Comenzar� este relato comentando, como conoc� a dos bellezas
con las que tuve sexo del mejor por dos a�os consecutivos.
Ten�a en ese entonces 19 a�os y viv�a con mi madre en Mar del
Plata, hab�a terminado la escuela industrial, recibi�ndome de Maestro Mayor de
Obras, y mientras comenzaba a cursar la carrera de Arquitectura en la facultad,
comenc� ha hacerme conocer en el barrio, haciendo algunas refacciones y
modificaciones peque�as en casas que lo necesitaban.
Con el transcurso del tiempo, estas tareas me permitieron
costear holgadamente mis estudios y ayudar a mi madre, qued�ndome buen dinero
para gastar a mi gusto los fines de semana.
En ese entonces �bamos con unos ex compa�eros a bailar a un
boliche "Sunset" de la avenida del ruido como llam�bamos a la calle
Constituci�n.
Un s�bado como cualquier otro coincidimos en el lugar
Fernando, mi gran amigo de la secundaria, y yo.
Est�bamos boludeando en la barra, cuando se me acerca por
detr�s Mabel, una diosa que hab�a conocido en la facultad, y que cursaba junto
conmigo.
Si bien nos hab�amos cruzado un par de veces en la cafeter�a
o en el aula, la cosa no hab�a pasado de alg�n besito de mejilla, o un saludo de
lejos. La pendeja estaba vestida con una minifalda roja, y una blusita blanca
que transparentaba un sost�n blanco que sujetaba unas tetas cuyo balanceo
hablaba por si solo de la calidad de mercader�a que hab�a debajo.
Ven�a acompa�ada de Yanina, otra pendeja amiga de ella, que
luc�a una mini negra y un top cortito que dejaba al aire su pancita, dejando ver
un tatuaje de una rosa en el lado derecho.
Yanina era por dem�s bonita, con unos ojos celestes, y un
cabello rubio con bucles que le llegaba a la cintura.
Fernando estaba fascinado con Yanina e inici� un cortejo que
le dio un relativo resultado, sac�ndola a bailar.
Mientras tanto, Mabel, a quien no he descrito todav�a, se
sentaba a mi lado bebiendo delicadamente su destornillador de a peque�os sorbos.
Su imagen era realmente el de una joven deliciosamente
bonita. De piel clara, ojos color miel una cabellera negra lacia, bien cuidada.
Sus labios carnosos de color rub�, su cara facciones finas y delicadas...en fin
realmente era bonita y sab�a como seducir.
No me hab�a percatado de esto en la Facultad, tal vez porque
embadurnado de mis estudios a los cuales prestaba mucha atenci�n, lo que
revoloteaba a mi lado no lo ve�a. Pero, ahora estaba aqu� a su lado, y realmente
me comenz� a gustar, y mucho.
Salimos a bailar cuando la m�sica lenta comenz�, y al poco
rato, ya se pegaba a m� de manera sensual y provocativa. Mi mano se desliz� mas
abajo de su cintura llegando a su cola que acarici� delicadamente por sobre su
mini. Al ver que no hab�a producido rechazo de su parte, mi boca busc� su
cuello, deslizando un beso que progresivamente desplac� hacia su boca,
fundi�ndonos en un beso, suave, dulce y apasionado. Al poco rato nos fuimos a
sentar a nuestra mesa y mientras me deleitaba con un whisky pas� mi mano por
detr�s de su hombro, para finalmente atraerla hacia mi. Los vasos fueron a la
mesa y a partir de ese momento ya no se ni donde estaba. Todo fue una lucha de
abrazos, y lenguas que pugnaban por desentra�ar una dura batalla de
conocimientos mutuos. Evidentemente el lugar no daba para seguir, era necesario
tomar una determinaci�n r�pida.
Fernando por su parte libraba su propia batalla sin �xito.
Yanina hab�a bailado un largo rato con �l. Pero al llegar la m�sica lenta solo
aguant� una pieza y volvieron a la mesa donde hablaban pendejadas. Si bien se
re�an, se ve�a a las claras la falta de qu�mica entre ambos.
En un momento Yanina se levant� y viniendo hacia nosotros, le
dice a Mabel que deseaba irse a su casa. Mabel me mira, y yo le hago una se�a de
aprobaci�n, y le ofrezco llevarlas a ambas. Fernando contrariado se va al ba�o.
Le acompa�o solo para decirle que me iba con las minas. Andate a la mierda! Que
pedeja boluda Yanina me dice. Pero Fer no es para tanto.
Mira llevalas hac� lo tuyo, yo me voy por mi lado. Ok. el
lunes nos vemos y charlamos.
Volv� a la mesa alzamos nuestros abrigos y partimos en mi
auto.
Yanina iba en el asiento de atr�s, y se ve�a bastante
contrariada. Por fin encendi� un cigarrillo, con el que pretendi� disimular su
ira y calmarse.
Luego de dejar a Yanina en su casa, me preguntaba que pasar�a
conmigo. No hizo falta que pensara, Mabel ya se recostaba sobre m� diciendo:
vamos a un lugar donde podamos estar tranquilos. Mientras manejaba r�pido hacia
un albergue, coment� el enojo de Yanina.
No te preocupes amor, me dijo ma�ana voy a hablar con ella,
lo mismo har� con Fernando le dije.
En el hotel, fue llegar y comenzar de nuevo a besarnos y
desvestirnos en una violenta carrera,
Nuestras bocas resbalaban por nuestros cuerpos. Del cuello a
los pechos, a los pezones.
Hay Dios! Que pezones ten�a Mabel! Eran dos c�rculos de cinco
cent�metros de di�metro, oscuros, que se ergu�an deliciosos al ritmo de mis
besos apasionados, mientras sus jadeos hac�an presagiar un orgasmo r�pido y
inminente. Hay no daba mas! me dijo, recost�ndose sobre mi vientre y buscando
desesperada con su boca mi pene, al que engull� de un trago, provoc�ndome una
deliciosa sensaci�n. Necesit� solo unos pocos chupetones para sentir que su boca
se inundaba de mis jugos. Sorbi� desesperada, desechando solo unos pocas gotas,
para volver sobre mi besando mi abdomen, pecho, hasta llegar a mi boca.
Supe del sabor de mis jugos por sus besos, est�bamos en la
gloria, sabore�bamos juntos el placer compartido.
Casi de inmediato, mi pene respond�a de nuevo a los
est�mulos, tanto t�ctiles como los dirigidos por la mente. Gir� sobre Mabel,
baj� hasta su sexo, sorb� sus jugos y los m�os, juguete� con su cl�toris solo lo
necesario, para luego subir y ensartar mi herramienta hasta el fondo. Ahhhhhhh!
mi vida siiiiiiii, fueron sus palabras. Las �ltimas, porque a partir e all� solo
fueron gemidos y gritos de lujuria y deseos contenidos, que nos llevaron a remar
parejo hasta obtener el cielo compartido en un orgasmo conjunto, explosivo y
calmante de toda esa tormenta que vivimos nuestra primer noche juntos,
Nos quedamos dormidos abrazados, a las seis son� el tel�fono
de la habitaci�n, Se�or su turno termin�...Oh Dios! Yo dormido y confuso: Por
favor luego arreglamos le dije....De acuerdo.
Mabel se despert� y como gata en celo de nuevo se revolcaba
sobre m�. Me voy a duchar me dijo, Ok te sigo.
El ba�o borr� las huellas de la noche lujuriosa y despert�
nuevos deseos, recorr� su espalda con besos y caricias, hasta llegar a su culo
precioso, Mi lengua marc� su raya hasta llegar al punto exacto, donde se
introduc�a merced a la presi�n ejercida por mi y la ayuda del agua que resbalaba
por su cuerpo. Gir� por delante sin dejar de besar su sexo palpitante ya de
nuevos gozos. Me par� por delante abraz�ndola hacia mi, mientras mi mano se
perd�a en su trasero. Un dedo ya ped�a permiso para introducirse en su culo
ayudado por el agua tibia. Ahh! Dijo cuando el intruso invad�a su cavidad y ella
se pegaba a mi tratando de evitar el embate que ya no ten�a retorno. La volte�
de espaldas, e inclinando levemente su cuerpo acerqu� mi pene a su palpitante
agujero. Una peque�a presi�n, marc� la diferencia entre el antes y un despu�s,
donde la cabeza de mi pene se perd�a en su cueva sagrada.
Para ella, primero fue dolor, luego lujuria, y mas tarde
placer. Tanto que enloquecida ped�a mas, mas por favor. Ahora otra vez la locura
desatada, el bombeo fren�tico, mi mano en su cl�toris, marcando el placer en
otro punto, Siiiiiiiii mi vida siiiiiiii y mas bombeo y mas caricias y mas y me
estoy corrrrrrrr..........si por favor llename.....y la explosi�n solo separada
por unas bocanadas de aire tamada por ambos.
Abandon� esa cueva del placer lentamente, la gir� para
depositar en su boca un beso que dec�a mas que mil palabras. Terminamos
finalmente la mejor ducha de mi juventud!.
Continuar�.