Despu�s de esa primera vez con otros hombres, empec� una
pr�spera y, m�s o menos, mete�rica, carrera como prostituto gay. Como una semana
despu�s de esa vez, Bertrand Ochrier regres� a su pa�s, y no volver�a a
Guatemala sino hasta 5 o 6 meses. Debo reconocer que a pesar de su frialdad y de
usarme como un objeto de placer, no me dej� desamparado, pues gracias a el logr�
esa carrera en la prostituci�n.

Pronto comenc� a acumular experiencia y habilidad, que iba de
la mano con las nuevas t�cnicas que aprend�a constantemente. En los cap�tulos 3
y 4 les habl� sobre algunas experiencias que he tenido, claro, ha habido muchas
m�s, pero mi intenci�n al usar el espacio de mi cu�ada en esta web no es de
escribir un libro.

Tambi�n inici� un estricto programa de reacomodamiento
f�sico, si mi cuerpo era mi herramienta de trabajo, lo ten�a que cuidar. Pronto
recuper� la condici�n que ten�a en mis mejores d�as, mi musculatura creci� mucho
de nuevo y me volv� todo un tit�n, otra de las razones de mi mete�rico asenso en
el mundo de la prostituci�n. Pronto todos los ejecutivos extranjeros quer�a
conocer al incre�ble puto apodado "Perro de Alquiler".

Dije ejecutivos extranjeros, porque solo con ellos trabajaba,
o por lo menos me esforzaba en hacerlo. No quer�a toparme con alg�n conocido por
all�. Adem�s, la ventaja de trabajar con gente que estuviera de paso en el pa�s
era que todo ser�a solo sesiones de sexo, buena paga, y luego cada uno por su
lado como si nunca nos hubi�semos conocido.

Y esa afici�n por ser dominado la empec� a desarrollar poco a
poco. Les voy a contar una experiencia, fue con un ingeniero hondure�o, que yo
me hab�a imaginado como un tipo negro y alto, con una macana incre�ble, pero no,
nada que ver. No result� ser un negro, no, era un tipo moreno, no muy alto y
delgado, nada del otro mundo.

Me qued� quieto dejando al hondure�o hacer conmigo. Nunca
hab�a estado amarrado antes, y me daba miedo, ustedes saben que ahora ya no.
Aunque aclaro, jam�s practico esas cosas con un hombre que no me inspire total
confianza, uno nunca sabe. Pero de todas maneras termin� muy cooperativo.

Y luego me puso un peque�o cintur�n alrededor de mis
test�culos y pene, el cual apret�. Yo aun no estaba familiarizado con esos
artilugios. Lo apret� y volte� a verme:

Pero bueno, por supuesto que me gustaba, era solo que me
negaba a admitirlo frente a ese desconocido y mucho menos para mi. El peque�o
cintur�n apretaba fuertemente mi pene y mis test�culos desde la base. Luego, de
la hebilla del cintur�n sal�a una peque�a cadena plateada que el cliente
manten�a en la mano. Jaloneaba de la cadena, jaloneando con ella las partes de
su perro.

Sent� el pene del tipo hurgando entre mis nalgas. No era la
gran cosa, mi culo ha conocido miembros much�simo mayores. Su paloma entr� sin
problemas y empez� a cabalgarme. Pero mientras lo hac�a jalaba la cadenita como
si fuesen riendas. Asimismo me tom� del cabello d�ndome de tirones cada vez que
enterraba su miembro entre mis blandas carnes rectales. Si bien no era un
cliente muy bien dotado, ni con grandes condiciones de amante, esa t�cnica que
estaba usando me agrad� bastante, y me dej� llevar como una yegua. Adem�s, el
hecho de estar amarrado me hac�a sentir un morbo tremendo.

Durante unos 10 minutos estuvo el ingeniero hondure�o metido
entre mis entra�as, me sent�a dominado por la cadenita del cintur�n testicular y
por los jaloneos de cabello, estaba gozando bastante con esa forma de
sodomizaci�n. Pero previendo el inminente orgasmo prematuro del tipo, suger�
otra posici�n.

Acostado boca abajo, el tipo me penetraba arrodillado entre
mis piernas abiertas y separadas, mientras halaba con fuerza la cadena
tironeando mis test�culos y mi paloma a punto de explotar. Pasando mis manos por
debajo de la pelvis, intentaba separar m�s las nalgas para mi usuario y
soportando el dolor de la presi�n del tenso cinturoncito en mis genitales, dolor
que me daba un gran placer.

El tipo se chorre� entre mi ano, dejando su semen atrapado
dentro del cond�n que usaba. Me qued� tendido en la cama, descansando, mientras
el parroquiano se vest�a de nuevo alabando las bondades de mi ano y mis
excelentes condiciones de macho para coger. Me desat� las manos y esper� a que
terminara solo, masturb�ndome como Ochrier me hab�a ense�ado, posicionando de
tal forma mi cuerpo para que la fuerza de mi eyaculaci�n llegara hasta mi boca.
El ingeniero se qued� tonto y con la boca abierta viendo esto. Luego me dej�
frente a un bar de la zona 10, rog�ndome una nueva cita. Por supuesto que se la
di, el tipo era muy agradable.

Esa sesi�n de sexo disip� en mi muchos tab�es y temores, tuve
que terminar admiti�ndome que me hab�a gustado y que quer�a volverlo a hacer.
Pero tambi�n estaba conciente que eso solo lo podr�a permitir bajo ciertas
circunstancias, no me iba a dejar amarrar por cualquiera.

Y as�, mi reputaci�n como puto sumiso creci� m�s, ten�a una
cita distinta cada d�a, y trabajando 6 d�as a la semana, pronto estaba
acumulando unos 14,500 quetzales al mes, mucho m�s de lo que ganaba antes.

Pero de la mano a mi "�xito profesional" iba el deterioro de
mi vida familiar. Los ve�a poco, y cuando lo hac�a, no era como hubiese querido.
Mi esposa estaba fr�a y distante, lo ve�a esforzarse en ser cari�osa y amable
conmigo, pero no lo lograba, y eso me mataba. Yo lo achacaba a la distancia y a
la poca atenci�n que le daba. Era mi culpa y no pod�a hacer nada para
arreglarlo, no los pod�a traer de regreso, no ten�a un trabajo de verdad, c�mo
iba a justificar 14 mil al mes.

As�, poco a poco nos fuimos alejando, ya hasta me parec�a que
esa no era la misma Luc�a con la que me cas�. Era una situaci�n horrible. Y en
mi otra vida, la doble vida que llevaba, segu�a cogiendo y cogiendo con fuerza,
como un loco.

Pero tambi�n conoc� gente nueva, especialmente a Angie, quien
es una de mis mejores amigas. Les voy a contar, cierto d�a, recib� una llamada,
era para una fiesta bastante peculiar.

Entre las condiciones que impuse estaba el llevar una m�scara
para no ser reconocido por nadie, y que la dominatriz no me hiciera nada m�s de
lo que estaba estipulado en el contrato, como azotes en las nalgas y el cuerpo,
siempre y cuando no fueran muy fuertes. Asimismo estaba estrictamente prohibido
que los comensales de la fiesta participaran en el show (con excepci�n de �ngel,
claro)ni que me golpearan en los test�culos y pene. Igual, nadie me pod�a quitar
la m�scara para nada.

El rave tendr�a lugar en una casona de la Antigua Guatemala,
con un gran patio en la entrada y un amplio sal�n adentro, en donde se
encontraba un escenario especialmente dispuesto para el show.

Yo llegu� 45 minutos antes para prepararme, adem�s para
conocer a la puta que har�a de dominatriz. Realmente no daba la impresi�n de ser
una mujer dominante, mucho menos violenta. M�s bien se ve�a delicada, muy
femenina, hasta dulce y tierna. Y es que se trataba de una mujer muy hermosa,
bastante. Med�a 1.70, su cabello era rojizo, liso, hasta la barbilla; ojos color
miel y una carita preciosa, como de mu�eca. Piel blanca y rosada, cubierta de
pecas, que se esparc�an por la mitad de su espalda y senos. Ella tambi�n era
due�a de un cuerpazo: senos grandes, duros y frontales, cintura bien marcada y
caderas anchas con unas nalgas muy bien hechas, con las piernas largas y
esbeltas, toda una diosa. Sus medidas eran de 91, 60, 90.

La ve�a de lejos platicar con un amigo de �ngel, yo me limit�
a vestirme y prepararme para la ocasi�n. Hab�a pasado a una sex shop a comprar
un atuendo adecuado a la ocasi�n. La verdad es que no sab�a bien ni qu� comprar,
�ngel me tuvo que asesorar un poco. Compr� un juego de chaparreras de cuero,
sujetas a la cintura por un cintur�n de cuero tambi�n, color negro. Debajo de
eso no hab�a nada, tan solo mi carne, cubierta por una tanga roja, abrochada a
los lados para pod�rmela sacar. La tirita trasera desaparec�a por completo entre
mis redondas y carnosas nalgas dibujando a penas un triangulito.

De pronto la puta se me acerc�, vest�a un traje rojo, con un
generoso escote que comprim�a, levantaba y mostraba sus apetecibles atributos
frontales. Zapatos de aguja amarrados en los tobillos y pijazos a los lados de
la falda. Se present�.

Aun intercambiamos un par de palabras m�s cuando lleg� �ngel
a decirnos que ya nos tocaba. Y yo que todav�a le quer�a preguntar a Angie lo
que me iba a hacer, confieso que me sent�a algo intimidado.

La verdad no me parec�a que nosotros fu�semos necesarios para
provocar una org�a en ese lugar, ni siquiera para iniciarla. Casi todos los
presentes se ve�an m�s que calientes, las parejas se volv�a borrosas, pues uno
miraba un hombre y una mujer tomados de la mano, pero besando a alguien m�s.
Hombres con mujeres, mujeres con hombres, mujeres con mujeres y hombres con
hombres, solo faltaba que alguien entrara con un caballo creo yo.

El griter�a no se hizo esperar cuando entramos al sal�n, lo
hicimos por la puerta principal, pasando por en medio de todos. Angie caminaba
al frente, llev�ndome como a un perro, en 4 patas y con una cadena, que se un�a
al collar de cuero que previamente me hab�a colocado. Avanzaba con mucha
seguridad, contone�ndose sensualmente a cada paso. Y yo, en esa posici�n tan
humillante� ten�a la verga tiesa como un le�o.

Lo tengo que admitir, el temor que inicialmente sent�a,
pronto se transform� en una excitaci�n profunda y fuert�sima. Y el hecho de
avanzar con la verga ya afuera de la tanga, colgando dura, bambole�ndose como un
p�ndulo, puso a mi p�blico m�s efervescente todav�a. Pod�a sentir manos
indiscretas e intrusas rozando mis nalgas, pellizc�ndolas y hasta nalgue�ndome.

Llegamos al escenario, all� Angie me amarr� contra el tubo y
empez� un calent�simo baile, dejando caer cada una de sus prendas al son de
m�sica electr�nica. Me impresion� su gran habilidad y su agilidad, adem�s de la
manera en que se trep� por el tubo y se dej� caer dando vueltas varias veces. A
mi me us� como potro, restregando su cuerpo contra el m�o repetidamente,
manose�ndome, toc�ndome cada rinc�n de mi piel sin ning�n pudor, todo en aras
del placer y gozo de los enfermos presentes.

Termin� su er�tico baile, quedando �nicamente con un cors�
rojo, sin sost�n, por lo que sus senos colgaban libremente y su cintura se ve�a
apreciablemente reducida. Tampoco llevaba braga o tanga. Entonces, empez� mi
show.

Angie me puso de pi� jal�ndome de la correa, y yo cooper�
mansamente. La cadena fue asegurada a unos ganchos en el suelo, mientras mis
brazos fueran encadenados en alto a sendas cadenas pegadas al techo. As�, qued�
completamente inm�vil. Luego ella, sacando una fusta de caballo, empez� a
azotarme, sin mucha fuerza, sobre la nalgas, las que tambi�n mordisqueaba a
veces.

Todos los presentes empezaron a gritar "�Dale! �Dale duro!" y
ella me empez� a dar m�s duro. Yo no me opon�a, es m�s, casi le ped�a que lo
hiciera. Pero lo m�s fuerte vino cuando me trat� de meter 2 dedos, como encontr�
algo de resistencia, se los embadurn� con vaselina. Pronto tuve hasta 3 dedos al
mismo tiempo adentro. Esa mujer es una maestra, toda una diosa del placer. Puedo
decir que gozo de resistencia, bastante, pero no con ella, se sabe unos trucos
que solo experiment�ndolos se podr�an creer.

Mi pene estaba latiendo al m�ximo, y cuando comenz� a
masajearme la pr�stata, fue el acabose, pocos minutos despu�s me estaba viniendo
en largos borbotones de leche que deposit� en un vaso que ella misma sosten�a
bajo la cabeza de mi verga. Recuerdo haber gemido y gritado del placer, nunca
hab�a eyaculado tanto.

Mostr� el vaso medio lleno a todo el mundo y luego volvi� a
la carga, otra vez masaje� mi pr�stata hasta que termin� en medio de un potente
gru�idos que alebrest� m�s aun a todos los presentes. Lo volvi� a hacer por
tercera vez, casi consigue llenar el vaso a tope. Y como broche final a ese
acto, me solt� de las cadenas, me arrodill� a sus pies, y derram� gota por gota
el contenido del recipiente dentro de mi boca abierta.

Ya la org�a que �ngel Poma deseaba provocar estaba en pleno
apogeo, casi nadie se dio cuenta de cuando me estaba retirando, excepto por el
anfitri�n claro, que me tom� desde atr�s y me arrim� su paquete contra las
nalgas.

Me volte� y me bes� con lengua. Al momento estuve arrodillado
mam�ndole la verga, aun no me hab�a quitado la m�scara, ni me la quitar�a en
toda la noche, as� que la chupada se me dificultaba un poco por eso.

Me sodomiz� con fuerza luego de que le pusiera un cond�n, en
4 patas frente a todo el mundo. No me sent�a mal, ni siquiera extra�o, todos
estaban cogiendo por todos lados. �ngel me sujetaba de la cintura y del collar
de perro, hinc�ndome hasta el fondo su verga belicosa. De pronto otra talega
trataba de entrar por mi boca, y cuando me di cuenta, hab�a una larga cola
detr�s del joven Poma, esperan su turno para partirme a la mitad.

Esa noche chup� y cog� como nunca, me dieron duro y recib� un
ba�o de semen por parte de todos, huelga decir que todo eso se vio reflejado en
el jugoso cheque que recib� de pago. Y al final, termin� encharcado en el centro
del sal�n, al lado de una Angie en las mismas condiciones en que yo estaba,
ba�ados de sudor y de semen, jadeando, felices, satisfechos. Aun nos fundimos en
un beso mojado y pegajoso.

No tengo que explicar lo mal que me sent�a al salir de all�,
hab�a ca�do demasiado bajo, demasiado. Y la cara de mi compa�era puta, tan
mortificada como la m�a, me consolaba un poco. Le ofrec�a jal�n a su casa, ella
acept�. Pero al final, termin� durmiendo en la m�a, yo no estaba para pasarla
solo, ella tampoco�

Continuar�

Garganta de Cuero.

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