Relato: mi vecino Hola a todos los lectores, esto que voy a contar me sucedi� hoy domingo a muy temprana hora de la ma�ana. Soy una se�ora colombiana de 65 a�os, vivo en una urbanizaci�n en un pueblo muy cerca de Madrid, soy viuda hace 10 a�os y desde entonces vivo con mi hijo de 28 a�os, mi nombre es Mar�a Luisa. Mi hijo hab�a salido el s�bado a la noche y hab�a regresado muy tarde de la madrugada, yo estaba en mi cama despierta y a eso de las nueve de la ma�ana siento m�sica muy estridente del departamento pegado al mio, ah� vive un se�or solo, un hombre que yo le daba unos 45 a�os, ya que solo cuando nos cruz�bamos solo eran saludos de circunstancia nada mas, jamas hab�a hablado con �l ni una palabra, era un hombre de metro setenta mas o menos, no muy guapo, pero si se notaba muy, pero muy fuerte. Me levanto de la cama y as� en camis�n como estaba me puse mi bata y le toque el timbre de su casa, cuando me abri� la verdad me dejo con la boca abierta, estaba haciendo ejercicios ya que tiene un gimnasio en su casa, daba realmente impresi�n verlo, esos brazos parec�an columnas, su pecho era como de roca por lo bien trabajado que lo ten�a, "buenos d�as vecina, en que puedo ayudarla?", me dijo con su acento argentino, dulce, melodioso, vi que era mas atractivo de lo que yo me lo hab�a visto, as� de cerca, vi sus ojos verdes esmeralda que parec�a que ten�an luz propia, "si disculpe vecino, es que tiene la m�sica un poco alta y se escucha todo de mi casa", le dije, "huy, perd�n, no me di cuenta, ya la bajo enseguida, quiere pasar y tomamos un caf� as� me disculpo con usted?", me dijo haci�ndose a un lado de la puerta para que yo pase a su casa, yo dude un momento ya que estaba en bata de dormir y las pantuflas de andar entre casa, pero pase igual, que se iba a fijar en mi, una mujer de 65 a�os, bajita bastante rellenita, sin atractivo ninguno. Puso caf� a colar en su cafetera y empezamos a hablar, resulto que era mucha mas simp�tico de lo que yo imaginaba, me atra�a su cuerpo, sus m�sculos, daba impresi�n, nos dijimos nuestros nombres, el se llama Eduardo, me cont� que era divorciado hac�a 5 a�os, y bueno yo le cont� tambi�n que hac�a 10 a�os era viuda, le dije mi nombre y veo que �l me queda mirando y me sorprendi� un poco, "que pasa que me miras as�?", le pregunte un poco sorprendida, "no entiendo como una mujer tan hermosa como vos se haya quedado sola", me dijo mir�ndome a los ojos, su mirada era tan penetrante que quede como mareada, yo me empec� a re�r, "hay que cosas me dices, mira como estoy, que ni la cara me lave todav�a", le dec�a riendo, "de verdad Mar�a Luisa, estas hermosa", me dijo tomando mi mano entre las suyas que eran enormes, mi mano se perd�a entre las suyas, no hice nada para soltarme, ese hombre me dominaba, me perd�a en su mirada, lentamente se puso en pie y apoyo sus labios en los m�os, yo no hac�a nada, me dejaba hacer, el beso se hac�a mas profundo, el pasaba su lengua por mis labios, mi cuca me empez� a latir, sent�a cosquillas en mi cuca, el con su mano libre me empez� a acariciar una de mis tetas que estaban sueltas debajo de mi bata y mi camis�n, ya que desde siempre dorm� sin sujetador, yo no pod�a creer lo que me estaba pasando, no pod�a creer como ese hombre me estaba acariciando mis pechos y yo no dec�a nada, por el contrario lo dejaba, su lengua ya jugaba con la m�a en mi boca y sent�a como mi cuca lat�a, como se iba mojando de a poco, me hizo poner de pie de la silla donde estaba sentada y sin decir palabra me llevo a su dormitorio, yo iba como hipnotizada, me empez� a besar el cuello, las orejas, me pasaba su lengua por el contorno de mis orejas haciendo que me estrem�sca, mientras sus manos acariciaban mi culo, apretando mis nalgas, como un hombre como �l se pod�a haber interesado en una vieja como yo, sin atractivos, de culo grande y blando por el paso del tiempo, de tetas ca�das por el tama�o y la edad, pero ah� estaba el, bes�ndome toda, acariciando todo mi cuerpo, desnud�ndome, haciendo que sienta como ten�a su verga de dura cuando se pegaba a mi, notaba que era una verga de buen tama�o, hasta que me dejo completamente desnuda frente a �l, sus manos acariciaban mis ca�das tetas y buscaban la entrada a mi peluda y mojada cuca meti�ndose dentro y haciendo que gima de placer, yo le empec� a acariciar su verga por sobre el pantal�n corto que ten�a y se lo empec� a bajar, sacando esa verga que si era de buen tama�o, Eduardo hizo fuerza sobre mis hombros para que me arrodille frente a �l y se la chupe, cosa que hice sin hacerme de rogar mucho, hac�a mas de 10 a�os que no estaba con un hombre, yo temblaba de los nervios al tener esa verga hermosa entre mis manos y dentro de mi boca, Eduardo se termino de desnudar y me hizo acostar en su cama, y yo abriendo bien mis piernas le ofrec� mi cuca para que entre dentro, que me meta toda esa verga hasta el fondo, que me coja, que me haga de �l, Eduardo se acomodo entre mis piernas, yo con mi mano gui� su verga a la entrada de mi cuca, y mir�ndonos a los ojos Eduardo empez� a meterme toda su verga, yo sent�a como mi cuca se abr�a para dejar entrar la verga de Eduardo, sent�a como Eduardo me estaba cogiendo, yo gem� de placer al sentir toda la verga dentro de mi cuca, la sent�a llena, la verga de Eduardo me llenaba completamente mi cuca que yo con las piernas bien abiertas y levantadas no quer�a que quede nada fuera, la quer�a toda dentro mio, Eduardo suspiraba de placer y yo gem�a al sentir su verga salir y entrar de mi mojada cuca, as� estaba Eduardo cogi�ndome, hasta que saca su verga y se acuesta boca arriba, haciendo que yo me acueste sobre �l pero a la inversa, dejando mi cuca sobre su boca y su verga contra la m�a, que se la empec� a chupar de inmediato mientras �l me chupaba no solo la cuca sino mi ojete tambi�n, haciendo que casi grite de placer, "Mar�a Luisa, te la voy a meter por el culo", me dijo moviendo su pelvis haciendo que su verga entre y salga de mi boca, yo me asuste, ya que si bien hab�a echo el sexo anal, fue con mi difunto esposo y de eso hac�a a�os, aparte que la verga de mi marido no se pod�a comparar con la de Eduardo, no dije nada, pero sab�a que me iba a destrozar el ojete con eso que le estaba chupando, lo que nunca me imagine era la experiencia que �l ten�a en romper culos, me puso boca arriba y me hizo levantar bien arriba mis piernas dejando mi ojete al descubierto, me paso bastante lubricante, meti� sus dedos lubricando bien mi ano, se incorporo, empez� a pasar su verga de arriba abajo contra mi ojete y mientras me mord�a los dedos de mis pies, haciendo que eso me vuelva loca, jam�s mi marido me hab�a echo eso, siento que apoya la cabeza de su verga contra mi ojete y hace una peque�a fuerza, seca, pero suficiente para que su verga me empiece a entrar, yo gem� de dolor al sentir como el agujero de mi culo despu�s de tantos a�os se empezaba a abrir para recibir esa enorme verga que Eduardo me estaba metiendo, noto como Eduardo con su dedo empieza a martirizar mi cl�toris haciendo que gima de placer, haciendo que me caliente cada vez mas y �l metiendo su hermosa verga en mi ojete, abri�ndolo, rompi�ndolo de nuevo, sent�a como Eduardo estaba rompiendo mi culo nuevamente, lo sent�a entrar, pero era tanto el placer que me estaba dando lamiendo los dedos de mis pies y su dedo acariciando mi cl�toris, que no sent�a dolor, por el contrario, disfrutaba sentir como la verga de Eduardo me romp�a el ojete, hasta que siento su cuerpo pegado al mio, me hab�a metido toda su verga en mi culo, por dios que placer, que placer sentir a ese hombre cogerme el culo, �l no paraba de lamer mis pies y acariciar mi cuca, yo temblaba de placer, solo gem�a, solo le ped�a mas verga por el culo, que lo siga cogiendo todo lo que �l quisiera, �l me la met�a tan fuerte que me arrancaba gritos de placer y alg�n que otro pedo, pero no me importaba nada, solo quer�a verga por el culo, que me rompa bien el ojete, me quer�a acabar, quer�a regalarle toda mi leche a ese maravilloso hombre que me estaba cogiendo, hasta que no aguante mas y teniendo unos tremendos temblores me empec� a acabar con su verga toda metida en mi culo, yo abr�a mi boca como buscando aire, mov�a mi cabeza de un lado a otro como loca de tanto que estaba gozando, hasta que siento que Eduardo se empieza a acabar dentro de mi culo, a llenar mis intestinos de su leche, caliente, espesa, sent�a los chorros de leche salir con fuerza de su verga en mis intestino, ah� empec� a gritar de placer, a levantar mi espalda de la cama, parec�a que estaba pose�da por el demonio, parec�a que estaba con convulciones mientras mi adorado Eduardo me terminaba de llenar el culo de leche.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 0
Media de votos: 0
Relato: mi vecino
Leida: 7609veces
Tiempo de lectura: 10minuto/s
|