Relato: Buscando a un negro

Buscando a un negro

Hab�a ido a R�o de Janeiro para aprovechar unos pasajes que gan� en un sorteo de un centro de compras. Al llegar a ese paradis�aco lugar me entusiasmo la idea de cumplir mi fantas�a de entregarme a un hombre negro vestida de mujer.

Me excitaba la idea de besar esa piel misteriosa, de olerla, de descubrir su salvaje sexo y ser tomada por esas oscuras manos en contraste con mi blanca piel.
No lo dud� m�s, hab�a llegado el momento y si lo desperdiciaba sab�a que me iba a arrepentir.

Fui de compras y en la habitaci�n en que me hospedaba, luego de darme una ducha y dejar mi piel completamente suave y depilada para ��l�, me acerqu� al espejo para ser mujer, primero la bombachita blanca, luego las medias altas, el sost�n, la minifalda roja ce�ida a mis nalgas, la remerita amarilla, los tacos altos. Luego el rimel, los aros y el labial en mi boquita sedienta de sexo, de sexo negro.

Camin� una y otra vez mirando al espejo a esa mujer fatal en la que me convert�, ensayando las posturas para atraer a mi hombre negro. Tom� mi carterita y sal� afuera, a mostrarme como la hembra que era llamando la atenci�n de los hombres, escuchando en cada cuadra un susurro libidinoso, excitante.

Me detuve en una esquina a esperar; ante m� bocinas y hombres blancos que se acercaban a parar y, aunque dud� de ir con alguno que estaba muy interesante, esper� lo que esperaba y ah� apareci� ��l� acerc�ndose: un negro alto de hermosos ojos que sonriendo me invit� a caminar.

Sin dudar lo segu� a cierta distancia y mientras caminaba admir� su oscura piel, su ancha espalda y su paso seguro que yo segu�a por las callecitas ya fuera del centro, donde por fin me tom� de la mano para guiarme como a una nena subiendo por las favelas hasta una altura alejada donde me abri� cort�smente la puerta de una casita humilde para que entre y me tome entre sus brazos en esa intimidad estremeci�ndome con un beso que me hizo temblar.

La casita ol�a a humedad, era de una sola habitaci�n pero de buen tama�o, hab�a un catre con s�banas blancas, un peque�o ropero con espejo, una heladera, algunas sillas y una mesa y yo con un negro que comenzaba a besarme mi nuca seducida mientras sent�a el calor de sus oscuras manos acariciando mis nalgas.









�Fica� me dijo y me ofreci� su catre como asiento. Lo vi salir y ansiosa lo esper� los cinco minutos en que volvi� con una radio en la que puso m�sica rom�ntica a todo volumen para ambientar y para que los vecinos no nos escucharan. Entonces se sac� la camisilla y las bermudas y extasiada por mi hombre comenc� a besar su pecho amplio, oliendo su olor salvajemente viril, bajando mis labios por su abdomen hasta su abultado sexo que �ay sorpresa!� salt� enorme contra mi rostro de hembrita adolescente cuando se baj� el boxer.

Se acomod� en la cama y yo de cuatro como una perrita en celo gate� hasta ese fabuloso falo negro para hundir mi rostro en su aroma a macho primitivo y chupar como uvas negras sus oscuras bolas que colgaban mientras escuchaba sus guturales gemidos. Luego tom� su luengo tronco y dirig� su hermoso glande a mi boquita para con devoci�n mamarle la hermosa pijota a mi negro mientras �l me acariciaba el pelo y me dec�a lo bonita que era con esa pijota en la boca. Estaba que volaba de calentura, lo necesitaba en mi culito aunque tem�a que me duela por lo pijudo que era.

Entonces sent� que me tomaba m�s fuerte de la cabeza y de golpe la puerta de esa intimidad se abri�! �!Fica! �Fica! �Fica!� y el susto estremeci� mi cuerpito cuando tres negros entraron violentamente orden�ndome que no me mueva, mientras el m�o me tomaba la cabeza con su falo hasta mi garganta y yo de cuatro con las nalgas levantadas.

�!Ea!� grit� uno de ellos y los otros junto con el m�o rieron c�mplices, trat� de zafarme pero �!plas!� com� una cachetada de mi negro que amenaz�ndome con su falo a�n en mi boca me amenaz� �Voce va a ficar tranq�ila� y me invadi� el terror �por favor!� rogu� con l�grimas en el rostro respirando del falo que me asfixiaba, pero se rieron y uno de ellos me tumb� boca abajo sent�ndose sobre mis espaldas y me subi� la minifalda de un tir�n dejando mis nalgas al descubierto �uuuhh� susurr� y sent� a dos manos abri�ndome firmemente las nalgas �gostooosa� y con un dedo corri� mi bombachita para dejar mi culito al aire y sentirme inspeccionada por ellos �opaa! ta peque�o!� dijo uno de ellos y mir� hacia atr�s para verlos comenzar a desnudarse.

El olor a sus pijas invadi� la pieza y volte� nuevamente mi cabeza para alcanzar a verlos y estremecerme de v�rtigo al ver sus enormes pijas, dos tan grandes como la de mi negro, pero una tan enorme y gruesa que pens� que me desmayar�a.

Cuando vieron que los mir� se entusiasmaron m�s y se acercaron para presentarme sus pijotas enfrente �voce quer eh!� �por favor no� rogu� nuevamente pero uno me tom� del pelo y puso mi rostro frente a la pija del m�s grande � esto e o que voce quer! Esto va a tener toda a noite!� y me obligaron a que meta esa pijota que apenas entraba en mi boquita mientras los otros me golpeaban la carita con las suyas apretando mi rostro contra el sopor viril sus huevos.








No pod�a creer lo que me estaba pasando, me temblaban las piernas y me sal�a el coraz�n por el pecho, ten�a un pene gigante en la boca y ten�a que obedecer �chupa!� �plas� recib� otro cachetazo y com� como pod�a ese falo enorme que me asfixiaba mientras sent� que otros fueron atr�s para meterme la bombachita entre las nalgas levantando mi cuerpo una y otra vez, humillada por ellos hasta que la bombachita cedi� y se rasg� completamente rompiendo la �ltima barrera simb�lica que me proteg�a y dejando mis nalgas expuestas a ellos.


Entonces me sent� ya totalmente desnuda y vulnerable, presa de esos cuatro negros pijudos que quer�an saciarse en mi femineidad fr�gil ante ellos para someterme a su virilidad descontrolada.

Luego dos manos atr�s abri�ndome las nalgas y un escupitajo humedeci�ndome para sentir la presi�n de un caliente glande que poco a poco fue abri�ndome con un dolor que hac�a temblar todo mi cuerpo.

El v�rtigo me invadi�, trat� una vez m�s de zafarme ya solo por el �ltimo orgullo que estaba perdiendo y con un dolor desgarrador �!Ahhhhyyyyyyyyyy!� su falo se clav� en m� parti�ndome en dos, sac�ndome un gemido aterrador y un llanto de desesperaci�n: estaba siendo violada.

Gritaron festejando �!eaaaaa!� y el hijo de puta no se compadeci�, m�s bien me la sac� de golpe y me la clav� de nuevo envain�ndose en m� hasta los huevos �!ea!� �!eepaa!� festejaban cada vez que me la sacaba y me la met�a con fuerza, llorando yo y mordi�ndome los labios cuando toda su longitud me penetraba hasta sus huevos que hac�an temblar mis nalguitas con cada embestida burlona.

�!chupa perra!� me volvieron a obligar meti�ndome sus penes negros en mi boquita maquillada, bombe�ndome por turno y sin descansar mientras el negro que me rompi� el culito comenz� a culearme a ritmo de galope, puli�ndome el culito que ya iba cediendo entreg�ndose a sus firmes embestidas. �!Ah gostosaaa!� me susurraba al o�do con su aliento tibio y me mord�a la nuca cuando apretaba mi cintura lascivo y acelreaba.

Descubr� el espejo y me vi en la cama con un negro d�ndome por atr�s duro y parejo y con tres m�s con grandes falos oscuros y erguidos que por turno me los hac�an mamar o los fregaban en mi carita de nena exhausta, de nena que apenas aguanta.

Comprend� que ya no hab�a vuelta atr�s y comenc� a chuparles sus enormes penes con dedicaci�n hasta el m�s enorme que me asustaba porque en mi boquita apenas el glande entraba. �!Eso beleza!� �y les mamaba a mis negros pijudos con la cadencia de la m�sica rom�ntica que contrastaba con el salvajismo de la escena.









En eso uno de ellos tom� la iniciativa �venga para ac� beleza� me estir� del brazo y el que me cog�a sali� dej�ndome un gran vac�o que quer�a volver a ser llenado.

Me dieron la vuelta y qued� con las nalgas hacia el espejo, entonces el que me hab�a llevado a la casita se par� sobre la cama, apunt� su negra y gruesa vara y me la hundi� entre las nalgas �!aayyy noooo!�� para comenzar a culearme mientras de nuevo lloraba��Qu� foi gatinha, eh?� y acelerando me montaba burl�ndose de mi llanto �!que foi eh!� ��eh beleza?� y mir� hacia atr�s para ver en el espejo el espect�culo de sus grandes bolas golpeando mi culito que se ce��a a su gruesa vara, vi�ndome como perra con las medias altas de cuatro con un negro pijudo encaramado haci�ndome el culo.

Sali� de golpe y como se dio cuenta de que miraba al espejo me separ� con sus grandes manos mis nalguitas para que vea el agujero que me abri� dejando irreconocible mi culito �!ohhh!� �!ohh beleza que pas�?� me humillaban ante mi culito abierto y rosado que lat�a.

El tercero me levant� de la cintura, se sent� en la cama y me llev� hasta �l ubicando su pijota negra entre mis nalgas y abri�ndome con sus dos brazos que me tomaban mis muslos tr�mulos, me elev� para de golpe dejarme caer sobre su falo luengo, ensart�ndolo en m� como a una mu�eca que con su fuerza dominaba �!ahhhhhhhhhhhh!� solt� un gemido profundo y �Eaaa porra!!� festejaban que era violada y afuera oscurec�a mientras en la casita me penetraban los negros y la m�sica que parodiaba mi violaci�n sonaba.

�!Chupa beleza!� �preparese beleza!� y la pija enorme que me asustaba chorreaba lubricada sobre mis labios.

Hice un esfuerzo y aguant� callada el dolor del negro que me cog�a para con lo �ltimo de mi lucidez dedicarme plenamente al de la pija enorme con la esperanza de que terminara y me pudiera salvar de esa que por lo gruesa y grande la ve�a imposible en m� a menos que desmayara. ��Ah delicia!� le lam�a desesperada las grandes bolas que colgaban, �Ahh como voce gosta!� y met�a apenas su gran glande redondo en mi boquita coloreteada. Hasta que el de la pija enorme rechaz� ya mi boquita y present� lo peor.

Dos me tomaron de cada brazo y me elevaron sac�ndome del que me cog�a sentado, me voltearon para ponerme de nuevo como perra con el culo abierto hacia el espejo, ambos abri�ndome las nalgas para que el negro m�s pijudo me tenga a su disposici�n. En vano rogu�, �agora va a ser mulher de verdad� �agora vai chorar la gatinha� y lo vi ubic�ndose encima, apuntando ese glande enorme e imposible en m�, ese torpedo oscuro y gordo que chorreaba baboso sobre mi agujerito violado.

�Fica beleza� y la presi�n comenz� a sacarme un llanto desesperado mientras m�s me abr�an las nalgas para que me penetre, mord� la almohada, cerr� los ojos, tembl� como nunca y el dolor fue invadi�ndome de a poco hasta que �Ahhhhhhhhhhyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!� su cabeza me abri� hasta el alma llen�ndome todo el culo y de un empuj�n que me tir� boca abajo �Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ayyyyyyyyyyyy!!!� me parti� en dos encul�ndome su enorme pene y haci�ndome sentir la sensaci�n desesperante de tener una pijota de burro atr�s �!Opaaaa!!� al un�sono gritaron mientras gem�a con el negro encima m�o �mais! mais!mais! mais!� lo alentaron y �l comenz� a ensartarme boca abajo �mais! mais! mais!� y luego me tom� de la cintura, se sent� y me subi� a �l de frente al espejo �mais! mais! mais!� y ah� me vi como un juguete suyo temblando y abierta con una pija enorme entre las nalgas �mais!, mais!, mais!� arremeti� clav�ndose en m�, puli�ndome el culito que se ce��a a su grosor exagerado, golpe�ndome las nalgas con el balanceo de sus grandes bolas.

En eso aceler� descontrolado haciendo que parezca que era mi cuerpito el que saltaba encima suyo recogi�ndome los muslos para de un tir�n �uuuaaaaaaaaaaaaaaa!!!� descorcharme y mostrarme en el espejo mi culito abierto como una boca de tanta culeada �! beleeeeeza!� y todos se acercaron para besarme en la boca con lascividad por haci�ndome sentir como una reina bien servida.

Luego se sentaron en hilera y por turno comenz� un pasamanos de m� que iba comiendo por el culo a los cuatro negros, siendo levantada y abierta �ooopaaa beleza!�en una suerte de concurso para ver quien me dejaba el culito m�s abierto, hasta que uno por uno fueron descargando su hombr�a en mi femineidad haci�ndome sentir la mujer de todos ellos.

Amaneci� y despert� ah� con esos cuatro hermosos negros pijudos al descubierto, me puse la mini, me pein� como pod�a y de cada uno me desped� con un beso en la boca y agradeci�ndoles con una dulce lamida de sus huevos.
Cerr� la puerta y sal� para bajar rumbo a la ciudad, por las favelas siendo m�s mujer con el culito de hembra abierto y chorreando de tanta culeada.

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