GORDO DE LAS 6 EN PUNTO (5)
CAP�TULO V: JUEGOS PELIGROSOS.
Es muy dif�cil de explicar, pero el contacto de sus labios
con los m�os me hizo comprender muchas cosas.
Antes que nada supe con s�lo sentir su beso, que Junior me
quer�a de verdad.
No me estaba mintiendo.
No, por lo menos en el fuerte sentimiento que �l dec�a que
ten�a hacia m�.
Muy pocas veces tuve la plena certeza, tan s�lo con recibir
un beso, de estar ante alguien a quien yo le importaba mucho.
Lejos de sentirme mal por ese beso, tuve un bienestar
interior que respond�an varias de las preguntas que me hab�a formulado con
anterioridad.
Junior era ante todo un amigo.
Nunca har�a algo que me da�ara.
Por ende, era una persona de fiar.
Deb�a suponer entonces, que tendr�a que admitir con m�s
fuerza, la posible credibilidad de toda la historia que �l hab�a compartido esa
noche conmigo.
Me estaba haciendo pensar muy seriamente que lo �ltimo que �l
quer�a era da�ar esta amistad que ten�a conmigo. Y no podr�a estar minti�ndome
con esto.
No deber�a estar haci�ndolo!
Me qued� tranquilo, porque fue tan s�lo un beso lo que me
rob�. Pudo haber hecho lo que �l hubiera querido conmigo. Estaba a su entera
disposici�n y no podr�a haberme resistido si �l hubiera querido hacer cualquier
otra cosa conmigo. Pudo haberme acariciado y hasta jugado con mis genitales si
se lo hubiera propuesto y sin haber hecho demasiado esfuerzo desde la posici�n
en que se hallaba en ese momento, ya que yo estaba demasiado aturdido y me
sent�a d�bil, casi sin fuerzas, como para poder siquiera intentar evitarlo.
Sin embargo no lo hizo. S�lo me estamp� un inofensivo beso en
los labios.
Simple.
Un poco h�medo por haberlo hecho debajo de la ducha.
Sin lengua.
Pero cargado de erotismo y de amor.
Finalmente, se hab�a sacado el gusto. Me hab�a dado ese beso
que lo obsesionaba y que yo le negaba constantemente.
�l lo disfrut� mucho.
Y para ser muy sincero, yo tambi�n.
Realmente no hab�a sido tan traum�tico como yo pensaba.
En realidad no hab�a dejado de ser m�s que un inofensivo
beso.
La lluvia segu�a cayendo sobre nuestros cuerpos y nuestra
escasa indumentaria ya se estaba tornando casi invisible de lo tan mojada que
estaba.
Sus caricias de afecto sobre mi rostro no cesaban.
Cerr� el grifo de la ducha.
Se puso en pie y fue hacia el placard de donde extrajo dos
toallas.
Verlo parado all�, mir�ndole esos imponentes pezones gigantes
y oscuros , sumados a esos rollos deliciosos que se transparentaban a trav�s de
toda su camisilla mojada, me mataba de ganas de llamarlo para que apretara su
cuerpo contra el m�o nuevamente.
Me dio la espalda, se quit� la prenda para dejarme ver tan
s�lo por unos segundos la impresionantemente ancha espalda mojada, y se puso una
de las toallas sobre los hombros que ocult� parte de su torso, lo que me impidi�
continuar deleit�ndome la vista; volvi� a ponerse de frente y se acerc�, para
envolverme con la otra.
Me levant� con sus brazos sin esforzarse en demas�a, me llev�
y me deposit� sobre la cama de una plaza en la que yo hab�a intentado pasar la
noche. Una vez all�, me frot� el pelo con la toalla, luego el resto de la
cabeza, el pecho, los brazos y las piernas. �l hizo lo mismo con su propio
cuerpo y se quit� los calzoncillos. Su gran vientre me impidi� obsevar sus
genitales, pero la forma tan natural como se desnud� completamente en mi
presencia, me segu�a haciendo notar lo mucho que este muchacho me quer�a y me
reafirmaba lo tanto que confiaba en m�.
Lo hizo como si se hubiera tratado de algo rutinario, sin
mediar nada extra�o de por medio. Como si fuera lo m�s normal del mundo hacerlo
delante de un amigo sin ninguna intenci�n sexual.
"Quieres que yo te seque lo que falta, o lo vas a hacer tu
mismo?" Pregunt� sonriendo, refiri�ndose a las partes ocultas por mis
calzoncillos.
Me los quit�, tap�ndome en todo momento con la toalla, pero
Junior no dej� de observarme como para poder espiar lo que yo no le permit�a
ver.
"Tr�eme unos interiores secos de mi bolso, por favor." Le ped� y fue hasta �l
para traerme lo que le solicit�.
En su camino de vuelta hacia m�, llev� la prenda a su nariz y
aspir� fuerte.
�l no tuvo empacho en realizar eso delante de m� y eso me
sentir muy mal, porque cuando yo hice lo mismo con los suyos, no me anim� a
hacerlo en su presencia.
Se pase� delante de m� totalmente sin ropas y sin avergonzarse por ello. Pude
comprobar que los hematomas los ten�a en ambos gl�teos. Realmente me entristec�
con ese panorama.
"Junior, ponte los calzoncillos, no quiero que est�s
modelando delante de m� en pelotas." Dije como oblig�ndole a hacerlo.
Fue a su dormitorio y cuando volvi�, tra�a puestos unos slips
ajustados de color blanco que me excitaban a�n m�s que verlo desnudo.
Sus nalgas redondas, bien formadas y completamente paradas
dentro de esa prenda, me volv�an a�n m�s loco ya que se ve�an totalmente
apetitosas.
Tambi�n se hab�a puesto una nueva camisilla, que le quedaba
m�s justa que la anterior, y que le contorneaba todo el ondulado cuerpo.
Dios m�o!
Una vez que estuve seco, me puse los calzoncillos y sin darme
respiro, y sin soltar palabras, el muchacho me alz� nuevamente traslad�ndome
hacia su dormitorio donde me deposit� sobre la cama de dos plazas.
"Me gustar�a que te acostaras conmigo. S�lo para sentir tu
cuerpo �calientito� otra vez pegado al m�o." Dijo como suplicando.
"Ni lo pienses!" Exclam� esperando que no insistiera ya que
tem�a terminar rindi�ndome a sus solicitudes.
"Zesna, t� no comprendes que a pesar de que me atraen los
obesos, t� me excitas demasiado. Eso no deber�a impedir que podamos estar
juntos, ambos completamente en pelotas, ya que quiero que sepas que la amistad
que nos une es la �nica culpable de que me contenga y no te haga el amor
violentamente y en este mismo momento." Dijo de pronto y para mi asombro,
mir�ndome a los ojos mientras permanec�a a�n parado al costado de la cama.
Observ� su rostro para ver una sonrisa que me indicara que
estaba gast�ndome una broma. Por supuesto que la sonrisa no apareci�, y ca� en
la cuenta de que su comentario fue extremadamente serio.
Mir� su entrepierna para comprobar que algo estaba latiendo
all� por dentro de su slip y haciendo fuerza desde adentro para levantar su
panza hacia arriba.
Me repet� a m� mismo lo que acababa de escuchar, para evitar
alguna mala interpretaci�n. No conforme con eso, le exig� que me lo reiterara
nuevamente, y lo hizo sin inmutarse, palabra por palabra.
"Eso no es cierto, Junior. No lo vamos a hacer porque yo no
quiero." Le dije demostr�ndole que su dicho me hab�a puesto molesto y para que
le quedara bien en claro.
"No, Zesna. Si no fu�ramos amigos, nada impedir�a que te
violara salvajemente para satisfacer todos mis deseos sexuales." Replic�
dej�ndome at�nito. "Y si yo lo quisiera de ese modo, t� no podr�as hacer nada
para evitarlo."
"Pero qui�n te crees que eres?" Dije enojado. "T� est�s muy
equivocado, Junior. Veo que est�s muy mal acostumbrado. Por Dios, hasta dir�a
que te est�s comportando como un perfecto maleducado. Te piensas que todo el
mundo gira alrededor tuyo y que t� puedes hacer lo que te venga en gana con
todas las personas? Pues de dir� que no es as�. Yo no soy como t� piensas, no me
puedes comprar como a los dem�s, y no lograr�as que yo hiciera algo que no
quisiera hacer."
"Est� bien, Zesna. No te preocupes. Ya te dije que no te har�
nada porque somos amigos." Dijo con una calma tal, que me irritaba a�n m�s.
"Es que t� no entiendes." Dije a�n m�s furioso todav�a. "T�
no decides. Es mi decisi�n, no la tuya."
"Muy bien, pero s�lo porque somos amigos." Dijo y sonri�.
Eso hizo que la ira me abrazara por completo.
"No est�s escuchando, Junior. Si no fu�ramos amigos, tampoco
eso ocurrir�a." Dije.
Me mir� y su sonrisa no se borr� de su rostro.
"Zesna, si no fu�ramos amigos, t� no podr�as impedir absolutamente nada de lo
que quisiera hacerte." No sab�a qu� era lo que me molestaba m�s, si lo que me
estaba diciendo, o su sonrisa burlona, o bien su manera tan calma de hablarme.
El �nico que hab�a perdido la compostura era yo, no �l.
"Pues, s�lo int�ntalo." Le espet�.
Me mir�, ahora seriamente borrando la sonrisa de sus labios.
Posiblemente no se esperaba mi reto.
"No... olv�dalo. Es que no quiero perder tu amistad." Dijo al
cabo de unos segundos, ahora con un atisbo de preocupaci�n en su rostro.
"No te preocupes; tan s�lo quiero una demostraci�n de lo que
me har�as si no fu�ramos amigos. Te prometo que eso no da�ar� de ning�n modo
nuestra relaci�n." Dije ahora estando seguro de que
�l estaba presumiendo.
Su rostro cambi� instant�neamente. Ahora su preocupaci�n dio
paso a algo que traduje como parecido a la desesperaci�n.
"Qu� te sucede? Quiero que me lo demuestres. T� no puedes
gobernar al mundo, Junior. Qui�n te crees que eres? Darth Vader controlando al
imperio y rigiendo el destino de toda la galaxia?" Dije sarc�sticamente, y ahora
el que sonre�a era yo.
Dud� un segundo y not� su tremendo nerviosismo.
"Anda, demu�stramelo." Le dije sin dejar de alentarlo.
Segu�a convencido de que el muchacho se hab�a ido de boca y
que estaba fanfarroneando.
"Zesna, olv�dalo... S�?" Sus palabras parec�an m�s bien un
ruego para que terminara la conversaci�n all�.
Pero yo ya me hab�a enfurecido totalmente. Quer�a darle un
escarmiento que seguramente estaba necesitando y su padre no le pod�a dar.
"No, no lo voy a olvidar. Quiero que me demuestres qu� har�as
si no fu�ramos amigos." Repet� una vez m�s.
Ahora tan solo me miraba sin parpadear.
"Anda, qu� sucede?" Decid� continuar ret�ndolo para terminar
de convencerlo a que tan solo hiciera un intento. "Te asustaste?"
"No... Es que si lo hago te enojar�s conmigo." Contest�
t�midamente.
Eso me convenci� de que estaba buscando una excusa para
disculparse.
"Est� bien, Junior. Disc�lpate conmigo y te perdono." Le
dije.
"Me perdonas? ... Pero, por qu�?" Pregunt� y eso continu�
enfureci�ndome.
"C�mo por qu�?" Dije totalmente fuera de m�. "Porque quieres
tomarme el pelo y te das cuenta que al menos conmigo no lo puedes hacer."
"No... yo..." Balbuce�.
"Pues ahora te puedes liberar del embrollo en que te has
metido, tan s�lo con una disculpa." Le inform�.
"Est� bien, Zesna." Dijo y cuando pens� que vendr�a alg�n
lamento de parte suya, o tal vez una s�plica, o bien la disculpa que estaba
esperando, simplemente se puso de costado encima de la cama, para quedarse
enfrentado a m� de perfil.
"Qu� haces?" Pregunt�.
"No me pediste una demostraci�n?" Pregunt�, pero me segu�a
pareciendo a un ruego. A�n su mirada ocultaba impl�citamente alguna s�plica para
que lo detuviera.
Cada vez estaba m�s convencido de que el muchacho hab�a dicho
algo sin pensar, y que nunca tuvo realmente las ganas de realizarlo.
"Estar� todo bien, Junior. S�lo demu�strame a qu� te refer�as
con eso que me dijiste que me har�as." Insist� sin embargo para darle un
escarmiento.
Me abraz� lentamente por el cuello.
No me resist� a eso.
Acerc� su rostro y presion� sus brazos levemente como para
sujetarme y ahora s�, ya no pude detenerlo.
Acerc� su boca a la m�a, la evit� y �l se apret� contra mi
cuerpo hasta que me empuj� para dejarme de espaldas contra el colch�n y acto
seguido se subi� encima de m�.
Se me cort� la respiraci�n al sentir todo ese peso apoyado
sobre mi cuerpo.
Lo comenc� a golpear sobre los muslos para que se saliera de
all�. Primero suavemente y luego lo m�s fuerte que la posici�n me lo permit�a.
"Recuerdas que me gusta el castigo?" Dijo con una sonrisa.
"Sigue as� que me est�s excitando a�n m�s de lo que estoy."
Me ten�a a su absoluta disposici�n, y por m�s que yo me mov�a
para los cuatro costados intentando evitar todo lo que me pudiera hacer, me
sent�a literalmente una v�ctima indefensa. �l permanec�a inmutado haciendo
totalmente caso omiso a mis empujones y golpes que lo molestaban menos que un
mosquito.
Puso toda su humanidad apoyada sobre mi vientre,
inmoviliz�ndome las piernas con las suyas.
Sent�a presi�n.
Sent�a dolor.
Sent�a placer!
Ahora con sus manos me sostuvo la cabeza para detener todo
movimiento y que no intentara resistirme.
Acerc� su boca hasta dejarla a mil�metros de la m�a.
Forceje� para poder zafarme, pero todo esfuerzo era in�til.
Estaba de tal modo sobre m�, que lo �nico que me permit�a
mover eran los brazos, aunque estaban completamente impedidos de hacer m�s nada
que aletear como un colibr� herido.
Mir� detenidamente mis labios y luego dirigi� su mirada a mis
ojos que estaban poco menos que aterrorizados por estar en esa situaci�n
bastante inc�moda.
Pas� su lengua sobre mis labios en forma reiterada para
demostrarme que estaba en control total de la situaci�n, hasta que ados�
finalmente los suyos a los m�os y me bes�; primero suavemente, y luego entrando
paulatinamente en un estado de desesperaci�n que hicieron temer por mi
seguridad, ya que hasta me mordisque� levemente lo que hizo que la herida se
volviera a abrir, y un fino hilo de sangre manch� uno de sus propios labios.
Extrajo su lengua, me toc� la herida con ella, se la llev� te�ida de rojo de
nuevo para dentro de su boca y la sabore�.
Ahora sus movimientos eran como si �l fuera un lujurioso
obseso sexual, lo que posiblemente lo ceg� por unos instantes y perdi� el
control total de sus acciones.
"Me haces da�o, Junior." Le dije al no poder aguantar m�s
tiempo sus 160 kilos de peso que estaban casi �ntegramente descansando sobre mi
cuerpo, descuido que atribu� tan s�lo por verlo v�ctima de una ceguera, producto
de esa excitaci�n irrefrenable y que iba gradualmente en aumento.
"No te gusta?" Pregunt�.
"No!!!"
De pronto sent� que su pierna se apoy� directamente encima de
mi erecci�n.
"Tu amiguito dice todo lo contrario." Dijo y sonri�.
Sin embargo, afloj� la presi�n, pero sin siquiera intentar
salirse de donde estaba, por lo que eso me hizo percatar que todo estaba muy
lejos de finalizar.
Ahora estaba en posici�n de sapo. Con sus rodillas apoyadas a
ambos lados de mi cuerpo contra la cama, con ambas piernas arqueadas hacia
adentro y con sus pies haciendo fuerza hacia fuera y hacia abajo, como si fueran
dos garras impresionantes, inmovilizando fuertemente mis piernas. Su panza
apoyada levemente sobre mi pecho, sus codos sosteniendo su propia humanidad, sus
brazos inmovilizando parte de mis brazos y con ambas manos sujet�ndome la
cabeza, y su propia boca y lengua maniobrando a gusto sobre mi rostro.
Todo me pareci� terriblemente er�tico, y no pude menos que
imaginarme que �l mismo estaba encima de m� con sus piernas bien separadas, y
aunque con sus calzoncillos puestos, deber�a tener su agujero bien abierto por
la posici�n en que se encontraba, apuntando directamente hacia el techo de la
habitaci�n.
Pas� su lengua por toda mi cara y luego lami� nuevamente mis
labios llev�ndose nuevamente parte de mi sangre con su lengua.
Realmente me dio verg�enza por no poder defenderme. Nunca
pens� que pudiera llegar a estar en tal situaci�n con nadie, pero mucho menos
que ese alguien fuera un chico de tan s�lo 15 a�os.
En mi vientre sent� de repente una punzada fuerte que comenz�
a presionar hacia abajo. Fui consciente que eso era su erecci�n ya que la hizo
latir un par de veces y permaneci� apret�ndola contra mi cuerpo.
Despu�s de que me humill� de la forma como lo estaba
haciendo, y tras lamidas reiteradas que s�lo finaliz� cuando �l mismo decidi�
hacerlo, ech� todo su cuerpo hacia mi lado izquierdo, me tom� fuertemente del
brazo derecho y sin darme cuenta siquiera ya estaba boca abajo contra el colch�n
con la cabeza enterrada en la almohada.
Fue incre�ble.
Me dio vuelta como quien hace lo mismo con la p�gina de un
libro. Sin esfuerzo, sin ning�n tipo de obstrucciones ni interferencias. Me
inmoviliz� nuevamente con sus piernas y brazos y otra vez se me subi� encima de
la misma forma en que estaba anteriormente.
Ahora uno de sus codos me presionaba sobre la espalda para
impedir mis movimientos y con sus piernas segu�a manteniendo las m�as
prisioneras.
Sent� que apoy� su gorda lengua en mi nuca y que fue
descendi�ndola, lami�ndome toda la columna vertebral hasta el comienzo de mi
trasero; me baj� violentamente los calzoncillos hasta las rodillas y con la
palma de su mano me acarici� una nalga, y luego de recorrerla en toda su
extensi�n, tom� la otra e hizo lo mismo.
"Ya es suficiente, Junior." Le dije de boca para afuera, pero
en mi interior realmente deseaba que ignorara mi demanda y que prosiguiera con
sus acciones.
No satisfecho con lo que hab�a hecho, ahora pos� su mano en
mis test�culos por detr�s y comenz� a acariciarme desde all� hacia arriba,
explor�ndome toda la raja del culo en el trayecto con uno de sus dedos
presionando levemente como para hac�rmelo sentir. Por m�s que hice un esfuerzo
por cerrar mis piernas, me fue totalmente in�til el poder tan solo moverlas.
Cuando toc� mi agujero, se detuvo, lo rode� y sigui� hacia arriba por toda mi
espalda hasta llegar hasta mi cuello. Una vez all�, comenz� el recorrido
inverso, y esta vez el viaje de retorno tuvo como �nico destino mi orificio
anal.
Me presion� el culo con uno de sus dedos y eso lo hizo
excitarse a�n m�s.
Ahora en forma desesperada, abri� a�n m�s cada una de mis
piernas con ambas suyas, y con la presi�n de ellas, me las mantuvo completamente
inm�viles. Me ten�a bien abierto y a su entera disposici�n y yo ni siquiera me
pod�a mover por lo que todo intento de resistirme continuaba siendo in�til.
Ten�a todo su peso sobre mis piernas, y con uno de sus brazos
me manten�a inm�vil contra el colch�n.
Volv� a realizar alg�n tipo de forcejeo, pero cada vez que lo
intentaba, sent�a un dolor impresionante en las piernas, por lo que lo m�ximo
que pude conseguir fue hacerlo re�r y burlarse de m� en forma socarrona.
"Eso es todo lo que puedes hacer para defenderte?" Dijo entre
una carcajada y la otra.
Estaba a su merced completamente, pero la excitaci�n me
ganaba en forma total. No pude dejar de pensar en que �l mismo me hab�a
advertido que podr�a violarme. Tal vez en lo m�s �ntimo de mi ser, era lo que yo
buscaba en realidad. Que alguien como �l terminara finalmente por romperme la
virginidad.
"Est� bien, Junior, te creo." Dije desesperado. "Me has
convencido. Termina aqu� tu demostraci�n."
Ciertamente mi desesperaci�n llevaba impl�cita la s�plica de
que no se detuviera. Estaba rendido inconscientemente a estar totalmente a
merced de este chico.
Por suerte hizo caso omiso a mis ruegos; se acomod� mejor
sobre mi culo y sent� que puso dos de sus dedos sobre orificio anal, me acarici�
el centro mismo y presion� con cada dedo para un lado distinto como para
abr�rmelo y mantenerlo as� lo m�s posible. Sent� dolor. En ese momento, acerc�
su rostro a mis labios anales, y sent� algo h�medo y �spero sobre ellos, por lo
que adivin� que fue su lengua la que arremeti� contra mi agujero. La introdujo
levemente y me estamp� un beso. Acto seguido, volvi� a la posici�n anterior, y
me roz� el ano con el dedo pulgar que sent� extremadamente m�s gordo y �spero, y
que no dej� de presionar fuertemente como para intentar meterlo en mis entra�as.
La puta madre, quer�a meterme el dedo dentro. Eso me causaba
dolor, pero todos los que han pasado por eso, ya saben que ese dolor es sin�nimo
de placer.
"Ya basta, Junior. No quiero que contin�es." Dije sin
demasiada convicci�n, ahora haciendo fuerza para cerrar mi culo in�tilmente ya
que sus dedos all� me lo estaban impidiendo.
Comenz� el roce desesperado de su dedo gordo contra toda mi
zona anal que invariablemente terminaba con una fuerte arremetida como
intentando penetrarme, pero que nunca llegaba a consumar; y a continuaci�n
volv�a a repetir el juego.
El dolor dio paso inmediatamente a la excitaci�n y por m�s
que le rogaba que no continuara, mi subconsciente anhelaba que finalmente
realizara la penetraci�n. A esta altura, hasta la estaba exigiendo
desesperadamente.
Un par de presiones m�s y una �nfima cantidad de l�quido
provey� una lubricaci�n que humedeci� mi ano. Seguramente se hab�a salivado para
poder lograrlo mejor.
Las presiones continuaban y ahora sent� c�mo me humedec�a
toda esa zona con la yema de su dedo que intentaba ingresar dentro de mis
entra�as. Y cuando cre� que esta vez s� lo har�a, inesperadamente se detuvo otra
vez en el umbral.
Lo quit� completamente y comenz� a rozarlo en forma salvaje y
desesperada alrededor de los labios para terminar presionando nuevamente sobre
el agujero, pero ya no volvi� a intentar introducirlo m�s adentro.
Acerc� nuevamente su rostro a mi trasero y comenz� a lamer en
forma euf�rica, llen�ndome de saliva toda la zona.
Se incorpor� otra vez y continu� su arremetida con la punta
de su pulgar. A partir de ese momento, s�lo me abr�a el orificio, pero sin
presionar. Ahora todo su cuerpo se mov�a acompasadamente tal y como si me
estuviera violando.
La puta madre!
No s�lo me rozaba con el dedo, sino que simulaba culearme.
En determinado momento, sent� nuevamente la presi�n de su
pulgar muy fuerte como queriendo introducirlo dentro m�o y haci�ndome sospechar
que esta vez, s� se animar�a a hacerlo finalmente. Apenas ingres� la yema de su
dedo, cuando nuevamente desisti� del intento, quit�ndolo y tan solo
manteni�ndolo mientras lo frotaba en la antesala de mi orifico.
Comenz� a mover su pulgar de arriba abajo y de derecha a
izquierda y cada segundo que pasaba, sent�a a�n m�s h�meda toda la zona, por lo
que adivin� que continuaba agregando continuamente m�s saliva todav�a, para una
mayor lubricaci�n.
Frot� innumerables veces su gordo pulgar contra la entrada de
mis entra�as, haci�ndome desear desesperadamente ser penetrado de una vez por
todas.
El placer que sent�a no lo hab�a experimentado nunca con
anterioridad.
"Junior, haz algo con ese dedo." Rogu� finalmente con un
d�bil susurro que la almohada ahog� por completo. "Por favor! Enti�rramelo de
una puta vez."
Mi desesperaci�n por sentir dentro m�o aunque m�s no fuera su
gordo dedo, era realmente intolerable, y eso mismo oficiaba de anestesia contra
el dolor que me causaban sus movimientos.
De pronto un gran caudal de l�quido comenz� a ba�arme el culo
y comenz� a descender cuesta abajo por la raja hacia mis test�culos, y de all�
hasta las s�banas. En un principio supuse que continuaba salivando para a�n m�s
lubricaci�n, pero al no detenerse el flujo, supuse lo peor. El dolor de mi culo
me hizo asustar, ya que supuse que finalmente me habr�a logrado desgarrar. A
pesar de que no hab�a consumado la penetraci�n, estaba tan dolorido que ten�a la
certeza que estaba mojado de mi propia sangre, mientras el muchacho se mov�a en
forma muy nerviosa encima de mi, como si estuviera temblando. Seguro que hab�a
visto la sangre y se hab�a asustado.
Sus movimientos se detuvieron completamente.
Un "Lo siento, Zesna", me confirm� que estaba aterrado por el
da�o que me hab�a hecho.
Se sali� de encima m�o y cay� rendido a mi costado derecho
con su cara haci�ndome percatar del tremendo susto que ten�a.
Yo estaba con todo el cuerpo acalambrado como si me hubiera
pasado una aplanadora por encima. Sus ojos me miraban fijamente y su expresi�n
era indescriptible.
No hab�a sonrisa en su rostro, pero estaba terriblemente
mojado por la transpiraci�n. Parec�a haber salido reci�n de la ducha.
Tal vez se vislumbraba algo de cansancio por el esfuerzo,
pero definitivamente demostraba haber ca�do preso de una travesura y
posteriormente seducido por una vor�gine de excitaci�n, cayendo v�ctima de algo
imposible de parar. Definitivamente su rostro denotaba tambi�n un grado alto de
preocupaci�n por haberme lastimado de esa forma, y en espera de no ser objeto de
ninguna reprimenda.
"Por un momento pens� que finalmente me meter�as el dedo
dentro, Junior." Le dije.
"No era mi dedo, Zesna." Contest� simplemente sin dejar de
mirarme directo a los ojos.
Lo �nico que atin� fue a llevar la mano hacia mi trasero. A�n
con la cabeza apoyada en la almohada, humedec� mis dedos con el l�quido espeso y
llev� la mano mojada hacia mi rostro para terminar de darme cuenta que ese gran
lago abundante que estaba mojando mi ano no era mi sangre como hab�a supuesto,
sino que era su propio semen.
Mir� a Junior que me miraba fijamente sin atreverse a mover
ni siquiera los p�rpados, y conteniendo la respiraci�n.
"Sin rencores, verdad?" Me dijo muy seriamente, a�n con la
respiraci�n terriblemente agitada. "Me prometiste que no te ir�as a enojar
conmigo. Zesna, me lo prometiste."
"En verdad me hubieras violado si no fu�ramos amigos?" Le
dije ahora aterrorizado por ser finalmente consciente de lo que sucedi� y lo que
pudo haber sucedido en realidad.
"Casi no me puedo contener, Zesna. Casi lo hago, y ah� si que
no me lo hubiera perdonado nunca. En verdad me hubiera gustado hacerte el culo
ya que adem�s ten�a tu permiso. Pero no lo pude hacer, porque te respeto mucho."
Sus ojos me estaba pidiendo disculpas por lo que hab�a hecho. "T� insististe,
Zesna. No te enojes conmigo, eh? Nunca m�s me vuelvas a poner en una situaci�n
as�, como esa."
"Por Dios, Junior. Debes controlarte. No puedes andar por el
mundo cogi�ndote a cualquiera que se te venga en gana." Dije a�n con el agujero
dolorido y lati�ndome desesperadamente y mis test�culos totalmente empapados y
pegajosos por el esperma del muchacho, que continuaba goteando desde mi raja.
"Lo �nico que falta es que me hagas sentir culpable por lo que acabas de hacer."
"Es que lo eres!" Dijo sin sonre�r. "T� insististe."
Lo mir� nuevamente y su mirada me estaba pidiendo perd�n.
Not� por primera vez que su rostro se ensombreci�. Estaba realmente triste.
"Ven aqu�!" Le dije y arrastr� su cuerpo hacia m� sin
despegarse de las s�banas.
Lo abrac� con un brazo y �l complet� ese abrazo con sus dos
poderosos tent�culos que momentos antes me ten�an prisionero.
Nos apretamos fuertemente el uno contra el otro.
"Junior, te voy a dar un consejo." Dije y como no me
interrumpi�, prosegu�. "Quiero que sepas que yo nunca cojo. Simplemente hago el
amor. Tampoco violar�a a nadie..., jam�s. Ni me acostar�a con alguien que no
estuviera de acuerdo en hacerlo conmigo. Prefiero hacerme una paja a tener sexo
con una persona por la cual no siento algo especial cuando estoy con ella, y que
el sentimiento no sea rec�proco. Posiblemente haya alguna excepci�n, y hasta eso
estar�a bien, pero no es la norma general." Hice una pausa y tras varios
segundos de silencio, le pregunt�. "Entiendes lo que quiero decir?"
"Creo que s�." Contest� con su voz suave y acurruc�ndose a�n
m�s, para apoyar su cabeza contra mi hombro izquierdo, y apretando a�n m�s
fuerte su abrazo.
Por m�s que era yo el que intentaba darle consejos a �l, no
record� cu�ndo hab�a sido la �ltima vez que alguien me hab�a dado una lecci�n a
m�, como la que acababa de recibir de parte de �l.
No era Junior el que se quer�a llevar a todo el mundo por
delante, sino yo mismo.
Era yo el que cre�a que pod�a mover todos los hilos del resto de la gente como
si fueran t�teres.
Qui�n me hab�a dado esa facultad? Qui�n me hab�a asegurado
que todos iban a hacer lo que yo quisiera y que podr�a persuadirlos siempre para
que cumplieran todos mis deseos y caprichos?
Qu� era lo que me llevaba a pensar que nadie podr�a
enfrentarme como lo hab�a hecho Junior?
Mejor dicho, qu� me llevaba a pensar que nadie pod�a
enfrentarme y vencerme como lo hab�a hecho �l?
No pod�a ser tan soberbio de siquiera suponer que yo era el
que decid�a el destino de todos los gordos del mundo.
"Zesna..:" Dijo interrumpiendo mis pensamientos. "Sabes que
te quiero mucho, verdad?"
"S�." Dije sin siquiera pensarlo y de una forma completamente
instintiva.
Fui consciente en ese momento de que pudo haberme violado y
hasta con mi permiso, sin embargo no lo hizo. Estoy seguro de que a �ltimo
momento se arrepinti�, ni siquiera intent� continuar penetr�ndome y eyacul�
afuera.
"Te podr� contar siempre las cosas que me suceden?" Pregunt�
dubitativo.
"Por supuesto! Qu� clase de pregunta es esa?"
"Es que as� tan grande como me ves, soy bastante inseguro y
no tengo muy alta la autoestima. No s�, pero muchas veces no me gusta ser tan
gordo, entiendes?" Su pregunta me son� muy dulce. "Adem�s soy sumamente
miedoso."
"Claro, beb�. Claro que te entiendo." Dije y nuevamente
apret� su abrazo y peg� su cuerpo m�s fuerte contra el m�o. "Qu� deseas hacer
ahora?"
"S�lo estar as�, Zesna. Abrazados bien fuerte. Sintiendo tu
calor corporal." Dijo y repiti�. "S�lo as�... me gusta mucho."
S�lo lo convenc� de apartarnos por unos segundos, para
cubrirnos con las s�banas, y acto seguido retomamos la posici�n anterior.
No s� qu� sucedi� luego, pero cuando despert�, segu�amos
rodeados mutuamente por nuestros brazos. Ambos acostados frente a frente,
abrazados en forma muy fuerte y yo a�n con los calzoncillos bajos hasta mis
tobillos. Nada sexual, s�lo irradiando afecto, cari�o y amor.
�l estaba roncando y su aliento me daba de lleno en la boca,
lo disfrut� unos momentos y le estamp� un beso sobre los labios.
Le mir� el rostro dormido durante unos segundos.
C�mo quer�a a este muchacho!
Me escurr� de entre sus brazos, y apart� las s�banas que nos
cubr�an.
Su enorme cuerpo me excitaba sobremanera. Not� que sus
calzoncillos tambi�n descansaban por debajo de sus rodillas. Su panza monumental
me imped�a ver m�s arriba de sus muslos, pero toda la visi�n me hizo ganar una
erecci�n poderosa.
Fui descendiendo hasta tener mi rostro pegado a una de sus
rodillas, donde pas� la lengua, dej� un beso, y comenc� a lamer hacia arriba,
hasta que mi nariz choc� su panza.
Sus ronquidos no menguaban, por lo que me decid� pasarme al
otro lado, para quedar por detr�s de �l. Vi sus gl�teos golpeados y otro
sentimiento de protecci�n me inund� terriblemente, los toqu� con mi mano y
acerqu� mi boca y le estamp� un beso en cada nalga.
Mir� el reloj y pasaban 10 minutos de las 6 de la ma�ana.
Volv� a cubrirnos con las s�banas, y esta vez comenc� a pasar
mi mano derecha por debajo de su camisilla, acarici�ndole su inmensa espalda
hasta alcanzar su hombro, que fue lo m�ximo que mi posici�n podr�a cubrir.
Era incre�ble!
Su espalda no terminaba nunca!
Cuando llegu� al l�mite, pas� mi brazo izquierdo por debajo
de su cuello, y fui por su pecho. Tambi�n introduje la mano por el interior de
la prenda y me encamin� en la b�squeda de su pez�n. Cuando lo tuve entre mis
dedos, se lo acarici� en forma circular.
Me encantaba estar en esa posici�n de "cucharita" con �l.
Con ese escenario, teniendo la orquesta sinf�nica de sus
ronquidos como fondo musical, y asi�ndome de �l fuertemente por detr�s, con una
mano en su espalda desnuda y con la otra sobre su teta, me aferr� lo m�s firme
que me fue posible, como quien toma un barril en forma muy fuerte evitando que
se escape, y por m�s que me esforc� en llegar a tocarme una mano con la otra,
sabiendo que ser�a in�til alcanzarla, termin� por desistir de mi intento y
nuevamente me dorm�.
Cuando despert�, lo fui haciendo paulatinamente. No abr� los
ojos para disfrutar todas las sensaciones que estaba sintiendo en ese momento,
lentamente.
Todo estaba igual a como lo recordaba.
Sent�a el cuerpo hirviendo de Junior pegado a mi cuerpo. Mi
cabeza apoyada en su inmensa espalda, mis brazos continuaban rode�ndolo, mi mano
derecha comenz� a moverse para percatarse que a�n tocaba su hombro y la
izquierda reconoci� el pez�n entre sus dedos.
Mis piernas se frotaron contra sus gordos muslos y mis pies
rozaron los suyos.
Todo estaba igual al momento que recordaba cuando me dorm�.
Excepto por una cosa.
Ahora un silencio absoluto inundaba el dormitorio.
Los ronquidos del muchacho no se escuchaban.
"Junior?" Pregunt� con la voz casi como un susurro, por las
dudas que a�n estuviera durmiendo.
"S�?" Contest� confirm�ndome lo que sospechaba.
"Est�s despierto?" Le dije est�pidamente.
"Esta es la primera vez que dormimos juntos y amaneces a mi
lado, por lo que te preguntar� tan solo para confirmarlo. Siempre eres tan
pelotudo cuando despiertas por las ma�anas, o s�lo los domingos?" Cuestion�
haciendo referencia a mi pregunta idiota.
Estaba inm�vil. S�lo sintiendo mis manos sobre su cuerpo. Tal
vez disfrut�ndolas.
"Me quieres decir qu� es lo que est�s haciendo ah� detr�s de
m�?" Pregunt�.
Comenc� a retirar mi mano izquierda de su teta, pero �l la
tom� y la llev� nuevamente adonde estaba.
"No dije que quitaras las manos de all�. Tan s�lo pregunt�
qu� estabas haciendo." Insisti�. "Est�s detr�s de m� y yo con los calzoncillos
bajos... Uhm... Eso se ve terrible, verdad?" Su tono era serio.
Luego de estar as� como diez minutos, se dio la vuelta para
quedarse de frente a mi.
"Si no confiara en ti, posiblemente pensar�a que estabas
haciendo algo inapropiado. Pero conf�o ciegamente en ti, Zesna. S�lo me gustar�a
que t� tambi�n lo hicieras." Pidi�.
Nos vimos a los ojos.
Se movi� un poco m�s para quedarse a�n m�s cerca de mi
cuerpo.
"Ven!" Me dijo y con su mano me llev� la cabeza hacia su
pecho.
Apoy� mi mejilla sobre su gorda teta, y sent� su pez�n erecto
por sobre su prenda que se apretaba contra mi p�mulo izquierdo.
Como un reflejo, puse mi boca en contacto con esa
protuberancia, y la bes�.
Junior suspir� y con su mano se levant� la camisilla,
dej�ndome su aureola gigante a mil�metros de mis labios, y a m� mismo gratamente
sorprendido ante lo inesperado de su acci�n.
Sin palabras, tom� por segunda vez mi cabeza que comenzaba a
alejarse, y no ces� en su empe�o de acercarme muy dulcemente otra vez a su seno,
que tom� con la otra mano tal y como lo hace una madre para alimentar a su beb�,
y s�lo se detuvo cuando tuvo su terriblemente er�tico pez�n dentro de mi boca.
Cerr� los ojos y totalmente decidido a no continuar
resisti�ndome in�tilmente, comenc� a mamar suavemente esa sabrosa parte de su
cuerpo.
Me odi� a mi mismo por ser tan d�bil. No era capaz de poder
negarme a ninguna de sus invitaciones.
Esto era realmente inapropiado?
Quer�a hacer lo correcto, pero no pod�a distinguirlo de lo
que no lo era. No pod�a separar el bien del mal. El muchacho me ten�a realmente
embrujado, hipnotizado. �l estaba decidiendo qu� hacer y qu� no.
Me vi asustado. Era la primera vez que algo as� me suced�a.
O en realidad, no.
Pens�ndolo mejor. Siempre hab�a hecho lo que los gordos me
ped�an. El tema era que siempre me ped�an cosas que yo quer�a hacer.
Y cu�l era la diferencia en esta oportunidad?
Acaso �l no me ped�a cosas que yo tambi�n deseaba hacer?
S�!
Definitivamente, s�!
Sin ning�n lugar a dudas, reconoc� que me gustaba jugar con
�l. Casi dir�a que nada era totalmente sexual. Hab�a mucho erotismo en esta
relaci�n.
Y cu�l era el motivo.
Sencillamente, �l mismo lo estaba evitando. Era �l mismo el
que no quer�a ir m�s all�.
Pero por qu�?
Era como que yo no ten�a ni voz ni voto en absolutamente
nada.
Por m�s que hab�a algo que me frenaba totalmente, me refiero al hecho de que �l
era menor de edad y eso me ten�a en ese estado de desesperaci�n conflictiva de
no decidirme completamente a realizar lo que mi interior deseaba y me ped�a a
gritos, �l mismo se encargaba de que yo no llegara a cometer mi pecado.
Mientras le chupaba el pez�n, �l descargaba innumerables
besos sobre mi cabeza, sus pies ahora acariciaban los m�os y sus manos me
exploraban todo el rostro.
Por Dios!
Si hasta pareciera que el que era un ni�o era yo, y era �l quien me estaba
cuidando a m�, y no viceversa.
Estuvimos as� por m�s de media hora, y antes de que el reloj
marcara las 7 de la ma�ana, determinamos de com�n acuerdo que ya era suficiente.
Fui al ba�o.
El semen de Junior se me hab�a secado en el culo y en los
test�culos. Me higienic�, orin� y fui hasta la cocina para poner dos cucharadas
de caf� en la cafetera antes de encenderla.
Cuando volv� a la habitaci�n, Junior estaba destapado y
completamente despatarrado encima de la cama. Continuaba acostado, con las
piernas abiertas, con sus calzoncillos bajos y sus genitales segu�an estando
completamente ocultos por su abundante panza ca�da.
.
"Buen d�a, Zesna!" Me dijo oficialmente.
"Buen d�a, Junior!" Le contest�.
"Zesna, sabes que nunca, pero nunca me voy a olvidar de este
fin de semana?" Dijo con un suspiro mientras se desperezaba.
"La verdad es que yo tampoco." Dije llev�ndome la mano hacia
el culo y poniendo cara de dolor.
Ambos re�mos.
"Ven... dame un beso." Me pidi� sin moverse de su lugar.
Como si fuera una orden, me apoy� sobre la cama con las
rodillas y esta vez fui al encuentro de su boca con la m�a.
Nuestros labios se juntaron y son� un chasquido doble que
rompi� el silencio en la habitaci�n.
Ambos sonre�mos mientras volv�a a separarme de su rostro.
"No estaba seguro que me lo fueras a dar, finalmente."
Confes�.
Le pregunt� si sol�a desayunar con caf� o prefer�a alguna
otra cosa.
"Bueno habitualmente desayuno varios tipos de frutas y luego
panqueques con chocolate ba�ados con caramelo, jugo de naranjas, medias lunas
con jam�n, tostadas con manteca y dulce de leche acompa�ado con leche
chocolatada o caf� con leche." Me inform�.
"Pues hoy te vas a cagar, ya que aqu� no tenemos ning�n chef
que te pueda dar todos esos gustos." Le dije con una carcajada. "Te vas a tener
que conformar con caf� con leche y galletitas."
"Pues entonces que sea el caf� con galletitas. Pero el caf�
con bastante leche, puede ser?" Me dijo y �l mismo lanz� otra carcajada
c�mplice.
"Muy bien. Quieres ducharte antes?" Pregunt�.
"No, es que no puedo hacerlo s�lo." Dijo resignado.
"Por qu� no?" Quise averiguar.
"Una se�ora me ayuda en casa ya que no puedo llegar a mi
espalda." Confes�.
"Yo te podr�a ayudar, si t� quieres." Dije como por impulso,
sabiendo que lo peor ya hab�a pasado.
"En serio?" Dijo entre contento y sorprendido, y le
comenzaron a brillar los ojos.
"S�, quiero demostrarte que ya conf�o en ti." Dije honestamente.
Junior abri� el grifo de la ducha y lo puso a la temperatura
de su agrado.
Comenc� a enjabonarle la interminable espalda muy lentamente,
para que no me impidiera a m� mismo disfrutar con el trabajo inesperado;
continu� con sus axilas, para lo que me invit� a hacerlo sin soltar palabra, tan
s�lo con levantar sus gordos brazos y apoyarlos sobre su cabeza contra los
azulejos. Sus piernotas se abrieron y se separaron de forma tal, que adivin� que
tambi�n quer�a que le pasara el jab�n yo mismo por entre los muslos. Descend�
por su espalda, pasando por sus voluminosas nalgas; le enjabon� totalmente ambos
muslos, baj� por una de sus piernas con el jab�n en mi mano derecha, y con la
izquierda fui masaje�ndolo hasta llegar a su grueso tobillo. Repet� la labor
ahora con su otra pierna, tambi�n desde donde finalizaba su nalga hasta lograr
llegar hasta su pie. Entonces lo levant� y me arrodill� sobre el piso; lo tom�
con ambas manos enjabonadas previamente, y comenc� a hacerle masajes mientras el
agua de la ducha eliminaba la espuma. Los dedos de los pies eran terriblemente
gordos, y me vino el impulso de met�rmelos en la boca, cosa que pude resistirme
con mucho sacrificio y termin� finalmente venciendo a mis tentaciones. Cuando su
pie estuvo limpio de jab�n, realic� la misma operaci�n con el otro. Cuando hube
terminado, me puse en pie, le dej� el jab�n en su propia mano para que siguiera
por el resto de su cuerpo y me dispuse a salir del cuarto de ba�o.
"Zesna, no te vayas." Me rog�. "Ven debajo de la ducha
conmigo."
Ay, Dios!
Me mor�a de ganas de volver a abrazarlo, de sentirlo pegado
nuevamente a mi cuerpo.
Dud� un instante y �l mismo sali� de la ducha, me tom� del
brazo y me condujo bajo la lluvia. Yo vest�a �nicamente mis calzoncillos que ya
estaban completamente empapados.
Me apret� suavemente contra los azulejos de las paredes con
su panza y con el dorso de una de sus manos, me acarici� el rostro mientras con
la otra le pasaba jab�n a mi pecho.
"No, Junior." Le dije como una �ltima s�plica. "Esto no est�
bien."
Como respuesta me tom� fuertemente con ambas manos por los
hombros, como para inmovilizarme por completo.
Fue con sus labios a encontrarse otra vez con los m�os y
tampoco en esta oportunidad intent� resistirme.
No s� por qu�.
Tal vez porque sospechaba que ser�a in�til cualquier intento
que pudiera hacer para evitarlo.
Tal vez porque me estaba siendo demasiado claro que Junior sol�a obtener
finalmente absolutamente todo lo que quer�a.
Tal vez porque yo mismo quer�a hacerlo nuevamente y no me
animaba.
Lo cierto es que me propuse hac�rselo f�cil y rendirme tan
s�lo a disfrutar el momento.
Sent� su beso suave y gustoso y me sent� c�modo.
Roz� mis labios con su temblorosa lengua un par de veces como
solicit�ndome permiso, hasta que se lo conced�. Apenas abr� mi boca, su lengua
se introdujo dentro en forma muy lenta y explor� con ella alrededor de mis
dientes y sobre mi paladar. Not� sin embargo mucha timidez en sus acciones.
Abr� apenas los ojos, para comprobar que �l los ten�a
cerrados.
Mi miembro comenz� a reaccionar al est�mulo.
Apart� su boca de la m�a, tan s�lo por unos instantes.
"Junior, por favor." Dije sin siquiera mover la cabeza hacia
uno de los lados. "No sigas."
Era in�til. Hasta yo mismo deseaba hacer algo m�s con �l.
Creo que ambos lo est�bamos necesitando.
Finalmente pens� algo que nunca dije pero que creo que �l
tuvo presente desde el mismo d�a en que nos conocimos por primera vez: "Junior,
haz lo que quieras conmigo."
Cuando lo volv� a mirar, nuevamente junt� sus labios a los
m�os, y otra vez su lengua se meti� en mi cavidad bucal.
Ahora su mano que a�n pose�a el jab�n, se introdujo
lentamente por dentro del el�stico de mis calzoncillos. Tan s�lo abr� un poco
las piernas para finalmente permitirle que hiciera lo que �l quisiera, y
nuevamente me sorprendi�, ya que cuando lleg� a mi parte m�s peluda, detuvo su
camino.
Nuevamente, sin explicaci�n alguna, retir� su mano de all�,
pero ahora fue su muslo derecho el que fue en busca de mi entrepierna y se
detuvo un instante cuando se estrell� con mi erecci�n.
Roz� mi miembro duro con su pierna, lo apoy� sobre �l y
comenz� a friccionarlo mientras notaba mediante sus jadeos que comenzaba a
excitarse.
Sent� como se levantaba la panza con una mano y apoyaba sus
propios genitales desnudos contra uno de mis muslos.
Su masa gelatinosa era bestial. Test�culos inmensos y un
miembro m�s grande de lo habitual en una persona de su tama�o, que mediante una
fuerte presi�n logr� nuevamente que me percatara de cada instante de su proceso
de erecci�n.
Por todos los cielos.
Era correcto todo esto que est�bamos haciendo?
Quer�a resistirme, pero una fuerza superior me lo imped�a.
Deb�a pensar por lo tanto que era yo quien estaba siendo
violado, pero con mi propio consentimiento?
Estaba confuso y aturdido.
En verdad me sent�a como estar acompa�ado de un amigo. Uno
que me gustaba y me excitaba sobremanera.
Mis sentimientos estaban encontrados; un conflicto se hab�a
desatado en una lucha feroz en mi interior.
Y lo peor era que yo estaba imp�vido, dejando que los
acontecimientos siguieran sucedi�ndose, que todo continuara su curso normal, que
Junior prosiguiera con su cometido, y que fuera �l mismo quien guiara
completamente las acciones.
Me hab�a quedado claro que el muchacho era pr�cticamente el
director de toda esta extra�a relaci�n desde el comienzo. Est�bamos haciendo
absolutamente todo lo que �l se propon�a. Lo que le ven�a en gana. Todo lo que
�l quer�a. Y si todo no iba m�s all� de lo que ocurr�a, era sencillamente porque
�l mismo era el que lo estaba evitando.
Pero... por qu�?
Yo estaba realmente como hipnotizado. Me sent�a como un
son�mbulo rindi�ndome a todos sus caprichos.
Qu� me estaba sucediendo?
Estaba literalmente fascinado con este muchacho.
En realidad y para ser honesto, no me estaba quejando ya que
me gustaba, y mucho, estar literalmente en sus garras. La lucha que hab�amos
tenido antes y la violaci�n fingida a la que me hab�a sometido despu�s, me
hab�an excitado en una forma inusual.
Era una sensaci�n diferente a todas las que hab�a vivido con
anterioridad, me refiero a sentirme forzado a hacer cosas que no estaba seguro
de querer hacerlas con �l. Simplemente me resist�a a realizar esas acciones que
inevitablemente sab�a que me volv�an loco y tan s�lo por el hecho de que �l era
quien era.
Qui�n iba a pensar que el muchacho tranquilo y supuestamente
inocente que conoc�a, era en realidad un malvado que estaba dispuesto a
experimentar con toda clase de juegos y perversiones para hacerme caer en sus
redes de seducci�n?
Me estaba seduciendo realmente?
En verdad, eso no era necesario pues ya estaba completamente
seducido por ese chico, aunque �l lo ignoraba.
Era realmente malvado este muchacho?
Tal vez mi imaginaci�n me estaba haciendo ir en ese sentido.
Mi imaginaci�n y mi loca paranoia de estar siempre alerta con �l.
Y si todo fuera tan simple como �l dec�a y era yo el que buscaba un costado
oculto inexistente?
Tal vez, y s�lo tal vez, era yo mismo el perverso que quer�a
participar de todo ese juego. Simulando resistirme a todo, pero disfrut�ndolo
como la puta madre. De negarme a reconocer que me gustaba lo que �l realizaba
conmigo. Me refiero a absolutamente todo lo que hab�a hecho hasta ahora, sin
ninguna excepci�n.
O tal vez deber�a ir en otra direcci�n totalmente distinta y
pensar que en realidad �l se hab�a enamorado de m�. No era de extra�ar. No
deber�a olvidar de que continuaba teni�ndome sobre un pedestal.
Fuera de los forcejeos que siempre ten�a conmigo para
mantenerme inm�vil, que dicho sea de paso eso me excitaba sobremanera, �l
intentaba evitar lastimarme. Por m�s que me sosten�a fuerte, no efectuaba
movimientos bruscos que pudieran da�arme. Todo era muy firme pero extremadamente
delicado.
Nuevamente mis pensamientos entraron en conflicto.
Volv� a dudar una vez m�s del prop�sito de todo lo que
sucedi� ese fin de semana.
Habr�a sido todo tramado meticulosamente para tenerme en su cama y en su ducha?
Paulatinamente me estaba convenciendo de que tal vez nunca
terminar�a por saber la verdad absoluta de todo. Posiblemente me quedar�a
siempre esa gran duda que me golpear�a indudablemente una y otra vez, y que cada
vez que viera a Junior me har�a la misma pregunta.
Verdad o mentira?
En esos momentos, sus besos me encendieron completamente y
comenc� a desesperarme por m�s. �l tambi�n sinti� lo mismo y su pierna ya no se
detuvo de frotarse sobre mis genitales, al mismo tiempo que sent�a c�mo �l
refregaba su propio pene y sus test�culos en forma desaforada sobre mi pierna.
Era consciente del grosor m�s monstruoso que hab�a tomado su miembro y tambi�n
de su longitud, ahora totalmente erecto. No era usual que un obeso de este
tama�o tuviera un �rgano genital tan largo ni tan grande. Notaba en forma
fehaciente que toda vez que se le corr�a la piel del miembro y dejaba todo su
inmenso glande apoyado sobre mi muslo, haci�ndome sentir la total dimensi�n de
su aparato reproductor, su desesperaci�n se tornaba incontrolable y volv�a a
repetir los movimientos una y otra vez, y a�n m�s r�pido con cada embestida.
"Av�same cuando est�s cerca de acabar." Me pidi�.
"Por qu�?" Pregunt�.
"Porque me gustar�a hacerlo al mismo tiempo que t�."
Contest�.
Eso me excit� a�n m�s.
"Puedes hacer eso?" Le pregunt� con curiosidad.
"S�. Puedo eyacular en este mismo momento, pero te esperar�
para hacerlo contigo. Es m�s excitante hacerlo ambos, juntos y al mismo tiempo."
Me contest�.
Si hab�a algo en mi interior que a�n se negaba a hacer alguna
cosa con �l, lo desde�� por completo y termin� por aflojar mi resistencia para
gozar lo m�s posible. Disfrut� todo lo que pude, sintiendo en cada momento, y
como ya era una constante, que �l estaba al mando de todo.
No era incre�ble?
Por primera vez desde que era un adulto no estaba siendo el
conductor de las acciones. Por primera vez estaba siendo el copiloto de alguien
m�s que parec�a que sab�a en forma por dem�s concreta, lo que estaba haciendo.
Eso es extremadamente er�tico.
Es inexplicablemente excitante.
"Estoy muy cerca, Junior." Le avis�.
No s�lo evit� detener los movimientos de su pierna, sino que
lo comenz� a hacer en forma a�n m�s fren�tica contra mi zona genital, y su
propia entrepierna reinici� la frotaci�n que se hab�a detenido contra mi muslo,
de un modo todav�a mucho m�s salvaje y desesperado que antes. Su miembro no
hab�a perdido ni un �pice de su dureza en todos esos minutos de quietud.
En unos segundos m�s, comenc� a sacudirme con los espasmos y
al instante, casi simult�neamente, Junior me sigui� con los suyos. Sin dejar de
coger mi pierna, me apret� ahora con sus brazos despeg�ndome la espalda de los
azulejos y llev�ndome contra su pecho para hacerme sentir un afecto que era
mutuo, al tiempo que nuestros sacudones nerviosos no cesaban, mientras ambos
miembros continuaban descarg�ndose sobre el muslo del otro, cuyos l�quidos
blancos, calientes y viscosos se hac�an imposibles de distinguir a cu�l de los
dos pertenec�a, pero que iban cayendo mezclados de la mano, inevitablemente
empujados por el agua de la ducha hacia el piso y de all� sin detenerse en
direcci�n al desag�e.
"Esto es muy fuerte, Zesna." Me repet�a al o�do mientras
ambos continu�bamos apretados, sintiendo las �ltimas sacudidas ocasionadas por
nuestras sistemas nerviosos alterados.
Mientras desayun�bamos, ahora vestidos, conversamos acerca de
lo que hab�a ocurrido hac�a unos momentos.
"Junior, qu� opinas de lo que ocurri� en la ducha hace unos
momentos?" Pregunt� para saber su opini�n.
"No lo s�, exactamente. Creo que fui v�ctima de un momento de
calentura." Dijo seriamente.
"Deber�as tratar de controlar tus impulsos. No puedes andar
por el mundo dej�ndote conducir por tus calenturas." Repliqu� y agregu�. "Junior
t� tienes mucha materia gris dentro de la cabeza. Debes pensar con tu cerebro y
no con la pija, para tomar las decisiones correctas. No puedes ser continuamente
el reh�n de tu miembro."
Cuando esper� alg�n reproche o alguna contestaci�n de su
parte tal vez como defensa de sus acciones, me vi con la sorpresa de que no s�lo
evit� decir palabra alguna, sino que, en lugar de ello, me mir� fijamente a los
ojos y asinti� con la cabeza en se�al de aprobaci�n a lo que acababa de
escuchar. Esper� alguna otra reacci�n y nuevamente me sorprend� cuando me
sonri�.
Luego del desayuno, Junior record� la partida inconclusa de
ajedrez.
Volvimos al tablero.
Era su turno y me dio la certera impresi�n de que ya sab�a
qu� ficha iba a mover desde la noche anterior, o tal vez ten�a todo el partido
planificado en su mente con anterioridad ya que apenas nos sentamos hizo su
movimiento sin siquiera estudiar la jugada.
"Sabes qu�?" Pregunt� Junior mientras yo pensaba cu�l ser�a
mi siguiente movimiento. "A�n sigue vigente la oferta de subir al cerro Pan de
Az�car?"
Lo mir� sin entender.
"Pens� que no quer�as subir." Dije sin ocultar mi sorpresa.
"Es que despu�s de todo lo que pasamos este fin de semana
aqu�, qu� otra cosa nos podr�a suceder?" Pregunt� y sonri�. "Realmente no nos
har�a nada mal un poco de aire libre, verdad? Seg�n veo
hoy tendremos un d�a soleado. Luego volvemos despu�s del
mediod�a, almorzamos, dormimos una siestita juntos..." Ahora me mir� con una
sonrisa p�cara en su rostro.
"Est� bien. Si quieres vamos. Luego venimos, almorzamos, pero
eso de la siestita juntos... realmente no estoy demasiado seguro." Dije sin
perder mi concentraci�n en el tablero.
"Por qu�? A�n no conf�as en m�? Acaso no te he respetado? No
te gust� dormir abrazados como dos amigos?" Pregunt� y deb� reconocer que ten�a
raz�n.
Bueno, de todos modos no contest� y efectu� mi jugada.
Estuvimos jugando por algo m�s de media hora y en determinado
momento, Junior reconoci� que iba a ser imposible que cualquiera de los dos se
llevara la victoria.
"No lo puedo creer. Esto es �tablas�! Ninguno de los dos
puede vencer al otro con las piezas que nos quedan." Dijo lament�ndose. "Es la
primera vez que no le puedo ganar a alguien."
"Bueno, tampoco seas tan pesimista." Dije. "Deber�as decir
m�s bien que sigues siendo invencible, o bien que no has perdido el invicto, ya
que veo que a mi tambi�n me resultar�a imposible vencerte de acuerdo a como
qued� el juego."
Me mir� y sonri�.
"Era cierto cuando me dec�as que jam�s hab�as perdido contra
nadie, verdad?" Pregunt� y asent�. "Sinceramente no te hab�a cre�do."
"Bueno, ya te dije que no me gusta mentir a mis amigos. Y
quieres saber algo? Yo tampoco te hab�a cre�do a ti." Dije sincer�ndome.
"Zesna, te aseguro que puedes confiar en m�. Te juro que yo
no te he mentido en nada de lo que te he dicho este fin de semana." Dijo una vez
m�s.
"Muy bien. Entonces deber�amos ir en este momento para el
cerro si es que realmente quieres subirlo, ya que luego ser� muy tarde." Le
coment� para confirmar si segu�a en pie su decisi�n de querer hacerlo.
"S�!" Dijo.
"Muy bien. Deseas ir al ba�o primero? Mira que estaremos
bastante tiempo sin poder ir despu�s." Le inform�.
"S�. Tengo que ir a cagar." Contest� sin ning�n tipo de rubor
en su rostro, como si fuera lo m�s natural del mundo.
"Bueno, ve t� primero que despu�s tengo que hacerlo yo." Le
dije y fui a poner dentro del lavarropas, todos los calzoncillos que ambos
hab�amos ensuciado en el transcurso de todo el fin de semana, para que no
tuvi�ramos que llevarlos de vuelta en ese estado.
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Relato: Gordo de las 6 en punto (5)
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