Mi padre es viudo y con el paso del tiempo, ha decidido
volverse a casar, ha tenido algunas aventurillas pero con qui�n parece que va en
serio es con Marisa, una mujer divorciada. Como la cosa ya es definitiva la
feliz pareja han decidido que las familias se conozcan, por un lado estoy yo, un
adolescente en mis �ltimos a�os de instituto, y por parte de ella, dos hijas,
que a�n no he visto.

La cita ha sido en un restaurante elegante, un viernes, para
cenar. Los hombres, mi padre y yo, llegamos con tiempo y esperamos pacientemente
a que llegaran las f�minas. Han llegado tarde, mi padre se hab�a tomado ya un
par de cervezas y yo tres refrescos, estaba agobiado en aquel sitio fino por no
poderme tirar unos buenos eructos, esto no es como una hamburgueser�a. Marisa ya
la conoc�a, era una se�ora de unos cuarenta a�os, que se conservaba bien, aunque
en esta edad m�a casi todas las t�as, j�venes o viejas me parecen que est�n
buenas. Las hijas me sorprendieron, eran gemelas, y esas si que estaban de puta
madre, eran mayores que yo, por lo que me enter� despu�s, ya iban a la
universidad, bueno a lo que estaba, no es que fueran macizas, pero las dos,
Clara y Blanca, as� se llaman, llevaban unas camisetas que les marcaban las
formas del cuerpo sin perder detalle, y una falda corta y la otra un pantal�n
ce�ido, que no te dejaban indiferente.

La cena empez�, un poco seria, pero mi padre y Marisa se
encargaron con habilidad de romper el hielo, nos iban sirviendo generosamente
vino, y uno esta acostumbrado a la cerveza pero esto del vino es muy peligroso.
Las dos chicas contaban sus historias de la universidad d�ndose gran
importancia, y yo com�a, beb�a y miraba, no sab�a cual era Clara y cual era
Blanca, pero me hacia gracia que se llamaran as�, pues las dos eran bastante
morenas, y el pelo, que lo llevaban muy corto, era de un negro intenso. Mientras
todos charlaban y ponderaban la comida, yo segu�a bebiendo y disfrutaba absorto
de las figuras de mis futuras hermanas.

Hemos llegado a casa, el programa de acercamiento entre
familias parece ser que incluye fin de semana juntos. Es tarde y yo estoy un
poco mareado, ser� algo que me ha sentado mal. Han decidido que las chicas
dormir�n en mi cuarto y que yo dormir� en el piso de abajo, en un amplio sof�.
Todo el mundo esta conforme, de hecho yo no estoy para discusiones, tengo
bastante mal cuerpo. Nadie ha preguntado donde van a dormir los novios, pero es
obvio que se comportan ya como un matrimonio.

Me he dormido en un santiam�n, pero la bebida pasa factura, a
no se que hora de la madrugada me he despertado con nauseas, he logrado llegar
hasta el ba�o y vaciar mi irritado est�mago.

Estoy m�s a gusto, aunque algo revuelto, pienso que encima
justo de mi est�n esos dos chochitos durmiendo, en mi propia cama, en la cama en
que tantos sue�os lujuriosos he tenido. Intento distraerme y enchufo la tele,
tirado en el sof�, con el mando a distancia en la mano. Para aumentar mis
desdichas echan una peli porno, unas t�as tremendas, con unas piernas
kilom�tricas les hacen unas mamadas a unos t�os fe�simos, que parecen que no se
corren en la vida. Me he quedado medio dormido cuando un ruido me altera,
intento apagar la tele, pero no encuentro el mando, se ha ca�do, para cuando
logro apagarla, ya me han pillado. La figura que se sienta a mi lado, en el sof�
es la de Marisa, no hace ning�n comentario sobre la instructiva pel�cula que
estaba viendo, en vez de ello, me empieza a hablar sobre nuestra futura
relaci�n, que si ella no quiere ser una madre, sino una hermana, o mejor a�n,
una amiga mayor. Yo voy emitiendo monos�labos, no me gusta mucho hablar y menos
cuando estoy medio resacoso, lo que si aprecio pese a la poca luz de la
habitaci�n es que la novia de mi padre, lleva una bata que esta abierta, y que
debajo de ella un camis�n de generoso escote, que permite ver unas ubres
generosas. Ella sigue hablando, su culo esta sentado a lado de mi cuerpo e
irradia calor, el perfume que lleva, es de se�ora elegante, lo que es ella, pero
me atrae. Ella ha puesto descuidadamente una mano encima de mi pierna, la
erecci�n esta servida, intento hacer m�s caso a lo que me dice, pero no me
entero de nada.

Me habla ahora de sexo, o sea si que me va a echar un serm�n
por lo de la peli guarra, ya me parec�a a mi que no iba a tener tanta suerte. Su
mano sin embargo le desmiente, se ha desplazado, y se ha instalado encima de mi
paquete, la veo sonre�r. Me ha destapado y ha metido su mano, noto que sus dedos
se ciernen sobre mi polla. �Qu� es esto?�la novia de mi padre me va a cascar una
paja! Se ha subido en la cama, sin la bata, solo lleva el camis�n y unas bragas,
se ha colocado como si fu�ramos a hacer un 69 de esos de las revistas. Me ha
bajado los pantalones del pijama, y sus manos han guiado mi erecto miembro a su
boca. Estoy paralizado, a escasos cent�metros encima de mi tengo un co�o, puedo
oler un intenso olor a sexo, no se si el sexo huele, pero esa mezcla de perfume
caro y co�o, eso es el olor a sexo. Una sensaci�n de calidez rodea mientras
tanto a mi polla, es mi primera mamada, cuantas cosas nuevas creo que voy a
descubrir.

Por fin logr� despertar de mi letargo, me agarr� a su culo e
intento llegar a su entrepierna, mi boca choca con sus bragas, aun as� intento
morder, lamer, meter la nariz, hurgar en esa vagina de la cual solo me separa
una fina tela. Marisa se r�e quedamente, se levanta para quitarse las bragas y
se vuelve a poner encima de mi, d�ndome la espalda, y con precisi�n logra
engarzar limpiamente mi pene en su co�o, empieza a restregarse, a mi me da la
impresi�n de que han entrado hasta mis cojones. Sob� su espalda, mis manos se
meten por debajo del sat�n del camis�n hasta rodearla por delante donde le
empiezan las colgantes tetas, toco sus grandes pezones. Estoy concienciado, le
voy a echar un polvo hist�rico, la voy a poner a cuatro patas, le voy a dar por
culo y�.. me he corrido, en cuatro cabalgadas me he corrido, esto no hay quien
lo resista. Marisa comprensiva con mi falta de experiencia y mi excesivo �mpetu,
sigue sonriendo, cambia de postura y ha conducido mi cabeza a su pubis, all� una
generosa mata de vello h�medo me ha recibido, mi lengua ha sido guiada por los
pliegues de su vulva, y mis labios se han empapado de sus flujos, se ha corrido
mientras apretaba mi cabeza con sus muslos. Luego se ha levantado discretamente,
me ha tapado y se ha ido al piso de arriba.

Es s�bado, no se si he so�ado o ha sido realidad, en el
momento de desayunar, delante e todos, mi desvirgadora me ha dado un casto beso
en la mejilla que ha terminado lascivamente en mi oreja, o sea que fue verdad lo
de anoche. La ma�ana ha transcurrida tranquila, si bien mi conciencia me acusaba
de alterar el orden de la futura familia. Si mi padre o mis hermanastras
supieran lo que hab�amos hecho, ser�a un desastre.

Por la tarde las gemelas se han ido con sus amigas, los
novios se han quedado charlando y yo me he subido a mi habitaci�n con la excusa
de buscar unos libros. All� encima de mi cama, en la cama que he dormido tantos
a�os, estaba la bolsa de viaje con la ropa de Clara y Blanca, la he abierto
cuidadosamente, como si fuera a salir una serpiente, he rebuscado entre las
prendas, he hallado un sujetador negro.�De cual de las dos ser�a? �Qu� tetillas
se habr�an alojado all�? Seguro que las cuatro. Me he sentado en la cama y me he
desabrochado el pantal�n, la polla se ha ido poniendo tiesa al rozarla con el
sost�n. La paja ha sido muy buena, en eso si que soy un experto, hasta ahora esa
era mi �nica pr�ctica sexual.

Tras una cena, solos mi padre, Marisa y yo, que se ha
desenvuelto en la m�s estricta familiaridad, esto es, un co�azo, para que
enga�ar, nos hemos ido cada mochuelo a su nido. Me he quedado dormido, so�ando
en si habr�a visita nocturna o no. El ruido el taxi que trae a las
trasnochadoras hermanas me ha despertado, mi padre les ha dejado mis llaves, ya
las oigo entrar.

Las hermanas ven�an alegres, seguro que se hab�an fumado
algo, al pasar por el sal�n camino de la escalera, me han zarandeado.

No se cual es la que me ha hablado, van vestidas casi iguales
esta vez, solo las camisas parecen algo distintas. Les vacilo un poco, si ellas
son chulas, yo m�s, aunque este adormilado.

- Ya, pero como sois tan iguales habr�n pensado que solo
erais una. Yo al menos no logro distinguiros.

Una de ellas, alg�n d�a me enterar� cual, me agarr� de la
mano y tir� de mi.

- Ven con nosotras y sabr�s como diferenciarnos. Al tiempo
meti� sus morros en mi boca, su lengua me pareci� que entraba hasta mi garganta,
un cierto regustillo a cerveza se notaba en su aliento. Una mano no se si la
suya o la de la otra, me ha agarrado los huevos, menos mal que ha soltado
enseguida.

He subido con ellas hasta mi habitaci�n, me llevan cogido de
las manos, como a un ni�o peque�o, mientras suben apenas pueden contener las
risas, a punto de soltar la carcajada. Hemos entrado en su cuarto, bueno, mi
cuarto, y me han hecho sentarme en la cama. Han empezado a desvestirse, solo la
luz de la mesilla de noche ilumina el espect�culo. Se van quitando mutuamente la
ropa, de forma lenta, tatareando quedamente una musiquilla como de espect�culo
porno, mientras una le baja los ce�idos pantalones a la otra, van arrastrando la
boca por las piernas de la respectiva hermana, yo ya la tengo m�s tiesa que un
poste de tel�fonos. Las gemelas se han quedado en bragas y sujetador d�ndome la
espalda, por la bragueta del pijama asoma incontenible el periscopio. Los
sostenes han ca�do y lentamente, mirando a la pared, cada una se ha bajado las
bragas, sus culos blancos, se nota la marca de unos m�nimos ba�adores,
contrastan con el resto del moreno cuerpo. Tras un giro algo teatral la visi�n
casi me hace que me corra sin m�s historias. Dos t�as id�nticas, igual cara,
iguales labios, el mismo pelo, las mismas tetas, el mismo ombligo, el mismo
cuerpo espigado, solo el pubis las diferencia , una lo tiene pulcramente
afeitado delimitando un peque�o triangulo y la otra lo tiene m�s salvaje,
cubriendo desordenadamente su monte de Venus.

Se han echado hacia mi, esto debe ser lo m�s parecido a la
violaci�n de un t�o. Unas bocas insaciables me lamen, cuatro manos me desnudan y
ara�an, unas voces que me susurran:

- �Ahora qu� chaval? �Has follado alguna vez? Te vamos a
dejar seco �Nos vas a reconocer ahora?

Farfull� que no soy virgen, lo que no les cuento es que su
madre ha sido la responsable de la haza�a. Intento montar a la depilada, pero
esta me para. Me tumban entre las dos y del bolso de una de ellas sacan unos
preservativos, y mientras una se afana en pon�rmelo, la otra, la del abundante
vello restriega su bajo vientre por mi cara, mis dientes intentan atrapar los
foscos pelillos. La hermana se ha montado encima de mi polla, las tengo a las
dos encima de mi, menos mal que son ligeras. Tengo que aguantar, quiero joderlas
a las dos. Los pezones de la que esta en mi boca veo como se ponen tiesos,
alargo mis manos y aprieto, la muy guarra se esta corriendo de la excitaci�n,
los abundantes pelos de su co�o se empapan de moco, y mis labios chupan
�vidamente.

Al final me he corrido dentro de Clara, creo que Clara es la
rasurada, ella tambi�n parece que esta en pleno orgasmo, intenta prolongarlo
apretando mi polla, no quiere que se la saque. La de las tetas sensibles, Blanca
supongo, tambi�n quiere su raci�n de polla, empuja a la hermana, y se apodera de
mi miembro. Me ha quitado el cond�n y ha empezado a chup�rmela, quiere que se
ponga de nuevo tiesa,�no soy una maquina!, algunas veces logro hacerme dos pajas
seguidas, pero es que este fin de semana llevo un tute�.

Blanca recorre con su lengua mis cojones, encuentra rincones
que no conoc�a de mi propia anatom�a, con sus labios los aprisiona como si fuera
a com�rselos. Ha llegado hasta mi culo, yo me dejo hacer mientras veo como
Clara, ya m�s calmada me soba el pecho, el cuello, los sobacos. Dos t�as en mi
cama, en mi cuarto, rodeado de mis libros, mis posters, y hasta de incluso alg�n
juguete, remanente de tiempos no tan lejanos. Ahora mi pene esta siendo
succionado por la boca de alguna de las hermanas. Me quedo dormido, no puedo
m�s.

Domingo por la ma�ana, mas bien al alba, me he levantado con
ganas de mear y he ido r�pido al ba�o a vaciar mi vejiga, a la vuelta me coloco
sentado en la revuelta cama al rev�s, tengo cuatro pies, cuatro piernas y dos
co�os, repartidos equitativamente a cada lado de mi cuerpo, avanzo las manos por
debajo de la sabana, creo que ya se cual es cada cual, y voy a comprobarlo
mediante el tacto. He fallado, la que cre�a que ayer hab�a dejado sin follar
tiene poco pelo, y viceversa. Da igual, empleo cada mano en rozar suavemente las
vulvas, poco a poco casi a la par, se han ido desperezando y abriendo
imperceptiblemente m�s las piernas. Mis dedos empiezan a indagar en sus
interiores que van poco a poco humedeci�ndose, sus cl�toris se endurecen. Me
pongo encima de la velluda, quiero terminar el trabajo inacabado de anoche. Las
hermanas se han despertado, me rechazan, dicen que tienen que ducharse, que
huelen mal, a tabaco, sudor y cerveza. Se levantan y se van juntas al ba�o, al
despedirse me han dado unos pudorosos besos. Me han dejado con la polla tiesa y
la cabeza peor, me duermo de nuevo, disfrutando de la estrecha cama para mi
solo.

Debe haber pasado un buen rato, de hecho por la ventana ya
entra abundante luz, si bien no se oye nada, ni en la casa ni en la calle, los
domingos por la ma�ana casi todo el mundo duerme. Las gemelitas han entrado
envueltas en toallas, el pelo corto mojado, y el insinuante inicio de la canal
de sus pechos, me devuelven la esperanza de un mundo mejor. Han vuelto a caer
sobre mi, las toallas han ca�do en el ataque, voy a reanudar la batalla. Ellas
se r�en abiertamente de mi �Qu� he hecho mal ahora? Lo descubro, las muy putas
se han afeitado de nuevo el co�o, ahora lo tienen igual, solo unas ligeras
vellosidades bordean los labios de sus vulvas, ambas tienen la piel de la zona
algo irritada, debe ser una putada, yo lo paso mal cada vez que me afeito, y
sospecho que las sensibilidades deben ser diferentes.

-�Qu� hermanito? Ahora no puedes ya saber a cual nos follaste
y a cual no. Tendr�s que emplearte a fondo, como hizo el otro d�a tu padre. �No?

Me quedo helado, incluso creo que hasta se me ha deshinchado
la polla, resulta que mi padre las ha jodido �Cu�ndo? Me cuentan ante mi estupor
que el viernes por la noche, el d�a de la cena, mi padre apareci� por su cuarto
y con buenas palabras las fue calentando hasta que la cosa acab� en org�a. Desde
luego que cabrones son los viejos, la madre se tira al chaval, y el padre a las
ni�itas. Les cuento mi experiencia con su progenitora, ellas son esta vez las
sorprendidas, decidimos darles un escarmiento.

Nos hemos acercado los tres, al cuarto de mis padres, era una
gozada ver esas dos t�as en pelotas por el pasillo y yo detr�s de ellas con mi
polla medio tiesa. Est�n dormidos, rendidos, seguro que han estado follando
mientras se contaban sus respectivos polvos con la descendencia ajena. Las
hijastras han ca�do sobre mi padre, el cual duerme boca arriba, han empezado a
chupar su fl�ccido pene y a restregar sus reci�n depilados co�os sobre la boca
del mismo. Por mi parte Marisa esta desnuda dormida boca abajo, he colocado mi
picha entre sus nalgas y la he hecho resbalar entre ellas.

Los veteranos novios se han despertado, creen que est�n
sufriendo el ataque de su pareja, pero el furor de la juventud les has hecho
darse cuenta de su error. Mi padre ha cruzado su mirada con la m�a, y no he
visto en ella el m�s m�nimo signo de reprobaci�n.

Clara y Blanca han logrado ya que mi padre se corra en sus
caras, y se han retirado a un extremo de la cama, se quejan de que tienen la
piel irritada, se dedican a aplicarse entre ellas una crema hidratante, tambi�n
se untan el semen que mi padre les ha dejado en el rostro en sus sensibilizados
pubis. Marisa ha despertado con hambre, ha puesto el culo en pompa y se ha
aplicado a reanimar la polla de mi padre, el cual yace relajadamente boca
arriba. El esf�nter de mi madrastra se ofrece tentador, una de las hermanas ha
aplicado una generosa raci�n de crema en mi pivote, y tambi�n alrededor del
ojete de su madre. Hoy tambi�n tengo que aprender a dar por culo. Mi glande ha
ido penetrando mejor de lo que yo pensaba en aquel estrecho orificio, la presi�n
que sent�a en el miembro era a�n mayor que cuando las hab�a follado. La imagen
de las dos hermanas frot�ndose y acarici�ndose con perversa lujuria mientras
romp�a el culo de su madre incrementaba el morbo. Mientras mi futura madre,
chupaba ansiosamente la polla paterna, a cada movimiento que hacia para sacarla
y meterla en su boca, todo un mundo de sensaciones se transmit�an hasta mis
genitales. Esta vez aguante, creo que mi padre se ha corrido antes que yo, y
cuando finalmente el recto de aquella mujer se colm� con mi eyaculaci�n, una
sensaci�n del deber cumplido me ha llenado de placer.

Es domingo por la tarde, hemos comido unos emparedados, no ha
habido tiempo para lujos, con lo de la juerga nos hemos levantado casi al
mediod�a. Las mujeres se han ido a su casa a prepararse para el d�a siguiente,
que es laborable. Mi padre se ha quedado dormido echando una siesta, est� feliz
de que el encuentro familiar se haya desarrollado bien. Yo me he puesto con el
ordenador a navegar, y es cuando he descubierto la p�gina de , y que
la clave de acceso estaba activada, he pasado la tarde escribiendo lo sucedido.
Me voy a acostar hoy temprano, mis hermanastras me han dicho al despedirse que
quieren que les de por el culo, que ellas son v�rgenes por ah� y les ha gustado
mucho como lo he hecho con su madre.