Esta historia es real, solo que para preservar
a las personas que participaron de ella he cambiado los nombres de los participantes
de la misma.
Tenía por entonces 17 años y la sangre corría acelerada
por todo mi cuerpo y en especial por mi, luego lo sabría, "interesante"
verga. Mis fantasías eran muchísimas y mi mano y alguna puta paga
los instrumentos con los que saciaba mis deseos.
Pero si alguien me calentaba muchísimo, si alguien me transportaba a
mis mas increíbles deseos era la esposa de mi tío Heraldo. Cintya
era una mujer hermosa, tendría por entonces unos 30 años, muy
bien llevados, una figura deliciosa, unas tetas de ensueño por su tamaño
y firmeza y un culo realmente admirable.
Era verano y como no tenía colegio me ganaba unos ahorros ayudando a
mi tío en su negocio de distribución mayorista de alimentos. La
casa de ellos estaba en el fondo del local donde funcionaba la distribuidora
y dada mi relación familiar con ellos tenía acceso a ella con
naturalidad.
Una mañana llegue al trabajo temprano, el local estaba cerrado, por lo
que extrañado ingrese a la casa de familia para ver que ocurría,
accedí al comedor y desde allí pude oír nítidamente
los jadeos y gritos de Heraldo y Cintya , eso me excito muchísimo así
que decidí espíar, fui lentamente hasta su cuarto y por la mirrilla
de la cerradura pude ver ese espectáculo maravilloso que era Cintya en
cuatro siendo penetrada por mi tío por el culo, el movimiento de sus
tetas, su cara de puta en celo gozando como un animal es algo que hoy aun recuerdo
y me provoca una inmediata erección. El agarraba sus tetas y tiraba de
su pelo, mientras le preguntaba sin dejar de penetrarla:
"te gusta puta? Te gusta como te cojo?..o necesitas mas vergas que la de
tu macho?"..
a lo que ella, desencajada por la calentura, respondia:
"Quiero mas, con tu verga no me alcanza, no ves acaso que cada día
soy mas puta?
El entonces sin salirse de su culo, tomo una zanahoria que estaba sobre la mesa
de luz y se la metió en la vagina, Cintya pareció enloquecer,
la zanahoria era realmente grande...dio un fuerte grito mezcla de dolor y placer,
tomo ella la zanahoria y empezó a masturbarse muy fuerte mientras su
marido seguía dándole por el culo. Ella acabo primero, gritaba,
gemía e insultaba como una yegua caliente. Yo en ese momento acabe con
la paja que me estaba haciendo, mientras su marido le llenaba su rostro de leche,
ella trago todo lo que pudo y luego se dedico a limpiar la verga de Heraldo
con mucha pasión.
Mi cuerpo estaba paralizado, no podía creer lo que estaba viendo, cuando
ella se empezó a levantar de la cama apenas pude reaccionar y dirigirme
presuroso y lo mas sigiloso que pude al comedor dela casa.
Pese a haberme masturbado mi verga seguía muy parada, ella, mucho antes
de lo que yo esperaba entro en el comedor, solo llevaba un salto de cama blanco
transparente, que dejaba ver perfectamente su concha totalmente rasurada sus
deliciosas tetas y sus pezones aún erectos.
Cuando me vio se sorprendió por mi presencia y me pregunto con esa deliciosa
forma de dirigirse que tiene:
Cuanto hace que estas acá?
Dude, no supe bien que decir, enrrojecí de vergüenza, ella se dio
cuenta que había presenciado lo ocurrido, y me puso una hermosa cara
de puta se acerco a mi, miro mi "paquete" imposible de disimular,
y me dijo al oído y en forma caliente:
"por lo que veo hace rato"
Dio media vuelta y se alojo nuevamente al dormitorio moviendo su culo delicioso
sabiendo que me estaba enloqueciendo.
Desde ese día Cintya se dedico a provocarme en forma descarada, sin que
su marido se diera cuenta. Ella siempre usaba ropa muy sexy, sus jeans era súper
ajustados y marcaban
Perfectamente su figura, sus remeras, tops y camisas insinuaban esas deliciosas
tetas. Ella me atraía muchísimo y lo sabía, sus miradas,
sus manos que disimuladamente me tocaban, incluso hasta rozaban mi verga, la
forma en que su culo se apoyaba cada vez que podía en mi paquete, me
mostraba sus pechos, yo estaba enloqueciendo y no sabia muy bien que hacer.
Incluso, era tal mi desesperación que hasta llegue a atreverme a ingresar
en su dormitorio y buscar ropa intima suya para masturbarme, por supuesto sin
que ella ni su esposo lo supieran.
Un fin de semana Heraldo tuvo que viajar y me pidió que el sábado
hiciera horas extras, dado que debíamos preparar un embarque para el
lunes. Tal cual me lo habían ordenado el sábado me dirigí
al local, sin imaginar ni por asomo lo que estaba a punto de ocurrirme. No bien
comencé con mis tareas. Cintya me llamo desde el patio que unía
el despacho con su casa, al llegar allí no podía salir del asombro
de lo que mis ojos estaban viendo, ella tomaba sol haciendo toples, estaba de
pié con su espectacular figura solo tenía puesta una tanga muy
diminuta que marcaba muy bien su concha carnosa. Sus tetas estaban muy tostadas
al igual que su cuerpo lo que mostraba que tomaba sol sin cubrirlas a diario.
Ella con una hermosa sonrisa y sin disimular el morbo que le provocara estar
casi desnuda ante mi me pidió que le colocara bronceador en el cuerpo.
Me puse la crema en las manos casi temblando, mi verga parecía salirse
del pantalón, comencé a pasarle la crema en su espalda, ella corrió
su pelo negro largo hacia un lado, y mas que pasarle crema comencé a
acariciarla, era lo que siempre había soñado y no iba a perder
al menos la posibilidad de acariciar ese cuerpo inmensamente deseado, mis manos
recorrían su espalda en círculos suaves y lentos, ella empezó
a agitar su respiración. Me pidió que en la cola y sus piernas
también necesitaba, como negarme a esa solicitud?, me arrodille y su
espectacular culo quedo la altura de mi cara, empecé a pasarle la crema
por sus glúteos, firmes, carnosos, bien formados, primero fueron caricias
suaves luego agarre firmemente sus carnes entre mis manos, la calentura de ambos
era imposible de disimular, mis dedos ya masajeaban el interior de la raja de
su culo y rozaban cada vez mas fuerte los labios de su concha, pudiendo notar
que esa zona cada vez estaba más húmeda producto de sus jugos.
Yo estaba desesperado y no pensaba detenerme por nada del mundo, agarre su tanga
y se la arranque, lo que la hizo calentar aun más. La puse en cuatro
y comencé a chuparle su concha y su culo, mi lengua entraba y salía
de sus agujeros y ella gemía, se acariciaba sus tetas y se pellizcaba
esos deliciosos pezones. Su concha estaba totalmente depilada, lamerla era una
delicia, de pronto ella se dio vuelta y me dijo si vamos a hacerlo lo haremos
bien y tomándome de la mano me llevo a la habitación matrimonial.
Entramos, ella me tomo entre sus brazos y nos besamos como si fuéramos
a devorarnos, nuestras lenguas se tocaban, y penetraban las bocas, ella arranco
de pronto mi camisa, y besándome el pecho se fue lentamente arrodillando,
desprendió lentamente mi pantalón y liberó mi verga, ella
al verla, la que estaba más grande que nunca producto de tremenda calentura,
me dijo que le encantaba ese tamaño y que eso haría muy feliz
a mi tía.
Empezó a mamarme como nunca nadie lo había hecho, su lengua era
deliciosa y su experiencia enloquecedora, tomaba mis huevos entre sus manos
y se metía casi toda mi verga en la boca, la dejaba llena de saliva cuyos
hilos seguían unidos a su lengua mientras me miraba a los ojos. Me estaba
enloqueciendo de placer. Se metía mis huevos juntos en su boca, succionándolos
y pasándoles la lengua, sin dejar de masturbarme; sus dedos comenzaban
a acariciar mi ano, hasta que de ponto me metió un dedo todo entero de
un solo movimiento, el dolor fue intenso, pero esa sensación pronto comenzó
a transformarse en gozo. Me estaba cojiendo por el culo con su dedo y seguía
succionando mi verga con desesperación, yo no daba más y pronto
estalle en su boca, no podía detener mi acabada, ni quería hacerlo,
ella se trago hasta la última gota, sacó lentamente su dedo de
mi ojete y comenzó a chuparlo mostrándome una cara de morbo impresionante.
Se acostó sobre la cama, abrió sus piernas dejo su concha rasurada
a mi disposición y me ordenó que la comiera. Comencé por
su clítoris pasándole muy suave pero en forma rápida mi
lengua sobre el, mis dedos empezaron a entrar y salir primero de su concha empapada
en jugos vaginales y luego de su culo apretado pero muy lubricado por esos mismos
jugos, empecé a cojerla por la concha con mi lengua, ya su culo albergaba
dos de mis dedos y parecía pedir más, me tomo de los cabellos
y apretaba mi cara contra su sexo, gimiendo , gritando e insultándome.
Reemplace mis dedos de su culo por mi lengua. Así es amigos, me estaba
cojiendo ala hembra de mis sueños con mi lengua por su culo, una verdadera
delicia, pero ella quería mas, quería mi verga en su interior,
como negarme?, primero le di en su concha, en la que entre de golpe como un
animal, sin importante mucho si provocaba o no dolor, ella grito producto de
esa mezcla indefinida de placer y dolor y empezó a moverse con toda su
experiencia, clavo sus uñas en mi culo y empezó a dirigir mis
movimientos, lo hacía de tal forma que cada cm d mi verga recorría
una parte de su interior. Yo no quería acabarle en la concha sino en
el culo, así que como pude salí de su interior y comencé
a penetrarle su culo, mi verga estaba apretada y a ella eso le gustaba mucho,
sus movimientos y gritos la delataban , los dos estábamos alcanzando
el climax, ella me decía vamos pendejo vamos dale esa leche, y entre
gritos e insultos acabamos juntos, fue un instante mágico increíble,
jamás imagine que podría largar tanta leche, su culo quedo inundado,
yo no quería salir de el, ella me tomo entre sus brazos y besándome
me dijo que de ahora en más sería su amante, yo por supuesto que
quede enloquecido con la propuesta, pero esa es otra historia.