Mi nombre es Fabrizio y vivo en Argentina, tengo 22 a�os y
nunca hab�a dudado de mis orientaci�n sexual.
Todo comenz� un d�a revisando correo. A forma de chiste, un
amigo me hab�a mandado una serie de fotos de una chica realmente HERMOSA. A
medida que pasan las fotos la chica iba perdiendo ropa y yo iba poniendome m�s y
m�s caliente. Para mi sorpresa, en la �ltima foto, ella sal�a completamente
desnuda y mostrando orgullosa un pene que varios envidiar�an. Eso bast� para
generarme las mil y una dudas.
Fue en ese momento (despu�s de mirar las fotos una y otra vez
que casi las desgastaba) que decid� entrar a una pagina de escorts y ver si
realmente se pod�a conseguir una chica as�.
Fui encontrando varias y las fui seleccionando hasta que
qued� una solita. Mis cabezas parec�an explotar de tanto imaginar lo que pod�a
llegar a pasar.
Fue entonces cuando hace 1 semana viaje a buenos aires por
motivos de trabajo en donde, apenas llegado, fui a un tel�fono y llame a
Marianita.
Antendi� una chica muy agradable que me dijo ser Mariana y
charlando quedamos de acuerdo en encontrarnos en el hotel en el que me
hospedaba. Dem�s est� decirle que ese d�a los negocios me salieron bastante mal,
si lo �nico que pod�a pensar era en ella, �o en el?
Ya en la noche, mientras me ba�aba tocaron a la puerta, sal�
de la ducha con una toalla alrededor de mi cintura y al atender la encontr� a
ella. Una rubia infartante, labios rojos, ojitos verdes, una carita angelical,
con facciones tan sutiles y hermosas que no bast� mucho m�s para que comenzara a
sentir como crec�a mi pene.
La invit� a pasar y le dije que se pusiera c�moda que ya
estaba con ella. Me fui a mi habitaci�n y me puse lo primero que encontr�.
Cuando volv� a donde se encontraba Mariana observ� que se hab�a sacado el abrigo
y dejaba ver su espectacular figura. Llevaba un top negro que mostraba unas
peque�as pero hermosas tetas y su pancita en donde brillaba un arito en el
ombligo, una minifalda de cuero que apenas tapaba sus muslos.
Me acerque a ella, la tome de su cinturita y le hice notar lo
duro que se estaba poniendo todo. Ella puso sus manos en mi espalda y me bes�,
un beso muy sensual y er�tico y se me pregunto si ten�a algo de tomar. Como pude
la contest� que s�, que pod�amos abrir la botella de vino que estaba sobre la
mesa. Ella dio media vuelta, me apoy� su colita en mi bulto y se fue alejando
con un paso muy sexy hasta llegar a la mesa d�ndome la espalda. Descorch� la
botella, sirvi� en dos vasos y tomaba de apoco mientras contemplaba el lugar.
Apenas reaccion�, me le acerque, otra vez la tom� de la
cintura, le bese el cuello, le apoye mi bulto contra la colita. Segu� bes�ndole
mientras hac�a que se apoyara en la mesa y con la otra mano le corr�a la
tanguita.
Le empec� a meter un dedito primero, seguido de otro y otro,
ella largaba unos gemidos muy dulces que me estaban poniendo a mil. Me baje los
pantalones y empec� a meterle el pene dur�simo en ese momento dentro de su
colita. Realmente no tarde mucho en acabar de lo excitado que estaba.
Al terminar se subi� la tanguita, agarro la botella y los
vasos y se fue a la habitaci�n. Yo lo �nico que atine a hacer fue seguirla. Al
entrar me tom�, me dio un beso espectacular y me tir� a la cama. Comenz� a
hacerme un striptease que me hizo volver a estar dispuesto a todo. Fue entonces
cuando qued� unicamente con su tanguita y vi su bulto momento en el cual me
acord� de que era una chica con "sorpresa". Realmente se me hab�a olvidado o
creo que no quer�a recordarlo. Se subi� a la cama, se coloc� de rodillas encima
m�o con su pelvis a la altura de mi cara y me pidi� muy sutilmente que le sacara
la tanguita nuevamente. Realmente dud� un momento en hacerlo, pero cuando lo
hice pude ver como su pene se liberaba y alcanzaba todo su esplendor. No voy a
mentir diciendo que era un pene descomunal, pero era grande. Nunca en mi vida
hab�a visto uno tan de cerca, �ni el mio! Me qued� mirando unos buenos segundos
hasta que ella me lo pas� por los labios. Estaba petrificado, nunca se me
hubiera ocurrido estar en esa situaci�n. Ella nuevamente roz� su pene en mis
labios. Me pidi� en un tono dulce pero a la vez imponente que abriera la boquita
y eso fue lo que hice. Empec� de apoco a chuparle el pene y realmente lo estaba
disfrutando y me gustaba aun m�s cuando ve�a que a ella aprobaba como lo hacia.
Estuve un rato practicando con su pene todas las cosas que hab�a visto en las
pel�culas porno que recordaba. Realmente me sent�a una putita, in saciada y muy
caliente. Ya me estaba imaginando lo que se ven�a, sent�a las palpitaciones en
mi ano y fue cuando ella me alej� su pene y me dijo que me desvistiera.
Marianita sali� de la habitaci�n mientras yo me desvest�a,
fue hasta su cartera y volvi� con un pote de vaselina. Unt� sus dedos dentro del
pote y comenz� a meter uno por uno dentro de mi colita. Era una sensaci�n rara
en ning�n momento dolorosa y bastante placentera. Una vez dilatado mi ano, tom�
el pote nuevamente, unt� bastante vaselina en su glande y empez� a meterlo muy
despacito. En ese momento sent� como un pinchazo seguido de un dolor sordo, ella
mucha importancia no le dio y sigui� metiendo su pene hasta que sus huevos
tocaron mi colita. Sent�a como todo mi interior se trataba de acomodar y se
estiraba a medida que me envest�a. El dolor fue desapareciendo de apoco mientras
ella iba tomando buen ritmo. Estuvo bombeandome un buen rato hasta que se acost�
boca arriba en la cama. Yo le tom� el pene y lo gui� desesperado hacia mi
agujerito. Empec� a cabalgarla y sent�a como me penetraba cada vez m�s profundo.
Largaba gemidos de placer iguales a los de una mujercita. Mov�a mi cola como una
verdadera putita experta y eso me pon�a contento. Ella no paraba de decirme lo
muy puto que era y eso me calentaba m�s. Sent� que acababa y ella lo hizo
segundos despu�s. Me sal� y le chupe el pene desesperadamente. Me encantaba
tenerlo en mi boquita y saborearlo.
Cuando me cercior� de haberle dejado bien limpio su glande
con mi lengua, me recost� a su lado, y para mi sorpresa no sent�a ning�n
remordimiento, es m�s, nunca me hab�a sentido tan relajado. Desde luego una vez
terminados tomamos algo de vino y cuando los 2, entre besos y manos, nos
volvimos a calentar lo hicimos de nuevo.
Yo me desped� de ella y volv� a mi ciudad, pero les aseguro
que ya no volv� siendo el mismo.
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