Me encontraba tumbado en la cama sin apenas ganas de dormir.
No hac�a m�s que recordar a Cristina, la chica que llevaba los asuntos jur�dicos
de la empresa en la que trabajaba. Aunque se trataba de un negocio casi familiar
en el que s�lo est�bamos el propietario y yo, por cierto al que s�lo acud�a el
propietario una vez al mes a recaudar los beneficios, dado el volumen de papeles
que generaba se hizo obligatorio contratar a una abogada que ven�a dos veces por
semana.
La chica, mientras acabada la carrera, me ayudaba a gestionar
los documentos legales y de vez en cuando a colocar en el almac�n los legajos
repletos de papeles que se generaban cada mes.
Ten�a 19 a�os y estaba para darle algo m�s que la hora, si
bien aunque cada vez que la ve�a me la follaba con la vista, nunca hab�a pasado
de ah�. Sab�a que ten�a novio, pero eso me dada igual, ya que no soy celoso.
Aquella noche comenc� a pensar en una fantas�a que desde
hac�a tiempo me ven�a rondando la cabeza. Una ma�ana llegaba Cris al trabajo, y
como hac�a calor y no funcionaba el aire acondicionado, la muy zorrita se
marchaba al ba�o y se quitaba el sujetador, pase�ndose todo el tiempo delante de
m� con la tetas movi�ndose al comp�s de su cuerpo.
Alguna vez hab�a le�do algo sobre la transmisi�n de
pensamiento y me dije para m� que no perder�a nada por intentarlo.
Dej� mi mente en blanco y comenc� a concentrarme en una orden
obsesiva que mandar�a mentalmente a Cristina.
-Ma�ana cuando llegues al trabajo, tendr�s tanto calor que te
ir�s al servicio y te quitar�s el sujetador el cual dejar�s dentro del caj�n de
tu mesa...-.
Esta sencilla orden la grab� en mi mente tantas veces
mientras imaginaba como la misma se transmit�a por el tel�fono, por dentro del
cable, hasta salir por el aparato de Cristina y de ah� a su cuarto y finalmente
al interior de su cabeza.
No s� cuantas veces la repet� pero finalmente acab�
durmi�ndome. A la ma�ana siguiente, y debido al esfuerzo mental de la noche, no
escuch� el reloj despertador. Como sab�a que mi jefe no iba a aparecer por all�,
tampoco me preocup� mucho en correr, as� que desayun� despacio y me dirig� al
trabajo a media ma�ana.
Al llegar no hab�a nadie, pero supuse que hab�a estado Cris
al encontrar un manojo de correspondencia sobre mi mesa. Sin duda la chica
habr�a terminado su trabajo y ya se hab�a marchado.
Me sent� en mi mesa y tras leer la correspondencia me dispuse
a poner al d�a mis asuntos. Ser�a ya casi la hora de salir cuando record� la
experiencia de la noche anterior. Me empalm� de pensar en la chica y dud� en
abrir el caj�n de Cristina a ver si all� estaba su sujetador. Me levant�, pero
cuando estaba casi a punto de abrirlo me asalt� una risa floja, dije para mi
�que tonto eres- y volv� a sentarme.
Jam�s se me habr�a ocurrido hurgar en el caj�n de la chica,
pero ahora y de nuevo me asalt� el morbo y volv� a levantarme. Con cuidado abr�
su caj�n y busqu� bajo los papeles. Cuando mi mano palp� tela mi coraz�n peg� un
vuelco que si no me llego a sujetar me caigo al suelo. Levant� con prisas las
carpetas y all�, arrugada encontr� una bola de tela blanca que no dud� en coger
y examinar.
Efectivamente se trataba de un sujetador de encaje de la
talla 85 que ol� con desesperaci�n mientras mi rabo luchaba por salirse del
pantal�n. R�pidamente de march� con aquella prenda al servicio y me casqu� la
paja m�s gozosa de mis 20 a�os de existencia, tras lo cual volv� a dejar la ropa
en su sitio y termin� el trabajo como pude ante tanta calentura que llevaba.
Al llegar la noche y tras el �xito de mi experiencia volv� a
concentrarme en Cris y le envi� mentalmente la siguiente orden.
-ma�ana, cuando llegues al trabajo y escuches la palabra
"calor", te dirigir�s al ba�o y te quitar�s el sujetador que meter�s en una
bolsa y tirar�s a la papelera...-. Esta orden la repet� mentalmente infinidad de
veces mientras visualizaba el recorrido que har�a la misma a trav�s del tel�fono
hasta llegar a su cerebro.
Al d�a siguiente llegu� al trabajo quince minutos antes de la
hora de apertura, pues tal era la ansiedad que ten�a por ver si se habr�a
cumplido mi deseo.
Una media hora m�s tarde lleg� Cris y tras saludarme comenz�
su trabajo. La chica vest�a un pantal�n verdoso y una camisa celeste en la que
se marcaban las tiras del sujetador. No s� como no not� mis nervios, pues mi
rabo estaba a punto de estallar y mis poros exudaban calentura por todas partes.
Con voz casi temblorosa me dirig� a ella.
-Cris, enciende el aire que aqu� hace mucho calor...-
Al instante la chica se volvi�, activ� el acondicionado y
sali� del despacho. AL rato volvi� y se puso a trabajar. Me fij� en sus tetas.
Se mov�an al comp�s de sus brazos. La chica se hab�a quitado el sujetador tal y
como yo le hab�a ordenado. Me levant� disimulando mi calentura y me dirig� al
ba�o. All�, en el interior de una bolsa de pl�stico en la papelera estaba su
sost�n. Lo volv� a oler con deseo pero no me la mene� porque quer�a obtener algo
m�s para mi pr�xima paja.
-Cris, ay�dame a bajar algunos legajos al almac�n...- orden�
a la chica.
Con picard�a le fui indicando los que deb�a coger,
aprovechando cuando se inclinaba para mirar por entre su escote y deleitarme con
sus pechitos que colgaban bajo la tela. No s� cuantas maniobras le ped� que
hiciera, pero s�lo s� que mi polla estaba destilando jugos desde hac�a un buen
rato mientras la ilusa chica me mostraba una y otra vez sus carnes, las aureolas
y los pezones de uno y otro pecho. Como tem� que se diera cuanta de mis
maniobras d� por finalizado la sesi�n de recreo y volvimos al despacho,
march�ndome al ba�o a pajearme con el sujetador de Cris tan pronto ella se
march� de la oficina.
Al llegar la noche volv� a mis maniobras mentales. Esta vez
me concentr� en enviarle una orden m�s atrevida.
-Ma�ana vendr�s al despacho aunque no tengas que trabajar.
Cuando escuches la palabra sue�o, entrar�s en una fase de obediencia total hacia
mi persona y cumplir�s cuantas �rdenes recibas...-
Machaqu� en mi cerebro esta orden y posteriormente se la
envi� a Cris a trav�s de la l�nea mental del tel�fono hasta su subsconciente.
Al d�a siguiente me dispuse a esperar la llegada de la chica.
Sobre media ma�ana abri� la puerta. Al verla el coraz�n me
di� un brinco. Tras los saludos de rigor Cristina comenz� a buscar algo que al
parecer hab�a olvidado en su mesa.
-No deb� dormir bien anoche, tengo un sue�o...- dije en voz
alta.
Enseguida la chica dej� de buscar en el caj�n y se qued�
quieta. Me situ� con temor detr�s de ella y le pregunt� al oido.
-Cris tienes novio...?-
-Si, se llama Fran...- respondi� con una voz pausada.
-�Cu�nto hace que le conoces...?- volv� a preguntar.
-Desde hace 1 mes...-
-�Y...?- no me atrev�a a formularle la pregunta, aunque
finalmente acced� sabiendo que tras salir de ese estado ella no recordar�a nada.
-�Y ya has follado con �l...?.-
-Bueno, todav�a no he dejado que lo haga, aunque nos hacemos
algunas veces pajas...-
-�De que color llevas hoy las braguitas...?-
-Rosa p�lido...-
-�Eres virgen...?-
-No...-
-�Con qui�n perdiste el virgo...?-
-Con un chico del instituto llamado Iv�n...-
Aquella conversaci�n estaba resultando tan cachonda para mi
que puse toda la carne en el asador y me lanc� de cabeza.
-Vamos al almac�n...- le orden�.
Bajamos al cuarto y tras cerrar con pestillo por dentro
comenc� a magrearla.
Recorr� su espalda, sus senos y su culo. Cuando me cans� de
manosearla le orden� que se quitase la ropa. Se qued� s�lo en sujetador y
braguitas. Le bes� cada rinc�n de su cuerpo y cuando quise le desabroch� el
sost�n. Ante mis ojos aparecieron las tetas m�s bonitas que jam�s he visto. Le
chup� los pezones y las aureolas recre�ndome en ellas. Pasaba de un pecho al
otro con lasciva agon�a como si aquello se pudiese terminar.
Met� la mano bajo el el�stico de sus bragas hasta sentir los
rizos de su co�o entre mis dedos. Con lentitud se las baj� hasta tener su
pelambrera a la altura de mi cara. Con la lengua le recorr� una y mil veces su
raja hasta notar los jugos que la impregnaban. Le orden� que me la meneara. La
chica se coloc� frente a m� y comenz� a desabrocharme el pantal�n. Cuando mi
verga salt� como un resorte la cogi� con delicadeza y comenz� a menearla con
r�tmico movimiento. Mis manos se apoderaron de su almeja y le met� un dedo hasta
el nudillo. Entre el calor de su co�o y el gusto que me estaba proporcionando
casi me corro, por lo que le orden� que parase. La chica dej� al momento mi
rabo. Cuando not� que la calentura disminu�a le dije que me la chupase. Volvi� a
agacharse y se meti� mi rabo en al boca. Como chupaba la ni�a. Apenas un minuto
bast� para que casi estallase, as� que le dije que se detuviera, pues quer�a
otro objetivo para mi leche que el suelo del almac�n.
-T�mbate en la mesa...- le orden�.
La chica se tumb� sin decir nada. Le chup� el co�o con agon�a
mientras retorc�a sus pezones.
Cuando not� una humedad en su agujero me puse de pi�, le
restregu� la cabezota de mi polla por la entrada de su almeja y lentamente se la
fui introduciendo gozando cada cent�metro de su gruta hasta que mis huevos
hicieron tope con sus rizos.
Lentamente, muy lentamente comenc� a bombear en su co�o.
Sab�a que dada mi calentura aquello no pod�a durar mucho y decid� aprovechar el
tiempo al m�ximo.
No s� cuanto tiempo estuve foll�ndome a Cris, solo recuerdo
haberla besado, chupar su lengua, sus senos, los pezones, y los l�bulos de sus
orejas.
Cuando not� que una corriente recorr�a mis piernas alargu� un
poco las embestidas hasta casi abandonar su gruta volviendo a empujar hasta el
fondo. Fueron unos segundos de placer que alargu� todo lo que pude. Cuando la
leche comenz� a fluir por mi rabo empuj� todo lo que pude dentro de Cristina.
Largos chorros de blanca y espesa leche se clavaron en el cuerpo de la chica
llenando su cavidad. No s� cuantos fueron, pero cuando tras algunos minutos
saboreando aquel placer, pude sacar mi rabo de su cuerpo, not� como una gran
cantidad de leche le escurr�a por su pelambrera hasta bajar por sus muslos.
La bes�, le acarici� el cuerpo largamente y un rato despu�s
le orden� que se aseara, se vistiese y se fuese.
As� lo hizo, no sin antes ser advertida por mi para que no
recordase nada de lo que hab�a pasado.
Ni que decir tiene que me estuve follando a la chica durante
tres meses hasta que se march� voluntariamente de mi oficina...para casarse con
su novio ya que estaba enbarazada. La verdad es que no s� de quien es el ni�o,
si m�o o de su novio, pues al d�a siguiente de mi estreno le orden� que dejase a
su chico que le llenase el co�o de leche. Y ella obedeci�.
Un saludo. Carlitos.