FOLLE A MI SOBRINO (II): La versi�n del Sobrino
Ahora que mi T�a Florencia ha quedado embarazada por descuidada en sus
excesos, me siento en libertad de contarles mi versi�n de la historia.
Mi nombre es Carlos, y probablemente me recib� de arquitecto tratando de
imitar en algo a mi T�o Juan a quien admiraba desde adolescente por haberse
casado con una mujer tan espectacular como Florencia.
Siempre me gust� Florencia.Es una hembra descomunal que despertar�a la tranca
de cualquier macho de la Tierra.
Si bien todo en su cuerpo es digno de adoraci�n, su rostro llam� mi atenci�n
desde peque�o porque percib�a en �l algo m�s que simple belleza.
Ese era el recuerdo m�s fuerte que guardaba de ella cuando me present� en
casa de mi t�o, con 22 a�os y reci�n recibido, para incorporarme a su prestigioso
estudio.
Y entonces, con solo verla un segundo, me d� cuenta porque me atra�a tanto en
mi ni�ez y porque no me hab�a dado cuenta entonces:Florencia ten�a cara de
puta, y supe al mirarla a los ojos que esa hembra terminar�a con mi tranca en su
boca.
Sus piernas, adem�s de largas, ten�an las pantorrillas esculpidas y firmes.Sus
pechos eran grandes y generosos, y vest�a ropas muy sensuales y muy caras .Era
evidente que una hembrita como ella necesitar�a m�s satisfacci�n que la que mi
t�o podr�a ofrecerle.
Mi decision, entonces, estaba tomada: har�a lo imposible por follarla.
Con el correr de los d�as empec� a notar que Florencia se mov�a muy
provocativamente en mi presencia y que su manera de vestir estaba seguramente
destinada a adue�arse de mi polla.Esa hembra estaba pidi�ndome a gritos que la
trincara.Pero el hecho de no tener oportunidades a solas y el miedo a romper
alguna barrera, me dejaban como �nico consuelo el "casc�rmela" por las noches en
su honor.
El trabajo no me dejaba tiempo para atacarla.Sal�a muy temprano de la casa y
regresaba con mi t�o muy tarde y muy cansado.
Una tarde de mucho calor en que mi t�o Juan tuvo que salir de la ciudad para
visitar un cliente y que yo sab�a que demorar�a hasta la noche decid�
unilateralmente tomarme el resto del d�a y zambullirme en la piscina en casa de
mis t�os.
Cuando llegu� a la casa y v� a Florencia bebiendo Cava y con una tanguita
min�scula tomando el sol, supe que era mi oportunidad.
Me acerqu� a ella y la salud� con un delicado beso muy cercano a los labios y
mas profundo que lo habitual sin que ella se quejara.
Luego de eso, y a pedido de ella empec� a frotarle la crema en su cuerpo.
Not� de inmediato que estaba algo mareada por la dosis de cava que hab�a
consumido (casi toda la botella) y en ese estado no podr�a resistirse si es que
estaba en sus planes hacerlo.
Al acariciar su cuerpo ella lanzaba suspiros cortos.Una ojeada a su
entrepierna delat� su humedad.
Y mi tranca estaba a mil dentro del ba�ador.
As� que la liber� y cuando simplemente la acerqu� a su rostro ella empez� a
chuparla con naturalidad y maestr�a.Las temidas barreras hab�an ca�do por su
propio peso.
Lo dicho: mi t�a Florencia era muy puta.
Dej� que la sobara y cuando sent� que mi fin estaba pr�ximo, le baj� la
tanguita y la empal� por su co�o empapado.
Sus suspiros eran ahora gritos de placer.gem�a como una perra y eso me
excitaba.
Su culito se revolv�a frente a m�, como si me lo ofreciera y yo, que tanto lo
hab�a admirado desde peque�o, empec� a magrearlo con mis dedos y untarlo con la
inagotable acabada que sal�a sin pausa de su co�o hasta que percib� que estaba
lubricada y lista a ser enculada.
Cuando penetr� su recto virgen, Florencia lanz� un grito desgarrador, que
inmediatamente retom� la forma de suspiros de placer.
La acab� y la llen� con esperma.
Pero esto no hac�a sino comenzar y esa tarde la acab� hasta agotarnos.
Esa noche, despu�s de una reparadora siesta, puse en pr�ctica una de las
fantas�as que m�s hab�an servido para nutrir mis solitarias pajas.
Consist�a en arrebatar a Florencia de su hogar con el permiso de mi t�o.
Durante la cena, (debo decir que la putita de mi t�a hab�a florecido desde el
trancazo de la tarde y se notaba en su humor y en las ropas de se�ora lamepijas
que llevaba), dije como al pasar que sent�a deseos de ir al cine y como al pasar
tambi�n invit� a mi t�a a acompa�arme.
Ella casi se atragant� al escuchar la propuesta, pero, fue mi propio t�o el que
la alent� a que aceptara la invitaci�n..
Cuando v� que mi plan era un �xito, apenas me entraba la alegr�a en el cuerpo.
Mi t�a se arregl�, mont�ndose en unos zapatos negros muy altos
que, imagin�, eran como para usar de copa con cava, mientras ella, borracha, me lam�a
los test�culos.
No debo decirles que no fuimos al cine.
A cambio de eso la llev� a un bar liberal muy privado, del cual yo era socio
donde sab�a que todo absolutamente pod�a pasar entre los concurrentes.
Y vaya que pasaron cosas.Foll� a mi t�a y goc� viendo como la muy putita era
follada por varios hombres de otras mesas y como beb�a esperma con sed
inacabable.
Les cuento que tuve un poco de miedo cuando a las 4 am la saqu� del lugar y
v� su aspecto.Sus ropas manchadas con rastros de semen, su andar doloroso por
efecto de la cantidad de pollas que su raja y su culo hab�an recibido y su
inocultable borrachera.
La verdad es que verla as� me calent� tanto que no pude resistir que se
hincarla a mamarme por �ltima vez la polla frente a la puerta de su dormitorio
donde mi t�o la esperaba durmiendo el sue�o de los justos.
A partir de ese momento todo mi esfuerzo pas� por follar a mi t�a en
cualquier lugar de la casa en que me la cruzara y por todos los agujeros de su
cuerpo.Ella es tan puta, tan viciosa, que sale a mi caza en su propio hogar, vestida como sabe que a m� mas me calienta:con su tanguita hilo dental, sus
firmes pechitos al aire y sobre unas sandalias de finas tiras doradas y alt�simo
tac�n aguja.
As� ataviada, la "sirvo" en donde la encuentro.E invariablemente le lleno su
rostro, su co�o � su ano con gran cantidad de semen.
Pasado un tiempo tuve que mudarme a mi propio departamento.Y a partir de all�
ya no hubo mas l�mites, si es que quedaba alguno.
Por ejemplo, en una ocasi�n le manifest� que jam�s lo hab�a hecho con dos
mujeres al mismo tiempo.Fue suficiente para que a los pocos d�as apareciera en
mi casa con una amiga, tan linda y tan puta como ella y juntas gozaron mi polla
hasta dejarme exahusto.
De esa forma comenzamos la etapa de las org�as.
Fiestas en mi departamento en donde j�venes machos se dedicaban a follar a
cuanta hembra madurita cruzara frente a la l�nea de sus vergas.
Algunas veces, a altas horas, deb�amos llevar a una de esa mujeres tan dada
vuelta por el alcohol (algunas sospecho que tambi�n por exceso de coca�na) y tan
saturada de semen que estaban al borde de la inconciencia.Me pregunto que
mentiras dir�an a sus cornuditos y adinerados esposos.O tal vez estos hicieran
la vista gorda para evitar los gastos que inevitablemente acarrea un divorcio y
encontraran consuelo en sus secretarias tan putas y tan casadas como sus
secretarias.
Pero ahora mi T�a est� embarazada.Y ni ella sabe de quien.Lo peor es que me
ha confesado que desea tenerlo y que mentir� a mi tio Juan haciendole creer que
se trata de un hijo de ambos.Evidentemente ignora algo que mi T�o me confes� no
hace mucho en el estudio:que hace 20 a�os que se practic� una vasectom�a.
Si no puedo convencerla, mi t�o la echar� y yo no podr� cobijarla
directamente, aunque tal vez s� pueda rentarle un apartamento y mantener sus
lujos de putita a cambio de placer, al menos mientra siga erect�ndome la polla
con su sola presencia.
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
NOTA IMPORTANTE: El anterior relato (la parte I) aparece contado por
una mujer a pesar de que YO, el autor, soy hombre.
Lo hice as� para ver que reacci�n causa en los lectores masculinos cuando una
mujer cuenta sus experiencias tan abiertamente y si esa reacci�n es similar a la
que se produce en las mujeres cuando la situaci�n es a la inversa.
Debo decirles que estoy sorprendido de la cantidad de "Machos folladores" que
me han escrito con la secreta pretensi�n de romperme el orto.
Es significativamente mayor, comparativamente, la cantidad de varones que
reaccionan ante una historia as�.
Y no digo que las mujeres no escriban a los autores. De hecho lo hacen, pero
una por cada diez varones. (De hecho, si quieren ligar, escriban un cuento de
estos. Tendr�n una multitud de lectoras insatisfechas como para elegir).
Aprovecho para decirles a todos aquellos que me han invitado tan sutilmente a
beber de sus trancas, que me siento muy honrado, pero que a�n tengo la sexualidad
definida para el lado de que me gusten las mujeres.