HE TOCADO FONDO
Era un caluroso verano y ese a�o, no salimos de vacaciones
como a�os anteriores. Mi madre ese a�o, no pudo disfrutar de unos d�as de
descanso durante la temporada estival, motivo por el cual, tuvimos que soportar
el calor de la ciudad y quedarnos sin playa, lo cual era un fastidio pero por
otra parte, pens� en disfrutar de aquellos d�as de la mejor manera.
Ten�a 18 a�os y era una chica bastante agraciada, de hecho,
varios chicos de mi pandilla me iban detr�s.
Mi melena casta�a larga hasta la cintura, era mi mayor
atractivo y mi culo resping�n, junto con mis peque�as y redondeadas tetas, era
lo primero que los chicos miraban en m�, dejando en un segundo plano mis grandes
ojos color miel, claro que la culpa era m�a, ya que siempre vest�a con una ropa
que ense�aba m�s partes de mi cuerpo de las que quedaban ocultas.
No era virgen desde hac�a un a�o y ya conoc�a la manera de
poner locos a chicos y no tan j�venes, moviendo mi esbelta figura de manera
provocadora aunque a la hora de la verdad, el sexo no me motivaba demasiado.
Follar con alg�n amigo era la experiencia que ten�a, pero claro, eran chicos de
mi edad y solo pensaban en meterla cosa que yo me dejaba para no convertirme en
una calientapollas que es lo que dicen de las chicas que provocan y no "se
dejan"
Al final de alguna fiesta o juerga, acababa en alg�n rinc�n
lo suficientemente �ntimo para dejarme meter la polla de alg�n adolescente
ansioso, cuyas ganas le hac�an correrse apenas ten�an sus pichitas metidas.
No, no me gustaba hacerlo pero todas lo hac�an y yo no iba a
ser menos, no fuera que me dijeran que soy una estrecha o algunas veces, era
demasiado tarde para echarse atr�s.
De un tiempo a esta parte, hab�a descubierto unas revistas de
mi padre, eran pornograf�a y la verdad, me pasaba horas visionando aquellas
im�genes mientras mis padres estaban trabajando y me quedaba sola en casa. Eran
realmente muy calientes y me sorprend� a m� misma toc�ndome algunas veces
mientras ve�a aquellas revistas, cuyas historias tambi�n me pon�an bastante a
mil.
Pronto pas� de las revistas a los v�deos, que en cuanto los
pill� de donde estaban escondidos, me dispuse a verlos una y otra vez y alguna
que otra vez, estuvieron a punto de pillarme porque me quedaba estupefacta al
ver aquellas pollas tan magn�ficas y aquellas rubias patiabiertas recibi�ndolas
y, aunque me daba un poco de grima al pensar que semejante instrumento podr�a
doler, lo cierto es que mi joven co�ito se mojaba como no lo hac�a cuando alg�n
jovencito de mi edad me la ensartaba, es m�s, en aquellas ocasiones, casi no me
pon�a h�meda teniendo que lubricarme para facilitar la penetraci�n con saliva,
sin embargo los v�deos y las revistas de mi padre, si me hac�an estar borracha
de vicio.
S�, necesitaba cada vez m�s. Cuando mis padres no estaban en
casa, no sal�a a ninguna parte, llenando mis momentos de ocio de aquella reci�n
descubierta ocupaci�n.
Una tarde, que mi madre me hizo traerle un recado, bajaba las
escaleras de mi edificio ya que el ascensor estaba estropeado. Yo tem�a pasar
por el tercero ya que sab�a que Alberto, un viejo verde barrig�n, casi calvo y
pinta de baboso, seguro que me abordar�a en la escalera porque se pasaba el d�a
controlando a los vecinos especialmente a las chicas j�venes y cosas del
misterio, sab�a exactamente cuando encontrarse con cada una de nosotras y ten�a
miedo de encontr�rmelo.
Efectivamente, Alberto estaba ah�, en la puerta de su casa.
Ten�a 63 a�os y daba asco nada m�s verlo dado que su aspecto era sucio y su olor
era nauseabundo.
Pas� lo m�s r�pido posible por su lado, sin embargo, tuvo la
habilidad suficiente de rozar con su polla mi culo resping�n la que sent� en una
r�faga, a pesar de que entre su polla y mi culo, nos separaban sus ra�dos
pantalones cortos y mi short diminuto.
De alguna forma, aquello me excit�, teniendo en cuenta que me
hab�a pasado la ma�ana toc�ndome. Aunque el tipo no me gustaba en absoluto, lo
incitaba con aquellos tops reducidos que sol�a vestir, a �l y a todos mis
vecinos, que no vean como me miraban.
No pude evitar fijarme en la expresi�n al vejestorio que se
relami� de gusto por el contacto al tiempo que se la tocaba sin pudor.
La cosa no paso de ah�. Yo segu�a con mis toqueteos a
escondidas por las ma�anas y por las noches, con mis amigos, procurando consumar
todos mis deseos, no paraba de follar con todo aquel que me lo propusiera y si
no me lo propon�a nadie, ya me buscaba yo la vida, el caso es que me estaba
convirtiendo en una ninf�mana casi sin darme cuenta.
De nuevo, una noche m�s de fiesta, pero esa noche, ni un mal
polvo, eso que me vest� pidiendo guerra con un vestido blanco bastante sexy,
diminuto con un amplio escote y finos tirantes cuyo color blanco contrastaba con
mi moreno de la piscina a la que alguna aislada vez, me arrastraba alguna amiga
a acompa�arla. Una descomunal borrachera, hizo que apenas pudiera abrir el
portal.
Cuando fui a coger el ascensor, observo con fastidio que
estaba "Fuera de Servicio" una vez m�s, as� que me toc� subir las escaleras
andando, lo que por un lado me har�a un favor, a ver si as� se me pasaba el
coloc�n que llevaba encima.
Llego al tercer piso, la puerta de mi vecino estaba entornada
pero �l no estaba esper�ndome lo que por un lado me decepcion�, me puso tan
cachonda la otra vez, que yo misma me sorprend� ante mi actitud. Sub� las
escaleras y al llegar a su puerta, siento unas manos sudorosas cogerme del brazo
y meterme hacia lo que descubr� al instante era la casa de mi vecino Alberto que
susurr� a mi o�do con voz ronca "putita� que ganas de pillarte que ten�a, hoy va
a ser mi ocasi�n de oro. Mi mujer se ha ido a cuidar a su hermana a su pueblo y
no volver� en varios d�as" Meti� la mano descaradamente por debajo del vestido,
sus rudos dedos retiraban el tanga al tiempo que segu�a "Uhmmm vaya, est�s
mojada, pero que puta, vas a darte a un viejo, eso me excita mucho m�s, lo
sabes, zorra?" me dijo mientras llenaba de babas mi cuello.
Me qued� sin palabras, pero abr� las piernas para que me
sobara bien "Pero te ves? M�rate criatura, est�s borracha, que buen momento para
cogerte bien! Oh, s�, una peque�a putita adolescente va a jugar un ratito con su
vecinito cachondo, verdad que vas a ser buena? (asent� con la cabeza) pero que
guarra que eres! Vas a ver ahora cuando la sientas sin la ropa, ya ver�s lo que
tengo para t�"
Me acord� cuando not� su bulto tras la barrera de la ropa y
quise imagin�rmelo apoyado en mi carne y se lo toqu�, not�ndolo dur�simo, le
ca�a a un lado y por entre el pantal�n se lo trat� de buscar pero mis manos eran
torpes. Sent� asco de m� misma, pero estaba demasiado borracha y demasiado
caliente y mi mente no pod�a pensar m�s que en la mano de ese baboso por mi
co�ito y trataba de comparar aquello con respecto a cuando me lo hac�a yo misma
y no hab�a color, en realidad, era m�s rico eso, unos gordos dedos meti�ndose
descaradamente todo lo profundo que se pueda imaginar. Nunca me hab�a masturbado
meti�ndome dentro los dedos y los l�quidos que chorreaban por mis muslos eran la
prueba de lo mucho que estaba disfrutando.
El viejo, me llev� en volandas al sof�, me tumb� y apenas
hizo falta que me subiera el vestidito ya que al caer y ser tan corto, ofrec�a
ante sus ojos mi co�o dotado de un fino y escaso vello, con el apartado tanga
que se me clavaba en la ingle, el cual se apresur� a arrancarme de entre las
piernas.
Alberto gem�a tir�ndose encima de m�. Con los nervios de
tenerme tan dispuesta, no sab�a por donde empezar. Me bes�. Sent� su lengua
maloliente buscar la m�a y se la di aunque ya no quer�a seguir, estaba asustada
pero, tal como me ocurr�a con los amigos, no me atrev� a decir "NO" y me dej�
hacer, notando los tirantes del vestidito bajar por mis hombros ense��ndole mis
pechos altos y provocativos que le dec�an "c�meme" La lengua no se hizo esperar
en los pezones tiesos y puntiagudos y mordisqueaba golosamente sustituyendo su
lengua por sus sudorosas manos apoyadas en ellos magre�ndolos a su antojo.
Se incorpor� un poco y se baj� el pantal�n corto saliendo una
enorme y gorda verga con un capullo sonrosado y el miedo no disminuy�, al
contrario, ahora sent�a p�nico al dolor ya que nunca me hab�an metido algo tan
grande.
Como no llevaba m�s nada puesto, su asqueroso cuerpo qued�
desnudo encima del m�o, pudiendo notar cada pliegue de su arrugada piel y su
barriga sudorosa aplastarme como una hormiguita.
En un momento dado, mientras me lam�a la lengua, sent� su
cipote caer encima de mi raja caliente a lo que respond� como un resorte
abriendo las piernas, como buscando m�s de ese contacto c�lido.
Para Alberto, no pas� desapercibida la intenci�n, separ� la
boca de la m�a e hizo una mueca que parec�a ser una sonrisa al tiempo que me
levantaba las piernas restregando bien la punta de su cipote contra mi vulvita
que estaba toda hinchadita. Aquello era delicioso, puse los ojos en blanco del
gustazo que me daba aquello y me hac�a tantas cosquillas que cre� mearme y mi
orondo amante me dijo entonces "Como te gusta, so puta! Como te gusta que te la
pasee y sentirla, verdad?" No dejaba de mene�rsela mientras me acariciaba de
aquella manera tan distinta a lo que hasta ahora hab�a conocido. Todo era
extra�o para m� y me odiaba por disfrutar con un cerdo como ese pero lo cierto
era que estaba m�s feliz que nunca en mi vida. La punta del glande paseaba
descaradamente por lo largo de mi chochito inmaduro, que relajadamente se dejaba
querer por la barra incandescente que la invad�a.
La bola de grasa se separ� de m� mientras hac�a ruidos y
jadeos al tiempo que me segu�a insultando "Uh, uh, uh que bien, que gusto
frot�rtela! Mira como te mojas. Mucho mejor que con ropa, verdad so cerda? Est�s
ida totalmente, si te vieran tus padres ahora, se horrorizar�an de tener una
hijita tan guarrona" Mis tetas, segu�an presas en sus manazas. Era el delirio.
Alberto, fuera de s�, me pellizcaba tirado encima de m� y yo sintiendo su
colgante rozarme, abr� las piernas hasta que movi�ndome un poco, consegu�
situarlo en la puerta de mi co�o y as� me qued� quietecita para que el viejo
verde, lamiera y pellizcara mis tetas a su antojo y yo disfrutar de la dulzura
de su prepucio contra m�, toda caliente y abandonada, con ganas.
De nuevo, era exquisito, el badajo chocando contra mi co�ito
inexperto. Inconscientemente abr�a las piernas para notarlo cerca, c�lido y
suave. Era maravilloso y un incre�ble para�so de sensaciones nuevas se abr�a
ante m�.
Estaba tan absorta en aquel placer, que cuando el vecino,
baj� con su boca y sus babas hasta chuparme el co�o, me sent� algo decepcionada
por haberse apartado de m� pero antes que me diera cuenta comenz� a lam�rmelo
como nunca antes me lo hab�an lamido y era delicioso sentir la lengua follarme.
Me hab�a vuelto loca? Tan puta era? O estaba borracha? Todo
eso era una inveros�mil para ambos: ni en mis m�s rec�nditos pensamientos, me
figur� disfrutando d�cilmente con la lamida de ese ser deleznable y por su
parte, bueno, que decirles� es obvio que una chica como yo, suave y joven
dif�cilmente se abrir�a de piernas para dejarle disfrutar de su cuerpo y
entreg�rselo sin el m�s m�nimo pudor y hab�a que tener tripas, pero estaba tan
rico todo aquello que me limit� a disfrutarlo sin l�mites.
Me corr� en su boca, no pod�a m�s, entre jadeos y
convulsiones me fui como nunca imagin� que llegara a hacerlo, abriendo las
piernas y rode�ndole con ellas mi cabeza apret�ndole con ellas contra m�.
De nuevo, un gesto parecido a una sonrisa, subi� y me meti�
toda esa masa de carne que le colgaba, en la boca y me dieron ganas de vomitar,
aunque me contuve, de esta manera, me oblig� a que se la mamara lo que me trajo
a la realidad de cuanto estaba haciendo d�ndome de aquella manera tan baja a un
anciano y sent� asco por el fuerte olor a orina que desped�a, pero mi compa�ero,
no estaba dispuesto a dejarme ir tan de rositas e insisti� hasta que se la
chup�: "Eso es, ch�pamela, m�tetela entera en la boca. Lo ves como no tienes
verg�enza? Si es que eres una ni�a muy puerca. Siempre he sabido al verte, que
me la mamar�as. Anda, p�nmela dura que te la quiero meter toda, ya ver�s que
rico vamos a pasarlo. Te voy a follar delicioso, ya ver�s que bien. Uhm, que
putilla que eres, mira lo que te pasa por beber m�s de la cuenta, que acaba
foll�ndote cualquier pat�n"
Lam� tratando de disimular aquella repugnancia como pude y la
erecci�n, se hizo a�n m�s intensa, mostr�ndome as� una manguera brillante de
saliva y a pesar de estar sucia, me daba much�simo gustito y me sent� obligada a
corresponder de forma apetitosa para �l, aunque la ilusi�n de mi vida, no era
precisamente comerle el rabo a un viejo pervertido.
Pasado un rato (que para m� fue eterno) me la sac� de la
boca, se arrodill� frente a m� y levant�ndome una pierna, volvi� a frotarme la
vulva de aquella manera deliciosa y de nuevo, comenzaba a temblar de deseo.
Estaba tan ebria que se me ca�a la baba literalmente por la polla, la quer�a, la
necesitaba, estaba hambrienta de ella que perd�a el sentido ante aquellos
frotamientos tan dulces. El se dio cuenta y me dijo entre dientes "est�s
babeando del gusto, cerdita m�a. Mira como te las restriego por la cara" Era
t�rrido pero la borrachera me ceg�, nada importaba ya que oliera a pis, todo me
daba vueltas, aquello me estaba mareando pero era curioso ya que cuanto m�s me
frotaba, m�s me picaba mi peque�a rajita sedienta y necesitada de aquellas
caricias tan sensuales.
De pronto, casi me voy a correr, mi cuerpo vibrando y mi voz
suave gimiendo y apenas en un susurro, le suplicaba "m�s� m�s� oh, s�,
m�s..uhmm" como una gatita en celo roneaba cuando siento otra vez su peso caer
sobre m�, solo que esta vez, me meti� todo aquel sable de un tir�n haci�ndome
sacar un grito que me sal�a de las entra�as, pero no era de dolor, como pensaba,
no, era de un gusto hasta ahora desconocido para m�, acompa�ado de un calor que
me abrasaba el cuerpo y mi co�o se inund� de l�quido de una manera brutal. Me la
hab�a metido entera y no iba a hacer nada para evitarlo. En el fondo, estaba
dese�ndolo.
Alberto se qued� quieto encaramado en mi cuerpo, me elev� un
poco mi culo y comenz� a moverse, sus palabras, al contrario de insultarme, me
hac�an mojarme m�s y �stas acompa�adas de la polla movi�ndose desde lo m�s
profundo de m�, me hicieron abandonarme por completo al acoplamiento.
"UHMMMMM puta! Puta!" (gritaba el viejo) que zorra, que
caliente, s�, s�, eres puta borracha y est�s caliente y yo te estoy follando (no
paraba de darme fuerte) Toma, (m�s golpes de polla) toma, toma, puta (me segu�a
dando, aquello me estaba volviendo loca) te la voy a encajar toda enterita;
m�rate si eres puta, que no puedes evitar ni d�rselo a un viejo sesent�n" y yo
gritaba fuera de m�, hab�a perdido el control sobre mi persona y solo quer�a ser
follada sin cesar, me daba igual por quien.
Su barriga se bamboleaba encima de m� que dej�ndome
abandonada como una mu�equita rota, debajo de aquella mole disfrutaba como nunca
y descubr� que as� s� se me apaciguaban los picores. Tal como me hab�a
asegurado, me follaba muy rico y disfrutaba horrores. Se hac�a necesario, que
pusiera una rodilla en el sof� y un pi� en el suelo para met�rmela mejor y m�s
profundamente. As� s� que me lo hac�a bien, me entraba hasta la garganta. El t�o
disfrutaba como un cabr�n entre mis piernas y gem�a diciendo "oh, ahora s�,
puta, ahora s� que la sientes, m�rate, eres una completa cerda. Puta! Puta!
Puta! Tu co�o para m�, puta! M�rate la raja como se come mi cilindro" Mientras
yo, con los ojos vueltos sent�a que la vida se me iba del gustazo tan tremendo
que aquel sinverg�enza me estaba dando.
De pronto, tuve percepci�n de lo que estaba pasando, le mir�
a la cara y como si el efecto del alcohol se me hubiese pasado, que de hecho,
as� era, percib� la realidad: el muy asqueroso, se hab�a aprovechado que hab�a
bebido, estaba abusando de m� y dese� que aquello acabara cuanto antes. De
alguna manera hab�a vuelto al mundo real y mientras me dejaba hacer, me sent� el
ser m�s infeliz del mundo, una mierda de mujer, cuya calentura y el alcohol, le
hab�an jugado una mala pasada y todo aquello, hasta ahora placentero, se torn�
l�brego y sucio, pero ah� estaba con las piernas y brazos abiertos aparentando
estar tan entregada como instantes atr�s, si bien toda la l�vido de antes, hab�a
quedado muy lejos.
Iba tan sobrada �ltimamente, que mi vicio hab�a tocado fondo
y a mi hambre de polla ya no le bastaba un polvo con el chico de turno que me
gustase, ya me ten�a que revolcar con el primer viejo chocho que me lo
propusiera como mi vecino, un anciano gordo y denigrante, pero me hab�a dado lo
que sin saber estaba deseando un buen nabo follador y mientras estos
pensamientos surcaban mi cabeza, el rabo sal�a de m� para volver a surcar las
paredes de mi co�o que se abr�an sin pudor para albergar de nuevo la verga
entera, haci�ndome notar cada cent�metro que iba y ven�a a su antojo que, entre
lamentos y rabia de m� misma, logr� arrebatarme otro orgasmo brutal.
Instantes despu�s, al viejales, le dieron unos temblores que
me dieron miedo. Estaba corri�ndose frotando mi barriga contra mi plano vientre,
mientras me follaba m�s fuerte si cabe. Yo me qued� quieta esperando que
acabase, presa de la ansiedad. Cay� encima m�o como un peso muerto y sent� que
la polla, ya fl�cida, sali� por fin de mi cueva de la que sal�an toda clase de
fluidos pastosos.
Pasados unos minutos, que me parecieron interminables y una
vez repuesto, se levant� para limpiarse y darme una toalla: "toma, zorra,
l�mpiate que me he corrido dentro" me quit� como pude aquel l�quido espeso,
busqu� el vestido, me lo coloqu�, ahora me sent�a humillada, ultrajada y sal�
corriendo olvid�ndome el tanga all�, dej�ndome al puerco ese tirado en el sof�
con la respiraci�n ahogada intentando recuperarse de su corrida y con la extra�a
sensaci�n que aquello hab�a ocurrido sin estar en mis plenas facultades.
Antes de irme, le o� decir entre jadeos "volver�s, s� que
volver�s porque has disfrutado como nunca, so guarra, adem�s, bebes demasiado
cuando sales por ah� y el chocho pica mucho despu�s" Cerr� la puerta y llor�,
lamentando profundamente haber ca�do tan bajo. Mi lascivia no ten�a l�mites y
ten�a la impresi�n, que dentro de m� hab�a quedado un vac�o muy grande que aquel
poll�n hab�a abierto dentro de m�.
Sub� para mi casa, sabiendo que no ser�a la �ltima vez que
har�a escala en casa del sucio Alberto.
FIN