Soy un hombre de 40 a�os, casado tengo dos hijos uno de 18 y
otro de 15, mi esposa tiene 38 a�os es originaria de San Juan de los Lagos en el
estado de Jalisco, vivimos en la ciudad de Guadalajara Jalisco, por el Estadio
Jalisco, casados desde hace 20 a�os, me considero un hombre normal, o mejor
dicho me consideraba normal hasta antes de lo sucedido el fin de semana pasado.
Fuimos a visitar a los padres de mi esposa a San Juan de los
Lagos con motivo de festejar a mi suegro de nombre Antonio, por ser el d�a de su
santo el 13 de junio, de mi familia fuimos todos excepto mi hijo el mayor que se
qued� porque iba a tener un examen, tambi�n fue mi cu�ada Luc�a y sus dos hijas,
quienes viven en un pueblo de Guanajuato, adem�s de dos amigas de las hijas de
mi cu�ada, como siempre el esposo de mi cu�ada no fue.
Todo transcurri� normalmente desde las once de la ma�ana del
s�bado que llegamos hasta la hora de la cena, posterior a esta llega la hora de
dormir, la casa de mis suegros que se localiza a las afueras de la ciudad,
cuenta con cuatro recamaras, en una duermen ellos y tienen las otras tres vac�as
para cuando se presenta una visita, como en este caso, que en una de las
habitaciones como siempre durmieron las dos hermanitas (me refiero a mi esposa y
a mi cu�ada que como siempre se habr�n dormido bastante tarde porque tienen
mucho de que platicar seg�n ellas), en la otra las hijas de mi cu�ada y sus
amigas y en la �ltima que se localiza al final del terreno, mi hijo y yo.
En esa poblaci�n hace m�s fr�o que en Guadalajara, primero
por ser una parte alta del Estado de Jalisco y tambi�n por encontrarse a las
afueras de la ciudad, por lo que nos prove�mos de unas buenas cobijas, siempre
que visitamos a mis suegros acostumbran dividir los hombres en una habitaci�n y
las mujeres en otra, por lo que ya estamos acostumbrados.
Como les comente al principio mi hijo Oscar tiene 15 a�os
(cumplidos en el mes de mayo), y porque casi siempre que salimos de vacaciones
nos acompa�a mi hijo el mayor, rentamos por lo menos dos habitaciones de hotel,
por lo cual desde que Oscar ten�a cuatro a�os no he dormido con �l, por lo que
no me hab�a dado cuenta que ya es f�sicamente todo un hombre, excepto por su
edad.
Con toda la confianza de padre a hijo nos dispusimos a
dormir, yo acostumbro dormir desnudo, mi hijo no se como, pero en este caso me
qued� en b�xer, y mi hijo en tanga, por cierto algo ajustada, que no se como
aguantan los j�venes traer todo el d�a su pene asfixi�ndolo por la estreches de
un calz�n apretado pero sexy seg�n ellos.
Me qued� un momento observando a mi hijo, estatura normal
1.60, delgado, talla 30 de cintura, ancho de espalda, cuerpo algo marcado por
ser deportista supongo, porque yo nunca he sabido lo que en mi es practicar un
deporte. Tiene un poco m�s bello que yo, no abundante pero si se le nota un poco
m�s de lo normal, un bigotito empezando a florecer, por lo que se puede apreciar
ser� bastante bigot�n cuando sea mayor. Mientras el se aseaba para dormir vino a
mi mente lo afortunado que debe ser con las mujeres, porque a mi que soy su
padre me parece bastante atractivo, y me pregunto en silencio si ya tendr�
pareja sexual o nom�s se masturbar�, si ya disfruta de las delicias del sexo o
se aguanta, bueno puras tonter�as. Despert� de mis fantas�as cuando sale del
ba�o dispuesto a dormir, yo ya me hab�a aseado antes que �l.
Se acerca lentamente y se acuesta a mi lado, nunca antes en
mi vida hab�a observado a un hombre con detenimiento, y menos sabiendo que es mi
hijo y lo que es peor, me siento atra�do por el, me doy media vuelta d�ndole la
espalda, esperando que se retiren de mi esos pensamientos, pero no puedo es
bastante varonil, adem�s huele rico, huele a hombre, por primera vez en mi vida
creo saber a que huele un hombre. Pasan los minutos pero no logro conciliar el
sue�o, esos pensamientos no abandonan mi mente, no se que me pasa.
Mi hijo a�n no se duerme, lo escucho en su manera de
respirar, sigue en la misma posici�n, boca arriba, desde hace unos minutos
tambi�n noto peque�os movimientos en �l, tal vez para no despertarme, parece que
se acaricia su pene, o tal vez se est� masturbando suavemente, esto y mis
pensamientos, incrementan mi calentura, ya no aguanto m�s, no se que hacer.
Tenemos dos cobijas bastante gruesa que nos cubren a ambos,
estoy pegadito a �l, sus movimientos se incrementan al igual que su respiraci�n,
ahora estoy seguro que se esta masturbando, yo me decido y me empiezo a tocar mi
pene tambi�n, aunque con movimientos m�s lentos, estoy a punto de explotar, �l
no sabe que yo me estoy acariciando mi pene y al mismo tiempo pensando en �l.
Ya esta decidido me doy media vuelta haci�ndome el dormido,
al mismo tiempo que pongo mi mano derecha justo encima de su pene, esta h�medo,
totalmente erecto, no es muy grande debe medir unos 15 cent�metros, algo grueso
y muy velludo. No se como reaccionar�, pero pasa como medio minuto y no hace el
intento por retirarme la mano, al parecer le agrada, o teme despertarme, ese
medio minuto se me hizo eterno por la angustia de ser rechazado, al mismo tiempo
que deseaba que efectivamente fuera eterno, por primera vez en mi vida tengo en
mi mano un pene que no es el m�o, es el de mi hijo Oscar, y siento que me gusta.
Pasan los segundos y por fin un movimiento, siento que de manera intencional
hace contraer su pene con ligeros movimientos, como invit�ndome a continuar.
Ya se dio cuenta de mis intenciones y tal vez tambi�n de que
yo no estoy dormido, se voltea un poco m�s hacia mi, como insinuando para que
contin�e ayud�ndole a masturbarse, ahora con peque�os movimientos de cintura
hacia adelante y hacia atr�s ya no hay duda, me esta invitando a continuar, y yo
ni tarde ni perezoso le tomo ahora si su pene con toda confianza y lo empiezo a
masturbar. Pero eso no basta, se me antoja mamarle todo su miembro, acto seguido
me acomodo y ahora si, empiezo con desesperaci�n a mamarle su joven pene, como
si fuera el fin del mundo, el me toma de la cabeza como para evitar que me
arrepienta, yo por mi cuenta al mismo tiempo que le hago una intensa mamada, le
acaricio todo su cuerpo, gozo como loco acariciando ese cuerpo tierno como un
durazno, pero vigoroso como un tigre joven, y al mismo tiempo muy juguet�n.
Es delicioso mamar pene, yo nunca lo hab�a hecho pero ahora
me doy cuenta de que es fant�stico, respira con mayor intensidad y de repente me
aprieta contra su cuerpo, dejando escapar cinco enormes chorros de espermas en
mi boca, espermas que inundan mi boca, son deliciosos, y mas sabiendo que vienen
de tu hijo, los trago con placer, limpiado su pene hasta la ultima gota al mismo
tiempo que yo a�n sin tocarme tambi�n hago lo mismo pero estos chorros quedan
todos en mi b�xer, as� ambos quedamos completamente dormidos uno al lado del
otro sin decir ni media palabra.