Todo cuanto contiene este relato, desde la primera letra a la
ultima, es pura y totalmente falso, no esta basado en personas reales ni tiene
semejanza alguna con ninguna realidad presente o pasada. Es puro fruto de la
imaginacion y de la lectura repetida de relatos semejantes.
EL FARA�N III
LA ESTIRPE MALDITA DE LOS HIJOS DE SETH.
Imhotep tomo con sus viejas y arrugadas manos un pergamino no
menos anciano que el mismo, e ilumin�ndose con lamparas de perfumados aceites
importados del lejano Punt comenz� la lectura de las viejas cr�nicas, la
ver�dica narraci�n de las terribles aberraciones que los faraones perdidos
cometieron en un tiempo m�s all� de los siglos y de la realidad.
SECRETOS ENTRE DOS, ENTRE TRES.
ANGELICA
La vida, tal y como yo la recuerdo, era perfectamente
normal.Mi madre hab�a muerto siendo yo muy ni�o y casi no la recordaba. Mi
hermana mayor hab�a tomado su lugar desde que yo ten�a memoria. Yo ten�a por
entonces catorce a�os y ella veintiseis. La familia se completaba con nuestro
padre, que ya por aquel entonces pasaria sobradamente de los veinticinco.
Era un hombre severo, y bastante distante, con el que nunca
tuve mucha relacion. Era sobre todo una imagen fija, permanente, al modo de los
muebles y de la televisi�n, que uno esperaba encontrarse siempre, pero no verla
hablar de nada que tuviera importancia. Mi relaci�n con mi hermana hab�a sido la
de tenerla siempre en el lugar de la madre perdida, pero lo cierto es que ella
no era mi madre. Era una chica joven, extraordinariamente atractiva, y que
manten�a una actitud completamente natural conmigo. Ella ten�a la piel blanca,
muy palida, con unos ojos verdes inmensos, lo que se ve�a resaltado por que era
pelirroja natural. Era una chica muy delgada, con un culito perfecto y
minusculo, pero con unos pechos enromes y desbordantes, que siempre iba
marcando, no por gusto, si no por que todas las tallas le quedaban peque�as. Yo
estaba empezando a experimentar muchas cosas, y casi todas relacionadas con el
sexo. Y me daba cuenta de que las atenciones de mi hermana conmigo ten�an un
efecto que iba m�s alla del amor fraterno.
Cada vez apreciaba m�s sus besos, el contacto con su fresca
piel, con la generosa bladura de su pecho. Mis amigos no paraban de hablar de
sexo, y yo lo experimentaba todo, cada d�a, y hac�a ella. Para mi aquella
atracci�n jam�s tuvo nada de morboso, puesto que la experiment� desde el primer
d�a, y fu� ella, desde siempre, la �nica mujer para m�. Su instinto maternal
estaba completamente desbordado hac�a m�, y segu�a tratandome como un cr�o
peque�o por que tal vez tratase de compensarme de la falta de nuestra verdadera
madre. Pero todo aquello solo pod�a dar alas a mi deseo. Pero a�n as� era
insuficiente para justificar mi subita y devoradora pasi�n por estar a su lado.
Pero ella no le daba importancia, aunque lo notaba. Yo siempre la espiaba,
trataba de introducirme en el cuarto de ba�o mientras ella estaba dentro,
anhelaba por encima de todo su cuerpo desnudo... Pero no consegu�a nada.
De todos modos estaba confundido y perdido con todo esto. Una
noche, mientras so�aba con mi hermana-madre, unos ruidos en el salon me
despertaron. Sal� a investigar y lo que v� me dej� de piedra. All�, apoyada en
el aparador, y completamente desnuda, estaba mi hermano, mientras que un hombre
estaba detr�s de ella empujandola con violencia, golpeandola con su vientre
contra su culo. Me mov� estrategicamente, y me fij� en que aquel hombre ten�a
una polla como la m�a solo que enorme, y que no paraba de entrar y salir del
pajarito de mi hermana. Ten�a datos y teor�as, pero as� fu� como descubr� que es
el sexo.
Mi hermana estaba apoyada en el aparador, totalmente desnuda
mientras que el estaba vestido. Solo apoyaba sus manos, as� que sus enormes
tetas se bamboleaban a cada embestida de su novio ( eso supuse), se agitaban con
un ritmo cada vez m�s enloquecido. Desde donde yo estaba me era imposible ver al
chico, pero la ve�a perfectamente a ella, y me excit� tanto que no pude evitar
sacarme la polla y empezar a menearmela como me hab�an aconsejado mis amigos.
Aquel t�o segu�a empujando contra el culito de mi hermana, mientras que su
enorme polla no dejaba de entrar y salir de su co�ito depilado. En un momento,
mi hermana dejo de apoyarse solo con las manos para reposar todo su cuerpo sobre
el aparador, y al cambiar de posici�n me descubri� instantaneamente.
Me sent� fatal, pero aquello me excitaba demasiado como para
dejarlo, as� que continu�, mientras mi hermana me miraba con sorpresa, y luego
con una extra�a impasibilidad mientras se chupaba los labios. Acab� corriendome,
y no soportando la verguenza que me inund� tras mi insana satisfacci�n corr� a
esconderme en mi habitaci�n.
Pero al d�a siguiente, recuperado de mi subito
arrepentimiento, me sent�a excitado de nuevo, y no pod�a dejar de pensar en lo
que hab�a visto. Mi hermana estaba en la cocina planchando, por que siempre se
levantaba muy temprano para arreglar la casa antes de irse a trabajar. Al verla
all� de espaldas no pude evitarlo, y tomandola por la cintura empec� a empujar
con mi pollita contra su culo. Instantaneamente ella se di� la vuelta y me arre�
un guantazo increible. La primera vez que me pegaba en toda mi vida. Sal�
corriendo y llorando y me refugi� en mi habitaci�n, pero ella lleg� al instante
detr�s de mi.
- � Se puede saber que hacias?.-
Y yo no supe contestar, solo llorar.
- � Es por lo de ayer, no te bast� que te dejase mirar que
encima querias probar tu tambien?.-
Y entonces si que me ahogu� en mis propias lagrimas, casi no
pod�a ni respirar.
- Vale, vale, ya pas�, ya pas�.-
Y me abraz�, y yo atropelladamente le dije lo que sent�a por
ella.
- Yo te quiero Angelica, tu no necesitas un novio, ya me
tienes a m�.-
Ella se rio y sigui� acariciandome.
- Pero bueno, � es que tu tambi�n quieres hacerlo conmigo?.-
Yo solo sab�a llorar, pero asent� fuertemente con la cabeza.
- Si solo ten�as que pedirlo cari�o, pero pedirlo, no
intentar violarme.-
Y se quit� la bata que llevaba y despu�s la camiseta, dejando
a mi vista aquellos pechos inmensos.
Sus pezones eran rosados, pero erguidos, punzantes,
orgullosos. Nada m�s verlo me tir� sobre ellos y empec� a chupetearlos con
fuerza.
- Cuidado mi vida, cuidado, despacito... asi, asi, despacito.
Mmmmmmmmmmmmmmmm. mmmmmmmmmm.-
Y yo segu�a chupando, con cuidado, pero con m�s placer del
que pod�a so�ar.
- As� cielo, asi, mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm.-
Y esos gemidos me volvian loco.
- � Ves?, Si tu hermanita te lo da todo, pero pidiendolo con
educaci�n no cogiendolo por tu cuenta, ahora no deber�a dejar que me la
metieses, por no haberlo pedido por favor.-
Casi me muero de miedo.
- Perdon angelica, perdon, perdon por favor.-
Ella sonrio.
- Esta bien, pero solo por que veo que estas arrepentido.-
Y se quit� tambien la minifalda. Yo me desnud� rapidamente,
pero mi pollita aun no estaba tiesa. Yo la mire y me mor� de verguenza. Ella
sonri� como la madre comprensiva que era.
- No pasa nada, no pasa nada cari�o, esto lo arreglo yo.-
Y echandose el pelo hacia atras engull� mi pollita flaccida
con su boca de labios finos y lengua juguetona. Cre� tocar el cielo cuando
aquella boca engull� mi pollita.Ella la recorr�a con los labios y la lengua con
cuidado infinito, y sin m�s se me puso mas dura de lo que podr�a haber so�ado.
- Hala, ya esta- dijo sacandosela de la boca- ya puedes
metermela.-
Pero me resulto imposible, asi que ella misma me la meti�.
Al hundirme en ella, en su vagina lubricada y acogedora, cre�
que me mor�a. El placer era inmenso. Yo no pod�a pensar que fuese asi, mi
sorpresa era tanta que me qued� quieto disfrutando de aquello, hasta que ella me
dijo lo que ten�a que hacer, y empec� a imitar a mi manera lo que hab�a visto la
noche antes. La met�a y la sacaba, al ppo me costaba, no por que ella no hubiese
lubricado de sobra, si no por que no ten�a costumbre, pero le cog� el truco y
pronto estuve corriendome con mi leche acuosa dentro de la vagina de mi hermana.
Empec� a abrazarla y a besarla por todas partes.
- Te quiero Angelica, te quiero, te quiero. Tienes que dejar
a tu novio, dejalo Angelica, tu tienes que ser mi novia.-
Ella reia y respondia a mis besos.
- � Mi novio?. � No sabes quien era?.-
- No le vi la cara.-
Su rostro se lleno de sorpresa.
- � Anda la hostia!. � De verdad no viste quien era?.-
- No- Respond� lleno de naturalidad.
- � Entonces por que has intentado follarme?.-
- Por que te quiero, ya te lo he dicho.-
Ella rio con ganas y me beso, me beso con mucha m�s pasi�n e
intensidad.
- Yo tb te quiero cari�o, y ahora muchisimo m�s por que me
doy cuenta de que te gusto de verdad.
� Me haras un favor?.-
- Lo que quieras, lo que quieras.-
- Esta noche, quiero que est�s atento, y cuando vuelvas a oir
ruidos, vente a ver con cuidadito y fijate bien en quien esta conmigo, � lo
haras?.-
- Si- respond� sin pensar.
Ni siquiera estaba extra�ado. Aquella noche, m�s o menos a la
misma hora, empec� a oir los mismos ruidos. Me asom� con mucho cuidado, y la v�
de nuevo all�, preciosa, follando con aquel t�o. El estaba de espaladas y ella
debajo, y el empujaba con violencia como yo hab�a empujado aquella ma�ana. Ella
me vi� y le pidi� a su novio que cambiasen de postura, y que le dejase ponerse
encima. El emiti� un gru�ido imperceptible, y asi lo hicieron. Cre� que la
sangre se me congelaba en las venas, por que el novio de mi hermana, el hombre
que se la estaba follando, que se la hab�a follado la noche antes, no era otro
que mi propio padre. �Mi padre!. � Nuestro padre!. De alguna manera su pecado me
pareci� mayor que el m�o, y volv� espantado a mi habitaci�n.
Al d�a siguiente ella lleg� a despertarme, seguro que azuzada
por la curiosidad. Yo solo ten�a una pregunta. � Por que?.
Ella se encogio de hombros.
- Mira, tu eras muy peque�o, pero cuando un par de meses
despu�s de morir mama, papa me llev� a su cuarto una noche y me hizo sentarme en
sus rodillas aunque yo ya no era ninguna ni�a. Me explic� que ahora que mama
hab�a muerto, yo era la mujer de la casa y que tendr�a que asumir ciertas
responsabilidades. Yo le dije que lo comprend�a. El me dijo que el estaba solo,
y que yo tendr�a que hacerle compa��a. Yo le dije que era logico que pensase as�
y que lo har�a. Entonces empez� a sobarme, yo le dije que que estaba haciendo, y
el me dijo que yo era la mujer y el el hombre. Me di� muchisimo asco. Pero el me
razon� la situaci�n.
No quer�a meter a otra mujer en casa, pero ten�a sus
necesidades. Para m� solo ser�a un momentito de vez en cuando, por que yo era
tan bonita y le excitaba tanto que no tardar�a nunca demasiado. Sab�a que yo me
lo montaba con mis novios desde muy joven, y no lo veia mal, pero yo ten�a que
comprender que no hab�a ning�n motivo para que le negase a su padre lo que le
regalaba a unos desconocidos. Si aceptaba todos seriamos mas felices, y el no me
negaria nunca nada. No se, puede parecer raro, pero por como lo contaba me
pareci� muy logico, el pobre me daba mucha penita, y adem�s era la primera vez
que lo ve�a tan cari�oso y amable conmigo. No se, creo que ni me lo pens�. As�
que acept�.
El me desnud� como si fuera una mu�eca, y me sorprendi� que
al metermela yo ya estuviese totalmente lubricada. No se, creo que me excit�
mucho. El es un hombre muy fuerte y grande, y tiene una polla muy grande. Me
result� raro. Era mi padre, pero por otra parte follaba como cualquiera. No le
d� la mayor importancia. El parec�a disfrutar tanto, y yo le hac�a un favor. Y
hasta ahora. Es como un ejercicio un poco desagradable, y el disfruta tanto que
no se domo decirle que ya basta.-
CALIGULA
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