Ya eran las tres, aun nada, su enamorado la habr�a dejado
plantada, que decepci�n m�s grande, hab�a esperado tanto este momento, sin duda
deb�a ser alguien especial, sabia que era mayor que ella, pero no le importaba
aquel hombre de 23 a�os, la entend�a perfectamente, comprend�a cada problema que
tenia, siempre tenia el consejo preciso, era demasiado maravilloso, la ayudaba
con sus padres, ya no-tenia tantos problemas con ellos, ahora pod�a salir mas,
era mas independiente. Por eso hab�a logrado que la dejaran sola en casa por un
fin semana, mientras sus padres iban a tratar de solucionar sus problemas de
pareja.

Alejandra, escucho la una voz suave que la llamaba por su
nombre, estaba a tras de ella, se giro esperanzada y con los ojos llenos de
ilusi�n, vi a un hombre joven, de gruesa musculatura, que sin duda hacia
ejercicios, parado junto a ella la miraba con su cara sonriente, a Alejandra sus
ojos le brillaron, le saludo con un beso en la mejilla.

Caminaron conversando de forma entusiasta, hasta donde el
tenia detenido el auto, ella subi�, sin pensarlo, se dirigieron a su casa donde
todo cambiaria.

- Si�ntate, te traer� algo de tomar

- gracias

- Alejandra, realmente estoy muy contento de conocerte, te
dije que eres bella

- Gracias, me sonrojas.

- No tienes por que sonrojarte.

- �A quien le contaste que te juntabas hoy conmigo?

- a nadie

- Bueno ac� est� tu jugo, o �quieres algo mas fuerte?

- Un jugo esta bien. (Alejandra tom� el jugo y empez� a
beberlo lentamente)

- Cu�ntame de ti.

Alejandra comenz� a hablar, a cada minuto se sent�a m�s
cercana a aquel hombre. �l la miraba tiernamente acariciaba sus piernas.

En ese momento la mente de Alejandra ya estaba totalmente
entregada, su voluntad desaparec�a ante aquel potente alucin�geno que hab�a sido
mezclado en su jugo.

- Alejandra toma este dulce, te va a gustar, ella tomo la
pastilla y la bebi� con �l ultimo sorbo de jugo, su mente desapareci� por
completo.

Una sonrisa, asomaba en aquel hombre mientras desnudaba a su
presa, al ver aquel cuerpo sin voluntad, aquella ni�a que era totalmente suya
para satisfacer sus necesidades. Tomo aquel cuerpo y lo llevo a una habitaci�n.

Cuando Alejandra entro en raz�n se encontraba desnuda y atada
con correas de cuero a una especie de silla ginecol�gica, que dejaba su co�o y
ano expuestos, su cabeza estaba inmovilizada por soportes a ambos lados, tenia
una l�mpara muy potente sobre sus ojos, que no la dejaban ver nada, y un trapo
tap�ndole la boca, el temor de apoderaba de ella, �qu� hab�a pasado?, lagrimas
comenzaron a correr por sus mejillas.

Ella escucha la respiraci�n de alguien junto a ella, que se
transformo en la voz de un hombre que dec�a. "Ahora eres m�a", sinti� un
pinchazo en el brazo y nuevamente durmi�.

Mientras Alejandra dorm�a, �l disfrutaba acariciando aquel
peque�o cuerpo, recorr�a sus pechos, pubis, co�o, nalgas, rostros, cada rinc�n
con su lengua, saboreando especialmente su co�o y ano.

No sabia cuanto tiempo hab�a pasado, segu�a atada, tenia
hambre, deseos de orinar, se sent�a mareada. Segu�a inmovilizada, sinti� unos
pasos que se acercaban, un nuevo pinchazo.

Cuando despert� se dio cuenta que durante el sue�o no hab�a
controlado sus fluidos sent�a el hedor de su orina y excremento. Lloro con
rabia, con fuerzas, pero su llanto segu�a ahogado, por el trapo en su boca,
sinti� los pasos que se acercaban, nuevamente la respiraci�n, tenia miedo, un
hilo de orina que no pudo controlar corr�a por su cuerpo, el miedo se apodero de
ella.

Eres una ni�a sucia debes de ser castigada, dicho esto, un
balde de agua con hielo fue arrojado encima de su fr�gil cuerpo, seguido de dos
mas en sus partes intimas para dejarlas limpia, su cuerpo p�lido tomo un color
rojizo, segu�a llorando, ahora sabia que no estaba so�ando.

Se encontraba desnudo junto ella, la visi�n de aquella figura
lo tenia tremendamente excitado, las excursiones de su lengua, por aquel cuerpo,
desataban sus mas bajos instintos, mientras dorm�a hab�a entrado en su co�o,
hasta que su lengua jugueteo con aquella virginidad intacta, ahora vi�ndola
llorar y tiritar por el agua fr�a se masturbaba con rapidez y fuerza, solo
diminuyo el jale para acariciarle suavemente la cara, se acerco a su o�do y le
pegunto si tenia hambre, ella asinti�, el tomo su cabeza con fuerzas e introdujo
su enorme y ancha verga, da��ndole los labios y provoc�ndole arcadas, el
contacto con la tibia saliva virgen de esta muchacha fue suficiente para
explotara en un gran chorro de semen que golpeaba las paredes de la garganta de
Alejandra, atragant�ndola, sin mas opci�n ella trago para no ahogarse, bebi�
todo lo que �l le entregaba, apenas un poco semen sali� por la comisura de su
boca, mientras el pene segu�a clavado en su boca. Tomo el calz�n de algod�n
blanco de Alejandra, limpio su pene y la cara de ella, luego lo introdujo
nuevamente en su boca, despu�s un pinchazo m�s ella volvi� a dormir.

Solo hab�an pasado 12 horas desde que se hab�an juntado pero
las peque�as dosis de droga daban resultado, hab�a dormido nunca por mas de una
hora y luego dejarla sola un tiempo, mas con la luz en los ojos y el silencio de
una habitaci�n aislada, ella hab�a perdido completamente la relaci�n del tiempo,
durante los intervalos de sue�o de la peque�a se hab�a divertido, acarici�ndola,
lami�ndola, fotografiando y filmando los vej�menes a los que somet�a aquel
cuerpo de ni�a.

Entre m�s confusa estuviese su mente, mas lo disfrutar�a, ya
estaba pronto a despertar nuevamente deb�a tomar una decisi�n, reviso que
estuviese firmemente sujeta, luego orino sobre el cuerpo una vez mas, puso un
disco que repet�a una y otra vez lo mismo, "soy muy sucia, merezco ser
castigada", se fue a dormir, seguro que al otro d�a ella estar�a mas entregada a
sus placeres.

Apenas y hab�a salido de la habitaci�n y Alejandra despert�
sin duda para ella hab�a pasado mucho tiempo, d�as o semanas, nuevamente no
hab�a podido controlar, y se hab�a orinado, y el olor a excremento era
insoportable, era una ni�a sucia, como no pod�a controlar su orina, que dir�a su
padre, que dir�a su madre, al verla toda meada, era una ni�a muy sucia, deb�a
ser castigada, Alejandra lloro mientras segu�a escuchando lo sucia que era, ella
sabia que era sucia, por eso lloraba, por que sabia que deb�a ser castigada, as�
lloro, hasta que esta vez el sue�o le gano.

Cuando despert� fue a ver su juguete que lo esperaba
dispuesto para ser usado, esta vez no espero a que despertara, saco el pa�o de
la boca y simplemente arrojo el agua con hielo a su cuerpo, ella despert� por el
dolor del hielo en su cuerpo desnudo, pero aun as� pidi� mas, ya que era muy
sucia y merec�a ser castigada por eso, entre sollozos y llanto ped�an que la
lavaran, que no la dejara ser sucia, que era buena, que la castigara para
quitarle la suciedad, �l simplemente sonri�. Un nuevamente un pinchazo, ella
durmi�.

Aprovech� de orinarla nuevamente, adem�s de dejar fecas en el
suelo cerca de su cara, el disco segu�a repitiendo su frase, deb�a apurarse la
dosis hab�a sido mucho menor, por eso comenz� a masturbarla su cuerpo se agitaba
en su inconciencia lo hizo hasta que su cuerpo no pudo mas y se retorc�a al
menor toque de sus manos, saboreo los inocentes jugus que aquel cuerpo sin
voluntad entregaban, en apenas 20 minutos ella despert�.

Al sentir los olores nuevamente se sinti� sucia, el hombre
llega, pero esta vez no le arrojo agua fr�a, retiro la caca lo mas lejos
posible, �l estaba impecablemente vestido, luego apago la luz, de su cara, y la
dejo ver como limpiaba suavemente su cuerpo, con agua tibia, la trataba con suma
suavidad, acarici�ndole su co�o cada vez que la tocaba ella sent�a placer, as�
su cara, la limpieza y el placer se unieron en la fr�gil mente de la ni�a,
nuevamente la sedo, esta vez la visti� con su uniforme, y la llevo hasta el
sill�n, la tapo y la dejo descansar hasta que despert�.

- hola mi amor, te hizo mal el trago de anoche, te qu�date
dormida

�l ri�.

Lo miro y se sinti� protegida por aquel rostro, se sent�a tan
bien junto a �l, aun m�s enamorada, �l se acerco y la beso, ella correspondi� su
beso, la tomo en sus brazos y la llevo a su cama, comenz� a desvestirla
lentamente, disfrutando de la entrega total de aquella ni�a, lam�a su co�o,
hasta hacerla acabar, el placer la hacia sentirse limpia, una chica buena, este
hombre le daba toda esa felicidad.

Apunto su enorme verga hacia su co�o virgen y penetro con
fuerza de un solo empuje, rompiendo si himen, un peque�o chorro de sangre broto,
y si bien le dol�a un poco, ella se sent�a bien, era una buena ni�a, �l era
quien le sacaba la suciedad, cada envestida le daba mas placer, a mayor placer
una ni�a mas buena era, mas limpia estaba, mas la quer�an sus padres, era mejor,
�l era quien la hacia mejor, �l la limpiaba mas y mas, ella llego al orgasmo
total, su cuerpo estremec�a de un placer incontenible ante las envestidas de
aquel individuo, cuya verga crec�a y se hinchaba en su interior, �l aferr� su
cuerpo al de ella, acabando y derramar todo su semen en aquella peque�a cueva.

Se besaron apasionadamente ella, estaba totalmente enamorada
de �l y har�a cualquier cosa para complacerlo, eso �l lo sabia y aprovechar�a.

Ella se queda dormida sobre su cuerpo, �l disfruto viendo el
video que hab�a tomado, de la tortura, como �l con su mascara de cuero se
masturbaba y echaba su semen sobre ella, de como la hab�a obligado a tragarse
hasta la ultima gota.

Cuando despert�, le dio un vaso de jugo que ella tomo hasta
la ultima gota, el alucin�geno comenz� hacer efecto inmediatamente, as� que puso
el video de la tortura, frente e ella todo lo malo lo terrible, reflejado en el
muro por un proyector, ella reviv�a cada segundo, el terror se apoderaba de ella
mientras ve�a esas im�genes, hasta que un chorro de orina corri� por entre sus
piernas, nuevamente era un ni�a que merec�a ser castigada, la proyecci�n ceso, y
entro el nuevamente a protegerla a limpiarla, sacar la suciedad, sin duda el era
todo para ella, �l era su protector.

Despu�s de limpiarla y secarla con tibias toallas, la perfumo
con fino perfumes, cambio la ropa de cama, la recost� sobre la cama, un nuevo
pinchazo. El se desvisti� y se acost� junto a ella, al despertar 30 minutos mas
tarde, lo miro aun m�s enamorada de aquel protector, mientras su culo estaba
untado en vaselina.

Se besaron apasionadamente, ella le dijo que le entregar�a
todo lo que �l quisiera, sus manos ol�an a perfume, su verga estaba untada en
vaselina, puso las piernas de aquella ni�a sobre sus hombros dejando expuesto su
ano, la penetro sin piedad lo mas duro que pudo, ella gritaba de dolor, pero el
rostro de aquel hombre era bueno, el perfum� de sus manos, de las almohadas eran
buenos, ella se sent�a limpia y era buena, todo ah� era bueno, nada era sucio,
nada requer�a castigo, as� una nueva asociaci�n se clavo en la cabeza de esta
peque�a el dolor era bueno, a medida que su culo se dilataba sent�a menos dolor
y mas placer, ayudada por las manos de aquel hombre que acariciaban su cl�toris,
hasta hacerla Obtener un orgasmo tras otros, la visi�n del cuerpo entregado,
excitaba su tortuosa mente, en ese momento la tomo por la cintura y se clavo lo
m�s hondo que puedo acabando dentro de ella, cuando saco su pen�, un hilo de
semen y sangre sal�a del peque�o ano de Alejandra, ella era feliz.

Se abrazaron y besaron, �l la llevo a la tina con agua tibia
y sales arom�ticas, se ba�aron juntos, el peque�o cuerpo estaba dolorido, pero
era aquel rostros quien nuevamente le daba la limpieza lo bueno.

Despu�s de vestirse subieron al auto y la dejo cerca de casa,
eran las 21:00 hrs del s�bado, dormir�a hasta tarde, el domingo llegaban sus
padres.

En la noche se conecto a Internet pero su amado no estaba
conectado, pero no importaba el pronto lo ver�a otra vez y la har�a sentirse
bien.