Segunda parte.
Hab�a pasado ya casi un mes desde mi primer encuentro con
ella, las cosas parec�an marchar bien. Comenc� a salir muy temprano de la
escuela y regresaba directo a casa para estar con ella de suerte que apenas
llegaba a casa y ya sent�a cosquilleos en mi bulto.
Ella se hab�a vuelto mucho m�s cari�osa conmigo (cuando no
estaban mis padres), casi parec�amos novios; pod�a besarla muy rico en la boca,
abrazarla por la cintura, incluso apretar sus tetas y su culo por encima de su
uniforme. La �nica desventaja era que no me la hab�a vuelto a coger, ella
simplemente se opon�a sensualmente, diciendo cosas como "ya, d�jame, espera y te
voy a dar un regalo mucho mejor", lo cierto es que no me atrev�a a propasarme
por temor a asustarla y adem�s me intrigaba ese "regalito".
Pude descansar cuando vi en el basurero de su ba�o una
toallita sanitaria ensangrentada, lo que demostraba que no la hab�a embarazado.
Por cierto d�as despu�s de hab�rmela cogido por primera vez
comenc� a subir con mucha regularidad al cuartito donde dorm�a ella con el
pretexto de platicar, pero realmente buscaba pistas para poder influir sobre
ella y con el objetivo primordial de cog�rmela, pero por el momento no pude
hacerlo.
Un d�a, despu�s de salirme de clases al llegar a casa le dije
que se arreglara porque �bamos a salir.
-Pero no puedo, hay mucho trabajo por hacer y si viene tu
mam� antes de tiempo y no me encuentra me va a correr-. Dijo ella. -No te
preocupes, ya sabes que por la ma�ana nunca viene, adem�s te conviene porque tu
no tienes ropa bonita y yo te la voy a comprar-. Era una chica de pueblo e
ingenua (eso pensaba), as� que pareci� agradarle la idea y con la promesa de no
tardarnos subi� a cambiarse de ropa a su cuartito. Yo no perd� oportunidad y la
segu�.
Casi me suelta un portazo en la cara, pero alcance a meter el
pie y la empuj� con fuerza haciendo que ella retrocediera bruscamente. No s�
exactamente que provoco aquello, pero del enamoramiento morboso infantil, pase a
sentirme un verdadero macho un semental, me sent�a viril y le demostrar�a mi
hombr�a a esa hembra.
-V�stete para salir-. Le dije con la respiraci�n algo
acelerada (me estaba excitando) -Como crees que me voy a cambiar si estas aqu�,
adem�s lo que estas haciendo no es de caballeros...-. La atraje hacia m� y le
plante un beso s�per cachondo, paseaba morbosamente mi lengua por lo profundo de
su paladar y su lengua se revolv�a. Ella quiso zafarse y yo no la dejaba,
despu�s que me canse de besarla la empuje con fuerza y cay� sobre su cama, que
estaba a menos de un metro.
Se me quedo mirando sorprendida y excitada a vez, pero aun
as� parec�a dudar. -Esc�chame bien, eres mi mujer y deber�a poseerte aqu� mismo
para demostrarte que qui�n manda aqu� soy yo, el macho-. -No te atrever�as-
contest� ella. -Mira perrita, eres mi hembra y si quiero te puedo violar aqu�
mismo-. -Te saldr�a muy caro el gustito ni�o, adem�s quien dice que soy tuya, el
hecho de que me hayas cogido no quiere decir que te pertenezca-. De momento no
supe que decir, de hecho eso me fren� en el �ltimo instante, pues ya la iba a
violar, me record� que si quer�a ella me pod�a denunciar con la polic�a.
-V�stete- fue mi seca pero excitada respuesta. -As� me gusta
torito, que seas d�cil y como premio te puedes quedar-. Me vino a la cabeza una
idea que en ese momento no me importo, pero despu�s analizar�a muy bien: en un
primer momento parec�a que yo tenia el control, pero m�s a fondo siempre suced�a
lo mismo, yo acababa por realizar buena parte de su trabajo domestico.
En casi un mes me hab�a puesto de una manera muy sutil, con
mimos y caricias a fregar platos, pisos, ordenar closets y aspirar mientras ella
acababa viendo las novelas. Sal�a temprano de clases solo para llegar a casa a
hacer su trabajo, no es que no lo notara, solo que no le daba importancia, de
hecho casi me excitaba pasar de patr�n a sirviente por ella.
Como sea que fuere, ceremoniosamente desat� el nudo del
delantal blanco de su uniforme y lo dej� caer al piso, vi�ndome con una ligera
sonrisa desaboton� la parte trasera de su blusa e igual la dejo caer, mi pene se
activ� como resorte, no pod�a hacer otra cosa que mirarla como est�pido.
Finalmente baj� el cierre trasero de su falda y la dejo caer haciendo un crujido
con la tela
La tenia en ropa interior y mi pene ya esta tieso y h�medo.
Tom� un vestido verde muy feo que hab�a en un armario y se lo puso, era evidente
que no sabia vestir. -Nos vamos?-. -S� amor-. Bajamos la escalera, cerramos la
casa, subimos a mi auto y nos fuimos de compras.
Pretend�a llevarla a probarse ropa a una tienda departamental
del sur de la ciudad, pues como viv�amos en el norte era poco factible encontrar
a un conocido en el sur. Es un centro comercial lujoso al que llegamos, casi no
hab�a nadie pues era mitad de semana en la ma�ana y todos est�n ocupados, menos
yo y mi "mujer".
Estacione el auto y entramos, la tienda casi vac�a.
Inmediatamente la lleve a comprar las prendas m�s importantes, fuimos al
departamento de lencer�a; ah� expliqu� a la vendedora que quer�a que nos
mostraran las prendas m�s sugestivas de tangas y brassiers solo con encajes y
hechos de seda, adem�s de un body que ten�a puesto un maniqu�; tambi�n ped� ver
unas unas batas de noche y que nos mostraran medias solo de seda y ligueros a
tono.
Como no hab�a nadie la vendedora trajo bastantes modelos, era
evidente que a carolina le daba pena, dado que era de pueblo, sin embargo no le
di oportunidad de protestar y cuando se iba a meter al probador entr� yo
tambi�n. La vendedora me detuvo, diciendo que eran pol�ticas de la empresa las
que proh�ben ese tipo de entradas. -Mire se�orita, eso ya lo s�, pero ahorita no
hay mas clientes ni en el probador ni en su departamento; adem�s si eso le queda
a mi "mujer" me lo voy a llevar y usted gana una buena comisi�n-. Dud� un rato y
luego solo me dijo. -ap�rese, no lo vaya a ver el gerente-.
Entr� al probador y la hice probarse algo as� como 22 prendas
de tangas y sostenes, unas 6 batas y 12 pares de medias.
No pretend�a cog�rmela ah�, as� que hice que se la midiera
con calma, limit�ndome a observar con lujuria y mi palo tieso y h�medo a mi
apetitosa y buena sirvienta pueblerina, de verdad que tenia un cuerpo
voluptuoso.
Al final se me decid� por 10 tangas todas con encaje, 5
negras, una roja, una azul cielo, una gris, una color vino y una verde, algunas
semitransparentes y todas de seda con sus respectivos sostenes. Tambi�n me lleve
el body pegado con encaje negro, igual de seda; me encantaba como hacia saltar
sus tetas como si se le fueran a salir.
De las medias escog� 3 pares de negras, uno con encajes
tambi�n negro, unas azul claro, verdes, rojas y grises; todas con encaje hasta
arriba, de seda y con sus ligueros correspondientes.
Una bata de noche adem�s de unas botas negras de cuero con
tac�n ancho hasta abajo de la rodilla y unas zapatillas negras de charol con
tac�n alto que nos trajo de improviso la vendedora.
Antes de pagar nos llev� a ver vestidos, donde le compr� dos
minifaldas: una negra pegada y una escocesa amplia adem�s de una falda larga
negra hasta las rodillas ajustada con una raja hasta el muslo.
Tambi�n compr� blusas de botones formales en colores claros y
blusas ajustadas de licra negras con un gran escote que tambi�n cubr�an los
brazos y resaltaban las tetas.
La suma era mas de 850 d�lares, pero los pagu� con mi
tarjeta, la vendedora le dijo en secreto a carolina algo que despu�s me dijo
ella a m�: -Te fu� muy bien amiga, si te soy sincera no pens� que se fueran a
llevar nada, los adolescentes casi nunca compran, se ve que la van a pasar muy
bien-. -Los bebes le van a salir caros, fue lo que le contesto carolina-. Y las
dos comenzaron a re�r.
Llegamos a casa justo antes de que llegara mam�, venia de mal
humor y hablando del ahorro, se desquit� con carolina grit�ndole y amenazando
con correrla. -No s� porque le pago tanto a esta in�til, llego y el aseo no esta
hecho, o mejoras o te me largas!-. Si tan solo hubiera sabido que me gast� mas
de 850 d�lares en la sirvienta, y si tan solo yo hubiera sabido que ya me tenia
bajo su control...
El d�a transcurri� muy aburrido y lento, a la pobre carolina
no le qued� otra opci�n mas que escuchar el rega�o sin decir nada. Cuando se fue
mam� a su habitaci�n, dijo entre dientes. -Me las va a pagar y te va a doler-.
-Que dices carolina?-. -Nada, solo pensaba-. Con un tono machista le dije. -Pues
ya deja de pensar, que eso no va contigo, adem�s te falta preparar la comida-. Y
con gran fuerza le di una sonora nalgada que la hizo quejarse y mecerse hacia
adelante. No le di tiempo para rezongar porque enseguida me sub� a m� recamara.
Resulta que esa noche mis papas esperaban a unos amigos para
la cena as� que mama sali� un rato mas tarde a peinarse al sal�n de belleza y no
llegar�a hasta la hora de la cena igual que mi padre; de mi hermano solo sab�a
que no estaba.
Faltaban ya poco menos de una hora para la cena y carolina ya
casi acababa de poner la mesa, en ella hab�a una charola con lomo de cerdo
horneado, otra con dos pollos igual horneados, un plat�n de ensalada de at�n y
otras cosas m�s. Ella se dispon�a a poner un plat�n de spaguetti con crema en
una mano y con la otra el postre de platanitos con crema. No me hab�a visto.
Hab�a bajado completamente desnudo y me acercaba
sigilosamente atr�s de ella, le di una sonora y rica nalgada, ella salto y yo le
d� la vuelta, la atraje hacia m� y le di un beso animal, la saliva le escurr�a
por la comisura de los labios; Al mismo tiempo con una mano amasaba una de sus
tetas y con la otra le estaba desabrochando la blusa, ella no pod�a defenderse
porque tenia en las manos los platones.
Como pudo los dej� en la mesa y me reclam�. -Estas loco, tus
papas vienen en menos de una hora y...-. La call�, pero con una bofetada, ella
quedo aturdida y aproveche para empujarla, ponerla sobre la mesa y ponerme
encima de ella.
No obstante quer�a zafarse y empez� a decirme de cosas. -Los
novios no hacen esto, si me amas...-. La calle meti�ndole en la boca un pu�ado
de espaguetti que tome del plat�n. Con unos tirones mas arranque los botones de
su blusa y con uno de los cuchillos para carne le cort� el sost�n por enfrente
descubriendo sus hermosas e infladas tetas.
De inmediato me puse a chuparlas y se me ocurri� entonces
vaciarle una crema de zanahoria que estaba en una ollita sobre sus tetas, ella
respingo porque estaba caliente la crema y por si fuera poco se empezaba a
ahogar con el spaguetti. No me importo y la segu� lamiendo como un becerrito que
no han destetado a�n, chupaba tanto que casi arrancaba sus pezones, mientras que
la crema escurr�a ya hacia la espalda y su cintura.
Deje que se incorporara r�pidamente para que no se ahogara.
-Te portaste mal mi yegua y me las vas a pagar, quieres comer igual que tus
patrones? Entonces hazlo-. Segu�a tosiendo a�n cuando arranqu� una pierna del
pollo y se la met� en la boca, ella no atinaba a reaccionar todav�a, as� que le
di la vuelta y comenc� a subirle la falda y empez� a patalear.
Ciego de excitaci�n y deseo le di otra nalgada con todas mus
fuerzas y ella aminor� su protesta, cuando estaba subida mas de la mitad la
falda le abr� las piernas y acabo de subirse, con el mismo cuchillo corte sus
calzones blancos.
-No te quejes, ya te compr� ropa nueva-. Le dije; entonces
aunque mi pito ya estaba lubricado, lo met� de lleno en el taz�n de los
platanitos con crema; lo moje bien, acomode a mi hembra y la penetre
salvajemente por la vagina. Tom� dos pu�ados de spaguetti y con ellos amasaba
sus tetas; Empec� a meter y sacar violentamente mi palo de su cueva, una, dos
tres, cuatro, cinco, seis... Ella hab�a escupido el pedazo de pollo y gem�a como
perra, poco despu�s juro que vi y me sent� en el para�so, grit� como loco y mi
pene estall� en un potente chorro de semen que inundo su vagina y escurr�a
alrededor de esta, poco despu�s ella gimi� como gata y solt� sus abundantes
jugos fuera de su vagina alrededor de mi pene, mezclados con mi semen y la
crema.
Ca�mos exhaustos sobre la mesa y me empec� a re�r, le di la
vuelta y la bese, -Eres mi hembra-. Le dije y empec� a tomar con mi dedo y
chupar la crema de zanahoria que tenia sobre sus pechos y los restos de
spaguetti. -No s� que te parezca gracioso pero ya vienen tus padres-. -Amor,
todav�a tienes el tiempo justo para recoger-. Era verdad, as� que ya se dispon�a
a entrar en acci�n cuando la par� en seco.
-Primero d�jame tomar de esto-. Tome la mayor cantidad de
nuestros flujos de su vagina y la ech� en el plat�n del postre, ella se ri� y
dijo. -Ahora todos nos van a comer-. R�pidamente y as� semi desnuda arreglo la
mesa: cambi� el mantel reacomod� los platones y las charolas de comida, resirvi�
donde faltaba y acomod� otra vez la pierna de pollo.
Entonces la volv� a parar en seco y a base de lametones le
quite los restos de crema y spaguetti de las tetas, el abdomen, su pubis y su
vagina. Pero volv� a tomar un pu�ado de spaguetti y se lo met� en la vagina
hasta que estuvo bien llena, la bes� y le dije: -Vete a cambiar, no uses
calzones y cuando te toque servirme spaguetti me das esta porci�n que ya aparte
para m�. La bes� y subi� corriendo a cambiarse, baj� justo cuando lleg� mi padre
con sus amigos.
Los invitados eran una pareja de mediana edad, mi hermano no
lleg� a la cena pero si mi mam� que no perdi� oportunidad para rega�ar a
carolina. Comenzamos a cenar y vi como ca�an pedacitos de spaguetti de entre sus
piernas debajo de su falda, me excito ver como todos sin notarlo com�an mi semen
y los flujos de mi hembra. Y si pude notar como caro revolvi� el spaguetti
normal con el "suyo". Casi me hizo eyacular en la mesa.
Al final solo le reclam� mi mam� a caro lo salado de la
comida, yo tenia ganas de soltar una carcajada.
Los invitados se fueron a eso de las once de la noche y yo a
dormir a m� recamara, pero esa noche no pod�a dormir tranquilo. Literalmente se
estaba quemando mi pito, deseaba cogerme a carolina con todas mis fuerzas, era
in�til, no pod�a dejar de pensar en su exquisito cuerpo, necesitaba manosearla,
besarla y sobre todo y a cualquier precio hacerla m�a.
As� que perd� de nuevo la cabeza, espere un tiempo que se me
hizo eterno a que se acostaran mis padres, me quite la pijama y los calzones
quedando completamente desnudo; Sin importarme nada, ciego de deseo sal� de m�
recamara con el pene tieso como un sable a buscar a mi hembra.
Cerr� la puerta de m� recamara con el mayor sigilo y me
detuve a ver y escuchar: Nada. Baj� las escaleras r�pidamente y sintiendo la
frialdad del m�rmol bajo las plantas de mis pies.
Hab�a llegado a la sala cuando escuche la voz de mi mam�:
-�Qui�n anda all�?-. Me qued� helado, si bajaba me encontrar�a all� desnudo, en
medio de la oscuridad y con el pito mas tieso que un fierro. No me mov� ni hice
el menor ruido. -Qui�n....-. No acab� la frase, escuche que se abr�a la puerta,
no pod�a correr pues har�a ruido con las plantas de mis pies en el suelo de
m�rmol, adem�s todo estaba en silencio.
Escuche que bajaba las escaleras y muy lentamente me decid� a
moverme, tem�a que oyera mi coraz�n que estaba reventando mi pecho del susto,
estaba muy oscuro y la ventaja era que ella no tenia muy buena vista. Cuando
casi llegaba a donde estaba, me puse en cuclillas y es cuando de pronto prendi�
su l�mpara de mano y alumbr� al fondo. Me sent� desfallecer, fu� un instante y
por una gran suerte se convenci� de que no hab�a nadie y la apag�. -Ya est�s
oyendo cosas-. Se dijo a s� misma, dio media vuelta y subi� r�pidamente
tanteando en la oscuridad.
El coraz�n se quer�a arrancar aun de mi pecho y sudaba fri�,
pero me alegr� y se me puso aun m�s tieso mi sable, y con aire de caballero que
ha pasado un gran peligro me dirig� hacia mi princesa.
Cruc� la cocina y sal� al patio, comenc� a subir la escalera
de caracol met�lica que llevaba a la azotea donde estaba su cuartito, me
lastimaba la planta de los pies, me refresc� el viento helado de la noche.
Llegu� a su puerta y toqu� con sigilo, casi de inmediato se
oy� su voz. -�Qui�n es?-. -Te amo-. Fue todo lo que se me ocurri� susurrar. Ella
abri� la puerta y enseguida me abalance sobre su delicioso cuerpo, no paraba de
besarla y ella me correspondi�. Cerr� la puerta y la llev� a la cama. -Ya te
divertiste hoy torito, adem�s ma�ana tienes escuela y.....-. -C�llate, esta
noche soy para ti, no pienso ir ma�ana a clases y me voy a quedar contigo-. Le
dije. -Tus pap�s se van a dar cuenta y yo tengo que levantarme temprano a
hacerles el desayuno-. -Eso no me importa, ma�ana te inventas algo y esta noche
vas a ser m�a, por las buenas o por las malas, depende que tanto quieras
disfrutar tu violaci�n-.
La bese y ella ya casi no pon�a resistencia, llevaba puesta
solo una playera que le quite sin dificultad y unos calzones que bote en la
oscuridad. Ella sinti� mi pene y lo masajeaba en la oscuridad que apenas velaba
la luz del alumbrado publico que se colaba por la ventana.
Comenc� a manosearla con suavidad y la bese toda completa,
est�bamos haciendo el amor como dos esposos, sin prisas y con pasi�n pues ya la
hab�a pose�do en la tarde, no tenia apuraci�n alguna, tenia la noche entera.
Cuando llegu� a su vagina comenc� a lamerla con mucha
delicadeza, primero sus labios; luego con fuerza y firmeza pero sin prisa fui
metiendo mi lengua cada vez m�s profundo en su h�meda cuevita, sent�a como la
calid�z sus flujos me abrasaban la lengua, cada vez eran m�s espesos y su nido
m�s suave; hasta que con mis manos separ� aun m�s sus piernas y hund� de lleno
mi cabeza en su santuario. Mi lengua estirada al m�ximo cubr�a su cl�toris al
cual relam�a como gato una y otra vez.
Ella empez� a gemir cada vez mas fuerte as� que tome un trapo
o algo que encontr� a tientas en la cama, pues mi cabeza estaba hundida en su
cueva y se lo met� en la boca. Ella no hizo nada por quit�rselo pues comprendi�
lo que suceder�a si mis padres o�an gritos o peor sus gemidos, quiz�s la
excitaba tener algo en la boca.
Segu� ba�ando su cl�toris con mi saliva y repas�ndolo una y
otra vez, hasta que me rode� el cuello y la espalda con sus piernas, me apretaba
con fuerza y despu�s me tom� del pelo con sus manos y me clavaba sus u�as como
gata, para finalmente arquearse felinamente y soltar gemidos apagados por su
improvisada mordaza hasta temblar sin control ba��ndome por completo mi cara con
un mar de afrodis�acos jugos vaginales; de los cuales tragu� cuanto pude.
Enseguida cayo toda distendida sobre el colch�n, perdi� todas
sus fuerzas y sus piernas y brazos resbalaron de m�. -Gracias mi amor por darme
de beber este gran n�ctar de dioses, te amo tanto y te lo agradecer� siempre-.
Le dec�a fuera de m� mientras me pon�a a su nivel y la besaba lascivamente; ella
estaba atontada por el orgasmo y se hab�a quitado su mordaza. -Es mi turno
yegua, te va a montar tu toro hasta vaciarse por completo dentro de ti-. En eso
ella me dio a oler su "mordaza", tenia olor a sus pies, era una de sus medias,
que ya tenia tiempo de no usar, de improviso me vend� los ojos con ellas y la
poca claridad que hab�a en el cuarto se esfum�. La otra que no s� de donde sac�
la at� a mi cuello con un doble nudo.
Despu�s lentamente fue abriendo sus piernas y por lo h�medo
de su jugo que hab�a entre ellas simplemente resbalo mi pubis, al que solo
acomod� ligeramente al tiempo que la abrazaba tiernamente y la penetre despacio,
poco a poco, sintiendo cada cent�metro de su estrecha vagina, con lo h�medo que
ya lo tenia y lo empapada que ya estaba ella resbalaba de maravilla d�ndome
tanto placer que cre� ahogarme.
Comenc� a arremeter contra ella sin prisas pero muy
fuertemente y ella daba peque�os quejidos de dolor que se mezclaban con gemidos
que quer�a ahogar, en eso para que no gritara adem�s comenc� a besarla con
delicadeza, una y otra vez la empalaba y la besaba cada vez mas fuerte y
metiendo cada vez mas mi lengua y mi pito. Hasta que se volvi� a arquear y a
ara�arme aprision�ndome al mismo tiempo con sus piernas hasta que me lleg� un
paroxismo, la catarsis sexual donde vi y sent� el cielo y sent� que mi macana
estallaba en mil pedazos de su punta y reventaban sus venas porque estaba
vaci�ndome dentro de ella con abundantes chorros y con gran presi�n que seguro
se estrellaba en su �tero. Sent� como de tanto semen ya no cab�a mi pene.
Instantes despu�s de acabar me abandonaron mis fuerzas, era
como si cayera del para�so a un barranco; entonces sent� una presi�n descomunal
en mi espalda y mi cintura y como si as afiladas garras de un puma me
desgarraran en tiras la piel de la espalda. Me asfixiaba y me est�n partiendo en
dos, me sent� desfallecer mientras o�a sus gemidos celestiales y sent�a sus
convulsiones violentas. Sent� como mi pito, mis huevos y mi pubis eran mojados
por mas de su jugo del amor y como ella tambi�n perd�a sus fuerzas hasta relajar
hasta �l ultimo de sus m�sculos. Est�bamos empapados en sudor, tanto que se me
met�a en los ojos, todo me sabia a ella y sal.
Ambos no ten�amos fuerzas y est�bamos exhaustos, as�
abrazados, ella penetrada a�n y medio muertos nos quedamos dormidos; Solo
recuerdo haberla besado y haberme quitado mi venda; tambi�n que ella con sus
�ltimas fuerzas jal� una colcha para taparnos a los dos.
Despu�s no supe nada mas, excepto que esa noche fue la que
mejor hab�a dormido en mi vida, me sent�a un gran hombre y un semental de
primera, era un toro muy macho y me hab�a cogido a mi yegua.
Despert� al amanecer y la escasa luz de la aurora se colaba
ya por la �nica ventana del cuartito, hacia fri� y mi pene se hab�a resbalado de
su vagina, me apart� un poco y la observe desnuda a la luz mortecina, segu�amos
mojados por el sudor pero era ya un sudor fr�o, supongo se enfri� durante la
noche. As� desnuda, inconsciente y sudada me pareci� la mujer m�s excitante
sobre la tierra, dorm�a tranquilamente y su respiraci�n era relajada.
No sabia que habr�a de suceder pero estaba dispuesto a TODO
por ella, ol�a a sudor y sal. La bese tiernamente en los labios, la abrace
peg�ndome otra vez hacia ella hasta sentir su aliento en mi rostro. Nos tap� de
nuevo y me gan� el cansancio, me volv� a dormir m�s feliz que nunca�
No o� sonar su despertador ni sent� cuando se levant� y se
zaf� de mis brazos; despert� alrededor de las 11 de la ma�ana y eso por el ruido
de la calle, porque la puerta del cuartito estaba abierta.
Al abrir los ojos no supe d�nde estaba ni porque esta all�,
sino hasta despu�s de recordar lo sucedido la noche anterior. Mire el
despertador, no de verdad que no hab�a ido a la escuela, otro d�a de clases
perdido; me sent�a pegajoso y relajado como cuando se descansa de un gran
esfuerzo. Me sent� en la cama, aun flotaba un olor acre a pesar de estar abierta
la puerta y la ventana.
Me estir� muy larga y fuertemente todo mi cuerpo, moviendo
juguetonamente los dedos de mis pies; respir� hondo, me sent�a bien. El cuartito
estaba desordenado (no era costumbre de ella arreglarlo), no vi mi ropa; Record�
entonces que sub� desnudo la noche anterior. �C�mo iba a bajar ahora?, Pues ya
hab�a decidido arriesgarlo todo por una mujer, que m�s da que piensen los
vecinos?. Al cuartito no lo puede observar por dentro ning�n vecino desde su
azotea, pero al bajar al menos seria posible que me vieran desde tres casas.
No me import�, segu�a todav�a con sue�o, hab�a descansado
pero no del todo. Busqu� en las bolsas del almac�n donde le compr� su ropa,
busqu� la bata de noche, pero no para pon�rmela; la sujete hecha un paquete en
mi mano izquierda y sal� del cuartito. Me importaba un bledo si alguien me ve�a
o no, me volv� a estirar y sin prisas as� completamente desnudo baje la
escalera.
Encontr� a mi hembra trapeando el suelo de la cocina, tra�a
su uniforme de costumbre, estaba de espaldas, me le acerque y la abrace de la
cintura, ella se ri� coquetamente y volteo su cabeza; entonces le quite un
broche que tenia en el pelo y la desgre��. La bes� con pasi�n de esposo que da
los buenos d�as a su mujer, ella se dio la vuelta sonriendo, nos abrazamos y nos
besamos tranquilamente.
En eso comenc� a desabrochar su blusa, ella se separo de
inmediato, me dijo. -No puedo mas te lo juro, me estoy cayendo de cansancio-.
Pero no era mi plan cog�rmela, no le hice caso y cuando termine de desabrochar
su blusa y la hube aventado a un rinc�n, comenc� a desabrocharle el sost�n e
igual lo avente. -De verdad que ahora no puedo-. Pero ya hab�a bajado el cierre
de su falda y esta se deslizaba al suelo; para su tanga que estrenaba ahora, la
baje con los dientes al tiempo que acariciaba sus piernas. Con devoci�n le quite
las zapatillas bajas y le dije. -No, mi amor no te voy a coger otra vez, por el
momento, pero quiero que te quedes as� toda desnuda hasta que llegue mi mama en
la tarde. �Entendiste?-. Me dijo que s� con un beso y un c�lido abrazo; estaba
pegajosa, no s� hab�a ba�ado aun. -Hazme el desayuno y r�pido-. Le dije d�ndole
una sonora nalgada que al poco rato se le puso roja la nalga.
-Que quiere mi torito para desayunar?-. Me dijo. -T� eres mi
hembra, t� debes de saber que me conviene-. Le dije y para sentirme mas macho le
di una ligera bofetada, a lo cual respondi� apret�ndome los huevos hasta
doblarme, pero cuando me repuse le di otra bofetada, fuerte esta vez y le
ordene. -Responde!-. -Bien torito, tu yegua te va a preparar un desayuno muy
nutritivo para que sigas teniendo esa virilidad de semental-. Me dijo, y
continu� -Te voy a preparar un buen filete asado con bastantes papas y unos
huevos estrellados-. -�Y el postre perra?-. Le grit� al tiempo de darle otra
nalgada. -De postre cari�o, te voy dar un yogurt de crema con miel para que
tengas muchas energ�as-. Me dijo maliciosamente. -�Para que querr�a muchas
energ�as golfa?-. Le dije con enojo fingido. -Para hacerme tuya torito-. Me dijo
ri�ndose. -Eso me gusta linda, empieza ya mientras te castigo, por cierto
mientras los huevos estrellados no sean los m�os...-. Dije, y nos re�mos
largamente.
Espere hasta que tenia en el sart�n en filete y le solt� una
sonora nalgada que la hizo quejarse. -Eso es para que no me vuelvas a apretar
los huevos, �entendiste?-. Le dije muy serio -Perd�n torito me deje llevar-.
Dijo algo confundida. -Que no se repita, adem�s en estos d�as y gracias a ti
ellos piensan en lugar de mis neuronas, los uso ya en lugar de la cabeza-. Dicho
esto le arrime mi camar�n y le solt� otras dos nalgadas. A la tercera casi puedo
jurar que la o� gemir.
Como sea prepar� desayunos para los dos, pues ella no hab�a
desayunado aun y me platic� lo sucedido en la ma�ana:
Como me vio exhausto y hab�a dicho que pensaba no ir a clases
no me despert�, tenia un fr�o horrible, mucho cansancio y sue�o, y quer�a
quedarse a dormir a mi lado, pero sabia que si no bajaba a hacer el desayuno
para mi hermano y mis papas la iban a correr.
Entonces como pudo se visti� y bajo a hacer el desayuno; mi
mama la rega�� por su aspecto descuidado y le pregunto por m�. Ella dijo que ya
me hab�a ido a la escuela (pues yo siempre me voy antes que ellos, porque entro
mas temprano), comieron y se fueron; pero mi mam� para molestarla le dejo mucho
trabajo, por eso no subi� conmigo despu�s, ya que quer�a adelantarlo para cuando
yo despertara.
Desayunamos tranquilamente y desnudos, me pregunto si no me
daba fr�o y le dije que ya estaba acostumbrado a andar encuerado. Luego le cont�
como casi me descubre anoche mam� y nos re�mos de como todos ayer se comieron
literalmente mi semen y su flujo; tambi�n como les gust� pero lo encontraron
salado. Le mencion� que baj� su bata para que la estrenara despu�s de ducharnos.
Entonces me dijo que si quer�a una cerveza, le dije que no,
pues yo no tomo, pero insisti� tan tiernamente que acept�. Tambi�n de improviso
sac� una de sus medias que tenia escondida, me la at� al cuello y me dijo:
-Torito, necesito asegurarme que no te me vas a descarriar por eso te pongo este
collar-correa, con todo mi amor-. Eso es para los perros-. Contest�, pero ella
dijo. -Y para ti, que es mas o menos lo mismo-. Lo dijo con autoridad y apret�
mas el nudo. En efecto parec�a un collar y el extremo del encaje lo usaba como
manguillo de la correa, me beso y me dijo. -Si me amas d�jatelo-. Eso era mas de
lo que pod�a objetar y le di gusto con su capricho.
Bebimos 3 cervezas y platicamos alegremente, yo como no estoy
acostumbrado ya estaba mareado y me estaba excitando, cuando llegamos al postre.
Del cual sustitu� el pan donde iba la miel por sus tetas, las cuales lam�a como
un cachorrito seg�n ella.
Antes de que pasara a mayores consecuencias y viendo ella que
yo perd�a el control, me jal� de su media que ahora era mi correa hacia el ba�o
de arriba, donde prepar� el agua para que nos duch�ramos, llev� con nosotros su
bata y dos cervezas, pues ella estaba como si no hubiera tomado nada.
En lo que preparaba la temperatura del agua me hizo beberme
otra cerveza y la restante se la vaci� en las tetas y yo la succion� de ah�.
Cuando estuvo el agua me quito mi collar de media y nos metimos a la regadera.
El agua estaba perfecta y nos ba�amos el uno al otro pero estaba muy mareado y
no pude siquiera intentar cog�rmela. Eso si, nos abrazamos, acariciamos y
besamos cuanto quisimos; al final ella se puso su bata de seda y por lo mojada
que estaba se le pego al cuerpo transparent�ndosele los pezones, yo me empec� a
secar con una toalla y la segu� pues fue a la recamara de mis padres y us� la
secadora de cabello de mam� para secarse el pelo, despu�s tom� un perfume de
ella, abri� bien las piernas y se lo hecho en sus labios vaginales.
Yo como perro inmediatamente me acerqu� a olfatearla.
Entonces tom� un collar de perlas de mam� y un barniz especial de u�as y se
sent� en la cama, yo me ech� a sus pies y me dio el barniz para que se lo
pusiera, torpemente por lo mareado que estaba, bes� sus pies y comenc� a
pon�rselo en sus u�as; mientras ella se pon�a el collar y se miraba en un gran
espejo que hab�a all�. Me dec�a: -�Acaso no luzco bonita?-. Yo quer�a decirle
que se ve�a endiabladamente hermosa, con esas piernas de modelo, esos muslos
morenos que sal�an de las aberturas de la bata, esos pies de diosa que adoro
como a un �dolo, ese pelo azabache y largo y esa teta inflada que se le sal�a
por la bata a medio cerrar que por el agua se le pegaba al cuerpo y le remarcaba
el otro pez�n que escond�a. O ese cuello de cisne prieto con ese collar tan
elegante ajustado a su cuello.
Pero estaba ya borracho y no pude mas, me desplom�, as�
arrodillado ca� a sus pies, dir�a que estaba como flotando. As� que ella me tom�
y me llevo como son�mbulo a mi habitaci�n donde se meti� a la cama conmigo, me
abraz� y la bata se le abri� completamente por lo que pegu� mi cuerpo al suyo,
ambos desnudos. Me puso una pierna encima, nos abrazamos y me pegue a una teta
de ella, la empec� a succionar como un bebe a un biber�n, ella me estaba
amamantando tiernamente. Entonces nos quedamos dormidos hasta en la tarde.