Mi relaci�n con David era cada d�a peor, pele�bamos por
nimiedades y por lo regular siempre termin�bamos en los golpes

Desde que mi madre se caso con su padre las cosas no me
pintaban bien, a pesar de haberme deslumbrado por su hermosa cara y ese cuerpo
bien formado no tardo en desilusionarme mi hermanastro con sus fanfarroner�as,
petulancias y su guerra cantada hacia los homosexuales.

Mama sabia que lo m�o eran los chicos al igual que mi
padrastro y a diferencia de su v�stago, me trataba con mucho cari�o e inclusive
alguna que otra vez intento esa charla de padre a hijo sobre el sexo seguro.

David se pasaba por la cama a cuenta mujer ve�a, era la
persona con el peor car�cter que haya conocido, pero con cara de �ngel y un
cuerpo que aprecia hecho a mano por los Dioses

Esa tarde nuestra pelea fue m�s fuerte de lo normal, no
recuerdo que le dio inicio, pero los �nimos se caldearon, tanto, que llegamos a
los golpes, la adrenalina del momento no nos hizo darnos cuenta que est�bamos
casi al borde de la escalera, pise mal y fui a dar vueltas hasta el primer
escal�n, justo cuando mis padres entraban.

Jam�s los hab�a visto tan molestos como ese d�a, pensaron
mandar a David a un internado militar, pero decid� hablar con ellos y decirles
que solo hab�a sido un accidente.

Semanas m�s tarde�

Empec� a llorar y el tambi�n, me abrazo como jam�s lo hab�a
hecho, y pude sentir su aroma, dulce, suave, juvenil, sus brazos fuertes
rodeaban mi espalda, y sus lagrimas mojaban mis hombros.

Semanas despu�s del sepelio regrese al colegio, los d�as me
parec�an tan lentos, tan tristes, tan simples, mi hermanastro se encargaba de la
casa, y los negocios, adem�s de sus estudios y de mi cuidado y desde que
nuestros padres hab�an fallecido, el dolor por la perdida, las responsabilidades
que le hab�an quedado, lo hab�an hecho una persona muy madura, ya no pele�bamos,
de hecho cuando no estaba muy cansado, me ayudaba con mis tareas, y cuando
descansaba, sal�amos juntos al cine o a cualquier parte, se portaba muy cari�oso
conmigo.

Un s�bado por la noche, llov�a a cantaros mientras dorm�a, me
despert� por una pesadilla y ya no pude dormir, miraba a trav�s de la ventana y
las lagrimas empezaron a brotar, tenia tanto miedo, me levante y fui a la recara
de David

Levante las sabanas y pude apreciar su cuerpo, usaba un
b�xer, trate de no mirar mucho y me recost�, se acerco hacia mi y me abrazo por
la espalda, pude sentir otra vez su olor, agradable, dulce, a hombre, su
barbilla sin rasurar en mi mejilla, sus brazos de gimnasio rode�ndome desde la
espalda y sus manos sobre mi vientre, casi tocando mi sexo, sus piernas tras las
m�as, sent� su miembro en reposo en mi trasero y me volv� loco, pasaban
pensamientos en mi mente, me imaginaba a mi hermanastro posey�ndome, tom�ndome
por la cintura y ensartando su verga en mi culito, pod�a escuchar sus huevos
chocar contra mis nalgas, y sus manos acariciar mi espalda, me excite, pero su
voz me trajo de mis fantas�as.

Me voltee y puse mis manos sobre su pecho, lo acaricie,
acerque mi cuerpo hacia el de �l, bese sus ojos, su nariz y llegue a su boca, y
respondi� a mi beso, nos fundimos en un beso de miel, hund�a su lengua en mi
garganta, y sent�a un calor intenso en todo mi ser

Arranco mi playera, y beso mis pezones, mi estomago y subi� a
besar mis labios, sent�a su baba caliente en mi piel, su piel sobre la m�a,
ard�an, y en medio de esa noche fr�a, entre el y yo se tej�a un lazo m�s fuerte
que al hermandad, un lazo que solo se hace cuando hay amor y ese amor se
convierte en f�sico.

Rodamos sobre la cama, bese todo su cuerpo, acaricie sus
tetillas, y llegue a su b�xer, pude oler ese aroma, a hombre, delicioso, lo baje
lentamente y salio su verga, dura, pulsante, no tarde en devorarla, la chupaba
como una putita, como una putita de esas que el se cogia, ese d�a me sent�a una
m�s, pero no me importaba, lo recorr�a con mi boca de arriba abajo y de abajo
hacia arriba, apretaba si boca y pasaba la punta de mi lengua por toda su verga

Apretaba con mi lengua la cabeza de su falo que estaba aun en
mi boca, gordo y palpitante, chupaba sus bolas, sus piernas de acero, lo volv�a
besar en la boca, me saco el slip dejo mi culito al aire, me puso en cuatro, y
lam�a mi ano, virgen, solo para el, y yo me estremec�a y lo mov�a m�s hacia el�
como una zorrita, una perra en celo.

Dijo esto y dejo ir su verga caliente y gorda entre mis
piernas, pude sentir como me abr�a el culo y un dolor intenso se apodero de mi,
grite muy fuerte pero no se detuvo, tiro de mis cabellos y besaba con fuerza mi
espalda y lam�a mis orejas y mi cuello, mientras su miembro me taladraba, y mi
culito se contra�a d�ndole m�s placer, me tomo por las caderas y empez� un
vaiv�n lento, sent�a su palo entrar y salir entero de mi, y sent�a como sus
caderas chocaban con mis muslos y sus huevos rebotaban en mis nalgas, estaba
extasiado. Sent� su verga contraerse dentro m�o y como aceleraba sus
arremetidas, de pronto sent� mi culo caliente, se hab�a corrido dentro m�o,
sent� un placer tan intenso que en ese mismo instante y sin tocarme me corr� yo
tambi�n, dejando en las sabanas las huellas del pecado, de nuestro pecado, ca�
sobre la cama y el arriba de mi, aun con su tronco dentro de mi, el semen
chorreaba por entre mis piernas, sent�a su cuerpo aun caliente y su respiraci�n
tibia en mi nuca. Pase por los placeres m�s intensos que jam�s haya sentido en
mi vida.

Desde ese d�a en adelante nuestra relaci�n cambio, era m�s
cari�oso conmigo, y cada que pod�amos ten�amos relaciones, ba��ndonos, en la
cocina, en el living, en la escalera, dorm�amos juntos

Hasta que conoci� a una chica de la que se enamoro, se
hicieron novios, y nuestras cogidas eran muy escasas, o se limitaban a cuando no
lo hacia con su novia, hasta que el decidi� que quer�a llevar una relaci�n
formal con su novia y se casar�n.

Mi hermano me invito a vivir con ellos, y estuve en su casa
unos meses, pero aun lo quer�a mucho, as� que decid� tomar una beca para
estudiar en el extranjero, a donde mi hermano viene a visitarme y recordamos
viejos tiempos, esta ultima vez que vino me dijo, que a pesar de todo sigue
queri�ndome y que por las noches, algunas veces me recuerda, se excita y con
migo en su pensamiento posee a su esposa.

S� que la ama, pero yo deje una huella en su piel, que se,
jam�s se borrara.