MOY, DANIEL, Y EL PROFESOR JUAN ANTONIO
Hola: tengo 16 a�os. Mi nombre es M�nica, pero desde ni�a me
he acostumbrado a que me digan Moy, y es como me llamar� en estas mis historias,
que son reales.
Digo "historias", porque narrar� dos en este mismo relato.
Soy hija de una familia de clase media. Nac� en Guadalajara
(M�xico), pero ahora radico en una importante poblaci�n del Norte del Pa�s. Soy
la tercera de tres hermanos (somos dos hombres, el mayor y el menor, y dos
mujeres, la tercera y yo, la segunda). Mis hermanos y mis padres no entran en
esta historia.
Hace tiempo un sorteo me brind� el premio de una computadora
personal que instal� en mi habitaci�n y, cierta noche en que me encontraba sola
en casa, navegando en la red, pude percatarme del importante cruce de relatos
er�ticos que existen en diversas p�ginas. Al leer los relatos me decid� a
insertar algunas de mis historias, que tengo bastantes, ya que mi vida sexual
activa la comenc� por iniciativa propia a la temprana edad de 10 a�os.
Ahora que tengo 16 a�os y que me doy cabal cuenta que soy
hiperactiva sexualmente hablando, pienso que fui concebida y nac� con la sangre
excitada, con un fuerte deseo y apetito sexual: recuerdo que cuando era una ni�a
de seis o siete a�os, en que se piensa m�s en jugar con otras ni�as y mu�ecas y
en ir al parque de diversiones, yo prefer�a encerrarme en mi rec�mara o en el
ba�o para tocar libremente mi cl�toris hasta que �ste se inflamaba produci�ndome
ricas e indescriptibles sensaciones. Me gusta la independencia y la soledad y en
vez de salir con la familia prefiero quedarme en casa a disfrutar de la soledad.
Han pasado 6 a�os desde que viv� mi primera experiencia
sexual con Daniel, un jovencito vecino, amigo de mi hermano mayor.
MOY Y DANIEL
Narro esta historia como el verdadero inicio de mi vida
sexual activa, ya que fue Daniel el hombre a quien entregu� mi virginidad cuando
yo ten�a 10 a�os de edad. Daniel en esa �poca ten�a 19 a�os de edad.
Daniel, era mi vecino y muy amigo de mi hermano mayor,
jugaban en el mismo equipo de baloncesto e incluso compart�an igual carrera y
grado en la universidad, por lo que se frecuentaban mutuamente en sus
respectivas casas para estudiar.
Daniel era un tipo perseguido por las mujeres y envidiado por
los muchachos de su edad, ya que si bien no era guap�simo, si era muy atractivo,
alto, moreno claro, de ojos negros, de cuerpo fuerte y musculoso gracias a su
vida deportiva, de muy amena conversaci�n y un l�der natural, y otros muchos
atributos con que la vida lo hab�a premiado.
Igual que mi hermano, Daniel ten�a su novia, pero a como
diera lugar me hab�a propuesto que ser�a �l, con quien tanto yo so�aba, el
hombre a quien yo entregar�a mi virginidad.
Cuando en mi soledad acariciaba mi cl�toris, yo so�aba que
era Daniel quien lo hac�a, como lo vi en una pel�cula porno que una tarde
encontr� en el caj�n del bur� en la rec�mara de mis hermanos. Esa pel�cula, que
constaba de varios episodios, me ense�� muchas cosas que yo no me imaginaba c�mo
eran: conoc� y me entusiasmaron los enormes penes de los actores, vi c�mo se
hac�an mutuamente el sexo oral, masturbaciones, penetraciones, etc. etc.
Una ma�ana de fin de semana del mes de Abril, mis hermanos y
mis padres salieron inesperadamente a una cercana poblaci�n, a casa de los
abuelos, pues el abuelo se hab�a fracturado una pierna a consecuencia de una
ca�da. Prefer�, como siempre, quedarme en casa pretextando tareas escolares y la
necesidad de estudiar para un examen. Debido a que el accidente del abuelo no
era nada de cuidado, mis padres entendieron mis razones y despu�s de m�ltiples
recomendaciones se marcharon con el cl�sico: "Moi, hasta en la noche, cu�date
mucho".
Como era una salida, aunque cercana, fuera de la ciudad, la
costumbre me hab�a ense�ado que el regreso ser�a ya entrada la noche y por
tanto, dispondr�a de todo un d�a para disfrutarlo a mis anchas so�ando con
Daniel, sin pensar que a partir de esa ma�ana mi sue�o ser�a una realidad.
Lo primero que hice en cuanto sali� la familia, fue quitarme
los calzones y quedarme solo con el vestido de encima. Me encantaba y todav�a lo
hago, traer mi panocha al aire. En esa mi edad de 10 a�os, a�n era totalmente
lampi�a y no hab�a tenido mi primer menstruaci�n.
Hac�a poco m�s de media hora que estaba sola cuando son� el
timbre de la puerta. Me asom� por la mirilla y el coraz�n me dio un vuelco:
quien tocaba era Daniel. Me hice la que no sab�a quien era y pregunt�:
�Qui�n?
Yo, Daniel.
Acomod� mi pelo con coqueter�a y abr� la puerta. Daniel me
mostr� una estupenda sonrisa. Ven�a c�modamente vestido solo con una playera
deportiva, pantal�n corto y tenis.
Hola, Moy. Busco a tu hermano. �Le podr�as hablar, por
favor?
Daniel, mi hermano no est�, pasa y te explico.
Daniel pas� y lo invit� a ponerse c�modo y a sentarse frente
a la T.V. que estaba encendida. En sus m�ltiples visitas �l ya conoc�a la casa,
as� que no hubo mayor problema. Tej� de inmediato el plan de retenerlo y una
forma de hacerlo era llevarle un refresco sin preguntarle previamente si deseaba
tomarlo, por lo que me dirig� a la cocina para llevarle un vaso de coca-cola y
otro para mi.
Daniel, te traigo un refresco.
Gracias, Moy. As� que est�s sola en casa.
Me sent� en el mismo sof� frente a la T.V., buscando quedar
lo m�s cerca posible de mi visitante deseado e inesperado.
Si, todos salieron al rancho a visitar al abuelo que est�
enfermo y volver�n por la noche. Estar� todo el d�a sola.
Ven�a por tu hermano para ir a jugar baloncesto, pero si no
est� ver� que hago.
Mientras ve�amos la T.V. y tom�bamos la coca-cola,
platic�bamos de cosas sin importancia (�que temas podr�a platicar una ni�a de 10
a�os con un joven de 19?) yo no despegaba mi vista de sus piernas velludas y
sub�a mis ojos por sus muslos hasta donde yo sab�a que ten�a su "paquete"
tratando de imaginar c�mo ser�a en realidad.
Seguramente Daniel not� algo en mi que pas� repetidamente su
mano sobre mi cabeza acariciando mis cabellos, lo que me motiv� a poner mi mano
izquierda sobre su muslo derecho y empec� a jalar delicadamente sus vellos.
"Algo" empez� a crecer bajo su short, y �"que algo"!: era un
estupendo instrumento que conoc�, admir�, succion� y sent� dentro de mi esa
misma ma�ana.
Daniel apur� su vaso de coca-cola y, seguramente pensando en
evitar un problema por ser �l mayor de edad y yo una ni�a, me dice:
Gracias, Moy, me voy. Vendr� ma�ana que regrese tu hermano.
No, Daniel, no te vayas a�n, por favor; qu�date solo un
momento.
Si a Daniel su inteligencia le dec�a que deber�a marcharse,
su instinto lo hizo quedarse.
Despu�s de unos instantes en que Daniel sigui� acariciando
mis cabellos, me recost� poniendo mi cabeza sobre sus piernas, tratando de
buscar la forma de tocar "ese algo" que por adivinarlo tan grande, me intrigaba.
En silencio, mientras "ve�amos" la T.V., como tratando de
levantar un poco mi cabeza, a manera de almohada coloque mi brazo sobre el muslo
de Daniel de forma tal que mi mano qued� perfectamente sobre su pene. Daniel se
qued� expectante, en silencio. Yo segu� mi obra.
Palp� lo largo y grueso de su pene. Toqu� sus test�culos
sobre su short.
Recostada sobre las piernas de Daniel cambi� de posici�n
dando la espalda al televisor y quedando frente a �l. Yo segu�a tomando la
iniciativa y Daniel solamente se dejaba hacer lo que yo le hac�a.
Pude ver que Daniel cerraba los ojos mientras que segu�a
acariciando mis cabellos.
En tanto busqu� la forma de extraer totalmente y contemplar
aquel miembro viril en todo su esplendor: met� mi mano bajo el resorte de la
cintura del short y bajo su trusa hasta llegar a su mata de abundantes pelos.
Por primera vez a mis 10 a�os ten�a en mis manos el pene de
un hombre. Lo saqu� de su escondite y pude contemplar que era algo enorme. Me
sorprendi� un poco que estuviera h�medo ya que de su punta sal�a un l�quido
transparente. Baj� su short y pude ver un mejor espect�culo.
(Ese d�a no med� el pene de Daniel, sino posteriormente, pero
para que tu que me est�s leyendo tengas una idea, eran 19 cms. de largo medidos
a regla, grueso y ligeramente curvo a la izquierda).
No resist� la tentaci�n e imitando a las actrices de la
pel�cula porno que hacia semanas hab�a visto, levant� mi cara y acerqu� mi boca
a la punta de aquella lanza succionando, primero con torpeza y con mayor
habilidad despu�s.
Daniel baj� su mano y como yo no tra�a calzones, sin
problemas lleg� hasta mi panocha que ya estaba bastante h�meda. Separando mis
labios vaginales, con sus dedos toc� con maestr�a mi cl�toris logrando que �ste
se inflamara r�pidamente quedando del tama�o de una uva, incluso un poco m�s
grande del tama�o que yo me lo pon�a cuando me tocaba estando s�la.
Daniel, al percatarse que yo no tra�a calzones entendi� que
yo deseaba tener sexo. Sin embargo lo deten�a mi corta edad.
Moy, no es correcto lo que estamos haciendo. Me voy a
retirar.
No, Daniel, por favor contin�a. Te quiero y deseo
ardientemente ser pose�da por ti.
Pero eso no puede ser. �Eres solo una ni�a!
No importa. Deseo ardientemente ser pose�da por ti. Si no
eres tu ser� otro.
Pero esto es una violaci�n. Puedo ir a la c�rcel por muchos
a�os. Es un verdadero problema.
Yo no dir� nada. Toma en cuentas que soy yo la que quiero
tener sexo.
Pueden venir tus padres y tus hermanos de un momento a
otro.
No vendr�n. Volver�n hasta muy entrada la noche.
Pero te doler� horriblemente y sangrar�s. Yo soy un hombre
y tu una ni�a.
Si lo haces con cuidado me doler� menos.
Guardamos silencio y seguimos con el juego, pero de forma m�s
audaz.
Daniel me tom� en sus brazos y me sent� sobre de �l, yo
montada como un caballito, me acerc� a su cara y mientras besaba mis labios
introduciendo su lengua en mi boca (fue para mi una nueva experiencia) me sac�
mi vestido quedando yo totalmente desnuda.
Mis senos aun no crec�an aunque los pezones ya estaban
hinchados. Mis partes bajas estaban totalmente lampi�as, pero eso para mi no era
ning�n impedimento para hacer lo que est�bamos haciendo.
Mientras que con sus dedos acariciaba mi inflamado cl�toris,
baj� poco a poco sus labios y succion� mis pezones transport�ndome a un mundo
totalmente nuevo para mi. Yo sola no pod�a hacerme eso, pues no me alcanzaba.
A estas alturas, Daniel, al igual que yo, estaba ya
totalmente desnudo.
Rodamos por la alfombra succion�ndonos mutuamente todo el
cuerpo con nuestros labios. Daniel se dejaba hacer lo que yo quer�a y yo le
correspond�a aprendiendo de forma pr�ctica y gozosa lo que en silencio �l me
hac�a.
Sin darme cuenta, mientras yo succionaba su pene, y estando
�l acostado teni�ndome sobre �l mismo, empez� a besarme primero los muslos
llegando luego con su lengua a mi demasiado h�medo cl�toris: �que maravillosa
sensaci�n!.
No tard� mucho en experimentar mi primer infantil orgasmo:
Repentinamente me sent� transportada a un mundo de fantas�a: mis cabellos se
erizaron, mi piel se me puso chinita, calambres indescriptibles me recorr�an
todo el cuerpo y mi vagina explotaba con algo como jugos h�medos que Daniel
succion� totalmente.
Mientras yo experiment� estas sensaciones que no puedo narrar
c�mo realmente fueron (solo escribo algo de lo que experiment�), la lanza de
Daniel explot�, llenando mi boca con chorros y chorros de semen caliente, tantos
que me escurr�an por mis labios.
Quedamos exhaustos, pero al mismo tiempo deseando m�s.
Tom�ndome Daniel en sus fuertes brazos, volvimos al sof�
frente a la T.V.. �l se sent� y yo me acomod� de nuevo en sus piernas como
montada en un caballo.
Fundidos en un abrazo mientras en silencio nos bes�bamos en
los labios, su pene dur�simo estaba entre nuestros est�magos. No obstante
haberse corrido abundantemente en mi boca, su pene no estaba vencido y quer�a
m�s pelea.
Yo arqueaba mi espalda y me hac�a hacia atr�s mientras sub�a
y abr�a mis piernas de tal forma que se abriera mi rajadita y para que sus pelos
acariciaran mi cl�toris que ya empezaba a dolerme gratamente de las ganas de ser
perforado.
Tom�ndome de mis caderas, con sus manos me levantaba
suavemente y me deslizaba mi rajadita a todo lo largo de su pene. As� lo hizo un
buen rato hasta que romp� el silencio:
�Hazme tuya, Daniel, hazme tuya!.
Me prometes no gritar ni decir nada a nadie.
�Si, te lo prometo!. No gritar� ni dir� nada a nadie. Ser�
nuestro secreto.
Tengo miedo.
Soy yo la que te lo pide.
Bien, pero no ser� yo quien te lo introduzca. Ser�s tu sola
quien lo haga.
Tu nada m�s me dices c�mo.
Poniendo tu hoyito por donde orinas, si�ntate en la punta
de la cabeza. Si te duele te levantas.
Daniel sigui� sentado y yo, abriendo mis piernas lo m�s que
pude me levant� hasta dejar sentado mi virgen orificio en la punta de aquella
dura lanza. Daniel meti� sus manos por mis axilas y me ayud� empujando
suavemente haciendo presi�n desde mis hombros.
Yo separaba mis labios vaginales con mis manos y ve�a aquella
dura lanza dando en el blanco. Hice un poco de presi�n hacia abajo y con cierto
temor me detuve.
�Te duele, Moy?
No, Daniel, continuemos.
Hicimos m�s presi�n hacia abajo y de nuevo me detuve.
�Te duele, Moy?
No, mi amor, �qu�tame lo virgen ya....!
Empuj�ndome Daniel de mis hombros hac�a abajo, sent� un dolor
muy agudo que traspas� todo mi cuerpo: �mi himen estaba cediendo a la presi�n de
aquel m�stil!.
�Ooohhhh...!, �Daniel...!, �Ooohhhh...!, �Me duele!.
�Ooohhhh...!, �Espera un momento!, �Ooohhhh...!
Daniel detuvo la presi�n un poco asustado, m�s al ver que yo
estaba sangrando. Sin embargo yo no hice nada por extraer de mi aqu�lla lanza
que tanto hab�a deseado. Pude ver que delgados hilos de sangre corr�an a lo
largo de aqu�l pene que todav�a no entraba en mi totalmente. Mi sangre empapaban
los pelos de Daniel.
Al ceder levemente el dolor me fui sentando poco a poco hasta
que los pelos de Daniel rozaron de nuevo mi uvita. Ten�a dentro de mi 19 cms. de
carne dura, gruesa y caliente. Pude ver que mis labios vaginales se hab�an
abierto a todo lo grueso de aqu�l pene. Nunca me hab�a imaginado que a mi me
cupiera algo tan grande.
Me recost� sobre el pecho de Daniel abraz�ndolo por el
cuello.
El busc� mis labios y mientras introduc�a su lengua en mi
boca, empez� a moverme delicadamente subi�ndome y baj�ndome, ensart�ndome su
duro palo cuan largo era.
Sin sac�rmelo me levant� en vilo y me acost� en el sof�
quedando Daniel de rodillas en la alfombra. Abr� mis piernas y las sub� sobre
sus hombros dejando que todo su miembro me acariciara por dentro.
Casi la sacaba toda y luego la clavaba hasta el fondo. Daniel
entraba y sal�a en mi en tanto yo me corr�a en m�ltiples e indescriptibles
orgasmos.
Casi toda afuera y toda hasta el fondo, casi toda afuera y
toda hasta el fondo, casi toda afuera y toda hasta el fondo, casi toda afuera y
toda hasta el fondo, casi toda afuera y toda hasta el fondo, hasta que sent� que
muy adentro, casi en mi ombligo que fuertes chorros calientes me inundaban...
�Oooohhhh, Moy, me corro...!, �me corro...!
�C�rrete todo, mi amor, dame todo lo que traigas dentro!
�Oooohhhh, Moy...!, �Oooohhhh, Moy...!, �Oooohhhh, Moy!...
�Yo tambi�n..., Daniel...!, �siento... que me estoy...
corriendo... contigo...!, me estoy... corriendo... contigo...!, me estoy...
corriendo... contigo...!
Terminamos. Continuamos un momento abrazados. Luego Daniel
extrajo su miembro dejando en mi interior un vac�o que desde entonces siempre
estoy buscando c�mo llenar.
Mentir�a si dijera que no me dol�a. Si, me dol�a, pero el
placer hab�a superado al dolor. Al siguiente d�a lo volvimos hacer (mi familia
sali� de nuevo a casa del abuelo) y fue menos doloroso y las siguientes veces el
dolor desapareci� por completo, y lo continuamos haciendo durante mucho tiempo,
hasta que yo cumpl� 16 a�os, hace poco m�s de un a�o en que nos tuvimos que
separar por cambio de residencia.
Desde que Daniel toco el timbre de la casa buscando a mi
hermano a este momento hab�an pasado casi tres horas.
Daniel se levant� y lav� las s�banas manchadas con la sangre
de mi desfloraci�n y su semen. Yo casi no me pod�a mover, sin embargo hice un
esfuerzo y lo logr�. Me sent�a abierta, pero feliz.
Mi padre volvi� ya muy noche para dormir en casa. Cuando
lleg� yo ya dorm�a en mi rec�mara. La familia se hab�a quedado con los abuelos.
Al siguiente d�a volvi� mi padre al rancho qued�ndome yo de nuevo sola en casa,
por lo que Daniel y yo aprovechamos y repetimos lo del d�a anterior con m�s
libertad. Esto te lo platicar� en otro relato.
�
MOY Y EL PROFESOR JUAN ANTONIO
Cuando tuve mi primera experiencia con Daniel, yo cursaba el
quinto a�o de mi educaci�n elemental. Lo hicimos el resto del ciclo escolar,
cada vez que se presentaba la ocasi�n y durante todo el sexto a�o.
Conclu� la primaria con buenas notas (siempre he sido buena
estudiante) e ingres�, poco antes de cumplir los 12 a�os, a la secundaria,
contando con un lugar preferente por mis calificaciones.
Nueva escuela, nuevos amigos, nuevos m�todos de estudio,
nuevos maestros entre los cuales uno sobresal�a entre todos: Juan Antonio, mi
maestro de historia universal. Un maestro joven, muy bien parecido, alto,
delgado, moreno y de ojos verdes, atento y caballeroso y una forma amena y
sencilla de dar la clase. De esos maestros como hay pocos y que tanto deseamos
las adolescentes.
Aun cuando yo estaba perdidamente enamorada de Daniel, con
quien segu�a sosteniendo relaciones cuando menos una vez a la semana, no era
impedimento para que el Prof. Juan Antonio me gustara, por lo que busqu� la
forma de atraerlo y hacerme su "amiga".
Como en la escuela siempre me ha gustado sentarme hasta
adelante, en las primeras butacas, frente a mis maestros, antes de la clase de
historia universal fui al sanitario de ni�as y me quit� mis calzones, mismos que
guard� muy bien en mi mochila, y como si nada, me dirig� al sal�n de clases y
ocup� mi lugar antes de que arribara mi profesor Juan Antonio.
Cuando el profesor lleg� y tom� la lista de asistencia,
estando sentada frente a �l empec� mi labor de conquista:
Sent�ndome casi en el filo de mi butaca, con discreci�n
acomod� mi falda de forma tal que abr�a mis piernas y descaradamente mostraba mi
panocha al profesor Juan Antonio. �ste lo detect� f�cilmente ya que se puso un
poco nervioso y pude ver que bajo su pantal�n "algo" sub�a de tama�o y se
extend�a a lo largo de su pierna.
A estas alturas yo ya hab�a tenido mi primer menstruaci�n,
mis senos empezaban a crecer y ya ten�a un incipiente vello p�bico, aunque he
optado por depilarlo ya que sin pelos me siento m�s agusto.
Yo abr�a y cerraba discretamente mis piernas, incitando m�s
al macho que ten�a frente a mi. As� pas� la hora de la clase de historia. El
maestro se tuvo que retirar para dar paso a la siguiente clase. Pude ver que se
dirigi� de inmediato al sanitario de maestros donde de seguro se masturb� para
bajar su erecci�n. �No era para menos!. El primer paso estaba dado: mi meta fue
que antes de una semana tendr�a a mi siguiente hombre.
A la salida de clases esper� pacientemente en la puerta de la
escuela a que saliera mi profesor Juan Antonio.
Cuando sal�a ven�a acompa�ado de otro maestro, pero al verme
r�pidamente lo despidi� y se dirigi� a mi. Me salud� con un beso en la mejilla:
Hola, Moy, �c�mo est�s?.
Bien, maestro, �y usted?.
Un poco preocupado por un detalle que me pas� hoy en
clases.
�Puedo saber de qu� se trata?
Si, pero no te lo puedo decir aqu�. Si gustas otro d�a te
invito un refresco o una torta o lo que desees, pero en otro lado.
Si quiere, profesor, hoy, ahora, puede ser. Solo necesito
llamar a mi mam� para decirle que ir� a casa de una amiga a hacer una tarea,
que llegar� m�s tarde que de costumbre.
Muy bien. Si gustas llamamos de la esquina.
Nos encaminamos a la esquina, marqu� a casa de un tel�fono
p�blico y dej� recado en la contestadora. Luego, el profesor Juan Antonio y yo
nos dirigimos en silencio a un restaurante cercano. Tomamos una mesa alejada y
pedimos unas hamburguesas y refrescos. En tanto las tra�an empezamos a platicar:
Moy, �por qu� lo hiciste?,
�Qu�, maestro? (fingiendo una inocencia muy lejos de la
realidad).
�Por qu� te sentaste as� en mi clase?
Porque me gustas mucho y quiero que me hagas el amor.
�Qu�......?
Si, quiero que me hagas el amor....
Pero si solo eres una ni�a....
No importa. Hace m�s de dos a�os que no soy virgen...
adem�s, llevo una vida sexual muy activa... tengo una pareja...
�Tienes una pareja?, Seguramente es un ni�o como tu.
No, es estudiante de ingenier�a civil, tiene actualmente 21
a�os.
�Y con �l tienes relaciones sexuales?
Si, desde hace dos a�os, desde que yo ten�a 10 a�os. �l es
mi hombre, nos amamos, pero tu me gustas mucho, y si quieres, quiero que me
hagas el sexo.
Pero, �d�nde?...
No s�, en tu casa podr�a ser. S� que vives solo.
Pero, Moy, si me ven llevando a mi casa a una ni�a, �te
imaginas el l�o en que me metes?
No tengas cuidado, buscaremos la forma....
No s�.... Tengo miedo... Nunca he vivido una experiencia
as�.... (dec�a mientras yo ve�a que se tocaba insistentemente la entrepierna;
seguramente ten�a una nueva erecci�n).
Si quieres inv�tame ahorita a tu casa....
Vamos, Moy; si no vamos, no s� que ser� de mi. Debo aceptar
que yo tambi�n lo deseo.
Pag� la cuenta y caminando nos fuimos a su casa. Mi maestro
Juan Antonio viv�a s�lo en un cuarto independiente amueblado de acuerdo a sus
necesidades. Ten�a una cama, bur�, un televisor, video-cassettera, un equipo de
sonido, un escritorio, computadora, libreros repletos de libros, videos y
discos, un escritorio, dos sillas y su ropa en un closet. La habitaci�n dispon�a
de ba�o interior y estaba aislada del mundo. Ciertamente no hab�a mucho orden y
no era para menos para un hombre soltero que viv�a solo.
El entrar a su cuarto se percat� de cerrar debidamente la
puerta. Entraba suficiente luz por la ventana y no hac�a calor.
De nuevo tom� la iniciativa ya que mi profesor no se atrev�a
a tocarme.
Lo sent� una silla y empec� a besarlo como Daniel me hab�a
ense�ado. Mientras lo hacia, desboton� su camisa y dej� su pecho al descubierto.
Me excit� ver su pecho lleno de pelos: Juan Antonio es hombre de pelo en pecho.
Pude palpar que ten�a un buen paquete entre las piernas. Para
comprobarlo destrab� su cintur�n y baj� su pantal�n y sus trusas. Era un pene
grueso y largo, perfectamente recto y cabez�n.
Yo segu�a sin calzones as� que el empez� a palpar mi panocha
percat�ndose que efectivamente su verga no ser�a la primera que me
introducir�an.
Tom�ndome en sus brazos me llev� a su cama y me recost� entre
las s�banas desarregladas. Sin dejar de mirarme termin� �l de desnudarse. Pude
contemplar que ten�a un miembro enorme; aunque nunca se lo med� como una vez lo
hicimos Daniel y yo con el pene de �ste, pero en tama�o si eran ambos
equiparables.
Se inclin� sobre mi y me bes� en los labios, primero
dulcemente y despu�s con mucha pasi�n. Mientras que sus manos recorr�an todo mi
cuerpo, sin despegarlos baj� sus labios por mi cuello hasta llegar a mis
pezones. Mientras me succionaba un pez�n, con su mano apretaba el otro seno.
Debo decir que para estas fechas mis senos ya estaban creciendo, aunque aun eran
peque�os. Por las bellas sensaciones que experimentaba yo abr�a las piernas y
arqueaba mi cuerpo deseando ser penetrada hasta lo m�s profundo de mi cuerpo.
Los labios de mi Prof. Juan Antonio se deslizaron por mi
est�mago, por mi ombligo y en una de mis contorsiones en que con mis piernas
abiertas arqueaba mi cuerpo hacia arriba, con sus finos dedos separ� mis labios
vaginales dejando al descubierto mi cl�toris que palpitando ya hab�a alcanzado
el tama�o de una uva y empez� a succionarlo haciendo correr mis jugos interiores
en sabrosos e intermitentes orgasmos.
Para este momento, su pene ya estaba en mi boca, aunque se me
dificultaba retenerlo por lo grueso que estaba en ese momento.
�Oooohhhh, Juan Antonio, me corro...!, �me corro...!, �me
corro...!
�C�rrete toda, mi amor, dame todo lo que traigas dentro!
�Oooohhhh...!, �Oooohhhh...!, �Oooohhhh..., Juan
Antonio!...
�Yo tambi�n..., Moy...!, �siento... que estoy.... a
punto.... de correrme..... en tu boca....!
�C�rrete todo, Juan Antonio, c�rrete igual que yoooooo!
me estoy... corriendo... contigo...!, me estoy...
corriendo... contigo...!, me estoy... corriendo... contigo...!
Juan Antonio se corri� no solo en mi boca, sino que su semen
inund� mi cara, mi pecho, y despu�s lo desparramamos a�n m�s cubriendo mi piel
como si fuera crema humectante.
Quedamos exhaustos, pero el trabajo no estaba concluido;
estaba solo iniciado. Mi Prof. Juan Antonio se tir� en la cama con su lanza
apuntando directamente al techo. Estaba dura, continuaba muy dura.
Seguimos el juego. Me sub� sobre de �l abriendo mis piernas y
acomodando la punta de su flecha en direcci�n a mi abertura vaginal. Me acomod�
frente a �l de forma tal que su miembro se perdi� total y r�pidamente en mi
interior.
Con la ayuda de mi Prof. Juan Antonio empec� a moverme
subiendo y bajando metiendo y sacando, deslizando en mi interior todo lo largo y
grueso de su pene. Yo cerraba los ojos tratando de sentir cada vez m�s placer y
vaya que lo lograba.
Sent� que explotar�a en un nuevo orgasmo: mis cabellos se
empezaron a erizar, la piel se me puso chinita, mi vagina se contrajo apretando
aqu�l m�stil y lanzando un grito me aferr� con mis manos a los fuertes brazos de
mi maestro.
�Me corro...!, �Ooohhh....!, �que bello.....!,
�Ooohhh....!, �que bello.....!,
Aun corriendo mis l�quidos en mi interior, el Prof. Jos�
Antonio, sin extraer ni un cent�metro de su miembro me levant� en vilo y me
acost� levantando y abriendo mis piernas que deposit� sobre sus hombros.
Continu� sus furiosas y duras embestidas llegando su pene
hasta lo m�s profundo de mi ser. Yo me mov�a siguiendo un ritmo que hab�a
aprendido con Daniel lo cual hac�a la relaci�n m�s excitante y sabrosa.
Toda hasta el fondo, casi toda afuera, toda hasta el fondo,
casi toda afuera, toda hasta el fondo, casi toda afuera, toda hasta el fondo,
casi toda afuera, toda hasta el fondo, casi toda afuera... Era un cojedero que
ya te has de imaginar... Yo a�n una ni�a de 12 a�os perfectamente ensartada por
su maestro de historia universal.
�Jos� Antonio...!, �me estoy corriendo de nuevo...!, �me
estoy corriendo de nuevo...!, �me estoy corriendo de nuevo...!, �dame tu
leche...!, �dame tu leche...!, �dame tu leche...!
Si, Moy..., te doy... mi leche...., te doy... mi leche....,
te doy... mi leche...., �me corro...!, �Ooohhh....!, �que bello.....!,
�Ooohhh....!, �que bello.....!,
Terminamos al mismo tiempo. Mi Prof. Juan Antonio extrajo su
miembro de mi interior aun chorreando leche, no obstante que era la tercera vez
que se corr�a en el d�a: la primera vez en el sanitario de maestros en la
escuela despu�s de que salimos de clases, la segunda vez en mi cara y en mi
pecho y esta tercera vez dentro mi vagina.
Nos metimos a la regadera, nos ba�amos, nos cambiamos y nos
despedimos. Ya era hora de retirarme a mi casa. Era suficiente tiempo para hacer
una tarea "en casa de mi amiga".
Sin embargo en la despedida que fue con un largo beso en los
labios, sellamos nuestro compromiso de tener relaciones de nuevo en fecha muy
pr�xima. Quiz� ser�a cuando �l nos dejara una tarea en el grupo.
Si deseas compartir tus experiencias y tus relatos conmigo,
env�ame tus relatos que yo corresponder� con m�s, ya que tengo de todo tipo
(incesto, gay, heteros, zoofilia, etc.) a mi e.mail:
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