Como siempre me han gustado los hombres, he aprendido a
ingeni�rmelas para llevarlos a mi terreno, o sea, la cama... claro es que a los
15 a�os no ten�a tantas ideas ingeniosas como las que me ha dado la experiencia,
pero mi f�sico ayudaba bastante.
Era muy delgado y de estatura m�s corta que lo normal, as�
que parec�a m�s ni�o de lo que en realidad era, y la mayor�a pensaba que lo m�o
sol�an ser inocentadas.
Como sol�a ir a todas las fiestas, meterme en todos los ba�os
p�blicos, mirar todo lo que pod�a contemplar y pajearme con mis visiones en la
imaginaci�n, en una de ellas fue cuando se me present� la gran oportunidad de
"comerme" al Flaco.
Bailaba muy amoroso y apasionado con su novia los lentos que
tocaban y se mov�a a su alrededor como un gallo que le hace ruedo a una gallina
en los tropicales y al caminar, se luc�a ante ella como pavo real. S�lo le
faltaba mostrarle la cola, la de delante, por supuesto...
No se que pas�, porque yo estaba "ocupado" mirando pollas en
los servicios, pero cuando regres� ella le espet�: -Me voy. Y lo dej� all� sin
qu� hacer ni qu� decir.
Se ve que cuando atin� a salir a la calle, ella ya hab�a
escapado.
Se qued� solo y medio trist�n. Entonces aprovech� para
acercarme. El Flaco estaba medio bebido, tal vez por eso su novia se enfad� y se
larg�. Le dije: -inv�tame una bebida.
-�Que te crees mi novia?
-�Cu�l, la que te plant�?
-�Shasss...! ya se le pasar�..., no va a aguantar mucho sin
m�...
Me re�, le tom� un poco el pelo y cuando dijo: -me voy, como
se lo hab�a dicho la novia a �l, me dispuse a acompa�arlo. No puso objeci�n y
nos fuimos pitando un cigarrillo, silbando y haciendo tonter�as por toda la
cuadra.
Yo lo cog�a, a ratos, por la cintura y hac�amos como que
d�bamos pasos de baile mientras camin�bamos y cant�bamos, m�s desafinados que un
borrach�n.
En una de esas, apret� casi pellizcando su cintura, por
encima de su camiseta verde con una gran imagen de INVENTIONS estampada en el
pecho.
-�Est�s manose�ndome?
-Jajajajajaa, apuesto que te gustar�a...
-Si me manoseas la pija me dar�a m�s gusto.
-�Bah...! esa es muy poca cosa para m�.
-Con que muy poca cosa, �quieres v�rmela, a ver si es poca
cosa?
Los borrachos son ni�os en nuestras manos, pierden las
inhibiciones y s�lo se dejan llevar por sus impulsos m�s primitivos...
-No eres capaz de sac�rtela aqu�...
-�qu� no?, dijo y acto seguido se tom� el amplio pantal�n de
cintura elasticada que ce��a tan bien su vientre estrecho de 17 delgados a�os y
con slip y todo se los baj� hasta los muslos.
Qued� con tiritones... alelado, mirando, con tanta sorpresa
como sorpresivo y r�pido fue su espont�neo gesto, una mata enorme y oscura de
largos pelos y en medio de aquel colch�n una manguera laaaarga y no circuncidada
de piel oscura que empez� a bailar de lado a lado mientras �l se mov�a a un
imaginado ritmo tropical tarareado por un silbido que le costaba modular y
afinar.
Lac� carcajadas fingidas, como divertido, pero en realidad
tremendamente excitado por su cuerpo todo, pero especialmente por esa pieza que
levantada deb�a ser magn�fica.
-�Te ayudo a sub�rtelos?, pregunt� cuando lo vi con ciertas
dificultades para volver a acomodar el calzoncillo y los pantalones en su sitio.
Como no dijo nada me acerqu� y cogiendo de la cintura, como
�l lo hab�a hecho para bajarlos, levant� lentamente sus calzoncillos y pantal�n
hasta su cintura, apreciando m�s de cerca el rabo adolescente.
-Tienes las manos calientitas.
-�Te gustar�a sentirlas m�s abajo?
-�Qu� me quieres hacer una paja?
-�Por qu� no? Si no se lo cuentas a nadie... podr�amos pasar
un buen rato...
Por encima de la tela delgada su rabo empez� a notarse m�s
abultado... Aprovech�, al ver que la idea no le disgustaba.
-Pero no en la calle, ll�vame a tu casa y te hago lo que
quieras.
-No sab�a que te gustaba.
-Es que me gust� tu nabo cuando te lo vi ah� colgando...
-Ja ja, se lo voy a mostrar a la Cynthia a ver si me dice lo
mismo que t�... Y eso que no me la has visto levantada.
-Entonces me tirar�a encima y te la chupar�a.
-Jajajajaja, re�a, mientras nos encamin�bamos a su casa.
Entramos sin hacer ruido y a oscuras en su cuarto, se levant�
la camiseta dejando el vientre desnudo e invit�ndome, se�alando su bajo vientre,
dijo:
-Empieza, cari�o, no sabes lo que te espera...
Me arrodill� delante y poniendo mis manos en su cintura,
empec� a morrear su bultaco. Mis labios recorr�an toda la zona, aspirando
posibles aromas que imaginaba bajo el pantal�n y mis labios a mordisquear el
cilindro que se endurec�a m�s y se elevaba hasta las amarras. Cog� con los
dientes uno de los extremos del cord�n y lo tir�, se deshizo el nudo y empec� a
bajar la prenda lentamente, sin dejar de morrear el bultaco.
Levantando un pie detr�s del otro, termin� por quit�rselo
totalmente y lo lanz� lejos.
Yo hac�a el mismo trabajo ahora por encima de su delgado
calzoncillo, un fino slip que casi parec�a una braga femenina por lo breve y
suave. Resaltaba lo blanco sobre su piel oscura.
Cuando lo estim� suficiente, se lo quit� tambi�n, apareciendo
delante de mis narices su rabo laaaargo, que se estiraba hacia delante como en
�ngulo recto con su pubis, y con el prepucio todav�a cubriendo el glande que se
advert�a debajo como una protuberancia redonda cual una nuez.
Los huevos colgaban bien marcados, a la misma altura y del
mismo tama�o, desmintiendo a mi profesor de biolog�a que los describ�a como uno
m�s grande y a diferente distancia.
Sin prisa, cog� el nabo entre mis labios y con la punta de la
lengua sabore� y acarici� la boquita del glande por donde le empez� a brotar su
jugo espeso de lubricaci�n y continu� apretando los labios, mientras mi boca se
iba acercando a su cuerpo, introduci�ndose el nabo m�s y m�s adentro y la lengua
acariciando toda la superficie de la cabezota que iba perdiendo la piel que yo
empujaba m�s y m�s atr�s.
El, con los brazos colgando a sus costados, abr�a y cerraba
los pu�os, levantaba la cabeza y apretaba la boca y gem�a gozoso.
Como indic�ndole qu� hacer, tom� una de sus manos y me la
puse sobre la cabeza, entendi� y empez� �l a guiar los movimientos de mi cabeza
por una parte y los de su pelvis por otra, utilizando mi boca como una vagina.
Ten�a las piernas algo encogidas para que su nabo quedara a la altura de mi boca
y sus movimientos eran lentos y suaves denotando la sensibilidad de su falo que
yo sent�a dentro de m� m�s y m�s duro.
Una de mis manos acariciaba con suavidad y ternura, con leve
roce de las yemas de mis dedos, la parte baja de sus huevos que se iban elevando
poco a poco, como escondi�ndose y huyendo de mis cosquillas. En esa parte del
escroto no ten�a pelos, s�lo una piel suave, suav�sima, como yo nunca hab�a
acariciado. Hacia atr�s, hasta terminar la raja del culo, unos pelos largos y
gruesos, y seguramente tan oscuros como los del resto de su cuerpo, me llamaban
para lamerlos y ensalivarlos y masajearlos golosamente.
Con la otra mano empez� a cogerse la polla y a masturbarse
cadenciosamente, sin dejar salir su glande mi boca y seg�n el ritmo,
ensart�ndomela hasta la garganta. Entonces yo sent�a sus huevos en mi barbilla.
Mi mano izquierda le acariciaba la nalga, los dedos recorr�an
la raja que le divid�a el culo, los dedos, m�s y m�s atrevidamente le rascaban
el ojete que se advert�a h�medo y sensible. Al un�sono con sus movimientos de
mete y saca apretaba el agujero y soltaba.
Yo advert�a que se me iba a correr... quer�a recibirlo en
plena boca... tragarme su leche que adivinaba espesa y caliente y la deseaba en
abundancia como para llenarme la boca y atragantarme. Pero a la vez, deseaba esa
pieza en mi culete que sin haber recibido nunca todav�a un trato adecuado,
estaba anhelante por ser desvirgado, sobre todo por un falo de ese calibre,
largo y no demasiado ancho, con ese capullo rojo y goteante que deseaba que me
penetrara hasta lo m�s profundo.
Dej� de mamarlo.
-�Te gustar�a met�rmela?
-Ponte. No puedo m�s de gusto, quiero correrme... s�cate la
ropa, de prisa, ti�ndete en la cama.
Sin m�s indicaciones, en un suspiro qued� desnudo y tendido
en la cama con las piernas abiertas. Cog�, con el brazo hacia atr�s, su polla y
la estruje, llenando mi mano de sus jugos y restregu� mis dedos por mi ojete
lubric�ndolo a conciencia, volv� a repetir el gesto, ahora empapando todo su
glande.
El se ech� sobre m�, se hab�a sacado tennis, calcetas y
pantal�n y calzoncillos; ya sobre m�, se cogi� la camiseta y se la sac� por la
cabeza que cay� sobre mi espalda pesadamente, aprovechando de darme un mordisco
cerca del hombro.
Me abr� de piernas cuanto pude y �l me las mantuvo as�
poniendo sus rodillas entre medio. Con una mano gui� la pija hacia mi hoyito que
palpitaba a la espera y apuntando el glande en la entrada, empez� a moverse
introduciendo con cada movimiento un trocito m�s del nabo que yo sent�a duro
como garrote, pero suave como terciopelo y experimentando el roce que el glande
me iba produciendo m�s y m�s adentro de mi recto.
Cogi� mi pelvis con una mano, mientras se afirmaba en la otra
y me levant� el culo y me mand� una clavada, que me hizo ver estrellas pero a la
vez sentirme en el cielo y metiendo ambos brazos debajo de mi pecho, sus manos
me cogieron por los hombros y empez� as� un mete y saca fren�tico que me hac�a
sentir la polla casi hasta en el h�gado.
Qu� placer sent�a con el calor, el olor, el sudor, el peso de
ese machito sobre mi cuerpo esmirriado, sus pelos rascarme, entre las piernas,
la base de mis huevos lampi�os, la dureza de su nabo largo en la profundidad de
mi culo, sus fuertes manos asi�ndome por los hombros y su aliento m�s y m�s
intenso en mi cuello con su olor a cerveza que me hac�a sentirlo tan macho y a
mi tan su hembra.
Descansaba y volv�a a empezar...
-No me quiero correr tan r�pido, dec�a... �quiero aprovechar
bien tu culito rico, apretadito... anda, c�meme el nabo, dale, mu�vete, aprieta
y suelta el hoyito, como si me la estuvieras mordiendo, anda, dame gustito, soy
tu macho y te estoy jodiendo el culito que es solo para m�...
Yo sent�a su glande profundamente. Era tal el placer que eso
me provocaba en el fondo de mi ano que empec� tambi�n a decirle que no lo
sacara, que me la metiera m�s y m�s adentro, que me diera duro, que era su
hembra, que me culeara duro...
Entonces experiment� una sensaci�n desde la ra�z del fondo
del mi recto, donde sent�a su glande, cada vez m�s hinchado, y se me erizaron
todos los pelos, incluso aquellos..., y me corr�, como nunca jam�s de los
jamases hab�a experimentado y al correrme mi tripa empez� a apretar y soltar,
como con estertores, su largo y duro nabo que me la masajeaba y �l al sentirlo
ya no pudo alargar m�s su orgasmo y su eyaculaci�n salt� a chorros dentro de
m�... una, dos, muchas veces... mientras �l temblaba sobre m� y se sacud�a entre
sudores sobre mi cuerpo, hasta quedarse quieto, casi inm�vil, porque la
sensibilidad de su glande era tal que casi le dol�a con el m�nimo movimiento...
As�, dio tres o cuatro saltos absolutamente involuntarios, como espasm�dicos,
quedando ambos, casi sin aliento, pegados por su falo dentro de mi ano, como un
ancla clavada en el fondo suave...
Al parecer nos dormimos pegados.
Cuando sent� que su polla resbalaba lentamente fuera,
abland�ndose y recogi�ndose, nos tumbamos de costado, frente a frente, mientras
yo lo besaba extasiado y �l se dejaba hacer...
Cogi� mi hombro y me dio dos o tres sacudidas, respondi� a
mis besos y con voz apenas audible expres�:
-Se me va a empalmar otra vez... repitamos.
*Comentarios a <POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO>
, si la historia merece la pena. Gracias.