Relato: El sacerdote y yo
Desde que lo vi entrar al templo me dej� fascinado. Alto, atl�tico, piel blanca pero bronceada, ojos verde esmeralda, labios gruesos, nariz recta, frente amplia y pelo rubio ondulado y corto.
Asisto semanal y puntualmente a misa los domingos, cosa que llam� la atenci�n de las personas que colaboran en el templo y me invitaron a participar de vez en cuando leyendo alguna lectura o ayudando con la colecta, no vi inconveniente a mi condici�n de gay puesto que siempre lo he sabido llevar con la mayor discreci�n.
Ese d�a nos anunciaron que hab�a llegado un nuevo sacerdote llamado Dustin, pues bien, entr� al templo y atrajo totalmente mi atenci�n.
Caminaba despacio pero con paso seguro, erguido, sereno, con mirada firme hacia el altar, al llegar, dirigi� la vista hacia la comunidad y comenz� a celebrar la misa, su voz sonaba ronca y terriblemente seductora.
Me toc� pasar a leer y por primera vez estaba nervioso, sent�a la mirada del padre Dustin sobre mi espalda y tuve que hacer un esfuerzo para no temblar,
le� lo mejor que pude y baj� a ocupar mi lugar, pas� el resto de la misa observando al apuesto padre Dustin que apenas me di cuenta cuando termin� la misa.
El padre se dirigi� a la entrada del templo a saludar y despedir a la gente como era costumbre de los sacerdotes y decid� esperar al �ltimo para saludarlo, me�acerqu� y me present� con el.
Bienvenido padre, me llamo Ben, soy uno de los feligreses de esta parroquia, me gustar�a que me hiciera favor de ir a bendecir la casa que acabo de comprar ya que el padre Greg no tuvo tiempo, �podr� hacerme ese favor?
por supuesto Ben, dime que d�a y a que hora y vamos.
Quedamos que ir�a el martes por la tarde ya que el mi�rcoles seria su d�a libre y pensaba aprovechar para empezar a acomodar sus cosas en la parroquia.
El padre lleg� puntualmente, vestido totalmente de negro y con su alzacuello blanco, se ve�a mas guapo que el domingo con su sotana, pude apreciar sus brazos fuertes y marcados por los m�sculos ya que llevaba camisa de manga corta, sus zapatos brillaban de limpios.
Una vez que bendijo la casa le dije que si se pod�a tomar un trago conmigo y dijo que si pero que no estuviera muy cargado, puse m�sica instrumental, prepar� dos bebidas con vodka y jugo de ar�ndano y pi�a, lo tomamos despacio mientras me platicaba de las parroquias donde hab�a estado, le ofrec� un segundo y un tercer trago y me las ingeni� para que no se negara.
Comenz� a llover torrencialmente y le dije, padre, en lo que se quita la lluvia t�mese otro trago, ande, con confianza, est� en su casa, acept� y fue cuando me arriesgu� a poner una pastilla para dormir en su trago, se lo di y le dije, �nos lo tomamos de un trago? para animarlo me tom� de un sorbo mi bebida y el hizo lo mismo, sin perder tiempo le serv� otro trago y me dijo que ya no pod�a tomar mas pues deb�a irse caminando a la parroquia, le dije que solo uno mas y seguro no tardaba en quitarse la lluvia.
En cuanto se tom� el �ltimo trago not� que la pastilla empezaba a hacer efecto pues se levant� para ir al ba�o y not� como se mare�, le dije que se recostara un poco para que se le bajara el alcohol y dijo que si, se recost� en el sof� y acto seguido se qued� dormido...
Lo cargu� para llevarlo a la cama lo cual no fue f�cil pues pesaba demasiado, una vez en la cama proced� a desnudarlo...
Dios, que hermoso cuerpo!!!
Delicados y rubios vellos cubr�an su pecho, descend�an tenuemente por su marcado abdomen libre de grasa y bajaban hasta llegar a su pene donde formaban una mata tupida y rizada....
Tom� su pene entre mis manos, comenc� a bajar despacio el prepucio que cubr�a el glande, apareci� la cabeza del pene y no pude resistir las ganas de probarlo, comenc� a chuparlo mientras con una mano le acariciaba los vellos del pecho al padre y con la otra le acariciaba los test�culos. Mi lengua se mov�a incansable alrededor de la cabeza del pene y de repente aquel pene que estaba fl�cido creci� y se puso duro como roca, apenas me cab�a en la boca y comenc� a mamar con mas ganas, alterando entre el pene y los test�culos.
Chup� su pene erecto hasta que me doli� la boca as� que decid� desvestirme, me puse lubricante en mi ano, saqu� un cond�n y se lo puse al pene del padre y proced� a montarlo.
Dej� que entrara despacio ese pene grande en mi ano, al sentir el calor de su cabeza penetrar mi interior hizo que mi pene se endureciera y mientras con firmes y r�tmicas galopadas met�a y sacaba el pene del padre en mi ano comenc� a masturbarme....
Nunca en mi vida hab�a disfrutado tanto masturbarme, al eyacular arroj� chorros de semen como no me hab�a pasado, apret� el ano y sent� una oleada enorme de placer recorrer mi interior, el padre tambi�n hab�a eyaculado dentro de mi!!!
Me levant� y me met� a ba�ar, le limpi� el pecho que hab�a manchado con mi semen al eyacular y le quit� el cond�n, tuve mucho cuidado en vestirlo y dejarlo sin rastros de lo que hab�a pasado, lo acomod� en la cama dej�ndolo solo sin zapatos, me fui a la sala y me acost� a dormir en el sof�.
A la ma�ana siguiente, muy temprano se despert� el padre, me toc� el hombro y me dijo:
Ben, disculpa, no acostumbro tomar y creo que me qued� dormido, agradezco tu hospitalidad, debo irme, fue una velada agradable.
Gracias a usted padre, cuando guste venir ya sabe que aqu� tiene su casa.
Si Ben, muchas gracias, nos vemos el domingo.
�Qu� me importa condenarme si con el padre Dustin alcanc� el cielo?
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Relato: El sacerdote y yo
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