EL AMOR DE MI HERMANO
Con 18 a�os, mi hermano era un Adonis de perfecci�n al que
amaba m�s que a nada. Yo hab�a nacido cuatro a�os despu�s de �l y Pap� y Mam�,
viendo que ya ten�an la parejita, decidieron que no quer�an tener m�s hijos. En
su papel de hermano mayor, �l siempre me hab�a cuidado y protegido. Cuando me
abrazaba me sent�a la ni�a m�s segura y querida del mundo. Realmente sent�a
verdadera devoci�n por �l. Conforme fuimos creciendo y nos fuimos haciendo
adolescentes, aquella f�rrea uni�n empez� a enfriarse. Distintos ambientes,
distintas amistades, lo normal entre hermanos, y con el tiempo habl�bamos solo
lo justo, pese a querernos profundamente. Casi empez�bamos a ser unos
desconocidos entre nosotros.
Una oscura y lluviosa tarde de S�bado Pap� y Mam� nos hab�an
dejado solos ya que Pap� ten�a cena de empresa con el bufete de abogados, y Mam�
fue de carabina m�s que nada para que �l no se arrugase como era la costumbre.
Mientras mi hermano se quedaba viendo la TV en la salita, yo me qued� escuchando
m�sica en mi cuarto mientras dibujaba corazones en una hoja de papel en los que
pon�a mi nombre y el de Teo, un compa�ero de clase. En cierto momento me dio un
retortij�n y con mucha hambre sal� rumbo a la cocina para hacerme un bocadillo,
pero al pasar por delante del cuarto de ba�o escuch� un gemido ahogado y me
detuve. Con mucha curiosidad y mucho cuidado desplac� la puerta, que estaba
entornada, y ech� un vistazo: madre del amor hermoso, ��mi hermano se la estaba
machacando!!. Me qued� tan anonadada que aquello me parec�a una ilusi�n. Sentado
sobre el retrete, con los pantalones en los tobillos, con la camisa desabotonada
y echada por los lados, mi hermano se cog�a su miembro y se lo estaba pelando
lentamente arriba y abajo. Su cara de placer era impagable, y su manera de
mene�rsela, lenta pero firme me ten�a obsesionada�Era una buena verga la que se
gastaba mi hermano del alma. Mientras ve�a aquello sent� que algo ard�a entre
mis piernas, sent� que me mojaba e incluso me dio la impresi�n de que ten�a su
pollote en mi boca. No pude aguantar m�s las ganas y abr� dando un portazo,
cort�ndole la paja en seco.
-��DIANA!!.
-��Carlos!!, �se puede saber que haces?...
(S�, lo s�. "Diana y Carlos", como Carlos de Inglaterra y
Lady Di. Mis padres los adoraban.)
-Diana�yo�yo�vete, vete ya-dijo totalmente ofuscado
intentando en vano taparse aquel monstruo de un solo ojo-�
-Madre m�a�pero bueno-dije yendo hacia �l y cogi�ndole de los
brazos para verle el miembro-�est�s dur�simo��se puede saber por qu� estabas
paje�ndote?.
Carlos estaba ruborizado a m�s no poder, pero a�n as� aquello
se manten�a bien firme. Estaba tan cortado que tard� un poco en contestar.
-Es que�yo�nunca he tenido novia�me dan miedo las mujeres�
Me qued� muda de la sorpresa. No pod�a creerme aquello.
-�T�, miedo a las chicas?. Pero por amor de dios, m�rate.
Eres muy atractivo, guapo, y amable��c�mo vas a tenerle miedo a una chica?.
-Que s� Diana, me imponen mucho. As� por lo menos aplaco los
ardores que tengo. Por favor no se lo digas a Mam� � a Pap�, me morir�a de
verg�enza.
-No seas tonto, por dios. No soy una chivata.
Ech� otro vistazo a aquello y vi que empezaba a baj�rsele.
Lade� un poco la cabeza con una mueca de sorpresa y algo en m�, no se que fue,
no lo acept�, y entonces, ocurri�: mi manita la acogi� y se la toqu�. La masaje�
con los dedos para sentirla y se volvi� a enderezar. Sonre� complacida cuando la
vi dura de nuevo y segu� toc�ndola. Estaba al rojo vivo, dura como el hierro.
Jam�s hab�a tocado nada igual.
-Oooooohh oooooh�Diana por dios �qu� me haces?. Para
chiquilla�
No pod�a detenerme. Era presa de un deseo que no sab�a
explicar, aun sabiendo que aquello estaba mal. Segu� acarici�ndola con los
dedos, para luego subir y bajar mi mano ligeramente. ��Yo misma se la estaba
pelando a mi hermano!!.
-No te preocupes. Yo har� que no vuelvas a tener miedo a una
chica. Deja que tu hermana se encargue.
-No Diana���NO!!. No est� bien, somos hermanos.
Si lo hubiera dicho en cualquier otro momento de mi vida, me
habr�a cortado y lo habr�a dejado, pero en aquel instante no pod�a parar. Lo
deseaba.
-No me importa si est� mal. Te quiero, y quiero ayudarte.
Abr� la boca y la engull� de una sola vez. Me sent� en
�xtasis al sentir su sabor en mi paladar. Ni siquiera s� como hice para
engullirla, pero lo hab�a hecho a la primera. Acog� sus huevos en mis manitas,
mi lengua se enroscaba alrededor de su glande y mi cabeza sub�a y bajaba. La
verga de mi hermano sab�a riqu�sima, mejor que el algod�n de az�car que tanto me
gustaba. Se la mam� por un buen rato, ganando experiencia a cada instante que
pasaba. Deseaba que aquello no terminase jam�s.
-Ll�vame a mi cuarto, por favor.
Atendiendo mi s�plica Carlos se acab� de desnudar, dejando la
ropa por el suelo, dej� de chup�rsela y cogi�ndome de la mano me llev� a mi
cama. Me ech� sobre ella y sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, a buscar
los botones de mi blusa y de mi pantal�n para desnudarme. Lenta y amorosamente
me tuvo desnuda entera para �l. Era la situaci�n m�s er�tica de toda mi corta
vida: desnuda en mi cama, observada por mi hermano. Me mir� largo rato, sin
siquiera hablar hasta pasados unos minutos.
-Que bella eres Diana. Tienes un cuerpo de ninfa.
Un tremendo corrientazo de orgullo me sacudi�. Le recib� con
los brazos abiertos y se subi� encima de m�. Justo cuando nos �bamos a besar, vi
en �l como un rechazo y supe que algo hab�a pasado.
-��DIOS M�O, DEBO ESTAR LOCO!!...
Me dej� y sali� de all� a toda pastilla. De inmediato le
segu� hasta el ba�o donde estaba recogiendo su ropa.
-�Qu� ha pasado?. ��Carlos, m�rame!!. ��Qu� ha pasado??.
-��Qu� qu� ha pasado??. ��He estado a punto de acostarme con
mi hermana!!. ��Te parece poco!?. Olvidaremos lo ocurrido y no diremos nada, �de
acuerdo?...
-Ni hablar del peluqu�n. Ahora mismo vamos a acabar lo que
hemos empezado.
-De eso nada, t� est�s loca.
-Loca � no, no pienso dejarlo estar�
Me fui hacia �l, se la cog� con las dos manos y se la empec�
a pelar. �l intent� librarse de m� pero no le fue posible, el deseo le pod�a. Lo
intent� una segunda vez pero me adelant� y llev� su mano a uno de mis pechos,
mir�ndole intensamente.
-Nadie lo sabr�, te lo prometo�ser� un secreto de hermanos�
-Mmmmmmm mmmmmm mmmmmmm�no, por favor�no est� bien�
-��BASTA!!. Carlos, llevas toda la vida cuidando de m�,
protegi�ndome. Ya es hora de que te devuelva el favor. Rel�jate, disfruta,
d�jate llevar�
Mis palabras le fueron apaciguando y aquel ataque de pudor
fue poco a poco desapareciendo. Cuando volvi� a abrir los ojos, me mir� con m�s
amor y pasi�n de la que me hab�a demostrado nunca.
-Eres una cabrona, �lo sab�as?.
Aquello me hizo la ni�a m�s feliz del mundo. Carlos me cogi�
en brazos y me llev� de nuevo a la cama, ech�ndome con toda la ternura del
mundo. Se ech� a mi lado, nos abrazamos, y nos besamos. Fue mi primer beso. Sus
labios me quemaban y su dulzura me transport� lejos del mundo. Nos besamos largo
rato, jugando con nuestras lenguas. Mi hermano me ense�� a besar que era
incre�ble: besos fuertes, delicados, suaves, duros, largos, cortos, h�medos, de
tornillo. Aquello no ten�a fin.
-Aaaaaaaaahh�te quiero mucho�d�jame volver a chup�rtela�
-Eres una pillina�
Sonre� asintiendo. �l se incorpor� de rodillas sobre la cama,
se acerco a m� y me incorpor� levemente para tener m�s movilidad. La ten�a justo
delante de mi cara. Se la bes� a lo largo de todo su miembro, abr� la boca
cuanto pude y aaaaaaaaaaaaahhh toda dentro, hasta la base. Giraba la cabeza toda
loca, mam�ndosela a toda velocidad. Estaba muy cachonda. Tan absorta me ten�a su
verga que no pod�a detenerme ni siquiera para respirar. Carlos estaba en el
cielo gimiendo como un loco.
-Aaaaaaaaaaaahh aaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaaahh�que
bien la mamas hermanita�eres una buena chupapollas�mmmm que gusto�
Yo no pod�a hablar, ten�a la boca llena de polla. Me
contentaba con o�r sus comentarios, que me pon�an m�s caliente. Carlos puso sus
manos sobre mi cabeza y se agach� un poco para dar m�s impulso a la mamada, que
detuve para tomar algo de aire.
-Quiero hacerte lo mismo Diana��brete para m�
-S� mi amor�lo que t� quieras�
Abr� mis piernas y puse mis manos pegadas a los lados. Estaba
ruborizada pero muy excitada. Mi hermano se puso entre mis piernas, con sus
brazos cogi�ndome de los muslos, y enterr� la cabeza en mi panocha. Pod�a sentir
su nariz en mi pubis oli�ndome.
-Mmmmmmm�hueles como las rosas�eres preciosa, bell�sima�te
quiero mucho Diana�te quiero con locura�
-Yo tambi�n te quiero�
-Pero mira que cuquita m�s linda�est� toda rosada�
Oooooooohh por dios, sus piropos me ten�an en una nube de
felicidad, y cuando empez� a besarme en mi pucha, cre� morirme de placer. Nunca
hab�a sentido nada igual. Llev� mis manos a la almohada como si tratase de coger
algo y me retorc�a en todas direcciones, pero �l me ten�a bien sujeta. Me besaba
y lam�a fuera de control, llev�ndome con �l a un mundo de placeres desconocidos
para nosotros.
-Aaaaaaahh aaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaahhh�dame m�s
placer, m�s, m�aaaaaaaaas�se siente rico, riqu�simoooooooo�aaaahh aaaahh
aaaaaahh�
-Tu conchita es una delicia. No quiero dejar nunca de
comerla.
Continu� durante unos cuantos minutos explorando mis
extra�as, usando sus dedos para acariciarme mis labios vaginales, abrirlos para
jugar a meter y sacar un dedo y para acariciarme y besarme el cl�toris a la vez.
No s� como sab�a hacerme todas aquellas cosas pero me estaba volviendo loca de
placer. Sent� que iba a enloquecer de verdad. Al detenerse, me mir�, y me qued�
quieta. Estaba excitad�sima, sab�a lo que iba a pasar y lo deseaba con todas mis
fuerzas. Carlos se puso encima m�o, sonri�ndome con una ternura que casi me hizo
llorar de emoci�n.
-�Est�s segura de que esto es lo que quieres?.
-S�, lo estoy. Te quiero Carlos. Te amo, mi hermano. Vamos,
quiero que entres-le supliqu� abriendo un poco mis piernas-��mame, ama a tu
hermana�
-S�, te amo. Te amo Diana.
Su mano en mi conejito me hizo dilatar ligeramente, luego se
cogi� su miembro para ponerlo justo en la entrada, y con todo el amor y la
ternura que le fue posible me penetr�. Sent� tal dolor que pens� que iba a
desgarrar, a matar.
-Aaaaaaaah aaaaaaaaaaaaaaaahh no para paraaaaaaaaa�me
dueleeee�se siente feo�me vas a partir en dos�aaaaayyyyy-grit� con los anegados
en l�grimas-�
Mi grito fue callado con un beso, y Carlos me cogi� las manos
para sujetarme y evitar que le echara. Apret� tanto como pude, aguantando el
dolor hasta que me venci� el cansancio y qued� exhausta de luchar tendida sobre
la cama, con la verga de mi hermano bien metida en mis entra�as. Por unos
momentos hubo una deliciosa calma y el dolor que ten�a fue cesando poco a poco.
-Lo siento mucho hermanita, �te encuentras mejor-me pregunt�
quit�ndome las l�grimas de la cara-?.
-Aaahh aaaah aaaahh-jade� de cansancio-�a�n dueleeee�
-Tranquila mi amor-susurr�-. Ya pas�, ya no doler� m�s.
Me llen� la cara de besos, me susurr� toda clase de piropos y
halagos y me acarici� por todas partes. Me mir� y sus ojos estaban llenos de
pasi�n, de cari�o. Incluso dir�a que estaban llenos de amor. Entre sus caricias
y sus besos el dolor ces� y le sonre�.
-Vamos machote, goza de tu hermana del alma.
-Que guapa eres Diana. Me tienes loco.
Fue decirme eso y empezar a moverse. Fue muy lento y
cuidadoso. Al principio me sigui� doliendo, pero al poco rato aquello comenzaba
a ser muy distinto, ya no me dol�a, me gustaba. Pas� mis brazos por su espalda
para acercarme desesperadamente a �l y cruc� mis piernas por su cintura.
-No me dejes mi amor, te lo suplico.
Carlos lanz� un peque�o gru�ido, que vino a decir que antes
muerto que dejarme. Cerr� los ojos y me dej� llevar por aquella riada de placer
que me estaba transportando al cielo. Mi hermano me estaba haciendo el amor como
un aut�ntico enamorado, no pod�a pedir m�s. Sus bombeos me volv�an loca, me
hac�an retorcerme de gusto de un lado a otro sintiendo como su taladro me
perforaba. Sent�a mi conchita llena de polla, mi cuerpo ard�a en deseos de
desgarrarle a mordiscos. Un Carlos magn�fico, sexual, lascivo y morboso me ten�a
bien cogida entre sus piernas. Aquello era el delirio.
-Aaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaahh aaaaahh�te
quierooooooo�te quiero mi amor�mi hermanooooo te amoooooooo�sigue as�
cari�ooooooo�c�gete a tu hermanita querida�.aaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaahh
aaaaaaahh aaaaaahh�
-Eres una dulzura�que zorrita eres, que bien te ves�como te
gusta esto�vas a aficionarte a esto m�s que a las golosinas�
Aquello me hizo re�r por dentro, pero tambi�n me excit� el
o�r como me llamaba "zorrita". Mis tetitas se aplastaban contra su varonil
pecho, ten�a los pezones doli�ndome de la excitaci�n, y Carlos que no paraba de
moverse en mi interior. Mete saca mete saca, era espl�ndido, ��arrebatador!!.
Una de mis manos baj� por su espalda hasta su culo y la dej� all� para que me
diera m�s fuerte. Lo quer�a todo. �l pareci� entenderlo y sus acometidas se
hicieron algo m�s intensas. Volvi� a besarme y su lengua busc� la m�a. �Dios!,
quer�a perderme en �l, fundirme. Le deseaba m�s de lo que lo hab�a deseado
nunca. Sub� de nuevo mi mano a su espalda y presa del goce empec� a ara�arle.
Lanz� un par de gemidos de dolor, pero en vez de aflojar el ritmo, ��aceler�!!.
Aquello se acercaba a su final, pod�a notar como algo empezaba a crecer dentro
m�o, sent�a como algo se avecinaba, algo desconocido y sobrecogedor.
-Aaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaahh�ay dios m�o�Carlos,
��CARLOS!!...me vengo�me voy a venir�vamos mi amor�vamooooooooooooooooossss�
-Yo tambi�n me vengo�vamos Diana�los dos juntos�vente
conmigo�gocemos a la vez�ya viene, ya vieneeeeeeee�
-Aaaahh aaaahh�.s�, s�iiiiii�me vengo, ��ME
VENGOOOOOOOOOO!!...
-Ya est�as�, as�ii�aaaah aaahh ��AAAAAAAAAAAAAARRGGHH!!...
Me sent� estallar en un mill�n de pedazos como si fuese una
estrella. Explot� a la vez que �l y sent� como su fuego l�quido me llenaba por
dentro. Carlos dio unos �ltimos empujones para alargar el momento, luego nos
derrumbamos y nos echamos uno junto al otro. Al salirse de m� nos abrazamos y
sonre�mos, sin siquiera hablar. Not� un delicioso olor a sexo que inundaba la
habitaci�n, creando la atm�sfera m�s sensual y tierna que recuerdo, mientras nos
acarici�bamos. Fue el momento del abandono. Aquel silencio val�a por todas las
palabras del mundo.
-Te quiero hermanita-me susurr� como 5 � 10 minutos despu�s-.
-Yo tambi�n te quiero. Te quiero, te adoro, te venero�eres mi
amor�
-Que cosas m�s lindas me dices. Eres la mejor hermana del
mundo.
-Y t� el mejor hermano. �Ah!, y a partir de ahora nada de
masturbarse. Si te entran las ganas vienes a dec�rmelo, que para algo estoy yo
aqu�. Yo voy a satisfacer todas tus necesidades: te la pelar�, te la chupar�,
nos acostaremos, pero nada de pajas. �Entendido?.
-S� cari�o. Entendido.
-Y que sepas que calmar� todas tus ganas hasta que encuentres
una novia. Cuando la tengas a ella, ya no me necesitar�s.
-�Y si nunca la tengo?.
-Imposible, m�rate: tienes un pelo casta�o oscuro precioso,
sedoso; unos profundos ojos azules; una carita de ni�o que da gusto verla; un
cuerpo bien formado, atl�tico, y una polla que es una maravilla-brome�-. Alguien
tan guapo y atractivo como t� encontrar� una chica que sepa amarte como t� a
ella.
-T� tambi�n eres una maravilla: adoro tu larga melena
ondulada, tus ojos verde turquesa, el rubio dorado de tu pelo, tu boquita
tierna, tu cuerpo tan sublime sin lunares ni arrugas, y tus tetitas tan ricas
que son perfectas para acoger en la mano. Eres la ni�a m�s bella del mundo
Diana.
-Carlos�
-Dime mi amor.
-H�zmelo de nuevo.
-Que golosa te has vuelto-me dijo muy p�caro-.
Sonre�, le bes� y volvi� a montarme. Sin aquel dolor previo
su tranca entr� a la primera, empujando sin darme tiempo a acomodarme.
Ooooooooohhh que delicia, que maravilla de manubrio ten�a mi dulce hermanito. En
cierto momento quise ponerme encima de �l y montarle. Le empuj� hasta que �l
not� lo que quer�a, de modo que me rode� con sus brazos y me dio la vuelta,
quedando �l debajo m�o. Puse mis manos en sus hombros y le cabalgu� a
horcajadas. Era incre�ble sentir como me estaba clavando yo solita la verga de
mi hermano hasta el fondo, estaba enloquecida. Me sent� algo inc�moda y cambi�
de postura, echando los brazos hacia atr�s y arqueando un poco mi espalda. Con
la cadera me contoneaba como si hiciera la danza del vientre. Notaba como su
tranca se clavaba en mis entra�as y me hac�a gozar. Por sorpresa Carlos se
incorpor� sent�ndose en el lateral de la cama y aferr�ndose con sus brazos. Me
sent� sobre sus rodillas, con su cara entre mis tetas, lami�ndolas como un
poseso. Sus manos bajaron a mi culo para bombearme al tiempo que �l mov�a las
caderas, y mis brazos le rodearon para tenerle bien apretado contra m�.
-Aaaaaaahh aaaaaaaah aaaaaaahh�que rico est� esto�me
gusta�quiero sentarme m�s en tus rodillas�me gusta, me chifla�aaaaahh aaaaahh
aaaaaahh�
-Ya estoy a punto Diana�vuelvo a venirme otra vez�goza
conmigo�vamos mi amor�gozaaaaaaaaaa aaah aaaah aahh aaaaaaaahh aaaaaaaaahh
aaaaaahh�
-S�, s�iiiiiiiiiiiiiiiii�ll�name de ti, g�zame�mmmmmmmm mmmmm
mmm mmm mmmmmm�ya me viene, me viene AAAAAAAAAAAAAAAAAHHH�
-Oooohh oooohh oohh oohh���OOOOOOOOOOOOOOOOOOOHHH!!...
Su semen subi� como un cohete y de nuevo me reg� por dentro.
Me qued� clavada en su regazo, incapaz de mover ni un m�sculo. �l tambi�n qued�
inm�vil mientras nuestros fluidos se intercambiaban. Est�bamos empapados en
sudor, agotados, sin respiraci�n, y a la vez plenos, felices. En ese instante
comprend� que aquello era la experiencia m�s maravillosa de mi vida. Nos dimos
un largo beso de complicidad y nos abrazamos un rato. Debido al sudor suger� que
ser�a buena idea ducharnos para quedar bien limpios. Carlos acept� y tras llevar
una muda de recambio y un pijama, nos metimos en la ducha. El agua corr�a por
nuestros cuerpos quit�ndonos el sudor de nuestro encuentro. Nos enjabonamos el
uno al otro, que fue algo precioso y muy �ntimo. Con mucho cari�o y mimo lav�
todo su cuerpo con la esponja, y mientras lo hac�a no pod�a dejar de admirar el
cuerpo tan bello de Carlos. Me arrodill� para lavarle su verga y a base de mis
caricias aquello, para mi sorpresa, se volvi� a levantar. Cuando ya pensaba que
aquello estaba agotado, me sorprendi� ver que a�n pod�a aguantar un �ltimo
asalto. Ni m�s dilaci�n me la met� en la boca y le hice una riqu�sima mamada que
lo puso a tono. Se inclin� un poco para ayudarme a chup�rsela, rodeando mi
cabeza con sus brazos, haciendo algo de fuerza para que me la tragara toda.
Luego me alz�, me sostuvo con sus brazos y apoyados contra la pared con el agua
mojando nuestros cuerpos nos amamos por �ltima vez en toda la tarde. Hacerlo en
la ducha fue bell�simo, culmin� una tarde de amor y ternura como hac�a a�os que
no ten�amos. Al salir de la ducha y vestirnos nos dimos un c�lido y afectuoso
abrazo que dur� un buen rato. Carlos apart� unos mechones de mi pelo y me dio un
beso en la frente. Yo le correspond� con uno fugaz en los labios y le dije que
estaba cansada y que quer�a dormir con �l en el sof�, pero Carlos frunci� el
ce�o.
-�Y si Pap� y Mam� nos ven, qu�?.
-Pues que nos vean. �Que crees, qu� van a entrar, vernos
durmiendo juntos y dir�n "dios m�o llama al psiquiatra que nuestros hijos se han
acostado"?. No lo creo. No te preocupes, yo me encargar�.
-Pero que lista es mi ni�a-me dijo con sarcasmo-.
Antes de ir a dormir recogimos la ropa que estaba por el
suelo e hicimos mi cama. En la s�bana hab�a una peque�a mancha de sangre
coagulada y Carlos dijo de quitarla, pero le dije que no lo hiciera, que
dormir�a as� esa noche y que a la ma�ana siguiente ir�a a Mam� a dec�rselo como
si fuese sangrado natural de la menstruaci�n � algo as�. Cuando acabamos nos
echamos en el sof� agotados. Me recost� de espaldas a �l para que me rodeara por
la cintura. Me bes� un par de veces y sonre� sabiendo que aquella tarde, pasara
lo que pasara, ser�a nuestra, y de nadie m�s.
-Diana�
-Que.
-�Alg�n d�a me dejar�as que te la meta por tu culito?.
-Claro que s� tontito. Todo lo que t� quieras.
Nos dimos un �ltimo beso y nos dormimos como dos ni�os
peque�os. Nunca fui tan feliz.
Unos peque�os golpecitos nos sacaron del sue�o. Cuando
abrimos los ojos vimos a Mam� delante nuestra, con ropa de andar por casa.
-Vamos, la cena ya est� lista. A cenar dormilones.
Fuimos a la cocina, donde Pap� estaba leyendo el peri�dico, y
nos sentamos a la mesa. La cena discurri� sin muchos incidentes hasta que Mam�
cogi� algo que ten�a sobre la nevera.
-�Qu� les parece esto-nos pregunt�-?.
Nos quedamos mudos cuando lo vimos. ��Era una foto
instant�nea de Carlos y m�a durmiendo en el sof�!!.
-Imaginad nuestra sorpresa cuando llegamos a casa del
restaurante y nos encontramos a nuestros hijos durmiendo en el sof� sonriendo en
sue�os. No pude reprimir las ganas de inmortalizar el momento.
Estaba tan ilusionada que le ped� a Mam� quedarme con la foto
para ponerla en el espejo de mi habitaci�n y tanto insist� que acept�. Luego,
como no, pidieron explicaciones: les dije que hab�a salido de mi cuarto para ir
a la cocina cuando escuch� un gemido, y vi que era mi hermano, llorando porqu�
cre�a que nunca tendr�a una novia, y entonces hab�amos pasado la tarde charlando
y que le hab�a consolado y que le ayudar�a a que pudiera tenerla y quitarle
aquel miedo. Carlos se ruboriz� como un tomate cuando escuch� mi versi�n de la
historia y confirm� mis palabras, que si bien no lo contaban todo tampoco estaba
minti�ndoles. Mam� me hizo sentar en su regazo y me dijo que se sent�a orgullosa
de tener una hija que fuera tan buena y amable. El resto de la noche la pasamos
viendo la TV como si nada hubiera pasado entre nosotros.
Desde aquel d�a Carlos y yo fuimos como u�a y carne. Nos
cont�bamos toda clase de secretos e intimidades, tanto sexuales como no
sexuales, sal�amos juntos de marcha los fines de semana(siempre y cuando Carlos
estuviera conmigo, Pap� me dejaba salir) y mis amigas conocieron a sus amigos,
formando una pandilla de lo m�s grande y variada. Nuestros amigos no entend�an
como �l y yo nos llev�bamos tan bien. Por su parte, Pap� y Mam� estaban como
locos de contentos, no cab�an en s� de gozo de ver como sus hijos, que casi eran
extra�os entre ellos, de la noche a la ma�ana se hab�an convertido en �ntimos
confidentes y c�mplices para todo, sin contar con el hecho de que le satisfac�a
en todos sus caprichos, aunque no le era f�cil porqu� yo sol�a hacerme la
estrecha y muchas veces ten�a que ganarme para conseguir tenerme en su cama.
Gracias a esos juegos y a innumerables charlas ocurri� el milagro, y a los cinco
meses, tal y como le augur�, mi hermano conoci� a Clara, una compa�era de clase
en la universidad que es un primor, con la que Pap� y Mam� est�n encantados y
con la que me llevo de perlas, como si fuera la hermana que nunca tuve. Lo mejor
es que a Clara le encanta vernos juntos a mi hermano y a m�, diciendo que le
fascina ver a dos hermanos que se llevan tan bien como nosotros. Por mi parte, y
con permiso de Pap�, yo tambi�n pude tener novio. Hace como dos semanas que
Teo(el chico cuyo nombre pon�a en los corazones que dibujaba en mi libreta
aquella lejana tarde) y yo estamos saliendo y estoy loca de contenta. No s� a
donde llegaremos, pero si fuera posible me encantar�a que �l fuera el padre de
mis hijos.
Sin embargo, hay algo que Carlos y yo no pudimos cumplir pese
a haberlo establecido de mutuo acuerdo: no fuimos capaces a dejar de vernos a
escondidas para hacer el amor. Es inconcebible, nos queremos demasiado, as� que
de vez en cuando, cuando Pap� y Mam� se toman sus pastillas(que suelen necesitar
para conciliar el sue�o), me meto en el cuarto de Carlos y le despierto de una
riqu�sima mamada para pasarnos la noche am�ndonos, pero por lo general suele ser
�l quien se mete en mi cama y mete mano por debajo del pantal�n de mi
pijama(nunca duermo con ropa interior puesta), despert�ndome con un tierno beso
en mis labios y sus dedos en mi cuca. Al verle le sonr�o, le recibo con los
brazos abiertos y me siento feliz al saber que una vez m�s, como aquella tarde
de S�bado, me convierto en el amor de mi hermano�