Relato: Salvando a un viejito Soy Raquel tengo 31 a�os mido 1.75 m peso 69 kg soy morena clara y tengo mi pelo largo hasta la cintura y lacio. En una ocasi�n que iba en el metro y �ste estaba a reventar vi como un viejito como de 70 a�os se iba recargando atr�s de una mujer como de 40 a�os, al principio ella se dej�, incluso vi como el viejito le meti� la mano por debajo de la falda y le acarici� las piernas, de repente cuando el viejito iba bien entrado cachonde�ndose a esa mujer, la tipa protest� poni�ndose agresiva contra el viejito. Eso me dio mucho coraje, no es justo, si te vas a dejar d�jate bien desde el principio hasta el final y si vas a protestar protesta desde el principio y no cuando ya llevas rato dando placer, no seas m�ndiga. El pobre viejito ya no sab�a que hacer ni para donde voltear, as� es que acud� en su auxilio, me par� justo adelante de �l acomodando mis nalgas para que pudiera recargarme su verga y le lanc� una mirada fulminante a la tipa que era de menor estatura y peso que yo, se intimid� y se acerc� a la puerta decidida a bajarse en la siguiente estaci�n, mientras el viejito aprovech� el regalo que le hice y me recarg� con fuerza su verga bien parada entre mis nalgas, como yo iba vestida con un traje sastre de minifalda a medio muslo y saco, sandalias de tac�n alto de aguja de 10 cm y sin medias y adem�s el viejito era de menor estatura que yo, no tuvo problema para meter su mano por debajo de mi falda y acariciarme las piernas, sent� como su mano arrugada y �spera se deslizaba por la suave y tersa piel de mis piernas hasta llegarme a mi pepa y restregarme mi agujero, sent� delicioso y me dej� gustosa cachondear por ese anciano. La lujuria del viejito iba en aumento, pues sent� como pegaba su cara a mi pelo y escuch� como me susurraba al o�do �te acompa�o mamacita? yo como respuesta asent� con la cabeza e hice mis nalgas m�s hacia atr�s, as� nos fuimos hasta Indios Verdes, al bajar pude ver bien al viejito, media como 1.65 m, estaba muy gordo y pans�n, le pregunt� su nombre y su edad, me dijo llamarse Pablo y tener 72 a�os y me invit� a su casa y antes de que yo preguntara me dijo que viv�a solo. Al llegar abri� la puerta de la calle, entramos y hab�a una escalera de una rampa muy inclinada hacia el primer piso, yo sub� primero y observ� como Pablo miraba cuidadosamente por debajo de mi falda, yo me sonre� y lo dej� mirar agusto, ya arriba Pablo me tom� por la cintura por atr�s, me recarg� su verga entre mis nalgas y me acarici� las piernas levantando mi falda hasta arriba sob�ndome mi pepa, eso me calent� mucho pues humedec� mis pantaletas. Pablo me dio vuelta, me recarg� su verga en mi vientre, me dio las gracias por ayudarlo en el metro y luego me bes� en la boca metiendo su lengua hasta mi garganta dej�ndome sin aliento, levant� la cara para tomar aire y Pablo bes� con ardiente deseo mi cuello chupete�ndolo, mientras sus manos acariciaban mis piernas por atr�s levantando mi falda hasta arriba picando mis nalgas. Entonces Pablo se tendi� en el piso boca arriba y me pidi� le ense�ara mis piernas, yo lo obedec� y me par� justo arriba de su cara con mis piernas abiertas para que �l quedara exactamente debajo de mi falda, me dijo "desde aqu� se te ven muy bien las pantaletas y te puedo acariciar muy rico las piernas cuan largas son, me encantan tus piernas largas". Despu�s llev�ndome a la rec�mara me tendi� en la cama, me levant� la falda, me baj� las pantaletas y �l se sac� su verga que estaba bien parada, se encim� en mi acomod�ndose entre mis piernas y me dijo "siempre hab�a deseado undirle mi verga en la pepa a una hembra joven como t�" y dicho esto me fue metiendo su verga hasta undirla totalmente en mi pepa. �Ah! que rico me estaba cogiendo ese viejito, no pod�a creer que en ese momento estuviera tendida en la cama con un viejito entre mis piernas y toda su verga parada de 72 a�os enterrada en mi pepa de 31 a�os. Pero as� era, haber salvado a ese ancianito en el metro de aquella est�pida que no supo de lo que se perdi� me dio a mi la oportunidad de disfrutar como nunca lo hubiera imaginado de una verga bien parada dentro de mi pepa. Luego de un buen rato de estarse frotando dentro de mi, Pablo arroj� sus mocos blancos espesos y calientes dentro de mi panocha retac�ndola con su semen.
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Relato: Salvando a un viejito
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