Relato: La boda Un d�a tuvimos una invitaci�n a una boda de la universidad donde mi esposo era consultor, se trataba de un alto directivo que se volv�a a casar por segunda vez. Unos d�as antes del evento un amigo nuestro, Alberto, nos llam� para preguntarnos si ir�amos a la boda, que si nos ve�amos all�. El estaba casado con una mujer que trabajaba en esa universidad y con la que al parecer, nunca se quisieron de verdad o cuando menos esa era nuestra impresi�n.
Llegando al sal�n nos sentamos con ellos y se sent�a el aire pesado. Ellos estaban tensos y sonre�an, pero yo soy muy intuitiva y lo sent�, nada m�s los vimos. Despu�s de un rato de las conversaciones t�picas, Alberto (nuestro amigo) empez� a platicar con mi esposo con la cara desencajada, serio. Me mor�a de la curiosidad de lo que platicaban. Carlos mi esposo se puso tambi�n serio. Sigui� la fiesta como muchas otras y yo observaba a nuestro amigo con su esposa, ella se re�a y ten�a un aire de suficiencia y de triunfo, �l de risa fingida pero con enojo contenido. Finalmente fuimos a hacer algo que me encanta y que hago muy bien, bailar.
En el baile, como lo directa que soy le pregunte al o�do a mi marido: ��Qu� pasa con estos dos?� me platico que Alberto, sospechaba desde hace tiempo, que ella era amante del flamante novio, el director y jefe de ella.
En ese instante volte� a ver los novios bailar y vi enseguida que �l miraba fijamente a la esposa de nuestro amigo con cara de borrego enamorado y hasta triste. Sent� una rabia muy fuerte y seguimos bailando. En los t�picos bailes de boda, not� c�mo al hacer la v�bora de la mar, �l, sosteniendo el vestido de ella para que las mujeres pasaran se cruzaban de miradas lascivas, que al parecer nadie se percataba salvo Alberto, Carlos y yo.
En el baile se me ocurri� sacar a bailar a Alberto y le dije a Carlos que bailara con ella, empec� a bailar sexi y coqueta con �l, jodi�ndola. La verdad es que yo iba guap�sima, estaba con un vestido negro entallado con una abertura en la pierna muy generosa y un escote en la espalda que llegaba casi a mi trasero, que luc�a mi piel y pecas reci�n bronceadas de las vacaciones que acab�bamos de tener. Mientras Carlos y ella bailaban, ella haci�ndose la ofendida lo miraba furiosa, yo re�a y lo hac�a re�r, luego �l me confes� que ella siempre hab�a sentido celos por m�, porque lo conoc�amos desde antes que ella y nos quer�a mucho. Yo insist� en ser la m�s sexi de la pista y sent�a la mirada de todos los hombres como si quisieran devorarme. El novio la miraba descaradamente con cara de What? Mi bello Carlos, re�a de ver c�mo los manipulaba y ayudaba a nuestro triste amigo Alberto.
Despu�s ya en la mesa y durante la cena ellos empezaron a discutir acaloradamente, ella adoptaba posturas de indignada y se hac�a la ofendida, el estaba furioso y celoso pero en el fondo con una profunda tristeza. De pronto ella se levant� y dijo �ahorita regreso�. Tardo mucho y Alberto fue a buscarla, al rato regres� con la cara desfigurada de enojo y tristeza, �se largo, haci�ndose la ofendida, y adem�s la muy cabrona, se llevo la camioneta�.
�Nosotros te llevamos a casa� le dije, pero nos coment� que quer�a que lo dej�ramos en un hotel. Insistimos en que se fuera a dormir a la casa, que nuestro hijo estaba de viaje, pero �l no quiso, nos indic� un hotel de la zona de santa f�, que estaba ah� cerca. Llegando al hotel nos dijo: �me voy a poner bien pedo� inmediatamente Carlos le dijo ��ella se merece, que te azotes en el piso por ella?� el no respondi� nada y se bajo del coche despidi�ndose de m�, educadamente.
Yo le dije que ir�amos con �l al bar del hotel y que no lo dejar�amos solo, de mala gana acept�. Al llegar al bar estaba un grupo musical armando tremendo desmadre y no era el lugar para tristear, el viendo todo esto, se volvi� a despedir dirigi�ndose al front desk�
Yo lo tom� del brazo y lo lleve a rastras a la pista de baile y lo abrace como quien abraza a un ni�o triste. A pesar de la m�sica guapachosa lo abrazaba y lo menaba lentamente apapach�ndolo, Alberto se acerco a mi o�do y me dijo �gracias linda� y apoyando su cabeza en mi hombro empez� a llorar de tristeza y odio, dej�ndose abrazar y mimar.
Carlos se sent� en una mesita pidiendo una botella de tinto haci�ndome se�as que continuara con mis mimos. Poco a poco, lo fui acercando m�s a m� y sin darme cuenta empec� a sentir su atl�tico y musculoso cuerpo pegado al m�o sosteni�ndome por la cintura, el coraz�n me lati� fuertemente, parec�amos novios abrazados y mi esposo sonriendo, nos miraba.
Algo conmocionada por la situaci�n empec� a moverme con m�s ritmo y cadencia para evitar malos pensamientos, sin embargo a�n cuando mi cabeza me dec�a, para, detente pendeja, mi cuerpo me dec�a quiero� Me estaba excitando como una loca y no soport� m�s la situaci�n, lo tom� de la mano y nos fuimos a sentar con Carlos. Estaba muy nerviosa y excitada a la vez, era una lucha interna como si una parte salvaje de m�, quisiera apoderarse de toda mi persona.
Carlos estaba clav�ndome la mirada con ojos de placer, lujuria y hasta una sonrisita burlona, que ten�a bien puesta con aires de complicidad.
Tomamos una copas de vino y mi marido hizo un brindis �Por los Tres mosqueteros�,
Alberto y yo nos re�mos nerviosos. Inesperadamente Carlos me tom� de la mano y me llevo a bailar, en realidad est�bamos en un rinc�n del bar que era el �nico donde hab�a lugar. Conoci�ndolo, intente hablar con �l para apaciguarlo pero �l empez� a abrazarme, moverme y toquetearme por todos lados, mi deseo reaccion� de inmediato y me prend� a �l en un beso apasionado, como en a�os no nos lo hab�amos dado.
Mientras tanto, con sus nudillos me empez� a sobar suavemente por encima de mis senos, de inmediato se erizaron mis pezones y me sent� empapada y escandalosamente excitada, qu� excitada, extasiada, despu�s me acariciaba la espalda y casi las nalgas, Alberto me miraba fijamente, de pronto Carlos se acerc� a mi o�do y me dijo como una orden: �s�calo a bailar y exc�talo m�s!� me gui� con la mano hacia �l, lo tome de su mano y bailando me puse de espaldas a �l, restreg�ndole mis nalgas al ritmo de la m�sica, en su ya escandalosa erecci�n, la ten�a enorme..
En ese momento la m�sica cambio a calmada e inmediatamente lo abrac�, llev� sus manos a mi cintura y luego de un rato a mi denuda espalda, le dije �acar�ciame la espalda tontito�..�l nervioso lo hac�a volteando a ver a mi marido, mi marido levant� su copa como brindando y aprob�ndole lo que pasaba.
Estuvimos unos minutos abrazados mientras me acariciaba la espalda y yo la suya, lo atra�a hacia m� y apoyaba mi cabeza en su pecho, �l iba de mi espalda a la cintura, el talle y luego sub�a lentamente hasta casi tocar mis senos, yo empapada a m�s no poder lo miraba con ojos de lujuria absoluta�
Sin darme cuenta, mi marido se hab�a puesto detr�s de m� y me dijo secamente al o�do �No pienses y B�salo� y sin pensarlo, me prend� a sus labios en un beso eterno, fogoso, donde nuestras lenguas se retorc�an intercambiando nuestra pasi�n, abraz�ndonos con fuerza� en ese momento mi marido me dijo al o�do, �voy a rentar una habitaci�n, ahorita vengo, mientras f�jatelo�. Yo me sent�a la mujer m�s puta de las putas y no me importaba en lo absoluto, es m�s, en m� vida nunca me hab�a sentido tan excitada, contenta, viva, intensa, y orgullosamente loca.
Regres� Carlos y nos dijo �s�ganme par de tortolitos�, lo seguimos tomados de la mano y en elevador del alto hotel, presion� el piso 27 e inmediatamente me ordeno: �b�salo� y nos volvimos a fundir en un beso lleno de caricias, mientras, Carlos por detr�s m�o, me empez� a quitar el vestido, yo pens� �aqu�?� que me importaba, eran las 4 am.
De pronto estaba con mi piel reci�n bronceada, en ropa interior negra y diminuta (divina), medias, ligueros (que hab�a preparado para mi marido) y tacones altos, bes�ndome y fajando enfrente de mi marido en un elevador, Alberto me masajeaba las nalgas y entre beso y beso me dijo: �siempre me has gustado, me encantas!�.
Cuando se abri� la puerta del elevador, medio me cubr� el cuerpo con mis manos pero no hab�a nadie, la situaci�n era de lo m�s excitante, yo en lencer�a fina, ligueros, semidesnuda en el pasillo de un hotel de lujo.
Carlos me dijo: �es hacia la izquierda hasta el fondo, camina enfrente de nosotros para que te veamos el culo� yo le arrebate el vestido medio apenada y medio me tape los primero cinco pasos, despu�s sin voltearlos a ver se los arroj� hacia atr�s, contone�ndome y exhibi�ndome como una gran puta.
A la mitad del pasillo, pasamos junto a una m�quina tragamonedas de refrescos y dulces, Carlos me jal� del hombro e hizo que me arrodillara atr�s junto a la m�quina, luego acerco a Alberto y me dijo: �m�masela aqu�!� yo loca de excitaci�n, saqu� su enorme verga del pantal�n y me la met� en la boca disfrutando de ese hermoso y caliente miembro en mi boca y de la emocionante situaci�n..
Sin darme cuenta Carlos se hab�a sacado tambi�n su verga y jal�ndome de los cabellos, se las mamaba alternadamente.
Ellos me sobaban mis senos y mi cara y yo me sent�a en las nubes. Luego de un rato son� el ring del elevador indicando que alguien hab�a llegado al piso, Carlos me tom� del brazo y r�pidamente seguimos caminando hasta nuestra puerta, yo volte� y vi a una mujer ejecutiva que ven�a atr�s de nosotros, caminando con los ojos desorbitados viendo m� casi denudes, y yo imp�vida, me importo madres.
Entramos a la lujosa habitaci�n con una peque�a salita y una cama King que de inmediato la dej� en s�banas y me recost� en medio, Carlos dijo: �No, ven ac� a la salita�, sent� a Alberto en el sill�n, puso en un est�reo m�sica suave, tambi�n se sent� y me dijo: �b�ilanos� yo excitada, por esa actitud sumisa y por parte de �l, en una nueva faceta dominante, era claro que quer�a el control, eso me excitaba m�s.
Me empec� a mover como nunca cre� que pod�a, los ten�a at�nitos, me les puse cerquita de ellos.. Volvi� a decirme: �qu�tate el bra despacito y sin dejar de bailar�, lo hice y me sobaba los senos mientras bailaba, despu�s me quit� la diminuta tanga qued�ndome en ligueros y tacones�
Despu�s se sentaron en la cama e hincada les mamaba sus deliciosas vergas, un rato a uno y luego al otro..mmmmmmhhhh!!!
Despu�s �l dijo: �recu�state en la cama�, y se pusieron uno a cada lado de m�
Bes�ndome, acarici�ndome, chup�ndome por todos lados, yo feliz! Mi marido se fue a mi sexo y empez� a chupar mi cl�toris de manera espectacular, Alberto me besaba la boca y acariciaba mis pechos, yo le agarraba la verga,
Mene�ndosela sin parar, luego jale de la verga a Alberto y me la lleve a la boca, chup�ndosela, me vine como una fren�tica en medio de gemidos de profunda satisfacci�n, yo quer�a m�s.
Luego de a perrito se alternaron uno y otro como tres veces..
Despu�s mi marido llev�ndome a la alfombra y subi�ndome las piernas al pecho le dijo a Alberto �c�getela� �l ni tardo ni perezoso, se coloc� frente a m� y poco a poco me empez� a sumergir su bella y enorme verga, por lo empapada que estaba entro f�cilmente, note como me llenaba y empezaba con un movimiento cadencioso mientras Carlos se separo de nosotros para mirar la escena..
Yo empec� a gemir como una puta, al recibir su verga, ambos me subieron a la mesita de la sala..
Y mirando a mi marido le dije �ven� y meti� su verga en mi boca,
Le enorme excitaci�n de tenerlos a los dos era maravilloso, me vine no s� cuantas veces..
Despu�s mi marido dijo: �m�ntalo en el sill�n� �l se acost� boca arriba y yo me met� su verga hasta dentro, luego Carlos se acerco por delante y se la mam� con gusto�
luego Carlos, nos paso a la cama y segu� montando a Alberto, Carlos se hinc� detr�s de m� para acariciar mis tetas desde atr�s, sent�a que restregaba su verga en mis nalgas y le dije sin pensarlo: �m�temela por favor, quiero sus dos vergas al mismo tiempo!!!�
Me inclin� sobre Alberto y poco a poco me la introdujo toda, de pronto sent�a como ese par de vergas me penetraban en un ritmo y sensaciones indescriptiblemente deliciosas..
y sus cuatro manos me acariciaban toda, Carlos en esa doble penetraci�n meti� sus dedos en mi boca y me dijo: �Chupa verga tambi�n� le chupe los dedos imaginando una tercera verga en mi boca, que con gusto lo hubiera hecho.
Nos quedamos dormidos abrazados Alberto y yo, despu�s a medio d�a nos despertamos y por idea de Carlos nos fuimos a almorzar birria a la polar, con la condici�n que fuera como novia de Alberto, ah� comenz� otra etapa sexual en nuestras vidas..
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Relato: La boda
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