogió la cabeza y empezó a besarme con verdadera
veneración y entonces le dije...



Bueno te toca.



Y ¿qué tengo que hacer?



Me puse de pie y acerque mi polla
a su boca, ella puso una cara de asco imposible de describir.



No, yo eso no lo hago, yo no lo
hice nunca.



Tampoco nunca nadie te había
hecho lo que yo te hice. Y te gustó.



Entonces con su mano muy tímidamente
cogió mi polla y lentamente acercó su cabeza, abrió
un poquito la boca sacó su lengua y la paso un poquito sobre el
glande, pareció gustarle y se la metió un poquito en el interior
solo la puntita pero su aliento quemaba entonces cogí su cabeza
con las dos manos y de un empellón se la metí casi hasta
la garganta, quiso gritar pero no pudo, entonces la retiré hacia
atrás un poco y suavemente empecé un lento saca y mete, ella
le cogió gusto a la cosa y terminó siendo una verdadera profesional
de la mamada, con sus uñas rascaba suavemente mis cojones, su lengua
se deslizaba a lo largo de mi polla mientras su mano le daba de arriba
a bajo de improviso se la volvió a tragar y yo sin poder evitarlo
empecé a correrme a chorros y ella no pareció inmutarse (le
gustó el semen) se tragó todo lo que pudo y tenía
una cara de viciosa y putón que me dejó atónito, al
mismo tiempo y casi sin tocarla, solo acariciando sus senos volvió
a tener otro orgasmo, mi polla para no variar seguía tiesa como
un palo, la recosté sobre la manta, me introduje entre sus piernas,
apoyé el glande entre los labios de su vagina y... adentro. Cómo
follaba la condenada, sus movimientos eran desconcertantes, un poco para
los lados luego de abajo a arriba y allí se mantenía un ratito
como saboreando la salchicha que tenía dentro después otra
vez rotación y sin previo aviso comenzó a dar andanadas con
su culo igual que una locomotora, lanzó un grito que yo creí
que despertaría a Manuel y a la gente del pueblo que en ese momento
estaba haciendo la siesta, empecé a correrme también y mi
semen salía por los costados de su vagina debido a la gran cantidad
que le lancé en su interior, los dos quedamos medio muertos de gusto
y cansadísimos, yo me quedé medio dormido pero me desperté
debido a una sensación terriblemente agradable en mi pene, Graciela
con su boquita me estaba haciendo una mamada maravillosa, me giré
un poquito y metí mi boca en su todavía chorreante coño,
localicé su clítoris y empecé a darle pequeños
chuponcitos mientras introducía lentamente dos dedos dentro de su
vagina, después de un buen rato solazándonos los dos con
el gustirrinín que nos estábamos prodigando la cogí
y le di la vuelta pues aquel culo tenía que desvirgarlo, Graciela
tenía un culo fabuloso, me situé detrás de ella y
ella al darse cuenta de mi intención quiso escapar, pero la tenía
muy bien cogida de las caderas y como tenía el culo todo empapado
de sus flujos y yo la polla empapada de su saliva en cuanto le apreté
un poquitín ¡Zas! La cabeza adentro, ella apretó su
esfínter y no me dejaba avanzar, entonces opté por quedarme
quietecito mientras tanto con una mano acariciaba sus tetitas, ella empezó
a relajarse yo seguía acariciándola dulcemente, como ya no
hacía nada por soltarse mi otra mano se introdujo en su coño
y entonces comencé a apretar y mi polla empezó a entrar en
su interior sin dificultad de ningún tipo ella empezó a suspirar
y a dar grititos yo inicié un mete saca desenfrenado y los dos empezamos
a corrernos de nuevo como verdaderos animales. Nos abrazamos, nos besamos
y nos dimos cuenta que pronto Manuel se despertaría, nos fuimos
los dos al baño nos duchamos juntos y a toda prisa yo me metí
en mi habitación y al poco rato alguien aporreaba la puerta, era
Manuel para decirme de ir a tomar unos vinos mientras Graciela preparaba
la cena yo le dije que sí y cuando salíamos Manuel le dice
a su esposa...



Té noto como algo cambiada,
estas muy guapa ¿Verdad Carlos que está muy guapa?



Pues sí, estuvo toda la tarde
durmiendo la siesta y seguro que le sentó muy bien.



¿Y tú que hiciste?



Pues dormir también estaba
cansado de las consultas de esta mañana.



Estuve tres días con Manuel
y Graciela con la disculpa de atender a unos pacientes que lo requerían,
la realidad era que mientras Manuel amasaba el pan yo amasaba el pandero
de Graciela y dentro de 9 meses Manuel será muy feliz con el retoño
que a bien seguro le dará Graciela. FIN DE LA 3ª ETAPA.



ETAPA 4ª de León a Rabanal
del Camino.



Este recorrido es de 64 Km. Y pasa
por los siguientes pueblos: Órbigo, Astorga y Rabanal. Salí
de León muy temprano serían las 7 de la mañana del
día 21 de Julio y me puse a camino, pasé el Órbigo
sobre las 8.30 o 9 horas, después de un breve descanso continué
el camino sin encontrarme absolutamente a nadie, kilómetro tras
kilómetro llegué a la ciudad de Astorga, me quedé
a pasar la noche en un hostal para peregrinos sin que aconteciera nada
señalable por lo cual muy temprano el día 22 continué
el camino hacía Rabanal y todo siguió igual ¡Nada a
señalar!



ETAPA 5ª de Rabanal del Camino
a Villafranca.



Son 49 Kilómetros de recorrido:
pasa por Molinaseca, Ponferrada y Cacabelos, como en esta etapa tampoco
ocurrió absolutamente nada... pues seguiremos camino.



ETAPA 6ª Villafranca a Triacastela.



Son 47 Kilómetros pero dificilísimos,
todo es pura montaña, pasa por los pueblos siguientes: Castro Sarracín,
Cebreiro y Liñares do Rey. Es de resaltar en esta etapa el típico
albergue de O Cebreiro, son las famosas PALLOZAS, esta es una especie de
casa rural montañesa (más bien es una choza) pero que el
peregrino aprecia considerablemente pues nos permite descansar a gusto
y durante el tiempo que se necesite.



El día 25 llegué a
Triacastela. Es el día de Santiago Apóstol, día de
la comunidad Gallega y la verdad me encantaría poder estar en Santiago,
pero en fin algún día llegaré.



Lógicamente en Triacastela
estaban de fiestas y yo muy cansado pregunté a una buena señora
de edad indefinida dónde podría encontrar un lugar para descansar,
y ella muy campechana me dice...



¡Ay! Neniño pues té
bienes con mi hermana y conmigo a nuestra casa, hay que caminar un par
de Kilómetros pero como té queda en camino es recorrido que
ganas ¿Qué te parece?



Por mi encantado señora,
mire Ud. Yo soy médico y si puedo prestar mis servicios mejor, si
no Ud. me dirá lo que tengo que pagar.



Bueno neniño tú no
te preocupes ya veremos que es lo que puedes hacer como médico o
lo que sea ¿De acuerdo?. Tú te esperas aquí mientras
yo voy a buscar a mi hermana.



Como a la media hora llegó
la señora y me dice que no encontró a su hermana, por lo
cual nos dirigimos a su casa, por el camino nos presentamos, ella se llamaba
María y tenía 43 años, era una persona bastante corpulenta
sin ser gorda, ligeramente más alta que yo, calculo 1,71 metros,
sus tetas debían de ser enormes, el culo bastante ampuloso dentro
de unas caderas rotundas y en contraste con tetas y caderas, se apreciaba
una cintura más bien estrecha, total que sus medidas aproximadas
serían de 115 - 75 - 110, lo que se puede decir, una señora
muy rolliza, era muy morena con la cara quemada por el sol y la montaña
y los andares y formas de la típica mujer aldeana, de su hermana
me dijo que tenía 37 años y se llamaba Antonia, las dos eran
solteras y vivian solas, hacía escasamente un año que habían
muerto sus padres.



Llegamos a casa, era una típica
casa de campo pero se apreciaba que económicamente era muy potente,
más que casa era un PAZO perfectamente modernizado, allí
no faltaba de nada. Yo estaba muy cansado y pedí poder acostarme,
por lo cual María me preparó una habitación y me acosté
de inmediato. Sobre las 10 de la mañana me desperté, cogí
unas toallas que María me había dejado y me dirigí
al cuarto de baño, justo en cuanto me estaba acercando se abrió
la puerta del mismo y salió secándose la cabeza y totalmente
en pelotas la que me imaginé sería Antonia, yo me quedé
de piedra pues el cuerpo de la Antonia era mareante, aquello no eran más
que curvas, sus tetas grandes y muy bien formadas, un poquitín caídas
me imagino que por la edad, sus pezones marrón oscuro eran grandes
y gordos dentro de una aureola también de color marrón oscuro
bastante grande pero que hacían un conjunto precioso, la cintura
estrecha, el culo respingón, unas piernas como columnas de mármol
y en medio de ellas un coño que a primera vista era espectacular,
sin tener demasiado pelo su pelvis era abultada, gordita, en ese momento
tenía los labios del coño totalmente cerraditos pero se veía
que también eran gorditos y todo el conjunto en una estatura de
1,75 metros aproximadamente. Ella al oír mis pasos un poco sorprendida
se sacó la toalla de la cara y al verme lanzó un grito de
espanto, yo estaba alelado, llegó María corriendo, ella al
vernos a su hermana y a mí que seguramente teníamos una cara
de tontos difícil de describir. Ella al ver a un extraño
en su casa y yo al contemplarla a ella en pelotas. María se reía
como una loca. Antonia se puso rápidamente la toalla delante de
su coño (no le daba para nada más) y María en cuanto
paró de reírse nos presentó, le dijo que me llamaba
Carlos, que era médico y peregrino e iba camino de Santiago que
trató de localizarla el día anterior para presentarnos y
que le fue imposible. Luego me enteré que entre ellas no solían
dar explicaciones de sus andanzas, motivo por el cual el día anterior
María no había localizado a la Antonia.



Con muchísima naturalidad
Antonia me dio dos besos, me dio la bienvenida y me dijo que podía
pasar al baño que luego nos veríamos en la cocina, María
bastante sorprendida me dijo...



Neniño le caíste mejor
a la Antonia que a mí y ya es decir, sobre todo por lo rara que
ella es.



Al poco rato me dirigí a
la cocina y allí estaban las dos hermanas esperándome para
desayunar, Antonia con una sonrisa muy irónica me dice...



- Bueno doctor ¿Qué
le pareció el examen al que me sometió hace un rato?



Yo muy desconcertado y rojo como
un tomate fui incapaz de decir algo que fuera coherente, las dos hermanas
viendo mi desconcierto se tronchaban de risa y me di cuenta que ambas eran
un par de cachondas y calentorras. Desayunamos de una forma deliciosa y
luego Antonia me pidió si la acompañaba al pueblo, si su
hermana no tenía nada que oponer, por supuesto, María dijo
que no había problema alguno. Cogió el Land Rover y nos dirigimos
al pueblo, a la gente no les extrañaba en absoluto ver a cualquiera
de ellas con un extraño, tenían muchas amistades y todo el
mundo sabía que acostumbraban a dar alojamiento a muchos peregrinos,
por otro lado eran personas muy queridas y sobretodo respetadas por lo
cual todo el mundo se cuidaba muy mucho realizar cualquier comentario.
En el pueblo realizó una serie de compras para a continuación
regresar a casa, como era muy temprano (las 11,30) y no se comía
hasta las 14,30 me dijo si me gustaría ver la finca, a lo que respondí
que sí, ella metió el vehículo por un camino muy tortuoso
e inició la subida a la montaña (me dijo que se veía
un paisaje maravilloso desde la cima) yo en lo que me estaba fijando era
que su falda cada vez se subía más pues ya podía verle
la puntita de su braguita de color negro, ella se dio cuenta que no hacía
más que mirarle las piernas...



¿Qué pasa nene te
gusta lo que ves?



Por Dios que ya no soy tan nene.



Es que te veo tan embelesado.



Bueno es que tienes unas piernas
preciosas.



Dicho esto ni corto ni perezoso
deposité mi mano sobre uno de sus muslos, ella lanzó una
sonrisa y no dijo nada, siguió conduciendo y como quien calla otorga
inicié una suave caricia por el interior de sus muslos subiendo
poquito a poco hacia el triangulito negro, en cuanto llegué a el
pasé uno de mis dedos por la rajita sobre su braguita y ella empezó
a gemir quedamente, bajo unos árboles paró el coche y me
ordenó bajar de inmediato, ella bajó de un salto y ya en
tierra me atrajo hacia ella y me besó con desesperación,
yo me apoderé de sus tetas sobre su camisa y sujetador (que duras
las tenía) solté los botones de la camisa y sus pezones parecían
querer romper el sujetador de tiesos y duros que los tenía, inicié
una serie de mordisquitos sobre ellos mientras soltaba su falda y terminaba
de quitarle la camisa. Su cuerpo volvió a sorprenderme, tenía
puesto un conjuntito de braga y sujetador negro con encajes que realmente
ensalzaba su divino cuerpo, mientras yo me moría de éxtasis
en la contemplación de su cuerpo ella en un santiamén me
puso en pelotas y... ¡Otra vez!



¡Ay nene qué pequeñita
la tienes!



Olvídate del tamaño,
estoy seguro que terminarás tan sorprendida que no querrás
más.



Eso espero.



Dicho esto, sin pensarlo se la metió
toda en su boca, nos habíamos tumbado sobre la hierba, le quité
la braguita y metí mi boca en su coño, iniciamos un 69 perfecto,
ella chupaba mi polla y suavemente estrujaba mis cojones, yo inicié
un mete saca de mi lengua en el interior de su vagina, luego mis labios
buscaron su clítoris e inicié una chupada sobre él
tan intensa que ella no resistiendo los espasmos de placer que la embargaba
soltó mi polla y empezó a correrse como una condenada, en
un momento volvió a retomar mi polla y se la metió hasta
la garganta y ahí fue la mía, empecé a tirar tanta
leche que a poco le sale por las orejas, la condenada no dejó escapar
una sola gota, cuando vi su cara era de puro vicio y se relamía
los labios con verdadera fruición, me giré hacia ella y la
besé con toda la pasión del mundo, le saqué el sujetador
y empecé a mamar de sus tetas al igual que un niño de pecho
ella tenía los ojos cerrados, de repente los abrió al notar
que mi pollita se estaba introduciendo en su interior (no se lo podía
creer después de la corrida que había tenido) elevó
sus piernas y las cruzó sobre mi espalda, nuestros movimientos era
cadenciosos, sin prisa, saboreando cada milímetro de nuestros respectivos
sexos, sus tetas y debido a la diferencia de estatura casi me quedaban
a la altura de mi boca por lo que no tenía dificultad alguna para
chupárselas a placer (tenía unos pezones riquísimos)
ella empezó a suspirar y a gemir...



Sí, mi niño, sigue
mi niño, pero qué bien lo haces, me estas matando de gusto
cariño mío, me estoy corriendo, me corro otra vez ¡Qué
rico!



Y en efecto, empezó a dar
sacudidas con su culo y a gritar, su corrida no la superan ni en los San
Fermines de Pamplona, simultáneamente yo empecé a correrme
también y si antes descargué un vaso de leche ahora fue medio
litro, no paraba de salirme, le dejé el coño totalmente inundado,
tanto que al ponerse de pie le bajaba el semen muslos abajo, ella no salía
de su asombro.



Eran las 14 horas, se nos había
pasado el tiempo en un soplo, cuando llegamos a casa María se nos
quedó mirando, se fijó en las piernas de hermana y empezó
a reír como una loca...



¡Antoñita¡ ¿Qué
tal se portó el neniño? ¿Es bueno dándole al
pandero?



¿Por qué lo preguntas?



Fíjate que chorretones de
semen traes por las piernas.



¡Ay María! El neniño
tiene la gaita pequeña, pero no encontré a nadie que la haga
sonar como él, es una alegría.



Con los comentarios de ellas yo
me moría de risa, María puso la comida y después de
comer Antonia dijo que se iba a dar un baño, María que se
iba a hacer una siesta pero conmigo en su cama, por lo cual me cogió
de la mano y me condujo a su habitación, en cuanto llegamos parsimoniosamente
comenzó a desnudarse, al quitarse el vestido yo babeaba (me encantan
las tetas gordas y grandes pero mucho más los coños peludos)
lo que estaba mirando colmaba todas mis ilusiones, por los lados de su
braga salían dos montones de pelo y aunque su braga no era corta
precisamente por la parte superior salía un verdadero matorral (ella
se reía por mi cara de tonto) se quitó el sujetador y sus
enormes tetas quedaron al descubierto, grandes, gordas e increíblemente
casi totalmente derechas, aquello era un milagro de la naturaleza, al quitarse
las bragas por poco me caigo de culo, con las piernas juntas sólo
se veía pelo, de su coño ni rastro, se tumbó sobre
la cama sin decir nada, mi palo estaba a mil y en una exhalación
me desnudé y me tiré sobre ella como un cohete, amorosamente
me colocó sobre ella y me dijo que chupara de sus pezones y acariciara
sus tetas con mis manos, le gustaba muchísimo, yo despacito con
mi lengua rodeaba sus pezones, mis manos apretaban aquel par de montañas,
después de un buen rato intenté bajar por su vientre y no
me lo permitió, me dijo que no le gustaba. Me imagino sería
por la gran cantidad de pelo que tenía, era tanto que aunque estaba
totalmente empalmado y mi picha a la altura de su raja no la daba penetrado,
de pronto flexionó sus piernas, bajó sus manos, separó
el pelo y los labios de su coño y mi pene penetró en su interior
como cuchillo en mantequilla, lo tenía ardiendo, colocó sus
manos sobre mi culo y me dijo que no me moviera, ella hacia ligerísimos
movimientos con su culo, sus músculos vaginales chupaban mi polla,
ella jadeaba quedamente y aunque yo quería moverme no me dejaba,
sus músculos seguían trabajando y no me pude aguantar más,
empecé a correrme a borbotones, yo lloraba de gusto, era la primera
vez que alguien me echaba un polvo semejante, fue ella la que me folló
a mí. Entonces ella aflojó sus manos y dijo...



¡Ahora! ¡dale duro!
Espero que no me engañara mi hermana y que no se te afloje.



Su hermana no la engaño,
mi herramienta empezó a entrar y salir de su coño de una
manera vertiginosa, ella empezó a gemir y gritar, sus manos de pronto
apretaron mi culo contra ella, frenó todo tipo de movimiento y en
mi vida vi a una mujer correrse de aquella forma, se quedó totalmente
desmadejada y yo estaba cansadísimo, me quedé dormido, me
desperté con una sensación maravillosa, estaba en la gloria,
alguien me estaba besando dulcemente pero al mismo tiempo alguien daba
lametones a mi polla. María y Antonia se sonrieron...



A ver, bella durmiente, es hora
de trabajar, en este lugar está prohibido haraganear.



Me lo decían con mucho cariño
y yo cariñosamente puse mi boca sobre uno de los pezones de María
y comencé a darle chupaditas como a ella le gustaba, mientras tanto
la Antoñita perecía estar pidiendo la merienda y desde luego
no la hice esperar demasiado, cuando empezó a salir mi leche la
muy glotona se la tragó todita y decía a su hermana ...



Ay María qué lechita
tan rica tiene nuestro nene.



María se debatía entre
oleadas de placer, pues mientras yo mamaba de sus tetas, Antonia chupaba
mi polla y tenía tres dedos metidos dentro del coño a su
hermana. Antonia estaba a cuatro patas, me situé detrás de
ella, la aferré bien por las caderas y sin previo aviso se la ensarté
de golpe en todo el culo, ella dio un grito de dolor y me largó
una hostia que si me coge me mata pero como la tenía bien sujeta
y no aflojé ella se fue calmando pero soltando barbaridades (María
se moría de risa) Antonia de pronto se quedó quietecita,
yo empecé a moverme suavemente, mi polla empezó a deslizarse
por su recto con toda suavidad, ella comenzó a gemir y a retorcerse
y de pronto ambos empezamos a corrernos como animales, ella daba alaridos
de gusto y se dejó caer en la cama medio muerta de placer...



Hermana, dijo a Maria fue el mejor
polvo de mi vida, este niño es un ángel.



Esto no me lo puedo perder todavía
estoy alucinada, Carlitos descansas un poquito y después a mí
¿Vale?



Las dos se acostaron y me situaron
en medio de ambas, yo estaba en la gloria, me acariciaban por todos lados
y yo hacía lo que podía y repartía caricias a ambas
hermanas, era un verdadero placer acariciar aquellos hermosos cuerpos.
Antonia se bajó a los pies de la cama y cómo no mi polla
a su boca y en un par de segundos me la puso a reventar y dice a su hermana...



Anda María ponte a cuatro
patas y levanta bien el culo.



Ella hizo lo que le mandó
su hermana y me dijo...



Métemela despacito que por
ese agujero todavía soy virgen.



No te preocupes, le dije, ya verás
como te gusta.



La muy zorra de la Antonia me hizo
una seña para que se la endilgara de golpe como hice con ella, a
mí me dio la risa, me situé bien detrás del culo de
María ¡Qué maravilla! Parecía un coño
todo rodeado de pelo y eso me puso a mil, apoyé la cabeza de mi
pene en la entrada del culo y con un golpe seco de caderas ¡Zas!
Toda dentro. María no gritó pues parecía esperarlo
pero entre dientes y bufando me llamó hijo de puta, yo iba a moverme
y ella me grito...



¡No te muevas cabrón!
¡Me duele mucho!



Me quedé quietecito y Antonia
suavemente aparto los pelos de la vagina de su hermana y empezó
a estimularle el clítoris, yo alargue una mano bajo ella y le acaricié
las tetas, con estos estímulos ella solita empezó a menear
el culo, yo al mismo tiempo inicié el movimiento de mete saca muy
suavecito, ella cada vez meneaba mas el culo, empezó a convulsionares
a gemir y luego a gritar que pensamos le iba a dar algo, a mí me
empezaron a dar escalofríos por la espalda y me empezó a
salir un río de semen (no me explico cómo podía fabricar
tanto) María tuvo el orgasmo de su vida, cuando se repuso me dio
un cachetazo pero a continuación me llenó de besos llorando
de alegría.



Toda esta historia ocurrió
el Lunes día 26 de Julio, María y Antonia me rogaron pasara
unos días con ellas, los 3 lo pasaríamos muy bien y a mi
no me iba a pesar, luego de meditarlo un minuto accedí con la condición
de que pasara lo que pasara invariablemente el próximo domingo día
2 de agosto partiría hacia Santiago, ellas encantadas estuvieron
de acuerdo, ni que decir tiene que nuestra diversión diurna y nocturna
era follar de todas las maneras posibles, excepto con María, seguí
sin dejarme que acercara mi cara a su chocho. Antonia era una tigresa,
ella y yo hacíamos virguerias, los dos éramos igualitos,
una tarde a mí me provocó 6 orgasmos y ella tuvo 14 según
me confesó, pensarán que a ese ritmo tendría que estar
destrozado, ni mucho menos, me cuidaban a cuerpo de rey, lo único
que hicimos durante mi estancia fue: dormir cuando nos apetecía
y normalmente era por puro cansancio y comer... Las 2 eran cocineras excepcionales.



El jueves después de comer
(habían preparado un cordero al horno que estaba delicioso), surgió
una discusión entre nosotros, la cuestión era quien follaba
mejor y tenía más aguante, Antonia dijo que como ella nadie,
podría pasarse follando toda la vida sin cansarse, yo dije que ese
no era el mérito que la cuestión aparte del aguante era sobre
todo satisfacer a la pareja plenamente, las dos estuvieron de acuerdo conmigo,
entonces María sorprendió a ambos, nos aseguró que
ella con sus músculos vaginales era capaz de resistir por tiempo
indefinido y al mismo tiempo ordeñar materialmente a su pareja por
mucha resistencia que éste tuviera, los dos nos la quedamos mirando
y la pérfida de la Antonia mirándome directamente a los ojos
me dice...



Serías capaz de hacer una
apuesta.



Por supuesto dije ¿ De qué
se trata?



¿Cuánto tiempo crees
tu que aguantarías a María sin que se te baje?



Mínimo Hora y media.



¿En ese tiempo cuantos orgasmos
crees que podrías tener?



Tres o cuatro.



Bien, si lo consigues tendrás
el dinero necesario para montar tu clínica y si no, tendrás
que permanecer con nosotras hasta el día primero de Septiembre ¿Aceptas?



Yo un poco preocupado desde luego
acepté. No entraba dentro de mis planes demorarme tanto tiempo,
había dejado por el camino algunas cosas que necesitaba no olvidar,
pero como les había comentado de mi carencia económica para
montar la clínica, ellas se aprovecharon para cogerme al mismo tiempo
era la oportunidad de mi vida.



Antonia y María se sonrieron
como dos verdaderas zorras, yo mirándolas me sonreí también
y me dije... Bueno a ver qué pasa. De todos modos al final saldré
ganando. Acordamos la faenita para esa misma noche, yo me había
trazado un plan, este era que tenía que castigar y tratar de relajar
los músculos vaginales de María todo lo posible por lo cual
le dije...



María tienes que permitirme
acariciarte donde yo quiera y el tiempo que quiera, si no, no hay trato.



Ellas aceptaron riéndose,
yo me reía también, intuía que a María nunca
nadie le había hecho un cunilingus o bien porque el que veía
su peludo coño se asustaba o por vergüenza propia de ella,
pues bien yo estaba dispuesto a hacérselo y vive Dios que ella sabría
lo que es bueno. Inmediatamente nos fuimos a la cama (María y yo
protagonistas, Antonia espectadora) enseguida nos empelotamos, me eché
sobre las tetas de María y empecé a mamar como si nunca lo
hubiera hecho, estoy seguro que a los pocos minutos tuvo un orgasmo tetil,
inicié una bajada lenta de mi boca y lengua hacia su vientre, en
cuanto llegué a su ombligo intentó impedirme el avance, yo
miré a Antonia y esta le apartó las manos a su hermana para
dejarme paso libre, María tenía los ojos cerrados y jadeaba,
proseguí el avance hacia su monte de Venus ¡Qué cantidad
de pelo! Y qué largos, cada uno debía medir sobre 8 centímetros,
no me importó en absoluto, tenía la vulva gorda e hinchada
los labios vaginales gruesos y cerraditos pero en la cresta asomaba como
el pico de un gallo, era su clítoris, lo tenía muy desarrollado
y en ese momento ya muy excitado, con mis dedos aparté delicadamente
sus pelitos y abrí sus labios vaginales, ella al notar mi boca sobre
su raja dio un respingo y se quedó quietecita, como esperando acontecimientos,
empecé a pasar mi lengua muy suavemente de abajo arriba y de arriba
abajo, ella empezó a agitarse y a doblar las rodillas hacia arriba
como para facilitarme la faena, con mi lengua comencé a rodear su
clítoris y a darle ligeros latigazos, ella se estremecía,
fui introduciendo suavemente primero un dedo, luego dos y al final, tres
dedos dentro de su coño, con ellos inicié el estímulo
de sus músculos vaginales, cuando sus músculos por inercia
aprisionaron mis dedos con la boca yo aprisioné su clítoris
e inicié una chupada intensa sobre él, ella empezó
a tener orgasmos uno detrás de otro, mis dedos en su interior eran
incansables, María berreaba de gusto, daba verdaderos alaridos,
en su vida nadie le había proporcionado tanto placer, mientras tanto
Antonia espatarrada en el suelo se mataba a pajas y yo estaba a un millón
de revoluciones, ordené a María se pusiera de lado, me situé
detrás de ella, elevé su pierna derecha, introduje la mía
y mi polla quedó situada en la entrada de su coño, un pequeño
empujoncito y toda adentro (Es mi postura favorita, permite muchas cosas)
Pasé mi brazo derecho bajo su pierna derecha y la situé lo
más posible sobre mi cadera de esa forma tanto las tetas como su
clítoris estaban al alcance de mi mano y esta iba de un lugar a
otro sin transición, María se corría como una burra
y yo ya llevaba dos orgasmos y seguía, al cabo de una hora más
o menos Notaba que María estaba cansadísima, la postura cansaba
mucho más a ella que a mí y pasados unos cinco minutos y
después de un orgasmo mutuo María me suplico que la dejara,
ya no podía más. Antonia estaba alucinada, no comprendía
cómo yo podía haber hecho semejante faena.



Finalizó la semana y entre
muchos besos y abrazos por parte de ambas hermanas amén de alguna
que otra lágrima me dispuse a proseguir el camino, entonces María
me entregó un sobre cerrado diciéndome que lo abriera cuanto
estuviese bien lejos, mejor en Santiago y así me acordaría
de sus buenas amigas, Antonia me rogó que al regreso pasara por
casa a saludarlas, yo dije que sí pero no lo tenía muy claro,
se me amontonaba el trabajo.



FIN DE LA 6ª ETAPA



ETAPA 7ª De Triacastela a Palas
de rey



Este recorrido es de 58 Km. Y pasa
por los siguientes pueblos: Barbadelo, Portomarín y Sala de la Reina.
Salí de Triacastela sobre las 9 de la mañana del día
1 de agosto y me puse a caminar, a 10 o 15 kilómetros de Triacastela
me encontré con 5 peregrinos más y decidí seguir el
camino con ellos, eran personas muy expertas, caminaban bastante rápido,
tanto que a las 11 de la noche habíamos cubierto los 58 kilómetros
de la ETAPA. Buscamos albergue y a las 9.30 de la mañana del día
2 emprendimos la...



ÚLTIMA ETAPA De Palas de
rey a Santiago de Compostela hay una distancia de 63 Kilómetros
y los lugares más señalables son: Leboreiro, Melide, Boente,
Castañeda, Arzua Vilanova, Ferreiros, Lavacolla y por fin Santiago
de Compostela. Nos pusimos de acuerdo para realizar este camino en dos
etapas, la primera de Palas de rey a Arzua debido a que era la mitad del
recorrido aproximadamente por lo cual llegamos a Santiago el día
tres de agosto a las 18,30 horas. En cuanto puse mis pies en la explanada
de la Catedral lo primero que hice fue abrir el sobre que me había
entregado María, con una nota escrita por ambas hermanas se encontraba
un talón al portador por un importe de 1.500.000 de pesetas. La
primera parte de la nota estaba escrita por María y decía...



Querido Neniño Carliños:
no sé los años que pueda vivir, para mí tu recuerdo
siempre será imborrable, tú eres la persona que ha conseguido
hacerme vibrar de pasión a mis 43 años, la única persona
que ha sido capaz de descubrir mi más recóndito secreto y
hacerme la persona más feliz del mundo, mi pico de gallo se muere
por tus labios y boca, solo de pensar en ti se me hace el coño agua.
Mi querido Carlos te quiero y te querré siempre... María.



Las letras de Antonia... Querido
Carlos: en mis 37 años he conocido y follado con unos cuantos hombres
de todo tipo y condición pero desde luego ninguno es comparable
contigo, tú no follas a una mujer, TÚ AMAS A LA MUJER y esa
cualidad prácticamente NO LA TIENE NINGÚN HOMBRE y muy poquitas
mujeres. Desde que saliste de nuestra casa María y yo nos matamos
a pajas pensando en ti.



Querido nuestro esperamos de corazón
nos hagas una visita. María se desespera pensando en ti, tanto como
que yo he tenido que meter mi lengua en su chocho para tratar de calmarla
un poco y la muy desgraciada después de correrse como una vaca me
dice que como tú no hay quien lo haga.



Muchos besitos de tus queridas amigas...
María y Antonia de Triacastela.



FIN



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Relato: Camino de Santiago (II y final)
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