Relato: Las zorritas de 14 a�os I
Hace mucho que me paso esto, me llamo Felipe y tengo 55 a�os, trabajo de intendente en una secundaria publica, esto me paso hace unos a�os, cuando la vi por primera vez era como una ni�a t�pica, muy linda y se ve�a muy ingenua, tarde un poco en saber su nombre, hasta que a uno de sus amigos se lo escuche, Mariemi, cuando la conoc� ella iba en primer a�o, la castigaron por llegar tarde, cabello negro largo y ondulado, de rostro muy lindo con ojos color miel, piel blanca, su culito apretadito y sus caderas empezaban a salir y lo que mejor pude notar de esa ni�a era el enorme par de tetas que tenia, solo hab�a visto tetas como esas en mujeres mas grandes, eran como del tama�o de pelotas para ni�os, redondas y firmes, cada paso que daban sus tetas bailaban a su ritmo, antes hab�a visto ni�as lindas o con cuerpos fuera de su edad pero Mariemi les ganaba a todas con esas tetas enormes, desde el d�a que la conoc� me saluda y me abrasa muy fuerte, en cada abrazo siento esas tetas grandes y j�venes, no pod�a sacarlas de mi cabeza y decid� que tenia que hacer m�a a esa ni�a.
Pasaron unos cuantos meses, planeaba como hacerlo, y que le aria, tal vez chupar esas tetas blancas hasta dejarlas rojas, romper su culito con mi verga o hacerme una paja con esas tetas, era un evento de la secundaria, los chicos vienen vestidos con sus mejores ropas y las ni�as se visten algunas de maneras provocativas queriendo impresionar a alg�n mocoso est�pido con los que coger�an por primera vez, pero Mariemi era para mi, al verla llegar tra�a puesto una blusa ajustada pero no mucho aunque resaltaban mucho sus tetas, una faldita de mezclilla bastante corta y unas botas, se ve�a muy sensual, ya tenia el lugar perfecto, un peque�o cuarto que me dan a mi y a los otro intendentes para descansar un rato, solo tiene un peque�o comedor y un catre pero esa noche seria solo para nosotros dos, la ve�a en la plaza de la escuela, bailando con sus amigas, cuando fue al ba�o tuve mi oportunidad, sigilosamente me acerque a ella y con un pa�uelo con cloroformo la deje inconsciente, la cargue y me apresure a llegar para poder hacerla m�a.
La amarre de las mu�ecas y de las piernas, al verla en la cama pude ver mejor su cuerpo, mis manos no se cansaban de acariciarla por todas partes, al llegar a sus redondas tetas las apret� lo mas duro que pude, sus senos se desparramaban por mis manos hasta que Mariemi se empez� a quejar, al verme trato de gritar pero le saque un cuchillo y le dije "si cooperas no te pasa nada y hasta te va a gustar pero si no te va a ir mal" al terminar de decir esto corte su blusa con mi cuchillo, sus pechos eran hermosos y el brassier que tra�a era bonito, algo transparente con encajes blancos, era muy sexy y discreto, sus pechos se envolv�an en encajes pero lo �nico que el brassier no dejaba ver eran sus pezones, sub� su falda hasta ver su clazoncito, hacia juego con su brassier, transparente con encajes blancos y le tapa su rajita, la cual empece a tocar por encima de su calzoncito, ella se estremec�a, la tocaban por primera vez en su cuevita la que se humedec�a mientras ella no paraba de llorar y de rogarme que me detuviera pero no pod�a, tenia que hacerla m�a, de mis dedos pazo a ser mi lengua, su calz�n se pon�a mas y mas mojado y de su boquita sal�an unos hermosos gemidos de todos sus lloriqueos, hice su calz�n a un lado y vi su panochita toda mojada y algo hincada, mi lengua probaba por primera vez sus jugos, ella no se conten�a y gritaba de placer, era muy sensible en esa parte, un dedo entro a su cuevita y sent� su virginidad, era el primero de muchos con los que ella estar�a en la vida.
Segu� por unos 20 minutos comiendo su puchita, sus gritos de placer y sus llantos eran escondidos por la m�sica, hasta sus muslos se tensaron y como fuentes sus jugos sal�an del tremendo orgasmo que tenia gracias a mi lengua, sus ojos se nublaron y no dejaba de gemir de que le faltaba el aire, tome su boquita y met� mi lengua para besarla como nunca lo hab�an hecho, sus labios suaves y su boca sin experiencia me pon�an muy caliente, pero lo que note era que su boca me mostraba mucha pasi�n, al terminar de besarla me baje el pantal�n y los boxers y mi verga salio de golpe de lo dura que estaba, al verla Mariemi quedo impactada por su tama�o que no es tan grande pero mas que las de esos mocosos si es, me monte en ella para cogerme esas tetas que ped�an a gritos ser violadas, sin quitarle el brassier puse mi verga entre esos dos melones los apret� con fuerza y comenc� a darles con mucha energ�a, Mariemi no dejaba de gemir pero no me dec�a nada solo se ve�a en sus ojos su transformaci�n de ni�a ingenua a una puta hambrienta, sentir sus senos abrazar mi verga era una sensaci�n indescriptible, ella escup�a para que resbalara mejor y me empez� a decir "c�jase mis tetas don Felipe, mas duro que me encanta" arranque su brassier de la emoci�n y quede pasmado por la belleza de sus tetas, sus pezones eran del tama�o perfecto, rosas y bien paraditos como piedras, como ni�o hambriento succione esas tetas, ella se estremec�a y gem�a como loca, la desate y ella no corri� si no que se arrodillo frete a mi vi�ndome a los ojos y pregunt�ndome �puedo chupar su verga se�or? sin decirle nada le met� toda la verga en la boca, le dec�a como chupar mi glande o el tronco, como tragar y dejar bien limpias mis bolas, la tire a la cama y abr� sus piernas frotando mi fierro en su puchita h�meda, me dec�a "h�galo, coja me con fuerza", al empezar a introducir mi verga su puchita era muy estrecha y se sent�a tan bien, sent� como romp� su himen y que en cada embestida ella se quejaba del dolor, eso duro poco cuando los quejido cambiaron por gemidos y orgasmos de esa zorrita de 14 a�os, su panochita era mejor de lo que pude haber pensado, sus tetas brincaban como locas por la fuerza de mis cogidas, Mariemi me ped�a cada vez mas y mas hasta que saque mi verga de su concha y la puse entre sus tetas ba��ndolas con los chorros de semen que sal�an de mi, esa descarga fue como ninguna, sus melones quedaron totalmente ba�ados y ella se lamia como loca, me la volvi� a mamar con los nuevos trucos que aprendi� y despu�s se visti�, al ponerse su braguitas se las arranque y le dije "los viernes no uses, ese sera nuestro d�a especial" me dio un beso y se alejo al menos por ese d�a.
Cada viernes desde que ella estaba en primero hasta tercer a�o me perteneci� pero Mariemi no fue la �nica y yo no fui el �nico que la tuvo.