Esto que les voy a contar no ocurri� hace mucho.

Dirijo un peque�o bar en Sevilla capital que est� apenas 30
metros de un colegio.

Me encanta salir para ver desfilar a las ni�as y ni�os cuando
salen del colegio (a mi me encantan entre los 18-21 a�os).

Hay madres que aun con esa edad van a recoger a sus hijos.
Pero realmente son pocas.

Bueno un buen d�a yo estaba en la puerta del bar y entr� un
chica de aproximadamente 18 a�os, no creo que tuviese m�s. Era una chica con el
pelo oscuro muy liso que le pod�a llegar a mitad de la espalda, ojos verdes
azulados, de tez blanca, con unas cuantas pequitas que le rodeaban la nariz
respingona que tiene.

Al ver que no hab�a nadie en la barra me pregunt� con una
dulce voz si yo le pod�a dar un vaso de agua. A lo que le contest� que le daba
todos los que ella me pidiese.

Ella con una preciosa sonrisa tom� el vaso y se lo bebi�.

No pude dejar de pensar en esa chiquilla. Deseaba tenerla
entre mis brazos, pellizcarle tiernamente el culito tan respingon que dejaba
imaginar el ch�ndal con el que hab�a venido.

Desde aquel d�a me obsesion� tanto por aquella ni�a que
estaba m�s atento del colegio que de mi propio bar (que por cierto lo dej�
porque no entraba ni Dios).

Creo recordar que a la semana y media volvi� a aparecer por
el bar y me volvi� a pedir un vaso de agua. Me met� detr�s de la barra y le
propuse que en lugar de un vaso de agua se tomase un refresco, ella me replico
que no ten�a dinero para poder pagar.

A lo que le contest� que la invitaba por ser la primera
persona que entraba en el d�a.

As� que accedi� a tomarse el refresco y estuvimos hablando de
cosas tan cotidianas como el tiempo.

Me dijo que se llamaba Lucia.

Al d�a siguiente la vi corriendo dirigi�ndose a mi bar y tal
como entr�, me pregunt� algo sofocada si era la primera persona que entraba y
aunque era mentira pues un se�or se hab�a tomado una cerveza, le dije que s� ,
pues as� tendr�a la oportunidad de conocerla y disfrutar de ella.

Pues as� pasaron los d�as y los meses.

Rara la vez que no pasaba por el bar reclamando el premio de
ser la primera persona que entraba en el bar.

Cuando llevaba cerca de tres meses pasando por el bar
pr�cticamente a diario, y la confianza era bastante grande, las conversaciones
se fueron elevando de tono y terminamos hablando de sexo.

Al principio estaba que no sab�a que hacer as� que decid�
cambiar de tema pero ella lo retom�, pregunt�ndome si ve�a pel�culas guarras y
seguidamente que porque las ve�a, que era lo que sent�a y que hac�a.

Me qued� at�nito pues nunca pens� que una ni�a de 18 a�os
pod�a hacerme una ristra de preguntas como aquellas.

Pero se las fui contestando de tal forma que ella lo
entendiese todo. Mientras las iba contestando su cara iba mostrando rasgos de
asco, sorpresa, curiosidad, e incluso mostraba mucha atenci�n a lo que le iba
contestando.

Le pregunte si hab�a visto alguna pel�cula guarra, a lo que
me contest� que s�, en casa de una amiga hab�an visto un video del hermano.

Aquello me sorprendi� a la vez que me �xito much�simo.

Le pregunt� que como era la pel�cula que hab�a visto y que
hab�a sentido vi�ndola.

Me dijo que hab�an salido 3 t�os uno de ellos negro y dos
t�as y que se empezaron a tocar, a chupar y a meterse el pito de los hombres por
todos lados. Y que sinti� asco y mucha curiosidad.

Le pregunt� si hab�a visto alg�n pito alguna vez y si era que
s� si lo hab�a tocado�

Ella respondi� que s� hab�a visto el pito a su padre y al
hermano de su amiga. Pero que nunca lo hab�a tocado.

Le volv� a preguntar si quer�a ver uno que si ella quisiera
tocarlo pod�a.

Ella qued� pensativa durante un rato, frunci� el ce�o y se
march�.

Pens� que jam�s volver�a y lo peor que me denunciar�a y que
se los dir�a a sus padres.

Tuve esa preocupaci�n cerca de mes hasta que volvi� a
aparecer por el bar reclamando el refresco con la mala suerte que apareci� un
buen cliente del bar, as� que no pudimos charlar.

Pero a la tarde apareci� por el bar y me pidi� un refresco,
yo se lo puse y le pregunte si se hab�a enfadado por la proposici�n que le hab�a
hecho, y ella con una sonrisita me dijo que no pero que se lo ten�a pensar, pues
nunca antes se lo hab�an propuesto, mientras dec�a esto sacaba 2 euros para
pagar su refresco. Le dije que no hac�a falta que era un privilegio tenerla en
el bar.

Ella cojiendome de la mano me dijo que s�. Yo me qued� igual.

As� que le pregunt� �s� a qu�?

Me dijo que quer�a ver un pito y si pod�a tocarlo.

Con esa respuesta me qued� blanco no sab�a que hacer. Era la
primera vez que pod�a estar con una ni�a preciosa de 18 a�itos.

As� que le ped� que pasase al fondo mientras yo bajaba las
persianas del local. Poniendo un cartelito de cerrado por enfermedad (Cosa que
era cierta me estaba poniendo malo).

Una vez que cerr� las persianas por dentro le ped� a Lucia
que saliese que ya no pasaba nada.

Una vez que sali� encend� los focos interiores para poder
verla mejor, puse un poco de m�sica lenta nos sentamos y le pregunt� que si
realmente quer�a ver un pito y si realmente quer�a tocarlo. Y con mucha
impaciencia me respondi� que s�.

Yo me levant� y con un poco de pudor me desabroch� los
pantalones y los deje caer junto a los calzones.

Saliendo a relucir mi verga medio fl�cida. Y con ojos como
platos alz� el brazo tocando con miedo mi verga.

Mi excitaci�n era tremenda por lo que la erecci�n comenzaba a
notarse.

Mi verga estando fl�cida mide aproximadamente unos 8-9 cm. de
larga por 1-2 cm. de ancho. Estando en erecci�n es de unos 20 cm. Por unos 2.5-3
cm. de ancho.

Ella estaba alucinada por como crec�a ese gran desconocido
para ella.

Por momentos sent�a m�s curiosidad, magreaba m�s mi verga, se
acercaba, la ol�a, la cog�a, la soltaba� No sab�a que hacer�

Le ped� que le diese un beso a aquella barra de carne que
ten�a entre las manos. Ella no supo que hacer, As� que me dijo que prefer�a
d�rmelo a m�.

As� que con todo bajado me sent� de nuevo en la silla y la
sent� sobre m�. Sin esperarlo la comenc� a besar� al principio se intent�
resistir, la mir� a los ojos y le dije que solo quer�a besarla.

Ella se dej� hacer y como inexperta que era intentaba
responderme a los besos.

Mi calentura era tremenda quer�a poseerla, quer�a que esa
ni�a tan bonita solo fuese m�a.

Mis manos temblorosas comenzaron a acariciarla empezando por
su culito respingon.

Se incorpor� y me pregunt� que era lo que estaba haciendo. Le
dije que solo la estaba acariciando. Que se dejase hacer pues le iba a gustar
mucho.

Volvimos a besarnos y segu� con mis caricias, levantando poco
a poco su faldita y desabrochando todos los botones que mis manos se iban
encontrando a su paso.

Le cog� una manita y se la puse en mi verga para que la fuese
masajeando.

Le fui quitando un chaleco oscuro seguido de su camisita
blanca.

Ella me imagino que muy incomoda con lo que estaba
sucediendo, intentaba colocarse la ropa de alguna forma.

Le rogu� que me dejase verla desnuda que era eso lo que
pretend�a. Que no pasar�a nada que ella no quisiese.

As� que no mucho m�s tranquila accedi�, y sin pens�rmelo dos
veces, la fui desnudando poco a poco�mientras la desnudaba mis labios y mi
lengua iban recorriendo cada rinc�n de su espectacular cuerpo.

Una vez que la ten�a completamente desnuda ante m�, la cog� y
la sent� encima de la barra del bar.

La segu� besando y poco a poco logr� que abriese las
piernecitas dej�ndome ver su tesoro m�s oculto.

Mientras la besaba mi mano le acariciaba la pierna pasando
por su muslo y terminando en su m�gica conchita. Lo que m�s me maravill� era que
no ten�a un solo bello.

Al sentir mi mano recorriendo su conchita, meti� un respingo
replic�ndome que ella no sab�a si quer�a que yo la tocase en su conchita.

A lo que le respond� que solo eran caricias y como la quer�a
tanto, tambi�n quer�a que ella disfrutase tanto como yo de lo que esta
sucediendo, y que le iba a hacer una cosa que le gustar�a much�simo.

As� que dirig� mi cabeza a su entrepierna.

La hice recostarse sobre una columna, y comenc� a saborear
aquel virginal conejito.

Al principio solo eran quejas que si no debemos que si estaba
mal� etc.

Pero al parecer le comenz� a gustar y pronto cesaron las
quejas.

Recuerdo que sus manos hac�an prisionera mi cabeza, no quer�a
que parase.

Su respiraci�n comenzaba a agitarse.

Su cintura se mov�a sin parar y sus peque�os gemidos no se
hicieron esperar.

Saqu� la cabeza de entre sus piernas y le ped� que me chupara
la verga.

Ella con cara de asco me dijo que prefer�a que le siguiese
haciendo lo de antes que le hab�a gustado mucho.

Le dije que yo seguir�a pero que ella me la ten�a que chupar.

Me sub� en la barra con ella, cogi� mi pene se lo acerc� a la
boca y poco a poco se la fue introduciendo en la boca. Y torpemente la fue
chupando dejando rozar los dientes con mi verga.

Le cog� un dedo y le expliqu� como deb�a hacerlo.

Me tumbe en la barra y comenzamos con el 69.

Cada vez aquella lecci�n que le hab�a dado, la estaba
mejorando segundo por segundo. Aun recuerdo aquellos lenguetazos que me daba
sobre el prepucio.

No tard� mucho en llenarle aquella boquita de leche.

Cuando not� como aquel chorro de leche penetraba por su
garganta quiso retirar la cabeza, pero mis manos se lo impidieron hasta no
terminar de correrme del todo.

Me grit� que era eso tan asqueroso que se hab�a tragado.

Le dije que eso era mi leche, que eso era muy bueno para
ella.

Sinceramente no s� si lo crey� pero sigui� chupando aquel
trozo de carne fl�cida. Mientras tanto yo segu�a chupando aquel hermoso y
sabroso conejito.

La ni�a se retir� gritando que se estaba haciendo pipi� Le
cog� del brazo y le dije que no se estaba haciendo pipi que lo que sent�a era su
primer orgasmo, Asi que le segu� chupando con m�s intensidad pues quer�a aquel
delicioso manjar que estaba por salir.

Estuve chupando unos 3 minutos hasta que un grito y una
contracci�n de cadera y de piernas me hicieron ver que estaba corriendose.
Quer�a aquel dulce n�ctar.

Me tragu�, lam� y relam� aquellas gotitas que hab�a soltado
aquella preciosa ni�a.

Lucia se incorpor� y me dijo que le hab�a encantado lo que le
hab�a hecho y que le hab�a gustado el sabor de mi pito.

Le pregunt� que si quer�a disfrutar mas de lo que hab�a
disfrutado, tendr�a que hacer lo que ella hab�a visto en la pel�cula guarra.
Pero nosotros dos solos.

Ella me respondi� que no sab�a que hacer porque le parec�a
que estuviese haciendo algo malo. Mientras ella me dec�a esto yo le estaba
acariciando su conchita y de vez en cuando la empezaba a penetrar con un dedo.

Sus movimientos de caderas no se hicieron esperar.

Le dije que malo ser�a no terminar lo empezado, que si ya
hab�a empezado a disfrutar porque no terminar disfrutando m�s aun.

Ella no sab�a que hacer as� que la tumbe en la barra y dirig�
mi pene hasta la entrada de su virginal conchita. Dej� que el prepucio fuese
entrando poco a poco sin empujar todo poco a poco.

Not� como una fina barrera.

La mir� a los ojos.

Que vista�una ni�a de 18 a�os, desnuda con una carita
preciosa, angelical, dedic�ndome posiblemente la mejor sonrisa de su vida.

Aquel cuerpecito blanco, suave como la piel de un melocot�n.

All� estaba ella lista para que la tomase.

Le advert� que al principio le pod�a doler, pero que al final
disfrutar�a much�simo m�s que antes.

Ella no dijo nada solo se quedo inm�vil esperando algo.

Empec� a empujar algo m�s fuerte, ve�a en su cara muecas de
dolor.

Segu� empujando hasta notar como algo se romp�a para dejar
paso al gran trozo de de carne que estaba por entrar.

En ese instante ella grito, y comenz� a llorar llev�ndose sus
manos a su conchita.

Le ped� perd�n si le hab�a dolido.

Ella aun llorando me pidi� que se la sacara que se quer�a ir
a casa.

Le dije que ya no le doler�a m�s que me dejase curarle su
conchita que ver�a como le iba a gustar.

Ella me dijo que me quer�a que por eso ella se hab�a dejado
hacer pero que a ella le parec�a que yo no la quer�a y que por eso se quer�a ir.

Mir�ndola a los ojos le dije que la quer�a, y que lo que
est�bamos haciendo el amor y que se lo hacia porque ella era una persona muy
especial para mi.

Ella algo conforme con lo que le hab�a dicho apart� sus
manitas de su conchita dej�ndolas alrededor de mi cuello.

Mientras ella sollozaba segu� con la penetraci�n.

Cada vez los lamentos iban disminuyendo, me dec�a que le
escocia su conchita que era como un ardor muy fuerte.

Mientras tanto mis embestidas se iban haciendo m�s fuertes y
r�pidas. Llegue a introducir toda mi polla en su conejito.

Aquellos sollozos dejaron de sonar y comenzaron a sonar
peque�os gemidos. Con la voz entrecortada dec�a que lo hiciese mas lento, que le
estaba gustando pero aun le dol�a.

Yo disminu� la marcha haciendo que mi eyaculacion que era
eminente se retrasara un poco m�s.

La miraba y aunque quedaban restos de las l�grimas derramadas
a causa de la penetraci�n se dejaba entrever que aquella ni�a de tan solo 10
a�os gozaba mas que ninguna otra mujer en el mundo de aquellos 20cm de polla que
la estaban penetrando sin parar.

Era una autentico deleite ver como aquel conejito acog�a ese
enorme trozo de carne.

Aquella ni�a que mord�a su labio inferior cada vez que le iba
embistiendo, con esos ojazos semicerrados. Es una imagen que no puedo olvidar.

Quer�a deleitarme viendo como aquella verga le iba entrando y
saliendo.

As� que cambiamos de postura, poni�ndose ella encima.

Recuerdo que de una sola sentada se introdujo de golpe los 20
cm. de polla, sali�ndole de su boca un gemido de autentica mujer.

No dejaba de botar intentando clavarse m�s de esos 20cm.

De ser una ni�a tierna y dulce, la hab�a convertido en una
autentica viciosa del sexo.

Algo en su conchita empez� a lubricar mucho m�s de lo que ya
estaba.

Cuando sin quererlo nos corrimos los dos a la vez.

Cuando se la empez� a sacar una mezcla de sangre, semen y me
imagino que flujo ca�an en mi cadera y resbalaban por sus muslos.

Ella se asusto pero le explique porque hab�a sangrado.

Le pregunte si le hab�a gustado lo que hab�amos hecho y me
contesto que si que le hab�a gustado mucho.

Se bajo de la barra para ir a buscar sus braguitas y comenzar
a vestirse pero cuando la vi agacharse para coger sus braguitas y aquel culito
tan bonito quedo completamente a la vista me baje de la barra y me dirig� hacia
ella y bes�ndola en le cuello le comenc� a penetrar con un dedo en su culito�

Ella comenz� a re�rse y se dejo hacer.

Fui corriendo a la cocina para coger un poco de aceite de
oliva para echarle un poco en su culito.

Le comenc� a meter un dedito y despu�s fueron dos�. Ella no
hacia otra cosa que gemir�. Cuando ya estaba otra vez listo para penetrarla no
lo dude le met� la polla por el culo�. Costo un poco pero entro casi toda as�
que la fui embistiendo hasta que se me apeteci� hacer una cosa.

La deje apoyada en una mesa y volv� corriendo a la cocina
busque un amasador de madera que tiene forma de pene (bueno seg�n quien lo mire)
y volv� junto a ella

Mientras yo la penetraba con mi verga por el culo utilic� el
amasador para met�rselo por el chochete�.

Aquello me �xito much�simo� notar otra cosa dura dentro de
ella me puso a mil.

Ella se quejaba porque le dol�a tener uno por el culo y el
juguete por el chochete pero yo segu�a. Y segu�a no pod�a parar era algo
incre�ble que morbo me estaba dando esa situaci�n. No tarde mucho en correrme
cuando se la saque tenia una mezcla de caca y semen. Nos limpiamos nos dimos un
par de besos y nos despedimos.

Hemos tenido relaciones otras veces pero me sorprendido
much�simo que empez� a venir con compa�eras y compa�eros de colegio, �querr�an
iniciarse? Eso ser� otra historia