Mi t�a nos esperaba con la once preparada, conversamos un
rato con ella y luego cayo la noche.

Ya mi t�a se iba a acostar y yo mencione que saldr�a afuera a
fumar un cigarro. Mi prima me dijo que acostar�a a la t�a, y saldr�a a
acompa�arme a fumarse uno.

Mi t�a no sospechar�a nada, ya que era habitual que lo
hici�ramos.

Me sent� en una mesa que hab�a en el patio de atr�s, bajo un
parr�n. La oscuridad era casi total. Al rato siento que se cierra la puerta y
sale mi prima hacia donde yo estaba. Se sent� en la misma mesa y le pase un
cigarro. Hablamos de cualquier cosa, pero ambos sab�amos lo que quer�amos.

Ella sentada en la mesa, me met� entre su piernas y la bese.
Mis manos se apoyaron en sus delgadas piernas, acarici�ndolas suavemente, hasta
que la hice bajarse y quedando los dos ed frente, comenzamos a besarnos.

Mis manos se metieron bajo se falda y acariciaron sus
delgadas nalgas, mientras que mi otra mano avanzaba por debajo de la blusa,
buscando sus peque�as tetas.

Comenc� a masturbarla de pie. Mis manos acariciaban los
abundantes pelos de su vag�na , mientras ella poyada con sus manos sobre la
mesa, echaba la cabeza para atr�s y me dejaba masturbarla.

Me arrodille delante de ella y con ambas manos baje su
calz�n. Le puse un pie sobre una silla y comenc� a deleitarme metiendo mi lengua
en su mojada cosita. Ella gem�a en silencio.

Ahora me tocaba mi turno, por lo que me levante y nuevamente
los dos de pie, la bese, haci�ndole sentir el sabor de sus jugos en su labio.
Fue ella la que ahora bajo. Me apoye en la mesa y me baje los pantalones hasta
la rodilla. Sus manos me bajaron mis slips tambi�n hasta la rodilla y corriendo
su larga y negra cabellera hacia un lado comenz� a chuparme fuertemente mientras
yo la afirmaba de sus cabellos, para que el pelo no se le fuera a la cara.

Paso un rato en esta posici�n, luego subi� y me beso. Ambos
con nuestra ropa interior en nuestros tobillos, nos masturb�bamos mutuamente. La
tome y la coloque con las manos sobre la mesa, con la intenci�n de penetrarla.

Sin embargo, aunque se notaba muy caliente, me detuvo,
diciendo que no estaba tomando anticonceptivos y pod�a salir embarazada. La
verdad ten�a raz�n, y como yo no tra�a condones solo le restregu� mi verga en
sus partes �ntimas. Ambos est�bamos enfermos de caliente, pero nada pod�amos
hacer, incluso las veces que mi verga frotaba su cl�toris, ella se volv�a loca y
estiraba todo su culo hacia atr�s como si estuvi�semos follando.

En esa misma posici�n, en 90� con sus manos apoyadas en la
mesa, yo por detr�s, baje y comenc� a comerme con mi lengua su mojada concha una
y otra vez. Avance hasta la entrada de su culo y le met� la lengua lo mas
adentro que pude. Eso le encant� y se acost� completamente sobre la mesa,
dejando solo sus pies en el piso y sus piernas separadas, para dejarme
completamente libre el paso. Le moje lo mas que pude el culo con mi lengua,
incluso meti�ndole el dedo mas peque�o, como para ayudar a dilatarla. A ella eso
no le gusto y tato de pararme, pero una y otra vez, mi dedo se met�a en su culo.

Cuando me pare detr�s de ella, y apunte mi verga a la entrada
de su culo, ella me detuvo pidi�ndome que no lo hiciera, pero a esa altura, mi
calentura estaba por las nubes y no le hice mucho caso. Trate de met�rsela, pero
a ella le dol�a y mi verga no entraba. A las finales tuve que desistir.

Ella me pidi� perd�n, pero me dijo que era mucho el dolor y
que siempre hab�a sido estrecha de culo. Pero para no dejarme con las ganas se
volvi� a arrodillar y me dio un fabulosa mamada, hasta que termine dentro de su
boca.

Nos fuimos a acostar

Cerca de c�mo una hora, me despert� y me fui al ba�o. Al
pasar por la puerta de mi t�a, note como se escuchaban sus ronquidos. Mientras
estaba orinando en el ba�o, me acorde de mi prima y mi verga se endureci� otra
vez.

Fui a mi habitaci�n y cerr� la puerta con mucho cuidado. Me
dirijo a la habitaci�n de mi prima y sin meter el m�nimo sonido, me met� y cerr�
la puerta tras de mi.

Solo la luz de la luna entraba un poco por la ventana. Ah� se
encontraba mi prima, durmiendo boca abajo, tapada solo con la sabana. Suavemente
fui retirando esta sabana , hasta que apareci� el delgado cuerpo de mi prima. La
mire una y otra vez. Como era posible que una mujer tan delgada me causara tanto
morbo. Usaba solo una peque�a camisa de dormir, que dejaba casi al descubierto
su nalguitas, cubierta por un peque�o y diminuto calz�n. Mire sus piernas �. Muy
flacas, casi sin formas, su largo cuerpo �..sus peque�as nalgas, que en otro
lugar jam�s me hubiesen excitado, una espalda peque�a y su larga y negra
cabellera.

Con mucho cuidado le levante su camisa dejando al descubierto
su peque�o y delgado culo. Sus piernas estaban un poco abiertas. Me met� por la
parte de debajo de mi cama, hasta que mi cara qued� a la altura de su culo.
Sent� su olor � y suavemente comenc� a besar sus gl�teos. Ella no despert� si no
solo hasta que le di un peque�o mordico sobre una de sus nalgas.

Ella supo que era yo y me dijo que era un loco, pero sin
moverse de esa posici�n. Comenc� a besarle sus nalgas, apretarlas con mis manos,
a mord�rselas. Ella se dejo llevar. Luego me incorpore y le saque los calzones,
y abriendo sus piernas nuevamente mi lengua tuvo el sabor de su culo en mi boca
nuevamente.

Ahogando sus gemidos mientras mord�a la almohada, recibi�
todo el placer que su primo le entregaba. Jam�s en su vida hab�a sentido el
placer del sexo oral, y debido a las escasez de preservativos, era todo lo que
el le pod�a entregar.

La di vuelta y colocando mi verga en su cara, comenzamos
hacer un fant�stico 69. Como siempre me ha gustado ir abajo, me di vuelta
dej�ndola a ella arriba. Las mamadas de mi prima eran espectaculares y no demore
mucho en vaciar toda mi leche en su boca. Ella aun con su boca llena de semen no
paro ni un segundo y continu� chup�ndome con las mismas ganas. Yo igual que ella
continu� chupando su concha hasta que mis cara qued� completamente mojada con un
monstruoso orgasmo que ella me entreg�.

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