OTRA VEZ EN EL CAMINO...
Por: Andrea del Castillo
Mis brazos ya me dol�an por la tremenda tensi�n a la que
estaban sometidos, sin embargo no se comparaba este dolor con el que sent�a en
otras partes de mi cuerpo al estar sujetas a la tortura que eran sometidas. Si,
ah� estaba yo, sometida, torturada, violada. Ramalazos de placer y dolor se
alternaban y mi mente no alcanzaba a comprender, aun, por que me encontraba en
esa situaci�n.
Recordaba que era un d�a que pensaba dedicarle a mi amante en
turno, Gustavo, y que hab�amos quedado de encontrarnos en su casa desde temprano
para desayunar juntos y meternos a su jacuzzi a relajarnos y prepararnos para
dedicarnos a lo que mas nos gusta: El Sexo. Si alguien ley� un relato anterior (
El Ligue ), recordaran que Gustavo y yo comenzamos un romance de acuerdo a
nuestras personalidades: �l bisexual activo; yo travest� pasiva.
Y ahora, me encontraba atada de pies y manos en la cama que
hab�a sido testigo de innumerables encuentros sexuales, arena de lucha entre
Gustavo y yo en la que combat�amos sexualmente hasta quedar exhaustos, sin
ganador ni perdedor; pero eso s�: satisfechos hasta el hartazgo.
Una verga dura, gruesa, no muy larga, con el glande mas
grueso que el tallo, forzaba su entrada en mi boca, a la vez que embarraba mi
cara de l�quido preeyaculatorio, dejando un rastro baboso. Era imposible no
abrir mi boca para aceptar ese asqueroso pene, pues unas manos (no s� si las del
hombre due�o de esa verga u otra persona), apretaban mi garganta como queriendo
ahogarme. Otras manos, levantaban mis nalgas y manoseaban agresivamente mi ano,
introduci�ndome de manera violenta sus dedos, no s� cuantos, pero sent�a que me
desgarraban las paredes del recto. Alguien mas, paseaba su pene por mis senos
deteni�ndose en mis pezones y empujando como si quisiera penetrar en ellos.
Mis ojos vendados, evitaban que supiera quienes eran mis
violadores, pero ninguno de ellos era Gustavo, pues conoc�a perfectamente sus
manos y sobre todo, su verga. La verga que ten�a en mi boca, eyacul� de una
manera violenta y abundante en el fondo de mi garganta, haciendo que me dieran
arcadas de asco y al lastimarme por la profundidad de la penetraci�n. Aunque mi
boca se aneg� de semen, no lo pude escupir pues el hombre que se vaci� ah� me la
cerr� de manera que me oblig� a tragar su asqueroso semen.
Quise hacer un recuento de lo que hab�a sucedido antes de
encontrarme en esta situaci�n, y record� que Gustavo y yo, despu�s del ba�o,
est�bamos disfrutando de unos c�cteles de champa�a y jugo de naranja para
ponernos a tono e iniciar nuestros juegos sexuales. Yo me encontraba vestida con
un camis�n de sat�n color beige que a Gustavo le gusta que me ponga para tener
sexo, pues dice que para �l no hay nada m�s er�tico que acariciarme sobre ese
material, complementaba mi indumentaria una panty de pierna francesa del mismo
tono y unas medias a juego, con encaje en el muslo muy altas.
Nos est�bamos besando y acariciando como pre�mbulo al
encuentro sexual. Ya ten�a la hermosa verga de Gustavo en mis manos y me
aprestaba a mam�rsela cuando son� el tel�fono. Gustavo es due�o de una f�brica
de pl�sticos y cu�ndo hay alg�n problema en la planta pues tiene que
presentarse, y esa no fue la excepci�n. Rog�ndome que lo perdonara y
prometi�ndome regresar a la brevedad posible, se fue qued�ndome sola tomando
otros c�cteles. En alg�n momento me qued� dormida, tal vez por encontrarme un
poco ebria, pues despert� al sentir que me ataban de pies y manos, y ah� es
donde comenz� todo.
Otro pene se incrust� en mi boca, este mas largo que el
anterior y mas o menos del mismo grueso. Me penetraba duramente y sent�a que me
asfixiaba pues por su longitud, me llegaba hasta la laringe. En tanto me
desataban de la cama, mi violador oral se retir� de mi y me permiti� un,
literalmente, respiro. En es momento me di cuenta que eran cuatro los hombres
que me estaban violando, pues dos me acomodaron boca abajo, otro me golpeaba en
las nalgas y otro (que me son� conocida su voz), dirig�a la acci�n.
Una vez que me tuvieron en la posici�n deseada, me volvieron
a atar, pero esta vez solo de las manos y uno de ellos me daba de fuetazos en mi
espalda y en mis nalgas, buscando golpearme mas fuerte en la hendidura y cerca
del culo. Yo grit� muy fuerte por el dolor y entonces me amordazaron llen�ndome
la boca con la que reconoc� que era mi pantaleta. Entonces, me tomaron de la
cintura y levant�ndome me colocaron en una posici�n muy receptiva. Apret�
fuertemente las nalgas pues me daba cuenta que me iban a violar, pero un fuetazo
m�s duro que los anteriores, hizo que las aflojara y sent� que un miembro duro
como de acero, intentaba penetrarme.
Me resist� lo m�s que pude, pero los fuetazos arreciaron y
termin� por ceder. �Que dolor tan intenso sent� al ser violada!. Yo, que en mi
larga carrera de homosexual hab�a sido penetrada por vergas de gran tama�o, y no
solo humanas, estaba siendo desgarrada por un pene de tama�o incre�ble,
grues�simo y de una longitud tal, que sent�a que no ten�a fin, pues a pesar de
la violencia de la penetraci�n, tard� algo en estar completamente clavada en las
profundidades de mi recto. Me sent�a llena a reventar, una verga de esas
dimensiones jam�s la hab�a alojado en mi lascivo culo. Me costaba trabajo
respirar tanto por el dolor como por la profundidad de la cogida. El violador,
una vez que se dio cuenta de que estaba bien afianzado, comenz� un mete y saca
con gran velocidad, haciendo que gimiera de dolor en cada arremetida. Uno de
ellos me quit� la pantaleta que clausuraba mi boca e introdujo de inmediato su
verga. Yo me negaba a mam�rsela pero una bofetada me convenci� de que ten�a que
hacerlo. La tremenda verga que me estaba rompiendo el culo aceler� aun m�s sus
envites y parec�a crecer mas y mas. Tom�ndome de la cintura, dio un envi�n mas
profundo y sent� como chorros de espesa y caliente esperma inundaban mi lacerado
culo. Esperaba que con su orgasmo se retirara y poder descansar un poco, pero
no, solo se detuvo unos instantes y reinici� su ataque. En tanto la verga que
estaba en mi boca, se acercaba a su cl�max, pues pod�a sentir como se hinchaban
sus venas, y sus movimientos eran m�s espasm�dicos, y efectivamente, su due�o se
corri� de una manera abundante, pero esta vez no hice intento de expulsar su
descarga, pues sab�a que no lo iban a permitir as� que deglut� el asqueroso
fluido en su totalidad.
Yo esperaba que de un momento a otro apareciera Gustavo y me
salvara de seguir siendo violada, pero no sab�a que eso era casi imposible.
La inmensa verga que se solazaba en mi da�ado culo,
continuaba su horadaci�n aunque ya de una manera mas lenta pero no por ello
menos profunda. Iba a decirles que ya me dejaran en paz, pero un pene mas, se
posicion� en mi boca. Este era de un tama�o mas peque�o, por lo que se me
facilit� la respiraci�n y poder "trabajarlo" de una forma m�s eficiente. Me daba
cuenta de que era in�til resistirme a lo quisieran hacerme estos cuatro
animales, as� que siguiendo el consejo aquel de que "si la violaci�n es
inminente, g�zala", me dej� llevar por mis instintos.
Aunque mi ano, recto y tal vez parte mi intestino se
encontraban lesionados, hice un esfuerzo y puse a trabajar mi esf�nter para que
el salvaje que me estaba cogiendo terminara pronto y poder descansar aunque
fuera un momento. D�ndose cuenta de que ya estaba acept�ndolo mas pasivamente,
dejaba su verga quieta unos momentos y el mete y saca lo hacia mas lento.
Hasta ese momento me di cuenta de que los otros dos hombres
estaban restregando sus vergas en mi cuerpo, uno de cada lado, dej�ndome pegotes
de l�quido seminal. El que ten�a en la boca se vino en una tremenda descarga
llen�ndome la cara y el pelo cubiertos de su semen. Mientras, el que ten�a en mi
culo, volvi� a llenarme mi culo con su espesa leche, que unida a la descarga
anterior, hizo que sintiera deseos de defecar, pues hab�a actuado como un enema.
Aprovechando que ya no me hab�an tapado la boca, les hice saber que me urg�a ir
al ba�o pues no deseaba descargar mis intestinos ah�. Comprendiendo esto, me
desataron las manos y uno de ellos me condujo al ba�o, advirti�ndome que no
intentara quitarme la venda de los ojos, pues la pasar�a peor si los
identificaba.
Una vez que desaloj� todo el semen que ten�a en mi cuerpo, le
solicit� a mi acompa�ante que me permitiera asearme un poco, y d�ndome una
toalla mojada, me limpi� lo mejor que pude mi cuerpo que se encontraba pegajoso
de fluidos seminales. Regresamos a la rec�mara y el que parec�a ser el l�der me
dijo:
Esto que te est� pasando es porque te lo mereces, pues
alguien a quien enga�aste con tu noviecito Gustavo, nos pag� por violarte y de
ser posible matarte.
Iba a preguntar que quien era el que me deseaba tanto mal,
pero una fuerte bofetada me impidi� hacerlo.
Ser� mejor que te quedes callado, pinche puto, pues no
sabr�s nunca quien nos mand� ha hacer esto. As� que mejor goza, pues tal vez
sea la �ltima vez que disfrutas de una cogida.
Comprend� que era in�til resistirme a lo quisieran hacerme,
as� que sumisamente agach� la cabeza y me dirig� a la cama. Como en el ba�o me
quit� los harapos que quedaban del camis�n y la medias, estaba completamente
desnuda. Una �spera mano me detuvo en mi camino y me dijo:
Espera, encuerado no te nos antojas, as� que ponte una ropa
que nos excite, para que parezcas mujercita, putita.
Me dirig� al cl�set y tom� un baby-doll y unas medias, me
dijeron que me pusiera unas zapatillas de tac�n alto y escog� unas cerradas. Me
vest� y qued� frente a ellos, entonces alguno se me acerc� y me pint� los labios
mientras los dem�s se re�an.
- As� estas mejor, dijo el l�der. -Y ahora prep�rate, pues si
con la cogida anterior quedaste lastimada, con la que te vamos a dar ahora,
quien sabe como quedar�s.
Rieron todos en forma desagradable e hicieron comentarios
como:
Mira, este puto si parece mujer con esa ropa, ahora s� me
lo voy a coger como debe de ser.
Si fuera mujer, nos lo coger�amos por los dos lados, bueno,
por los tres pues su boca se ve rica para mamar.
Ja, ja, ja, ja; rieron los cuatro.
Bueno ya hay que seguir, antes de que se desocupe su
noviecito, aunque como le dejamos las cosas en la f�brica, va para rato.
Uno de ellos me tom� del pelo y me tir� en la cama a la vez
que me advert�a:
No te vamos a amordazar, pero si empiezas a gritar entonces
lo haremos, �o.k.?.
Asent� con la cabeza y me dispuse a afrontar lo que viniera.
Como qued� boca arriba, uno de ellos se coloc� en medio de
mis piernas y levant�ndolas, se las coloc� en los hombros y busc� con su verga
mi orificio, encontr�ndolo de inmediato y empujando fuertemente, me penetr� de
un solo golpe hasta el tope, otro se sent� en mi pecho y me puso su verga en la
cara, pase�ndola por toda ella hasta que lleg� a mi boca y la empuj� para que la
recibiera. Los otros dos, uno a cada lado, me colocaron sus miembros en las
manos y me dijeron que los masturbara.
El comentario que hab�an hecho de la f�brica, me puso a
pensar y ca� en cuenta de que la voz que hab�a reconocido era de uno de los
trabajadores, que alguna vez hab�a venido a la casa de Gustavo con un mensaje y
que me hab�a visto, estando vestida de una forma muy atrevida y que se me qued�
viendo con los ojos llenos de lujuria, sin saber de mi condici�n sexual. En fin,
pens�, si salgo viva de esto lo identificar� y le contar� a Gustavo de lo que
est� pasando.
Mientras, pude darme cuenta de que uno de ellos, tal vez el
que me hab�a cogido primero, ten�a una verga que se sal�a de todos los
par�metros, pues la ten�a ahora en una de mis manos, y no la alcanzaba a abarcar
de lo grueso que la ten�a, y de la longitud sub�a y bajaba mi mano y eran como
tres veces el largo de mi mano empu�ada. �Con raz�n sent�a que me estaba
destrozando el culo!.
El que me estaba dando por el culo no la ten�a tan larga,
pero su grosor era tal, que sent�a como se distend�a mi esf�nter y me provocaba
algo de dolor. Al que ten�a en la boca era de un tama�o normal, tal vez unos
quince cent�metros y de gruesa regular. La verga que ten�a en la otra mano,
tambi�n era de buen tama�o, pero no le llegaba al otro.
Al que se la estaba mamando, me pidi� que le chupara los
test�culos suavemente, y obedeci�ndolo, le pas� mi lengua desde su escroto hasta
el glande dos o tres veces, y sin poder contenerse, ba�� mi cara y cuello con su
descarga a la vez que dec�a:
�Ah!, esta puta de verdad que sabe mamar, con raz�n se trae
a Gustavo como idiota. Le ha de dar unas mamadas que le sacan hasta la m�dula.
Y hay que ver que rico aprieta el culito; dijo el que me
estaba cogiendo. - Siento como si tuviera mi verga en su boca y me la chupara.
En eso sent� como se llenaba de semen mi culo y profundizaba
la penetraci�n el violador. Se qued� un momento est�tico en lo que terminaba de
descargar y su pene perdi� rigidez, desliz�ndose fuera. A los que estaba
masturbando tambi�n los hice acabar y entonces dijo el que llevaba la voz
cantante:
Bueno, ahora si, hay que empezar la diversi�n a ver cuanto
aguanta esta puta, puto, o lo que sea.
Me qued� paralizada pues si lo que me hab�an hecho era apenas
era el pre�mbulo de algo m�s intenso, no imaginaba que m�s me podr�an hacer.
Esta duda no dur� mucho, pues entonces uno de ellos sali� de la rec�mara y
regres� casi de inmediato. Las risas que soltaron me hizo temer, y mucho, pues
sab�a que algo terrible iba a pasarme, pero no atinaba que me har�an.
Entonces, una presencia m�s se sinti�. Quise quitarme la
venda de los ojos pero como de costumbre, una fuerte bofetada me lo impidi�.
Algo se trep� a la cama y reconoc� el olor: � Un perro!, me iba a violar un
perro. Les supliqu� que no lo hicieran, pues record� una amarga experiencia con
un animal de estos no entrenado, que casi me env�a al hospital, pues se
desprendi� de m� sin que su "bot�n" hubiera perdido volumen. Haciendo caso omiso
de mi s�plica, me hicieron que me colocara en posici�n de perrita, y azuzando al
animal lo acercaron a mis nalgas. El perro, como todos, lo primero que hizo fue
olfatear y luego lamer mi culo. Esto en condiciones normales, me hubiera
provocado una tremenda excitaci�n, pero en ese momento me produjo temor, pues me
di cuenta que el perro era de tama�o considerable, tal vez un labrador o alguno
mas grande. Como ten�a mi culo ba�ado de semen, el perro se entretuvo
lami�ndolo, por lo que uno de los violadores dijo:
Traigan el frasquito para que la monte el perro, pues hay
que apresurase.
Me imagin� y bien, que el frasquito era de estro de perra,
para que el can se excitara.
Me untaron esa sustancia en el culo y el perro de inmediato
comenz� a gemir y gru�ir, brincando y coloc�ndose tras de m�. Su verga estaba
escurriendo y la sent�a toqueteando al borde de mi ano sin atinar a meterla,
hasta que uno de los hombres se la agarr� y la coloc� en su sitio. De seguro era
un animal muy grande, pues su cara la ten�a en mi nuca y sus patas delanteras me
abarcaban completamente del t�rax, y su verga la sent�a como me penetraba a un
ritmo vertiginoso. Aunque ya hab�a tenido experiencias zoof�licas, no hab�a
sentido una verga canina de ese tama�o y grosor, as� que me empec� a preparar
para cuando llegara su eyaculaci�n y abriera el bot�n, que casi siempre crece al
doble del di�metro del tallo de la verga canina. Como mi boca estaba ociosa, no
tard� en sentir un pene que trataba de entrar en ella, as� que abri�ndola,
acept� ese falo. No pod�a "atender" la verga de mi boca, pues los envites del
perro eran muy r�pidos y profundos y por la misma fuerza, solo pod�a seguir ese
ritmo y trasladarlo a la verga en mi boca.
Unos cinco minutos se prolong� este movimiento y fue
inevitable la reacci�n: el perro meti� hasta el tope su pene e inmediatamente se
abri� su bot�n. Mi recto se vio regado por cantidades exageradas de semen
canino, el cual no pude desalojar debido al taponamiento que ocasion� el "bot�n"
(que al fin y al cabo, para eso es), no pude evitar soltar un grito, pues mi
esf�nter, por mas que lo relaj�, no pudo dar cabida c�modamente a tan inmenso
tama�o.
Como todos los perros, en cuanto eyacul� se desmont� de mi y
quedamos en la postura de "cola con cola", pegados o unidos por el grosor de su
bot�n, que no pod�a expulsar de mi adolorido culo. El dolor era sumamente
intenso, pues el perro intentaba retirarse y jaloneaba su verga para
desprenderse, ocasionando que mi ano se estirara hasta casi expulsar el recto.
Yo lloraba y gem�a del dolor tan agudo y les suplicaba con voz entrecortada que
le echaran agua fr�a al pene del can para que disminuyera el bot�n, pero lejos
de compadecerse, se re�an y me dec�an:
�Ahora si putilla, estas gozando como lo que eres: una
verdadera perra!
�Despu�s de esta cogida vas a quedar como un hilacho, ya no
te va llenar nadie!
El pendejo de tu novio va a tener que usar un consolador
para satisfacerte.
Y otras cosas por el estilo. Como me di cuenta de que no iban
a hacer nada por aliviar mi dolor, segu�a al perro para que no siguiera
rompiendo mi culo, acabando los dos en el suelo. Como al perro tambien le dol�a
la verga por los jaloneos, se qued� quieto esperando a que su protuberancia se
redujera, lo que pas� en unos minutos.
No me daba cuenta que los individuos estaban preparando otra
forma de vejarme, y yo pensaba que ya me iban a dejar en paz. Pero al
desprenderse el perro de m�, me arrastraron hasta el ba�o y me lavaron el cuerpo
con agua fria, pues me dijeron:
Debes estar limpia para lo que sigue, porque ahora si que
te vamos a usar como puta.
Rieron los cuatro y yo me sent�a con ganas de que mejor me
mataran, pues no imaginaba que otra cosa podr�an hacerme. (CONTINUAR�)
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