Relato: Dos maduras muy ardientes

Este relato ocurri� durante una convenci�n a la que estaba invitado como ponente, no era de principio de mucho atractivo pero el lugar donde se celebraba era un hotel a las afueras de la ciudad de muchas estrellas y los tres d�as que duraba me convenci�. El ambiente no estaba del todo mal aunque la mayor�a de la gente era madura pero interesante. La ma�ana del primer d�a fue m�s que nada de presentaciones y de �reconocimiento� me llamo la atenci�n dos se�oras ya maduras una alta con el pelo completamente blanco y le acompa�aba otra m�s bajita pelirroja, me las presentaron de una forma protocolaria como a mucha otra gente y ah� quedo la cosa.
Por la tarde ya comenz� propiamente dicha la convenci�n. Di mi conferencia seguida de un coloquio con los participantes que resulto ameno, y entre los participantes estaban estas dos se�oras, la de pelo blanco en especial estuvo sugerente al formular sus preguntas por lo que le present� m�s atenci�n que a las dem�s.
Terminada la conferencia enseguida vinieron a saludarme felicitarme y ya de paso se presentaron la del pelo blanco se llamaba Carla y ten�a 62 a�os y la pelirroja Marisa 58, ya relajados tomando unas cervezas que hab�an preparado la conversaci�n fue m�s distendida, y pude comprobar que eran un parte de hembras, Carla con un vestido ajustado marcando tetas y culo, y Marisa con unos ojos y unos labios que era como un im�n, de tetas redonditas en su justa medida y de la conversaci�n pasamos a las risas y a las indirectas por parte de Carla
- No te estaremos aburriendo estas dos viejas
- Ni mucho menos lo estoy pasando muy bien y ya les gustar�a a muchas jovencitas tener semejantes cuerpos.
Se echaron a re�r,
- Eso se lo dir�s a todas contesto Marisa
- Lo digo muy en serio yo con estas cosas no bromeo, est�n pero que muy bien
- Se va a quedar toda la Convenci�n, pregunto Carla
- Teniendo esta compa��a por supuesto que si
- No te preocupes que estas viejas se encargaran de que no te aburras
Y mir�ndose la una a la otra se volvieron a re�r, Carla me da un beso en los labios y me susurra al o�do.
- Esta noche te vas a enterar
Por la noche hab�a una cena para todos los asistentes, as� que quedamos en sentarnos juntos, cuando llegue al sal�n all� estaban en una de las mesas m�s retiradas, me hicieron un se�a para que fuera con ellas, que cosa m�s linda, llevan dos vestidos a cual m�s ce�ido que remarcaban todo el cuerpo, con unos escotes que hac�an que sus tetas estuvieran a puntos de salir, Carla con la espalda al aire y Marisa con sus pezones casi atravesando el vestido. La cena transcurr�a entre risas, mis ojos no sab�an d�nde acudir, pues estaba sentado en medio de las dos, con indirectas siempre relacionadas con el sexo, cuando de repente siento unas manos acariciando mi paquete, por debajo de la mesa, las muy putas me estaban metiendo mano en plena cena, que agilidad ten�an para en unos instantes tener mi pija fuera del pantal�n, menos mal que el mantel tapaba lo que estaban haciendo, comenzaron a pajearme de una forma suave mientras que Carla sacaba su lengua y se la pasaba por su labios de una forma bien sensual, y cada vez m�s caliente, as� que era el momento de corresponder, con una mano me puse acariciar los muslo de Marina y con la otra los de Carla, se abrieron de piernas para que profundizara, hasta que llegue a sus co�itos, el de Marisa era como ella peque�ito pero ten�a un cl�toris que enseguida lo encontr�, la sorpresa vino cuando le fui a meter mis dedos al de Carla, no llevaba bragas y note un cordoncito y algo duro, me la quede mirando y me dijo:
- Estas bolitas siempre van conmigo
Llevaba metidas en tu chocho unas bolas chinas, as� que estuve jugando con ellas un ratito, cuando siento la boca de Marisa que debajo de la mesa me estaba dando una mamada, ya no sab�a c�mo ponerme, las ganas de follarmelas all� mismo eran inmensas. Como pude me repuse y pudimos terminar la cena, pero ya los tres a cual m�s encendidos, ya terminada la cena les propuse ir a tomar unas copas, por supuesto que aceptaron y Carla dice:
- Si pero en nuestra habitaci�n
Tomamos las llaves de nuestras habitaciones y para el ascensor, en las primera plantas como hab�a gente solo puso el culo bien pegado Marisa, pero cuando se vac�o el ascensor, �bamos al �ltimo piso, Carla me meti� la lengua hasta la garganta mientras apretaba sus tetas contra mi pecho y yo le estrujaba sus nalgas y Marisa sin ning�n tipo de pudor por encima del vestido se acariciaba su co�o.
Nada mas cerrar la puerta de la habitaci�n se tiraron como lobas y en cuesti�n de segundos estaba completamente desnudo, le quite los tirantes del vestido de Carla y apareci� todo un cuerpazo, tetas grandes y duras, el co�o depilado y unas piernas largas y torneadas, nos volvimos a besar nuestras lenguas luchaban mientras con mis manos intentaba abarcar tus tetas, Marisa no perd�a el tiempo y me pajeaba con sus manos y me masajeaba los huevos, pasados los primeros instantes paramos un momento a respirar, Marisa se fue desnudando lentamente delante de Carla y m�a que no dejamos de meternos mano sentados en la cama, sus tetas eran m�s peque�as que las de Carla y su co�ito bien abultado, desnuda fue a buscar una botella de vino fresco los tres desnudos en la cama tomando una copita de vino brindamos por el encuentro, ya repuesto del primer sofoc�n, Carla tomo el mando, con su lengua fue recorriendo mi pecho mordisqueando mis pezones hasta que llego a mi pija tiesa como un palo mientras yo me com�a los pezones de Marisa, cuanto m�s los chupaba m�s duros se pon�an, Carla segu�a trag�ndose mi pija y mis huevos , Marisa me ofreci� su co�o que gustosamente me com� y pude comprobar el cl�toris tan grande que ten�a, y que suavecito que estaba, todo un manjar, despu�s de un rato cambiamos, ahora me com�a la cuca de Carla, era m�s grande pero igual de deliciosa y mis dedos pellizcaban su pezones mientras Marisa lamia mis muslos, la ingle y por supuesto mi polla que ya estaba a punto de explotar, despu�s de tomar un sorbo de vino, enfile mi polla hacia el co�o de Carla que lo recibi� de un solo golpe, mientras Marisa le com�a las tetas, ver la escena aun me excito m�s y m�s duro que le daba hasta que le solt� un chorro de leche, Marisa enseguida se puso a limpiarte mi polla y el chocho de Carla. Los tres tumbados en la cama, tomando un poco de aire, un poco de vino y un cigarro cuando Carla me dice:
- Rel�jate cari�o que ahora nos toca a nosotras
En un instante las dos hembras se estaban haciendo un 69 majestuoso como se lamian y yo sin perder detalle, eran unas aut�nticas maestras, despu�s del 69 le toc� el turno a sus tetas y despu�s a sus culo, no se dejaron ni una sola parte de su cuerpo de lamer y yo de espectador privilegiado ya ten�a de nuevo la verga preparada cosa que aprovecho Marisa para clav�rsela despacito, para que sintiera como entraba por ese chochico , entraba como un guante, yo mientras jugaba con las tetas y co�o de Carla, despu�s de un rato de cabalgarme las dos se pusieron a lo perrito y esta vez fue Marisa quien susurro:
- Queremos que nos culees bien rico a las dos
All� estaban dos culos a mi disposici�n, as� que no perd� ni un instante, al principio con un poco de cuidado pero enseguida pude comprobar que entraban con facilidad en los dos, fui alterando culos y chochos hasta que estuve a punto de venirme, las dos se dieron la vuelta y con su boca me provocaron un eyaculaci�n como nunca la hab�a tenido, no s� de donde saque tanta leche, la dos se la beb�an y se besaban para no dejar escapar una gota agotados nos tumbamos una de mis manos en el chocho de Carla y la otra en la tetas de Marisa y as� nos quedamos dormidos.

Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .