Bien, vamos a empezar por mi nombre; Sombrera. �Vaya nombre
raro no? Pues s�, mira, cosas de la vida. A veces naces en el sitio oportuno en
el momento equivocado y yo nac� el d�a de san Sombrero, por lo tanto de nombre
Sombrera. De ese maltrecho d�a haze... 24 a�os, 24 a�os me ha costado formar la
hembra vigorosa que me compone. Una hembra de metro vete a saber cuanto, peso la
misma cantidad de libras que de kilos :D y tengo lo necesario para que se me
reconozca instantaneamente como hembra sin dar lugar a dudas. Bueno,
introducci�n echa, me dispongo a relataros, no lo que hize ayer, ni lo que hize
el mes pasado, sino lo que estoy haciendo ahora mismo. Estoy a jueves mediod�a,
reci�n he comido y tengo hasta las 16 de tiempo libre, hora en que volver� de
nuevo al curro. Pienso "�voy a escribir un premio Nobel de literatura? no, no me
convenze :D, �voy a jugar a la play-station? no, tampoco tengo ganas de intenso
est�mulo. �Quiero descansar!" cojo mi toalla y me subo a mi terraza y como
tantas otras veces, me tumbo desnuda a gozar de la suculenta vitamina D que el
sol insufla dentro de mi, mientras a la vez me pongo morena, y pa qu� obviarlo,
me pongo cachonda pensando que me est�n viendo los cient�ficos rusos desde su
sat�lite esp�a.
Mmmm que bien le sienta a una parar el sol desnuda, en su propia terraza, sin
los gritos y pelotas que saltan por todos lados en la playa, y so�ando y so�ando
y so�ando sus propias cosas. Es para mi lo que para otros es beberse un whiski
doble, o fumarse un petardo doble, o ir al cine y tener doble sesi�n, fuuuu. El
sol me tuesta sin piedad, �te crees que tengo calor? le digo al sol, ni hablar,
ahora mismo estoy sudando, pero cuando este lista me pegar� una duchita con la
manguera y quedar� m�s tierna que un cachorro de tigre. Como se lo he prometido
al sol, al cabo de una horita, me repaso toda con la manguera y me vuelvo
a vestir para bajar de nuevo a casa.
Una vez en casa me entretengo en 4 chorradas, que si pegar al perro, que si
mirarme al espejo, que si jugar con el celular. Pero las horas se hacen largas,
pienso "�bah! falta a�n media hora para las 16, salgo a mi portal y me siento en
el portal de enfrente, que tiene 4 escalones y se haze rico estar sentada ah�,
contenplando mi vac�a calle como si mirara la tele. Pasa el rato mientras yo voy
vigilando el escueto tr�fico humano delante mi casa. A�n no ha llegado la hora
punta en mi ciudad, las 5, y todo el mundo debe estar haciendo la siesta en su
casa o en la playa.
Estoy de esa manera que llaman los pijos, ensimismada, pero estoy de f�bula.
Pero esa f�bula tiene un final que de repente me parece brusco.
-Voz: hola Sombrera.
Esa voz sale tras de mi, yo me giro y le respondo, es uno de mis vecinos que a
veces veo traficar en mi calle. Suele entrar y salir del portal vecino con su
nieto.

-Sombrera: hola, buenas tardes.
-Vecino: te ves estupenda en tu terraza, quien fuera t� para poder hacer lo que
hazes.
-Sombrera: oh gracias, no sab�a que nadie me viera, espero que no le disguste.
-Vecino: no, ni hablar, lo mismo te digo que espero no te disguste que alg�n d�a
te haya observado.
-Sombrera: gracias se�or, oh, �como se llama? no s� si me atrever� a volver a
hacerlo, sabiendo que quiz� me est� mirando alguien.
-Ram�n: me llamo Ram�n, pero lo mismo que puedes dejar de tratarme de usted,
dime Mon, y no se�or Mon, je je. Respecto a ese miedo que me dices que tienes de
volver a parar el sol...pues, �porqu� no vas a una playa nudista y se te sacar�n
todos los miedos? Cerca de aqu� tenemos la playa de castillo, y all� creo que se
te ir�n todas las man�as respecto al nudismo.
-Sombrera: uy s�, ya lo s�, pero..nunca me he atrevido. Y adem�s ir sola..no me
atrever�a a desnudarme, tender�a la toalla pero a la hora de sacarme la ropa,
coger�a miedo y volver�a a empaquetar todo para largarme como una cobarde.
-Mon: mmmm, no te averguenzes, es un sentimiento humano ese que tienes. Todos
los nudistas del mundo han tenido miedo la primera vez que se han sacado la
ropa. Mmmm creo que te puedo prestar una mano. �Quieres que te acompa�e un d�a a
la playa de Castillo? y all� me desnudar� antes que ti, y despu�s no te costar�
nada sacarte la ropa ni que haya mil personas?
-Sombrera: uy pues, suena lindo, es atrevido pero, yo soy una mujer atrevida.
�Como voy a tirarme atras ante un reto as�! Pues s�, estoy de acuerdo.
-Mon: bien pues, trato echo, �qu� te parece si este domingo por la ma�ana nos
vamos t� y yo a Castillo y hacemos lo prometido?
-Sombrera: encantada, estoy encantada con la proposici�n.
-Mon: pues as� lo dejamos, este domingo a las 11 te espero en esta misma puerta,
cojeremos mi coche o el tuyo si quieres y en media horita estamos en el agua.
-Sombrera: �de acuerdo! adi�s, me voy a trabajar!
Si est�bamos a jueves, el viernes y el s�bado se me hacen como si fueran dos
viernes y dos s�bados; larg�simos. Pero el domingo en cuesti�n no tiene otra
opci�n que llegar, y llega. Con el coche de Mon, nos plantamos en la apartada
playa de Castillo en 10 minutos. Nada m�s llegar ah�, yo me siento super
cortada, pues todo el mundo est� desnudo y yo nunca hab�a ido a una playa
nudista. Con Mon tendemos las toallas y yo no me atrevo a m�s que a sentarme
toda vestida en ella.

-Mon: venga Sombrera, me dijiste el jueves que no eras una cobarde, no me vayas
a faltar la palabra.
-Sombrera: m�m�m�, me da miedo, hazlo t� antes por favor.
Mon haze lo dicho y sin cortarse un pelo se va sacando toda su ropa. Si yo ya
estaba nerviosa ahora estoy que salto de la tensi�n. Miro como se desnuda Mon de
reojo, pero de reojo tambi�n miro la gente que nos rodea, y de reojo tambi�n me
miro a mi misma.
-Sombrera: (en voz baja) no me vas a dejar en rid�culo, ahora ver�s.
Con la misma ligereza como si estuviese en mi casa, me desprendo una a una de
todas las livianas prendas que he tra�do a la playa. Mon, claro, queda desnudo
antes que yo. La carrera que he tomado para alcanzarle per�, no se detiene, y
una vez estoy desnuda, me echo a correr hacia el agua para denotarme como las
m�s valiente.
-CHAAAAAAAFFFFFFFFF-
Desde la orilla de arena mismo, pego un salto y me zambullo de cabeza como si
fuera una atleta. Estoy super nerviosa y mi nadar croll tiene el doble de fuerza
que normalmente. Nadando me alejo un par de cuadras de la orilla y cuando veo
mis nervios descargados, me doy la vuelta. Llego a nuestras toallas resoplando
el aire que me falta, Mon est� tumbado boca abajo y yo no me tumbo sino que me
"dejo caer" de la misma forma.
-Mon: lo ves como no era tan dif�cil.
-Sombrera: fuuuu fuuuu fuuuu, vale, fuuuuuu, te he ganado, fuuuuu.
-Mon: ja ja ja, cuando hayas descansado un poco nos iremos a dar un paseo por la
playa.
En unos minutos recupero mi aliento y mi calma, Mon me reta de nuevo a irnos a
dar un paseo y yo vuelvo a aceptar el reto. Nos acercamos a la orilla y pisando
la arena mojada a�n, emprendemos el paseo. Yo me cuesta un poco, pero acabo
mirando lo que me rodea con la misma tranquilidad con que esta me mira a mi. Mon
me ha ayudado a tranquilizarme tom�ndome de la mano, y cogidos de la mano como
si fu�ramos marido y esposa, alargamos nuestro paseo todo lo que da la playa.
Yo s� perfectamente que soy una hembra como para hacerle fotos, y que en una
playa normal tendr�a todos los ni�os apunt�ndome con el m�vil. Pero en esta
playa la gente se lo toma todo m�s a la pl�cida. Hombres y mujeres me miran de
vez en cuando de la misma manera que yo a ellos, sin maldad ni secreto ni
prevaricaci�n. El contacto de la mano de Mon me da una fuerza especial y acabo
olvidando totalmente la particularidad de la situaci�n, y paso a admirar la
playa, el agua, las rocas...
-Mon: �qu� te parece si subimos a admirar el castillo?
-Sombrera: uy pues, estar�a fenomenal, servir�a para poner nota 10 a esta
domingo.
El castillo en verdad solo es una manera de llamarle, porque no es tal castillo,
sino un viejo poblado prehist�rico que haze muchos a�os desenterraron los
cient�ficos. Quedan apenas unos peque�os muros reconstru�dos, tambi�n una
especie de baja tapia que rodea al que fue hace m�s de 3000 a�os un populoso
lugar, pero de castillo nada. Mon y yo subimos al peque�o mont�culo costero,
conmigo almenos con la ilusi�n de una ni�a. Una vez ah� lo empezamos a recorrer
con calma, no hay nadie y eso nos saca cualquier prisa.
-Mon: �hab�as venido nunca?
-Sombrera: s�, de ni�a con el colegio, pero no me acuerdo de practicamente nada,
todo es nuevo para mi.
-Mon: mira mira, esto parece que era una mesa, o una tumba, o vete a saber qu�,
nos ir�a bien tener aqu� uno de los cient�ficos que lo desenterraron, para que
nos lo explicase todo.
La visita al pueblo prehist�rico se est� haciendo fenomenal. Si no fuera prou el
echo de visitar una cosa as� de rara, est� el echo de que estamos totalmente
desnudos, quiz� de la misma forma que estaban los habitantes de esa aldea haze
quien sabe cuantos a�os.
-Mon: vamos a sentarnos en este supuesto banco un rato, y vamos a ponernos en el
papel de los hombres de neandertal que vivieron aqu�.
Nos sentamos ambos en el banco y empezamos a jugar como ni�os como si fu�ramos
prehist�ricos.
-Mon: uhgrrr uhgrrr uggg boorf.
-Sombrera: ja ja ja, uuhhgg goorfg, ja ja ja, gorbl.
En esto que Mon se aproxima a mi, y poniendo su cara entre mis pechos, vuelve a
hacer ruidos raros.
-Mon: mmgorff blouak blouak.
-Sombrera: ja ja ja ja ja ja ja gorf ja ja ja ja.
Mon sigue jugando a este juego tan solo un instante, porque su boca pasa de
emitir ruidos raros, a chupar mi tetas como si fuera un neandertal.
-Sombrera: mmmm �est�s seguro que los primitivos hac�an esto?
-Mon: y m�s que hac�an Sombrerita m�a, y m�s.
-Sombrera: vale, te creo, mmmm, no pares.
El comer de mis pezones de Mon es delicioso, lo chupa enteramente y lo deja ir a
saltos, para saltar al otro o seguir torturando a este. El juego se alarga
deliciosamente, pero no tardamos en vernos enzarzados en un humedo beso.
Mientras nos besamos mi mano se alarga a su entrepierna, el civilizado miembro
que le vi en la playa ahora est� duro e inchado. Trato de corresponderle con
todo el cari�o que soy capaz de insuflar con mi mano. �l por el contrario no me
mete la mano entrepiernas, sino que me come el cuello haci�ndome tiritar de
alegr�a mientras , OOOOOOH, me amasa las tetas.
-Sombrera: Mon, por favor, un momento, �no puede venir nadie?
-Mon: pues...�t� qu� crees? quieres seguir jugando a un juego peligroso?
Respondo a este nuevo reto agach�ndome bajo �l y comi�ndole la polla.

Con el pr�logo y la situaci�n presente, saboreo una de las m�s deliciosas
comidas que he echo nunca.
-Mon: muy bien hija, nadie te dir� nunca cobarde con raz�n.
La mamada se alarga unos cuantos minutos en que el ya conocido "sabor a polla"
adquiere una nueva dimensi�n y se hace tan bueno como el mejor de los jamones.
-Mon: salte hija, vamos a dar el paso siguiente.
-Sombrera: pero, �y si viene alguien? si nos pillan follando aqu� nos pueden
acusar de esc�ndalo p�blico y meternos en la carcel.
-Mon: no pasar� nada, estamos al lado de una playa nudista, por aqu� de
religiosos pocos.
Confi�da en Mon me apoyo en uno de los peque�os muros y le ofrezco mi trasero
para que me la meta. �l dispone su capullo en mi entrada vaginal y yo se lo
pido.
-Sombrera: estoy calent�sima Mon, m�tela toda, oooooooooooooh.

-Sombrera: oh gracias, ooooh oooh oooh.
Mon me folla un buen rato en que mis gemidos llenan toda la pineda del castillo.
Al cabo del rato per�, se corre dentro de mi. Nos volvemos a sentar en el banco
para recuperar fuerzas, mientras hablamos de hazerlo de nuevo.
-Sombrera: quiero hacerlo en la playa Mon. �Es posible?
-Mon: mmm no es muy f�cil por supuesto, podemos hacer como todos esos marranos
que salen por la tele y hacerlo de noche, pero eso es "lo t�pico" no convenze.
No s� chica, �qu� se te ocurre?
-Sombrera: ante la misma playa est� lleno de barcas de recreo amarradas a boyas.
Las hay que est�n vac�as porque el amo las deja ah� todo el verano, �te
atrever�as?
-Mon: �me est�s llamando cobarde?
-Sombrera: s�, ja ja ja, �vamos!
En un instante volvemos a estar en la playa. Una vez hemos flechado nuestro
objetivo nos tiramos al mar, y con disimulo como quien no quiere la cosa, nos
acercamos nadando a una marr�n barca para subirnos a ella por detr�s. Una vez
arriba, y disimuladamente, nos introducimos a la tapada con lona cabina que hay
en ella.
-Sombrera: �lo hemos conseguido!
El interior es de lo m�s acogedor, una verde alfombra pl�stica cubre todo el
suelo y reina en la zona la tenue luz que atraviesa la lona. Yo no me resisto ni
un segundo y me lanzo a brazos de Mon. Lo beso con candente pasi�n mientras las
olas sacuden la barca y nos sacuden a nosotros mismos. Con la velocidad del rayo
lo tumbo y con precisi�n me inserto su verga dentro.
-Sombrera: oooooooh, yo gano Mon.
Lo cabalgo y lo cabalgo y lo cabalgo al ritmo de las olas. Quiz� mi mismo
cabalgar haze que la barca d� peque�as olas, pero no me importa "no se va a
notar" pienso. Me cuesta un rato pero acabo teniendo mi co�o cocido;
-Sombrera: va, c�rrete.
-Mon: como t� digas princesa, pero d�jame tomar las riendas.
Mon se incorpora y con ello me tumba a mi en el piso. Quedamos entonces unidos
en la misma penetraci�n pero con mis caderas suspendidas en el aire por sus
manos.

Me la mete, oooooooh, y me la vuelve a meter. oooooooh.
-Sombrera: oooooh Mon, �querr�s volver el domingo que viene?
-Mon: s�, �porqu� no?
La nueva posici�n aumenta el ritmo de amor. Mon me folla con locura, o es tan
solo a mi que me viene la locura, pues mi garganta pierde su raz�n y lloro de
placer por la misma boca.
-Mon: mm oooh ooooh me vengo ooooh ooooh.
Con su orgasmo Mon da sus m�s profundos y vigorosos empujones dentro de mi, ello
haze que mi orgasmo se una al de �l, y los dos nos abrazamos con tremenda fuerza
tratando de que no se escape ni una gotita de semen.
Su polla flaquea y acaba saliendo de dentro de mi, pero yo a�n estoy tiritando y
se la cojo golosa para saborear lo que quede de leche pegada a ella. Una vez
limpia nos volvemos a besar abrazados, el beso se alarga y yo lo volver�a a
coger, pero el pene no parece dar para m�s.
-Mon: tranquila, ya habr� d�as para eso.
-Sombrera: prom�temelo.
-Mon: prometido.
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Este relato va dedicado a ti Tatiana, mi mejor cr�tico.