SOLO ES UN ADULTERIO!
Vi�ndole caminar, cualquiera hubiese pensado que se iba a
comer el mundo.
Buena estatura, fuerte complexi�n, elegantemente vestido y
una mirada aquilina que infund�a-cuanto menos-temor.
Si alguien hubiese podido leer su mente, se hubiese
compadecido de �l y se habr�a admirado de su gran capacidad para soportar
aquella coraza externa que parec�a hacerle invulnerable a todo y a todos.
Avanzaba mec�nicamente, su cuerpo y su esp�ritu totalmente
disociados, no sab�a cuanto tiempo llevaba andando; bueno, si, desde que hab�a
visto a Carmen-su mujer- bajando del autom�vil del presidente de la compa��a en
que trabajaba �l. Un apasionado beso de despedida, que, en continuo "flash-back"
recalentaba sus neuronas hasta hacerlas estallar(o eso cre�a por el dolor de
cabeza que le martilleaba hac�a rato).
Una sola idea se hab�a adue�ado de su cerebro: venganza,
venganza, venganza�..
Al llegar a las afueras de la poblaci�n, una luz de ne�n roja
parpadeante fue su gu�a. Un burdel como tantos otros, eso servir�a para sus
prop�sitos m�s inmediatos.
No discuti� el precio, ni se fij� en la muchacha que se le
hab�a ofrecido nada m�s entrar en la penumbra saturada de humo y perfume barato.
Una vez en la habitaci�n y mientras la hembra se desnudaba, comenz� a sollozar.
Ella se le acerc�, alarmada y sol�cita:
-Que pas� mi ni�o?,es la primera vez?,es que no te gusto?
Incapaz de responder ni de contener su llanto; apoy� la
cabeza sobre el hombro de la hetaira mientras ella acariciaba su cabeza
maternalmente.
Poco a poco, el llanto liberador fue despejando la bruma de
su mente. Se fij� en aquella mujer; en su ofuscaci�n no hab�a tenido mal gusto:
una cuarterona venezolana de ojos verdes, piel morena, medidas rotundas y una
voz dulce y acariciadora.
Le explic� su drama en s�ntesis: casado hac�a solo tres a�os,
profundamente enamorado de su mujer y cornudo.
-Y claro, tu primera reacci�n es pagarle en la misma moneda
con una puta.
No, mi amor, esas cosas hay que hacerlas m�s pausadamente,
hay que elaborar un plan y llevarlo a cabo hasta sus �ltimas consecuencias�si
realmente lo deseas.
-No hay nada en la vida que desee tanto en este momento!-murmur�
�l-
-Pues se me va desnudando, le doy un masaje relajante y
mientras tanto le cuento mi idea de lo que ha de hacer�
Carmen Olmosalbos e Irujo, criada en una familia de rancio
abolengo pero escasos recursos, apost� todos sus medios en la conquista de
Carlos Gonzalez, aquel prometedor ejecutivo de la empresa de Fef�, el amigo de
pap�. Desgraciadamente, las expectativas puestas en �l se vieron pronto
defraudadas y el tren de vida previsto pas� a ser un expreso en lugar de un AVE.
El so�ado chalet en Menorca se convirti� en un apartamento en
Torrevieja, el Jaguar en un SEAT Ibiza y el viaje de bodas a Tahit� en una
semana en El Arenal de Palma de Mallorca. El d�a en que Fef� (treinta a�os mayor
que ella) comenz� a cortejarla, renaci� como Ave F�nix y olvidando las sabias
consejas de las ursulinas, se embarc� en una adultera relaci�n que le envolvi�
en un mundo so�ado de lujo desbordado.
Cuando una tarde apareci� aquella abogada venezolana,
hablando de la fabulosa herencia que Carlos iba a recibir de un ignorado
pariente que emigr� a aquellas tierras en un remoto pasado, cambi� su
estrategia. Solo hab�a un problema�
-Mire Don Carlos, aqu� lo dice claramente:" Lego todos mis
bienes y hacienda a mi sobrino Carlos Gonzalez Miranda con la �nica y excluyente
condici�n de que contraiga matrimonio con una nacional de este Estado que tan
magn�nimamente me acogi� y en el que he labrado mi fortuna."
Carmen palideci� mientras Carlos y Gladys-la
"abogada"-intercambiaban una sutil y r�pida sonrisa.
-Pe..pero..eso no es posible, Carlos y yo estamos casados
,felizmente casados, verdad mi amor?
Carmen miraba ansiosa a Carlos, esperando una confirmaci�n a
sus palabras y una soluci�n a aquel conflicto.
-Desgraciadamente el texto del testamento no deja lugar a
dudas
,creo que debo renunciar a la herencia�a no ser que..
-Que?-pregunt� Carmen ansiosa y asustada-
-Que nos divorciemos, me case con una venezolana y despu�s
de cobrar la herencia vuelva a divorciarme. El problema es que no conozco
ninguna venezolana y dudo que encuentre una dispuesta a tal componenda.
-Si me permiten-dijo Gladys-, creo tener una soluci�n
de compromiso .He hecho un largo viaje y lamentar�a regresar a Venezuela sin
haber satisfecho sus expectativas�de modo que, si lo aceptan, me ofrezco yo,
como "novia".
-Por mi, encantado, que te parece a ti Carmen?
La lividez y seriedad del rostro de Carmen contrastaban
profundamente con la expresi�n del futuro "matrimonio".
-Por supuesto, mientras duren los tramites de divorcio y
preparemos la boda, Gladys residir� en nuestro domicilio.
Se levant� la venezolana alborozada y abrazando a Carlos, le
dio un largo beso en la boca.
-Ay!, se�ora, perdone mi atrevimiento pero una no se casa
todos los d�as. Que emoci�n!
La desenvoltura y falta de inhibici�n de Gladys hac�an mella
en Carmen pero su codicia era m�s fuerte que cualquier otro sentimiento y
soportaba estoicamente la que-a todas luces-se hab�a convertido en una t�rrida
relaci�n entre Carlos y la abogada. Ya no se escond�an de ella y por las noches
su marido abandonaba el lecho conyugal para regresar exhausto al amanecer que la
encontraba desvelada por los gritos, gemidos y alaridos de aquella zorra
caribe�a.
El divorcio se consum� en poco tiempo y Carmen acept� el
mutuo acuerdo y renunci� a cualquier compensaci�n de tipo econ�mico para
acelerar los tramites. Todo lo aguantaba con tal de poseer aquella fortuna que
toda su vida hab�a deseado.
El d�a anterior al "bodorrio" (como ella lo llamaba) sufri�
la mayor de las humillaciones.
Despu�s de cenar, Gladys entr� en el comedor luciendo un
provocativo "deshabill�".
-Ma�ana es la boda y yo he de regresar inmediatamente a
Caracas. Que te parece mi amor si adelantamos la noche de bodas?.
Gladys se hab�a dirigido directa y sensualmente a Carlos,
ignorando totalmente la presencia de Carmen que, desesperada sali� de la
habitaci�n dando un portazo.
Bebieron, rieron y fornicaron hasta altas horas de la noche
cuando entraron abrazados y desnudos en la habitaci�n de Carmen.
-Es tu turno cari�o, no es justo que mi ex esposa se quede
sin un buen polvo�
-Vamos, gatita celosa, ya te lo he puesto caliente. Haremos
un tr�o antol�gico, mientras �l te cabalga tu me comes la almejita�
No pod�a dar cr�dito a lo que estaba oyendo, aquello ya no lo
pod�a soportar.
-Puta asquerosa ,no tienes bastante con revolcarte en el
barro con MI marido, pretendes encima hacerme participe de vuestra lujuria!. Y
tu, Carlos, como has podido caer tan bajo?.
Los gritos de Carmen habr�an despertado a todo el vecindario.
Ten�a el rostro congestionado y las venas de su cuello resaltaban su ira.
-Puta, me ha llamado puta! . Yo que me ofrec� para haceros un
favor y me llamas puta.
No pienso pasar ni un minuto m�s bajo este techo, ya mismo me
regreso a Venezuela!.
Recogi� Gladys sus pertenencias y a los diez minutos dorm�a
placidamente en su habitaci�n del "Hotel Versalles, sauna, jacuzzi y bellas
se�oritas".Aquella noche ya hab�a trabajado suficiente�y realizado su buena
acci�n del mes.
En cuanto a Carlos y Carmen, por extra�o que parezca, siguen
viviendo juntos, aunque �l no pierde ocasi�n de recriminarle a ella su desabrido
comportamiento que les hizo perder una fortuna en Venezuela.