Relato: EL MEJOR CULO QUE TENIDO
Me encantan los buenos culos, me excitan a mas no poder, todo se lo debo a una vecina mayor que me inicio con el suyo, lo que aprend� despu�s fue mejor aun
En la adolescencia y caliente, trataba de convencer a cada novia y amiga que tenia que me diera su culo, mas aun si lo tenia rico, pero una tarde que jug�bamos revueltos chicos y mayores, a los polic�as, yo era el carcelero, en eso cae atrapada una nena, que tenia fama de que le encantaba la verga pese a ser una chiquilla de escasos 10 a�os, algo que me resultaba dif�cil de aceptar, sin embargo quise hacer la prueba, y cuando la tuve a solas, comenc� a darle ricos empujones desde atr�s a su colita, ella lejos de molestarse se sonri�, c�mplice estaba atenta a la �nica entrada al viejo patio que era nuestra c�rcel, excitado le baje sus ropas, asomo su redondo culito, me saque la verga y comenc� a frot�rsela, ella estaba encantada, se frotaba como gata en celo buscando tranca, se me hacia agua la saliva de pensar que iba a romper ese culito rico, cuando me acomodaba con mi verga babeando de lubricante, zas escuchamos que asomaba un amigo con su prisionero
R�pido nos acomodamos todo de mala gana, entraron y era un de los chavos que traia de prisionero a su hermano mayor de ella, por apenas un a�o, en lo que seg�n lo castig�bamos y dem�s, deje que se escapara ella, mi compa�ero de juego sali� detr�s, me quede solo con el peque�o, mir�ndolo me di cuenta que tenia un culito mas carnoso y parado que el de su hermanita, estaba tan caliente, que se me antojo, y como no queriendo empece a darle suaves empujones, mientras lo tenia con las manos en la pared, como lo hacia como juego, el me empujaba con su trasero hacia atr�s, poco a poco, los frotamientos eran mas intensos, note que se reia divertido, le dije �como eres un prisionero muy terrible tendre que darte castigo especial-, mientras le frotaba intensamente la cola con mi bulto
Risue�o contesto �no me asustas-, y lo jale mas adentro poni�ndolo en la misma posici�n, le dije �este castigo no puedes decirlo o dejamos de jugar contigo para siempre-, el asinti� sonriendo, y sin mas le baje las ropas despacio, mirando que hacia, no se opuso, sus ropas llegaron a sus muslos, tenia un culo precioso, me saque la erecci�n y comenc� a darle masaje a ese canal de carne, le abri las nalgas colocando mi verga en ellos, me frote excitado, sent�a su calor en mi tronco, nunca hice algo asi, pero que rico sent�a, y al parecer el sent�a tambi�n por que se quedo callado, dej�ndome hacer, con suaves empujones me empec� a masturbar, lo excitante es que sent� como el me segu�a el juego
Mire como asomaba y desaparec�a mi glande entre aquellas carnosas nalgas, era delicioso, mis huevos pasaban por ah� tambi�n, nuestra respiraci�n se hizo mas intensa, mi verga se paseaba suave mojando aquel canal caliente, hasta bufando de excitaci�n, decidi probar, me coloque en su entrada y empuje, no logre entrar, el gru�o �aahhggg-, volvi a intentar al ver que no hab�a oposici�n, me dejo hacerlo una y otra vez, hasta que en uno de esos intentos, mi glande abri� aquel apretado agujero, era maravillosa la sensaci�n, escuche sus ahogados quejidos, mientras le empujaba lentamente mi verga en sus entra�as, su cara se descompuso de dolor y excitaci�n, mi macana avanzaba abri�ndolo, haci�ndolo quejar, que excitante, alcance a meter la mitad, cuando sent� como su tierno culo me daba apretones tan ricos que casi me deslechan, note que lejos de huir, intentaba empujarme, pero al hacerlo mas se ensartaba
Excitado lo sujete de sus caderas y suavemente comenc� a moverme, lo penetre como le hacia a mis novias, era maravillloso como apretaba, parec�a darme suaves chupetones, no se cuanto tiempo pasamos, pero fue lo suficiente para que mi verga ya pudiera entrar y salir suavemente, haci�ndolo gemir, su carita me excitaba, lo jalaba de sus hombros para hacer mas profunda la cogida, que rico estaba, me daba un placer nuevo, desconocido, que me tenia con la leche a punto de salir, hasta que estalle, eyacule con fuerza en su recto, mientras el me daba ricos apretones, se lo clave completa, solto un apagado grito, mientras le llenaba el culo con mi leche
Era tal mi excitaci�n, que no perdi la erecci�n y segui cogi�ndomelo, haci�ndolo lloriquear, le di suaves nalgadas y sus blancas y carnosas nalgas se encendieron de color rosado, me deleitaba por segunda vez cuando escuchamos ruidos,...CONTINUA