El secreto de mi hermano.
Todo aquel a�o fue algo complicado, empec� a trabajar en una
agencia de viajes, mientras que Javier estaba rematando su carrera, raz�n por la
cual, cada vez nos ve�amos menos. El comenz� a ponerse celoso de cualquier t�o
con el que hablase. Entre esa actitud, y el progresivo deterioro de nuestra
relaci�n, no me qued� m�s remedio que dejarle.
No fui la �nica que acabo con su relaci�n, mi hermano tambi�n
dej� la suya con Ver�nica, y volvi� a instalarse en casa. Por una parte, esto me
llenaba de felicidad, aunque por otra, me disgustaba encontrarle triste en
muchas ocasiones, pese a que �l se empe�aba en disimularlo.
Carlos y yo volvimos a hacer muchas cosas juntos, nuestra
relaci�n volvi� a ser como antes de que �l se fuera de casa y yo comenzara la
m�a con Javier.
Una noche en la que fui a cenar con mis compa�eras de
trabajo, me sorprendi� que no quisiera acompa�arme, debido a que yo sab�a que a
�l le gustaba una de ellas. La excusa fue que ya hab�a quedado con otra gente.
Por su parte, mis padres fueron a pasar el fin de semana con mis t�os a la
costa.
Al volver a casa, me sorprendi� ver su coche en la puerta.
Tras quitarme los zapatos, que me estaban matando, sub� las escaleras. Lo que vi
me dej� alucinada. La puerta de la habitaci�n de Carlos estaba entreabierta, �l
estaba de espaldas, desnudo de mitad para arriba, besando a alguien. De repente
se giraron y comprob� quien era la misteriosa mujer. Qued� sorprendida, se
trataba de Eva.
Eva es una amiga de la familia, que debe rondar los cuarenta
y cinco a�os, es fisioterapeuta, y de vez en cuando nos da masajes. Con mi
hermano se hab�a portado muy bien al tratarle una lesi�n que ten�a en la ingle.
Ella estaba divorciada, no hab�a tenido hijos. Era una mujer muy coqueta, se
conservaba bastante bien.
Yo estaba en un rinc�n oscuro, por lo que pod�a verlo todo
sin que ellos se enterasen de que eran observados. La situaci�n era algo
morbosa, el estar viendo a Carlos liado con Eva me estaba acalorando de una
forma m�s que palpable.
Mi hermano le sac� la camiseta a Eva, mientras que esta se
apresuraba en quitarle los pantalones para que su pene saltara. Pene, que dicho
sea de paso, no estaba nada mal, como el resto del cuerpo de Carlos.
Eva se agach� y se la meti� en la boca mientras �l le sobaba
los senos, que eran bastante grandes, sin ser nada del otro mundo. Otra cosa que
me llam� la atenci�n, fue que se manten�an en su sitio de una forma m�s que
aceptable para una mujer de esa edad.
Sin m�s, Eva se incorpor�, empujando a Carlos para que cayese
sobre la cama, luego trep� por su cuerpo, y se introdujo el miembro de mi
hermano para comenzar a saltar de una forma desesperada. Estaban follando
salvajemente, mientras tanto, yo hab�a deslizado mi mano por mi vientre hasta
llegar al sexo, que me acariciaba cada vez m�s fuerte, al tiempo que trataba de
ahogar mis peque�os gemidos. Tampoco es que fueran a escucharlos, m�s que nada
porque Eva estaba totalmente fuera de s�.
En un momento dado, se detuvieron, ella se acost� en la cama
y Carlos se coloc� entre sus piernas, disponi�ndose a comerse el sexo de su
madura amante. Eva gem�a mientras �l se aferraba a sus senos y lam�a su raja.
Poco despu�s volvi� a introducirla en el cuerpo de Eva, quedando los dos
enlazados, tanto por sus piernas como por sus brazos, al tiempo que sus lenguas
entraban en lujuriosa pugna.
Pronto obtuve mi orgasmo, quedando de rodillas tras aquel
sill�n, mirando como segu�a desarroll�ndose la acci�n que no durar�a mucho m�s.
Carlos enterr� su polla hasta lo m�s hondo de Eva, arqueando su espalda y
resoplando. Tras un par de besos, empezaron a vestirse. En ese momento volv� en
m�, y sal� escaleras abajo, procurando hacer el menor ruido posible, tanto al
caminar, como al cerrar la puerta de la calle.
Me escond� tras la casa, y maldici�n, ca� en la cuenta de que
me hab�a dejado los zapatos dentro. En fin, ya no pod�a hacer nada. Al rato
salieron a la puerta, y se despidieron con un beso.
Esper� diez minutos para volver a entrar en casa. Encontr� a
Carlos en el sal�n, estaba p�lido y visiblemente nervioso. Intent� hablarme,
pero no pudo, as� que para calmarle le dije:
-Tranquilo Carlos, no voy a contarle nada a nadie.
-Gracias Gloria- me regal� un beso en la mejilla.
-Al menos me contar�s como empezaron, �Verdad?
-Claro, ver�s, todo empez� cuando me lesion� la ingle-dijo
Carlos recobrando la calma y acompasando la respiraci�n.
-Pero Carlos, de eso hace mucho tiempo ya.
-Si, ten�a diecisiete a�os (en ese momento ten�a veintid�s),
y en uno de los masajes, pues no pude resistirme y�
-Ya, �Han estado juntos todo este tiempo?
-Si, aquella vez en su casa fue mi primera vez. Lo cierto es
que ya ten�a fantas�as con ella, y aguantarme mientras me masajeaba esa zona,
mientras notaba como se le mov�an sus encantos bajo aquella bata, no era nada
f�cil.
-Entiendo.
-Y bueno, esa fue la raz�n de mi ruptura con Ver�nica. Un d�a
lleg� a casa antes de tiempo, y nos pill�, como t� ahora, salvo que en aquella
ocasi�n no fue nada agradable.
-�Y ahora lo es?
-No, pero me alivia que hayas sido t�, y no pap� o mam�.
-Ahora entiendo por qu� no me contabas nada acerca de los
motivos, te juro que pensaba, que la cosa hab�a sido al contrario. Si te sirve
de consuelo, Ver�nica nunca me cay� muy bien.
-Lo s� Gloria, pero bueno, nunca llueve a gusto de todos.
-Bueno, dej�moslo por hoy, creo que ser� mejor que te des una
ducha y nos vayamos a dormir, �O prefieres que me duche yo primero?
-Jaja, no, mejor me ducho yo primero, que quiero terminar
hoy.
-Desde luego, ser�s�, jaja.
Tras la charla nos fuimos a dormir, al menos pude alegrar un
poco a mi hermano, ya que pese a hab�rselo pasado tan bien un rato antes, se
notaba que estaba triste, y no precisamente porque yo descubriese su secreto.
Ya no volver�a a ver a mi hermano como lo ve�a antes de esa
noche. Tengo que reconocer que pese a la excitaci�n que sent� al verle con Eva,
tambi�n hab�a algo de celos, como cuando escuchaba a mis padres haciendo el
amor.