Hace dos meses,concurr� con mis padres al cumplea�os de mi
t�o Mario.

Era para m� un momento especial:Tradicionalmente el
cumplea�os del t�o Mario era una de esas celebraciones solo reservadas a los
mayores de edad,y el hecho de que me hubiera invitado personalmente me
habilitaba en el c�rculo de los adultos.

La idea de mi t�o era que concurriera con mi novia,pero esta
a �ltimo momento tuvo un problema familiar que le impidi� acompa�arme y tuve que
resignarme a una forzosa y aburrida soledad.

Pero por otra parte no era algo tan funesto.Estar solo me
permitir�a disfrutar a destajo mirando a mi t�a Isabel que sin dudas estar�a
espl�ndida una vez m�s.

Porque desde que tengo memoria quise follar a mi t�a Isabel.

Tan antiguo era ese sue�o ,que puedo decir sin lugar a dudas
que sus piernas fueron mi primer objeto de deseo.

Les cuento.

Isabel,por ejemplo, se ha caracterizado siempre por vestir
sus piernas con finas medias especialmente elegidas para realzar la monumental
belleza de las mismas.

�Como describirlas?

Son perfectamente torneadas y su longitud se acrecienta por
esos zapatos de excelente gusto y fino tac�n que invariablemente utiliza.

A veces utiliza medias negras,otras veces las elige blancas,y
los zapatos son siempre al tono como una exuberante muestra de buen gusto.

Probablemente conocedora de su est�tica,las faldas menos
osadas le quedan unos 10 cent�metros por sobre sus rodillas.Y sus camisas �
vestidos son entallados para que los tipos como yo puedan so�ar con los senos
redondos que cobijan.

Isabel es rubia,muy rubia.Su pelo cae hasta los hombros y
acompa�a todos sus movimientos con una gracia cautivadora.

Y ahora,a los 40 a�os mi t�a pol�tica es una verdadera hembra
que merece vivir para ser follada sin descanso.

Pero claro.Yo solo tengo 20 a�os y encima soy su sobrino por
lo cual Isabel fu� siempre

un objetivo inalcanzable.

Recuerdo que cuando la v� por primera vez no pude resistir
so�ar con ella en la soledad de mi cama.Fu� una obsesi�n enfermiza.

En cuanta reuni�n familiar hubiera no pod�a despegar mis ojos
de ella.Y mis novias siempre fueron malas copias de su imagen y
semejanza.Claro,no existir�a otra igual por mas que me esforzara en buscarla.

Pero volvamos a la fiesta de cumplea�os de mi t�o.

Les dec�a que,completamente abandonado a la soledad,no me
qued� m�s remedio que sentarme en un lugar apartado del bullicio para beber sin
perder detalle.

Habr�a unos cien invitados y la gran casa estaba decorada con
esmero para hacer de la fiesta algo inolvidable.

Una casa grande,de dos pisos,con jardin y piscina,toda ella
constru�da para ser disfrutada en fiestas como esa.

�Y las mujeres!.�Que mujeres!.Estaban verdareramente
atractivas a pesar de su mediana edad.Es que las mujeres se refinan con la
edad.Y para mi gusto,el refinamiento es mas valioso que la juventud.

Pero de todas ellas,mi t�a Isabel se llevaba lejos las
palmas.

Desde mi sitio preferencial,que me permit�a observar todo
pasando inadvertido,no quitaba los ojos del cuerpo de Isabel.Esta vez se hab�a
pasado con esa falda ultra corta.Y como hac�a calor,llevaba sandalias de tira
muy fina y tac�n aguja que me calentaban doblemente porque me imaginaba
chup�ndole dedo a dedo sus u�as prol�jamente pintadas de color rojo.

Al principio todo muy formal.Saludos,charlas de grupos,en
fin,lo usual.

Me acomod� con un whisky como quien espera ver
Inglaterra-Argentina por Tv en directo desde Wembley instalado en el salon de su
hogar.

Mas tarde empez� el baile.

Y merced el tiempo pasaba, la fiesta se hac�a cada vez mas
loca en la medida que el alcohol corr�a como un r�o desbocado en las gargantas
de los invitados.

Segundo whisky.

Mi t�o Mario era uno de los que m�s daba se�ales de que su
borrachera esa noche alcanzar�a niveles estratosf�ricos.

Isabel solo beb�a champagne del mejor.Una vez hab�a escuchado
de sus labios que era la �nica manera de evitar las incomodidades del d�a
despu�s.

Todos bailaban fren�ticamente y sus movimientos cargados de
alcohol eran cada vez m�s desprolijos.

Not� que algunas mujeres perd�an la l�nea, porque de tanto en
tanto me regalaban un involuntario vistazo de sus senos escap�ndose de breves
vestidos sin sujetador.

Otras se dejaban manosear por sus acompa�antes emitiendo como
�nica oposici�n una risa descontrolada y permisiva.

Hasta mi t�a,por un instante,encendi� mi polla al mostrar una
braguita hilo dental blanca profundamente metida dentro de sus dur�simos y
redondos muslos, cuando un invitado,que no era mi t�o Mario,la acarici� sin
verg�enza.

Y mi polla creci� a�n m�s cuando not� que a consecuencia de
esa acci�n,la cara de mi t�a se transformaba en la de una vulgar puta en celo.

Eso para m� fu� una se�al para rechazar mi tercer
whisky.Porque de pronto comprend� algo:

Si pod�a mantenerme sobrio para cuando todos en el lugar
sucumbieran,tal vez obtuviera m�s que una solitaria y monumental paja
recordatoria del evento.

As� que esper�.Y con mucha paciencia china ,segu� mirando.

Pasaron unas dos horas y not� que algunas parejas ya se
met�an mano sin descaro en sitios oscuros.

Otras se marchaban de la fiesta tan calientes que era f�cil
predecir que follar�an en el auto antes de llegar a destino.

No los aburrir� con detalles.

Ya entrada la madrugada,mi t�o Mario dorm�a pat�ticamente la
mona en un sill�n con el brazo estirado y sin soltar de su mano una botella
semivac�a de ron.(�Que mersa!)

Un rato m�s tarde,la m�sica se apag� y ning�n
invitado,excepto yo, quedaba en el ya silencioso lugar.

De pronto ca� en cuenta que mi t�a Isabel tampoco estaba en
la habitaci�n y me levant� de mi sitio para buscarla.

Recorr� sin suerte tres o cuatro habitaciones y la cocina
qued�ndome solo por buscar en el jard�n al que sal� despreocupadamente.

Solo unos pasos m�s all� de la puerta,una visi�n me dej�
paralizado.

Mi t�a,de rodillas,mamaba la polla de un hombre al que
reconoc� de inmediato como el que le hab�a echado mano durante la fiesta.

Ella estaba significativamente borracha.Mamaba como todo
hombre desea que una hembra se la chupe.La tragaba completa en su garganta.El
hombre,apoyaba su espalda en un �rbol y beb�a una copa,mientras que con su mano
libre empujaba la cabeza de mi t�a con un movimiento despreciativo y lento de
vaiv�n.

Not� cuando el hombre acab� por su expresi�n de placer y sus
palabras "Eso putita,eso,tr�gala toda".

Un hilillo de semen corr�a por la comisura del labio de mi
t�a y ella lascivamente pasaba su lengua para saborearla en su boca.

Mi odio no ten�a l�mites:El muy granuja,seguramente amigo de
mi t�o Mario,se me hab�a adelantado.

Pero me contuve y segu� observando.

Una vez acabado,el tipo la levant�,y la bes� en la boca
mientras sub�a su falda hasta la cintura.

Una vez m�s sent� mi polla reventar cuando la tanguita de
Isabel qued� al descubierto y el tipo,apenas apart�ndo el hilo dental,la penetr�
con un instrumento impresionante,levant�ndola literalmente del suelo.

La tom� de sus nalgas con ambos brazos y la sacudi� con tanta
violencia que mi t�a apenas pudo ahogar sus gritos de placer org�smico.

Luego la baj� y ella mansamente se arrodill� de nuevo a
limpiar con la lengua esa asquerosa polla.

"Eso putita,pasa la lengua as�,as� mamita",dec�a el maldito.Y
mi t�a obedec�a.

No s� que tiempo pas�,hasta que,al fin,mi t�a acompa�� al
fulano hasta la puerta de salida.

Desde mi escondite pude apreciar que el andar de mi t�a era
vacilante por el alcohol.Y que su belleza estaba potenciada.

Cuando la puerta se cerr�,la segu� con la mirada.

Ella se sac� el vestido,quedando solo cubierta por su
tanguita y sus sandalias doradas de tac�n y dejando al aire unos senos de
bistur� que semejaban los de una veintea�era por su perfecta redondez.

Era la primera vez que ve�a a Isabel desnuda y lo que ten�a
ante mis ojos superaba largamente cualquier imagen que mi imaginaci�n onanista
hubiese creado en la soledad de mi cuarto.

Fu� entonces que decid� salir de mi guarida en las sombras.

Ella estaba tan embotada por el alcohol que apenas se
sobresalt�.

"�Marcos!",me dijo apenas sobresaltada.

"No sab�a que a�n estuvieras en la casa."

Isabel,en su borrachera, no ten�a conciencia de su
desnudez.Permanec�a a duras penas de pi� en el centro de la estancia sin atinar
siquiera a taparse con las manos.

Tard� casi un siglo en rocorrer silenciosamente los escasos
pasos que me separaban de ella.

La visi�n que me regalaba era perturbadora.

Al fin ella qued� distancia de mis manos y la tom� de su
culo.

"�Marcos!,�Que hac�s?.Tu t�o...??!"

Tom� sus caderas y acerqu� mis labios a los suyos.Su lengua
no se resisti� y nos fundimos en un lascivo beso.

Yo comenc� a acariciar su culito y a chuparle el
o�do,mientras le hablaba en tono muy bajo.

"Vamos t�a,voy a hacerte m� puta.Quiero regalarte toda la
leche que guardo desde que te conozco".

Ella intentaba separarse y me dec�a con terror,pero en voz
muy baja,como si supiera que lo que acontecer�a era imparable:

"No Marcos...No por favor...No me hagas el amor.No
puedo...,soy la esposa de tu t�o".

Y yo no pude evitar decirle:

"Vamos putita,s� como te gusta mamar pollas,he visto tu
arte,Tendr�s que chuparla muy bien para comprar mi secreto".

Supongo que Ella se rindi� a lo inevitable,porque nuevamente
se hinc� pero ahora era mi polla la que mamaba llev�ndome en cada segundo,un
paso m�s cerca del infierno.

Cuando ya mi polla estaba a reventar,la detuve.

Quer�a llenar su co�ito.

Por un momento tuve la v�vida visi�n de verla pre�adita de mi
leche y minti�ndoles a todos,inclusive a mis padres, sobre el origen de su
pancita.

La sent� en el sof�,y sin quitarle las sandalias proced�
delicadamente a bajarle la braguita.

Luego alc� sus piernas por arriba de mis hombros e introduje
mi dura tranca en esa conchita ya muy lubricada por leche ajena.

Creo que Isabel se olvid� que el que la estaba follando era
su sobrino.Sus movimientos eran sensuales y de su boca escapaban gemidos de
placer apenas audibles.

Yo no quer�a que el momento acabara nunca.

Fu� la follada m�s larga que a�n hoy recuerde hber tenido
jam�s.

Hasta que explot� y sent� mi leche caliente innundar su
cuevita.

Tard� interminables segundos en desagotarme.Y ella acab�
conmigo todo el tiempo.

Encima,cuando la saqu�, me la volvi� a chupar.

�Que cuerpo fenomenal estaba haciendo m�o!..De solo verla me
empalm� otra vez.

Pero ahora ir�a por su culito.

No necesit� lubricarlo.Mares de semen viajaban canalizados
por su cola.Solo hice un empuj�n y la mujer,que hasta hace un rato era mi
t�a,tuvo cargada mi tranca totalmente dentro de su recto.

Y all� la volv� a acabar.

Mientras lo hac�a,con ella en cuatro patas y yo arrodillado
en el sof�,contempl� compasivamente a mi t�o que segu�a inconsciente en el
sill�n.�Pobre borracho cornudo!.�Que pat�tico era!.Solo un infeliz pod�a
preferir el licor a una hembra tan puta como su esposa.

Yo le hab�a perdido el respeto.

Una vez que me relaj�,mi t�a se acost� en el sill�n.

Mientras se dorm�a,yo pas� mi lengua por todo su cuerpo y
chup� uno a uno los dedos de sus pies y las tiras de sus sandalias.

Y cuando ya exhausta cay� dormida,mo pude contenerme y la
cog� una vez m�s, y una vez m�s la llen� de leche.

Al acabar me d� el lujo de decirle "putita eres m�a" al o�do.

Solo entonces,me vest�,la tap� pudorosamente con una frazada
que busqu� en su alcoba y con el sol asomando en el horizonte,regres� caminando
a mi casa, jur�ndome a m� mismo que no ser�a la �ltima vez que Isabel ser�a m�a.

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