TESTIGO DE LA HERMOSURA XIV: UNA RENDIJA
Oriol entr� como si no me hubiera visto. Exhib�a sus dientes
blanqu�simos conformando una sonrisa de antolog�a. Tampoco vio a Jordi, que
estaba en el sill�n, boquiabierto ante la entrada triunfal del peque�o. Se sent�
en la cama, despu�s de haber comprobado que las s�banas estaban revueltas y,
cerrando los ojos, suspir�. Estaba encantador.
-�D�nde has estado? �inquiri� Jordi, sin saber esperar m�s.
El enano no respond�a. Cerr� los ojos de nuevo y suspir� otra
vez.
-Venga, Jefe, habla �dije yo, sent�ndome a su lado-. Parece
que hayas consumido alguna sustancia...
-Como si lo hubiera hecho �respondi� el ni�o, secamente.
-Vamos, hombre, ya sabemos d�nde has estado �anim�-. Cu�ntalo
de una vez.
-�Contar? �Qu� quer�is que cuente?
-C�mo te ha ido.
-Bien...
Se hac�a el interesante.
-�Quieres hablar ya de una vez? �grit� mientras lo sacud�a
como para despertarlo de un dilatado letargo invernal.
-No hablar� si no es en presencia de mi abogado �respondi�
seriamente, aunque se le escapaba una leve sonrisa de picard�a.
-Yo soy tu abogado �ataj� Jordi, sent�ndose junto a �l, al
otro lado-. Ya puedes hablar.
-Mmmmm... Pod�is preguntar lo que quer�is.
-�Ser�s jodido!
-Cuando tiene que hablar calla, y cuando debe callar se
inventa historias raras, como el otro d�a ante la polic�a �observ� el mayor,
dirigi�ndose a m�-. Le voy a sacudir.
Agarr� al peque�o alrededor del abdomen intentando provocarle
cosquillas. En contraste con otras veces, el chavalillo resisti� los embates
mostrando un gran dominio.
-No hablar�. Ya os he dicho que pod�is preguntar.
-Est� bien- acept� Jordi-. Has follado con Gonzalo?
-�T� que crees?
-Oriol, vale ya. Responde y deja de jugar.
-No me presiones, que podr�as traumatizarme y no tengo dinero
para sic�logos.
Yo empezaba a perder la paciencia. La actitud del ni�o, tan
juguetona como siempre, no constitu�a una novedad. La urgencia de noticias la
provocaba el tema.
-�Ay, me he olvidado los calzoncillos en la mesilla de noche!
�record� de pronto-. Voy a buscarlos, enseguida regreso.
Hizo adem�n de levantarse, pero los dos lo impedimos sin
habernos puesto de acuerdo. Se conform� con quedarse sentado y sigui� con su
teatro.
-Bueno, ya los recoger� luego. De momento no me hacen falta.
-Claro que no te hacen falta �confirm� Jordi, tan impaciente
como yo-. Vamos, desn�date, que te veamos el culo. A ver si lo tienes escocido.
-No hace falta. La respuesta es s�.
-�S�?
-S�.
-No me lo creo. A ver el culo.
-No puede ser.
-�Por qu� no? �se impacient� el nadador-. Tu culo no tiene
secretos para m�.
-Ahora s�. Ahora tiene due�o.
-�Due�o? Te est�s pasando.
Me estaba alarmando. Que Lalo follara con el peque�o no me
produc�a ninguna envidia especial, pero que insinuara que de ah� se pod�a
derivar una relaci�n determinada me estaba provocando angustia.
-�Qu� quieres decir? �pregunt�, intentando camuflar mi
nerviosismo.
-Pues que mi culo ya no es p�blico.
-Nunca lo ha sido �objet� Jordi-. S�lo de S�c y m�o.
-Eso era antes.
Cuanto m�s aumentaba nuestra impaciencia, m�s se divert�a el
chaval. Llevaba muy bien el juego de las insinuaciones, y estaba claro que la
vida sexual de Lalo era un tema sensible, no s�lo para m�, sino tambi�n para
Jordi, que habitualmente guardaba una distancia prudente en esos temas.
-�Insin�as que entre t� y Lalo hay algo?
-Mmmmmm.... S�.
-Venga hombre! �exclam� el nadador, alej�ndose un poco y
mirando hacia la ventana.
-�Nos quieres tomar el pelo? �a�ad�, temiendo que algo
hubiera.
La idea no era tan descabellada. Gonzalo ten�a una cierta
debilidad por el chaval, nunca lo hab�a manifestado expl�citamente pero lo
demostraba a menudo. Aunque a veces se enojase, le re�a todas las gracias al
peque�o.
-A ver, �qu� hay entre vosotros? �inquiri� finalmente Jordi,
sent�ndose de nuevo al lado de Oriol.
Dej� transcurrir un rato, como si buscara las palabras
adecuadas. Despu�s, con una parsimonia que me pon�a los nervios de punta, solt�:
-Somos novios.
-�Novios? �exclamamos los dos a la vez.
-S�.
-A ver, el anillo �solicit� Jordi, tom�ndoselo a broma.
-No hay anillos, pero somos novios.
-�Qu� te hace pensar eso? �intervine-. �Te lo ha dicho �l?
-No, pero se nota. No hay anillos, pero hay otra cosa.
-�Otra cosa? �Un contrato?
-No. Otra cosa.
-Yo no me creo nada. A ver tu culo. Seguro que lo tienes bien
relajadito.
Jordi inici� el gesto de bajarle los pantalones, pero tuvo
que detenerse.
-�Quieto! �Propiedad privada! �Acceso restringido!
Me entraron ganas de re�r. El chaval se estaba divirtiendo a
nuestra costa. Y adem�s, no hab�a quien aclarara qu� hab�a pasado realmente en
la habitaci�n del madrile�o. Entonces Jordi comenz� a desnudarse. No sab�a muy
bien qu� pretend�a, pero lo imit�. El nadador ofrec�a su bello sexo a media asta
adornando la elasticidad de su figura atl�tica. Yo estaba algo m�s excitado, si
se considera la erecci�n que mostraba. Por lo visto la posibilidad de una
relaci�n sexual entre el enano y Gonzalo me provocaba una fogosidad
involuntaria, pero tambi�n ver a Jordi, el delicioso cuerpo que se ofrec�a con
naturalidad al an�lisis de mis miradas deseosas. Ayud� a Oriol a despojarse de
su escasa ropa. Despu�s lo abrac� con cari�o, como antes, como siempre, buscando
aqu�l c�mplice juguet�n e indiscreto, siempre dispuesto a ofrecer su hendidura
para el placer o a brindarse para las m�s l�bricas felaciones. No rehus� mis
caricias, pero no respondi� como de costumbre a mis est�mulos. Busqu� con el
�ndice la ternura de sus fibras internas y las hall� suaves y el�sticas, quiz�
un poco m�s que de costumbre. Ech� el culo un poco m�s atr�s y suspir�
suavemente. Pero en seguida se incorpor�, aplastando mi mano sin ninguna piedad.
-Reservado el derecho de admisi�n.
-Y qu� m�s. Eso no te lo crees ni borracho.
-Te juro que, desde ayer, es as�.
-�Sabes qu�? �lo amonest� con la mirada-. Ya se te pasar�. Me
cansa este rollo.
-Y a m� �corrobor� Jordi.
Nos levantamos los dos, y puesto que no hab�amos previsto
hacia d�nde dirigirnos para fingir enfado, chocamos rid�culamente. Sobrepuestos
del tropiezo inesperado, nos abrazamos y nos besamos. No con la misma pasi�n de
siempre, sino con el �nimo teatral que pretende provocar una reacci�n ante el
espectador. De reojo �bamos controlando la respuesta de Oriol. Nos miraba, pero
no se sumaba a la manifestaci�n de afecto. A continuaci�n recorr� con mi lengua
una ruta que me llevaba de la boca al sexo de nadador. Fui dejando una estela de
humedad en la barbilla, el cuello, el pecho y los pezones, el est�mago y el
ombligo. Luego me engull� entero el sexo de mi chaval, que levant� la cabeza
como para observar la l�mpara, respir� profundamente y cerr� los ojos. Desde mi
posici�n inferior contemplaba extasiado la belleza de Jordi, a la vez que
paladeaba la ternura de sus huevos, la solidez de su estaca, el sabor de su
juventud. Despu�s de haber sonre�do un poco presidiendo la escena, el enano se
levant� y acerc� su miembro tieso a mi boca, con la intenci�n de compartir. Era
lo que yo esperaba. Frunc� el ce�o, lo mir� directamente a las pupilas y le
solt�:
-Reservado el derecho de admisi�n.
Y Jordi a�adi�:
-Propiedad privada. Prohibido el paso. Espacio reservado s�lo
para propietarios.
-Joder, c�mo sois!
-�C�mo somos? �pregunt� el nadador, que ten�a la boca libre.
-Estaba exagerando un poco, pero os juro que entre Lalo y yo
hay algo.
-S�, un abismo �respond� en un intermedio. Y segu� chupando
con deleite aut�ntico.
-Tengo una prueba.
-No has dicho que no hab�a anillos?
-No. Hay algo mejor.
Se dio la vuelta y acerc� su bello trasero a mi cara. Yo
cre�, en un principio que quer�a que se lo devorara del modo que tanto me gusta,
empapando el agujero con la lengua y buscando el roce y el goce, pero no. Se
qued� como a treinta cent�metros de mi vista, separando las nalgas con las
puntas de los dedos. As� apareci� una sombra, que no supe identificar. Lo
arrastr� hasta cerca de la ventana y abr� de nuevo la puerta que conduce a la
felicidad. Apareci� su ano rosado, el�stico, dulz�n. Y, a un lado, una mancha no
muy grande. Pronto descubr� que se trataba de letras. Era imposible que �l mismo
se las hubiera escrito en semejante parte. Sin duda, se trataba de una obra de
Gonzalo. Jordi acerc� tambi�n su cara, y nuestras mejillas se rozaron como si
fueran a compartir el manjar que ante nuestros labios insaciables se ofrec�a.
-Son unas letras �explic� mi chico-. Y algo que parece una
flecha. �Te lo has visto?
-�Yo? �C�mo me lo voy a ver? En el espejo no se puede.
-S�, tienes que dejar el espejo en el suelo y casi sentarte
en �l. Ven, est�rate en la cama.
Bien tendido sobre mi lecho, procedimos de nuevo a la
investigaci�n. Yo not� que, quiz� por una deformaci�n profesional, abandonaba la
pesquisa por unos momentos para valorar y desear ese agujero cuya suavidad se me
hac�a inolvidable.
-AEG �ley� Jordi-. Eso es una marca de electrodom�sticos.
-Y una flecha que se�ala, justamente tu agujerillo.
-�Veis como hay algo?
-Esto no es garant�a de una relaci�n formal. Es s�lo una
marca de lavadoras.
-Seguro que no lo hab�is entendido bien. Debe decir algo m�s.
-No, no hay nada m�s. A no ser que tu ano forme una letra. No
s�... OAEG. No tiene sentido.
-�No te dijo Lalo qu� hab�a escrito?
-Que va. S�lo me dijo que es una marca �ntima, para que quede
constancia de lo que ha pasado entre nosotros pero que no lo sepa nadie m�s.
-Excepto nosotros �opuso Jordi.
-Claro, ya se lo dije. Y me respondi� que no importaba, que
sois como de la familia.
-�Qu� debe significar OAEG, o AEG a secas? No lo entiendo.
Las dudas de mi chaval me parec�an normales. Gonzalo estaba
jugando, pero jugando conmigo. Sab�a que yo interpretar�a el mensaje y que,
seguramente me alegrar�a. Me tranquilizaba comprobarlo, por lo menos pod�a
alejar al fantasma del abandono, esa duda que me asaltaba desde el d�a en que
nos acercamos un paso y nos alejamos un trecho. Pens� que al madrile�o le
gustar�a que desvelara el significado de las iniciales a los cachorros, pero
decid� esperar un rato.
-Jordi, �me acercas ese rotulador que hay en el escritorio?
-��ste? �Qu� vas a hacer?
-Responder al mensaje.
-Entonces, �t� sabes lo que significa esa palabra?
-Creo que s�.
-Eh, �a d�nde vas con ese rotulador tan grueso? �protest� el
peque�o-. No se te ocurra escribir. Me vas a dejar el culo hecho un asco.
-No te preocupes, ya te lo limpiaremos �ri� Jordi-. Con la
lengua.
-Eh, cuidado, ni se te ocurra �advert�-, que la tinta es muy
toxica.
-Vale, vale. Chupar s�, pero sin tocar la tinta �acept�.
-No me escribas nada, que mi culo no es el Messenger �gritaba
Oriol.
-Tranquilo. Si Lalo puede, �por qu� yo no? Ah, s�, ya lo s�:
porque es tu novio.
-Aunque te burles. Somos algo m�s que amigos.
-Muy amigos.
Trac� cuatro letras con facilidad. La piel sedosa del chaval
era un buen pergamino para las sentencias, aunque fueran intrascendentes, como
en este caso.
-�Qu� me has escrito?
-Nada �respondi� el mayor-. Te ha dibujado un �rbol, un prado
con vacas pastando, y un caballo con una tranca de casi un metro.
-No te pases...
-No, s�lo te he escrito unas letras, debajo de las
anteriores, pero sin flechas.
-PSLP �ley� mi ayudante-. Ya nos contar�s qu� significa.
-Hay que entender primero lo que dice Gonzalo, si no, no se
puede descifrar el segundo mensaje.
-Pues venga �exigi� el enano en cuanto se incorpor�-, ya
est�s cantando.
-No, t� primero �provoqu�.
-Est� bien. Si yo respondo a vuestras preguntas, �nos dir�s
de qu� van los mensajes?
-De acuerdo.
-Pues si lo cumples te dir� otro mensaje de Lalo para ti,
pero esta vez hablado.
-�Un mensaje oral?
-S�. Pod�is preguntar.
-�Te ense�� Lalo a jugar a billar? �empez� el otro.
-No. Bueno, algo. S�lo estuvimos un rato. Pronto subimos a su
habitaci�n.
-�O sea que te invit� a jugar pero era s�lo una excusa para
estar contigo?
-Para estar conmigo exactamente, no.
-Puedes ser m�s claro?
-Joder, haz mejor las preguntas. No me invit� para estar
conmigo. Nada m�s llegar a la habitaci�n me agarr� por el pescuezo y me ech� una
bronca que te cagas.
-�Una bronca? �inquir�.
-S�. Me dijo que era un entrometido y que hab�a coqueteado
con su novia.
-�Y t� qu� hac�as?
-Primero me re�a, pero luego vi que iba en serio. Digo lo de
la novia. Es decir que se hab�a tomado en serio la relaci�n con ella. Se cabre�
porque yo no quer�a reconocer que me hab�a entrometido. Me solt� y estuvo a
punto de echarme. No me gustan las bullas.
-�Y?
-Pero de repente me acord� de que hab�a quedado en dormir con
�l. Y eso yo no me lo pierdo por nada del mundo. As� que tragu� la bronca y le
dije que s� a todo.
-�A todo?
-S�. Me preguntaba si estaba arrepentido, y yo dec�a que s�.
-�Y no lo est�s, verdad?
-Y yo qu� s�! Ya te dije que hago las cosas sin darme cuenta.
Pens� si llorar un poco, para despertar su ternura, pero me daba miedo que se
cabreara m�s, si descubr�a que mis l�grimas eran falsas.
-�Y luego?
-Cuando comenc� a aceptar lo que �l me dec�a se fue
suavizando. Y me explic� que cuando sales con alguien te gusta buscar la
intimidad y quieres que la otra est� pendiente de ti, y no de otras personas.
-Pero t� eso ya lo sabes �advirti� Jordi-. Cuando nosotros te
hemos pedido intimidad lo has entendido y te has portado.
-Pero con vosotros es distinto. Yo he follado con S�c tantas
veces como t�. Bueno, casi. Y los tres formamos un grupo. Los momentos que me
hab�is pedido que os deje solos han sido muy pocos.
-Creo que nuestra relaci�n no es muy habitual � intervine-,
no sirve como ejemplo. Yo soy muy promiscuo y Jordi no tiene muy desarrollado el
sentido de la propiedad...
-No lo s�, a m� es la primera vez que me pasa todo esto...
�reflexion� el nadador-. Yo estoy aprendiendo a convivir... pero tengo muy claro
que muchas personas quieren a sus parejas en exclusiva.
Abrac� a mi chico como se merec�a y continuamos.
-Total, que fue cambiando de tono y comenz� a preguntarme por
vosotros- continu� el rubito.
-�Qu� te preguntaba?
-Cosas. Qu� hac�amos, c�mo est�bamos. Tambi�n me pregunt� si
era cierto que me gustar�a follar con una piba. Y le respond� que s�.
-�S�?
-Yo creo que s�. Me gustan mucho los hombres, las pollas,
chupar... Pero las t�as, �tienen unas tetas!
Nos re�mos. No de �l, sino del tono con que lo hab�a dicho.
-Tambi�n los t�os tenemos tetas �advert�-. Y muy sabrosas.
Los m�sculos pectorales, si se desarrollan adecuadamente, son muy atractivos.
Pero son firmes y r�gidos, no lacios y blandos, como los de las mujeres. Mira a
Jordi, tiene los pectorales ligeramente marcados, cosa que lo hace muy
atractivo.
-Gonzalo los tiene m�s marcados �respondi� el aludido.
-S� pero �l va al gimnasio �expliqu�-. Sigue.
-Se alegr� y me felicit�. Yo no entend�a por qu�. Hasta que
me dijo que ya �ramos dos contra dos.
-Dos contra dos?
-S�, dos homosexuales contra dos bisexuales. Pero pronto me
di cuenta de que estaba haciendo trampa.
-�Claro! Gonzalo no es bisexual �recapacit� el nadador-. �O
s�?
-Espera. Sigue, Jefe.
-Yo tambi�n se lo dije. Yo puedo ser bisex, pero �l no ha
tenido relaciones con un hombre.
-�Y qu� te respondi�?
-Que s� que hab�a tenido relaciones con un hombre. Y que le
hab�a gustado. Me qued� de piedra. �El muy cabr�n! �Y se hac�a el tonto con
nosotros! �No se dejaba tocar, ni nada!
-Pero �qu� tipo de relaci�n te dijo que hab�a tenido?
�inquiri� Jordi.
-De todo. Me dijo que hab�a chupado, y que lo hab�an follado.
-�Qui�n? �pregunt�, para salir pronto de dudas.
-No me lo quiso decir. S�lo dijo que era una persona muy
especial, y que no se arrepent�a. Joder, mientras me contaba esto yo la ten�a
muy dura, �y lo ten�a tan cerca! Me ven�an ganas de asaltarlo y chuparle la
polla.
-Estabais vestidos?
-Claro. Bueno, en la habitaci�n hac�a calor y nos quitamos la
camiseta. Yo le miraba su cuerpo, y me gustaba, pero no pod�a verle el paquete
porque estaba de perfil.
-�Quer�as saber si la ten�a tan dura como t�? �aventur�, y
entonces me di cuenta de que estaba acariciando el cuello del peque�o, y de que
me parec�a el chaval m�s bello del mundo en esa actitud seria y curiosa,
trascendente, a la que est�bamos tan poco acostumbrados. Hubiera interrumpido el
relato para mantener, con �l, un buen rato de amor.
Mir� a Jordi. Sus ojos brillaban con un fulgor exclusivo.
Tambi�n acariciaba inconscientemente al peque�o. Me devolvi� la mirada y se
qued� pensativo. Creo que intuy� que el hombre de Gonzalo era yo. Me sent�
desarmado, pero al mismo tiempo m�s enamorado que nunca de �l. Era la persona
m�s amable que jam�s hab�a conocido. Nunca hab�a escuchado un reproche de sus
labios, y la mirada que me hab�a dirigido ahora era de confabulaci�n, m�s que de
recriminaci�n.
-Seguimos hablando de otras cosas. De pronto fingi� darse
cuenta de que yo la ten�a dura y se ri�. Me dijo que soy un calentorro. Y me
pregunt� si cuando Laura me abrazaba para contarme sus secretitos se me hab�a
puesto dura alguna vez. Le dije que s�.
-�Es verdad?
-No, pero me jodi� porque me estaba calentando. Si el cabr�n
se la hab�a chupado a un t�o, �Por qu� no me la chupaba a m�? �Por qu� no me
follaba? Yo estaba a punto de explotar, y �l se hac�a el loco.
-T�pico de Gonzalo �asever�.
-Es un calientapollas. As� que le dije que s� para joderlo.
Le dije que cada vez que me toqueteaba su chica a m� se me pon�a dura. Y que por
eso le dije a Laura si quer�a follar conmigo. Porque por lo visto �l no era
capaz de hacerlo.
-Te pasaste de nuevo �observ� el nadador-. Seguro que te
ech�.
-No me ech�, pero se cabre�. Empez� a gritarme y se levant�
de repente. Y eso fue lo mejor.
-�Qu� pas�?
-Dime el significado de las letras. Si no, no sigo.
-Venga, hombre, �nos vas a dejar en el mejor momento?
-S�. Quiero saber lo que me escribi� en el culo.
-Es que a�n no viene al caso. Sigue con tu narraci�n, que
cuando venga a pelo, te lo dir�.
-Nos lo dir�s �interrumpi� el mayor-. Porque yo tampoco
entiendo nada.
-Ya ver�is que es muy f�cil. �Sigues?
-No. Chupadme la polla un rato.
-Ahora no es el momento.
-�C�mo que no es el momento? M�rala. Est� diciendo: "c�meme".
Los tres luc�amos una magn�ficas erecciones. Era un buen
momento para saciar los instintos, pero la intriga pod�a m�s. Jordi lo arregl�.
-Yo te la chupo, venga. Pero s�lo si hablas. Si dejas de
hablar, dejo de comer.
Se agach� y se trag� los once o doce cent�metros de carne
tiesa. Lejos de cumplir s�lo con el expediente, saboreaba cada lamida y se
fijaba en la reacci�n que sus sorbos causaban en el peque�o.
-Venga, sigue �se quej� Jordi, dejando de succionar-. �Qu�
fue lo mejor?
-Que cuando se levant� se le sali� la polla por el lateral
del pantal�n. �Y la ten�a enorme! Estaba m�s dura que el m�stil de un barco.
Cuando yo lo vi, me puse a re�r, y �l tambi�n se dio cuenta. Primero se cabre�,
pero termin� ri�ndose conmigo. Hasta que...
-Te lanzaste sobre �l.
-Pues s�. Me agach� y me la com� entera, sin darle tiempo a
escapar.
-�Y c�mo reaccion� �l?
-Me agarr� por la nuca y me sujetaba para que se la comiera
toda.
-�Vaya!
-Y suspiraba y me dec�a guarradas.
-�Qu� guarradas?
-Me dec�a: "Eso, come, mamonazo. �No quer�as chup�rmela? Pues
ahora la tienes toda. S�cale brillo."
-No me lo creo �murmur�.
-Bueno, algo as�. Pero lo del brillo s� que lo dijo. Nos
tendimos en la cama y se puso c�modo. Despu�s de un rato se suspirar me dijo:
"Eres una joya".
-Le doy toda la raz�n �afirm�, acariciando su pelo suav�simo.
-Yo opino lo mismo �a�adi� Jordi, que hab�a dejado de mamar
pero manten�a la polla del peque�o junto a su mejilla y la acariciaba con
dulzura.
-Gracias. Y m�s tarde me hizo cambiar de posici�n y me chup�
�l.
-�Y qu� tal? �pregunt� el nadador, con resquicios de envidia.
-Muy bien. Por lo menos a m� me gust� mucho. Se la met�a
entera en la boca y me chupaba los huevos. No s� muy bien c�mo lo hac�a, porque
yo estaba concentrado en su capullo, que estaba muy bueno... Pero cuando le
quise meter un dedo en el culo me fren�.
-�S�?
-Me dijo que me quedara quieto con la mano.
-Pero t� no sabes estarte quieto, Seguro que insististe.
-No, pero a medida que le chupaba los huevos iba abriendo las
piernas, hasta que le chup� el culo. Y eso s� que me lo permiti�.
Se detuvo un rato y mir� mi sexo, destacando en las alturas.
Despu�s dirigi� la vista hacia mi cara, hasta que las miradas se cruzaron.
-F�llame un rato.
-�Nunca te cansas, �eh? No ser� por falta de ganas, porque me
est�s calentando un mont�n. �Sabes que eres un afortunado?
-S�. Tengo un novio de puta madre.
-Ya veremos lo que dice �l �reflexion�-. Ojala sea verdad que
sois novios. Siempre que Lalo no sea exclusivo para ti.
-Eso �intervino Jordi-. Yo tambi�n quiero probarlo. Somos
buenos amigos.
El enano no respondi�. Se qued� un rato pensativo. A saber
qu� le pasaba por la cabeza en esos momentos. La verdad es que estaba
tremendamente serio, como nunca lo hab�a visto. Jordi lam�a el glande del
peque�o sin demasiado inter�s, como si, por su lado, estuviera calculando
posibilidades o sacando conclusiones. El ni�o nos hizo regresar a la realidad.
-�Eh, que no se ha acabado todav�a!
-Es verdad, ahora viene lo mejor, �no?
-Pues s�. Porque al cabo de poco rato de chuparle el culo me
arrastr� hacia su boca. M�s que un beso fue una chupada. Me encant�. Y despu�s
de una hora de morreos me dijo muy suave, muy suave: "�Quieres que te folle?"
-�Una hora? �protest� Jordi-. �Ya ser� menos!
-�Y yo qu� s�! Pas� mucho rato.
-Lo que pasa es que estabas muy a gusto �sentenci� gravemente
Jordi.
-Tu dir�s.
-Y follasteis.
-A�n no. Yo le dije: "Primero quiero tu leche".
Se me escap� una risotada explosiva. El chavalillo me mir� y
sonri�.
-Eres un profesional �le dije.
-�A que s�! �l me mir� con cara de reasigna...
-Resignaci�n.
-S�, y me bes� de nuevo. Y luego me puso la polla en la cara.
Me rozaba las mejillas, y los ojos. Me la pasaba por delante de la boca, y yo la
abr�a y quer�a chupar, pero no me dejaba. Hasta que se la agarr� con la mano y
me la com� de nuevo.
-�Se corri� en tu boca? �Y c�mo tiene la leche?
-Sabrosa. Bueno, a m� me gust� mucho. Me la tragu� toda.
Bueno, casi. Porque para provocarlo guard� un poco en un dedo y me la unt� en el
culo.
-Ahora s� que te foll�.
-S�. Mientras me la met�a me dec�a: "�Qu� suave eres!"
-�Se parec�a a c�mo te la imaginabas? �pregunt� Jordi.
-�El qu�?
-La follada.
-No.
-�No?
-No, fue mejor.
-Ah.
-Mientras me follaba no paraba de decirme cosas: "�Qu� guapo
eres! �Qu� tiernecito est�s! �Eres un encanto!" y cosas as�. Y una vez, cuando
cambiamos de posici�n me dijo: "Ya ves c�mo son las cosas. T� quer�as follarte a
mi novia y yo te estoy follando a ti." Entonces yo le pregunt� si de verdad se
la hab�a follado, y me respondi�: "A ti qu� te importa".
-Vaya, o sea que no sabemos si se la foll� realmente
�concluy� el mayor de mis amiguitos.
-Me da igual. Mejor si no se la ha follado. As� no tengo que
competir con ella.
-�Sabes? �interrump�-. Estoy de acuerdo con Gonzalo. Eres
encantador.
Le bes� la frente, y las mejillas. �l busc� la boca. Estaba
dulce como nunca, euf�rico pero contenido. El morreo era magn�fico, pero se
impon�a la conclusi�n del relato.
-Estuvimos mucho rato follando. La �ltima posici�n fue la que
m�s me gust�, cuando me clavaba y me besaba al mismo tiempo. Despu�s de correrse
se qued� un rato dentro, y segu�a bes�ndome. Al cabo de un rato dijo una frase
en voz alta, pero no me la dec�a a m�; es como si hablara solo.
-�Qu� dijo?
-Dijo: "�Por qu� las t�as tienen que ser tan raras? �Por qu�
no son como t�? Yo s� que no me hablaba a m�, pero le contest�: "Porque yo soy
yo, y las t�as son las t�as". Me jodi� que me comparara con las t�as, pero yo
ten�a raz�n, �verdad?
Iba a hablar, pero Jordi se me adelant�.
-Ninguna chica puede ser como t�. T� eres �nico, insuperable.
-Tiene raz�n �asent�.
-Pues dec�dselo a mi madre, a ver si me trata mejor. �Joder,
con lo bien que estoy, y pronto tendr� que ir con la vieja!
Jordi se alz� y nos abraz� a los dos. Su o�do estaba muy
cerca de m�, as� que le murmur� suavemente:
-El Jefe en una sola noche ha crecido como dos a�os. Est� que
se sale.
Mi chico asinti� con la cabeza. Oriol fingi� no enterarse,
sin embargo continu� la narraci�n.
-Lo malo es que no me dej� follarlo.
-Vaya.
-Te lo juro. Lo provoqu�, lo acarici�, le supliqu�, y el
cabr�n, sin perder la dulzura, me dijo siempre que no. Yo me puse un poco
pesado, y le preguntaba por qu� no me dejaba clavarlo, hasta que al fin
respondi�: "Porque yo soy el mayor y t� el peque�o; yo doy y t� recibes. La vida
es as�". Yo protest�, y le record� que vosotros me dej�is follar, aunque sois
mayores que yo. Pasaba de m�, no me respond�a. Y entonces se me ocurri� decirle
que si S�c es mayor que �l, se ten�a que dejar follar por ti, �no?
-Es su l�gica. �Te contest�?
-S�. Dijo: "Puede ser." Y apag� la luz. Me abraz� y me dio
las buenas noches.
Se hizo una pausa. Oriol bostez�. Se le notaba fatigado. El
bostezo se nos contagi� y reconocimos el cansancio de una noche agitada. Pero el
enano a�n o hab�a terminado. Insinu� una sonrisa astuta y prosigui�.
-Pero yo no he dormido. En cuanto la respiraci�n de Lalo me
ha indicado que dorm�a profundamente le he metido la polla en el culo. Y os juro
que no me ha costado nada. Es como si hubiera follado toda la vida.
-Me lo imaginaba �se�al�-. �C�mo ibas a quedarte quieto?
-Claro. �C�mo iba a quedarme dormido junto a �l, si pod�a
estar dentro? Y una cosa: es tan suave como yo.
-�Tan suave? �curiose� Jordi.
-S�, por dentro, tan suave como yo.
-�Y t� c�mo sabes que eres suave por dentro? �interrogu�.
-�Joder! �Ser� que no me he metido yo los dedos cientos de
veces!
Nos re�mos los tres. Despu�s, se hizo nuevamente el silencio.
Parec�a que el rubio iba a quedarse dormido, pero de pronto peg� un grito, una
cl�sica salida de las suyas.
-�Eh, la letras! �Qu� significan?
-Es verdad �core� Jordi.
-Es muy f�cil. Pero no olvides que tienes un mensaje para m�.
-S�, te lo digo luego.
-Pues mirad, son unas iniciales.
-�Bah, eso se supone! �exclam� Jordi.
-�Es un nombre? �pregunt� Oriol-. Yo ya lo he probado, pero
la G tendr�a que ser la primera letra, �no?
-Gonzalo es la �ltima inicial. No es un nombre; es una
oraci�n. Una sentencia. Como la que dijo Napole�n, a los pies de la esfinge y
con las pir�mides como tel�n de fondo: "Desde aqu�, cuatro mil a�os de Historia
nos contemplan".
-Joder, o sea que mi culo ha pasado a la historia.
-M�s o menos. �Alguna teor�a?
-Yo creo que ya lo tengo �dijo Jordi-. F�jate que hay una
flecha que se�ala un punto concreto.
-�Y qu�?
-Vas bien �corrobor�.
-Es como una inscripci�n que se escribe en un monumento.
-Mi culo, un monumento. No est� mal. Vamos, decidme ya el
significado.
-Aqu�...
-�Aqu� qu�?
-La A significa aqu�, tonto.
-Oye, sin insultar. Aqu�... Aqu�... �Aqu� estuvo Gonzalo!
�Qu� cabr�n! �El hijoputa ha firmado en mi culo! �Veis como somos novios?
-�Ah s�? �desafi�-. �T� firmaste en su culo?
-No, pero te lo juro que firmar�. Y t�, �qu� has escrito?
�C�mo era, Jordi?
-No me acuerdo. Espera.
Ensanch� la hendidura para leer en el libro de carne tierna.
-PSLP �ley�-. La S seguro que es de S�crates.
-Muy listo mi ni�o.
-Oye, la inicial de una palabra que empieza por LL, �puede
ser una sola L?
-Si lo adivinas te llevas un polvo.
-Ya lo tengo.
-�Dilo, dilo �gem�a Oriol, entre bostezos-, que me estoy
quedando dormido!
-F�jate: la P es pero... la S es S�crates... �No te lo
imaginas?
-Pero S�crates... �no s�!
-�Pero S�crates Lleg� Primero!
-�Sois unos cerdos! �se enfad� el peque�o-. Est�is usando mi
culo para competir entre vosotros.
-Oriol �interrumpi� Jordi-, es verdad. Aqu� estuvo Gonzalo,
pero S�crates lleg� primero.
-Ya lo s�, pero podr�a decir: Oriol T�o Bueno, o �Oriol Est�
Como Dios! �Qu� importa qui�n haya llegado primero? Te quedas sin saber el
mensaje.
-No me jodas. Espera, que voy a arreglarlo. Y as�
desconcertaremos un poco m�s a Gonzalo.
El peque�o se arm� de paciencia. Jordi aport� de nuevo el
rotulador y escrib� en letras un poco m�s grandes: OEE.
-�Oriol Es un Encanto? �dud� el nadador.
-S�, u Oriol Es Encantador.
-Yo tambi�n quiero escribir.
-No, que al final no va a quedar espacio para chuparme el
culo.
-S�lo unas letras. OTQM.
-Oriol, Te Quiero Mucho �interpret�.
-M�s o menos. Oriol, Te Quiero un Mont�n. �Satisfecho? Venga,
suelta el mensaje. �O es privado?
-No lo s�, no me dijo nada de que fuera privado. A ver si me
acuerdo... Me dijo: "Dile a S�c que me deje en paz hasta que se haya completado
el ciclo". Eso.
-Jordi me mir� extra�ado. Aquellas palabras eran un misterio
para �l. Para m�, en cambio, ten�an un significado doloroso. Lalo me cerraba la
puerta, de momento, a restablecer una relaci�n satisfactoria. Me marginaba de su
vida hasta que se hubiera completado el ciclo. �Cu�ndo ser�a eso? Sonre� a
Jordi, que a�n no sab�a que �l ser�a el pr�ximo protagonista. Le indiqu�, con un
gesto, que esperara a que se durmiera el chaval para poder hablar libremente.
Pero no hac�a falta; Oriol se hab�a quedado dormido sobre mi mano y me chupaba
el dedo pulgar. Le cont� tranquilamente a mi chico lo sucedido con Lalo d�as
antes, y c�mo mi torpeza hab�a influido en su distanciamiento. Como siempre,
ning�n reproche. Al contrario, cuando supo los detalles de nuestra relaci�n
sexual se limit� a opinar:
-�Qu� suerte! As� que s�lo falto yo.
-Exacto. Me parece que t� completas el ciclo. As� que te
deseo que pronto puedas experimentar el placer de compartir un rato de sexo y
cari�o con el madrile�o. �Te apetece?
-�No has visto mi polla cuando Oriol narraba su historia?
-S�. �No te importa ser el �ltimo?
-No. Lo importante no es llegar primero, sino llegar. Vamos,
eso dicen.
Nos besamos apasionadamente. Mientras saboreaba la dulce boca
del chico, mis ojos se humedecieron. Jordi era una delicia de chico, que me
hac�a enloquecer de ternura. Pero tambi�n Oriol, con sus salidas ingeniosas y
Gonzalo con sus juegos de seducci�n. Di gracias a la Naturaleza por haberme
situado en el lugar apropiado y en el momento adecuado para cruzarme con
aquellos tres seres excepcionales. Todo lo dem�s hab�a desaparecido. Los tres
llenaban mi existencia. Incluso agradec� los momentos de duda y separaci�n con
que Gonzalo me torturaba. Ahora estaba convencido de que el reencuentro ser�a
grandioso. M�s sereno, arranqu� de Jordi un compromiso. El chico se brind� sin
necesitar ninguna presi�n. Yo dir�a que incluso se sinti� excitado por la idea.
Y decidimos dejar transcurrir el tiempo hasta que el ciclo se completara. No
tard� mucho.
A las once bajamos a la piscina, dejando al enano descansando
en mi rec�mara. Nada m�s acercarnos divisamos un ba�ador resplandeciente,
destacado entre el verdor de la hierba. Gonzalo estaba espl�ndido, tomando el
sol boca arriba. Desde nuestra posici�n sobresal�a un bulto considerable de su
entrepierna. El sabor de su sexo y sus fluidos regresaron a mi memoria. Y mi
prenda de ba�o se qued� peque�a para esconder los prodigios que en su interior
suced�an. Me tuve que tender boca abajo, sin tiempo para extender la toalla.
All� me qued�, a cierta distancia, viendo c�mo Jordi se acercaba al madrile�o.
Antes de llegar, me mir� y me sonri� entra�ablemente. Despu�s intercambiaron
pocas palabras. Los dos se lanzaron al agua y comenzaron a jugar como dos
cachorros. Al cabo de unos minutos, Gonzalo hizo alguna propuesta a Jordi,
porque �ste asent�a continuadamente. Despu�s �l tom� la palabra y pronto estaban
nadando paralelamente en estilo mariposa.
Me sent� en una silla, con la toalla sobre el regazo. Desde
ah� pod�a maravillarme viendo sus siluetas esplendorosas recortarse en la
l�quida superficie, su atl�tica envergadura brotar del agua como parte de un
milagro, cabeza erguida, cuello herc�leo, extremidades exigiendo el abrazo;
despu�s enterrar esa parte en el olvido para mostrar por un instante el trasero,
receptivo y confortable, emergiendo como una isla donde el n�ufrago encuentra
refugio y reposo, para seguir trastornando mi equilibrio con la repetici�n
ondulante del mismo fen�meno. Quise tomarme a broma el hecho de que mis ojos se
mostraran de nuevo humedecidos. No pude. No era due�o de mi entendimiento. Mi
voluntad hab�a cedido, me hab�a entregado a la exaltaci�n de la pasi�n. De nuevo
el amor, rebelde, se hab�a apoderado de mi arbitrio y la raz�n se hab�a tomado
unas vacaciones.
Recorridos unos largos, el estilo de Lalo era semejante al de
Jordi. Se compenetraban tanto, que incluso se dir�a que intentaban crear una
nueva disciplina: mariposa sincronizado. Incapaz de sentirme m�s admirado,
apart� la vista durante un minuto, tiempo que, casualmente, los chicos emplearon
en salir de la alberca y secarse. Reinaba entre ellos la camarader�a, y me
sent�a sobrante, marginado de su bienestar. Pero sab�a que s�lo deb�a dejar
transcurrir las horas. Calcul� mentalmente los d�as que quedaban hasta que los
chavales regresaran a sus casas: una semana escasa. Ten�a la esperanza de que
fuera la semana m�s extraordinaria de mi vida.
Y envuelto en esas cavilaciones, observ� que los muchachos
abandonaban la zona de ba�o. Lalo iba delante, contorne�ndose al andar, llamando
la atenci�n sobre sus nalgas apetitosas y su t�rax tan ancho. Jordi caminaba m�s
discreto, creo que mirando con deseo las formas que la prenda que luc�a su amigo
suger�an. Antes de perderse de mi vista, mi amado se despidi� de m� con un gesto
que agradec�. Iba a descubrir la felicidad del para�so y todav�a reservaba un
pensamiento fiel para el pobre desesperado que se quedaba solo.
Esper� unos minutos interminables y me dirig� a recepci�n.
Era el d�a libre de mi hermana, pero por suerte me hab�a ganado la confianza del
recepcionista y, alargando la mano, tom� las llaves que Sole me hab�a dejado
preparadas. Llegado al tercer piso, tuve que calmarme. El coraz�n pretend�a
salirse de mi pecho. Sus latidos me parec�an ensordecedores. Imagin� que toda la
planta estar�a escuchando el ritmo acelerado de mis pulsaciones. Me detuve ante
la puerta. Escuch� atentamente. Me llegaron algunas risas, que se cortaron de
repente.
Despu�s, el sonido de unos cuerpos cayendo, como arroj�ndose
sobre la cama. Rezando para que la puerta estuviera engrasada recientemente,
abr� con la copia que hab�a recogido en la oficina. La habitaci�n de Lalo era
distinta de la m�a. Renovada desde hac�a poco, constaba de un peque�o recibidor
que la aislaba del exterior, y donde estaba situada la puerta que conduc�a al
ba�o. Otra puerta separaba esa antec�mara del dormitorio, la puerta que me iba a
permitir disfrutar de un espect�culo inigualable si mi querido amiguito cumpl�a
su parte del trato. Una rendija de unos dos cent�metros me brindaba una visi�n
furtiva del interior del dormitorio, perfectamente iluminado por el sol
deslumbrante que entraba por la ventana. Ahora ya no sent�a los latidos en medio
del pecho, sino en el sexo. Llen� mi mano con la carne abultada de mi polla. La
encontr� tan grande que tuve que mirarla para confirmar que era la m�a. Levant�
la vista y, casi aguantando la respiraci�n, me dispuse a disfrutar.