Relato: VIRTUDES, LA ESPOSA FIEL -Cinco-
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Me despert� sobresaltada; estaba confusa, aturdida, y con dolor de cabeza. Mi mente recordaba vagamente las im�genes de lo ocurrido en el estudio del pintor. No ten�a certeza de si hab�a sido un sue�o o era que hab�a ocurrido en la realidad. Me mir�, y estaba tendida sobre la cama de la habitaci�n del hotel, completamente desnuda. Necesitaba una aspirina. Me incorpor�, y vi, sobre la mesilla de noche, el papel de un boceto en el que se ve�a dibujado un joven desnudo, al que una mujer desnuda tambi�n, de rodillas, le hac�a una felaci�n. "Entonces no era un sue�o" -pens�. Todo como lo recordaba, hab�a sucedido. "La braga la deb� dejar olvidada en casa del pintor".
Estaba amaneciendo y decid� bajar a la playa. Me puse una tanga verde de tira �nica, que pr�cticamente no tapaba nada. Y sobre ella un mini-short vaquero, muy ajustado, dejando al aire los muslos de mis piernas. Y enfund� mis tetas con una ajustad�sima camiseta tipo top, dejando ver mi peque�o ombliguito. ....En la playa, por lo temprano que era, no hab�a nadie; por lo que aprovech� para desnudarme y, s�lo con la tanga, penetrar en el agua lentamente. Estaba deliciosa y me serv�a para refrescarme. Cuando el agua del mar estaba a la altura de mis tetas, baj� mis manos, me despoj� de la braga meti�ndola en mi brazo derecho, y comenc� a nadar, mar adentro, completamente en bolas... Sal� ya con la tanga y, sobre la toalla extendida, me ech�, boca abajo, m�s despejada y relajada por efecto del ba�o. Lo ocurrido en casa de David, el pintor, lejos de traumatizarme, parec�a que me hab�a liberado de mi atadura de fidelidad hacia Luis, mi marido. Hab�a hecho lo que en ese momento deseaba, follar y disfrutar del cuerpo de Favio, el modelo. Era una mujer madura y por consiguiente libre de mis actos. "�Por qu� ten�a que dar explicaciones a mi marido?". No hab�a sido infiel a Luis, porque con �l hac�a el amor, y con Favio, el modelo, simplemente hab�amos follado como animales, disfrutando de nuestros cuerpos como locos. "No, no le dir�a nada a mi marido. Ser�a lo mejor" -decid�.
Oi unos pasos y vi al viejo borrach�n del paseo.
-�Se�orita, por dos euros le hago dos chupaditas en cada tetita!
-�Soy se�ora! �Tenga un euro y no sea guarro! -le dije.
-�Ah!, pues perdone. �Se�orita, por dos euros le hago una lamida a su conchita y acaricio con mis dedos su perlita! -dijo, sonriente, el borrach�n.
-�Tenga un euro y no sea grosero! �V�yase o llamar� a un guardia! -y se fue cantando y bailando.
Me ech� a reir para adentro. Me hab�a hecho gracia el viejo. No era m�s que un pobre hombre.
Se acercaban mis amigas, F�tima y Lurdes, con cara de pocas amigas. Se pusieron en bikini, a mi lado. Les pregunt�: "�Follasteis con los tres yogurines?". A lo que F�tima, cabreada, me respondi�: �No! Porque como te fuiste, Lurdes no quiso seguir, si no follabamos las tres.
-As� que los chicos est�n esperando que nos pongamos las tres de acuerdo y que follemos los seis -coment� Lurdes.
Sent� l�stima por mis amigas, sobre todo por Lurdes, que se hab�a sacrificado y no hab�a follado con los ni�atos, por culpa m�a. Les dije:
-Ir� a verles y les dir� que estamos las tres de acuerdo.
-�Lo har�s por nosotras? -dijeron agradecidas F�tima y Lurdes.
-Si.
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Llam�, y me encontr� sola, en el apartamento, delante de los tres pimpollos. Los chicos se quedaron sorprendidos ante mi presencia. Iban con ba�ador. Se quedaron quietos e indecisos observando alelados mi cuerpo. Se les ca�a la baba a los beb�s.
-�Joder, qu� buena est�s! -dijo el "Pecas"
-�Est�s mejor que las otras dos, juntas! -a�adi� el "Moreno".
-�Toma una copa con nosotros! Por favor -remat� el "Granos".
Nos sentamos, y mientras beb�amos las copas, los tres jovenzuelos alternaban la vista: unas veces al escote insinuante que ense�aba el comienzo de mis tetas y otras al muslamen de mis piernas. Qu� pena me daban. Qu� mal lo deb�an estar pasando.
-He venido para deciros que estamos de acuerdo mis amigas y yo en participar en una org�a, sin l�mites, con vosotros -les dije, seria.
El m�s decidido, el "Pecas", respondi�:
-Conforme; pero en prueba de que t� no te echar�s para atras, como la vez pasada, tienes que hacerlo ahora con los tres.
Me qued� de piedra. Quer�an follarme los tres a la vez. Me dieron ganas de salir corriendo y desaparecer. Aunque por otro lado hab�a prometido a mis amigas que conseguir�a que los chicos accediesen a follar con las tres. No quer�a perder la amistad de mis amigas. Les deb�a muchos favores a ellas. Adem�s, los chicos eran muy j�venes; no deb�an tener m�s que diecisiete a�os, ser�an muy inexpertos, y yo sabr�a dominar la situaci�n dej�ndoles hasta un l�mite. Puse cara de resignaci�n. Me encontraba en el sill�n sentada en medio del "Moreno" y el "Granos"; cuando sus manos las de uno se dirigieron hacia mi camiseta y las del otro fueron a parar a mi mini-short. Iba a decirles: "Basta" -arrepentida y terminar la funci�n-. Pero el "Pecas, se puso de pie, detras del sill�n, y me cogi� la cabeza, anulando cualquier movimiento, y con su boca aplast� la m�a, impidiendo que saliera cualquier protesta de ella. "Estoy perdida" -pens�. Mientras el "Pecas" me besaba y met�a su lengua en mi boca; los otros chicos me despojaron con facilidad la camiseta y el mini-short. Parec�an tres pulpos. Nunca, en mi vida, hab�a tenido sobre m�, tantas manos magre�ndome. Consegu� liberarme y poni�ndome en p�e, les dije:
-S�lo accedo a haceros una mamada a los tres-
Los tres yogurines se colocaron de pie, delante de m�, quit�ndose los ba�adores. Pude observar que ten�an unos penes peque�os, de adolescentes, por lo que no me asust� tanto. Me puse de rodillas y comenc�, despacio, a
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