Por Lor

Hola, amigos. Mi nombre es Lorena y soy de Venezuela, un pa�s
convulsionado por problemas sociales y pol�ticos y donde actualmente se est�
desarrollando una gran cultura de preferencias sexuales. Yo no escapo de ese
fen�meno y por eso quiero compartir lo que me pas� hace poco menos de un a�o.

Tengo 17 a�os, soy muy hermosa, flaca, pero no anor�xica,
visto a la moda y de una manera que a los chamos siempre los pongo a fantasear.
Tengo los cabellos negros, enrulados, y mis ojos son verde claro. Soy muy
exitosa y todos quieren ser mis amigos, solo por el inter�s. Fumo desde los
quince a�os, por moda, m�s que por necesidad y mis padres ni se lo imaginan.

He tenido muchos novios y siempre he sido algo facilona y me
he jactado con mis amigas de ser muy buena en la cama; pero jam�s, jam�s (lo
juro), hab�a estado con un hombre. Nunca pas� de unos besos, caricias, no me
dej� tocar jam�s ni siquiera las tetas. La verdad es que ten�a miedo de ir m�s
all�. Pas� horas interminables paje�ndome en mi cuarto o en el ba�o para calmar
mis ansias de tirar.

Tengo una hermana llamada Wilsibeth, que para entonces ten�a
quince a�os y era una chama desali�ada y tonta. Yo siempre pens� que ella ten�a
retardo mental, por lo ca�da de la mata, es decir, por lo ingenua; pero
no, simplemente era lo contrario a m�. Era muy retra�da, ensimismada y sal�a de
la casa sola para ir a estudiar.

Nunca fue a fiestas, no ten�a un solo amigo y siempre se
vest�a con ropa holgada y fea. Ten�a los cabellos cortos a la altura de la nuca
y sus ojos eran tambi�n verdes, pero protegidos por unos gruesos lentes.

Me daba pena que dijeran que �ramos hermanas y siempre
trataba de evitarla. Creo que yo la odiaba por ser tan tonta, pero hasta ah�.
Para colmo de males, estudi�bamos juntas porque yo me atras� un a�o. Soy bonita,
pero brutaza en los estudios, lo reconozco.

Hace un a�o, est�bamos en cuarto a�o y las cosas estaban
igual, solo que, con nosotras estudiaba un chamo llamado Cristo Jes�s, hermoso,
fornido y al que todas las aves de rapi�a del colegio le estaban montando el
ojo. Yo era una de ellas.

Supuse que ten�a ventaja porque nadie se me resist�a. En esos
d�as me vest� lo m�s provocativa que pude y llam� su atenci�n de muchas maneras,
pero nada. No pas� de solo conocerlo y pasarla bien hablando un rato.

Me extra�� que no se fijara en m� como yo deseaba y llegu� a
pensar que era raro, pero no, no lo era. Las chamas de la escuela estaban
seguras que �l y yo ten�amos algo, pero �l ni siquiera me miraba.

Lo peor fue, que en el primer lapso, �l sali� muy mal en
matem�ticas y necesitaba ayuda urgente. Dem�s est� decir que yo en ese sentido
era nula. Fue entonces cuando lo vi con mi hermana. Comenzaron a frecuentarse y
a m� me daban unos celos enormes. Ella alegaba, sin embargo, que solo lo estaba
ayudando con la materia y nada m�s, �C�mo se iba a fijar un chamo as� en ella?,
me dijo varias veces.

Pero mi rabia era tal, que un d�a le hice una escena a Cristo
Jes�s, le reclam� por ser tan tonto y no voltear ni siquiera a mirarme cuando yo
pasaba con mis mejores trapos.

-No me interesan tus trapos- me dijo-. Eso es algo
superficial que no contribuye en nada para mi vida.

-�Entonces buscas algo que contribuya contigo? �Lo que tienes
con mi hermana es por inter�s?

-No tengo nada con tu hermana, pero si me interesa ella,
especialmente porque es muy inteligente y puede ense�arme mucho.

-Esta bien, �pero por qu� a m� ni me ves? �No te gusto?

-Eres muy bonita, pero la belleza pasa. Perd�name que te lo
diga, pero as� no lograr�s nada en la vida.

-Siempre obtengo lo que quiero.

-Pero no de la mejor manera. �Crees que un cuerpo bonito lo
es todo en la vida? Hay cosas m�s importantes para m�.

-�C�mo la mente�polla de mi hermana?

-No es mente�polla. Deber�as verte en su espejo. Se va a
graduar con honores y t� ni siquiera figurar�s. Yo deseo entrar a una buena
universidad y por eso quiero asegurar mis notas. Adem�s, t� hermana si me gusta.

-�Esa co�o de su madre!

-�Ves? Eso es lo que no me gusta de ti: Eres grosera (y no
hay nada que deteste m�s que una mujer grosera), superficial y por lo que he
visto y s� de ti, eres muy "f�cil", y lo f�cil, no va conmigo.

-"�F�cil?". Yo ni siquiera he estado con un hombre, Cristo
Jes�s. Soy virgen a�n.

Cristo Jes�s me observ� por un segundo y luego se ech� a
re�r. No me crey� porque de todos era sabido que yo ten�a a�os tirando,
supuestamente. Trat� de explicarle que solo era fama, pero �l me dijo que no era
su problema.

Para entonces yo estaba llorando y deseaba matarlo, pero m�s
quer�a matar a mi hermana.

-Te confieso que me gustas, pero me da l�stima que a la
mayor�a solo le gustes para "aquello"�

-�Te odio!

-Todo esto te lo digo por tu bien y espero que mejores y
tomes ejemplo de tu hermana.

Llor� como una magdalena todo el camino a casa y, cuando
llegu� aprovech� que mis padres siempre llegaban a eso de las 6:00 p.m. del
trabajo, y le reclam� a Wilsibeth una vez m�s, solo que esta vez, le dije que en
fondo no era m�s que una puta "con su carita de yo no fui�"

Ella no pudo evitar que yo le entrara a golpes y tampoco se
dej�, as�, amabas nos co�aseamos esa tarde como callejeras y dejamos su cuarto
vuelto un caos.

Esa noche fue terrible para m�. Recordaba las palabras de
Cristo Jes�s y me sent�a muy mal. �Qu� tomara ejemplo en mi hermana? �Qu� pod�a
copiar yo de esa rid�cula?

Medit� mucho esa noche hasta que llegu� a la conclusi�n que
deb�a hacerle tragar sus palabras. �l pensaba que ella era casta y pura, pues yo
le iba a demostrar que no, �c�mo? No ten�a la menor idea, pero de alguna manera
la har�a caer bajo.

A la ma�ana siguiente, era s�bado. Yo me levant� temprano y
fui a su cuarto a disculparme, supuestamente.

-Hola. �Podemos hablar?- le dije sent�ndome junto a ella.

En un momento fui v�ctima de sus reproches y con raz�n. Me
dijo que estaba harta de m� y de mis burlas, que ya no soportaba ser la tonta y
menos, que siempre la rega�aran por mi culpa.

No me sent� mal en ning�n momento mientras la escuchaba decir
toda una sarta de idioteces y cursiler�as de hermana reprimida. En mi mente
retorcida solo disfrutaba de verla sufrir; solo que ni siquiera hab�a empezado
su tormento.

Como supuesta buena hermana, le ped� disculpas por mi actitud
y le dije que aceptaba el hecho de que Cristo Jes�s gustara de ella y no de m�.

-Pero es que no lo entiendo- dijo ella sent�ndose en el medio
de la cama-. �l siempre ha sido novio de nenas bonitas y lanzadas; yo no soy de
su tipo. Soy m�s bien, tonta y sumisa.

-Mira, Wilsi, d�jame darte un consejo: conozco bien a los
hombres y especialmente a Cristo Jes�s. Estoy segura que no se te acerca
precisamente porque seas una cerebrito�

-�No? �Y entonces por qu�?

-�C�mo que por qu�? �Quiere coger, tonta!

-�Ah, no�, eso s� que no! �Soy muy chica para eso!

Una sonrisa maligna se dibuj� en mi rostro cuando la vi
levantarse de la cama, tratando de evadir la conversaci�n. Yo vi la oportunidad
de seguir con mi juego.

-No seas est�pida, Wilsi, eso era antes; hoy en d�a es normal
coger antes de ser grande.

-Pero yo no soy de esas�

-Yo tampoco, pero cuando lo he hecho- ment�- la pas� s�per.
�Por qu� no te das la oportunidad?

-No. Adem�s, no sabr�a que hacer. �Y si algo sale mal y me
pega una enfermedad? �O me embaraza?

Me levant� y la tom� por los hombros.

-�Ay, ya basta, Wilsi! �Ves? Por eso es que te pasan las
cosas.

-�Por qu�?

-Porque eres una carajita ignorante.

-�Oye! �Sin insultos!

-Es la verdad. Lo que quiero decir, es que cuando una gente
no ha probado algo, es f�cil que lo joda. T� seguramente ser�s de aquellas que
en la primera tirada de tu matrimonio, quedar�s en cinta. �Y sabes por qu�?
Porque no conoces nada, debido a que te est�s ocultando�

-�T� crees?

-S�. Mira: tienes quince a�os. Yo lo hice a los trece y a�n
estoy aqu�. Ten�a miedo, pero nadie me ense��.

-�Y quien me va a ense�ar a m�? Ni siquiera s� besar.

Otra idea pas� por mi mente.

-�Qui�n m�s? �Pues yo, tu hermana querida!

-��Qu�?! �Y como?

-Te puedo ense�ar a besar y algunas formas de coger.

Mi hermana se alej� asustada.

-�Pero tu eres mujer! �C�mo me vas a ense�ar?

-Bes�ndote, tonta.

-Las mujeres no se besan, a menos que sean�

-�Tonter�as! Te dije que nadie me ense�� a coger, aprend�
haci�ndolo, pero �sabes qu�? Aprend� a besar con una de mis amigas a los doce
a�os. Es normal que a esa edad, las mismas ni�as se ense�en�

-No sab�a eso.

-Ahora lo sabes. Es como una tradici�n. Ven y te muestro
algo.

Arrastr� a mi hermana hasta mi cuarto y saqu� unas revistas
XXX que guardaba celosamente con las que me pajeaba siempre. Tambi�n saqu� una
edici�n del Kamasutra ilustrado que me regal� una amiga mayor que yo. All�, le
mostr� posiciones y adem�s, algo de historia que dec�a como las mujeres mayores
iniciaban a las m�s j�venes en el arte amatorio. No eran lesbianas, sino
maestras, por as� decirlo.

Mi hermana estaba ruborizada, pero a�n as� no dejaba de ver
las fotos y dibujos. Yo nunca hab�a besado a ninguna mujer, es m�s, me daba asco
pensar en eso; pero m�s de una vez abrac� a mis amigas, las vi desnudas, como
algo normal. Una vez, en una apuesta, bes� a una jodiendo, pero no fue algo muy
comprometido y siempre lo vi como un juego.

Precisamente un juego, era lo que estaba por hacer. �Qu� tal
si enga�aba a mi hermana y le ense�aba a hacer varias cosas cochambrosas?

Cristo Jes�s me rechaz� por puta, y no me crey� que jam�s
hubiese estado con un hombre. Me rechaz� por mi hermana, que ni siquiera ten�a
gusto para vestirse. Aleg� que lo que le gustaba de ella era su pureza y que
jam�s se hab�a ensuciado con ning�n tipo, como yo.

Eso estaba por cambiar. Le dije a Wilsibeth que �l deseaba
cogerla, pero que era solo apariencia. Le gustaban las mujeres aparentemente
tontas, pero que en la cama fuesen un torbellino de pasi�n.

-Quiero aprender- dijo wilsi, luego de mucho pensarlo y yo,
me sum� en el juego.

Recuerdo que yo estaba en pantaletas y con una franelita
blanca que dec�a "Art", ella estaba en pijamas como siempre. Est�bamos sentadas
sobre mi cama. Me acerqu� lentamente, acerqu� mi rostro, sin dejar de mirarnos a
los ojos. Ella estaba muy asustada y yo, aunque lo niegue, tambi�n. �Qu� co�os
iba a hacer? �Qu� carajos importaba? Lo importante era seguir la joda.

Ella cerr� los ojos y sinti� mis labios unirse a los suyos.
La vi ponerse roja como un tomate y temblar, cunado ya nuestros labios jugaban
t�midamente. Yo estaba loca por andar en eso y me daba gusto joder as�, porque
no era verdad. Mi lengua comenz� a lamer sus labios y poco a poco entr� en su
boca y sent� como se atornillaron ambas lenguas. Ella estaba m�s asustada que
nunca y solo se dejaba hacer.

Le met� la lengua hasta la garganta�, le lam�a los dientes y
sent� su saliva confundi�ndose con la m�a. Ese fue su primer beso y el m�o
tambi�n. Era parecido como besar a un hombre, pero como m�s �dulce?

Segu� en el juego y le dije que ahora necesit�bamos
acariciarnos, que se dejara llevar y que imaginara que yo era el hombre.

As�, mis manos acariciaron su espalda�, sus hombros�,
acarici� sus cabellos. Bes� sus labios, lam� suavemente su cara y ella, segu�a
con sus ojos cerrados, dej�ndose hacer.

-Pon atenci�n- le dije sin dejar de acariciarla y besarla un
solo momento.

Poco a poco, levant� su camisa y fui metiendo mis manos
debajo hasta tocar su piel que estaba fr�a como el hielo. Ella quiso detenerse,
pero le dije que eso era parte del acto. Acarici� entonces su espalda, apret�
sus carnes y la sent� suspirar.

-�Te gust�?- le pregunt� poco despu�s.

-Creo que s�- me contest� contrariada.

-Ahora hazlo t�, como te acabo de ense�ar.

Ella, sumisa como siempre, intent� besarme de forma r�stica y
con torpeza, pero le dije que lo hiciera suave y as�, fue experimentando en mi
boca por largos minutos. Varias veces, le gui� las manos para que me acariciara
y lo hizo bastante bien. Nunca me hab�a besado otra mujer y menos acariciado
as�. No me import�. Repito: era solo un juego.

As� estuvimos practicando por horas, solo caricias y besos, a
escondidas de nuestros padres que estaban all�, pendientes de sus cosas.

Esa tarde fui con una amiga y le ped� varias pel�culas XXX
que, esa noche vi en el DVD y me instru� al respecto.

Al siguiente d�a, como nuestros padres no estaban. Le dije
que deb�amos continuar con las clases.

Yo acababa de llagar de comprar algo en le mercado y estaba
vestida con un jean strech a la cadera, zapatos deportivos y una camiseta corta
de color azul. Mi hermana me estaba esperando y fue interesante verla. Antes de
salir, le ped� que pusiera unas ropas m�as y verla as�, me pareci� que era muy
sexy, como verme a m� misma. Vest�a con una falda corta de jean, sandalias y una
franela de la "Vino tinto"- el equipo de f�tbol de la selecci�n
nacional-, amarrada a la espalda con un nudo. Estaba temblando y se ve�a
bastante inc�moda con esa ropa.

Inmediatamente la acerqu� y le dije que era su hombre.
Jugando, la tom� en mis brazos con fueraza y la bes� apasionadamente. Ella
estaba asombrada y confusa, pero se dej� hacer. La tumb� en le mueble y me ech�
sobre ella, refregando mi entrepierna sobre su falda que se hab�a corrido.

La bes�, la lam�, bes� su cuello y comenc� a bajar hacia sus
pechos. Ella sinti� ganas de detener todo all�, pero yo le dije que ya dejar de
ser tan pacata y continuara con las lecciones.

-Esto es lo que te va a hacer Cristo Jes�s - le dije
volviendo a besar sus pechos sobre la tela. Yo nunca hab�a vivido algo as�. No
sab�a como besar unas tetas y tampoco sab�a que se sent�a.

Record� varias pel�culas y me dej� llevar. La mord� sobre la
tela y sent� sus piquitos. Sus tetas parec�an abombarse. Con torpeza, met� mis
manos bajo su espalda y desamarr� el nudo. As�, le sub� la franela, besando su
ombligo, su est�mago y sent� un olor extra�o, como de beb�, como de virginidad,
o algo as�.

Cuando saqu� sus tetas sent� algo extra�o: por un lado no
cre� que las tuviese tan grandes, pues siempre las ocult� con franelas y camisas
muy holgadas; por el otro, me dio mucha nota besar unas bichas as� de grandes.

Se las mam� como mejor me lo ense�� mi instinto y la vi
jadear con timidez. M�s de una vez le dije que sintiera y que pensara en m� como
un hombre. Yo, en el fondo, estaba haciendo lo mismo, aunque me encantaba la
idea de mamar.

Tal vez es que siempre me han gustado las tetas grandes. Yo
las tengo tambi�n bastante desarrolladas y m�s de una vez, cuando me paje� en mi
cuarto, me las estir� con las manos hasta chup�rmelas yo misma. Me dio tanto
placer, pero me hubiese gustado que llegaran m�s cerca a mi boca. Creo que eso
era como un sue�o hecho realidad, mamar unas tetas como es. No pens� que eran
las de wilsi, sino las m�as y por eso creo que me gust� tanto.

-Ahora voy a hacer algo que Cristo Jes�s te va a hacer
seguramente- le dije lamiendo sus pezones.

-�Haz lo que quieras, Lor!- me respondi� ella incapaz de
detenerse ya.

Yo comenc� a bajar por su est�mago, pasando la lengua como lo
vi varias veces en las pel�culas y me detuve en su ombligo por un buen rato.

-�Eso es lo que me va a hacer Cristo Jes�s?- balbuce� ella.

-No. Es esto- dije.

Y segu� besando m�s abajo. Levant� su falda hasta dejarla
enrollada en su cintura, le saqu� la pantaleta y comenc� a besar sus muslos.
Co�o, �estaba segura de lo que iba a hacer?

S�, lo estaba, pero me daba asco. A�n as�, segu�a lamiendo y
besando sus muslos y sent�a su olor. �Qu� diablos!, pens� y dej� que mi lengua
se hundiera en aquellas profundidades melosas. Wilsi ten�a mucha vegetaci�n all�
abajo y estaba s�per empapada.

Yo nunca hab�a probado nada as�, pero recuerdo que siempre me
chup� mis propios jugos y me dije �qu� se sentir� que te la mamen? �Qu� se
sentir� si yo misma me la mamo?

Muchas veces estuve en mi cuarto, con las piernas al aire,
estir�ndome la cabeza y empuj�ndome las nalgas para mamarme.

-��Qu� haces?! �Eso es una cochinada!- jadeaba mi hermana al
verme hundir mi cara en su vientre.

-Te mamo la cuca�- le respond� con la lengua a�n
dentro de ella.

-�Eso es una groser�a!- gimi� ella.

-Tranquila, Wilsi, a Cristo Jes�s le gusta que le digan
groser�as. Acost�mbrate.

Ella no estaba convencida, pero yo le insist� tanto y se la
mam� con m�s ah�nco, que al rato, mascullaba que no dejara de hacerlo.

-�M�mame la cuca, Cristo Jes�s! �No pares!

Y yo disfrutaba por la joda, tratando de olvidar mis propia
perversidad y que estaba all� mam�ndole la cuca a una mujer.

Dejamos la lecci�n media hora despu�s y pasamos largas horas
hablando al respecto. No �ramos lesbianas, y so era lo mejor, sin embargo, nos
la pasamos bien all�, haciendo eso sin que nadie se enterara.

En la noche, me met� en su cama y le dije que deb�amos
continuar con las lecciones, pues mientras m�s r�pido aprendiera todo, m�s
pronto se podr�a entregar a Cristo Jes�s con confianza. Los besos no tardaron en
llegar (a estas alturas, yo hab�a tomado m�s confianza y comenzaba a vencer mi
asco hacia ella).

En pocos minutos, all�, en la penumbra, ambas est�bamos ya
solo en pantaletas y yo, acostada sobre ella refregaba incesantemente mi cuca
contra la de ella. Ella estaba gozando y yo, con la excusa interior de
aprovechar darme un poco de gusto, me la estaba pasando bien.

Le hice a un lado la pantaleta y volv�a a beber de sus jugos.
Ella me abri� sus piernas conforme y se dej� hacer, mientras yo pensaba en que
si mis padres entraran en ese momento se armar�a la gorda.

Yo hab�a preparado algo para lo ocasi�n. Hab�a rellenado una
media con telas y goma espuma, las amarr� con trenzas, y luego le puse un cond�n
para darle firmeza y suavidad. Lo hab�a amarrado a una correa y me lo abroch� a
la cintura, simulando un pene.

En medio de besos y caricias en su entrepierna, puse la punta
del bulto en la entrada de su vagina y la fui empujando suavemente. Wilsi se
estremeci�, sintiendo curiosidad y tambi�n dolor, pero no opuso resistencia.
Confiaba plenamente en m�.

No s� si se le rompi� algo o no dentro, no s� si bot� sangre,
pero el simulado miembro termin� de entrar y ella hac�a grandes esfuerzos por no
gritar y despertar a nuestros padres. Yo me mov�a sobre ella y sent�a algo raro
tambi�n. Como sea, ella estaba siendo desvirgada esa noche y yo, no hab�a tenido
la dicha�

Me la cog� inclusive por el culo y ella estaba como
loca. Yo tambi�n. Me estaba dando envidia, verla as�, gozando, pero en el fondo,
sab�a que pronto se iba a dar su estrellazo y yo me quedar�a con Cristo Jes�s, o
por lo menos, si no era m�o, tampoco ser�a de la entupida esa.

Bien entrada la noche, me recost� en la cabecera de la cama,
apoyada en las almohadas y le dije que me hiciera sexo oral.

-Ven, hazlo- le dije, hal�ndola por un brazo.- esto a Cristo
Jes�s le gustar�.

-�Tengo que mamarle su cosa?

-�C�mo se dice?

-No s�, no s�

-"Mamar g�evo". Ven, dilo.

La tom� por los cabellos suavemente y le gui� la cabeza hacia
el bulto mojado de ella misma.

-�No quiero decir groser�as!

-Ven, dilo ya. Eso le gusta a los hombres: las vulgaridades.

-No�

-Dilo, anda. �Qu� quieres mamarme?

-Quiero� "mamarte el g�evo".

Me alegr� mucho de verla hablar as�. Creo que nunca hab�a
dicho una mala palabra en su vida, pero conmigo, estaba aprendiendo y todo para
mis fines personales. La vi bajar y meterse el grueso falo en su boca, moj�ndolo
con su saliva. Me sent� extra�a de ver el cond�n entrar y salir de su boca
torpemente.

Le expliqu� como hacerlo. Creo que me dej� llevar y supuse
que as� se hac�a.

-Cuando has mamado bastante-dije recordando lo que hablaba a
veces con mis amigas-, el hombre expulsa algo as� como leche por all�. Algunas
se lo tragan, otras lo escupen. Haz lo que te diga Cristo Jes�s.

-�Tragar qu�?

-Su leche, gafa.

-Eso debe ser asqueroso.

-Pero a los hombres les gusta. Hazlo y punto. �Bien?

-Bien.

A la ma�ana siguiente despert� bien temprano y me encontr�
all� desnuda, junto a mi hermana. Record� todo lo que hicimos y me sent� mala,
muy mala, pero ya el mal estaba hecho.

Pas� el d�a interrog�ndome acerca de lo que estaba haciendo y
de que esos malditos juegos me excitaban mucho. La verdad es que yo deseaba
coger con un hombre tambi�n. Deseaba que me mamaran las tetas o la cuca como yo
lo hice con Wilsibeth, pero eso no era parte del plan�

�Y por qu� no? �Por qu� no? A pesar que yo deseaba solo
joderla, mi hermana la estaba pasando bien con mis lecciones. �Por qu� no
cobrarle un poquito antes? Nadie se iba a enterar.

Esa noche solo me conform� con unas pajas para calmarme, pero
al siguiente d�a, luego de volver de la escuela, habl� con mi hermana y le cont�
mis necesidades.

-�Est�s loca!- me dijo- Quedamos en que solo ser�an lecciones
para ense�arme�, pero no har� eso.

-�Por qu� no? �Yo lo he hecho contigo!

-Es diferente. Yo pens� que lo hac�as solo por una cuesti�n
de amistad, pero no que yo tambi�n tendr�a que hacerlo.

La mir� profundamente y luego le reproch�, aprovechando la
situaci�n:

-Eres una ego�sta, hermana. Yo por ti, fui capaz hasta de
hacerte esas cochinadas y t� no puedes ni siquiera hacer un simple sacrificio.

-Es que�

-Es que nada. Mira y mejor d�jalo as�. Ya sabes lo que tienes
que hacer con Cristo Jes�s. Ya no me necesitas.

Y me fui presurosa a mi cuarto, sonriendo disimuladamente.
Poco despu�s, me hab�a quitado la falda del uniforme y desabrochaba mi camisa,
cuando ella se par� en la puerta.

-V-vamos a darle pues. Antes de que me arrepienta.

-No tienes que hacer nada, Wilsi. Olv�dalo.

-No. Est� bien. Quiero hacerlo.

Ya hab�a ca�do. Lo dem�s depend�a de m�. Me quit� el sost�n,
me puse una franelita corta y qued� en pantaleta y medias. Ella todav�a estaba
en uniforme. La acost� boca arriba en la cama y le dije que no se preocupara.

M quit� la pantaleta y me sent� a horcajadas en su cara.

-Lame- le dije-.

Y dej� que comenzara a meter su lengua en mi cuca. Al
principio apenas me pod�a concentrar porque pensaba que me estaba volviendo
lesbiana. Pero no me import� en los siguientes minutos y, sin remordimiento
alguno disfrut� de dejarme meter la lengua o de refregar mis labios en su boca,
chorre�ndole todos mis jugos y que ella se devor� completitos.

Fue rico ver su rostro empapado de mi n�ctar y m�s me atrev�a
a restregarme en su cara. Ella estaba como ahogada y cerraba sus ojos, quiz�s
para negarse lo que estaba haciendo: mam�ndose una cuca como lo hice yo los d�as
anteriores.

Lo que m�s me gust� fue verla sumisa all�, con su lengua
torpemente en mi interior. Mis pelitos amarillos parec�an una especie de bigote
en sus labios y eso me hizo pensar que tal vez era un hombre el que me estaba
mamando.

Como sea, me vine muchas veces en su boca y gem� como �nima
en pena y hasta mi culo me estaba palpitando de emoci�n. Jam�s hab�a sentido
eso, as� que, instintivamente, le tom� una mano a mi hermana y me introduje uno
de sus dedos all�. En un segundo me vine otra vez al sentir ese nuevo ocupante
detr�s.

La pas� s�per y lo volvimos a repetir dos veces m�s en los
siguientes d�as, hasta que lleg� el momento en que ella se cit� con Cristo
Jes�s, supuestamente para estudiar. Yo sab�a que pronto iba a derrumb�rsele el
mundo y me iba a re�r bastante.

No fue as�.

La tarde en la que ella fue a visitar a Cristo Jes�s, lleg� a
casa muy molesta y lanzando todo. Subi� las escaleras y entr� al cuarto donde yo
estaba haciendo mis tareas del la escuela. Entr� como una demonia y no me dio
tiempo de esquivar su primer golpe. En un segundo yo estaba boca arriba sobre la
cama y sent�a sus golpes y cachetadas una y otra vez chocar contra mi cara y
pechos.

Trat� de defenderme y le di lo suyo tambi�n. De un empuj�n la
lanc� contra la mesita de noche y me levant� desorientada y adolorida.

-�Qu� co�os te pasa!- le dije entendiendo lo que hab�a
pasado.

-�Eres una maldita desgraciada!- rugi� lanz�ndoseme encima
nuevamente y arrincon�ndome contra el closet- �Me enga�aste! �Me dijiste que
Cristo Jes�s quer�a tirar conmigo y era mentira! �Me dijiste que le dijera
groser�as y me le insinuara y �l solo me trat� como una puta, porque le
decepcion� que fuese una cualquiera!

-�Eres una tonta, Wilsibeth!- le grit� en tono de burla-
�Cualquiera te enga�a y no te das cuenta!

Y volvi� a caerme a golpes mientras gritaba que Cristo Jes�s
solo quer�a estudiar y cre�a que ella era casta y pura, que nunca hab�a estado
con un hombre y ella la hab�a hecho creer lo contrario para impresionarlo, y �l
la ech� de su casa muy molesto y decepcionado.

Cuando nuestros padres llegaron por la tarde ya est�bamos
calmadas, pero desde entonces Wilsibeth no volvi� a hablarme. Yo no s� por qu�,
pero algo cambi� en m� en esos d�as en los que estuve jugando con ella y ahora,
sent�a mucha culpa. Ella era mi hermana y yo la hice quedar mal, le tir� a la
basura su reputaci�n. Ella confi� en m� y yo la traicion�.

Me siento muy mal y ojala pudiese enmendar el error. Cada
noche, recuerdo esos momentos en los que yo la ense�aba a tirar y siento mucha
nostalgia. Siento la imperiosa necesidad de que me perdone y vuelva a estar
conmigo. No soy lesbiana, pero volver�a a acostarme con ella�

Lor.

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