Capitulo VII: UNA SEGUNDA PRIMERA VEZ.

... Ese d�a no pude concentrarme en nada, fue por gusto ir al
colegio. Mi vida se hab�a complicado en s�lo 4 d�as y lo �ltimo en lo que quer�a
pensar era en matem�ticas o historia. Ni siquiera sab�a que hab�a hablado Marcos
con mis padres y si podr�a volver a la casa, ni que iba pasar entre �l y yo...
despu�s de lo que hicimos. No pude verlo en el periodo de descanso, as� que me
pase todo el d�a como en autom�tico... estaba pero no estaba.

Cuando por fin terminaron las clases, lo vi en la salida de
la escuela, estaba con los dem�s.

- "Vamos a la cancha de f�tbol... nada mejor que el deporte,
para sudar toda esa basura lava cerebros de matem�ticas" Dijo Juli�n en su
acostumbrada actitud alocada, pero yo no estaba seguro de ir. En el camino, los
chicos iban hablando y bromeando, pero no me sent�a a gusto; despu�s de lo de
Jonathan, era el primer dia que compart�a con el grupo completo y era demasiado
raro... me di cuenta de que mi forma de verlos hab�a cambiado, y que tendr�a que
acostumbrarme a ellos de nuevo, como si los conociera por primera vez. Adem�s,
quer�a hablar con Marcos, sobre mis padres y no quer�a hacerlo enfrente de los
dem�s.

- "A jugar... seremos dos grupos de dos as� que alguien
tendr� que ser el arbitro" Javier dijo eso (ya estando en el parque) vi�ndome a
m�, como siempre, tratando de excluirme del grupo.

- "Seremos grupos de 2, pero sin arbitro... Thomas tiene que
irse a su casa" Dijo Marcos de inmediato.

- "�Por qu�?", le pregunt�.

- "Porque estas castigado, no puedes quejarte... despu�s de
lo ocurrido ayer".

- "�Lo ocurrido ayer? �Qu� pas�?" Pregunt� Ariel extra�ado.

- "Luego les explico... mejor empiecen a jugar que yo tengo
algo que hablar con Thomas" Los chicos se fueron y por fin Marcos me explic� lo
que hab�a hablado con mis padres.

B�sicamente, mi pap� casi lo saca de la casa a golpes, cuando
intento persuadirlo para que reconsiderara el haberme echado de la casa. Marcos
lo calm� amenaz�ndolo sutilmente con denunciarlo por abandono o algo as�, pues
yo todav�a era menor de edad. Y para rematar, tuvo que pagarle (lo suficiente
para recuperar todo lo perdido) para que me dejara regresar a la casa.

Yo qued� como en shock, no sab�a que mis padres pod�an ser
tan ruines, para recibirme de nuevo a cambio de dinero. Estaba totalmente
indignado y le dije que no deb�a haber echo eso, que ese dinero era suyo y que
no ten�a porque gastarlo en mis padres y mucho menos por m�. El me dijo que no
hab�a problema, que lo considerara un favor de amigos. Sent�a mucha verg�enza
con �l, pero a la vez, lo que hizo aumento el aprecio que sent�a hacia �l; en
ese momento me dieron ganas de besarlo... pero el echo de que �l hubiera
rechazado mi anterior muestra de afecto, me detuvo... aun m�s que el mismo echo
de estar en p�blico.

- "No sabes como agradezco todo lo que has hecho por m�, te
juro que te pagare todo ese dinero"

- "Ya te dije que no hay problema, s�lo fue un favor de
amigos... que alguna d�a me podr�s devolver cuando lo necesite" Una sonrisa se
dibujo en su rostro... una sonrisa que persuad�a a cualquiera.

- "Ahora vete... recuerda que estas castigado toda la
semana... Tu padre quer�a un mes pero yo soy un negociador astuto as� que reduje
la sentencia... �Ah!, se me olvidaba, al atardecer te voy a llevar la soluci�n
para tu problema" Su voz era p�cara, sobretodo en la �ltima frase. "La soluci�n
para tu "problema", no entend�a a que se refer�a, pero no me import�... el echo
de volverlo a ver ese d�a era lo �nico que giraba en mi cabeza. Di media vuelta
y me fui, mi casa no estaba muy lejos de la cancha, as� que no me tom� mucho
llegar.

Dude unos segundos en entrar, pero al final la imagen de
Marcos en mi cabeza, me dio valor. Entre a la casa, se me hacia extra�o, despu�s
de que mi padre me hab�a echado a penas hacia algunas horas. Marcos le hab�a
dado el dinero suficiente para que recuperaran todo lo que se robaron... de
seguro el dinero era de sus ahorros. Me molestaba pensar que el dinero, que
ganaba a punta de su dignidad, se perdiera en personas tan pat�ticas como mis
padres. Pero me consol� el pensar que yo significa tanto para �l que no hab�a
dudado en perder sus ahorros para ayudarme.

Sin televisi�n, sin radio y sin tel�fono, las horas se hac�an
eternas; ya empezaba a recriminarme yo tambi�n por el robo de los
electrodom�sticos. Intent� hacer mis tareas, pero estas eran tan tediosas que en
momentos me dorm�a y mi mente vagaba entre los recuerdos de hac�a algunas horas;
Marcos y yo, atravesados, unidos como un solo ser, mientras nuestros orgasmos
consum�an nuestra raz�n, nuestros tab�es... nuestras almas. Para m�, ese
encuentro fue muy especial... despu�s de todo, puse mi hombr�a en juego, y me
preguntaba que hab�a significado para �l... si fue igual de especial... o
simplemente me cogi� como a Jonathan, como a los otro 5 chicos, como a los
pervertidos y pervertidas que lo buscaban a escondidas de la sociedad para
satisfacer sus deseos oscuros con su verga...

- "�Qu� demonios te pasa? �Por qu� te complicas tanto?" Me
preguntaba en voz alta a mi mismo, porque de una s�la cogida, empezaba a sacar
m�s problemas, m�s preocupaciones. No quer�a seguir pensando en Marcos, pero era
inevitable, el me gustaba y no pod�a cambiar eso, no despu�s de que se convirti�
en el primer hombre de mi vida.

El atardecer me encontr� dormido en mi cuarto y la voz de
Marcos llam�ndome, me puso en alerta. Me levant� de inmediato (somnoliento) y
fui a abrir la puerta. Hay estaba �l, con una camiseta roja, que se ce��a a su
cuerpo, unos pantalones con dise�os hawaianos (rojos y verdes) que llegaban un
m�s abajo de sus rodillas y unas zapatillas; "Matador", me dije en mis adentros.
Estaba tan concentrado en Marcos que no not� que tra�a compa��a... una chica. Me
qued� estupefacto, no sab�a quien demonios era esa chica ni que hac�a con
Marcos, pero me parec�a conocida.

- "!Vaya!, tan bien educado que parec�a, y ni siquiera nos
invita a pasar! Dijo la chica burlonamente, sac�ndome de mi desconcierto.

- "Pasen... pasen..." Mi respuesta fue autom�tica, yo ni
siquiera sab�a que fue a hacer Marcos en mi casa y lo estaba invitando a
pasar... junto a una desconocida.

- "�Vamos!, si ya estas listo para la acci�n", dijo Marcos de
una forma muy picara, mientras me ve�a de arriba abajo. Yo s�lo tra�a puesto mi
b�xer, el cual dejaba entrever una mediana erecci�n (seguro, producto de alg�n
recuerdo de la noche anterior, mientras dorm�a). Me puse rojo como un tomate,
estaba tan dormido cuando me levant� que ni siquiera me percat� de mi estado...
y ahora estaba enfrente de Marcos y de una chica que no conoc�a, semidesnudo y
con una erecci�n...

- "�Qu� haces aqu�?" Le pregunte, aturdido por la
situaci�n... tratando de disimular mi verg�enza.

- "No me digas que ya se te olvido lo que hablamos en la
tarde... te dije que te iba a traer la soluci�n para tus problemas... Y aqu� la
tienes... se llama Cintia y si no quitas esa cara de tonto que tienes, la vas a
asustar y se va a ir" Yo todav�a no entend�a, reacordaba lo que el me hab�a
dicho, pero aun no comprend�a a que se refer�a... a pesar de que lo que Marcos
ten�a en mente era de lo m�s obvio.

- "Todav�a no reacciona, creo que estaba durmiendo... y aun
lo est�, pero me gusta, la verdad est� muy bueno y parece que tiene algo muy
grande con lo que una mujer puede divertirse" La chica hablaba con Marcos
mientras me miraba de arriba abajo. A pesar que las palabras de Cintia me
halagaron mucho, al punto de aumentar mi erecci�n, yo no entend�a nada y la
verdad la situaci�n me estaba molestando un poco.

- "�De que se trata todo esto? �Qui�n es ella?". Le pregunte
sin miramientos... su expresi�n picara, por primera vez, me estaba molestando,
tal vez, porque en el fondo yo sab�a lo que se tra�a entre manos.

-"No seas grosero. Cintia ponte c�moda en el cuarto, que
tengo que ponerlo al tanto de todo". Meti� a la chica en mi cuarto y luego
volvi� a la sala, donde yo lo esperaba incr�dulo.

- "Cintia es una amiga m�a, del colegio, seguramente la
habr�s visto alguna vez. Ella viene a hacerte un favor... �vas a probar carne!"
Por fin entend� lo que tramaba, la trajo para que se acostara conmigo... para
que "probara" y luego decidiera si era "herb�voro", "carn�voro" u "omn�voro".

La idea no me agradaba mucho, aunque deb�a admitir que la
chica no estaba nada mal... pero Marcos siempre lograba que hiciera lo que �l
deseaba. A parte me sentir�a mal en rechazar a la muchacha, as� que me arme de
valor, rumbo a mi primera relaci�n heterosexual, mientras Marcos esperaba en la
sala.

Cuando entre al cuarto, Cintia ya estaba en ropa interior. Me
sent�a est�pido, porque estaba nervioso, como si fuera la primera vez que
intimar�a con una persona. Me sent� en la cama, de inmediato me empez� a besar
en la boca mientras sus manos jugueteaban con mis tetillas y ombligo... y a
pesar que mi cuerpo empezaba a responderle a aquellas caricias, la detuve. No me
sent�a a gusto, no quer�a hacer eso ... no as�.

- "Lo siento, eres lind�sima... pero no quiero hacer esto
contigo... a penas y se tu nombre... no me malinterpretes, estas rebuena, pero
no quiero... no asi"

- "Eres relindo...", me dijo, mientras me tomaba la cara con
sus manos, luego me sonri� y empez� a vestirse. Yo estaba apenado y le repet�a
varias veces que me perdonara, pero ella s�lo me miraba y me sonre�a dulcemente.

Ella sali� del cuarto y yo me quede sentado en la cama,
apenado... muy apenado.

- "Oye, �l chico esta rebueno, pero esta indispuesto... es
muy tierno y tu lo quieres corromper con tus malas costumbres... Ahora quede
prendida... as� que tendr�s que ir a buscarme m�s tarde para que me "apagues"...
ciaoooooo" Le escuche decir a Cintia que hablaba con Marcos, �ste, al parecer no
tuvo tiempo de reaccionar, porque Cintia cerro la puerta y se fue. Mi verg�enza
creci� m�s, ahora tendr�a que enfrentar a Marcos y explicarle porque la
rechac�... y yo a penas conoc�a mis motivos.

- "�Hey!, �que pas�...? �c�mo que indispuesto?" Me dijo
Marcos entrando a mi cuarto, yo s�lo ve�a el piso.

- "Resp�ndeme... �indispuesto?... �te puedes imaginar lo que
Cintia puede estar pensando de ti en estos momentos? �te imaginas?" Su voz
sonaba alterada, �l estaba enojado y eso me molestaba.

- "A m� no me importa lo que este pensando... tu la traes a
mi casa, sin decirme nada, para que yo la coja y ella lo acept�... yo tambi�n
tengo cosas que pensar de ella �no crees?... y acaso piensas que soy un animal
que anda revolc�ndose con lo primero que le abre las piernas..."

- "�Que descarado eres!, �ya se te olvido el maratonista? �a
�l si lo conoc�as?"

- "Eso fue diferente... yo... no s�, yo..." La verdad no
sab�a ni que responderle, la situaci�n empezaba a caldearse, era la primera vez
que discut�a con Marcos.

- "Diferente, �por qu�?... �por qu� era un chico?" Su voz
estaba alterada y eso me dol�a, pelear con el me dol�a mucho, era mi amigo... no
quer�a perderlo, as� que trate de calmarme.

- "Es diferente porque esa noche fue diferente, aunque fue
una situaci�n forzada... fue m�s espont�neo. Contigo fue igual, fue algo que
simplemente surgi�, me deje llevar por mis instintos... �pero esto?, traer una
chica para que me acueste con ella de buenas a primeras... no me parece... �y
si!, me sent� indispuesto... me siento indispuesto" Esa fue mi excusa, aunque no
estaba tan convencido.

- "�Tus instintos?... porque mejor no dices que te gustan las
vergas" �l estaba realmente enojado, y yo no entend�a... �l me hab�a dicho que
no hab�a ning�n problema si resultaba que en verdad me gustaban los hombres... y
ahora me estaba reclamando por eso... por ser gay.

- "Si es as�, �por qu� estas molesto?, tu me dijiste que no
ten�as problemas con eso" Su cara mostraba desconcierto, como si se hubiera dado
cuenta de algo. Yo continuaba sentado en la cama. Mientras �l se qued� en
silencio y sali� de mi cuarto... se estaba hiendo y yo no hab�a terminado aun.
Lo segu� hasta la sala, donde lo detuve, tom�ndolo del brazo... empec� a
repelarlo con toda la ira, decepci�n y tristeza que sent�a en ese momento.

- "�Por qu� te vas?, aun no hemos terminado con esta
discusi�n. Di que te molesta que sea gay... admite que eres un hip�crita... esta
tarde me dec�as que no hab�a problema, que seguir�a siendo tu amigo... pero
apenas lo confirmaste demostraste lo que realmente eres... un maldito hip�crita
y cobarde... un cobarde porque huyes de mi, me imagino que debe darte terror que
las personas se enteren de que eres amigo de un mendigo puto, �verdad?... y que
sepan que tu tambi�n le entras a lo mismo... �"omn�voro"!... �omn�voro mis
pelotas!... Yo podr� ser todo lo puto que quieras, pero al menos lo admito... y
no me ando con justificaciones est�pidas como tu... Vamos adm�telo, admite que
eres igual que los deparados a quienes te les vend�as... Adm�telo...
adm�telo..." Marcos me interrumpi� con un movimiento r�pido, me tomo por los
hombros... se quedo vi�ndome por unos segundos, con una mirada enardecida, en
ese momento pens� que me tirar�a al suelo.

- "Lo �nico que tengo que admitir... es que... me gustas
mucho... demasiado, jam�s hab�a sentido algo as� por... por un chico..." Marcos
me confes� aquello, mientras sacud�a mi cuerpo. Su rostro demostraba tanta ira
que se me hacia irreal que me estuviera confesando aquello... pero ahora se que
la ira que el sent�a en ese momento, no era contra m�, sino contra �l mismo.

Despu�s de que se diera semejante confecci�n, los dos
permanecimos en silencio. �l me sujetaba y me miraba fijamente, mientras yo solo
ve�a sus ojos azules, incr�dulo de lo que acababa de escuchar. De repente, �l
tomo la iniciativa, una de sus manos me agarr� por la nuca, mientras su brazo
libre me as�a por mi espalda baja. Sus movimientos me tomaron por sorpresa, y no
pude reaccionar... Cuando me tuvo atrapado, me apret� a su cuerpo y me plant�
uno de los besos m�s apasionados que he recibido en mi vida. Su boca se apodero
de la m�a y no tardo en convertir mi ira en pasi�n, mi decepci�n en perd�n y mi
tristeza en alegr�a... �l bajaba mis defensas y yo me somet�a a sus deseos. No
le correspond� el beso, dej� que �l jugara libremente con mi boca, que
demostrara que tan cierto era lo que me acababa de revelar. Me mord�a suavemente
los labios, introduc�a su lengua y jugueteaba con la m�a.

Yo me sent�a muy feliz, y no permit� que la calentura de mi
verga parad�sima, arruinara aquel momento. Marcos sent�a lo mismo que yo...
sent�a aquello que se sembr� en mi, cuando los dos hicimos que Jonathan se
corriera... �l culiando y yo mamando.

Sus besos apasionados, poco a poco, se fueron volviendo m�s
tiernos, hasta que dej� de besarme. Lo mir�, su cara demostraba deseo ba�ado en
verg�enza.

- "�Piensa bien lo que haces!" Le dije suavemente, �l s�lo
sonri�. Yo lo tom� de la mano y lo llev� a mi cuarto.

- "No se si soy gay o si estoy confundido, pero si s� que tu
tambi�n me gustas... demasiado" Le dije mientras me sentaba en la cama.

- "�Estas seguro de esto?" Me pregunt� mientras se
arrodillaba enfrente de m�. Pero yo sab�a que esa pregunta era m�s para s� mismo
que para m�.

- "Muy seguro... m�s seguro que nunca" Le respond�. Entonces
me acost� en la cama y me quit� el b�xer, dejando libre la muestra de que tanto
deseaba aquel momento. Marco sonri� p�caramente (yo me sonroje�) al ver mis 18
cm erguirse sobre mi cuerpo, entonces se baj� de la cama y empez� a desvestirse,
no era la primera vez que lo ve�a hacerlo y aun me segu�a fascinando sus
movimientos mientras se despojaba de la ropa. Se qued� parado, con su pene al
m�ximo y me miraba; por primera vez pude observar su cuerpo con detenimiento...
un cuerpo hecho para el sexo, definitivamente era una obra de arte de la
naturaleza... la lujuria hecha carne, un pecado... Un chico hermos�simo, deseado
por todas las mujeres del barrio (y no dudo que por alg�n "otro"), y estaba
conmigo, s�lo para m�... por m�... de m�.

Subi� a la cama y �l placer que me propino fue incre�ble. Sus
manos y su lengua recorrieron mi cuerpo con paciencia, detall� y lentitud...
como si dibujara mi cuerpo. Me recorri� con tanto detalle que encontr� puntos
tan sensibles de mi cuerpo que jam�s imagine tener. No lo reconoc�a, la noche
anterior conoci� mi cuerpo de forma muy pasional, y ahora lo hac�a con inmensa
ternura. Todo mi cuerpo fue explorado, boca, cuello, brazos, manos, torso,
abdomen, ombligo, ingles, muslos, piernas, pies, dedos, tobillos... luego nuca,
espalda, nalgas... Todo mi cuerpo fue manoseado y besado (a excepci�n de mi
mimbro, que de haber sido estimulado hubiera estallado antes de lo deseado),
hasta que por fin se dedico a mi ano, sensible por la desvirgaci�n que hab�a
sufrido la noche anterior. Su lengua, su saliva, junto con un dolor mezclado con
una agradable comez�n (producto de la reciente cogida), formaban una sinergia
para producir en m� placeres que jam�s pens� experimentar. Sus caricias en mi
ano fueron suaves y tiernas... y yo, yo ya no ten�a m�s paciencia... lo deseaba
dentro de m�.

- "Pen�trame ya... te lo ruego, hazme tuyo..." Yo estaba
totalmente entregado a �l, sumiso a sus deseos... a sus caricias... a su
miembro; y ya no me importaba expresarlo... ahora que sab�a que el tambi�n
sent�a algo por m�.

Marcos respondi� a mi suplica, me coloc� boca arriba sobre la
cama, luego tom� una almohada y la ubic� debajo de mi cintura. Tom� mis piernas
y las posicion� alrededor de su cintura y yo lo apret� fuertemente, como
asegur�ndolo por si acaso se arrepent�a. El sonri� ante mi desperado gesto de
necesidad... necesidad de hombre, de aprecio, de pasi�n, de seguridad, de
libertad, de placer... necesidad de todo lo que me hizo sentir cuando me
desvirgo y que seguramente �l tambi�n sinti� en aquellos momentos.

Marcos se inclin� hacia m�, me mir� fijamente con sus ojos
azules, volvi�ndome loco en una mezcla de regocijo y desesperaci�n.. y luego
empez� a besarme, su boca exploraba la m�a mientras acomodaba su pene en mi ano,
para marcarlo como un fierro caliente a una res. Mientras su boca posesionaba mi
boca, su verga se deslizaba poco a poco dentro de m�, caus�ndome dolor matizado
de placer, placer que se hac�a m�s grade a cada segundo. Cuando toda su
virilidad estuvo totalmente forrada por mi cuerpo, Marcos dej� de besarme, se
irgui� sobre m� y empez� un mete y saca lento pero profundo, que le robaba
gemidos a mi boca y espasmos a mi cuerpo; mientras, mis manos se aferraban a su
cintura y espalda para no dejarlo escapar de mi cuerpo. Nuevamente estaba dentro
de m�, explorando los adentros de mi ser, que �l mismo se hab�a encargado
desvirgar la noche anterior. La verdad lo sent� como si fuera UNA SEGUNDA
PRIMERA VEZ, porque fue m�s especial... hab�a m�s sentimiento... m�s deseo...
deseo conciente e inconsciente.

Despu�s de un rato con su mete y saca, Marcos se tumb� sobre
mi cuerpo, pas� sus manos por debajo de mis hombros, poniendo sus manos debajo
de mi cabeza. Y as� me aferr� a su cuerpo, sin dejar de penetrarme con
movimientos m�s fuertes y firmes, volvi�ndome loco de placer. En esa posici�n,
mi verga quedo atrapada entre su abdomen y el m�o, y con nuestro sudor a manera
de lubricante, mi pobre pene era friccionado por nuestros cuerpos; mientras,
Marcos no dejaba de penetrarme, mi corrida estaba cerca y se lo deje saber entre
mis constantes gemidos.

- "Maarcos... aaaahhhhh... me venng... me vennngooo..." Yo
estaba a punto de correrme pero el ten�a otros deseos.

- "Nooogg... lo hagas... uuummmm... aguantaaaa... No dejes
que este... momento... sea tan cortoooo... aaahhhh... resiste..." �l me suplic�
suavemente al o�do que resistiera, que alargara el momento y yo trat� de
complacer su petici�n; milagrosamente pude contener mi corrida pero no seria por
mucho tiempo.

- "Marcosss... yaaaaa no aguanto... aaaahhhhgg... uuummmm...
Marrrr..." Yo le suplicaba pero el no ced�a, me ped�a que hiciera milagros
conteniendo mi corrida.

- "Vamos... resissste... aguantaaaaa" Yo con mucha dificultad
trataba de resitir, porque quer�a complacer a Marcos sobre todas las cosas... y
el maldito se aprovechaba de eso para torturarme. Me ped�a que aguantara, pero
el no me daba tregua, su envestidas eran firmes y constantes, me besaba en la
boca, luego el cuello y en ocasiones se hund�a entre mi hombro y cuello para
apoderarse del l�bulo de mi oreja, todo eso unido a la imagen de su cara sumida
en placer, sus mechones de cabello h�medo, su aliento, sus gemidos y su voz
entrecortada.

- "aaaaaahhhhhh... Thoooooomaaaaaas... aaaahhhhh...
aaahhhggg... ooooohhhhh..." De repente Marcos se irgui� sobre m�, y luego se
hundi� en mi hombro. El muy hip�crita se estaba corriendo antes que yo (y era �l
quien me ped�a que resistiera). Los espasmos de Marcos se trasmit�an a mi cuerpo
y el eco de sus gemidos entraron a mis o�dos y se expandieron a todo mi cuerpo
hasta llegar a mi pene, a mi culo y mi pr�stata, en donde se unieron a los
espasmos de Marcos, para hacerme estallar de placer.

- "aaaahhhhhh... ahhgg... aaaahhhhh... Maaarrcoooos...
aaaaaaaahhhhhh..." Nuestros cuerpos se estremec�an juntos, como bailando...
bailando de placer, mientras nuestros gritos, gemidos y jadeos llenaban mi
habitaci�n como la indiscutible prueba de placer... del placer entre dos hombres
que se aprecian y atraen...

Continuara.