Relato: La saga de Lorena I



Relato: La saga de Lorena I

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Con 14 a�os es muy dif�cil conseguir que te dejen entrar a una discoteca para mayores de 18, m�s si se trata de una de esas que se mantienen abiertas a lo largo del domingo hasta el lunes. Ser hembra y tener un cuerpo explosivo, puede ayudar a menudo, pero contin�a siendo complicado. Incluso si eres especialmente generosa con tus dones, y te dejas sobar un poco por los porteros. A menudo consigo de esa manera que hagan la vista gorda, amparados en el maquillaje y una ropa que no debiera corresponder a una chica de mi edad, pero a menudo tambi�n es una soberbia sobada de tetas y un reguero de semen discurriendo por mi garganta lo �nico que obtengo. Yo lo entiendo. Entiendo que es muy complicado para ellos que arriesgan su trabajo, y que es muy f�cil seguir la corriente a un yogurcito como yo que se ofrece en bandeja, y despu�s explicarle que no puede ser o simplemente re�rse del abuso. Personalmente, prefiero lo segundo. Como he dicho, es f�cil de entender que arriesgan su trabajo, y tambi�n que no es cosa de desaprovechar una oportunidad as�. Las explicaciones sobran. Cuando se r�en, me lo tomo como una vez m�s que me la dan cambiada, y me r�o con ellos. Despu�s de todo, tampoco a m� me han hecho pasar un buen rato, no me voy con las manos vac�as. Muchas pollas he mamado as�, y muchas me quedan por mamar. Unas veces tendr� �xito, y otras no. Pero eso es la vida, �no? Unas veces se gana, y otras no. Si no se pierde y paso un buen rato al menos, �a qu� perder el tiempo lament�ndose?
En esas ocasiones, lo normal es acabar en alguno de los bares con m�sica que suelen haber en los alrededores de los otros. All� me divierto, y el resultado suele ser similar a s� hubiera entrado. Bailo, bebo un poco, conozco gente� Lo normal es que mame unas cuantas pollas en el aseo y, con un poco de suerte, aparezca alguien realmente interesante con quien acabe retozando en el asiento trasero de alg�n coche y me lleve de vuelta a casa. Porque ese suele ser mi billete de transporte. De la misma manera que encuentro quien me lleve, encuentro quien me traiga. No es que siempre tenga que pagar en carne para ello, pero s� a menudo y, por lo general, de unos cuantos sobos y toqueteos al menos no me salvo.
Y en esas estaba el domingo en que ocurri� lo que voy a contar. Primero creo que debiera poneros en situaci�n, para que pod�is haceros una idea aproximada del ambiente en que se dio. Me gusta describirme a mi misma como una mujer a mis 14 a�os. Mi cuerpo es de tal, aunque las facciones ani�adas de mi rostro delatan mi edad. En mi cabeza todo est� perfectamente amueblado, y me s� muy madura. Lo soy m�s que la mayor�a de chicas de mi edad, e incluso algo mayores, aunque supongo que, como dice mi madre, lo soy bastante, pero no tanto como en realidad creo serlo. Despu�s de todo, solo he visto 13 veces la primavera resurgir en su esplendor.
Como digo, mi cuerpo es de mujer, con unas formas que a mi mencionada madre debo, muy voluptuosas, de grandes pechos y sinuosas curvas, que describen una cintura estrecha rematada en unas amplias caderas. Es el m�o un muy buen cuerpo, aunque no del tipo de Kate M�ss o Esther Ca�adas por ejemplo, �m�s quisiera yo!, sino m�s bien al estilo de Natalia Estrada. Mi rostro viene a obedecer a una misma comparaci�n. Mis labios son carnosos, de mamona me gusta que me digan, y mis ojos marrones almendrados y grandes. Una cara muy bonita, de nuevo sin llegar al nivel de las diosas antes mencionadas.
*Nota de autor. Disculpad estas referencias, pero como algo he tenido que ver con el mundo de la moda. Dentro de �l, admiro a varias profesionales, Esther y muy particularmente Kate entre otras.
Con maquillaje de noche y ropa de fiesta, no desenton� entre toda la gente que all� se re�ne, a menos que te pares a hablar conmigo. Es entonces y cuando se me mira bien a la cara, cuando se me reconoce claramente como menor. Muy menor. Pero no cre�is que eso me causa muchas molestias entonces, al contrario. De las primeras cosas que aprend� al empezar en el mundo del sexo, es que los hombres no ponen reparos cuando una belleza se les acerca, sea cual sea la edad o estado de estas. Tanto si es mayor y casada, o menor, no van a ponerle pegas, muy por el contrario, es m�s que posible que esta condici�n suya les suponga un morboso aliciente. Es muy posible que tenga sus principios en cuanto al respeto a los menores y dem�s, pero cuando se le ofrece la ocasi�n, no se resiste y pasa de ellos. Y menos cuando se trata de un animal sexual como yo, todo vicio y lujuria. Si algo tengo claro, es que quiero que el sexo se convierta en el eje de mi vida. Y no como alguien que nada y sabe guardar la ropa, sino mostr�ndome como un escaparate al mundo. Quiero que todos sepan lo que soy, no serlo y ocultarlo. No es la m�a una atracci�n normal por el sexo a una edad en que las hormonas empiezan a despertar, sino algo extremo que me domina y me posee. No es que el sexo me fascine, sino que yo misma soy puro sexo y lascivia, irresistiblemente atra�da por el universo del exprime y la perversi�n. Desde muy jovencita, me excito sobremanera imagin�ndome v�ctima de las m�s depravadas humillaciones, vi�ndome obligada en esos momentos a comenzar a tocarme y acariciarme, sinti�ndome con navego por mis flujos �ntimos hasta otra dimensi�n, una dimensi�n de sensualidad y lascivia que lo inunda todo, aneg�ndolo por completo, arroyando y sumergiendo en su seno a quienes en esos momentos se encuentran en �l, como yo.
Bien. Ese d�a vest�a un vestidito rosa muy mono. De finos tirantes y con un muy pronunciado escote, por el que parec�a que en cualquier momento pudiesen desbordarse mis grandes tetas. De hecho, deb�a preocuparme constantemente de que no fuese as�. No es que me molestara, me encanta ense�ar las tetas, pero ya daba bastante el cante siendo menor con todo aquello, como para llamar de aquella la atenci�n sobre m�. Muy posiblemente, el due�o del local no se sintiera c�modo con ello, y acabase pidi�ndome que lo abandonase.
Ce�ido a mi pecho, por debajo de el ca�a amplio y vaporoso hasta media pierna m�s o menos, desdibujando totalmente mi hermosa figura y haci�ndome incluso parecer embarazada por momentos. Pero no me importaba, el efecto deseado lo consegu�a de sobras. Y no era este marcar mi escultural silueta en esta ocasi�n, sino lucir lo m�s er�tica posible, atrayendo totalmente la atenci�n sobre mis tetas, que pr�cticamente se desnudaban a la vista, y repartiendo morbo por la brevedad de mi atuendo, que en los giros bruscos de mi baile volaba hasta descubrir parte de mi lindo trasero. Por otra parte, mi ausencia de sujetador provocaba un terrible bamboleo de mis melones, que causaba el delirio de los t�os.
En esas estaba pues, bailando en el bar con un grupo de chicos y chicas al que me hab�a acoplado. Aunque hay veces que alguna de estas mira mal, no es lo normal, y por lo general las mujeres nos llevamos bien entre nosotras y no hay malos rollos. Estas en particular eran supersimp�ticas, maj�simas adem�s de muy guapas algunas de ellas, y entre ellos ya hab�a un par de morenazos a los que hab�a echado el ojo. Dos atractivos ejemplares con brazos de gimnasio que luc�an con sus camisetas de tirantes, y cuyas miradas segu�an cada uno de mis movimientos. Evidentemente, habr�a que elegir entre ellos en un momento u otro, por m�s que no me sedujera para nada la idea. Y no porque no me gustaran, sino por todo lo contrario. Como ya he dicho, tambi�n ellos me hab�an resultado interesantes, tanto que no me apetec�a tener que decidirme por ninguno, y hubiera deseado poder lev�rmelos a los dos al coche. Pero claro, eso es bonito as� expuesto pero, �c�mo expon�rselo a ellos? Buscas las palabras y el momento, pero se te hace muy violento y no encuentras ni las unas ni los otros. En cualquier caso, yo permanec�a descaradamente receptiva para ambos, y era cuando ya uno de ellos hab�a comenzado a tomar confianza y parec�a inminente el primer beso, cuando repar� en unos tipos trajeados que entraban al local. Si hay algo de lo que pueda consider�rseme fetichista, es del look del t�pico "ejecutivo agresivo". Adoro la franela, y ver un t�o con buena percha y guapo, elegantemente trajeado, hace que comience a humedecerse inmediatamente mi intimidad. Realmente, si uno as� me abordase con todo el descaro, no sabr�a decirle que no a nada, por m�s que se propasase sin mediar palabra incluso. As� pues, llamaron al instante mi atenci�n. Ser�a un grupo de entre 8/10 hombres, de unas edades comprendidas entre los veintitantos y los cincuenta largos, algunos de ellos verdaderamente atractivos. Pero el coraz�n me dio un vuelco cuando pude apreciar otra cosa; los conoc�a.
En efecto, trabajaba mi padre en una compa��a de seguros, y eran estos sus compa�eros. Con todo el disimulo, me di la vuelta, d�ndoles la espalda y mezcl�ndome con los chicos de mi grupo para intentar pasar desapercibida. Pero por otro lado, comenzaba a ponerme cachonda. A menudo hab�a fantaseado con tener sexo con alguno de ellos, con la humillante connotaci�n que ello supusiera para mi progenitor. Claro que eso, era como lo de los tr�os; la idea era muy excitante a priori, pero para llevarla a la pr�ctica no era tan f�cil, hab�a que estar muy segura de s� misma.
-Oye, �porque no nos vamos a otro lado?
-�Adonde? A ti no te dejan entrar a la discoteca �objet� el chico que m�s avances hab�a cosechado.
-Podemos ir XXXXX- propuso una de las chicas.
-�Qu� es eso?
-Un pueblo. Queda aqu� al lado, y hay una zona de pubs que est� bien.
-Bueno vale, luego vamos. Pero vamos a quedarnos aqu� un rato.
-Es que hay unos t�os ah� que trabajan con mi padre.
-�Y qu�?
-�No pueden verme con esta pinta, hombre!
-�Buah! No pasa nada. Adem�s, si te quedas entre nosotros no se van a fijar en ti, m�s si est�n acostumbrados a verte de otra guisa.
En esos momentos lo odi�, aunque no por ello quiere decir que pasase a pasar de �l. Al contrario, ese trato un tanto canalla, me pon�a un tanto, y lo comenc� a dejarme llevar un poco por la sensualidad del momento, restreg�ndome con �l. Hicimos unas cuantas caranto�as as�, y al poco sent� su mano deslizarse por mi muslo hacia ariba, por debajo de mi ropa. Fue entonces cuando record� la presencia de los compa�eros de mi padre. Deseaba dejarme hacer con cada fibra de mi ser, pero entend� que era muy arriesgado. Turbada por mi calentura, di un paso atr�s, sin noci�n muy bien de hacia donde lo hac�a.
-�Qu� pasa?
-T�o, que est�n ah� esos.
-�Y qu�? Eres un zorr�n, �me vas a decir que no te pone dar el cante delante de los compa�eros de tu viejo?
Sent� un escalofr�o de puro morbo recorrer mi cuerpo. Mir�ndole coqueta, le sonre�.
-Ahora vuelvo.
Casi sin saber muy bien lo que hac�a, me encamin� hacia donde aquellos se encontraban junto a la barra. No sab�a muy bien lo que estaba haciendo ni por qu�, pero en esos momentos la idea de exhibirme de aquella manera vestida ante los amigos del biejo como le llamaba mi chico, bamboleando mis enormes tetas bajo la fina tela del vaporoso vestido y ense�ando mis piernas bastante descaradamente. Se manifestaci�n primero las miradas de vicio y deseo en ellos, pero a medida que fui acerc�ndome, algunas cambiaron al reconocerme, trasform�ndose en otras de pura sorpresa.
-�Lorena? �pregunt� uno totalmente anonadado.
-Hola, don Javier �Qu� hacen por aqu�?
-Bueno, hemos tenido que trabajar fuera de la jornada semanal normal, para un negocio especial, y ahora estamos celebr�ndolo.
-Vaya, intuyo pues que ha ido bien.
-Muy bien.
-Llenen entonces una copa de champagne para m�, y brindare con ustedes por ello.
-Claro, pero��t� puedes beber alcohol?
-Hombre, por una copa de champagne no creo que me vaya a emborrachar.
-�Ja, ja, ja! �rieron llen�ndomela y tendi�ndomela.
Desde el primer momento, sent� sus obscenas miradas sobre mis tetas, casi desnudas ante sus ojos. No me miraban de la forma en que sol�an caberlo cuando a veces hab�a ido al trabajo de mi padre a levarle algo, o cuando me hab�an visto en alg�n otro lugar, vestida entonces como una chica normal de 14 a�os, con vaqueros zapatillas. Ahora en cambio, luc�a muy er�tica, casi podr�a decirse pornogr�fica, y algunos de ellos parec�an ya algo bebidos. Me sent� excitar tremendamente, decidiendo autom�ticamente exprimir al m�ximo el morbo de aquel juego.
-�Salud!
-�Y for�a al canut! �"fuerza al rabo" en catal�n/valenciano.
-�Ja, ja, ja!- rieron de nuevo de forma jocosa mi broma.
-�Y tus padres?
-Se han ido al congreso del partido. Ya sab�is que es concejal en San Juan.
-Si, ya lo s�. Por eso Jorge no ha podido estar con nosotros hoy. Pero me refiero, �saben que estas aqu�?
En ese "aqu�", hab�a un claro matiz impl�cito, que inclu�a de una manera amplia el lugar, la indumentaria y la conducta.
-No. Pero creo que tampoco tienen porque enterarse �a�ad� con picard�a.
-�Ja, ja, ja! -ri� con correcci�n don Javier. A pesar de conocerlo desde que nac�, mis padres me hab�an ense�ado a tratar de don a sus compa�eros, todos gente con carrera y t�tulo universitario. �Bueno, ceo que ya empiezas a ser una mujercita, y sabes lo que haces. Pero ten cuidado. Si te veo demasiado desmandada, te llevar� a casa de la oreja.
-Por supuesto. Pero deme un beso, que a�n.
Me alc� entonces de puntillas, es decir, el poco margen que me dejaba la posici�n ya de por s� inclinada en que los manten�an mis tacones, para darle dos besos, procurando aplastar y restregar bien mis tetas contra su pecho. M�s que verla, capt� su turbaci�n y excitaci�n. Cuando me retir�, no dijo nada. Proced� entonces a besar a los dem�s, restregando a cada uno de ellos mis melones de forma como distra�da. Y entonces vi a Francisco. Era este uno m�s de la oficina, pero el m�s guapo de todos. Desde que lo vi por primera vez hace un par de a�os, cuando acud�a con mi madre a llevarle unos papeles a mi padre, se me viene cayendo la baba con �l. Mi madre tambi�n le pone ojitos, ese se hace evidente a ojos de otra mujer, pero lo suyo es solo una admiraci�n de su atractivo f�sico, sin que en ning�n momento haya considerado seriamente la posibilidad de serle infiel a mi padre. Antes de conocerlo, tuvo otros novios, e incluso me consta que en los a�os de casada le fue infiel alguna vez, pero era algo superado, perdonado por mi padre y lamentado por mi madre, que no hab�a vuelto ni volver�a a repetirse. En cambio, no ten�a porque ser igual conmigo.
-Hola Francisco �le salud� muy especialmente. No provocativa, pero si mir�ndole de una manera que le dejara claro que me gustaba. Claro que �l ya deb�a saberlo. A sus treintaitantos o cuarenta a�os, no deb�a serle muy dif�cil leer en la mirada de una colegiala. Deteni�ndome m�s que en los dem�s, y con m�s intensidad, repet� el proeso de restregar mis senos, mir�ndole a los ojos. En cualquier caso, sigui� pareciendo algo casual que, no obstante, consigui� turbarlo en cierta medida.
Hablamos un rato, entre risas y bromas, sin que en ning�n momento dejara de sentir aquellas lascivas miradas sobre mis tetas, o intentando atravesar la fina tela de mi vestido a mis espaldas, para devorar con los ojos mis volutuosas formas de mujer.
-Bueno, os dejo. Voy a volver con mis amigos.
-Vale, guapa. Divi�rtete. Pero ten cuidado con lo que tomas.
-No os preocup�is. S� cuidarme.
Con una sonrisa, volv� con mi chico y los otros.
-�Qu�? �Ya los saludaste? Parece que te gusta el guaperas rubiales ese.
Sonre� con picard�a.
-Me gusta. Pero no se la voy a mamar a �l hoy, sino a ti.
El chaval me devolvi� la sonrisa, y comenzamos a bailar de nuevo. As� transcurrieron unos 15 minutos, hasta que una mano se pos� sobre mi hombro, a la vez que una masculina voz masculina intentaba hacerse audible sobre la m�sica.
-�Perdona, Lorena!
Era Francisco.
-�Sabes donde est� el aseo?
Intent� explicarle, pero era un tanto complicado, y m�s bajo los altavoces que nos encontr�bamos, sin que se entendieran la mitad de mis palabras. Le hice entender entonces que me siguiera, cogi�ndole de la mano. De esta manera, le acompa�� hasta all�. NO s� como, lo hice hasta dentro del mismo servicio de chicos.
-Bueno, yo me salgo �coment� un tanto turbada, no por timidez, sino por encontrarme casi sin darme cuenta all�.
-OK �Espera! �me detuvo cuando ya sal�a. �No hay pestillo en el wc.
-�Quieres cagar?
Me dio verg�enza emplear esa palabra, pero es que no se me ocurri� otra en ese momento.
-Bueno�no. Ya sabes.
Lo mir� y entend�.
-Vale, yo te aguanto la puerta.
Entramos entonces, y yo me poy� la espalda contra esta, mientras �l sacaba la bolsita para hacerse una raya. Ahora s� comenzaba a estar bastante turbada. Estaba en el servicio de un pub, en un espacio reducido a un escaso metro y medio cuadrado, con el hombre que me gustaba desde hac�a mucho.
-Lorena�de esto no hace falta que se entere tu padre �OK?
-Pareces tonto �contest� con una sonrisa, y �l me la devolvi�.
-�Quieres una?
Parec�a tan turbado como yo. Obviamente, no le resultaba c�modo encontrarse en un espacio tan reducido con la ni�a a la que conoc�a desde los 12 a�os, transformada en una explosiva mujer que a escasos 50 ctms de su cara expon�a sus tetas pr�cticamente desnudas. La proposici�n de invitar a una raya a una menor, hab�a surgido sin pensar en ello, autom�ticamente, como si con una amiga normal se encontrara.
-Si me meto una, voy a ponerme muy cachonda �contest� sinceramente.
-�M�s? �contest� �l de manera igualmente sincera. No hab�a sarcasmo, provocaci�n ni tentaci�n en su voz, solo hac�a una observaci�n serena de lo que ve�a. Alargando el brazo, tomo una teta en su mano, acarici�ndola y sob�ndola suavemente, pellizc�ndome el pez�n. Cerr� los ojos y suspir�, dej�ndome embargar por el placer. Despu�s, me arrodill� ante �l para desabrochar los botones de su bragueta, y comenzar a mamar su polla. Durante unos segundos, se dej� hacer, para despu�s apartarse, retirando su miembro de mi boca. Lo mir� sorprendida en principio.
-Esto no puede ser, Lorena.
Acept�, poni�ndome en pie avergonzada. Deseaba con todas mis fuerzas arrodillarme de nuevo para reiniciar la mamada, sentir de nuevo sus manos en mis tetas, pero me mor�a de verg�enza por el corte que me hab�a pegado.
-Vamos, los dem�s se van a mosquear si tardamos. Nos han visto entrar juntos.
-Si.
Salimos, pero no volv� yo ya con mi chico y su grupo. Despu�s de haber probado la pollada Francisco, ninguna otra me pod�a servir de sustituta. Andaba loca por sentir una en mi boca o taladrando mis entra�as, pero esta deb�a ser la de Francisco. E iba a serlo. No sab�a como, pero la decisi�n estaba tomada. Esa noche me follar�a.
M�s cachonda que nunca, comenc� a bailar entre ellos y con ellos con descaro. Me respetaban todos como hija de su compa�ero, pero sus miradas no me observaban como tal, sino como una viciosa y explosiva lolita que ante ellos se exhib�a sin pudor, como una consumada calientapollas. Y era evidente que gozaba con ello. Entre mis provocaciones y el alcohol, los �nimos fueron subiendo poco a poco.
Pronto vino el chaval a decirme que se iban al pueblo, que si me iba con ellos o me quedaba.
-Estoy con los compa�eros de mi padre, Iv�n. Est�n celebrando algo �Pod�es llevarme vosotros a casa despu�s?
-Claro, no te preocupes.
-Vale, me quedo entonces.
-Bueno, como quieras.
-�No te enfadas?
-Hombre�
-Te prometo que otro d�a ser� solo para ti �le dije melosa, sin que resultasen audibles mis palabras para los dem�s. �Te har� todo lo que quieras.
Iv�n sonri�.
-�Me lo prometes?
Inclin�ndome hacia delante, me alc� sobre los pies para besar sus labios, a la vez que colocaba la palma de mi mano en su paquete, sin que nadie se diera cuenta.
-Te lo prometo. Mant�n estos llenos para m�. Soy muy golosa.
El chico se fue m�s contento que unas casta�uelas, con una erecci�n de gorila, y yo me qued� all�, con los compa�eros de mi padre. Fui bailando con todos, quedando m�s o menos en el centro y turn�ndome. Al Principio, me trataban como a la benjamina, algo as� como la mascota intocable, pero pronto, los abrazos y contoneos pasaron a ser m�s sensuales, jugando al borde de la insinuaci�n, sin que nadie se atreviese a dar un paso m�s all�. Pero resultaba obvio que, en cualquier momento, lo iban a dar. Estaba m�s que claro que la hija de su compa�ero de oficina, era un zorr�n que ven�a pidiendo guerra. Nunca antes la hab�an visto comportarse de esa manera, pero ahora era una evidente realidad.
-Dime, Lorena �saben tus padres que te viste as�?
-�Qu� va? �Est�s loco?
-�De donde has sacado la ropa entonces?
-�No te gusta?
-�Me encanta! �Est�s deliciosa con ella!
El gordo cincuent�n babeaba ahora mir�ndome las tetas sin disimulo. Hac�a trato que hab�a perdido el recato, azuzado por don "Jhonye Walter", e incitado por m� misma, que ante �l procuraba mecerlas y bambolearlas lo m�s posible, disfrutando de la forma tan descarada en que las observaba.
-Es de mi madre el vestido. Me lo puse sin que ella lo supiera.
Ment�. En realidad, guardaba estas prendas y mi maquillaje en la casa de la hermana mayor de una amiga de mi misma edad, Roxana, con la cual hab�a llegado a un acuerdo. Usaba aquella poso m�s o menos la misma talla que yo, siendo nuestras formas parecidas. Vive ella con su novio �por cierto, un pedazo de mazizo que me he jurado tirarme-, y propuse yo comprar algunas de aquellas que nos gustasen a ambas, entre las dos. Ven�a esto bien a su algo ajustada econom�a dom�stica, result�ndole m�s barata la compra de algunas de las m�s caras de aquella manera. Yo solo las usar�a de vez en cuando, y ella las tendr�a a sus disposici�n constantemente, a cambio de dejarme tambi�n maquillarme y cambiarme en su casa, pues obviamente, no pod�a salir de la m�a as�. Despu�s, era un morbazo pasear por la calle as� vestida y maquillada, sintiendo como me miraba la gente. Pero vamos, no ten�a porque decir la verdad, y me resultaba morboso jugar con la imagen de mi madre.
-�De tu madre? �Consuelo usa esa ropa?
-T� ya sabes como es ella.
Sonre� con complicidad. Supon�a que, conoci�ndonos de toda la vida, deb�a don Javier estar al tanto de aquella infidelidad de mam�. Hubiera dado lo que fuera por tener una madre bien zorra, que adornara la cabeza de mi padre con monumentales cuernos. Sin no la ten�a, nada me imped�a invent�rmela. Don Javier me mir� extra�ado.
-De tal palo, tal astilla �sentenci� gui��ndole un ojo con una sonrisa.
Segu� bailando con unos y otros, subiendo de tono cada vez m�s el trato, hasta que en con momento dado, sent� una palmada en mi culo. Sent� un escalofr�o, pero sonre�. Era algo que se ve�a venir y se sab�a que iba a ocurrir en cualquier momento. Yo lo deseaba, lo hab�a deseado y provocado, y ahora no quer�a que una inseguridad en el momento m�s inoportuno, lo echase todo a perder. No fue as�. Consegu� ocular esta, y gradualmente la cosa fue yendo a m�s. Al cabo de un rato, me hab�a besado y sobado con varios de ellos.
-�Escuchadme! �requiri� en un momento dado don Javier, teni�ndome tomada de la cintura. �Estamos alegres, tenemos una fiesta que celebrar y un zorr�n para hacerlo �D�nde vamos?
Comenzaron a disertar entonces. La mayor�a eran casados. A decir verdad, todos parec�an serlo, y obviamente no resultaba posible ir a sus casas. Tampoco a un hotel, siendo como era yo menor.
-�T� que dices, bomb�n? Te la vamos a meter por todos lados �Conoces alg�n sitio donde podamos ir donde no nos molesten?�me pregunt� con voz de haberse pasado un poquito ya con la bebida, ech�ndome a la cara su et�lico aliento. Normalmente, esto puede producirme arcadas. Es repugnante y lo odio. Pero en ese momento me result� excitante. Le sonre� receptiva.
-Claro que s�, cari�o. Mis padres no volver�n hasta esta madrugada, y mi hermano duerme fuera. Mi casa est� sola, y mi cama esperando.
-Vamos pues.
-Abandonamos entonces el local, dirigi�ndonos a los coches. Hab�an venido en dos, 1 Mercedes y un BMW, grandes y espaciosos.
-Dejad que la chica se siente delante. Ir� m�s c�moda.
-De ninguna manera. Yo voy detr�s, y en medio. Quiero viajar "bien escoltada".
Obviamente, no pusieron pegas. Me sent� entonces en el centro, con un hombre a cada lado. Arrancamos y salimos de all�. Ya en carretera, empezaron a mirarme estos y el copiloto, el conductor por el retrovisor, las tetas. Yo sonre�.
-Oye�vaya tetas tienes, �no?
-�Ya ves! �Por qu� no nos las ense�as?
Ni corta ni perezosa, deje caer los tirantes de mi vestido, desnudando mis enormes tetas ante sus ojos. Se quedaron en el acto embobados, si acertar a decir palabra. Incluso casi tuvimos un accidente, por lo cual hube de pedir al conductor que centrara su atenci�n en la carretera.
-No te preocupes. Vas a tener todo el tiempo que quieras para mirarlas. Si quieres me puedes hacer fotos de recuerdo inclusive.
Consolado con la promesa, se centr� en lo suyo, mientras los dem�s continuaban como hipnotizados mir�ndomelas, como sin acabar de creer que semejante masa de carne que ante ellos luc�a expuesta, fuera real.
-�Qu� os pasa? �Vais a quedaros as�, ador�ndolas sin m�s? �Vamos, toc�dmelas! �Sobadme, co�o!
No hubo que repet�rselo, sin que mis tetas permanecieran ni un segundo m�s expuestas ya, hasta que llegamos a casa. Todo el camino, fueron los dos mamando de ellas y sob�ndomelas, mientras el copiloto girado me hac�a un dedo sorprendido al comprobar que no llevaba bragas, haci�ndome correr entre unos y otros constantemente hasta que llegamos a casa. No sabr�a decir si correspondi� a varios orgasmos, o m�s bien a uno �nico, intenso y continuado, que empapado mi vestido y la tapicer�a de coche como si me hubiese meado.



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Entramos a mi casa lo m�s discretamente que pudimos. Est� esta situada en una urbanizaci�n de bungalows en una zona residencial, por lo cual tampoco cantaba tanto como si hubi�semos tenido que entrar a un portal y subir en ascensor. Ya dentro, la cosa se dispar�. Not� totalmente perdido el respeto que, aunque en un m�nimo irrenunciable, hab�an mantenido hasta llegar, comenzando a tratarme ahora de manera bastante m�s brusca y salvaje. Seguramente se deb�a al hecho de que el efecto del alcohol hab�a tenido m�s tiempo para actuar en su cerebro, y ahora resultaban m�s afectados. Sin embargo, no me molest� para nada, sino que, todo lo contrario, me encant�. Pronto mis tetas estaban de nuevo fuera del vestido, y no mucho m�s tarde este mismo fue a parar a alg�n rinc�n olvidado. As�, totalmente en pelotas, me tomaron por su criada, y me obligaron a servirles bebidas y prepararles c�ckteles que me hac�an agitar ante ellos, bamboleando mis tetas. Una vez servidos y c�modamente sentados, me hicieron ir mam�ndosela a todos, de uno en uno y sin que llegaran a correrse. Mientras as� estaba, inclinada ante uno de ellos, a otro se le ocurri� la idea de sorprenderme desde atr�s, meti�ndome un dedo en el culo. Lo acept� gustosa, emitiendo un ahogado gemido de placer, sin soltar el rabo que ocupaba mi boca.
-�Ser�! �La ni�a es un put�n desorejado! �Pero del todo!
-�Joder, quien la ha visto y quien la ve! Tan modosita que parece cuando va con su madre o su padre.
Yo estaba en la gloria mamando pollas y vi�ndome as� tratada.
-Bueno, ya est� bien �intervino don Javier. -Ahora a follar. �Sabes poner un cond�n con la boca?
-Claro �contest� sonriente.
-Pues hala, ven para ac�.
Acerc�ndome de rodillas, tom� el preservativo que me ofrec�a, rompiendo el papel.
-�No se f�a de follarme sin cond�n, don Javier?
Su rostro reflej� confusi�n, duda.
-No se preocupe, lo entiendo. Yo podr�a hac�rmelo con todos ustedes a pelo encantada, pero comprendo que tomen precauciones. A saber lo que les pude pegar un put�n como yo.
-�Me encanta humillarme ante los dem�s!
-No tengan problema en hac�rmelo saber. S� lo que soy, y sepan ustedes que lo que m�s me excita en el mundo es que me humillen y abusen de m�. Eso s�, quiero que lo graben todo.
-�C�mo, preguntaron algunos sorprendidos?
-Lo que han o�do. En uno de los cajones del mueble junto al televisor, encontrar�n una c�mara.
La cara de los tipos reflejaba estupefacci�n.
-�Oh, vamos! No se preocupen. No hace falta que graben sus rostros, con lo cual no podr�n ser reconocidos, ni podr� servir a nadie para un eventual chantaje. Eso s�, procuren que mi cara s� se vea bien y resulte reconocible. Voy a regalarles copias de este CD, y me gustar�a que la ense�aran a sus amistades, sin son conocidos de mi familia mejor.
-�Ser� zorra! �fue el murmullo generalizado.
A partir de ah�, cambi� el chip de la reuni�n, pasando a ser concebida como un mero juguete sexual, siempre ante la indiscreta mirada de la c�mara. Me puse el cond�n en la boca y se lo coloqu�, comenzando a mamar excit�ndome tremendamente con su blanda barriga. Era supermorboso sentir contra mi frente y ojos toda esa masa de grasa, que yo tocaba y sobaba apretando entre mis manos, totalmente extasiada. En un momento dado, me sub� al sill�n sobre �l., colocando una rodilla a cada uno de sus costados y sent�ndome sobre �l, clav�ndome su diminuta polla. Era esta bastante rid�cula, pero me daba igual. El tama�o importa, y muccho, dependiendo la mujer de que se trate. A m� me encantan las pollas enormes. Es algo psicol�gico, me excita sobre manera verlas y sentirlas, como a vosotros puedan excitaros las tetas grandes. Pero vamos, en momentos de vicio y morbo extremos como aquellos, cualquier cosa la agarras por el lado de la perversi�n y contribuye a excitarte. De la misma manera que el f�tido aliento del gordo me hab�a puesto cachonda, su min�scula polla me arrancaba ahora tan profundos suspiros de placer que ni Mandinga.
-�Qu� le parece, don Javier? Tengo fotos de ni�a en la que me tiene sentada en sus rodillas �Cu�l de las ocasiones le resulta m�s placentera?
-�Puta! �me insult� mientras me sobaba desaforado las tetas - �C�mo puedes tener tanto vicio?
-Siempre lo tuve. Si en aquel entonces se hubiera sacado la polla, muy probablemente se la hubiera mamado igualmente.
-�Zorra!
-�Grand�sima, don Javier! Ya se lo he dicho, lo llevo en la sangre.
Pronto el gordo se corri�. Sonre� y le bes� en �la boca, meti�ndole la lengua hasta la garganta y saboreando su saliva, hasta que su polla sali� por si misma de mi co�o. Iba a levantarme cuando me interrumpi�.
-�Espera!
No sab�a lo que quer�a, pero le vi sacarse con cuidado el cond�n.
-Desde luego, no se me ocurrir�a follarme a una guarra como t� sin cond�n. Pero para ti es un honor que no mereces nuestro semen, y no puedes dejar perderlo s� te concedemos el privilegio de beberlo.
Diciendo esto, me meti� el cond�n en la boca, y yo recib� gustosa. No es un sabor agradable el del semen. Todas esas menciones a ese belicoso manjar, son pura f�bula. Pero la verdad es que tampoco resulta desagradable, una vez vencida la repugnancia natural de las primeras veces. Si acaso, deja una sensaci�n ligeramente irritante en la garganta, pero que no llega a suponer una molestia y, en cambio, si se aprende a disfrutar del morbo que puede ofrecer, se puede llegara encontrar realmente delicioso, no por su sabor en s�, sino por este morbo que ofrece. Personalmente, adoro tragar semen, aunque en mis comienzos me result� muy repugnante y me produc�a arcadas, luego entiendo que hayan mujeres que nunca superen esa fase, si no consiguen encontrar el morbo que lo consigue.
Despu�s de don Javier, fueron pasando por mi co�o todos los dem�s, acabando de una manera u otra la yeta de cada uno de ellos en mi est�mago. Ninguno quiso ser menos. Tambi�n insistieron casi todos en taladrarme el culo igualmente, pero insist� en que no. No es que no lo tuviera abierto, que lo estaba de sobra, pero ese regalo lo guardaba exclusivamente para mi favorito, Francisco. En efecto, fue este el que finalmente, ante la mirada envidiosa de todos, me lo revent� finalmente. Grit� como no hab�a gritado en toda la tarde, llorando de placer. Pero no quiso correrse as�, sino que, quit�ndose el cond�n.
-Quiero terminar con una cubana, en tu cara y tus tetas.
-Lo que desees, mi amor �acced� arrodill�ndome ante �l. Comenc� a hacerle entonces la demandada cubana, comenzando el a bufar a consecuencia del placer producido Ens. Polla entre mis tetas. Yo le miraba lasciva, intentando parecer todo lo guarra que pudiera. El hizo gesto entonces de acaparar saliva para escupir, y yo me separ�, sacando pecho y levantando mis tetas con las manos para recibirla gustosa. Cay� entonces largo el salivazo en mi canalillo. Saqu� yo mi lengua para recaudar para mi golosa boca parte de ella, pero llegu� tarde. Sonriente, comenc� a restregar con mis dedos su plateada lluvia sobre mis tetas. El volvi� a hacer acopio de saliva entonces, y yo la boca todo lo que pude, sacando la lengua y prepar�ndome a recibirla deseosa. �l se agach�, y esta vez fue todo el escupitajo a parar deliciosamente al fondo de mi garganta.
Termin� la cubana y recib� su leche en mi cara y tetas, como hab�a sido su deseo, pero recogi�ndola despu�s con su polla para llev�rmela ala boca y degustarla golosa. Si en los dem�s lo hab�a hecho por petici�n de ellos, ahora era yo la que me mor�a por beber el semen de mi hombre. Sonre�, y �l escupi� de nuevo, esta vez en mi cara, llen�ndola de su salivazo. Mi sonrisa se hizo a�n m�s grande, y comenc� a recibir sin perderla salivazos de todos los presente �Me encantaba aquello! Eso s�, no los tragu� como hab�a hecho con los de Francisco.
-�Y bien? �Vais a dejarme as�?
No parec�an entender.
-�No vais a limpiarme?
Alguno comenz� a apuntarme entonces con su polla con dudas. Al ver que mi sonrisa se manten�a, supieron a que me refer�a.
-Vamos a la ba�era.
-No, aqu�.
-�C�mo?
-Hacedlo aqu� mismo.
-Pero�vamos a encharcar el suelo.
-No os preocup�is por eso. Ya lo limpiar� yo despu�s.
Dudando un poco al principio, se colocaron a mi alrededor, comenzando a mearme copiosamente y sin reparo despu�s. Yo recib�a encantada su lluvia dorada en mi cara sonriente, eso s�, con los ojos fuertemente cerrados. Si no lo hab�is probado y alguna vez lo hac�is, procurad que no entre el pipi en ellos. El semen puede resultar como el agua, depende, pero el or�n escuece que no veas.
Una vez acabada la ducha de orina, me llevaron de la mano al aseo, pues no pod�a abrir los ojos. Despu�s, tras una ducha, volv� a ponerme el vestido y los zapatos.
-Por favor, �podr�ais acercarme a casa de una amiga?
Deseaba que me llevaran a donde Roxana. All� podr�a cambiarme de nuevo, y regresar a mi casa con la ropa con que sal� de ella. Podr�a haberme quedado en casa y haberlo hecho otro d�a, pero si mis padres hubieran reparado en su ausencia�Bueno, tampoco hubiese sido muy complicado inventar alguna excusa, pero pudi�ndolo hacer perfecto, �para qu�?
Por supuesto, Francisco fue el elegido para hacerlo.
-No conoc�a esta faceta tuya. Ni yo ni nadie. En realidad, no resultaba siquiera imaginable.
-Mentiroso �le ataqu� simp�ticamente.
-�Por qu� me lo llamas?
-�Oh, vamos! Tengo una cara de zorra que salta a la vista. Mis compa�eros de clase, dicen que tengo boca de mamona, y que muevo el culo como una puta al andar �me vas a decir que unos ni�os se han dado cuenta, y todos unos hombrecitos no?
-Bueno�
-Francisco�soy hija de mi madre �aprovech� para retomar el tema. No resist�a la tentaci�n de echar mierda sobre el nombre de mi padre. La tonta de mi madre no sab�a lo que se perd�a siendo fiel, pero yo deseaba una madre puta, y si no la ten�a estaba dispuesta a invent�rmela.
-No s� qu� quieres decir.
Entend� que Francisco nos conoc�a tan solo desde hac�a dos a�os, y seguramente no sab�a de los trapos sucios de mi familia. Despu�s de todo, no era esto algo de lo que la gente hablase normalmente.
-�No lo sabes? �Oh, vamos! �En la oficina todos lo saben� �No te han cintado nada Javier, Juli�n y los dem�s?
-Bueno�no. Pero tampoco es necesario que me digas nada. Supongo que son cosas de tus padres.
-�C�mo que no? Mi madre es la mayor de las putas, y yo estoy orgullosa de ser su hija. �Acaso no has visto la cara con que te mira?
Me mir� sorprendido por mi media verdad. Obviamente lo miraba, pero no con las intenciones y deseo que yo insinuaba.
-Te tiene tantas ganas o m�s que yo. Por ah� ahora �le indiqu�.
Llegamos ante la calle que llevaba al portal de Roxana. Eran ya las 10 de la noche.
-Bueno, �qu�?
-�C�mo que qu�? �me respondi�.
-�Voy a volver a verte? Quiero decir�ya sabes.
Me mir� enigm�ticamente.
-�Lo deseas?
-�Vaya pregunta! Llevo dos a�os babeando contigo.
Sonri�.
-Es todo un halago.
-T�malo como tal, de una rendida admiradora.
Asinti�.
-�Entonces?
-Sabes que soy casado.
-No me importa. Si no lo has notado, soy bastante put�n.
-�Ja, ja, ja! �re�mos.
-�Qu� dices? �Te apetece tener una putita jovencita? �Una lolita lasciva con la cual dejar v�a libre a todas tus perversiones? De ti, estoy dispuesta a aceptarlo todo. Es decir, si no te doy asco despu�s de lo que has visto.
Alarg� una mano entonces para tocarme una teta, sob�ndola, apreciando su volumen y tacto.
-�Es eso un s�?
-�T� que crees? �Qui�n renunciar�a a una bomba sexual como t�? Los orines y salivazos se han ido con la ducha, y lo que queda son tus tetas, tu belleza y tu vicio desorbitado.
Sonre� ilusionada, lanz�ndome sobre �l para besarlo, fundi�ndonos en un apasionado morreo.
-Antes de irme, quiero que hagas una cosa.
-Dime
-Baja del coche.
Intrigado obedeci�, dando la vuelta. Entonces, me arrodill� ante �l.
-M�ame.
-�C�mo?
-Que me mees. Quiero irme a la cama con tu olor en mi cuerpo. Esta noche no me duchar�. Ni quiz� ma�ana. Intentar� llevarlo sobre mi piel todo el tiempo posible. Quiero que me marques como tuya.
-Pero�tu ropa�
-Quiero caminar as� por la calle. Vamos.
Sorprendido, comenz� a desabrocharse los botones de su bragueta, sacando su polla y apuntando directamente a mi cara.
-Vamos�ri�game toda, pero especialmente apunta bien a mi cara, boca y tetas.
Abr� esta entonces, y el comenz� a mear abundantemente. A diferencia de lo que hab�a hecho antes, su pip� s� lo inger�, y con gran placer �Record�is lo que os he dicho del sabor del semen? Pues bien, el del or�n s� puede llegar a ser delicioso objetivamente. Cuando tiene una alta concentraci�n de minerales y sales, esto es, cuando sale muy amarillo, est� muy fuerte y no se puede beber, al menos sabore�ndolo. En cambio, cuando es incoloro y diluido, es delicioso.
Me reg� pues entera, empapando completamente mi vestido y cabellos, cubriendo por entero mi piel que ya era suya, y yendo a parar gran parte de �l a mi est�mago. Despu�s, me dio un pa�uelo para secarme los ojos y se fue, dej�ndome en plena calle, cubierta de su orina. Feliz, me dirig� a la porter�a. En llegar a casa de Roxana, iba a tener que hacerme un dedo.






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Relato: La saga de Lorena I
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