Al entrar los primeros rayos de luz por la ventana ten�a la
mano del Doc estrechando mi cintura y su cuerpo pegado al m�o revelaba una
erecci�n matutina que deb�a ser apagada, solt� su brazo y volte� a verlo �l
permaneci� inm�vil de acuerdo a su costumbre, fui bajando lentamente hasta tener
su pellejudo amigo frente a m� cara, cuando despert� por completo ten�a su pene
bien lubricado por mis labios y baje su cuero con mi legua disfrutando una vez
mas de ese delicioso caramelo, era todo m�o y no pod�a parar de probarlo.
Manuel despert� con el ruido y se acerco a la cama
completamente desnudo, ofreci�ndome su miembro, no rehus� la invitaci�n y abr�
la boca recibi�ndolo con una humedad fuera de lo com�n, en particular ese d�a mi
saliva escurr�a por mi boca como lo hacen los jugos de una mujer golosa.
El m�stil de Manuel estaba aun fl�cido y solo despert� cuando
toco el fondo de la garganta, creci� tan lentamente a cada succi�n que no me di
cuenta cuando ya no pod�a darle cabida, solo hasta que mis labios no sent�an mas
el roce de sus bellos �speros y negros, y m� barbilla extra�aba el golpeteo de
sus bolas.
Mientras tanto segu� subiendo y bajando la piel del Doc con
mis manos y Manuel hurgaba en mi hoyito, ya listo y hambriento, me puso un poco
de su saliva. Mis caderas se mov�an fren�ticamente en c�rculos y ya ansiaba
tener algo que me llenar� completamente.
Manuel comprendi� a la perfecci�n mis necesidades jalando con
fuerza mi muslo izquierdo me hizo montarme en el Doc que permanec�a quieto y
presto a ser tomado, tomo la verga del Doc y la coloco en la entrada de mi
hambriento orificio, aunque yo me mov�a por mi misma Manuel me impuso su ley me
empujo hasta que tuve dentro todo el trozo de carne. Con una de sus manos en mi
nuca guiaba mis movimientos a su placer y voluntad, y con la otra me hac�a mover
mi culito en c�rculos alrededor de aquel palo que saciaba mis deseos, me tuvo
as� por un buen rato hasta que acelero el paso y pude sentir los primeros
impulsos que anunciaban su venida, fue cuando me tomo con mas fuerza y repego mi
cara contra su pecho, sent� su l�quido inundar mi garganta y brotar por las
comisuras de los labios, a su vez el Doc me lleno toda de su n�ctar quemando mis
intestino.
Termine limpiado a Manuel y d�ndole una segunda ronda con mi
culo insaciable, lo hac�a muy bien, tomo mis caderas y bombeaba con tanta fuerza
que yo ped�a parara pero solo me daba m�s y m�s.
Mis amigas nos observaban sin perder ni un solo detalle y al
vernos terminar, exclamaron casi al mismo tiempo:
�Ya d�janos algo!,
-No sab�a que eras tan putita, agrego Cari�o.
Depu�s tome una ducha y ellos se disculparon pues ten�an
trabajo pendiente, no sin antes dejar una bonificaci�n que nos repartimos entre
las tres.
Los d�as siguientes empezamos a trabajar en el restaurante y
todo iba de maravilla, yo me sent�a muy bien como Julieta y ya casi no recordaba
mi vida anterior, simplemente disfrutaba siendo lo que siempre quise ser. Como
se imaginaran muchos de los extranjeros que ven�an al lugar andaban en busca de
aventuras y regularmente se insinuaban e incluso nos manoseaban, pero el due�o
no nos permit�a tener ning�n tipo de contacto personal con los clientes, al
menos dentro de nuestras horas de trabajo.
El siguiente domingo vinieron el Doc y Manuel al Rinconcito,
nosotras los recibimos con mucho agrado y me toco atender su mesa, ellos me
pidieron que me sentar� un momento, pero les explique la regla de la casa.
Comieron muy a gusto platicaron por un buen rato, al pedir la cuenta el Doc me
pidi� saliera solo un momento, pues quer�a proponerme algo que seguramente me
interesar�a.
Vanesa y cari�o me cubrieron, as� pude salir por la puerta de
servicio y alcanzarlos en la carretera, que hac�a las veces de estacionamiento.
El Doc me dijo que yo era realmente toda una mujer y que esa
noche se los hab�a demostrado, me record� que el siempre hab�a querido ser como
yo pero que nunca tuvo el valor y por eso quer�a ayudarme. Me advirti� que nunca
hab�a tratado a alguien que quisiera cambiar de sexo pero que �l conoc�a bien el
tema y adem�s como era cirujano pod�a ayudarme. En fin me dijo que lo primero
era empezar con un tratamiento hormonal, pues necesitaba estar seguro que en
realidad soportar�a, me dio varias cajas de pastillas, de las que deb�a tomar un
par tres veces al d�a. Se despidieron y el Doc prometi� buscarme pronto, o al
menos cuando acabar� ese tratamiento.
Empec� a tomar las pastillas y no sent� nada al principio,
solo un peque�o cosquilleo en la lengua y por las noches pod�a escuchar mi
coraz�n latiendo fuertemente, en fin pasaron dos semanas y no note gran cambio,
hasta que una ma�ana mis pezones estaban duros y sent� un peque�o bulto, eso me
emociono mucho, como una ni�a que empieza a ser mujer, no fue hasta ese d�a que
not� que la poca barba que me crec�a hab�a disminuido y era mas bien como un
vello, as� paso mas de un mes y segu� con mi vida normal, solo que ahora mis
senos ten�an unas peque�as monta�as que los coronaban y mis pezones crec�an d�a
a d�a.
En la siguiente parte relatar� mi segunda consulta con el Doc
y como el mismo se sorprendi� de los avances logrados en tan poco tiempo.