Relato: Trallax (17)





Relato: Trallax (17)

TRALLAX XVII,




Los sacrificios que realizaba PHILIPP por amor a TRALLAX. Y
la continuaci�n de la instrucci�n de �ste con el fin de ser transformado en el
Guerrero Esclavo del Se�or Oscuro.




CAPITULO 17




Eran las cinco de la madrugada, y PHILIPP vestido al estilo
de los esclavos romanos, solamente con un trozo de tela de lino blanco cubriendo
sus genitales. Como un buen chico que cuidaba de sus m�sculos, acababa de
realizar sus ejercicios de pesas, en las instalaciones del gym de uso exclusivo
para la clase baja de la villa: servidumbre, esclavos, aprendices de gladiadores
y dem�s ralea.



Y de esa guisa sin siquiera haberse aseado, (el fuerte olor a
sobaco sudado era lo que se estilaba entre aquellos viriles sementales), se
dirig�a en esos momentos a la parte trasera de la cocina como casi todos los
d�as. Ya que ten�a que entregarle su cuerpo al cocinero jefe, el mismo que ten�a
el encargo de alimentar a los gladiadores y esclavos que resid�an en la hacienda
de RUFUS, si quer�a conseguir mejores alimentos para TRALLAX. Cosa que a �l, le
hac�a sentirse orgulloso, porque era por el bien de su amo espa�ol, que
ignorante de ese hecho no sab�a nada.



Y con esa intenci�n iba caminando el dulce cachitas
colombiano, en direcci�n a la cocina en busca del desayuno de ambos, del suyo y
de su amo. Cuando pasando por el patio:



- �Venga esclavo, machaca esos abdominales!, �haz m�s
repeticiones!.- se estremeci� de placer masoquista al observar como el torturado
TRALLAX a esas horas, (�z�mm!, �sspl�ss!):



- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- era a latigazos
tratado por sus tres instructores, que lo estaban transformando en una mole gay
muy musculosa, fuerte, viril y resistente como nunca antes existi� en toda la
historia de Gaia:



- �Joder, con que estoicismo sufre!.- y ante aquella soberbia
estampa de dominaci�n, no pudo remediar sentir envidia de TRALLAX. Pero sobre
todo empalmarse, por el deseo �ntimo que le embarg� de estar en su lugar, aunque
estaba seguro de que �l, no resistir�a tantas torturas seguidas:



- �No, seguro que no!.- reconoci�. Cuando nada m�s traspasar
la puerta de la cocina, el hijo de puta del cocinero cabr�n le grit�:



- �Hombre, el esclavo ya ha venido a por el desayuno!.- el
que siempre abusaba de �l sin l�mites pactados, porque le pod�a hacer lo que
quisiera, si quer�a un desayuno decente para TRALLAX:



- �S� amo, para eso estoy aqu�!.- y sacando pecho,
pellizc�ndose los pezones, baj� su bello rostro, en un evidente gesto de entrega
total:



- �Ven cerdo y c�meme la polla!.- le orden� en esta ocasi�n;
mientras apartando la sucia tela que hac�a las veces de falda. Mostr�ndole un
monstruoso falo, grande, gordo y deforme que no paraba de supurar semen. PHILIPP
se retembl� de gusto, aquello le iba de cojones, no lo pod�a remediar, dar
placer a aquel t�o tan guarro le pon�a mucho:



- �S� mi amo, por TRALLAX lo har�!.- y agarrando el gran
nabo, se puso de rodillas y delante de todos, de los otros cocineros, de sus
ayudantes, pinches y chicos de la limpieza, que formaron corrillo alrededor de
ellos:



- �Umm!.- le hurg� a leng�etazos el grueso agujero seminal,
recogiendo toda la lechada que cubr�a el repugnante capullo del revent�n nabo y
bajando el prepucio, se encontr� con el delicioso quesillo que lo cubr�a:



- �Chupa y d�jame limpia la verga, bonito!, �puto m�o!.- y
PHILIPP restregando primero el sucio nabo en sus tiesitas tetillas, quedando
marcado con su olor. Con el prepucio bajado:



- �S� mi amo!.- comenz� a comerle el nabo con fruici�n, con
deleite homosexual. Gozando con el intenso placer que da caer en manos de tan
especial cabr�n, un ser tan guarro al que le gustaba solo asearse a leng�etazos
por sus boys.








Y PHILIPP, como esclavo sexual que era, cumpliendo con su
cometido gay:



- �Ahhh!.- rechupete�ndole los gordos test�culos, pasando el
h�medo ap�ndice bucal por el grueso tronco, continu� para arriba:



- �Umk!.- y reba��ndole con hambre el espeso quesillo,
trag�ndose despu�s el tremendo b�lano; observ� al fuerte animal que con los ojos
cerrados, mostr�ndole el pubis, le clavaba el miembro viril profundamente en la
garganta, gozando igual que una putaperra con la felaci�n y es que PHILIPP
chupaba la polla con maestr�a. Demostrando a su tierna edad, que desde
chiquit�n, eso era lo que hab�a hecho toda su puta vida de esclavo sumiso a los
designios de los dem�s t�os:



- �Sigue, sigue as� perro!, �que ni esto te va a salvar de tu
raci�n merecida de castigos f�sicos!.- y haciendo feliz esa noticia al sometido
colombiano. Entristecido no obstante, porque no era TRALLAX el encargado de
realizarlo. Mirando a los ojos al musculoso cocinero que desprend�a masculinidad
por los cuatro costaos, con ricos pellizcos mamarios que le arre� �ste en sus
turgentes pezones:



- �Te gusta sufrir, verdad perra?.- sintiendo conque
salvajismo cruel se los retorc�a y tiraba de ellos, a �l le nac�a unos
lagrimones en sus bonitos ojos, feliz por sentirse en la escala m�s baja del
estrato social de la residencia campestre de RUFUS:



- �Oooh, s�, s�, sigue putoperro!.- continu� con m�s recios
chupetones con aquella desproporcionada varga, que gorda e informe no dejaba de
babear semen con lo que eso le gustaba al joven esclavo. Que cubierto de esperma
sus pectorales, jugaba su lengua con ella, volviendo loco a su due�o, que al
borde del cl�max total. Agarr� al joven esclavo por los cabellos:



- �Graggg!.- y tirando con fuerza, con viriles movimientos de
nalgas, viol�ndole demoledoramente la boca, se la clavaba hasta el final. Hasta
que literalmente sudado:



- �Hummmm!.- se corri� del inmenso gusto alcanzado. Vaciando
sus test�culos en tan hambrienta boca. Cuando admirando las poderosas erecciones
alcanzadas por las tetillas del hermoso excafetero:



- �Graggg!.- le meti� dos dedos en la nariz y tirando le puso
de pie:



- �Vaya tienes unos pezones muy pronunciados?, �seguramente
te los torturaran mucho!.- y oyendo un largo suspiro de resignaci�n del chico,
�ste dificultado por la movilizaci�n de nariz, con lagrimitas en los ojos, le
respondi�:



- �S� amo, as� es!, �toda mi vida mis mamas por gorditas y
carnosas, han sido s�dicamente maltratadas, amo!.- y poni�ndose el cocinero
detr�s de �l:



- Ug!.- cogi�ndole con sus dedazos ambas tetas:



- �Hummm!, �qu� ricas!.- le sujet� las tetillas:



- �Ufff!, �qu� dolor!.- y pellizc�ndolas con rabia, le
pregunt�:



- �Veo que eres muy sensible de pezones?:



- �Aggg!.- y apretando con m�s fuerzas, restreg�ndole el nabo
sobre aquel palpitante chocho, le avis�.



- �Pues hay que torturarlos!, �verdad chicos?.- les dijo a
los dos fornidos atletas que ten�a de pinches. Dos hermosos jovenzuelos, uno
oriental y el otro negro como el tiz�n, que en esos momentos eran sus dos
bomboncitos preferidos, aparte de PHILIPP claro est�:



- �S� amo, as� tiene que ser!.- le respondieron a d�o:



- �Haced lo que quer�is con mis tetillas, cabrones!, �para
eso estoy yo aqu� para sufrir!, �no es as�?:



- �Ya hab�is o�do!. �A qu� esper�is?.- le ret� su jefe, que
manteni�ndole los pezones muy expuestos con sus dedos, los dos boys, se
acercaron m�s y a la par bajando la cabeza:



- �Ahhh!.- le mordieron los pezones e indefenso y bien sujeto
por los musculosos brazos del cocinero:



- �Auk!, �aggg!.- aquellos mancebos se los mord�an a rabiar
tirando de ellos moviendo ambos la cabeza de un lado a otro con ganas, como si
quisieran arranc�rselos, reposando los colmillos de aquellos hijos de puta
solamente con la intenci�n de beber de su sangre:



- �Ausss!, �ug!.- para con m�s crueles tirones de tetillas se
lo volv�an a torturar para seguir aliment�ndose de su dulce sangre. Que loco de
gustazo, ag�nico, muy empalmado, con la cabeza gacha:



- �Continuad, mamones!.- pasando sus ojos de un pez�n a otro,
no dejaba de comprobar con que sadismo se clavaban las potentes dentaduras en
ellos:



- �Haced que me corra cabrones!.- les rog� a los dos que con
m�s salvajes tirones, bocaos crueles, pusieron al l�mite su verga
�beroamericana. Hasta que aterrado por notar que ten�a los pezones cubiertos de
cortes, con fuertes convulsiones:



- �Hummmm!.- su nabo comenz� a explotar, lanzando esperma de
un lado a otro, mientras su vellido pubis, se mov�a de all� para ac�, ayudando a
inseminar el sucio lugar, lanzando la leche al carajo de lejos:



- �Soltadlo ya chicos!.- cuando liberado primero de sus
pezones, nada m�s soltarle el cocinero los fuertes brazos, el fornido semental
destrozado se cay� de rodillas al suelo y entre salvajes inspiraciones poco a
poco se fue recuperando de tan fuertes sensaciones:



- �Ahora unos buenos correazos!.- anunci� el poderoso macho,
que quit�ndole el grueso cintur�n que rodeaba la cintura a uno de sus chicos,
sin dejar de darle "al manubrio" con la intenci�n de mantener la polla gorda.
Sujetando el cintur�n enrollado en la otra mano:



- �Chicos, inmovilizadlo en el suelo!.- entre cuatro con los
brazos y piernas en aspas, boca abajo. Mientras su verdugo no paraba de
masturbarse a costa de su bonito cuerpo, sus magn�ficas nalgas fueron
desprotegidas del trozo de tela que las cubr�an y �ste alzando el cintur�n, como
si de un chico malo se tratara, (�z�mm!):



- �Umk!.- le cruz� el desnudo trasero con un certero azote,
(�z�mm!):



- �Aug!, (�z�mm!), �ufff!, (�z�mm!), �aggg!.- iniciando una
dura sesi�n de doma, arranc�ndole chillidos que pon�a los pezones de punta,
retorci�ndose y tirando el esclavo de sus brazos en un f�til intento de huir,
cubri�ndose mientras tanto sus musculosas posaderas de anchas marcas rojas y
azules de los hematomas que iban apareciendo, hasta que pasando a su poderosa
espalda, (�z�mm!):



- �Humm!, (�z�mm!), �auk!, (�z�mm!), �aggg!.- all� la
rotundidad de los correazos se escuchaban en media hacienda. Cuando nada m�s ser
girando su musculoso cuerpo, el cinto no tuvo piedad con sus pectorales, que
indefenso encajaron una profusa retah�la de golpes que dej� medio desmayaito al
esclavo. Que encajando sus abdominales despu�s la m�s recia raci�n de correazos,
quedando su fibroso abdomen para el arrastre:



- �Como me pone azotarte, perro!.- con la otra mano, su
verdugo le daba m�s fuerte a la polla masturb�ndose a placer. Momento en que
fueron el miembro viril y huevos los castigados, arranc�ndole a PHILIPP gemidos
y llantos m�s agudos, dando pena como un chaval tan musculoso lloraba tanto.
Hasta que presintiendo el cocinero cercano su orgasmo, se aproxim� al chico y
masturb�ndose encima de �l, le cubri� de leche el torso, vientre y pene, hasta
que escurriendo la verga, regal�ndole al rostro con las �ltimas gotitas, orden�:



- �Soltadlo chicos, ma�ana m�s!.- y tray�ndole sin cuidado
que su nabo no dejara de babear semen, lo recogi� debajo de la falda; gritando:



- �Y traedle el desayuno al puto para que se lo lleve!.- y
apareciendo en pocos segundos un chico de la limpieza con una marmita y dos
platos de barro, sin darle tiempo a ponerse de pie, se la dej� junto a �l en el
suelo:



- �Toma, aqu� tienes el papeo!.- escuchando entonces la nueva
orden de su amo:



- �Vete y dile a TRALLAX, que tiene que venir a meter, ah�
dentro en el almac�n, esos 30 barriles de harina que ves all�!.- y PHILIPP
puesto de pie, sin atreverse a mirarle, sintiendo un intenso dolor por todo su
cuerpo. Como un sumiso putoperro se restreg� la leche seminal del amo por todo
su cuerpo y cogiendo primero el taparrabos de lino para cubrirse sus genitales,
asi� con la otra mano la marmita y platos con la intenci�n de largarse de all�,
respondi�ndole entonces:



- �Bien amo as� lo har�!.- y con la autorizaci�n del
cocinero, se dirigi� al patio en donde anteriormente vio que se hallaba TRALLAX
y disgustado porque iba hoy tarde a entregarle a su amo el desayuno:



- �Joder con el cocinero, ha sido una pasada!.- observando la
cantidad de regueros de semen que hab�a sobre la comida:



- �Cabrones!, �hijos de puta!.- enojado por el vil regalo de
estos, fue en busca de TRALLAX.




--ooOoo--




El cachas espa�ol llevaba quince d�as en la hacienda de
RUFUS, y su instrucci�n iba viento en popa, dejando admirados a sus amos, que
nunca antes vieron en otro esclavo gladiador los progresos que el cachas hab�a
logrado y eso que los latigazos y dem�s tormentos no dejaron de caer en tan
anchas espaldas. Confirm�ndole a todos la gran capacidad de encajar tormentos
pero sobre todo lo pronto que se recuperaba.



En estos d�as hab�a sufrido su imagen un cambio, debido a que
su larga melena al resultar inc�moda para el combate cuerpo a cuerpo, por
consejo de los expertos instructores ten�a que ser eliminada. Pero TERCHELD
enamorado de las largas pelambreras, no quiso cort�rsela y la �nica soluci�n que
encontr� fue recogerle el pelo en una gran y gruesa trenza, igual que
acostumbraban a llevar los guerreros del lejano oriente, allende en los
mism�simos l�mites del imperio. Y lo hizo.



El esclavo estaba de muerte m�s musculoso si cabe, porque
aunque la comida segu�a siendo una autentica bazofia (eso s� hab�a mejorado
algo), pose�a todas las prote�nas y complementos vitam�nicos, que junto con el
intensivo entrenamiento f�sico que padec�a, eran suficiente para echar m�s
m�sculo, sobre todo con la excepcional gen�tica de TRALLAX. Que con la incre�ble
definici�n y piel tostada lograda por el sol, marcaba m�sculo de forma salvaje e
imparable por donde iba.



Como ahora, que sentado en el mismo escal�n en donde era
diariamente obligado a realizar flexiones y clavar su polla en el suelo (si no
estaba debajo la tragona boca de PHILIPP para impedirlo), se encontraba
inmovilizado por una cadena sujeta a la argolla de la nariz, reposando a la
espera de que sus instructores con sus l�tigos regresaran de la media hora que
se hab�an tomado de descanso. Cuando apareciendo a la carrera el colombiano, con
el pecho jadeante y cruzado recientemente por un buen cinto, le particip�:



- �Te traigo el desayuno y la orden del cocinero, de que
tienes que guardar unas 30 barricas de harina que han dejado en el patio junto
al almac�n!.- y es que aparte de ser instruido para gladiador, como buen esclavo
que era; de vez en cuando ten�a la obligaci�n de hacer de animal de carga. Sobre
todo cuando se trataba de grandes pesos como ahora. Circunstancia por la que
sent�a espor�dicos arranques de furia, como ahora; que naci�ndole unos
desconsolados lagrimones en sus bonitos ojazos, le pregunt� al guapo colombiano
como si �ste tuviera la respuesta:



- �Cu�ndo estos cabrones, le dar�n un reposo a mis
m�sculos?.- pero entregado como estaba a su cruel destino de dolor y
sufrimiento. Con la intenci�n de cumplir la orden, primero empez� a comerse el
fuerte desayuno de gladiador que le hab�a tra�do, y erectando su polla porque
m�s de una verga hab�a eyaculado en el interior de la marmita como complemento
vitam�nico, (el espeso semen que lo cubr�a lo delataba):



- �Cabrones!.- alzando la vista vio a los cocineros que desde
la puerta del edificio, no perd�an detalle de c�mo a grandes cucharadas �l se
com�a la comida. Y sinti�ndose un esclavo sujeto a sus juegos, sumiso agach� la
cabeza y acab� de comerse todo el desayuno como un chico bueno:



- �Estaba rico?.- le pregunt� PHILLIP, que se hab�a percatado
de ello, justo cuando �l acab� de reba�ar tambi�n su plato:



- �S� mejor que otras veces!.- y poni�ndose de pie. No pudor
remediar sentir celos, por las marcas que cubr�an a su esclavo PHILIPP:



- �Bien, vamos a currar!.- cuando vi�ndolo desprevenido, con
aviesas intenciones:



- �Auk!, �usss!.- lo cogi� de sorpresa por los pezones y
abusando de lo sensibles que los ten�a ahora, tirando de ellos, retorci�ndoselos
con ganas, le coment�:



- �No creas que no me he dado cuenta, que desde que t� me
traes la comida, como mejor!.- y disfrutando con que sumisi�n el sudamericano se
dejaba torturar las tetillas, a�adi�:



- �A cambio de f�rrea disciplina y abusos sexuales, no es as�
perro?.- y observando como le iban naciendo lagrimitas en las tersas mejillas
del chico. Comi�ndoselo a besos, oy� a �ste, que abraz�ndose a su pechazo
culturista en busca desesperada de protecci�n, limpi�ndose los mocos en las
musculosas tetas, con un gesto afirmativo de cabeza le dio la raz�n:



- �S� el cocinero, amo!.- y mir�ndose lo inflamados que ten�a
sus macizas mamas, le coment�:



- �Bueno y hoy tambi�n sus ayudantes!.- a�adiendo:



- �Por eso he llegado tarde, amo!.- consiguiendo que TRALLAX,
orgulloso por su entrega sacara pecho, circunstancia que PHILIPP aprovech� para
restregar una vez m�s su naricita en esos sudados m�sculos pectorales y esnifara
en busca desesperada de olor a macho:



- �Pues venga a currar, amo!.- y tirando PHILIPP de la
cadena, alarg�ndole la bonita nariz. TRALLAX se puso en movimiento y balanceando
su miembro viril de un lado a otro, cimbreante como siempre desde que ten�a
prohibido alcanzar el cl�max, se dirigi� al almac�n; en donde, junto a la puerta
se encontraba los barriles de harina:



- �Aqu� amo!.- y PHILIPP solt�ndolo se sent�, qued�ndose
mirando cachondo lo atractivo y sensual que estaba TRALLAX, cuando puso en
movimiento sus poderosos m�sculos, muy marcados por los recientes latigazos
encajados. Qui�n, nada m�s comenzar, al agacharse para apoderarse de uno de los
bultos, dej� el peludo potorro al aire:



- �Joder y solo acaba de empezar!.- se felicit� PHILIPP por
tan excitante visi�n. Mientras masturb�ndose, observaba los poderosos brazos de
TRALLAX que apelmazando sus grandes b�ceps:



- �Aggg!.- cogi� el barril de harina m�s pr�ximo, y alz�ndolo
sobre su cabeza, le mostr� la salvaje definici�n de sus serratos, abdominales y
la terrible erecci�n de sus pezones y con sus inmensos pectorales desplegados,
andando cadenciosamente, moviendo con soltura sus macizas nalgas, ense�ando
mucha polla erecta, entr� al almac�n. En donde nada m�s ver al cerdo del
cocinero jefe, le pregunt� muy esclavo:



- �En donde los dejo, amo?.- (�pl�ss!):



- �Auk!.- qui�n arre�ndole una fuerte mistra en su desnudo
trasero, le orden�:



- �En esa esquina, esclavo!.- acarici�ndole despu�s al cachas
el nabo, gozando con el roce de tan nervudo cipote, cubierto de gruesas venas
por todas partes:



- �De acuerdo amo, ya voy!.- y despu�s de esperar que el
macizo cocinero le sobara a placer el nabo y chocho, se dirigi� al lugar
indicado, en donde despu�s de dejar la barrica, se encamin� al exterior a por
m�s toneles:



- �Cuantas anillas tienes ensartadas en tu verga, esclavo?.-
le pregunt� el jodido hijo de puta del cocinero saliendo al patio:



- �Este esclavo tiene 50 piercing amo, aparte de la gran
argolla del b�lano, aunque yo no las he contado, se�or!.- le respondi� el que
fue hasta hace apenas unos d�as, no muy lejanos un s�dico agente de polic�a de
Ciudad Imperio, convertido ahora en aquella demoledora escultura viviente de
grandes m�sculos y nabo incre�ble:



- �Son muchos cerdo!. �Est� muy claro que solo un miembro
viril como el tuyo puede portarlos, sobre todos por ser tan grandes y gruesos!.-
y con ese piropo el herc�leo mancebo espa�ol se dirigi� a por otro barril y
alz�ndolo, marc� con absoluta definici�n cada mil�metro de su potente
musculatura, de una forma tan bestial, que todas las pollas de los presentes
reaccionaron de forma portentosa.








Y con un paso muy marcial que los zancos resaltaban de forma
maravillosa, pas� junto al cocinero, que ya con descaro no dejaba de masturbarse
y esta vez por segunda vez en la misma ma�ana. Mientras que con la otra mano le
acariciaba sus turgentes m�sculos de atleta culturista:



- �Sino fuera por el amo TERCHELD, de aqu� no pasaba sin que
me complacieras a m� y a mis ayudantes!.- y atiz�ndole unos bestiales pellizcos
mamarios a sus ricos pezones, abusando de que la mole culturista no pod�a hacer
nada porque llevaba encima de su cabeza la pesada barrica, le dej� pasar
maravillado en observar lo masivos que ten�a el nuevo gladiador las nalgas. Que
comenzando a cubrirse sus inmensos m�sculos del sudor producido por el esfuerzo
f�sico, con la polla a�n m�s dura por el placer de la sumisi�n de ser manoseado
por el hijo de puta del cocinero en jefe, sobre todo en p�blico y no poder hacer
nada:



- �Yo estoy aqu� para lo que se pida de m�, amo!. �Solo s�
obedecer y ser castigado si lo hago mal, amo!.- le particip� la mar de sumisote
el atl�tico esclavo. Que alzando de nuevo otro tonel, se qued� quieto unos
segundos gozando en ver los ojos, que como platos puso el barriobajero chef de
la finca al verlo as�. Que nada m�s iniciar el camino:



- �Alto, musculitos!.- poni�ndose delante de �l, le oblig� a
parar, deleit�ndose con que facilidad aquellos m�sculos tendones y huesos, eran
capaces de sostener los 220 kilos que casi con toda seguridad pesar�a la
barrica:



- �Me he enterado que dentro de tres semanas, tienes tu
primer combate!, �estar� all� para verlo!, �no pienso perd�rmelo!.- y admirando
como los fibrados m�sculos se marcaban al m�s m�nimo esfuerzo de forma tan sexy,
les orden� a ambos:



- �Cuando hall�is acabado, iros de regreso a vuestros
quehaceres, no quiero problemas con el amo TERCHELD!:



- �Uk!.- y cogi�ndole con fuerza los genitales:



- �Uaggg!.- disfrut� en ver al poderoso muscular, que
gimiendo con fuerza resist�a tanto dolor, haciendo esfuerzos inhumanos para que
no se cayera el barril de harina, por miedo al pertinente castigo:



- Joder, realmente eres resistente!.- le felicit� y
solt�ndole los huevos, not� la largu�sima gota transparente que naci�ndole de la
punta del nabo, se dirig�a de lo espesita que era, en direcci�n al empedrado
suelo con exasperante lentitud:



- �Krom, he estado a punto de hacerte eyacular!.- le dijo
preocupado; al pensar en las terribles represalias que padecer�a, si eso llegaba
a o�dos de TERCHELD.




--ooOoo--




Habr�a pasado otra semana m�s y RUFUS ya se encontraba de
lleno en la instrucci�n de armas blancas del cachas. Completamente integrado en
el grupo como profesor espadach�n. Muy sometido por ROMEO, que no dejaba de
vengarse en sus torturados m�sculos de los malos ratos que le dio en su etapa
anterior en que �l fue su cruel master. Sufriendo ahora el noble romano mucho en
sus manos, sobre todo sus pezones porque al ser el portador de los aros
pezoneros que llev� TR�LLAX. El siciliano no paraba de atormentarle las mamas,
aparte de ser azotado sin piedad casi a diario.



Y con esos pensamientos iba caminando en la oscuridad de la
noche junto a sus dos se�ores. Cuando TERCHELD de pronto les habl� en baja voz:



- �No quiero que nos oiga!.- y es que los tres se dirig�an a
eso de las dos de la madrugada a la cuadra de TRALLAX. Qui�n con los pezones
duros por el fr�o, ignorante de la visita que le esperaba, miraba a trav�s del
ventanuco el estrellado cielo so�ando con su libertad. Cuando de pronto,
aparecieron los tres, (�z�mm!, �sspl�ss!):



- �Umk!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �aug!.- y a latigazos, sin
darle tiempo a reaccionar se lanzaron sobre �l:



- �Ponte de pie, puta!.- y mientras sus herc�leos brazos eran
inmovilizados por los dos instructores, TERCHELD poni�ndole por en�sima vez el
bocao, le sacaron al patio, (�z�mm!, �sspl�ss!):



- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- y con las caricias de
las punitivas herramientas de lacerar m�sculos, le hicieron trotar salvajemente.
Siendo azotado sin piedad desde tres puntos diferentes. Que solo lograban que �l
al no hallar refugio alguno, con los largos zancos y bocaos puestos, trotara
alrededor del patio, con los m�sculos contra�dos como un macho semental.
Mientras su miembro viril empalmado e indefenso a los latigazos, era zarandeado
golpeando sus muslos de forma preciosa:



- �A la carrera gladiador!.- no parando aquellos cabritos de
mandarlo de all� para ac� por todo el patio lacer�ndole los m�sculos, con la
idea de agotarlo. Pero como resisti�:



- �Muy bien esclavo!.- su amo hispano le felicit� diciendo:



- �Hoy vas ha tener un premio!, �lo est�s haciendo muy bien
cerdo!.- y a una indicaci�n suya, RUFUS y ROMEO, le engancharon las mu�equeras
de sus manos a las que rodeaban sus potentes muslos y dej�ndole inmovilizado los
cachudos brazos:



- �Te vamos a dejar que nos chupes los nabos!.- arras�ndole
de l�grimas los ojos de emoci�n, olvid�ndose completamente de los picores que
los latigazos produc�an en su piel, se vio rodeado por aquellos magn�ficos
cipotes y nada m�s liberado sus carnosos labios del f�rreo bocao, de rodillas:



- �Venga chupa!.- fue obligado a hacerle unas cojonudas
mamadas a las pollas de sus amos, porque en su entrenamiento todo val�a. Y es
que TRALLAX como esclavo homosexual que era, era feliz de disponer de aquellos
cipotes tan duros y babeantes, y con sus ansiosos morros, comenz� una rica
felaci�n a su l�der TERCHELD, al macho que hab�a hecho del �l, el esclavo que
era:



- �Ahhh!, �s� puta!.- y moviendo sus labios de arriba abajo
recorriendo su lengua toda la longitud del nabo, cubri�ndolo de abundante
salivita chup�ndolo y rechupete�ndolo con vigor, le arrancaba gemidos de placer.
Mientras con envidia sus dos ayudantes, se masturbaban con cuidado de no
eyacular, reservando la leche para escanciarla en la tragona garganta de
TRALLAX. Qui�n avaricioso de m�s polla, sin dejar de comerle el nabo al amo,
destroz� las cadenas que inmovilizaban sus brazos y de dos certeros manotazos:



- �Qu� fogoso!.- retir� las manos de los dos instructores
para cogerle �l personalmente los cipotes. Y as�, chupando polla, manten�a las
otras dos de reserva duras como el diamante, pasando as� su boca de una a otra,
asegur�ndose de que siempre estuvieran duras. Cuando al verlas venir, acelerando
la masturbaci�n, arranc�ndole con m�s largos chupetones, bufidos y gemidos de
placer a sus due�os:



- �Ahahahah!.- la polla de RUFUS comenz� a lanzar semen,
acompa��ndole al momento las vergas de TERCHELD y ROMEO, siendo as� cubierto por
completo sus anchos hombros y fornido torso; hasta que limpi�ndose el L�der el
capullo en su rostro y los otros dos en las tetas:



- �Oooh!, �que me corro!, �que me corro!.- TR�LLAX no quiso
ser menos y olvid�ndose de la orden recibida:



- �Tomad cabrones!.- ofreci�ndole los pezones para que se los
retorcieran, comenz� a masturbarse:



- Oooh, s�!, s� que gusto, por fin me voy a correr!.- y
notando el fuerte castigo mamario que sus pezones estaban soportando, sin
importarle en absoluto las consecuencias:



- �Aggg!, �por fin!.- grit� feliz del placer que estaba
alcanzando. Cuando oyendo la orden de TERCHELD:



- �Alto esclavo, ni lo intentes!.- el cachas mir�ndole con
desorbitados ojos llenos de pasi�n, reteniendo por en�sima vez el orgasmo par�:



- �S� amo!.- y dejando de masturbarse, puso las manos
apoyadas en sus nalgas. Y mostr�ndole c�mo de excitaci�n su miembro viril le
golpeaba los abdominales, igual que a un tambor de lo palpitante que lo ten�a;
baj� la cabeza, porque su amor por �l pudo otra vez m�s:



- �Con que quer�as correrte?.- pero el grave error ya tuvo
sus efectos. Y es que esta vez TERCHELD s� estaba presente y fue testigo de como
al cachas le colgaba de la punta del nabo una espesa gota de precum:



- �Conque te has corrido, eh?.- le pregunt� terriblemente
enojado porque para �l eso era una eyaculaci�n no consentida. Logrando con su
afirmaci�n, que la mole culturista arqueando el cuello hacia abajo, igual que un
alaz�n cartujano:



- �Pero amo, sino me he corrido!.- sin conseguirlo intentara
defenderse. Ya que TERCHELD hab�a decidido tomar medidas disciplinarias contra
�l:



- �Dale ahora un tratamiento de hierro al rojo a esos
m�sculos y despu�s lo llevas al tronco del dolor, en donde continuar�
castig�ndolo como penitencia por el orgasmo que sin mi autorizaci�n ha tenido!.-
le orden� a ROMEO, y con esa sentencia desapareci� del lugar.




--ooOoo--




Y es que as� era permanentemente tratado el cachas, porque
aunque su instrucci�n avanzaba de manera considerable. Para complacencia del amo
TERCHELD, �ste no paraba de disciplinarlo a diario con el pretexto de
endurecerlo m�s.



Como ahora, que despu�s de ser sus m�sculos abrasados al
hierro candente por el siciliano en cumplimiento a la orden que le dio. Atado de
manos, con los brazos por detr�s marcando pectorales y con el f�rreo bocado en
la boca. El esclavo culturista iba andando por el centro del patio en busca del
tronco del dolor. Escoltado por sus dos instructores ROMEO y RUFUS. Que mientras
uno le manten�a encadenado por la argolla de la nariz, el otro lo hac�a por el
gran piercing que atravesaba el gordo capullo de su polla. Y andando con sus
altos zancos de esclavo, destacando no solo por su inmensa musculatura, sino
tambi�n por los 2�10 de altura que le permit�a alcanzar. Nada m�s llegar al
aparato de tortura y liberarle los brazos, ROMEO le orden�:



- �Venga esclavo has el pino-puente!.- que como siempre que
no estaba presente TERCHELD, era quien llevaba la voz cantante. Y TR�LLAX con
las recientes marcas de hierro al rojo en sus m�sculos, de la anterior sesi�n
disciplinaria. Sin atreverse a alzar su hermoso rostro, contrayendo sus m�sculos
de resignaci�n, se sent� en el mismo tronco al que fue atado hace d�as:



- ��chate hacia atr�s y qu�date boca arriba, esclavo!.- le
orden� RUFUS y obedeciendo el atl�tico espa�ol, apoyando las manos en el suelo,
su impresionante cuerpo ayudado por el madero, adopt� la postura ordenada:



- �No as� no, esclavo!, �al amo le gusta sin apoyos!.- le
rectific� ROMEO y obediente TRALLAX lo hizo sin ayuda del tronco y as� con todo
su cuerpo arqueado ag�nicamente, brazos y piernas estirados; semiflexionados por
los codos y rodillas, cabeza hac�a abajo entre sus musculosos brazos, mostrando
su macizo vientre, marcando con definici�n absoluta los cuajaos abdominales, con
la inhiesta verga apuntando al cielo:



- �Encad�nalo a esa arandela del tablero!.- esper� al
siguiente tormento al que le ten�a predestinado su amo TERCHELD. Qui�n pasados
unos minutos, hizo acto de presencia. Que con el torso desnudo, solo vestido con
el t�pico calz�n corto de cuero de gamo usado habitualmente en lucha
grecorromana, mostrando el bulto del paquet�n de sus genitales. Desprendi�ndose
de �l, ense�ando el nabo erecto, tiesote hasta la exageraci�n, se aproxim� al
cachas. Que al momento supo que aquella verga era suya. Y asustado porque, con
lo que le gustaba chupar pollas, �l eyaculara o como m�nimo su pene babeara sin
control. Incumpliendo la orden dada por su amo de retener los orgasmos y sufrir
as� m�s crueles torturas, contrajo una vez m�s sus m�sculos. Craso error porque
TERCHELD viendo sus incre�bles abdominales, se aproxim� a �l y abusando de la
inc�moda postura de pino-puente a la que TR�LLAX estaba sometido. Se puso de
rodillas:



- �Graggg!.- e hundi�ndole el miembro viril en la garganta;
sin compasi�n:



- �Graggg!.- arre�ndole vergazos a aquella mamona bocota,
(�p�mm!):



- �Humm!, (�p�mm!), �humm!.- se ceb� en propinarle fuertes
pu�etazos en sus abdominales y reventones huevos, volviendo loco de dolor al
cachas que sin atreverse a dejar de chuparle el nabo, con sus m�sculos
bestialmente expandidos era forzado bucalmente (�p�mm!):



- �Humm!, (�p�mm!), �humm!.- mientras recib�a los fuertes
impactos de los pu�os de �ste. Que con machotes movimientos de pelvis le
atragantaba a pollazos el gaznate. A la vez que el cipote del cachas inhiesto
como el bander�n del s�ptimo de caballer�a, vibraba de forma explosiva:



- �No te corras, perro!.- por la necesidad de su due�o de
alcanzar tan deseado orgasmo, que le era negado desde hace tanto tiempo por su
se�or; (desde el principio de los tiempos) pens� TRALLAX, ya que esa era la
sensaci�n que ten�a, por tanto tiempo forzado a estar as�. Por lo que fuera de
s�:



- �Toma nabo musculosa zorra!.- mientras que su amo
imparable, con su verga no dejaba de atravesarle el gaznate, sintiendo �ste la
babeante calidez de la boca del cachas que como una aspiradora le mamaba la
polla no solo con deseo, sino tambi�n con much�simo amor:



- �Ummm!.- TERCHELD para torturarlo tir� salvajemente del
piercing que somet�a el ombligo del cachas:



- �Ummm!.- y retorci�ndoselo con vileza, le clav� con fuerza
la yema de un dedo, gir�ndolo y clav�ndole con reiteraci�n la u�a en �l:



- �Ummm!.- arranc�ndole con dolor las sucias pelotillas que
atesoraba, cosechadas en tantos d�as en que su f�sico no conoci� de manera
forzada la higiene.





Y as�, con sus m�sculos, pezones y polla en tensi�n, con su
potorro bestialmente dilatado:



- �Venga guarra!, �as� me gusta que la chupes bien!.- a
pollazos limpio en su bocota, era sometido su ombliguito a torturas, (�p�mm!):



- �Humm!, (�p�mm!), �humm!.- y sus abdominales a los abusos
de unos buenos pu�os. Machacado y masacrado por el hombre que amaba, que no
pudiendo retener por m�s tiempo sus ganas de eyacular:



- �Graggg!.- meti�ndole el falo hasta los huevos, en la
mism�sima campanilla, ahog�ndole con intenci�n:



- �Ohohoh, maravilloso!.- eyacul� vaci�ndose en su interior
de manera tan expeditiva:



- �Has aguantado otra vez esclavo!.- le felicit�. No estando
ya seguro si eso le excitaba m�s, que ver a ese miembro viril eyacular a
espuertas en un orgasmo infinito:



- �Ma�ana seguiremos prob�ndote!.- le amenaz� TERCHELD. Que a
una indicaci�n suya, los dos instructores desencadenaron al hermoso
fisioculturista. Quien poni�ndose de pie, cabeza baja, pecho expandido,
orgulloso por haber resistido el acoso de su amo, esper� las pr�ximas
barbaridades de �ste. Qui�n vi�ndolo tan sufriente, le acarici� el potente nabo:



- �Amo, cuando va acabar esto?.- le pregunt� no obstante muy
sumiso el esclavo, sinti�ndose totalmente propiedad del amo, una aut�ntica puta
mierda:



- �Cuando yo quiera, perro!.- y a otra indicaci�n, le
volvieron a poner el bocao:



- �Humm!.- y la polla del cachas se empin� a�n m�s
demostr�ndoles lo que le iba aquello:



- �La orden de que no eyacules sigue en pie!.- y
acarici�ndole los masivos pectorales al culturista, gozando con la obediencia
ciega que emanaban de aquellos hermosos ojos verdes, les orden� a sus ayudas:



- �Inmovilizadlo en el tronco del dolor y que todo el d�a de
hoy sea usado por todos los residentes de la hacienda!, �sin lograr el orgasmo
claro est�!. �Que ma�ana seguiremos con un nuevo ejercicio de retenci�n de
semen!.- (�z�mm!, �sspl�ss!):



- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- y siendo utilizado de
nuevo los l�tigos sobre sus formidables m�sculos, fue trasladado al lugar
indicado por TERCHELD. Con el fin de que su ojete fuera gozado por todos.




CONTINUARA���.



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son in�ditos, correspondientes a los primeros cap�tulos, en los que no inclu�
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