Relato: Clases de Piano... Bueno mi cuarta vez ._. esta vez me inspire demaciado *-* m�s que como hay lluvia xD
Su mirada se clav� en el reloj de pared nuevamente. Eran las tres cincuenta y cuatro de la tarde; tan s�lo cuatro minutos m�s tarde que cuando lo hab�a volteado a ver antes.
Estaba ansioso, quer�a que fueran las cuatro ya. Maldita sea, maldito reloj que no pod�a avanzar m�s r�pido. Rod� los ojos y buf� desesperado, moviendo de forma nerviosa sus pies; se levant� del sof� y camin� de un lado a otro por la sala. Iba de aqu� hacia all�, pensando y pensando en lo mismo; en lo �nico que llevaba pensando los �ltimos meses. En que quer�a verle. En que quer�a verle ya mismo.
Subi� las escaleras hacia su habitaci�n y entr�, acerc�ndose al espejo de cuerpo completo para mirarse atentamente. Se acomod� el cabello con delicadeza y practic� algunas sonrisas y miradas coquetas. Joder. �Qu� le hab�a hecho? Estaba vuelto un desastre, un manojo de ansiedad, estaba completamente desesperado.
�Hac�a cuanto tiempo que llevaba deseando estar otra vez bajo su poder? Bajo su cuerpo, sometido ante sus instintos. Se estaba volviendo completamente loco, estos �ltimos d�as les hab�a sido imposible pasar tiempo juntos, siempre alguna u otra cosa les jod�a los planes y terminaban acompa�ados; el tiempo que pasaban a solas era realmente corto. Por eso hab�a planeado todo, esta vez con mucho cuidado.
Esa tarde tanto su madre como sus hermanas, iban a estar fuera de casa hasta tarde pues en la universidad de su hermana m�s grande hab�a un evento al que deb�an asistir los familiares de los alumnos. Claro, que el tambi�n hubiese tenido que ir, pero ya lo hab�a arreglado.
Clases de piano.
Esa era la excusa que le hab�a dado a su madre para zafarse. Que como le hab�a ido tan bien aprendiendo guitarra, ahora le gustar�a intentar con el piano, si de todos modos en casa ten�an uno que nadie utilizaba y estaba solamente de adorno, y quer�a darle un uso. �Y qu� mejor que empezar �se mismo d�a? Si a fin de cuentas, no hab�a que dejar para ma�ana las cosas que se pod�an hacer hoy.
Su madre no se ve�a muy contenta con aquella decisi�n al inicio, y a decir verdad se hab�a mostrado dudosa durante toda la hora de la comida, pero al final, al decirle que era el profesor Shiroyama quien iba a impart�rselas justo como lo hab�a hecho con la guitarra, hab�a aceptado sin m�s.
A su mam� le parec�a que el profesor Shiroyama era una persona muy responsable, respetable y adem�s educada. Todas las veces que hab�a conversado con �l se hab�a mostrado caballeroso, bastante atento y adem�s de todo era guapo. Por supuesto que no pod�a ignorar aquello, y sus hijas tampoco. Cuando �l hab�a pedido salir con la mayor de ellas, hab�a quedado encantada y hab�a accedido inmediatamente; sin embargo por una raz�n u otra, no hab�an terminado en nada, simplemente en amistad.
Shima adem�s, parec�a admirarle mucho y el mayor mostraba claramente haberle cogido cari�o a su hijo, pues siempre estaba al pendiente de �l, ayud�ndole en cuestiones escolares y si no fallaba su instinto, tambi�n parec�a ayudarle con sus �cuestiones de adolescente�.
Si tan s�lo supiera que no s�lo le hab�a cogido cari�o, y cu�les eran esas� �Cuestiones de adolescente�, seguramente no le dejaba verle m�s.
Pero ahora eso estaba de m�s. Continuaba mir�ndose al espejo, intentando relajarse lo m�s que pod�a mientras se arreglaba el uniforme del colegio, que hab�a decidido mantener puesto hasta despu�s, pues no ten�a caso elegir otra ropa si de todos modos iba a quit�rsela� �No?
Sonri� ante su pensamiento y entonces escuch� el timbre sonar.
Apresurado, baj� las escaleras corriendo tan r�pido como sus piernas le permit�an. Hab�a limpiado cuidadosamente el piano, a�n a sabiendas que no lo usar�an, pues no estaba de m�s. Sab�a muy bien las man�as raras del mayor, y si luego se antojaba de usarlo ten�a que estar preparado. Termin� de bajar las escaleras y se qued� de pie frente a la puerta, acomod�ndose nuevamente el cabello e intentando lucir tranquilo; se acerc� y tom� el pomo de la puerta, gir�ndolo para abrirla.
� Bienvenido, profesor � Dijo haciendo una reverencia al ver al mayor acompa�ado de su madre. � Madre, bienvenida. Pens� que estar�as ya con mis hermanas � Murmur� sonri�ndole e intentando no hacer evidente su desespero y su sorpresa al encontrarla all�, acompa�ando al pelinegro.
� Bueno, es que lo pens�, cari�o� No se me hac�a correcto dejarles solos en casa. �Qu� iba a pensar el profesor? Que no me interesa tu desarrollo art�stico� No, no, no. Adem�s, sirve que le invito a comer si es que todav�a no ha comido nada. � Dijo la mujer, entrando en la casa e invitando a su acompa�ante a entrar tambi�n.
� Ah, no, no. Muchas gracias, pero reci�n he pasado a mi casa a comer algo antes de venir, quiz� en otra ocasi�n � Contest� el pelinegro, negando suavemente con la cabeza mientras se adentraba en la vivienda.
� Si�ntase en casa, por favor � Murmur� sonriente el casta�o, mientras maldec�a a los cuatro vientos internamente. Todo su jodido plan se hab�a ido a la mierda por culpa de su madre. Joder, que ten�a una puta junta en la escuela y ahora estaba all�. Que la amaba todo lo que se pod�a pero le estaba jodiendo sus planes. � Mam�, si no te importa iremos a la sala de estar a comenzar ya mismo las pr�cticas � Agreg� mirando al Shiroyama y luego se encamin� hacia el lugar antes dicho.
� Con permiso, se�ora � Se excus� el pelinegro antes de seguir al menor, mirando atento el interior de la casa. Ya hab�a estado all� antes, pero era una costumbre suya, siempre que iba all� lo hac�a, le gustaba ver las fotos de Shima cuando era beb� para luego molestarlo con ellas.
� Si necesitan algo estar� en la cocina, me preparar� un t� � Escuch� decir a la mujer antes de alejarse completamente y entrar en la sala de estar.
Apenas entr� al lugar, not� al menor parado en medio de la habitaci�n, con ambas manos en la cintura, y con un gesto de molestia pintado en el rostro, esper�ndole. � Bonita sorpresa � Dijo burl�n al casta�o, quien parec�a realmente enojado.
� No ten�a ni puta idea � Murmur� el menor dejando escapar un bufido, cruz�ndose brazos.
� Pero venga, no te pongas as� � Yuu se acerc� hasta �l lentamente, rodeando su delgado cuerpo con ambos brazos y acun�ndole en su pecho. � No hay nada qu� hacer, ya ser� en otra oportunidad � Dijo para intentar calmarle.
� No quiero otra puta oportunidad, quiero ahora. Justo ahora. Estoy caliente a morir, llevo toda la puta tarde deseando que me cojas tan duro que no pueda ni caminar � Kouyou dijo aquello en tono molesto, con el ce�o fruncido y los labios apretados, abraz�ndose al mayor como un ni�o encaprichado.
� No digas eso � Murmur� el mayor tom�ndole por la barbilla y oblig�ndole a mirarle. � Tu mam� podr�a escucharte � Dijo manteniendo su tono de voz bajo. � Adem�s eso puede traer muchas consecuencias �
� No me importa � Baj� el tono de su voz, hablando en un susurro. � Estoy harto de tener que masturbarme pensando en la �ltima vez que lo hicimos, quiero tener sexo hoy, no otro d�a, hoy �
� �Shima, ven por una taza de t� para el profesor Shiroyama! � Aquel grito por parte de la madre del menor, les hizo separarse de forma instant�nea. Causando a�n m�s molestia en el menor.
� Ya voy madre � Dijo en voz alta Shima, rodando los ojos fastidiado y negando con la cabeza mientras se alejaba en direcci�n a la cocina.
Mientras tanto la mente de Yuu se incendiaba.
�se condenado chiquillo con tan s�lo hablar hab�a logrado que algo dentro de �l comenzara a arder. Ciertamente �l se encontraba en las mismas condiciones que el menor, la misma situaci�n desesperante. Contaba los putos d�as que pasaban sin poder tocarse o darse un simple beso; se estaba consumiendo. Realmente hab�a esperado que les hubiesen dejado solos en casa y ahora que no hab�a sido as�, tambi�n estaba molesto, pero deb�a mantener su compostura.
O al menos intentar hacerlo, pero las palabras del casta�o no ayudaban en nada. Ahora mismo su mente estaba divagando y eso no era nada bueno.
� Ya regres� � La voz de Kouyou le sac� de sus pensamientos. Cargaba una bandeja plateada con dos tazas y un peque�o platito sobre ella; se acerc� hasta una peque�a mesita, agach�ndose para colocar all� la bandeja.
Y entonces su mente no pudo m�s. Camin� hasta �l y le tom� por las caderas, refreg�ndose contra su cuerpo con descaro, dej�ndole sentir su creciente erecci�n. � �Ves lo que provocas cuando comienzas a hablar a�n cuando te pido que te calles? � La voz del pelinegro sonaba grave y rasposa, cargada de lujuria, ahogada de deseo.
El menor tuvo que morderse el labio inferior para no dejar escapar un placentero jadeo al sentir aquel duro miembro frotarse contra su trasero con aquellas ganas. � Yuu� � Murmur� tragando saliva. � Mi mam� �
� C�llate, t� tienes la culpa, ya te lo he dicho. � La voz autoritaria del mayor le hizo temblar, sobre todo porque no lo gritaba, lo murmuraba en su o�do, sintiendo su aliento chocar contra este, estremeci�ndole. � �Tienes idea de lo caliente que me has puesto? �Hmm? Me importa una mierda si tu madre est� aqu� o no � Agreg�, alej�ndose de �l y tom�ndole del brazo para jalarle y comenzar a besarle de forma desesperada.
El menor no tard� en corresponder a sus besos de la misma forma, necesitado. Suspiraba entre estos, mordi�ndole los labios y tirando de estos, jadeando suavemente al sentir al mayor hacer lo mismo con los propios. Se alej� para mirarle, preso de la lujuria mientras se relam�a los labios para limpiar los restos de saliva, evidencia de su sucio beso. Le tom� por el cuello de su camisa y le empuj� hasta el banquillo del piano, haci�ndole sentarse en �l, para acercarse nuevamente y comenzar a besarle con m�s comodidad, acarici�ndole el pecho y sintiendo las traviesas y h�biles manos del mayor recorrerle el trasero, d�ndole apretones y uno que otro azote.
Empu�� el cuello de su camisa, dirigiendo sus manos a sus botones tan pronto como pudo, desaboton�ndolos de forma torpe y desesperada. � Mierda, deja de azotarme que me pone m�s caliente � Murmur� el menor, presa de la excitaci�n.
� C�llate, yo hago lo que se me antoja con tu cuerpo, es m�o � Las palabras del pelinegro, dichas con tanta autoridad, mientras le segu�a azotando, le hac�an hervir la sangre. Tom� sus nalgas como pudo por encima de la tela de los pantalones escolares y las separ� tanto como fue posible, apret�ndolas.
� Mnnh� Mnnhh� � Kouyou luchaba por no gemir como una aut�ntica puta, pues a�n estando caliente, estaba consciente de que su madre estaba en la cocina, a pocos metros de all�. Pero es que simplemente el mayor le hac�a perder la cordura. Justo hab�a desabrochado el primer bot�n cuando tuvo que sujetarse a sus hombros, apret�ndolos como m�todo de liberar su excitaci�n, reemplazando sus gemidos y jadeos con aquella acci�n.
Adem�s, estaba habl�ndole de nuevo de esa manera que tanto le excitaba. Al inicio, cuando hab�an comenzado aquella aventurilla, Yuu se hab�a mostrado suave para persuadirle, luego sac� esa faceta dominante que le encantaba, y con el paso del tiempo, su relaci�n hab�a pasado a otro nivel m�s �estable�. Si es que se pod�a llamar estable salir a escondidas con tu profesor veinte a�os mayor que t�. Ahora Yuu era dulce otra vez, caballeroso y atento, por eso, que justo ahora decidiera ser as�, le estaba matando.
Decidi� cambiar la jugada. Apart� las manos del mayor de su trasero y se sent� sobre su regazo, a horcajadas. Le mir� atento, sonri�ndole con descaro y abraz�ndole por el cuello, movi�ndose de atr�s hacia adelante con ganas, refregando su trasero contra su erecci�n.
� Joder� � El Shiroyama se mordi� el labio inferior y le tom� por las caderas, haci�ndole saltar sobre su miembro, imitando fuertes embestidas mientras miraba complacido como el menor luchaba contra s� mismo por mantenerse callado. Disfrutando sus gestos y sus muecas, disfrutando como se maldec�a a s� mismo internamente mientras se aferraba a sus hombros.
� �Shima! � Aquella voz les hizo separarse al instante. Se baj� r�pidamente de sus piernas, intentando regular su respiraci�n y acomod�ndose la ropa, mientras notaba al mayor hacer lo mismo. La voz de su madre, que hab�a resonado bastante cerca, casi hab�a hecho que se le parara el coraz�n.
Pronto la mujer entr� en la sala de estar, sonriendo c�lidamente a ambos. � Disculpen que los interrumpa, pero quer�a saber qu� tal iba todo � Dijo par�ndose detr�s de ellos.
� Bien mam�, va todo bien � Dijo el casta�o, inhalando suficiente aire para intentar normalizar su respiraci�n. Pos� su mirada sobre las teclas del piano, notando las manos del mayor colocarse sobre estas y comenzar a tocar una linda y suave melod�a. Sonri�, quiz� complacer un poco a su madre servir�a para alejarla nuevamente.
� Esto es b�sico � La voz del mayor reson� por encima de la canci�n, bastante calmado, mir� a la mujer, sonri�ndole. � Son notas b�sicas, quiero enfocarme primero en esto, pues es lo esencial �
� Me parece perfecto. Me parece adem�s encantadora la idea de que acepte darle clases a Shima luego de la escuela, s� que debe estar ocupado con otras cosas, pero a�n as� aqu� est� � La mujer sonri� de oreja a oreja y despein� al casta�o con la mano, riendo suave. � Bueno, los dejo. Tengo que subir a acomodar la ropa que reci�n sali� de la lavadora. Pon atenci�n, patito. � Y dicho esto, se fue de la habitaci�n, dej�ndoles nuevamente solos.
La mirada del Takashima se mantuvo sobre su madre, a�n despu�s que se sali� de all�. Quer�a estar seguro que se hab�a ido, no iba a ser bueno si les sorprend�an, aunque escuchar que iba a estar arriba y les iba a dejar solos definitivamente le puso feliz.
� S� patito, pon atenci�n � La voz de Yuu le sac� de sus pensamientos.
Mir� al mayor nuevamente, notando como se acercaba para besarle con la misma intensidad de antes. Correspondi� apresurado a sus besos, coloc�ndose de rodillas sobre el banquillo para alcanzarle mejor, abraz�ndole por el cuello. Las manos del Shiroyama le recorr�an la espalda de arriba abajo, y pronto una de ellas lleg� a su hombr�a, comenzando a estimularle con fuertes caricias. � Aahh� Yuu� � Un ahogado jadeo escap� de sus labios, alej�ndose para mirarle con los labios entreabiertos, ocup�ndose de acariciarle el pecho y lamerle los labios mientras le miraba a los ojos.
� Dime qu� es lo que quieres Shima � Dijo el mayor, mordi�ndole el labio inferior y tirando de este luego.
� Ya no aguanto Yuu, maldita sea� � Su voz sonaba desesperada, sus ojos miel le miraban suplicante. Le notaba morderse los labios en un intento de ahogar los gemidos que quer�an escapar de su garganta.
� �Y no te importa que tu mam� entre y vea lo zorra que puedes llegar a ser? �No te preocupa que te escuche decirme que quieres que te folle duramente? �Huh? � Una sonrisa maliciosa se dibuj� en el rostro del mayor mientras mov�a su mano m�s r�pido.
El menor tembl� de pies a cabeza, estremeci�ndose sin poder evitarlo. � Me importa una mierda � Dijo alej�ndose de �l y baj�ndose del banquillo. Se puso de pie y sonri�, acerc�ndose al mayor y agach�ndose frente a �l, acomod�ndose entre sus piernas mientras llevaba una de sus manos hasta la pretina del pantal�n del pelinegro. Lentamente la baj�, desaboton�ndolo tambi�n y lo baj� con ambas manos junto a sus b�xers, liberando su prominente erecci�n.
Se relami� los labios y la tom� con ambas manos, acerc�ndose m�s.
Estaba realmente dura, caliente y llena para �l, tan s�lo para �l. Incluso pod�a sentir que palpitaba suavemente al contacto con el aire fresco del ambiente, provoc�ndole escalofr�os al mayor. Alz� la mirada para verle y sonri�, pasando su lengua por la punta de esta y lami�ndola como si de una paleta de tratase.
� Es tu dulce favorito, �verdad? � El pelinegro le miraba atentamente, sonriendo tambi�n. Al notar al menor asentir, le acarici� los cabellos suavemente, suavizando un poco el tono de su voz. � Anda, c�metela. C�metela que es toda tuya. � Dijo para incitarle.
El casta�o no necesit� m�s. Pronto, la engull� por completo, haciendo el glande chocar contra su garganta y provoc�ndole una arcada. Pero eso no le detuvo, sujet� fuertemente la base con ambas manos y comenz� a succionar con fuerza, moviendo su cabeza de atr�s hacia adelante, cerrando los ojos y concentr�ndose en saborear la hombr�a del mayor.
� Joder� Aahhh� � Dej� escapar un peque�o jadeo, cerrando de igual forma los ojos al sentir la h�meda cavidad bucal del menor, albergando toda su virilidad y fel�ndola con tanta maestr�a. Definitivamente �se chico hab�a aprendido bien las cosas que le gustaban, ahora mismo le estaba dando uno de los mejores orales de toda su vida, y no era s�lo eso, era tambi�n la sensaci�n de adrenalina de que la madre del menor les descubriera.
Ten�a que ser honesto, y es que aquella situaci�n le pon�a caliente a morir y sab�a de sobra que al menor tambi�n. Pensar que en cualquier momento podr�an ser descubiertos.
Llev� ambas manos al cabello del menor y lo empu��, jal�ndolo para marcar un ritmo m�s r�pido, embisti�ndole la boca con dureza.
Por su parte, el menor se encontraba luchando por no tener m�s arcadas. Disfrutaba de aquello, pues sab�a que Yuu adoraba que �pusiera esos labios tan bonitos y gruesos a trabajar en una cosa igual de bonita y gruesa�. Aceler� el ritmo al que el mayor le ordenaba, enrollando su lengua por toda la extensi�n, sabore�ndola con detenimiento.
� Aahh� Aagh� � El Shiroyama frunci� el ce�o y le apart� de un movimiento. Dejando al casta�o sentado sobre el suelo con las mejillas rojas al igual que sus labios, los cuales se encontraban adem�s hinchados. � Mierda Shima� � Murmur� con la respiraci�n agitada, manteniendo su mirada sobre el menor.
Kouyou se levant� del suelo, limpi�ndose los restos de saliva de los labios y se acerc� al mayor, quien permanec�a sentado sobre aquel banquillo. Lentamente se fue desabrochando los pantalones hasta dejarlos caer, gir�ndose y moviendo su trasero suavemente de un lado a otro, roz�ndolo contra el miembro expuesto y palpitante del pelinegro, quien le miraba, mordi�ndose el labio inferior.
Pronto tom� sus caderas, acerc�ndolo. Se llev� un dedo a la boca y lo lami� apenas, apart�ndolo con la misma rapidez con la que lo hab�a llenado apenas de saliva, para colocarlo sobre la entrada del menor, introduci�ndolo y movi�ndolo sin cuidado alguno. Estaba demasiado caliente como para preocuparse si estaba haciendo aquello con precauci�n, adem�s estaba seguro que Shima estaba tan ansioso como �l mismo. Movi� aquel dedo de adentro hacia afuera y luego de un lado a otro, intentando dilatarlo; escuchando los jadeos y gru�idos ahogados del menor, quien intentaba con todas sus fuerzas no gemir.
Retir� luego su dedo, habi�ndole preparado lo suficiente y separ� sus nalgas, dej�ndole caer sobre su miembro poco a poco. � Mierda, Shima� Maldita sea� � Jade� sobre su o�do, una vez que termin� de introducirse por completo en �l. Pero no obtuvo respuesta, pues el menor se cubr�a la boca con ambas manos y manten�a sus ojos cerrados y apretados, intentando con todas sus fuerzas no echarse a gemir como una verdadera guarra.
Comenz� a moverse lentamente, tom�ndole por las caderas para hacerle ir de arriba hacia abajo, bes�ndole ocasionalmente la nuca y mordi�ndose los labios, pues le era dif�cil mantenerse callado, de igual modo.
� Yuu� Aahmm� � La voz del casta�o parec�a quebrarse, habiendo apartado sus manos de su boca para colocarlas sobre las piernas del mayor para impulsarse e ir m�s de prisa. � Mi mam� Est� Arriba� � Murmur� deformando su rostro en una mueca de placer al sentir al mayor aumentar el ritmo de sus embestidas.
� Entonces� No gimas muy fuerte, joder� � Gru�� el Shiroyama, rest�ndole importancia a aquel hecho. Su cabeza no estaba para pensar en eso, no estaba en lo absoluto preocupado. Su poca decencia y su cordura estaban hechas mierda ahora, siempre que estaba con el menor era as�. Se detuvo por unos momentos, obligando al casta�o a levantarse y apoyar sus manos sobre el banquillo mientras �l se colocaba detr�s.
Le oblig� a inclinarse y �l mismo lo hizo tambi�n, tom�ndole nuevamente por las caderas e introduci�ndose de nueva cuenta en su interior de una sola y dura embestida. Comenz� a moverse nuevamente, movi�ndose un poco para dejarlos a ambos mirando hacia la puerta, pues su poca cordura moment�nea le obligaba a tener algunas precauciones.
El menor se aferraba con fuerzas al banquillo, cerrando los ojos y mordi�ndose el labio inferior para contener sus gemidos y gru�idos, jadeando por lo bajo. Escuchaba un ruido hueco inundar la habitaci�n al chocar los test�culos del mayor contra su trasero, provoc�ndole escalofr�os. Llev� una de sus manos hasta su propia hombr�a y comenz� a masturbarse al mismo ritmo en que el menor daba aquellas duras estocadas, comenzando a sentirse asfixiado de tanto placer. Sintiendo el coraz�n acelerado al darse cuenta que su madre pod�a entrar en cualquier momento.
Pronto, un ruido le hizo fijar su mirada en la puerta. Pudo escuchar claramente pasos cerca y la voz de madre, quien al parecer, estaba al tel�fono. Sinti� el coraz�n sal�rsele por la boca y movi� su mano m�s r�pido. � Mnnhh� � Un jadeo escap� de sus labios y estrech� su entrada, aprisionando el miembro del mayor en esta.
� Maldita sea � Gru�� Yuu, d�ndole un azote como castigo por aquello. Tom� sus nalgas con ambas manos y las separ�, embisti�ndole duramente y con mayor facilidad.
� �Shima? Ah, s�, �l se encuentra con el profesor practicando piano. Comenzar� a darle clases extras a partir de hoy. S�, ya sabes que le encanta aprender de �l� � La voz de la madre del menor a la distancia les hac�a temer y sentirse m�s excitados todav�a, al mismo tiempo. Pero parec�a demasiado absorta en su conversaci�n telef�nica, pues a pesar de escucharse cerca, no era lo suficiente como para preocuparse.
Yuu sali� del interior del casta�o, jadeando pesadamente y acerc� una de sus manos hasta su trasero, d�ndole un pellizco y otro azote. � Qu�tate los pantalones � Orden� sin quitarle la vista de encima.
� S� � Jade� el menor, agach�ndose para sacarse los zapatos y luego los pantalones junto a la ropa interior, qued�ndose desnudo de la cintura para abajo, mirando al mayor al haber terminado.
El pelinegro le tom� por el brazo y apart� el banquillo lejos con el pie, carg�ndole y sent�ndole sobre las teclas del piano, haciendo ruido con estas al haberlas presionado. Tom� sus piernas y las separ�, coloc�ndose entre estas, acerc�ndose para besarle de forma necesitada nuevamente mientras le acariciaba los muslos. El menor enroll� sus piernas en torno a las caderas del Shiroyama, acer�ndole m�s a su cuerpo mientras correspond�a a sus besos y llevaba sus manos hasta sus cabellos azabaches, enredando sus dedos all� mientras intentaba concentrarse en escuchar a su madre, quien segu�a al tel�fono.
Nuevamente se separaron, sintiendo el aire escasear. El mayor tom� su propio miembro y lo dirigi� hacia la entrada del menor, introduci�ndose en �l y comenzando a embestirlo sin perder tiempo. Se sent�a al borde, no pod�a aguantar m�s, ya poco le importaba si los atrapaban o no, lo �nico que quer�a era foll�rselo como si no hubiese ma�ana.
Kouyou llev� ambas manos hasta la espalda del menor, aferr�ndose a esta con fuerzas y enterr�ndole las u�as por encima de la camisa, sintiendo como las teclas del piano se enterraban de igual modo en su piel. Sintiendo como el mayor le embest�a sin descanso. Curv� su espalda suavemente, aferr�ndose m�s al mayor.
� �Shima! � Aquel grito por parte de la mujer hizo al menor de los dos sentir el coraz�n en la boca, girando su cabeza inmediatamente hacia la puerta, para comprobar que all� no hab�a nadie, y esta le gritaba desde la otra habitaci�n.
� �Qu�? � Pregunt� el menor en voz alta, luchando contra s� mismo por no responder con un gemido, solt�ndose del mayor y colocando ambas manos sobre las teclas del piano, presion�ndolas y haci�ndolas sonar.
� �Voy a recoger a tus hermanas a la universidad, no tardo! � Avis� la mujer desde la otra habitaci�n.
� �S�! � Grit� el casta�o con ganas, cerrando los ojos con fuerza y apret�ndolos al sentir como el mayor le tomaba por los muslos, embisti�ndole duramente, haci�ndole rebotar contra su pelvis.
� �Regreso en treinta minutos, p�rtate bien! � Y dicho esto, se escuch� el sonido de la puerta cerrarse; y luego, el del auto que arrancaba.
� �Agh! �Aahh! � Gimi� con fuerzas el menor, sinti�ndose estallar. Necesitaba liberarse, estaba tan cerca. Sinti� un escalofr�o recorrerle por completo y volvi� a gemir con ganas.
� Joder, Shima� Ya no puedo, mnnhh� Mnnghh� � Gimi� de igual modo, notando su frente perlada de sudor y su cuerpo caliente, quem�ndose por el placer contenido.
� �Yuu, aaghh! �Aahh! � Kouyou volvi� a gemir fuertemente, aferr�ndose a las teclas del piano, apret�ndolas con todas sus fuerzas y se corri�, manch�ndose la camisa del uniforme, gru�endo.
El mayor le embisti� con ganas, separando m�s sus piernas, entrando y saliendo duramente del cuerpo del casta�o. � Joder� �Aahhh! � Dej� escapar un fuerte gemido y dej� su semilla llenar el interior del menor, estremeci�ndose de pies a cabeza.
El silencio se apoder� de aquella habitaci�n, siendo cortado por las respiraciones agitadas de ambos, que se miraban a los ojos. Yuu tom� al Takashima por las mejillas y lo acerc�, bes�ndole con calma, bajando sus manos para acariciarle las piernas.
El menor le abraz� por el cuello, acerc�ndole a su cuerpo y correspondiendo a su beso. � Estuvo cerca� � Murmur� sobre sus labios, dando peque�os besos a estos luego.
� Todav�a tenemos treinta minutos mi amor � Dijo el pelinegro, esbozando una sonrisa ladina y acercando sus manos nuevamente al rostro contrario.
� Y todav�a tenemos energ�a � Esboz� una sonrisa traviesa Shima. � A ver si logras hac�rmelo igual de bien antes de que lleguen � Agreg� en actitud retadora.
� No me retes � Yuu alz� ambas cejas y le bes� los labios otra vez, sonri�ndole.
� S� que lo hago � Murmur� el casta�o, acerc�ndose para besarle nuevamente.
Definitivamente estas lecciones de piano iban a ser interesantes e iba a aprender mucho de ellas.
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Relato: Clases de Piano...
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